Fueron tres los planteamientos
centrales de la peculiar movilización que protagonizó Javier Corral
Jurado, gobernador de Chihuahua: en primer lugar, la denuncia y el
rechazo a los tradicionales mecanismos de control político que ejerce el
poder centralista respecto a las entidades federativas (con la
consecuencia específica de haber retenido más de 900 millones de pesos a
las arcas del estado norteño); en segundo lugar, la exigencia de que
sea extraditado y castigado, conforme a criterios de estricta justicia,
el ex gobernador priísta César Duarte, quien saqueó sistemáticamente las
finanzas chihuahuenses; y, por último, pero no menos importante que los
otros dos puntos, la difusión y la demanda de castigo ejemplar del
entretejido delictivo que llevó a la secretaría federal de Hacienda (con
Luis Videgaray al frente, entonces; hechos que luego debería haber
conocido el sucesor, José Antonio Meade) a triangulaciones para entregar
dinero público a campañas electorales priístas (con Manlio Fabio
Beltrones como presidente del comité nacional tricolor y
presunto cómplice de las maniobras, y uno de sus hombres de confianza en
asuntos de dinero, el empresario coahuilense Alejandro Gutiérrez,
apresado y convertido en una especie de rehén en disputa).
En una negociación extrañamente civilizada y de mutua comprensión e
incluso halagos entre las dos partes, el secretario federal de
Gobernación, Alfonso Navarrete Prida (priísta modélico, miembro
destacado de la ortodoxia del estilo atlacomulquense, ejecutor impecable
de las órdenes superiores), y el siempre altisonante Javier Corral
Jurado anunciaron una serie de acuerdos que satisfacen las aspiraciones
inmediatistas y pragmáticas de los negociantes, sin generar una sola
propuesta o acción que fuera al fondo de los asuntos planteados e
incluso con un evidente tufo de que se permiten o propician
circunstancias para manipulaciones políticas y judiciales que permitan
que continúe la manipulación centralista de los fondos federales hacia
los estados (si acaso, con la protesta política y las movilizaciones
como fórmula para una especie de chantaje restitutorio); que César
Duarte invoque violaciones al debido proceso (mostrando los acuerdos
políticos a que llegaron los gobiernos federal y chihuahuense en cuanto a
celeridad de trámites que se supone no deben ser influidos por arreglos
de esa índole, política) y, en dado caso, su proceso judicial termine
afectado a favor del priísta, con tanta benevolencia de
erroressembrados (como ha sucedido con otros ex mandatarios); y, por último, que el rehén interpartidista, Alejandro Gutiérrez, haya sido entregado al paulatino pero imparable control procesal del peñismo, ya trasladado a un centro penitenciario del gobierno federal, en Ciudad Juárez, y con el recurso jurídicamente subsistente de la
tortura(por más revisiones que hagan ciertas instancias defensoras de derechos humanos) como vía para ir posponiendo (cuando menos, para después de los comicios de julio próximo) el tema de la triangulación de dinero federal a campañas priístas y, a como se ven las cosas, para construir alguna forma de virtual exoneración, judicial y política, del operador financiero Gutiérrez, de su jefe Beltrones y de los tecnócratas Videgaray y Meade.
La maraña de intereses y ambiciones concentradas en el lance
chihuahuense iniciado el 20 de enero en Ciudad Juárez tuvo, además de
sus plausibles tres propósitos originales (los planteados al inicio de
esta columna), un evidente hedor a maniobra con fachada justiciera pero
propósitos politiqueros (el viernes hubo una videocharla astillada sobre
el tema: Los claroscuros de Javier Corral y su caravana https://goo.gl/Qke4eB).
