1/30/2016

Programa Tiempo de Mujeres en CFRU la radio universitaria de Guelph sabado 30 enero 2016

TIEMPO DE MUJERES
Colectivo
Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph
en Ontario, Canadá
escúchalo cada sábado en www.cfru.ca

MUJERES POR LA DEMOCRACIA
Bienvenida al programa de hoy
Noticias de Género en la Red
Género en la mira con
es tema de estos días el virus del Zika y como siempre aún cuando existe el interés y mucha información esto genera dudas y miedo porque no sabe todo lo que existe alrededor, de lo que se sabe es que el virus zika es causado por la picadura de un mosquito, la diferencia que existe entre el virus del zika a otros virus por picadura de mozquitos es la relación con la microcefalia por lo que se han dado recomendaciones a las mujeres embarazadas para alejarse de áreas dónde el mozquito pueda desarrollarse ya que no existe hasta la fecha medicamento o vacuna para su cura, este hecho de la microcefalia por virus del zika, trae al debate los derechos reproductivos ya que estas enfermedades se podrían evitar con información sobre educación sexual y reproductiva

Las voces de la Península 
Lorena Aguilar
 Niñas y Mujeres sin justicia, los derechos reproductivos en México 2015
Y hablando de derechos reproductivos que son derechos humanos y aún cuando existen leyes, tratados internacionales organizaciones etc, estos derechos ignorados y hasta criminalizados, recientemente se presentó el informe "" por parte del Grupo de Información en reproducción elegida GIRE y Radar Cuatro, por lo que nuestra compañera Lorena Aguilar en su espacio Voces de la Península nos trae una recapitulación de dicho informe. .. 

Entrevista a
Fernanda Sanchez Jaramillo
Un tema que tocamos en este programa es la violencia contra las mujeres en zonas de conflicto y hoy tenemos una interesante entrevista con la compañera colombiana Fernanda Sánchez Jaramillo, periodista, máster en relaciones internacionales, trabajadora comunitaria, estudiante de derecho, feminista comunitaria y anarquista quien ha realizado una investigación periodística sobre el impacto del conflicto armado colombiano en la salud mental de las personas, y con un énfasis especial en las mujeres.

Recientemente cambió el gobierno canadiense de conservador a liberal, el primer ministro Justin Trudeau como lo hemos ya comentado se ha destacado por un gabinete con paridad, pero hay un debate abierto con respecto a si debe apostarse por un sistema de cuotas o no, que se necesita realmente para que las mujeres accedan y se desarrollen en la política, son tratadas de igual forma ?, hoy presentamos el material de Radio Canada Internacional sobre

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Virus Zika



Las contradicciones de El Salvador: “… traten de evitar (embarazos)”, sin aborto ni educación sexual

Daniela Villegas
@danyelavillegas

El pasado 21 de enero el gobierno de El Salvador exhortó a las mujeres a evitar embarazarse durante el presente y el siguiente año, a razón del avance del virus Zika que es propagado por medio de zancudos y se sospecha es el causante de malformaciones en el feto, como es la microcefalia, en donde el recién nacido nace con un cráneo pequeño, en ocasiones acompañado de atrofia cerebral.

El virus que se ha extendido en gran parte de los territorios de las Américas, principalmente Centroamérica y el Caribe, cobra un cariz muy particular en el caso de El Salvador, por varias razones. La primera es que es un país con escasa educación sexual y reproductiva, la segunda es que son altos los índices de violencia sexual que muchas de las veces resultan en embarazos y la tercera es la total cerrazón del gobierno a  despenalizar el aborto, sea por la causal que sea. Esto ubica a El Salvador entre las naciones que prohíben el aborto bajo cualquier circunstancia como el Vaticano, Malta, República Dominicana, Nicaragua y Chile.

Así que cuando los funcionarios de Salud instan a las mujeres a prevenir embarazos, sin contar con un programa educativo de prevención y de anticonceptivos y mucho menos de una apertura a la legalidad de la interrupción del embarazo, aún por causales de salud para la madre y el feto, resulta una contradicción la siguiente declaración del viceministro de Políticas de Salud Eduardo Espinoza:

“Estamos recomendando a las mujeres en edad fértil que tomen la precaución de planificar sus embarazos y que traten de evitarlos este año y el próximo”, anunciaba a mediados de enero.

¿Tomen precaución de planificar sus embarazos? ¿Traten de evitarlos? Para lograr esto, ¿de qué herramientas se les proveerá a las mujeres para evitar embarazos, cuando se criminaliza el aborto en todas sus circunstancias?

