Arturo Alcalde Justiniani
Visto en perspectiva, el movimiento
magisterial ha logrado avances muy importantes que generan las
condiciones para construir un escenario de solución, ello a pesar de la
apuesta de algunos empresarios que intentan boicotearla.
Conviene en este momento decisivo para el conflicto hacer un recuento
de los avances obtenidos por la insurgencia magisterial y popular:1. Superó el aislamiento al que pretendían condenarlo, al lograr convocar a los diferentes contingentes de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), no siempre coincidentes en sus acciones con otros sectores del magisterio, algunos de ellos tradicionalmente apáticos o inmovilizados, adquiriendo una dimensión nacional. El escenario dejó de ubicarse en el territorio acotado que pretendía el gobierno en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán.
2. El movimiento ha logrado no sólo el apoyo de los maestros y maestras, sino también de otros sectores de la sociedad afectados por diversos motivos. Es tal la acumulación de agravios en contra de la población que suelen fusionarse los reclamos, sobre todo cuando los gobiernos acuden a la represión. Ello concita una reacción solidaria que construye nuevos lazos entre los sectores populares, que hacen crecer la dimensión de las movilizaciones.
3. La insurgencia magisterial ha acreditado que la única vía para lograr una auténtica reforma educativa, que sin duda es urgente y necesaria para nuestro país, es involucrar a sus actores principales, que son los maestros. Este señalamiento planteado desde un principio se fue posicionando día a día, en la medida en que el gobierno avanzaba y fracasaba en su instrumentación. La exclusión de los educadores fue justificada por motivos esencialmente políticos, pero quizás el principal es que necesitaban culpables para justificar vicios y carencias, que siendo ciertos, tienen causas multifactoriales, en las que destaca, como siempre, la prioridad del control político.
4. El movimiento ha comprobado que la problemática educativa del país depende de un modelo que incluye contenidos, métodos y políticas presupuestales, pero que en nuestra realidad, están presentes también complicidades políticas y gremiales, así como diversos incentivos perniciosos que impiden su transformación. La reforma debió ser objeto de diagnóstico, a partir de una consulta nacional, proceso que no puede realizarse de un día para otro y posteriormente, planear los cambios en plazos realistas y razonables. Hoy, es de reconocimiento común que la reforma, como la diseñó el gobierno, cometió serios errores de diseño y que las tareas y tiempos asignados eran de imposible cumplimiento atendiendo a su complejidad y los recursos asignados.
5. El movimiento ha demostrado con claridad que uno de los errores de la mal llamada reforma educativa, fue su carácter represivo-laboral. Conviene tener presente la forma tan atrevida y absurda en que se diseñó la Ley del Servicio Profesional Docente, la negativa a su discusión dentro y fuera del Congreso y cómo parte de su clausulado fue sacado de la manga a última hora incluyendo artículos fundamentales como los transitorios, diseñados en idas y venidas a Los Pinos, con redacciones cambiantes minuto a minuto, en temas tan trascendentes como el de las consecuencias en el caso de la evaluación negativa.
Recordemos el estado de indefensión en que se colocó el
magisterio, impidiendo al propio SNTE (Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación) y su partido, que abrieran la boca porque
estaban amenazados de correr la suerte de su líder. Se abstuvieron
incluso de hacer observación alguna en relación con los procedimientos
de investigación al despido de los maestros, violando las reglas del
debido proceso.
6. El movimiento, a veces cargando con el desprestigio generado por algunos provocadores, ha superado la presión ejercida por los sectores más intolerantes, que en algún momento aliados con el gobierno, parecían tener la batuta del proceso. Es el caso de la organización Ciudadanos Primero y la Coparmex, expertos en plantear verdades a medias para generar impacto y lograr aliados en la sociedad. Con el tiempo se han ido exhibiendo como grupos conservadores y elitistas contrarios a la educación gratuita y popular, delirantes de un modelo educativo contrario a las necesidades de nuestro país. En efecto, lograron exhibir carencias y vicios del modelo educativo, especialmente en el terreno gremial, en materia de ingreso y promoción, pero más tarde, apoyados en campañas subsidiadas de descalificación en contra del magisterio o de quien se opusiera en su camino, no ubicaron límites y con soberbia han terminado por enfrentarse al propio gobierno reclamando mantener un papel protagónico contrario a cualquier negociación que llevaría el conflicto hacia un callejón sin salida.
7. La insurgencia, apoyada en las voces de prestigiados educadores y especialistas, ha logrado desenmascarar el mito de la evaluación acosadora. En efecto, siendo necesaria la revisión a posteriori en cualquier proceso, supone que se han cumplido las condiciones para lograr los resultados esperados; en este caso, niveles adecuados de enseñanza y aprendizaje, sin perder de vista las diferencias entre una y otra región del país.
Pero quizás una de las consecuencias más importantes de esta gran insurgencia es que nos ha enseñado a muchos la importancia de una verdadera reforma educativa para que el país supere sus carencias y transite hacia una sociedad más justa y sustentable. El movimiento tiene entre sus retos acreditar la ruta de este nuevo rumbo.
6. El movimiento, a veces cargando con el desprestigio generado por algunos provocadores, ha superado la presión ejercida por los sectores más intolerantes, que en algún momento aliados con el gobierno, parecían tener la batuta del proceso. Es el caso de la organización Ciudadanos Primero y la Coparmex, expertos en plantear verdades a medias para generar impacto y lograr aliados en la sociedad. Con el tiempo se han ido exhibiendo como grupos conservadores y elitistas contrarios a la educación gratuita y popular, delirantes de un modelo educativo contrario a las necesidades de nuestro país. En efecto, lograron exhibir carencias y vicios del modelo educativo, especialmente en el terreno gremial, en materia de ingreso y promoción, pero más tarde, apoyados en campañas subsidiadas de descalificación en contra del magisterio o de quien se opusiera en su camino, no ubicaron límites y con soberbia han terminado por enfrentarse al propio gobierno reclamando mantener un papel protagónico contrario a cualquier negociación que llevaría el conflicto hacia un callejón sin salida.
7. La insurgencia, apoyada en las voces de prestigiados educadores y especialistas, ha logrado desenmascarar el mito de la evaluación acosadora. En efecto, siendo necesaria la revisión a posteriori en cualquier proceso, supone que se han cumplido las condiciones para lograr los resultados esperados; en este caso, niveles adecuados de enseñanza y aprendizaje, sin perder de vista las diferencias entre una y otra región del país.
Pero quizás una de las consecuencias más importantes de esta gran insurgencia es que nos ha enseñado a muchos la importancia de una verdadera reforma educativa para que el país supere sus carencias y transite hacia una sociedad más justa y sustentable. El movimiento tiene entre sus retos acreditar la ruta de este nuevo rumbo.
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