Con un estado sumido en graves problemas de inseguridad pública (la
delincuencia organizada, absolutamente fuera de control; la ejecución de
Miroslava Breach como pendiente ético y judicial) y amplias críticas de
sectores chihuahuenses al estilo protagónico y pretencioso, pero
ineficaz en términos de gobernabilidad, de Corral Jurado, éste optó por
una fuga hacia adelante, en carriles nacionales y partidistas: con la
Caravana por la Dignidad buscó adherirse a la vestimenta panista una
etiqueta de presunto luchador social antisistema y estuvo a punto de
culminar con éxito la construcción de una aureola de auténtico
combatiente contra la corrupción (pero los términos pragmáticos y
utilitarios de los Acuerdos de Bucareli lo han mostrado, con rapidez,
lejos de esa apetencia y más como un negociador de la ley).
El capital político de la movilización corralista (la cual tuvo el
apoyo de Emilio Álvarez Icaza, como coordinador general, y de
intelectuales y activistas como Denise Dresser y Jorge Castañeda) habría
tenido como beneficiario electoral a Ricardo Anaya, el (pre)candidato
presidencial panista con quien el chihuahuense tuvo fuertes diferencias,
pero de quien es ahora un aliado por mutuas conveniencias. La
fotografía de Corral, el caravanero, apoyando electoralmente a Anaya
Cortés, habría sido una transferencia gráfica de las ganancias de la
marcha (que en varias ciudades se convirtió en activismo panista
extraoficial) a la figura del joven queretano que aspira a presidir el
país.
La historia de un final feliz para los propósitos panistas y
anayistas, con la bandera de la lucha anticorrupción como contribución
marchante de Corral, se topó con la develación de uno de los mecanismos
utilizados por el citado Anaya Cortés para hacerse de muchas y caras
propiedades en Querétaro.
Además de la evidente historia oscura de un panismo inmerso en
escándalos de corrupción durante el foxismo, el calderonismo y a través
de moches y otros métodos practicados en las cámaras
legislativas y gobiernos estatales y municipales, un reportaje de Álvaro
Delgado, en la revista Proceso, ha documentado que la Fundación por más Humanismo, creada por Anaya en 2009, fue
usada por él para hacer un millonario negocio inmobiliario con constructores amigos, mediante un complejo esquema de triangulación y encubrimiento de operaciones financieras. ¡Hasta mañana!
Los rusos ya están en México. Ya
firmaron un acuerdo que les abre las puertas a explotar la riqueza
petrolera. Ya les fue entregado un contrato. De hecho, les dieron
prioridad sobre otros países. ¿Por qué quiere ocultarlo el gobierno de
Peña Nieto? Hicieron el negocio antes de que Trump llegara a la Casa
Blanca. No imaginaron Peña Nieto ni Luis Videgaray ni Pedro Joaquín
Coldwell que en Estados Unidos estallaría el escándalo ruso, con motivo
de los supuestos negocios que la gente de Trump ha hecho con la gente de
Putin. Así va la historia:
En el marco de la participación del presidente Enrique Peña Nieto en el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza, Petróleos Mexicanos y la empresa petrolera rusa Lukoil suscribieron un acuerdo de cooperación que sienta las bases para trabajar de manera conjunta en temas relacionados con actividades de exploración y producción, dice un comunicado oficial emitido por Pemex el 24 de enero de 2014. Agrega:
El acuerdo fue firmado por el director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, y el presidente de Lukoil, Vaguit Alekpérov. Fue testigo el presidente Peña Nieto; el video lo muestra aplaudiendo entusiasta. (Pueden verlo en mis espacios de Facebook y Twitter). ¿Están enterados los estadunidenses de la existencia del negocio ruso-mexicano? Obviamente. El amenazante secretario de Estado del país vecino, Rex Tillerson, antes fue presidente de Exxon. No debe sentirse feliz de que el gobierno mexicano haya permitido que una compañía rusa le muerda su hamburguesa.
El supercontrato
Pemex fue muy generoso con sus socios rusos. Les asignó
el Contrato Integrado de Exploración y Producción para el bloque
Amatitlán de 230 km2 cerca de Poza Rica. Amatitlán posee 4.2 mil
millones de barriles de petróleo y 3.33 billones de pies cúbicos de gas
natural. La formación Chicontepec, conocida como Aceite Terciario del
Golfo en México, abarca aproximadamente 3 mil 800 kilómetros cuadrados y
contiene el recurso de hidrocarburos más grande del país, con un aceite
de origen estimado en 59 mil millones de barriles de petróleo
equivalente. Recientemente la petrolera Renaissance Oil anunció que se
asoció con los rusos de Lukoil para explotar el enorme yacimiento. Los
datos que transcribo provienen de Renaissance Oil. Tiene Su oficina
principal en Vancouver, Canadá.