En principio se carga toda la responsabilidad a las mujeres, mujeres a las que no se les legitima como sujetas de derechos que puedan decidir en plenitud sobre su cuerpo. Resulta irónico que el mismo gobierno que niega servicios de salud sexual y reproductiva y que criminaliza a las mujeres que viven un aborto ya sea inducido o imprevisto les está pidiendo que controlen su vida reproductiva hasta el año 2018.

La cerrazón de la nación centroamericana al aborto se evidenció de forma muy tajante en 2013 con el caso de Beatriz, joven cuya vida estaba en peligro de muerte materna al padecer de lupus y el embrión padecía de anencefalia, defecto de nacimiento en que partes del cerebro y el cráneo no se desarrollan del todo y por lo tanto el feto tenía mínimas probabilidades de sobrevivir.

Pese a las graves condiciones no se autorizó el aborto, sino una cesárea temprana, a la que sobrevivió Beatriz pero no el recién nacido que murió horas después. Tales medidas se rigieron bajo la postura del Tribunal Supremo de El Salvador en que “… los derechos de la madre no pueden ser privilegiados sobre los del feto o viceversa, y hay una absoluta prohibición para autorizar un aborto por ser contraria a la protección constitucional concedida a las personas desde el momento de la concepción”.

Habrá de recordar que estas draconianas medidas en que se castiga hasta con 40 años de cárcel a mujeres y por las cuales existen más de 628 casos registrados de mujeres encarceladas, se impusieron en 1998 cuando el entonces partido gobernante ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) aprobó un Código Penal que prohíbe todos tipos de aborto, después de que por dos décadas exisitiera el aborto terapeútico, que es un aborto inducido por razones  médicas cuando el embarazo pone en peligro la vida de la madre, así como en casos de violación o si el feto tiene una enfermedad cong
ta
﷽﷽﷽﷽ o si el feto tiene uadad conges  mlicana Nacionalista) aprobénita.

Hoy en día cuando se cuenta con 5,397 casos de Zika entre 2015 y las primeras semanas de 2016, de los cuales 96 son de mujeres embarazadas y se teme que aumenten las cifras a lo largo del año, es más que necesario que el presidente Salvador Sánchez Cerén restaure la causal de aborto terapeútico que existía en 1973. Pues pese a que durante ése período gobernaba el conservador Arturo Armando Molina, se permitía el aborto inducido por razones médicas cuando el embarazo ponía en peligro la vida de la madre, así como en casos de violación o si el feto tenía una enfermedad congénita grave, como es en el caso actual del virus del Zika. 

Ya ha advertido Ángela Rivas una de las directivas de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico (ACDATEE), que : “La amenaza que representa el zika para los embarazos marca una línea compleja: se nos van a elevar los abortos clandestinos, pero también el número de mujeres procesadas y enviadas a la cárcel porque aquí (el aborto) lo toman como un delito”.

La situación es apremiante para las mujeres salvadoreñas, pues cuando su gobierno en vez de abrir la puerta al aborto terapeútico, lanza declaratorias como las de la titular del ministerio de Salud, Violeta Menjivar en que señala que: “el Estado salvadoreño no hace control natal”, nos queda claro que ni las protege ni las reconoce como sujetas de derecho.

Un cuarto propio para la tribu


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Feminismo y literatura
Entrevista a Carmen G. de la Cueva, creadora de La Tribu de Frida
Gloria López

