Si bien el desbordamiento
de la pandemia en la nación, al igual que en todos los confines de la
Tierra, ha generado graves daños no sólo de carácter sanitario, sino
también económico y social, incluyendo la educación; en este mismo
sector se están generando también nuevas oportunidades y líneas de
acción que tendrán un impacto positivo en un futuro cercano, aun cuando
hoy se les considere como acciones de alto riesgo para el futuro del
país. La más importante y discutida de ellas es la relacionada con el
uso de plataformas tecnológicas que desde ahora están permitiendo que
miles de estudiantes puedan recibir las clases de sus maestros en sus
propios domicilios, sin el riesgo evidente de ser contagiados, bien sea
por sus compañeros y maestros o durante su trayecto a las escuelas y al
regreso de ellas.
Si bien estas plataformas ya han sido utilizadas en México por
algunas instituciones como el Tecnológico de Monterrey y la UNAM, el
rápido esparcimiento de la epidemia ha hecho necesario su uso por el
sistema educativo nacional como único medio posible para llevar clases a
las niñas, niños y jóvenes de todo el país, así como para la
actualización de los maestros, incluyendo la posibilidad de que éstos
aprendieran a utilizar dichas plataformas para realizar su trabajo
docente con sus discípulos.
Sin hacer a un lado el hecho de que se dista mucho de contar con una
red nacional de Internet que llegue a toda la nación, y que por ello
buena parte de los estudiantes y maestros ubicados en zonas rurales y
apartadas en el territorio nacional no cuenten con se servicio, es
posible afirmar que los avances y resultados que se han estado logrando
en estos meses, en los que la epidemia ha impedido el funcionamiento
presencial en las escuelas, está mostrando la importancia que tienen y
tendrán estas herramientas para mejorar la educación y los servicios
educativos, permitiendo que los funcionarios responsables de la
educación y las telecomunicaciones, tanto en el gobierno federal como en
los gobiernos estatales, se concienticen de la importancia social que
tienen Internet y las plataformas de la comunicación educativa para
mejorar la educación y seguramente otras actividades de carácter
económico y social.
Un aspecto importante de este cambio es el relacionado con la actitud
de los maestros en torno al uso de la tecnología, a la que muchos de
ellos han considerado como una amenaza para sus puestos de trabajo,
pensando que un profesor con capacidad para ofrecer sus clases a miles
de estudiantes, desplazaría a cientos de ellos de sus trabajo frente a
grupo; la utilización misma de la tecnología ha demostrado que este no
es el caso, en virtud del nuevo rol de los profesores como facilitadores
con los que los estudiantes deben interactuar de manera permanente.
En tiempos recientes he leído algunos artículos críticos respecto al
uso de la tecnología en la educación, considerando que ello lleva
implícito una nueva estrategia para su privatización y para los grandes
negocios que se han dado en el pasado, confundiendo los objetivos del
desarrollo tecnológico con los de del neoliberalismo. Ciertamente éste
ha tenido un avance importante en los países capitalistas, pero
igualmente lo ha tenido en los países socialistas, incluidos lo que fue
la Unión Soviética y Cuba.
Seguramente el aspecto más importante para que estas plataformas
puedan ser utilizadas por los maestros de las escuelas públicas, es el
financiamiento que el gobierno debe realizar para que todos sus
profesores puedan impartir clases a sus discípulos, lo cual implica la
capacitación misma de dichos docentes en el manejo de estas plataformas,
así como la dotación de equipos para que ellos puedan impartir sus
clases con esta modalidad; nada de esto podría ocurrir, ni hubiera
ocurrido, en ausencia de la pandemia; pero esto no es lo único que
podemos celebrar ahora, pues además de las plataformas tecnológicas para
la transmisión de las clases, existen otros desarrollos que también han
empezado a utilizar los y las docentes, y que sin duda tendrán un
impacto positivo en la educación en un futuro cercano.
En particular me quiero referir a los laboratorios virtuales, que hoy
permiten comprender en poco tiempo y mediante la experimentación, lo
que difícilmente se podría lograr a partir de las explicaciones de los
maestros, muchos de los cuales tampoco comprenden el significado y las
consecuencias de los principios y leyes de la ciencia, lo cual motivó a
que varias décadas atrás, las escuelas de secundaria y bachillerato
fuesen dotadas de laboratorios, en los que sus estudiantes pudiesen
realizar diversos experimentos bajo la supervisión de sus maestros.
Dicho proyecto terminó siendo suspendido debido a sus altos costos de
mantenimiento y sus escasos resultados; siendo por ello que esta nueva
generación de laboratorios virtuales que ahora, al ser instalados en los
equipos de cómputo de las escuelas, permiten realizar experimentos en
cuestión de minutos y con costos prácticamente nulos, lo que en la
realidad les podría tomar meses o años al realizarlos en laboratorios
reales.
De esta manera, uno de los temas del actual proceso de capacitación y
actualización de los docentes, que la Secretaría de Educación ha venido
coordinando, está relacionado con la utilización de toda una nueva gama
de herramientas tecnológicas que, como los laboratorios virtuales,
habrán de mejorar sustancialmente la educación que reciben los niños
mexicanos, no siendo éstos los únicos avances que espero poder describir
en mis próximos artículos.
* Director general del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa
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