En lo que va de año y según
cifras oficiales del Ministerio de Igualdad, el número de asesinatos
producidos en nuestro país por violencia de género asciende a 28 mujeres
y seis menores (más un caso que se mantiene en investigación). En total
34 víctimas mortales en menos de seis meses, lo que supone una víctima
cada 5 días.
Los medios de comunicación, las organizaciones
feministas y una parte de la ciudadanía lleva denunciando estas cifras y
en muchos casos, reclamando más acción y fondos para que el Gobierno
tome medidas concretas contra esta lacra. Pero ¿Sirven estas cifras para acabar con la violencia machista o incluso para tomar medidas concretas para prevenirla? Algunas expertas consultadas por Público afirman que no.
De hecho, los datos que recopila el Gobierno y
los que recogen las organizaciones que han establecido observatorios de
asesinatos por violencia de género, no coinciden y no miden los mismos
parámetros, pero tampoco se hablan.
Hace unos días, más de 500 organizaciones feministas se manifestaron en las calles de varias ciudades españolas
y se concentraron en más de 100 ayuntamientos para reclamar al Gobierno
que incremente en 120 millones de euros la partida de lucha contra la
violencia machista en los presupuestos generales del Estado.
Según los datos que manejan, en lo que va de 2017, 37
mujeres y nueve menores han sido asesinados en España. Es decir, que la
violencia de género se ha llevado por delante ya la vida de 46
personas, una cifra muy superior a la oficial y que augura uno de los años más negros en lo que se refiere a este tipo de crímenes. ¿Pero a qué se debe esta diferencia?
Diferentes varas de medir
Organizaciones civiles y Gobierno recopilan datos de una forma diferente. Desde el año 2003, la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género,
un organismo que vive dentro del Ministerio de Sanidad, Asuntos
Sociales e Igualdad, mantiene un registro oficial de estos asesinatos.
Las cifras que recolecta este organismo son aquellas que la Ley Integral de Violencia de Género identifica como tales. Sólo se contabilizan los asesinatos realizados por parejas o exparejas (aquellos
hombres con los que las mujeres tengan o hayan tenido una relación
afectiva reconocida o de convivencia) y las únicas víctimas de las que
se recogen datos son las mujeres con las que habían mantenido esa
relación y recientemente (desde 2013) los hijos que son asesinados.
Los datos oficiales sobre violencia de género sólo recogen datos de las
mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas y de los menores (desde
2013)
Esto supone que, si en un mismo acto un hombre
asesina a su pareja o expareja y a su madre, su vecina, su amiga o su
cuñada que en ese momento estaban con ella, las estadísticas sólo
contabilizan a la primera, pero no se considera víctima de la violencia
machistas a los que la rodean. Tampoco aquellos que han sido asesinados
intentando evitar un asesinato machista.
Es el caso de Ana Hilda Linares, de 55 años,
que a finales de mayo de este año fue asesinada a cuchilladas por su
sobrino segundo de 29 años, un día después de que ella lo denunciara por
intentar asfixiar a la expareja de éste, sobrina de Linares. Sin
embargo, no se cuenta entre las 28 mujeres asesinadas que el ministerio
reconoce en 2017, por no ser considerado un crimen de violencia de
género.
Las organizaciones de la sociedad civil, sin embargo
utilizan una forma distinta de medir. Incorporan a la lista no sólo a
las parejas o exparejas, sino a todas aquellos que han sido asesinados
en un mismo acto de violencia y se empeñan en recopilar toda la
información posible sobre la víctima y el asesino. Una de estas
organizaciones es Feminicidio.net, que lleva diez años construyendo una
base de datos en la que recogen unos 50 campos de información de cada
una de las víctimas y cuentan ya con más de 40.000 registros.
El trabajo de estas organizaciones arrojan datos distintos y más abultados que los recogidos por fuentes oficiales.
Así, si para el Gobierno, el número de asesinatos de
género entre el 2003 (año en el que comienza la recopilación de datos) y
junio de 2017 se acerca a las 900 mujeres, otras organizaciones las
cifran en más de 1.100. Feminicidio.net, afirma que sólo en los últimos
diez años han sido asesinadas 837 personas.
Datos sin alma y sin detalle
Pero la diferencia principal, no está sólo en los
números, sino en la misma forma de recopilar y presentar los datos de
esta terrible estadística, y qué utilidad pueden tener a a hora de
extraer conclusiones que favorezcan la prevención.
Según los datos oficiales que hace público el ministerio de Igualdad,
sabemos que este año han sido asesinadas 28 mujeres. Que cinco de ellas
habían presentado denuncia previa (en cuatro casos la misma víctima y
en uno de ellos a través de un tercero), que la mayoría de las víctimas
tenían edades comprendidas entre los 21 y los 64 años, cuántos
asesinatos se produjeron en cada Comunidad Autónoma; el número de
agresores por rango de edad, si son españoles o de fuera, si finalmente
se ha suicidado, lo han intentado o no o cuántas órdenes de alejamiento
existían.
El problema de los datos que recopila el Gobierno, es que no tienen
ninguna relación entre sí y que no están relacionados con las víctimas
El problema de estos datos es que no tienen ninguna relación entre sí y que no están relacionados con las víctimas.
Son cifras totales que no cuentan una historia de la que se puedan
extraer conclusiones o aprendizajes, más allá de comparar el número de
asesinatos de un mes a otro o en un período de tiempo concreto.
