Xóchitl Bárcenas y Ramón Sevilla
Tras los destrozos del huracán Paulina, en 1997, el gobierno federal
armó un proyecto para urbanizar el puerto, a pesar de contar con
diagnósticos sobre las zonas de riesgo
El 9 de octubre de 1997, el huracán Paulina
devastó amplias regiones de Guerrero. Pegó y dañó principalmente al
puerto de Acapulco, donde provocó al menos 400 muertos, cerca de 10 mil
damnificados y daños materiales incuantificables.
Los daños evidenciaron los riesgos a los que estaba expuesta la población, así como las carencias de los sistemas de infraestructura y equipamiento, por la mala aplicación del Plan de Desarrollo Urbano municipal. Y en un intento por prevenir nuevos desastres, la administración de Ernesto Zedillo diseñó un plan para garantizar viviendas en una proyección a 2025. Sin embargo, y a pesar de conocer los riesgos, miles de casas se construyeron en zonas de alto riesgo de Acapulco. El proyecto concluyó y se aprobó en agosto de 2001, ya durante el sexenio de Vicente Fox.
Se trata del Plan Director Urbano (PDU) de la Zona Metropolitana de Acapulco de Juárez, elaborado con base en el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000, el cual contemplaba viviendas para un millón 263 mil habitantes, cuando en 1997 había 750 mil en el puerto.
Y aunque el proyecto determinaba las áreas que no debían urbanizarse, por riesgos de hundimiento, la urbanización en humedales provocó que miles de familias resultaran afectadas cada temporada de lluvias y huracanes. Tan sólo hace casi un mes, la tormenta Manuel dejó 57 muertos en Acapulco y miles de damnificados.
El documento, de 246 páginas, fue avalado por el ayuntamiento de Acapulco el 7 de agosto de ese año.
En la creación del PDU participaron empresarios e instancias de los tres órdenes de gobierno, entre ellas siete dependencias federales: Sedesol, Secretaría de Gobernación, Semarnat, Secretaría de la Reforma Agraria, Comunicaciones y Transportes, la Comisión Nacional del Agua y la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra.
Además, intervinieron las Asociaciones Huracán Paulina, Mexicana de Profesionistas Inmobiliarios, Mexicana de Hoteles y Moteles de Acapulco, la Barra de Abogados, así como otras cámaras nacionales, colegios y la Coparmex.
Para la organización del trabajo se crearon siete grupos, con responsabilidades específicas. Uno de ellos era el de “Prevención de Riesgos”, cuya responsabilidad recayó en la Sedesol y su encargo fue elaborar propuestas para la urbanización en zonas de alto riesgo.
Además, la Semarnat era la responsable de elaborar un Plan de Ordenamiento Ecológico, con aspectos relativos a las restricciones y recomendaciones en el uso de suelo.
Este trabajo conjunto se inició el 24 de octubre de 1997 con la instalación del Comité de Desarrollo Urbano y concluyó el 7 de agosto de 2001, con la aprobación del Reglamento del PDU por el ayuntamiento de Acapulco.
Zonas de riesgo
Para el análisis de cada componente del Plan, se crearon siete sectores urbanos en Acapulco, identificados como Anfiteatro, Pie de la Cuesta-Coyuca, Valle de la Sabana, Diamante, Coyuca-Bajos del Ejido, Tres Palos-Río Papagayo y Parque Veladero, éste último como una zona de reserva ecológica.
Y aunque desde 1997, cuando comenzó su elaboración, el gobierno federal advirtió conflictos en el uso del suelo, mantuvo el proyecto de urbanización en zonas históricamente inundables.
En el apartado Conflictos de Suelo, al menos tres de los siete sectores urbanos advertían riesgos de inundaciones severas y por asentamientos irregulares:
En Pie de la Cuesta-Coyuca “se localizan asentamientos en zonas bajas con riesgo de inundación, contiguas a la Laguna de Coyuca; en el Ejido Jardín se presenta la ocupación de algunos cauces de arroyos por vivienda precaria; en la colonia Marbella se han ubicado viviendas en zonas no aptas para la construcción, habrá que considerar las fuertes pendientes localizadas en esta zona principalmente en los escurrimientos y acantilados…”.