Cañonazo
Ya había sacado un amparo Manlio Fabio Beltrones. Oía
pasos en el tejado. Su financiero, ex diputado, ex senador, y ex
secretario general adjunto del Comité Ejecutivo Nacional del PRI,
Alejandro Gutiérrez, había sido detenido y encarcelado por el gobierno
de Chihuahua en el Cereso estatal número uno, en Chihuahua capital. Fue
acusado del presunto desvío de 246 millones de pesos de recursos
públicos para campañas electorales priísta. Era la punta de la hebra
para descubrir una operación que se supone gigantesca. El gobernador
panista Javier Corral acusó al gobierno de Peña Nieto de no entregar al
estado 700 millones de pesos de recursos federales, en presunta
represalia por las investigaciones que llevaba a cabo para sancionar los
actos de corrupción de su predecesor, César Duarte, y el
encarcelamiento del prominente priísta. Se armó un forcejo. Corral
organizó una marcha hacia Ciudad de México. Vino lanzando arengas contra
la corrupción y la impunidad. Quería
sudinero y la extradición de Duarte. Sin embargo, la noche del sábado firmó un acuerdo con el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, sobre estos puntos. 1- La PGR solicitará la extradición de César Duarte sobre 11 temas. (Eso no quiere decir que consiga traerlo a México, depende, en buena parte, del gobierno de Estados Unidos). 2- La entrega de los 700 millones reclamados originalmente y retenidos por la Federación (con un pilón de 200 millones). 3- Sobre el preso tricolor, Corral aceptó entregarlo para que sea internado en el Cefereso nueve (federal) de Ciudad Juárez. (El gobierno federal decidirá qué hace con él). ¿Y las reclamaciones de Corral contra la corrupción y la impunidad? Aflojó. Salió muy sonriente del despacho de Navarrete Prida.
No por evidente es
menos burda la estrategia de Donald Trump en torno a la propuesta de
cancelar la orden ejecutiva mediante la que se pospusieron los juicios
de deportación a más de un millón 800 mil jóvenes que llegaron a Estados
Unidos cuando eran niños, DACA, por sus iniciales en inglés. El
resultado es que puso al Partido Demócrata contra la pared y pudiera
significar la derrota de algunos de sus candidatos en las próximas
elecciones, y de esa forma la posibilidad de recuperar la mayoría en
alguna de las cámaras legislativas.
Si los demócratas deciden ceder y autorizar el presupuesto para
continuar con la construcción del muro fronterizo, y de esa forma salvar
DACA, habrán perdido esa batalla. Pero si determinan negar dicha
autorización y continuar con su campaña en contra del muro, Trump
cancelaría definitivamente la opción que abrió Obama con DACA. A juicio
de algunos especialistas, los demócratas habrán dado un paso que pudiera
abrir una escalada de deportaciones que sería desastrosa para cientos
de miles de jóvenes cuya vida ha sido construida allá. En uno y otro
caso los demócratas estarán en peligro de perder apoyo de una parte de
votantes en las elecciones de noviembre próximo, en la que estará en
juego un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de
Representantes.
Por salud mental,
démonos un descansito de don Don(ald). Nada más, al final, me atreveré a
comunicar escuetas noticias sin mayor comentario y sólo porque son
detallitos amistosos de algunos miembros de la multitud, que están
siempre atentos a que no se me escape alguna barrabasada con que todos
los días, en las mañanitas nos canta el rey
D.
Comencemos con un par de comentarios relacionados con sendos amigos.
Lamentablemente los finales de cada una de las crónicas que pasaré a
relatarles, tienen finales por demás diferentes.
