Pedro Echeverría V.
1. Sería maravilloso que México fuera un país independiente, libre y
soberano; pero nunca lo ha sido. Primero fuimos cultura de muchos
pueblos indígenas, luego colonia de España, más tarde país peleado por
colonialistas europeos y desde el siglo XX plenamente dominado por los
EEUU. Bueno preguntarían: ¿Qué país en el mundo es independiente si
hasta el pías enemigo del mundo, los EEUU, depende de los intereses de
las más poderosas transnacionales? Aunque sus gobiernos sean
Republicanos o Demócratas tienen que arrastrase para que los grandes
petroleros, los fabricantes de armas, la FED, etcétera, les aprueben
gastos y le autoricen una política gubernamental. A los EEUU se les
conoce como los más criminales y guerreristas del mundo, pero no han
llegado a ser, como México, ningún patio trasero sometido en todo. ¿O,
sí?
2. Así que AMLO y los anteriores mandatarios de México, para ser
presidente de un país, debe ser aprobado por los EEUU, como también los
gobernantes de todos los países de su zona. Recuerdo mucho aquel pasaje
de 1929 cuando el candidato presidencial de oposición José Vasconcelos
le reclamó al embajador yanqui en México Dwight Morrow por qué el apoyo
de EEUU al candidato oficial del PRI, Pascual Ortiz Rubio. El embajador
Yanqui se burló del muy popular, pero ingenuo Vasconcelos que no sabía
que cualquier candidato tenía que presentarse antes en los EEUU.
Obviamente ni Meade ni Anaya lo necesita porque en EEUU son muy
conocidos, así como los partidos que representan, pero López Obrador
–por su prestigio de centro/izquierda tendrá que jurar que no tiene
mentalidad expropiatoria ni se aliará con los enemigos de EEUU.
3. No olvido que en la campaña electoral de 2006, desde enero, López
Obrador iba en “caballo de hacienda” porque todas las encuestas decían
que llevaba ventaja de 20 puntos al candidato panista Felipe Calderón y
15 días antes de las elecciones –de acuerdo a las mismas encuestas-
comenzó a desplomarse hasta que se emparejó un día antes. Los que nunca
entendieron hablaron de errores tales como el ¡cállate chachalaca!, como
no asistir a un debate, como no dar dinero a la TV, como la difusión
ser “un peligro para México” o amigo de Chávez. La realidad es que me
fastidia buscar cinco pies al gato para justificar o hacer notar errores
o pretextos cuando sabemos que por lo menos desde hace un siglo es la
gran burguesía y los EEUU los que deciden quien pasa y quién no. En 2006
el empresariado dijo: “ese señor AMLO no pasa, llueva o truene” y no
pasó.
4. ¿No valen entonces los votos de los electores? Se sigue pensando
en que el fraude electoral se realiza al contabilizarse los votos, como
era antiguamente. Todos sabemos que el fraude se hace antes de votar: a)
en los gastos de campaña, b) en la publicidad por TV, c) en la compra
de votos con dinero y regalos; d) en el acarrea en los actos y a la hora
de votar; es decir pareciera que un duende le toma la mano al elector.
Lo he escrito mil veces: la gente vota, pero no lo hace por conciencia,
por cariño y mucho menos por sus intereses de futuro; vota –sobre todo
con carencia de comida, trabajo, vivienda- absolutamente manipulado por
quien le ofrece de inmediato dinero, le promete trabajo o le hace
regalos. He visto que quienes asisten a los mítines de campaña luego se
mueven hacia otros candidatos y partidos en busca de obsequios.
5. Hay muchos datos que hacen pensar que López Obrador puede llegar
muy fuerte al final de la campaña presidencial y que ello pueda obligar a
los políticos y multimillonarios a aceptar a AMLO; también que el
priísta Meade y el panista Anaya no les den la suficiente garantía y
confianza para manejar al país en estos momentos de convulsión. O quizá
recibirán algunos consejos o presión para probar a López Obrador.
Obviamente con ello subrayo que toda la política y la economía sigue
dominada absolutamente por la clase dominante y que el pueblo sin mínima
conciencia y sin organización sigue ampliamente manipulado por la
iglesia, los medios de información y por lo que representa el
capitalismo. Me gustaría que aquella frase de Porfirio Díaz a Creelman
de 1908, en el sentido de que el pueblo de México ya estaba preparado
para ser libre, fuera cierta.
6. Díaz ya estaba hasta la madre, achacoso de ser un dictador desde
1876; su ejército muy bien armado, pero viejo, sería barrido por el
pueblo indignado. Cuando supo que una parte de la población se había
levantado en armas, temiendo que fueran todos los mexicanos, decidió
mejor escapar porque tuvo miedo de que el pueblo lo apresara junto a su
familia y lo ahorcará públicamente porque así son las cosas del
“linchamiento”. Hoy no se dan estas cosas contra los gobernantes
ladrones, represivos y mentirosos. Para ello están las cárceles para que
purguen sus culpas y devuelvan lo robado; pero en México las cárceles
sólo funcionan contra los pobres por robarse un pedazo de pan; los ricos
poseen una hermandad de intereses que les permite no pisar la cárcel o
sólo hacerlo por unos meses, para luego salir a gozar de sus riquezas.
(9/II/18)
alterar26@gmail.com
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