Madrid, 28 enero. 16. AmecoPress. El viernes pasado Madrid hizo un hueco a “Un cuarto propio para la tribu”, La Tribu de Frida, una comunidad virtual dedicada al feminismo y a la literatura escrita por mujeres. Amecopress ha hablado con Carmen G. de la Cueva, creadora de esta iniciativa que busca sobre todo ser un espacio para el diálogo.
El de Madrid fue el tercer encuentro de la Tribu, y tendrá su réplica el 26 de febrero en Barcelona. En la primera parte del evento escritoras como Pilar Adón, Elvira Navarro o Gabriela Ybarra compartieron experiencias y hablaron de la influencia de la literatura de mujeres en su vida, como escritoras y lectoras. Más tarde, la mesa ‘Una suposición atrevida. Escritura y maternidad’ generó un nutrido debate en torno a una temática que “casualmente” ha sido protagonista en la configuración del nuevo Congreso de los Diputados.
“Estaba previsto dedicar parte del encuentro a la maternidad desde diciembre”, explica Carmen entre risas, por la coincidencia con el caluroso y, a veces un tanto irrespetuoso, debate vivido a partir de la decisión de Bescansa de llevar a su hijo lactante al Congreso.
“Queríamos conocer cómo las escritoras pueden enfrentar la tensión o dicotomía que se establece entre la vocación creadora y los cuidados”, dice la responsable de la Tribu. “¿Sigue estando vigente la dicotomía tener hijos o escribir libros? ¿Ser escritoras y madres?”
Cuando acudimos a una librería a buscar libros sobre la maternidad, podemos encontrarnos una cantidad inmensa de manuales de autoayuda sobre embarazo, parto y crianza, pero ninguno que nos guíe y prepare intelectualmente para lo que está por venir. Es mucho más común que nos topemos con obras escritas desde el punto de vista de los hijos e hijas, en lugar de textos que ofrezcan una perspectiva en primera persona de ese discurso interior de una madre. Carmen recomienda un libro llamado ‘Maternidad y creación’, publicado en la editorial Alba, una antología con textos de mujeres que han hablado de este tema en la literatura.
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Carmen G. de la Cueva nació en un pequeño pueblo de Sevilla en 1986. Es licenciada en Periodismo y posgraduada en Literatura Comparada por la Universidad de Sevilla, donde se especializó en el discurso de la memoria en la narrativa europea actual. Ha realizado estancias académicas con sendas becas en la Universidad de Braunschweig (Alemania), la Universidad Nacional Autónoma de México, la Embajada de España en Praga y el Instituto Cervantes de Londres. Colabora con el Ahora Semanal. Desde 2014 dirige La tribu de Frida.
“La idea de este espacio nació, principalmente, de un estado de desarraigo. Estábamos a las puertas del verano, acababan de despedirme de una librería después de un año entregada completamente al oficio de librera y me sentía en la nada más absoluta y necesitaba combatir esa sensación de pérdida. Había una necesidad en mí de compartir mis inquietudes y puntos de vista y aprender de otras personas acerca de temas que siempre me han interesado, la literatura, el arte y el feminismo. No encontraba espacios destinados a estos temas y los suplementos culturales seguían en manos de hombres. Busqué una manera de sacar adelante todo esto que sentía, sin que tuviera costo económico y empezó todo, al comienzo con textos que solo escribía yo y ahora con la ayuda de colaboradoras”.
Libros escritos por mujeres, todavía invisibles
La desigualdad en el ámbito de la literatura es más que evidente. Clásicas y Modernas realizó un estudio sobre los suplementos culturales de los principales medios españoles del que se desprende que los suplementos reseñan muchas más obras de autores varones que de autoras: como media, solo el 22% de los libros reseñados son obra de mujeres, a pesar de que en las listas de libros más vendidos que publican los mismos suplementos, el 36% son de escritoras y de que el número de lectoras va en aumento y supera al de lectores. En los números especiales que se han dedicado al ámbito editorial, solo se menciona un 13% de libros escritos por mujeres. Por otra parte, como media, únicamente el 19% de las reseñas y críticas literarias están realizadas por mujeres, lo que contrasta con el hecho de que desde hace más de treinta años, el porcentaje de licenciadas sobre el total de las licenciaturas en Filología supera el 70%.
JPG - 36.7 KB“Nos han dicho que la literatura de mujeres era menos importante”, asegura Carmen, “islas a la deriva en la literatura universal, identificada con la literatura que hacen los hombres”. Según la escritora, esta situación, que también es propia de otros ámbitos de la creación y el arte como son el cine o la pintura, “está empezando a cambiar, por ejemplo, en la lista de Babelia de los mejores libros del pasado año, había más referencias de libros escritos por mujeres que por hombres”, aunque “todavía hay que trabajar en esa dirección”.
La propuesta de Carmen pasa por “reivindicar a esas mujeres que han contribuido a que nosotras estemos aquí, escribiendo con un poco más de libertad”. “Tenemos esa responsabilidad”, argumenta, “es importante trabajar y reivindicar lo que hacemos, y muy importante, encontrarnos, debatir y no competir entre nosotras. Lo fundamental siempre es que la mujer pueda elegir libremente y sin sentirse juzgada”. Para eso surgen espacios como La Tribu de Frida: para que las mujeres nos sentemos a hablar y que haya diálogo intergeneracional y apoyo entre nosotras”.