Primero, quiero hablar de alguien bien popular por su rostro, sus
actuaciones teatrales, cinematográficas y televisivas e, injustamente,
pienso yo, menos reconocido por su trabajo como escritor, guionista y
adaptador. Me refiero a Jorge Patiño, oriundo de esta ciudad y dedicado
su vida entera, de cerca de 80 años, a todas las expresiones artísticas
mencionadas. Estudió con don Adolfo Ballano Bueno y con don Fernando
Wagner. Sus inicios teatrales se dieron con este excepcional director en
la obra Andorra. Luego: Las tinieblas cubren la tierra, de Jerzy Andrzejewski, y Fastos del Infierno, de Michel Ghelderode. Pasó a la dirección con las obras Recordando con ira y La historia del zoológico, de Albee. Participó en numerosas producciones fílmicas hasta que obtuvo su primer estelar en Por eso,
de Rogelio González. Siguió una activa y constante carrera de actor,
gracias no sólo a sus calidades actorales, sino a una genialidad que tal
vez sólo Vittorio De Sica había ideado y conseguido: escribir un guion
en que hubiera un personaje central de su propuesta que, ¡quién lo
creyera!, siempre coincidía, con el perfil exacto del escritor del
guion.
Véanse los argumentos escritos por Patiño y filmados por los demás
diversos productores o, las telenovelas de Televisa o el Canal 13,
escritas por este mismo autor, en los que no aparezca, de forma
preponderante un personaje meticulosamente descrito en el guion como:
varón, estatura entre baja y mediana, tez morena, calvicie incipiente,
tendencia a la obesidad, ojos pequeños, pero exageradamente vivaces y
móviles, frente en permanente ampliación y un tono de voz de entrada
melifluo, pero que, en un rato de conversa, podía recorrer todo el
espectro sonoro: agudos de soprano coloratura y graves de bajo profundo.
Modulaba a su antojo y con simples interjecciones (también ademanes y
gestos), lograba transmitir las intenciones y sentimientos más diversos.
En un principio, en las reuniones de preproducción: los financieros que
invertían en el proyecto, el director, productor, gerente de reparto y
por supuesto el autor, guionistas y adaptadores ocupaban más tiempo en
encontrar a ese personaje que, aunque menor, resultaba indispensable,
pues su rol, a veces minúsculo, explicaba el nudo de la obra. De pronto
uno de los presentes exclamaba:
¡Pero si seremos tarados! El personaje ya está aquí. [Asombro general.] Miren a Patiño y díganme ¿No está perfecto para el papel?
El sexenio peñanietista cerrará con un
crecimientoeconómico anual promedio en torno a 2 por ciento, es decir, la misma proporción que la registrada en los cinco gobiernos anteriores. De hecho, en los pasados 35 años las seis administraciones públicas involucradas en el periodo presumieron que cambiaron todo para finalmente sólo empeorar las cosas, y así lo demuestran los resultados.
Como bien lo apunta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el
Crecimiento Económico (de cuyo análisis se toman los siguientes
pasajes),
la economía mexicana continúa reflejando los signos de debilidad y desaceleración, y la descripción general puede ser tomada desde una reflexión de John Maynard Keynes en 1930, refiriéndose a Estados Unidos, pero la cual es vigente para el diagnóstico actual de México: un estado crónico de actividad inferior a la normal durante un tiempo considerable, sin tendencia marcada hacia la recuperación ni hacia el hundimiento completo.
Lo anterior no puede corresponder con un resultado satisfactorio, ya
que aun cuando en México se puede tener optimismo considerando el menor
crecimiento registrado en otras regiones y países más desarrollados, las
consecuencias del escaso crecimiento registrado continúan siendo
evidentes y se materializan en inseguridad, precariedad laboral y
pobreza.
No puede existir conformidad con los resultados económicos cuando 57
por ciento del empleo se encuentra en la informalidad laboral, una
situación que no ha variado significativamente en los pasados 12 años,
desde que se tienen estadísticas de esta variable.
