Madrid,
23 jun. 14. AmecoPress.El lenguaje es la forma de expresión del
pensamiento; de la cultura y la sociedad en la que nos hemos formado.
Con el lenguaje expresamos los valores que defendemos, nuestra visión
del mundo o concepción que tenemos del mundo.
No
debemos olvidar el origen del lenguaje. La transformación del
antropoide en ser humano es producto del trabajo social. Según
planteaba Engels,el trabajo creó al hombre y gracias a él aparecieron
el pensamiento y el lenguaje en el ser humano.1
La
transformación fundamental producto de la unión del trabajo y la
aparición del lenguaje articulado y el pensamiento se concretó en
resolver las necesidades más sentidas de aquel período de desarrollo de
la especie humana: comida, descanso y protección de la inclemencia del
clima. Dice González, Castro”2 y para su desarrollo necesitó del
lenguaje.
Con el
lenguaje o la palabra, expresamos nuestra manera de ver el mundo y de
interpretar la realidad. Es la forma o el modo para lograr interactuar
y relacionarnos con las personas que nos rodean.
La capacidad
de hacer abstracciones, pensar y expresar conceptos mediante palabras
son cualidades exclusivas de la especie humana. Para ese ser humano
primitivo, utilizar y fabricar con consciencia instrumentos de trabajo,
objetos de la naturaleza- a los que cada vez les descubría nuevas
funciones-significó abrirse otros horizontes y dominar cada vez más la
naturaleza. Con el paso del tiempo en el proceso de trabajo social,
esos seres descubrieron, además, sensaciones y percepciones y a la par
se desarrolló poco a poco el pensamiento, lo que los llevó a entender
la importancia del trabajo en común.
Las relaciones
de poder no se quedaron en la sola economía, también la palabra se
suscribe a influir, para bien o para mal en las personas a que nos
dirigimos.
Por medio del lenguaje en nuestra niñez aprendimos a socializar, formar nuestra identidad, de vernos y ver a los demás.
Se llama
lenguaje sexista o sexismo, al empleado como referente de lo masculino,
que discrimina u omite a las mujeres. “El sexismo ha sido definido como
el conjunto de métodos empleados en el seno del patriarcado para poder
mantener en situación de inferioridad, subordinación y explotación al
sexo dominado: las mujeres. La evolución del lenguaje sexista ha sido
parte de este sistema; pero en buena medida se mantiene por inercia,
porque se usa inconscientemente”3. Aprendemos, según nos indican los
mayores, a ser incluyentes o excluyentes. No escapa este aprendizaje al
lenguaje racista y clasista.
-“Niños, hombres” como genéricos para hombre y mujeres, pero no al contrario y lo vemos como algo normal.
-“La oveja
negra de la familia”, “el mercado negro” o “el indio piensa tres días
después”, por decir algunas frases identificando la etnia o el color
como lo malo, lo negativo y también lo vemos como normal.
-“Los pobres
son perezosos, si trabajaran no serían pobres”. O la inseguridad y lo
peligroso se compara por ejemplo con los barrios marginales. Y no
caemos en cuenta y lo vemos normal.
Aprender
hablar nuevamente para erradicar el lenguaje sexista y discriminatorio
es una forma de reivindicar y visibilizar a las mujeres y nos sirve
también para dar un trato igualitario a los demás.
Al comienzo es
incómodo, pero si hacemos conciencia de ello, si realmente nos
cuestionamos cómo hacemos sentir a las personas a las que nos
dirigimos, encontraremos que es una necesidad y una obligación si
queremos llegar con nuestras ideas a los demás, y sobre todo a no
excluir a nadie.
Notas:
1 Engels,
F. (1952). El papel del trabajo en la transformación del mono en
hombre. En: Marx, C. y Engels, F. Obras escogidas, en dos tomos
Ediciones en lenguas extranjeras. Moscú t II (p. 74).
2
González Castro, V. (1989). Profesión: Comunicador. La Habana: Pablo de
la Torriente. (p.2). 3Ellas tiene la palabra. Revista:
http://mujerfariana.org/images/pdf/rev-ellas.pdf
Fotos: Cedidas por la autora.
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