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Pegasus tiene la capacidad de espiar más de 1 mil teléfonos celulares a
la vez; fue adquirido por la Sedena, y es el elemento central de toda
una modernización de la Inteligencia Militar que costó más de 10 mil
millones de pesos, revelan los contratos, de los cuales Contralínea
posee copia
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue la
entidad del gobierno federal mexicano que adquirió, por más de 2 mil
millones de pesos, la Plataforma Pegasus, el más sofisticado programa de
espionaje que existe hoy en el mundo, desarrollado por la firma israelí
NSO Group Technologies y comercializado por la estadunidense Security
Tracking Devices.
El software malicioso fue uno de los elementos centrales de toda una
reestructuración del “Sistema de Inteligencia Regional para Incrementar
las Capacidades de la S-2 [Sección Segunda] (Intl) [Inteligencia] EMDN
[Estado Mayor de la Defensa Nacional]”, como se lee en los contratos, de
los cuales Contralínea posee copia. La otra adquisición central fue un
Sistema Táctico de Imágenes para “ver” a través de paredes.
¿Que Pegasus no existe? Aquí los contratos. Lo adquirió la @SEDENAmx ?
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La modernización de toda la Sección Segunda –encargada de las labores de
inteligencia militar– se llevó a cabo en tres fases, al final del
sexenio de Felipe Calderón, y tuvo un costo superior a los 10 mil
millones de pesos. Se trató de una restructuración del Centro de Comando
y Control, sus subcentros, módulos y la instalación de la Plataforma
Pegasus.
Los contratos señalan que hoy Inteligencia Militar –y, a través de
licencias, otros organismos de seguridad nacional, seguridad pública y
procuración de justicia– pueden intervenir, al mismo tiempo, 400 Iphone,
400 BlackBerry, 100 Nokia y 100 smartphones con sistema operativo
Android.
La adquisición del “Módulo Central de la Plataforma NSO Pegasus de
Monitoreo de Smartphones” se realizó por adjudicación directa a la
compañía Security Tracking Devices. De acuerdo con fuentes de la Sedena,
la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton,
tuvo que aprobar personalmente que una compañía estadunidense vendiera
tal sistema a un gobierno extranjero.
A la letra, uno de los contratos señala las capacidades de espionaje
de Pegasus. Logra el control total del teléfono infectado con el
software: “extracción de SMS/MSM; lista de contactos; registros de
agenda; monitores de e-mail; intercepción de voz; extracción de
mensajería instantánea; información de ubicación GPS/Cell ID; captura de
imágenes de pantalla y de la cámara; acceso y manipulación del sistema
de archivos; información y estado del sistema; información de la tarjeta
SIM; información del hardware, sistema operativo y software; denegación
de capacidades de servicio, y detener el funcionamiento del
dispositivo”.
Es decir, toda la información procesada por el aparato es recopilada y
almacenada por los operadores de Pegasus. Más aún, el dispositivo
telefónico se convierte en micrófono y cámara permanentes, y ubica en
todo momento dónde se encuentra el usuario espiado.
El mismo documento destaca que el control del smartphone vía remota
es un hecho aunque el aparato esté encriptado y esté protegido por
antivirus y antiespías. Además, todo ocurre sin que la persona se
percate de ello: una de las características de los sistemas adquiridos
es “ser indetectables en los dispositivos de hardware y por programas de
software (antivirus, antispyware) existentes en el mercado”, dice
textualmente.
La adquisición de los equipos y servicios para la modernización de
las capacidades de la Sección Segunda del Ejército estuvo a cargo de la
Dirección General de Administración.
Formalmente, los nuevos sistemas se utilizarían para apoyar las
actividades de inteligencia y contrainteligencia de la Sección Segunda
(dirigidas especialmente contra los movimientos subversivos), pero
también las de la Sección Séptima, encargada de las operaciones contra
el narcotráfico.
Todos los contratos se adjudicaron de manera directa “por tratarse de
asuntos de seguridad nacional”, como explicó a Contralínea el entonces
director de Comunicación Social de la Sedena, el general Ricardo
Trevilla Trejo.
Cuestionado por Contralínea sobre el uso que se le daría a la
Plataforma Pegasus, el general Trevilla dijo en julio de 2012 que se
utilizaría contra “determinados grupos criminales. Contra delincuentes
en general, no. Es contra grupos armados. El equipo es para cumplir con
nuestras misiones, establecidas en la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza
Aérea. En este caso nos referimos a la segunda misión: garantizar la
seguridad interior”.
Además de Security Tracking Devices, la otra empresa a través de la
cual se adquirieron los equipos y servicios –sobre todo para la Fuerza
Aérea– fue la también estadunidense AV y D Solutions.