Encuentro en Barcelona
El siguiente encuentro de la Tribu será en Barcelona, con la temática de feminismo y literatura. El programa incluye:
Mesa redonda La vida contada por las mujeres: diarios, correspondencias y autobiografías. Mari Ángeles Cabré, Laura Fernández, Jenn Díaz y Laia López Manrique
Lectura Hermanadas: el encuentro con la otra. Miriam Reyes, Jenn Díaz, Laia López Manrique, Ana Llurba, Lola Nieto, Desirée Baudel, Elena Barrio y Andrea Navarro
Foto: Archivo AmecoPress
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Pies de foto: 1) Cabecera de La Tribu de Frida; 2) Carmen G. de la Cueva; 3) Cartel del Encuentro en Madrid; 4) Cartel del Encuentro en Barcelona. ---- Cultura – Libros – Mujeres creadoras – Escritoras – Encuentros y jornadas; 28 enero. 16. 

Sororidad, esa gran desconocida


   DESDE LA LUNA DE VALENCIA
Por: Teresa Mollá Castells*


La situación de las mujeres depende, en demasiados casos, del lugar en donde hayamos nacido. De ese modo, no es lo mismo vivir en Madrid o Barcelona que en Ontinyent, por ejemplo.

Las realidades son diferentes, el acceso a determinados recursos es diferente, la posibilidad de acceder a reuniones, manifestaciones y otros eventos de forma presencial cambia, etcétera. Y todo ello sin salir del Estado español.

Afortunadamente cada día somos más capaces de superar ese tipo de inconvenientes y los encuentros son más frecuentes. También es cierto que en la medida en que nos vamos apoderando de las redes sociales y de los espacios virtuales que nos brinda internet, la cercanía de esos encuentros es mayor, y nos permite un mayor grado de encuentros.

Pero en demasiadas ocasiones nos olvidamos de “las otras”, las invisibles, las lejanas, las que no están aquí, las sin voz, las asesinadas, las anuladas por el sistema patriarcal y obligadas a venderse de múltiples maneras para sobrevivir, las que no pueden elegir nada en sus vidas, las vendidas, las humilladas, las esterilizadas de forma forzosa, las violentadas de aquí y las de allá, las sometidas a la fuerza, las usadas como vasijas para procrear por dinero o por limpiezas étnicas, las esclavas sexuales, las que tienen diversidades funcionales, etcétera.

Todas estas y muchas más son siempre “las otras”. Son mujeres sin presencia en nuestro día a día. Pero son y existen.

El feminismo, todos los feminismos reivindican la sororidad, la solidaridad entre nosotras. Pero en demasiadas ocasiones más que sóricas podemos llegar a ser muy olvidadizas de las situaciones de esas “otras”.

Poco a poco descubro que no es tan fácil ser sórica. Llevamos demasiadas mochilas heredadas para serlo siempre y con todas.

Pesan la clase, la condición, el etnocentrismo, las creencias religiosas y culturales, y un largo etcétera que poco a poco nos permiten mirarnos el ombligo de nuestro día a día y de nuestras situaciones más cercanas. Es otra garra afilada del patriarcado.

Cuando en nuestros discursos nos olvidamos de esas “otras” lejanas o cercanas le hacemos un favor al patriarcado, porque permitimos que nos siga desuniendo. Y el objetivo para combatirlo es sumar, nunca restar.

Para sumar hemos de entender para integrar. Hemos de convencer sin invadir. Hemos de tolerar sin imponer.

Al patriarcado sólo se le podrá plantar cara de verdad desmontándolo, pero desde la complicidad entre nosotras y esas “otras” y con la incorporación cada vez mayor y más cómplice de muchos “ellos” que van tomando conciencia de que a ellos el puñetero patriarcado tampoco se lo pone nada fácil y que también combatirlo es cosa suya.

Cuando llegas a entender que patriarcado y capitalismo van de la mano, necesariamente se ha de confluir en las militancias feminista y de clase.

Pero además se ha de sumar la militancia anticlerical para desmontar el discurso de los señores de faldas largas y negras que pretenden mantener el orden de las cosas para poder seguir disfrutando de sus privilegios históricos.

Y este tipo de señores pueden llevar faldas largas y negras, turbantes y chilabas o largas patillas colgantes con sombreros negros o mantos azafrán por ejemplo, porque todos son iguales y predican lo mismo respecto de las mujeres: sumisión y subsidiariedad con respecto a los hombres.

Si ellos no tienen ninguna duda con respecto a su posición y practican una feroz fraternidad entre ellos más allá de razas, países, religiones, etcétera. ¿Por qué a las mujeres nos cuesta tanto reconocernos entre nosotras y reforzarnos? Sinceramente no tengo la respuesta. Pero me fastidia mucho comprobarlo. Y está ahí. Ocurre cada día.

