Pedro Echeverría V.
1. Pensando en las secciones 7 y 40 de Chiapas, en las 19 o 20 que se
registran en Veracruz y la XXXIII y LVII de Yucatán, me puse a
reflexionar y a revisar algunas opiniones pensando en la participación
política, tanto en 1989 como en estos últimos cuatro años. En Yucatán
por ejemplo, si la sección 33 federal ha sido esencialmente charra y
nula en participación, la sección 57 es 10 veces menos participativa y
desinteresada de los problemas locales y nacionales por estar muy ligada
con los gobiernos del estado que es el que paga directamente. Recuerdo
que en 1989 organizamos enormes manifestaciones, pero el día que el
gobierno anunció el aumento salarial todo se vino abajo.
2. Seis meses antes del surgimiento del movimiento magisterial
othonista, se desarrolló en Yucatán una importante insurrección de los
maestros estatales que abarcó de finales de 1955 hasta concluido el año
de 1956. Gobernaba interinamente Víctor Mena Palomo (hijo de José de la
Luz Mena, con prestigio nacional por sus batallas por la educación
racionalista en los años 20). Funcionaba sólo una sección sindical: la
XXXIII presidida por Secundino Maldonado. Yo apenas era alumno del
Internado Secundaria Federal Cardenista para hijos de trabajadores y
había aprobado la primaria en escuelas estatales.
3. La realidad es que en México las primeras escuelas primarias
–después de la experiencia de la Escuela Lancasterianas de la primera
mitad del siglo XIX- fueron desarrollándose en las grandes ciudades. Las
escuelas primarias federales son producto de la revolución, de la
creación de la SEP y de su fundador José Vasconcelos. La famosa escuela
rural mexicana que nació en 1921 y se extendió en todo el campo
mexicano. Los primeros profesores rurales federales fueron perseguidos y
muchos asesinados mientras los maestros estatales estaban en lugares
urbanos y semiurbanos. Por ello los maestros federales llegaron a tener
mayores ingresos.
4. Bien. Aquel Movimiento magisterial –que parece haberse adelantado
al othonismo- fue sólo salarial. Fue dirigido por los profesores
estatales: Rodríguez Silveira, Iturralde Bates y otros. El objetivo
central fue conseguir la nivelación de salarios del magisterio estatal
con el federal y que todos los maestros recibieran un 45 por ciento de
sobresueldo. De acuerdo con la hemerografía de la época, los profesores
federales –menos sus directivos- no proporcionaron apoyo a esta lucha.
Incluso hay un amplio desplegado en el que se denuncia al comité
seccional federal y a la Dirección de Educación federal como anti
sindicalistas y traidores.
5. Los maestros estatales tenía un salario de 11.80 pesos diarios más
30 pesos de subsidio al mes- Los maestros federales recibían un mes de
aguinaldo mientras los del estado pedían que se les diera “aunque fuera
15 días”. La sección XXXIII, a la que pertenecían las delegaciones de
maestros estatales y federales sólo ofreció gestionar un subsidio de
tres millones para todos los maestros, correspondiéndoles 19 centavos
diarios de aumento. No existía la televisión, pero cuatro días
aparecieron desplegados contra los maestros firmados por organizaciones
gubernamentales y sindicatos oficiales contra la “suspensión
antipatriótica” y de apoyo al gobierno.
6. Eran los tiempos del liderazgo espurio o charro en el SNTE
nacional de Sánchez Vite y de Enrique W Sánchez. Estaba a punto de
clausurarse en el DF el Internado del Poli en el casco de Santo Tomás y
en la Nacional de Maestros –a un kilómetro de distancia- se iniciaba
también el descontento estudiantil. En Yucatán –el movimiento dirigido
sobre todo por Iturralde Vates fue radicalizándose. El 6 de diciembre
inició un importante paro de labores en las escuelas primarias de
Mérida, y a los tres días paros en Motul, Baca y Hunucmá. Los maestros
comenzaron a sumarse al movimiento mientras las autoridades hacían
campaña calumniosa contra él.
7. El gobierno del estado en vez de dialogar asumió una posición
autoritaria. Continuó con su campaña de desplegados contra los maestros.
Pero apareció una Coalición de Sindicatos de Yucatán que apoyó a los
maestros en lucha. Arribaron dirigentes nacionales del SNTE, pero como
respuesta los maestros continuaron con sus manifestaciones. En octubre
de 1956 los soldados ocuparon las escuelas que estaban en paro y se
comenzaron a dictar ceses contra los maestros que no se presentaron a
laborar. La nivelación salarial sólo pudo obtenerse a principios de los
sesenta. (Ver mi libro de año sabático: Educación Pública México y
Yucatán. UADY 1993)
8. Fue una lucha absolutamente salarial, economicista. Nunca se
planteó ninguna demanda general: mejores programas educativos, mejores
escuelas, desayuno para los niños, apoyo a los estudiantes del POLI y la
Nacional de Maestros, protesta contra la devaluación monetaria de 1954.
Como veremos adelante los maestros estatales lograron formar su propia
sección sindical: la sección 53 que luego se transformó en sección 57;
sin embargo no estuvieron interesados en los acontecimientos nacionales
porque su patrón directo –el que pagaba sus salarios- era el gobierno
del estado. Ello reconfirmaba el aislamiento de Yucatán de los asuntos
nacionales.
9. En abril de 1955 los maestros estatales estaban cansados de pedir
el aumento y de que no se les pagara el incremento, obligaron a convocar
un paro, sin embargo los dirigentes de la XXXIII y los supervisores
armaban grupos de choque. Se planteó el desconocimiento del líder
Maldonado y se reiniciaron los plantones encabezados por Rodríguez
Silveira e Iturralde Bates. Así mismo se convocó el primer congreso para
crear la Sección 55. Fueron electos: Iturralde Bates, como secretario
general, así como Tárcilo Carrillo, Alba Isela Aguilar, Querubín
Gutiérrez, entre otros.
10. Este congreso “discidente” realizado en Mérida no fue reconocido
por el gobierno y los líderes espurios y sólo semanas después se realizó
en Valladolid el congreso oficial charro que llevó a la fundación
oficial de la sección sindical de los maestros estatales, siendo electo
Moisés Arceo en mayo de 1956; se desató un enorme descontento, pero para
calmar los ánimos contra “este congresito espurio con líderes comprados
por el gobierno del estado y los líderes nacionales de la SNTE” se
otorgó al fin la nivelación del 45 por ciento de sobresueldo”. Pero el
líder Iturralde Bates –aunque con objetivos muy localistas- no dejó de
combatir y formó lo que sería el Sindicato único de Maestros estatales
(SUMEY)
11. Fue hasta mayo de 1957 cuando se creó la sección estatal 57
presidido por Alba Isela Aguilar, figurando en su directiva Darío
Sánchez Pérez y Carlos Carrillo Vega que serían más adelante –sobre todo
este último- destacados funcionarios de los gobiernos estatales del
PRI. Los maestros estatales lograron igualar en ingresos a los
federales, pero ambas secciones de maestros, la 33 y la 57 jamás
superaron su localismo, su lucha exclusivamente economicista, su nula
participación en los asuntos políticos de la nación y su total
afiliación al gobierno y al PRI. (12/VIII/16)
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