A la fecha, el Mecanismo ofrece protección, pero no alcanza a tocar, ni forjar cambios en las causas que originan las agresiones y amenazas.
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El
Coordinador Ejecutivo Nacional del Mecanismo (CEN) de protección a
personas defensoras de derechos humanos y periodistas (Mecanismo)
renunció al cargo a fines del mes de febrero por cuestiones personales,
y ayer nos enteramos de la salida de la subsecretaria de Derechos
Humanos, Lía Limón, en pos de una candidatura. Ambos son los
principales responsables del funcionamiento del Mecanismo.
Estos cambios nos dan la oportunidad de revisar la situación actual
del Mecanismo así como su función de proteger a estos grupos en riesgo.
El 26 de junio de 2012 fue publicada la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas y
el 12 de noviembre del mismo año el Mecanismo empezó a funcionar. A
partir de ahí, en sólo 14 meses el Mecanismo entró en crisis
fundamentalmente porque crecía de forma constante el número de casos
cuyo riesgo no era evaluado y además las contadas medidas de protección
que se otorgaban no se cumplían. En ese contexto en abril de 2014 fue
nombrado Víctor Manuel Serrato como el segundo CEN del Mecanismo.
Durante este último periodo, el objetivo central fue terminar con el
rezago de evaluaciones de riesgo y para eso se integró un equipo al que
se capacitó. Al mismo tiempo se adoptó una nueva metodología para
realizar dichas evaluaciones. En todo este proceso se contó con el
apoyo de la organización Freedom House. Estas modificaciones
permitieron que mientras en el primer semestre la Junta de Gobierno del
Mecanismo revisó sólo 17 casos, en el segundo semestre atendiera 154
asuntos.
Para que el Mecanismo pudiera otorgar medidas de protección se formó
desde 2012 un fideicomiso con recursos públicos que se asignan
anualmente; desafortunadamente durante el primer año y medio este
fideicomiso no arrancó y por tanto se contaba con recursos, pero no era
posible disponer de los mismos. Fue hasta mayo de 2014 que el
fideicomiso empezó a funcionar y eso permitió contar con un proveedor
que se hiciera cargo de que las medidas se cumplieran. A la fecha el
Mecanismo mantiene medidas de seguridad para 279 personas.
Se puede decir que luego de la crisis el Mecanismo ha logrado dar
pasos sobre todo en la realización de las evaluaciones de riesgo y en
que las medidas de protección determinadas sean efectivas. Sin embargo,
en este punto existen deficiencias como que las evaluaciones y las
medidas de protección están concebidas para periodistas o personas
defensoras en lo individual, pero no cuando quienes están en riesgo son
un grupo o una comunidad. Tampoco se ha logrado que las evaluaciones
contengan una perspectiva de género que permita identificar los
riesgos, necesidades y protección propia de las defensoras y
periodistas. Por tanto, el Mecanismo debe trabajar para tener
metodologías diversas y personal capacitado para atender de forma
diferenciada
.
Otro punto que aún se debe afinar es el alcance y efectividad de las
medidas, por ejemplo el botón de pánico. Esta medida consiste en
otorgarle a la persona una herramienta que en caso de riesgo o amenaza
se active y responda de inmediato la autoridad más cercana seleccionada
por la persona protegida. Pero en muchos casos esa autoridad no
responde o lo hace de manera dilatada y por tanto se acusa que el
Mecanismo no sirve, pero la realidad es que quien no sirve es la
autoridad obligada a ser diligente. No quiero decir con esto que el
Mecanismo se desentienda, sino que debe trabajar para que alguna otra
parte del gobierno cumpla con la protección.
Otras deficiencias están relacionadas con las dos áreas restantes
del Mecanismo. La primera es la Unidad de Recepción de Casos y Reacción
Rápida donde se tiene que mejorar la calidad del primer contacto, pues
ahí se genera la primera impresión del servicio. Otro pendiente tiene
que ver con revisar y afinar los criterios con los que se considera o
rechaza un caso.
Están además los requerimientos de la Unidad de Prevención,
Seguimiento y Análisis donde casi todo está por hacerse. En la
actualidad aún no se sistematiza la información y por tanto no existe
un mapa de riesgo ni están identificados los patrones de agresión,
dando como consecuencia que el Mecanismo sea netamente reactivo y aún
no genera nada de corte preventivo.
Es decir, a la fecha el Mecanismo ofrece protección, pero no alcanza
a tocar, ni forjar cambios en las causas que originan las agresiones y
amenazas. Por ejemplo si un periodista es amenazado como consecuencia
de difundir información sobre la posible relación entre la delincuencia
y alguna autoridad, el Mecanismo puede otorgarle alguna protección,
pero no puede investigar el hostigamiento e identificar a los
responsables pues eso compete a la Procuraduría, ya sea local o
federal, y muy probablemente ésta no actuará y tampoco dará con los
responsables. En consecuencia, el Mecanismo se verá obligado a proteger
indefinidamente a la persona ante la carencia de investigación efectiva.
En la actualidad prácticamente la totalidad de los casos de
agresiones que están bajo protección del Mecanismo no presentan avances
en lo relacionado a la investigación judicial. Es claro que el asunto
trasciende al Mecanismo, pero éste tiene la obligación de trabajar para
que el Gobierno Federal y los gobiernos locales se propongan acciones
para que las Procuradurías entreguen resultados contra la impunidad.
Cuando una comunidad rural o indígena ve amenazado su territorio y
sus recursos por empresas y/o autoridades frente a lo cual se resiste,
es probable que sea víctima de hostigamiento y agresiones. En ese caso
el Mecanismo puede protegerlos, pero también debe ocuparse para que
otras áreas del Estado cumplan su responsabilidad de investigar las
agresiones, que se regule al poder económico para que no pase por
encima de la ley, así como con las obligadas de garantizar el derecho a
la consulta adecuada. Desafortunadamente poco o nada de esto sucede y
el Mecanismo no puede conformarse sino que debe hacer labor para que
esas otras áreas de gobierno asuman la corresponsabilidad de proteger a
las personas agredidas.
En otras palabras, el Mecanismo de poco sirve y servirá si no es
capaz de, que mientras protege a periodistas y defensores, impulsa y
trabaja para construir soluciones a los problemas de fondo. Por tanto
el Mecanismo está en la encrucijada de ser un mero paliativo o pugnar
ser un pivote que empuja hacia soluciones duraderas y generales para
que los periodistas y las personas defensoras de derechos humanos
puedan desarrollar sus respectivas tareas en condiciones adecuadas.
En medio de estas circunstancias y con todos estos retos por
delante, se deberá dar el nombramiento de quien ocupe la Subsecretaria
de Derechos Humanos de Gobernación y luego del CEN. El primer
nombramiento es responsabilidad del Secretario, quien tiene la
obligación de nombrar una persona que sepa de derechos humanos y que
realmente quiera contribuir a que el país salga de la actual crisis de
derechos humanos. Mientras que el segundo nombramiento deberá asegurar
que se elija a
alguien con experiencia en protección a periodistas y personas
defensoras de derechos humanos, capaz de enfrentar los restos antes
mencionados e igualmente capaz de impulsar una política de Estado que
reconozca y cuide de los comunicadores y de quienes defienden los
derechos humanos de todo la sociedad.
¿Estaremos pidiendo peras al olmo?
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