En demasiadas ocasiones el paternalismo y etnocentrismo patriarcal se nos cuela y actuamos como ellos con esas “otras”. No somos sóricas cada vez que impedimos su empoderamiento con ese tipo de actitudes. Porque cuando nos tocan a una nos tocan a todas.

Para nada pretendo dar lecciones de nada ni a nadie, ni mucho menos sumar culpas a las que ya cada cual pueda llevar en sus propias mochilas. No es ese ni mucho menos el objetivo de este escrito.

Pero sí pretendo reflexionar sobre algo que me preocupa cada día y es ese juego que, sin pretenderlo, le estamos haciendo al patriarcado cada vez que nos olvidamos en nuestros discursos y en nuestros hechos cotidianos de esas “otras” que, como sabemos, existen.

En demasiadas ocasiones (al menos para mí) he escuchado las divergencias con las que se entiende y practica el feminismo. Y siempre pienso lo mismo: pero sí puede haber tantos tipos de feminismos como mujeres e incluso hombres feministas existen. Si lo importante, lo esencial, no es cómo ni cuándo se actúe.

Para mí lo realmente importante es que se actúe contra lo que realmente nos oprime, que es esa feroz complicidad entre capitalismo y patriarcado para conseguir unas mayores cuotas de igualdad real.

Mientras no seamos capaces de superar diferencias e integrar voluntades para desmontar el sistema, el patriarcado campará a sus anchas. Mientras no nos reconozcamos en cada una de todas las “otras”, haremos el juego al sistema que nos sigue utilizando en nuestra propia contra.

La desigualdad ante los hombres es algo común a todas las mujeres del mundo, aunque haya matices dependiendo de donde vivamos, pero esencialmente esa desigualdad existe en todas partes. En la medida que seamos conscientes de ello y sumemos voluntades para combatirla, estaremos socavando los cimientos patriarcales.

Integrar, sumar y practicar equivalencia, equipotencia y equifonía, entre todas nosotras seguramente nos ayudará en nuestro camino hacia la práctica sórica y, por tanto, también nos permitirá desmontar el patriarcado que nos asesina, mutila, explota, humilla y un largo etcétera.

Ese quiero que sea mi camino. ¿Se suma alguien más?

tmolla@telefonica.net

*Corresponsal en España. Comunicadora de Ontinyent.
 

CIMACFoto: César Martínez López Cimacnoticias | España.- 

Mujeres canadienses en política: ¿hace falta el sistema de cuotas?

El monumento, en Ottawa, rinde homenaje a la contribución de las mujeres en la política.
Crédito de la foto: Radio Canada
-Sheila Copps, exviceprimera ministra canadiense, diputada, autora.