El contexto laboral es el reflejo de la situación de un sector
privado con una estructura fragmentada: sólo 0.2 por ciento de las
empresas son catalogadas como grandes (más de 251 personas empleadas) y
generan 64 por ciento de la producción bruta; 95.4 por ciento que
corresponden a los micro establecimientos (menos de 10 personas
ocupadas) apenas alcanza a aportar 9.8 por ciento de la misma.
Generar menos riqueza también tiene de fondo una mayor inequidad, si
no crece la economía. ¿Cómo incrementar el ingreso de los trabajadores y
con ello mejorar el entorno social? Las grandes empresas emplean a 29
por ciento del personal ocupado, con lo cual generan 58.7 por ciento de
las remuneraciones, mientras las micro mantienen 40 por ciento de la
ocupación del país, pero sólo 10 por ciento de las remuneraciones. Este
hecho revela la realidad de la estructura productiva, pero también el
espejo que implica para la sociedad mexicana.
La estabilidad macroeconómica no basta para satisfacer las necesidades de la economía número 15 en el ranking
mundial, lugar que ocupa la mexicana por el acervo de sus recursos
físicos y humanos, no por el incremento sostenido de su productividad y
competitividad en todo el territorio nacional: existen algunas regiones y
sectores productivos integrados a la modernidad, pero que en general lo
hacen desde una base maquiladora o subordinada a las cadenas globales
de valor, de tal suerte que únicamente existe un reducido grupo de
empresas nacionales que mantiene elevados estándares de competitividad y
productividad.
La crisis de finanzas públicas es recurrente y ello ha limitado el
crecimiento a 2.5 por ciento. Como se mencionó, esto implica que la
economía 15 del mundo sólo pueda ocupar la posición 70 en términos per
cápita. Sí México logra crecer a una tasa sostenida de 5 por ciento
podría duplicar su PIB per cápita en 18 años, en lugar de los 48 que
implica la estabilidad macroeconómica de 2.5 por ciento.
El reto fundamental es acelerar el ritmo de crecimiento
económico: debe tenerse una obsesión por el crecimiento; la
estabilización macroeconómica debe alcanzarse, pero no por la contención
del sistema productivo, sino por el aumento de las capacidades
productivas de la economía. Para ello debe elevarse la capacidad
potencial del sistema productivo en México, y la única forma de lograrlo
es mediante mayor inversión.
Durante los pasados 30 años, en México el crecimiento del PIB
potencial pasó de 6 a solamente 2.5 por ciento; la estabilidad
macroeconómica alrededor de esa tendencia estructural permite entender
por qué el país no puede superar el promedio antes citado, la
estabilización sólo le permite oscilar alrededor de su reducida
capacidad potencial.
En México, el crecimiento de la inversión es cada vez menor; si se
analiza por periodos de los pasados gobiernos, el incremento de la
formación bruta de capital fijo durante la presente administración (con
datos hasta noviembre de 2017) es la que muestra el menor registro con
un avance de uno por ciento en promedio anual. Lo anterior se explica
con la marcada caída en la inversión pública de -5.2 por ciento,
mientras la parte privada continúa creciendo 2.5 en promedio al año
desde 2013.
La consecución de mejores resultados requiere el compromiso del gasto
gubernamental con el crecimiento económico, donde la estabilidad
macroeconómica es importante pero no constituye el fin. Una confusión
presente en México en las pasadas décadas, donde en la actualidad el
escaso crecimiento ahora también padece de una pérdida de estabilidad,
con el incremento en precios por encima de las expectativas de la
autoridad monetaria.
En 2017, informa Hacienda, las
finanzas del país registraron un déficit público de -238 mil 472
millones de pesos, resultado de un déficit presupuestario de -230 mil
437 m, más otro de -8 mil 036 m en el balance de entidades bajo control
indirecto (Gráfico 1)
Sin incluir en el déficit público total el costo financiero de la
deuda (533 mil 351 m) y otros ajustes, el fisco federal logró un
novedoso superávit primario de 310 mil 151 millones, alcanzado gracias a
la transferencia de 321 mil 653 millones del remanente de operación del
Banco de México.