En Valle de la Sabana existe “crecimiento de asentamientos irregulares populares y precarios; asimismo, se localizan asentamientos en las márgenes del Río la Sabana y en la zona 31 Llano Largo, considerados como de riesgo por inundación; la ocupación con viviendas de los derechos de vía de las líneas de alta tensión y crecimientos irregulares en la margen oriente del Río de la Sabana.
En Diamante hay “asentamientos en zonas inundables, en la zona cercana delimitada por la Laguna de Tres Palos, el Río de la Sabana y el Boulevard de Las Naciones”.
Alarmas desoídas
En el apartado “Riesgos y Medio Ambiente” del PDU se advierte la existencia de tres sistemas interrelacionados que actúan en la problemática que da lugar a los desastres en Acapulco.
Uno de ellos, el Sistema Perturbador, está integrado por los fenómenos destructivos capaces de incidir sobre los asentamientos humanos y provocar desastres, entre los cuales están los huracanes, inundaciones y sismos.
“Las áreas vulnerables a inundación por el desborde fluvial se ubican en torno al Río La Sábana y por desborde lagunar en la parte norte de la zona 4F Punta Diamante”.
“Como áreas vulnerables a remoción de materiales e inundación están los escurrimientos en las partes altas con vulnerabilidad alta y las partes bajas con vulnerabilidad media; asimismo, las partes altas de Acapulco se clasifican como áreas vulnerables a remoción de tierras y en algunos lugares a caída en bloque o derrumbe”.
“La insuficiencia de infraestructura en las zonas altas y el azolvamiento en las partes bajas provocan frecuentes inundaciones en las partes bajas y en las áreas cercanas a la Laguna de Tres Palos y Bajos del Ejido por la deficiencia del drenaje natural”.
El PND de Zedillo
El Plan Director Urbano (PDU) de la Zona Metropolitana de Acapulco de Juárez está sustentado en los lineamientos generales del Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000 del presidente Ernesto Zedillo.
El PDU se justifica en que entre los lineamientos del PND aplicables para Acapulco destaca el de Desarrollo Social, que en su punto Desafío Demográfico, contempla el crecimiento de ciudades.
Además, el Programa Nacional de Desarrollo Urbano 1995-2000, prevé el Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos, el cual también se aplicó en el puerto.
“Como metas e instrumentos se plantea impulsar la incorporación al desarrollo urbano de predios de origen ejidal… otorgando las facilidades necesarias para abrir al desarrollo las áreas y predios definidos como aptos…”.
Ciclones retan planes de desarrollo
Al menos la mitad de las 23 colonias más afectadas de Acapulco por Ingrid y Manuel se ubican en los sectores Sabana y Diamante, ambas zonas hacia donde se proyectó el crecimiento de Acapulco desde finales de los años 90.
Tras el paso de ambos ciclones a mediados de septiembre, también resultaron devastadas por lo menos ocho colonias del sector Anfiteatro, que en esos años concentraba ya el mayor número de comercios y servicios públicos y privados, como oficinas, hospitales, escuelas y centros de abasto.
Valle de Sabana se proyectó para desarrollos habitacionales populares e institucionales; mientras que Diamante registraba a inales de los años 90 una serie de desarrollos turísticos en proceso y algunas localidades de carácter ejidal, así como desarrollos de vivienda institucional.
En el caso del sector de Valle de Sabana, ya entonces las autoridades reconocían en la zona problemas del uso del suelo por el crecimiento de asentamientos irregulares populares y precarios en las márgenes del Río la Sabana y en la zona de Llano Largo, considerados como de riesgo por inundación.
