Luis Hernández Navarro
Desde hace 23 años, la CNTE ha
analizado y discutido cómo elaborar un proyecto de educación
alternativo. No se ha conformado con ello. En varias entidades del país
lo ha llevado a la práctica.
Lo ha hecho como parte de su propuesta estratégica de luchar por
democratizar el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE), democratizar la enseñanza y democratizar el país.
En el centro de este plan para diseñar una propuesta de enseñanza
alterna se encuentra la preocupación por impulsar una educación pública,
democrática, científica, popular, crítica, reflexiva y comprometida. Se
trata, según resolvió el segundo congreso nacional ordinario de la
Coordinadora, de
una responsabilidad histórica que debe emanar de las bases.
El primer foro sobre educación alternativa organizado por la CNTE se
efectuó el 11 y 12 de junio de 1983. Su objetivo fue proporcionar a los
maestros de banquillo herramientas para avanzar en la apropiación de su
materia de trabajo. Ese acto fue el punto de arranque de una larga serie
de encuentros, conferencias, talleres, foros y congresos educativos,
estatales y nacionales, en ocasiones sin continuidad entre sí.
En ese primer foro los participantes analizaron y discutieron rutas
pedagógicas diferentes a las establecidos en los planes oficiales, los
retos de la capacitación del magisterio y qué se entiende por
democratizar de la enseñanza.
Meses después, el 29 y 30 de octubre en 1983, el magisterio oaxaqueño
convocó a un grupo de prestigiados investigadores, pedagogos
independientes y maestros al segundo Foro Nacional sobre Educación
Alternativa. La agenda de trabajo fue tan amplia y ambiciosa que resultó
muy difícil abordar todos los temas a profundidad.
Aunque el formato de trabajo que se siguió tuvo grandes limitaciones,
las conclusiones a las que se llegó fueron ricas e interesantes. El
centro de la discusión entre los delegados giró en torno al papel de la
escuela en la transformación social. Los asistentes se agruparon en
torno a dos grandes bloques: el de los reproduccionistas, que
consideraban a la institución escolar un aparato ideológico de Estado
que garantiza sin más la continuidad del sistema, y el de los
liberacionistas, que veían en la escuela un instrumento para la
concientización de la población.
Otro de los puntos abordados consistió en definir quién debía ser el
sujeto del proceso de transformación educativa. Algunos participantes
argumentaron en favor de dar un papel protagónico a figuras políticas
tales como legisladores de izquierda o intelectuales con capacidad de
persuadir al gobierno federal sobre la conveniencia de implementar
algunas reformas. Otros insistieron en que el sujeto debía ser el
maestro de banquillo, el que trabaja cada día en las aulas. Señalaron
que se requería crear las condiciones para garantizar la participación
de los profesores de base en la definición de las políticas educativas,
de manera que pudieran aportar el conocimiento nacido de la experiencia
diaria.
Para quienes defendieron la posición de avanzar en reformas desde el
Estado y en la definición de políticas públicas, resultaba muy
importante elaborar un proyecto acabado, no importando si por el momento
los maestros de base lo apoyaban o no. Por el contrario, otros vieron
en este debate la oportunidad de hacer de los maestros un actor
pedagógico capaz de trascender la dinámica de lucha estrictamente
gremial y economicista. Para ellos, la participación masiva del
magisterio era fundamental en este proceso.
En los hechos se presentó allí un dilema que ha atravesado al
movimiento magisterial a lo largo de su historia, y que años después la
investigadora Susan Street resumió: si la democratización de la
enseñanza debe entenderse como su ciudadanización, es decir, como la
ampliación de todos los agentes escolares y comunitarios en la
conducción del sistema educativo público; o, por el contrario, si se
concibe como la construcción de un movimiento político de masas a partir
de la apertura del magisterio hacia otros sectores de la población.
Pero, más allá de las reflexiones y análisis en general, ese
encuentro y los subsecuentes han sido particularmente ricos para
compartir y contrastar las experiencias que se desarrollan a diario en
las aulas, regiones, estados y niveles educativos.
En esos encuentros se analiza, por ejemplo, cómo se está recuperando
las lenguas indígenas, la forma en que se enfoca el estudio de la
historia, el español y las matemáticas, el qué hacer en comunidades
donde los niños van a la escuela como mera estación de paso hacia su
marcha a Estados Unidos, donde serán trabajadores indocumentados, o en
regiones asoladas por la violencia del narcotráfico.
Estas experiencias transformadoras son obra de los profesores que se
apropian de la materia de trabajo en sus aulas y zonas escolares y no de
funcionarios públicos, académicos o intelectuales que elaboran
propuestas desde fuera de las aulas. Parte de las huellas de este
caminar puede rastrearse a través de las actas de múltiples reuniones
reproducidas en el blog de la sección 9 (http://goo.gl/8L5cNh).
La coordinadora ha elaborado también propuestas de educación
alternativa de largo aliento en varios estados. Entre ellas se
encuentran las escuelas altamiranistas en Guerrero (http://goo.gl/5zzgNK),
el Programa Democrático de Educación y Cultura y las escuelas
integrales en Michoacán (https://goo.gl/XGA1ma), el Proyecto de
Educación Alternativa de Chiapas, el nido de lengua (http://goo.gl/rI4UsH) y el Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (http://goo.gl/xd8lcW). Su visión sobre los cambios en curso puede verse en
Análisis y perspectivas de la reforma educativa(http://goo.gl/iKEwbW).
El foro nacional Hacia la construcción del proyecto de educación
democrática: evaluación educativa integral, que se efectuará hoy martes 9
de agosto en el Centro de Convenciones Siglo XXI del IMSS, es un paso
sustantivo en la ruta que la CNTE comenzó a caminar hace 23 años. Los
maestros democráticos llegan allí sabiendo no sólo lo que no quieren,
sino con muchas pistas de hacia dónde necesita moverse el sistema
educativo nacional.
Twitter: @lhan55
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