Los ingresos.- El ingreso presupuestario ascendió en 2017 a 4.947
billones de pesos, cifra que superó en 586 mil millones (13.4%) a lo
aprobado (Gráfico 2). Este hecho recurrente de sub presupuestar los
ingresos, permite al gobierno federal disponer al año de ingresos remanentes
(en 2016 fueron 691 mil millones; 16.6% de lo aprobado) que son
asignados fuera de presupuesto y con alto grado de discrecionalidad.
En estos remanentes fiscales de libre asignación directa vía
Hacienda o indirecta vía convenios con los gobiernos estatales es donde
radica el núcleo de opacidad, preferencias, condicionamientos y
eventual ilegalidad denunciada por el gobierno de Chihuahua cuando a la
inequidad distributiva se esos recursos adicionales se agrega el desvío
hacia ciertos partidos, campañas políticas o enriquecimiento ilícito.
Es cada vez más difícil
identificar cuál es la narrativa, el complot o la conspiración y tratar
de hacer un análisis más o menos coherente del espectáculo dentro la
cúpula poítica de Estados Unidos (y los que intentan bailar con ella
aquí y en otros países).
Algunos dicen que Trump está encabezando un complot de la
ultraderecha, otros insisten que el complot es de los neoliberales,
otros más que es un bufón que no tiene idea y sólo quiere ser el centro
de atención a toda hora en todas partes (si es así, ha triunfado); otros
afirman que no hay ninguna estrategia aparte de cumplir con los deseos
inmediatos de banqueros, fanáticos religiosos y supremacistas blancos
(todos los cuales han elogiado al ocupante de la Casa Blanca).
O tal vez no hay que pensarle tanto, y en los hechos quedan claras
sus intenciones: destruir el estado de bienestar social y otras
estructuras que quedan desde los tiempos de Franklin Roosevelt, realizar
una limpieza étnica en el país y cerrar las fronteras, y
declarar que cualquiera dentro o fuera de Estados Unidos que se oponga,
no jure lealtad o por lo menos subordinación al nuevo bufón-emperador
será atacado como
enemigo del pueblo, o algo así.
Pero no se sabe bien a bien qué es todo esto, y lo ocurrido esta
semana no ofrece mayor claridad. Trump ofreció su discurso sobre el
estado de la Unión, y proclamó que esto que se está viviendo es el amanecer de una nueva era estadunidense gloriosa, llamó a la unidad nacional, declaró más guerra contra inmigrantes y amenazó al resto del planeta con más armas nucleares. Poco después, en una entrevista, infirió que tal vez sería necesario otro 11-S para lograr esa unidad.
Un lector pregunta por la
definición de asistencialismo y por qué en la columna anterior
califiqué de asistencialista a la doctora Elisabeth Kübler-Ross.
Asistencia, según el siempre rezagado diccionario, tiene entre otros
significados el de prestar socorro, favor o ayuda y, en sentido amplio,
se refiere a la asistencia médica o sanitaria que un gobierno dedica a
la prevención, diagnóstico y tratamiento de cualquier enfermedad o
afección mediante sus políticas e instituciones de salud,
independientemente de su eficiencia y cobertura.
Esta es una de las grandes contradicciones del sistema capitalista
neoliberal que, por un lado, enferma a la ciudadanía –y al planeta–
mediante la indiscriminada permisividad de sus leyes en favor del
mercado y el consumo y, por otro, se otorga medallas por los esfuerzos
realizados en pro de la salud. Ogro filantrópico de la inmoralidad
acumuladora, aparenta estimular y proteger un agraviado bienestar
comunitario al tiempo que reprime.
En Buenos Aires, donde hizo una de
las escalas de su gira por diversos países de América Latina, el
secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, dijo que su
gobierno considera la posibilidad de imponer sanciones económicas a las
exportaciones petroleras de Venezuela a fin de
acelerar el finaldel gobierno de Nicolás Maduro. Tal medida sería el siguiente paso después de las medidas discriminatorias impuestas por Washington a diversos funcionarios del régimen chavista y de la prohibición de adquirir bonos estatales venezolanos y de la empresa petrolera de propiedad pública PDVSA.