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Sheila Copps © PC/JONATHAN HAYWARD
Sheila Copps Desde tiempos inmemoriales, la política ha sido una esfera de la vida pública que ha estado reservada a los hombres y ello ha implicado no sólo que los cargos públicos tanto ejecutivos como de representación fueran ocupados por los varones, sino que la política se comprendiera en códigos y pautas masculinas, marginando a las mujeres en los procesos de toma de decisiones sobre los asuntos de interés para la sociedad.
Ante esta situación, ya a finales del siglo XX, se implementaron medidas  para promover el acceso de las mujeres a cargos políticos de responsabilidad, como el sistema de cuotas. Esta medida tiene un objetivo equilibrador de las desigualdades que enfrentan las mujeres para acceder a cargos políticos, al forzar su ingreso al poder público y no dejarlo completamente a la buena fe de los partidos políticos, ni a sus procedimientos tradicionales de selección.
La cosa cambió realmente después de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing en 1995, que llevó, por ejemplo, a que en la región latinoamericana, se implementaran las reformas legales que contemplaban las cuotas para mujeres. No es casual que la gran mayoría de los países que han adoptado las cuotas lo hayan hecho entre 1996 y 1997.
La aceptación que hoy existe en América Latina en torno a las cuotas en función de género, según encuestas de opinión, muestran que 2/3 partes de la población considera que las cuotas son, en general, beneficiosas para el continente.
Más de 120 países ya las han introducido para asegurar el lugar de las mujeres en la política.
Si la imposición de cuotas tiene el mérito de obligar a la acción, no es una solución mágica! El primer ministro Justin Trudeau optó por la paridad en la composición de su gabinete el pasado otoño, pero la medida es cuestionada, incluso por mujeres.
¿Qué piensa de las cuotas impuestas para asegurar un lugar a las mujeres en el poder ejecutivo y en los partidos políticos? Esa fue la pregunta que Radio Canadá-Toronto le  hizo a Sheila Copps, exviceprimera ministra canadiense, diputada, autora.
“Creo que es una buena idea. El año pasado fui a hacer un trabajo en Argelia, porque el gobierno había decidido de repente imponer un tercio de diputadas mujeres. No solo a nivel federal sino provincial y local. La diferencia en Canadá es que tenemos un sistema de la primera persona elegida y no se puede utilizar una cuota en esa circunstancia. Pero como estamos en revisión del sistema electoral, gracias a las promesas del gobierno, podría ser un cambio que se aplique en un momento determinado. Eso será posible solamente si cambiamos de sistema”.
La mitad de los miembros del gabinete Trudeau son mujeres © Radio Canada
El pasado 4 de noviembre el nuevo primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, tomó posesión del cargo y de inmediato anunció un diverso gabinete, en el que la mitad de los puestos eran para mujeres. Cuando se le preguntó porque eligió tantas mujeres, dijo, “estamos en 2015”.
¿Hay que apostar absolutamente a la paridad?
“Un gabinete igualitario es por nombramiento. Es por eso que en los países que cuentan con un sistema de elección proporcional, son los partidos políticos los que deciden quienes serán los candidatos. Eso es más fácil porque no es un voto sino una nominación”.
Sheila Copps  está haciendo campaña para que los puestos vacantes en el senado, unos 26,  sean ocupados por mujeres, dado que esos cargos son también nombrados.
“Soy realmente pro a la idea de tener la igualdad por nombramiento en el sistema actual,  es seguro  también que los partidos políticos pueden garantizar un proceso de nominación que estimule al mismo tiempo a las mujeres”,
Pero no todas las mujeres están de acuerdo con la política de cuotas. Van más lejos y la cuestionan públicamente. Dicen que prefieren que los organismos no se vean sometidos a las cuotas porque quieren tener la seguridad de que son reclutadas por su competencia y no porque hay que tener un total de mujeres.
Sheila Copps cree que hay que utilizar los medios que se presentan para garantizar mayor participación de las mujeres en la política.
También recuerda que el nuevo gabinete del premier Trudeau dio la señal en el país que habrá cambios. Pero cambiar el sistema electoral, proporcional o no, es otro desafío.
“El proceso de cuotas garantiza por una vez que las mujeres no serán dejadas de lado”, indica.
El sexismo de la sociedad canadiense
¿Que podría facilitar la vida de las mujeres en política, que podría hacerla más atrayente?
“Las mujeres harían más política si tuvieran la vida más fácil.  Que la sociedad sea más equitativa en relación a lo que hacen los hombres y las mujeres. Los hombres pasan muy bien en política porque la gente cree que son fuertes. Mientras que la agresividad en las mujeres no está reconocida ni respetada.  Eso es signo de una sociedad sexista. Entonces hay que cambiar la sociedad en general”.
“En el caso de hombres y mujeres en los partidos políticos  a menudo las mujeres son criticadas por la manera de vestirse, de peinarse, etc., que no tiene nada que ver con la política mientras que los hombres, con un saco y corbata roja están muy bien. Hay que terminar con el sexismo”.
Las cuotas no resuelven todos los problemas que rodean a la falta de representación de las mujeres en el mundo de la política. Pero sí han tenido un importante efecto simbólico porque han venido sensibilizando a la población sobre el problema de la inequidad, así como de la situación de la mujer y de los problemas que enfrenta. Igualmente, el debate en torno a la adopción de cuotas ha permitido que se vaya creando el hábito de pensar en las mujeres como profesional y políticamente capaces de ocupar cargos de responsabilidad pública.
RCI, la entrevista con Sheila Copps fue de Line Boily de Radio Canadá Toronto, CEPAL

Películas para jóvenes reproducen estereotipos sexistas



   Mujeres “castas y bellas”; varones “rebeldes y protectores”
Una investigación de la Universidad de Salamanca demuestra que las películas españolas contemporáneas dirigidas al público adolescente y protagonizadas por jóvenes reproducen una imagen de género desigual.

El papel reservado para mujeres y hombres es muy diferente y contribuye a perpetuar viejos estereotipos que, según especialistas, están en la raíz de la violencia de género.

Los papeles protagonistas se reservan especialmente a los varones, personajes activos con objetivos claros no sólo en el terreno del amor, sino también en el terreno profesional. Por el contrario, las mujeres se presentan como un objeto de conquista, sus metas se circunscriben al ámbito amoroso y actúan de forma pasiva.