Sobre el sector Diamante, el documento advertía sobre problemas respecto al uso del suelo como la ubicación de asentamientos en zonas inundables, en la zona cercana delimitada por la Laguna de Tres palos, el Río de la Sabana y el Boulevard de Las Naciones; esto aunado a las fuertes presiones para usos turísticos que generan, especulación con el suelo.
Los daños evidenciaron los riesgos a los que estaba expuesta la población, así como las carencias de los sistemas de infraestructura y equipamiento, por la mala aplicación del Plan de Desarrollo Urbano municipal. Y en un intento por prevenir nuevos desastres, la administración de Ernesto Zedillo diseñó un plan para garantizar viviendas en una proyección a 2025. Sin embargo, y a pesar de conocer los riesgos, miles de casas se construyeron en zonas de alto riesgo de Acapulco. El proyecto concluyó y se aprobó en agosto de 2001, ya durante el sexenio de Vicente Fox.
Se trata del Plan Director Urbano (PDU) de la Zona Metropolitana de Acapulco de Juárez, elaborado con base en el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000, el cual contemplaba viviendas para un millón 263 mil habitantes, cuando en 1997 había 750 mil en el puerto.
Y aunque el proyecto determinaba las áreas que no debían urbanizarse, por riesgos de hundimiento, la urbanización en humedales provocó que miles de familias resultaran afectadas cada temporada de lluvias y huracanes. Tan sólo hace casi un mes, la tormenta Manuel dejó 57 muertos en Acapulco y miles de damnificados.
El documento, de 246 páginas, fue avalado por el ayuntamiento de Acapulco el 7 de agosto de ese año.
En la creación del PDU participaron empresarios e instancias de los tres órdenes de gobierno, entre ellas siete dependencias federales: Sedesol, Secretaría de Gobernación, Semarnat, Secretaría de la Reforma Agraria, Comunicaciones y Transportes, la Comisión Nacional del Agua y la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra.
Además, intervinieron las Asociaciones Huracán Paulina, Mexicana de Profesionistas Inmobiliarios, Mexicana de Hoteles y Moteles de Acapulco, la Barra de Abogados, así como otras cámaras nacionales, colegios y la Coparmex.
Para la organización del trabajo se crearon siete grupos, con responsabilidades específicas. Uno de ellos era el de “Prevención de Riesgos”, cuya responsabilidad recayó en la Sedesol y su encargo fue elaborar propuestas para la urbanización en zonas de alto riesgo.
Además, la Semarnat era la responsable de elaborar un Plan de Ordenamiento Ecológico, con aspectos relativos a las restricciones y recomendaciones en el uso de suelo.
Este trabajo conjunto se inició el 24 de octubre de 1997 con la instalación del Comité de Desarrollo Urbano y concluyó el 7 de agosto de 2001, con la aprobación del Reglamento del PDU por el ayuntamiento de Acapulco.
Zonas de riesgo
Para el análisis de cada componente del Plan, se crearon siete sectores urbanos en Acapulco, identificados como Anfiteatro, Pie de la Cuesta-Coyuca, Valle de la Sabana, Diamante, Coyuca-Bajos del Ejido, Tres Palos-Río Papagayo y Parque Veladero, éste último como una zona de reserva ecológica.
Y aunque desde 1997, cuando comenzó su elaboración, el gobierno federal advirtió conflictos en el uso del suelo, mantuvo el proyecto de urbanización en zonas históricamente inundables.
En el apartado Conflictos de Suelo, al menos tres de los siete sectores urbanos advertían riesgos de inundaciones severas y por asentamientos irregulares:
En Pie de la Cuesta-Coyuca “se localizan asentamientos en zonas bajas con riesgo de inundación, contiguas a la Laguna de Coyuca; en el Ejido Jardín se presenta la ocupación de algunos cauces de arroyos por vivienda precaria; en la colonia Marbella se han ubicado viviendas en zonas no aptas para la construcción, habrá que considerar las fuertes pendientes localizadas en esta zona principalmente en los escurrimientos y acantilados…”.