Miedo en la Nápoles por robos
Miguel Ángel Mancera, jefe de
gobierno de Ciudad de México: El viernes 2 de febrero, en pleno día, una
banda de pillos intentó forzar las cerraduras de dos o quizá tres
edificios de departamentos en la calle de Dakota, en la colonia Nápoles.
Por fortuna, fallaron sus esfuerzos. No estamos seguros de que se
fueron. En la madrugada del 3 al 4 de febrero, un patrullero ejemplar
consiguió frenar a unos jóvenes sospechosos que al ser arrestados
alcanzaron a lanzar una bolsa debajo de un automóvil estacionado: dentro
había pinzas, ganchos y otras herramientas, seguramente para cometer
robos a casas.
El control difuso se puede aplicar tanto al de constitucionalidad como al de convencionalidad, entendiendo por
controllos actos para garantizar que las normas jurídicas se cumplan.
¿Decir algo sobre el actual
proceso de elección presidencial? Pero se ha dicho casi todo, y en
todos los tonos, sobre dicha elección. Y, sin embargo, es siempre
preciso decir algo más, que ojalá haga una mínima aportación a lo ya
dicho.
México está, me congratulo,
en medio de una batalla política que como pocas veces ha despertado el
interés de casi todos, al menos en los círculos que frecuento y en los
lugares en los que ando. Todo mundo está interesado en el proceso
electoral que culminará el próximo primero de julio con la elección de
presidente de la República y de otras autoridades locales y federales
también importantes. Hay gran interés de los futuros votantes en dar
seguimiento a los ires y venires de la política; se nota también en
otros palenques, en las redes sociales de Internet: Facebook, Twitter y
otros cuyos nombres ignoro; ahí se ventilan debates, se expresan
preferencias y a veces insultos; ahí difunden sus propuestas candidatos y
precandidatos, exageran sus errores, su dislexia o sus características y
cualidades reales o atribuidas.
Guardadas todas las proporciones,
parece una historia ubicada en la época en que Hitler hacía de las
suyas. Cuando numerosas empresas alemanas utilizaban mano de obra
esclava para reforzar su producción bélica y médicos realizaban
experimentos dolorosos y mortales con miles de prisioneros en los campos
de concentración. Sin el mínimo sentido ético ni consentimiento de los
sometidos a tales pruebas, esos médicos y sus ayudantes buscaron
encontrar un método efectivo contra la hipotermia, elaborar productos
farmacéuticos para curar lesiones y enfermedades; para probar compuestos
de inmunización y sueros a fin de prevenir y tratar enfermedades
contagiosas: malaria, tifus, tuberculosis, fiebre tifoidea, amarilla y
la hepatitis infecciosa.
Cuando pensamos en la
niñez vienen a la mente imágenes de niñas y niños jugando, estudiando,
brincando, sonriendo, soñando y disfrutando de la vida en compañía de
su familia. Esta realidad es muy lejana para decenas de miles de niñas,
niños y adolescentes que han decidido migrar de sus países de origen en
busca de
una vida mejordebido al contexto de crisis humanitaria que azota al Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador). Se calcula que tan sólo en 2015, 17 mil menores no acompañados llegaron a México con la meta clara de emigrar a Estados Unidos.
Si ya se está
materializando alguna forma de recuperación luego del estancamiento
prácticamente generalizado de los países con las economías más avanzadas
del mundo, su horizonte de inversión está aún fijado en el corto plazo.
En la actual mutación de
las formas de expresión y del arte reina aún la incertidumbre de adónde
de veras irán a parar la creación y la percepción de las obras. El
siglo XX nos trajo su reproducción masiva, dándoles un impulso mayor que
Gutenberg a la creación, la difusión y los usos prácticos del arte.
Fotografía, cinematografía, fonografía, radiofonía o tipografía
electrónica, las herramientas para una nueva y excitante manera de
conectar al creador y su público. Un proceso que inundó de ismos y
experimentos la primera mitad del siglo pasado, y que en la segunda
mitad universalizó las creaciones de pensadores y artistas por primera
vez en la historia humana.
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