Sabemos que cinco mujeres presentaron denuncia
previa, pero no hay ninguna forma de saber cuál de las 28 asesinadas la
había presentado, ni en qué comunidad autónoma vivía cada una, ni que
edad tenía, ni cuál contaba con medidas de protección. Tampoco aparecen
los nombre de las víctimas ni de los victimarios, ni la circunstancia de
la muerte, si alguna había presentado sólo una denuncia previa o si
habían sido muchas o ninguna. Los datos se presentan aislados y no
están relacionados con las víctimas, lo que hace imposible analizarlos y
sacar aprendizajes.
Según Ana María Pérez del Campo, presidenta de la
Federación de Mujeres Separadas o Divorciadas, "lo que hace el Gobierno
es dar cifras totales sin explicar nada y esto no vale. Lo que se
debería hacer es recoger todos los datos de una manera minuciosa:
nombres, lugar, el tipo de violencia, los datos del asesino... porque es
la única forma de tener todas las cifras y que estas sirvan para
entender y prevenir", afirma. Según Pérez del Campo, la subcomisión
del Congreso para un Pacto de Estado contra la violencia machista, que
está a punto de hacer públicas sus conclusiones, debería estar mirando a
este tema de los datos, aunque no sé si habrá novedades".
Su organización lleva desde 1999 manteniendo una
base de datos sobre los asesinatos machistas que reflejan año tras año,
cifras más elevadas a las facilitadas por el ministerio. Por ejemplo,
afirman que, en lo que llevamos de año el número de víctimas mortales es
de 42 personas, puesto que contabilizan tanto a las víctimas directas, a
los menores y a las que llaman "víctimas colaterales", aquellas
asesinadas en el mismo acto de violencia y que no han tenido una
relación sentimental con el asesino.
Según fuentes oficiales, el año pasado fueron
asesinadas 44 mujeres, una cifra que representó una bajada en el número
de estos crímenes en comparación con los años anteriores. Sin embargo,
para Graciela Atencio, directora de Feminicidio.net, se produjo un hecho
muy grave puesto que según los datos recabados por su organización la
cifra total de víctimas por violencia íntima (la producida por parejas o
exparejas) ascendió en 2016 a 58.
"Si miras estadísticas que son imprecisas a nivel oficial, los datos que vas a sacar de ellas también son imprecisos"
"Si miras estadísticas que son imprecisas a nivel oficial, los datos que vas a sacar de ellas también son imprecisos",
afirma Graciela Atencio, directora de Feminicidio.net. Esta
organización lleva diez años construyento una base de datos de
feminicidio, un término más utilizado en Estados Unidos y América
Latina, que mira a la violencia contra la mujer por el simple hecho de
ser mujeres. Para Atencio existe un preocupante 'sub-registro' de datos
en las estadísticas oficiales.
Para esta organización es importante documentar
todas las formas de violencia para diferenciar los asesinatos por
violencia machista de los que no lo son.
"Cuando las documentas
todas, llegas a la conclusión de que la inmensa mayoría de las mujeres
son asesinadas por violencia de género, pero son violencias de género
que no están tenidas en cuenta ni por las leyes, ni por la academia, ni
en muchos casos por un sector importante de al sociedad civil", añade.
Para Atencio sería fundamental, además, relacionar
datos como los ingresos hospitalarios por lesiones de mujeres que han
sufrido agresión o establecer una relación directa entre las mujeres
asesinadas y las denuncias que han presentado (que hoy en día están por
separado), "puesto que medir la violencia de género con un sólo
indicador no dice mucho ni explica si estamos en un pico de subida o de
bajada". Afirma que el incremento en el número de denuncias desvelado hoy por el Consejo general del Poder Judicial "es una buena noticia, pero también un indicador de que la violencia machista se ha incrementado".
"Lo que es una vergüenza es que en España y en Europa recolectamos los datos de la misma forma en que lo está hacieno África"
"El
problema básico es que los datos no están relacionados entre sí. Pero
no es un problema únicamente español, sino de toda Europa, y lo que es
una vergüenza es que recolectamos los mismos datos que África, teniendo
unos medios infinitamente más avanzados. Esto no puede ser", afirma
Atencio.
Tanto Atencio, como Pérez del Campo resaltan que el
los órganos oficiales no cuenta con las organizaciones de la sociedad
civil para construir los datos y buscar soluciones.
"Con lo que estoy en desacuerdo es con que se esté
dando a bombo y platillo que se va a hacer un pacto estatal contra la
violencia de género y al mismo tiempo se esté pretendiendo dejar sin
funcionamiento a organizaciones que somos expertas en la materia. La
correcta recolección de datos de este tipo de asesinatos sirve para la
prevención. Por ello es importante recopilar de manera muy minuciosa
todos los datos y después ordenarlos para trabajar y aprender sobre
ellos", concluye Pérez del Campo.
Los datos sin relación no sirven para prevenir ni
entender la violencia. Un estudio realizado por feminicidio.net sobre el
número de asesinatos a lo largo del tiempo desveló que enero y junio
son los meses en los que más asesinatos suelen producirse. Teniendo en
cuenta esta premisa, "se podrían hacer campañas específicas de
prevención para sectores concretos y prever medios suficientes para
combatirla", afirma Atencio.
"La democracia se consolida cuando la sociedad civil
puede observar y monitorizar el trabajo del Estado, pero este no es el
caso de España. Tenemos un problema muy grave."
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