En Valle de la Sabana existe “crecimiento de asentamientos irregulares populares y precarios; asimismo, se localizan asentamientos en las márgenes del Río la Sabana y en la zona 31 Llano Largo, considerados como de riesgo por inundación; la ocupación con viviendas de los derechos de vía de las líneas de alta tensión y crecimientos irregulares en la margen oriente del Río de la Sabana.
En Diamante hay “asentamientos en zonas inundables, en la zona cercana delimitada por la Laguna de Tres Palos, el Río de la Sabana y el Boulevard de Las Naciones”.
Alarmas desoídas
En el apartado “Riesgos y Medio Ambiente” del PDU se advierte la existencia de tres sistemas interrelacionados que actúan en la problemática que da lugar a los desastres en Acapulco.
Uno de ellos, el Sistema Perturbador, está integrado por los fenómenos destructivos capaces de incidir sobre los asentamientos humanos y provocar desastres, entre los cuales están los huracanes, inundaciones y sismos.
“Las áreas vulnerables a inundación por el desborde fluvial se ubican en torno al Río La Sábana y por desborde lagunar en la parte norte de la zona 4F Punta Diamante”.
“Como áreas vulnerables a remoción de materiales e inundación están los escurrimientos en las partes altas con vulnerabilidad alta y las partes bajas con vulnerabilidad media; asimismo, las partes altas de Acapulco se clasifican como áreas vulnerables a remoción de tierras y en algunos lugares a caída en bloque o derrumbe”.
“La insuficiencia de infraestructura en las zonas altas y el azolvamiento en las partes bajas provocan frecuentes inundaciones en las partes bajas y en las áreas cercanas a la Laguna de Tres Palos y Bajos del Ejido por la deficiencia del drenaje natural”.
El PND de Zedillo
El Plan Director Urbano (PDU) de la Zona Metropolitana de Acapulco de Juárez está sustentado en los lineamientos generales del Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000 del presidente Ernesto Zedillo.
El PDU se justifica en que entre los lineamientos del PND aplicables para Acapulco destaca el de Desarrollo Social, que en su punto Desafío Demográfico, contempla el crecimiento de ciudades.
Además, el Programa Nacional de Desarrollo Urbano 1995-2000, prevé el Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos, el cual también se aplicó en el puerto.
“Como metas e instrumentos se plantea impulsar la incorporación al desarrollo urbano de predios de origen ejidal… otorgando las facilidades necesarias para abrir al desarrollo las áreas y predios definidos como aptos…”.
Ciclones retan planes de desarrollo
Al menos la mitad de las 23 colonias más afectadas de Acapulco por Ingrid y Manuel se ubican en los sectores Sabana y Diamante, ambas zonas hacia donde se proyectó el crecimiento de Acapulco desde finales de los años 90.
Tras el paso de ambos ciclones a mediados de septiembre, también resultaron devastadas por lo menos ocho colonias del sector Anfiteatro, que en esos años concentraba ya el mayor número de comercios y servicios públicos y privados, como oficinas, hospitales, escuelas y centros de abasto.
Valle de Sabana se proyectó para desarrollos habitacionales populares e institucionales; mientras que Diamante registraba a inales de los años 90 una serie de desarrollos turísticos en proceso y algunas localidades de carácter ejidal, así como desarrollos de vivienda institucional.
En el caso del sector de Valle de Sabana, ya entonces las autoridades reconocían en la zona problemas del uso del suelo por el crecimiento de asentamientos irregulares populares y precarios en las márgenes del Río la Sabana y en la zona de Llano Largo, considerados como de riesgo por inundación.
Sobre el sector Diamante, el documento advertía sobre problemas respecto al uso del suelo como la ubicación de asentamientos en zonas inundables, en la zona cercana delimitada por la Laguna de Tres palos, el Río de la Sabana y el Boulevard de Las Naciones; esto aunado a las fuertes presiones para usos turísticos que generan, especulación con el suelo.
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