El estudio revisó las películas nacionales más taquilleras de entre 2009 y 2014 y se centró en las que buscan espectadoras y espectadores adolescentes a través de actores y actrices muy jóvenes con los que se pueden identificar.

Las investigadoras eligieron cuatro películas representativas para su análisis: “Fuga de cerebros” (2009); “Tres metros sobre el cielo” (2010); “Promoción fantasma” (2012), y “Perdona si te llamo amor” (2014).

Todas se encuentran entre las 10 más vistas de sus respectivos años de estreno. Partiendo de estudios previos sobre la representación de género en medios audiovisuales, las responsables de este trabajo, publicado en la Revista Latina de Comunicación Social, analizaron exhaustivamente a los personajes y su comportamiento, que responde a clichés aparentemente ya superados por la sociedad.

De las películas analizadas, la que más variables de desigualdad de género cumple es “Tres metros sobre el cielo”, que además es la más vista, con más de un millón 300 mil espectadores.

Ella, “Babi”, pura, “joven buena”, casta, bella y dulce, sin objetivos, delimitada a espacios privados y familiares, y sensual para su protagonista varón; él, “H”, rebelde, activo, protector-conquistador, con iniciativa y rasgos de líder y dueño de espacios públicos.

En cuanto a la hipersexualización, si bien en las películas mostradas hay un equilibrio en la cosificación de los personajes en relación al sexo, sí es importante mencionar que, comparando, el grado de sexualización de ellas es mayor y más explícito que el de ellos, con desnudos integrales o partición de partes del cuerpo en primeros planos frente a torsos masculinos desnudos.

También es remarcable, si bien no ha sido cuantificado expresamente por el estudio, cómo a los personajes femeninos se les ha otorgado una apariencia física que cumple con los cánones de belleza occidentales actuales, con características como feminidad en el vestir y las maneras o la delgadez y la belleza.

Ello alimenta la consideración de las mujeres como objeto simbólico observado. También contribuye a perpetuar la idea de esa delgadez y belleza “como signos de prestigio y éxito social para las mujeres (…)”.

Insistimos, así, en lo relevante de prescindir en los personajes femeninos de los largometrajes cualquier tipo de cualidad moral, humana o intelectual para, en cambio, destacar su apariencia física.

El asunto que las y los especialistas ven como más problemático es el mito del amor romántico y sus consecuencias, vinculadas a la violencia de género, debido al ideal de un modelo de actuación asociado a los sentimientos que se deben tener, el cómo, el cuándo… y a “amores patéticos y llenos de sufrimientos, sacrificios personales y renuncias (…), limitaciones a la libertad, algún que otro desprecio, presiones…”, que traspasan las narraciones audiovisuales y se materializan en la realidad.
 

Por: la Redacción Cimacnoticias/AmecoPress | Madrid, Esp.- 

Las que se quedaron





Tres mujeres que han estado en Donbass durante la guerra civil ucraniana —una poeta, una militar y una atleta— han accedido a contar su historia. Ellas mismas han elegido las fotos que las representan. Son los rostros y los testimonios de una guerra que nadie quiere contar.

Irene Zugasti Hervás

Elena Zaslavsky: “La palabra viva tiene la capacidad de inspirar a la gente a luchar”

elena-donbassElena es poeta y vive en la ciudad de Lugansk, corazón de la recién nacida República Popular. Acaba de publicar un libro de poesía sobre el año que su ciudad ha vivido bajo las bombas. Quién me iba a decir que terminaríamos hablando de Lorca. La poesía es un arma cargada de futuro.