Fueron 18 los contratos y convenios que entre 2010 y 2012 celebró la
Sedena para adquirir equipos y servicios que modernizarían las
capacidades de la Sección Segunda del Estado Mayor de la Defensa
Nacional. Contralínea obtuvo ocho de ellos: tres contratos y cinco
convenios modificatorios por 5 mil 628 millones de pesos, aquellos que
en 2012 eran auditados por la Secretaría de la Función Pública, la
Auditoría Superior de la Federación y la propia Contraloría General del
Ejército y Fuerza Aérea. Entre ellos se encuentran los de la Plataforma
Pegasus.
La primera fase del Sistema de Inteligencia para Sección Segunda de
la Sedena se adquirió a Security Tracking Devices el 10 de septiembre de
2010, mediante la firma del contrato 4550000033 (folio SAITE-1203/2010)
por 650 millones de pesos. Se trató de la remodelación física del
Centro de Comando y Control y su preparación técnica para albergar los
equipos que se instarían y garantizar su funcionamiento. La Sedena pagó
por medio de transferencia bancaria a la cuenta 65500952869 con número
Clabe 014320655009528691, radicada en Guadalajara, Jalisco, del banco
Santander.
El contrato 4550000007 (folio SAITE-539/2012) da cuenta de la
adquisición de la segunda fase del Sistema. Security Tracking Devices
comenzó la instalación del Pegasus: el módulo central desde donde se
opera esta plataforma de intervención de comunicaciones con sus ocho
unidades de monitoreo de teléfonos inteligentes y sus estaciones de
trabajo. Sólo el módulo central de Pegasus tiene la capacidad de
intervenir al mismo tiempo 400 equipos son sistemas BlackBerry, 100 con
Symbian (de teléfonos Nokia) y 100 Android (de Google). La Sedena pagó
por estos servicios y equipos 1 mil millones de pesos a la cuenta antes
citada.
La tercera fase también tuvo un costo de 1 mil millones de pesos. El
contrato 4550000006 (folio SAITE-540/2012) da cuenta de la finalización
de la instalación y el licenciamiento del software y puesta en operación
de Pegasus Mobile Comunication Solution. A las capacidades de
intervención de comunicaciones se agregó la de intervenir 400 teléfonos
de Iphone.
En esta tercera fase quedó también instalado el Sistema Táctico de
Imágenes a través de Paredes. Un radar que permite ubicar personas y
objetos en inmuebles objetivos.
A los 2 mil 650 millones de pesos que suman los montos de estos
contratos se agregan otros cinco para adquirir productos y servicios
relacionados con la modernización de las actividades de inteligencia de
la Sección Segunda, por casi 3 mil millones de pesos.
Se trata de cinco convenios –también adjudicados a Security Tracking
Devices– para adquirir, entre otros equipos y servicios, dos sistemas de
designadores electromagnéticos de señales satelitales de telefonía
celular; un sistema procesador electromagnético; ocho estaciones remotas
móviles de radiocomunicación y sistemas de inteligencia. Estos
documentos se firmaron entre el 21 de diciembre de 2010 y el 3 de
noviembre de 2011, bajo los números 4500006718 (folio SAITE-1462/2010),
04500006876 (folio SAITE-520/2011), 4500006908 (folio SAITE-556/2011),
4500000147 (folio SAITE-782/2011), 4500000525 (folio SAITE-135/2011) y
4550000007 (folio SAITE-539/2012).
Contralínea publicó el 22 de julio de 2012 los contratos que eran
escudriñados por auditores civiles y militares, por denuncias de
supuestos hechos de corrupción cometidos a lo largo de todo el proceso
de adquisición de los sistemas. Antes, la columna Oficio de papel, de
Miguel Badillo, en estas mismas páginas, dio la primicia de los
contratos, los montos y las capacidades del sistema desde el 1 de julio
de ese año.
El actual secretario de la Defensa Nacional, el general de división
Salvador Cienfuegos Zepeda, se desempeñaba en esos días como Oficial
Mayor del Ejército y Fuerza Aérea.
El pasado 19 de junio, The New York Times dio a conocer los
resultados de una investigación técnica realizada a cargo de Citizen Lab
–the Munk School of Global Affairs de la Universidad de Toronto,
Canadá–. Los resultados arrojaron que 10 periodistas, defensores de
derechos humanos y activistas anticorrupción, seleccionados para la
investigación, fueron víctimas de espionaje gubernamental.
Además, el informe Gobierno espía. Vigilancia sistemática a
periodistas y defensores de derechos humanos –elaborado por Artículo 19,
Red en Defensa de los Derechos Digitales y Social Tic–, confirma el
espionaje por medio de un análisis técnico forense.
La investigación técnica comprobó que los smartphones de los
personajes espiados habían sido infectados con el software malicioso de
la plataforma Pegasus.
La instalación del malware en los teléfonos la concretó el propio
usuario al dar clic a un enlace recibido en su teléfono inteligente.
Para ello, los mensajes con el software malicioso se hicieron pasar por
cuentas del servicio informativo Uno Tv o de la Embajada de Estados
Unidos en México. En algunos casos, se utilizaron como señuelo mensajes
de supuestos contactos de los usuarios que buscaban advertirlos de
información de su vida privada.
Contratos:
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