Lena. Mi nombre es Elena Zaslavsky. Soy escritora, bloguera, y madre de dos hijos. Nací en Lisichansk, una pequeña ciudad industrial de la región de Lugansk, a orillas del río Donets. A mi ciudad natal le llaman la cuna de Donbass, después de todo, es el lugar donde se encontró carbón por primera vez, en la cuenca minera de Donetsk.
Me gradué en Humanidades en el instituto. Era un edificio viejo, de antes de la revolución del 17. Estaba en la montaña, entre la cantera y el parque de Atamanovskim. Justo sobre nosotros pasaba el teleférico más largo de Europa, que conducía a una fábrica de soda. Trabajaron en él mi abuelo y mi abuela, y en esa planta se conocieron mi padre y mi madre. Hoy está arrasada. Bueno, como tantas otras desde la independencia de Ucrania.
Realmente sí creo en la idea de “”Схiд i Захiд разом” (El Este y Oeste están unidos). Sin embargo, en la práctica ha resultado no ser así. Y cuanto más me acerco al oeste del país, más convencida estoy de ello. El punto de inflexión para mí fue el Maidan.
El Maidán. Para mí fue una puerta demoníaca a través de la cual entraron a Ucrania el odio, la malicia, el nazismo y el fascismo y empezó una guerra fratricida. La independencia que surgió de la voluntad de Europa, como si fuera un tornasol, mostró todos los problemas de Ucrania, demostró que Ucrania no está lista para vivir de acuerdo a las leyes europeas. Es obvio que los partidarios de la integración europea no sabían o no querían saber que mucha gente no apoya su opinión. Los partidarios del Maidan quisieron llamarla una revolución de la dignidad, pero en realidad fue un golpe de Estado. El actual gobierno de Ucrania creó la junta militar que llegó al poder con el apoyo activo de los nacionalistas y que debe considerarse responsable de crímenes de guerra del asesinato de civiles aquí, en el Donbass.
La guerra. Ahora la guerra es una parte integral de mi vida. Vivo y trabajo en Lugansk, el territorio de las que las autoridades ucranianas llamaron área ATO (área de operaciones antiterroristas). Nunca pude imaginar que la guerra estallaría en Ucrania. Siempre pensé que vivíamos en un país pacífico, porque me acuerdo de mis abuelos hablando sobre la Gran Guerra Patria, sobre el movimiento partisano. Son la historia de mi familia. Pero ahora he aprendido sobre esta guerra en carne propia, no por libros y películas. Lo he vivido de primera mano. Yo sé lo que es un ataque con bombas, un ataque aéreo, he visto volar los bombarderos, los ataques de mortero y la artillería desde mi casa. Solía dar morfina a los soldados gravemente heridos y escondí armas cuando la ciudad donde nací estuvo sitiada. Conozco a las milicias. Sé quiénes siguen vivos, y conocí también a los que ya no están aquí.
Las consecuencias. Mi hija me preguntó una vez: “¿Y si Poroshenko nos lanza la bomba atómica?” La tranquilicé y le aseguré que él no tenía de eso… Aunque si la tuviera, ¿lo hubiera hecho? Yo no estaría tan segura.
Traté de proteger a mis hijos de los horrores de la guerra. Los peores meses para Lugansk se marcharon de la ciudad. Luego regresaron. Mi hijo de 14 años quería irse al frente también. Hasta ahora me las arreglé para convencerlo de que lo que tiene que hacer es aprender de esto. Mi amiga Elena Kuznetsova escribió una vez en Facebook: “Ayer hizo un año que nos encontrábamos bajo un ataque de mortero en un parque infantil. Milagrosamente estamos vivas. Por entonces no sabía que estaba embarazada de nuestro chico, Gleb. Podía ni haber nacido. Y hoy, justo, pasado un año, ha dicho mamá”. Tradicionalmente, el papel de la mujer en la guerra ha sido esperar y ser piadosa. Conservar el hogar para la paz, defender y dar a la luz. Nada ha cambiado.
El futuro. Una de las peculiaridades de la vida en la línea del frente, es que acabas comprendiendo que la vida real es el aquí y el ahora, y el futuro es incierto. Todos queremos la paz, pero es sólo posible con la victoria.
La poesía. Ahora he publicado un libro. Se llama ‘El año de la guerra’. Se lo he dedicado a mi padre. Los poemas que se incluyen en esta colección fueron escritos durante un año: desde mayo de 2014 hasta mayo de 2015. Fue un año difícil, un año decisivo para mi país y sobre todo para mí personalmente. La vida no es fácil en Lugansk. Pero ella me ha hecho entender quién soy, a lo que puedo aspirar, y quién está a mi lado.
En España escribisteis con sangre en las páginas de la historia de la lucha contra el fascismo y el nacionalismo. Mi poeta español favorito fue asesinado por Franco, García Lorca. Él escribió: “Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre de mundo y hermano de todos”. Desde luego, no creo en la frontera política.
Todos hemos leído libros de Ernest Hemingway, de George Orwell, de Antoine de Saint-Exupéry, que luchó en el bando republicano. Por desgracia, el pueblo ucraniano no ha aprendido la lección de los acontecimientos relacionados con la lucha contra el fascismo en Europa. Y la historia va volviéndose más y más dura cuando no se aprenden las lecciones. Una vez el comandante de Granada dijo que habían asesinado a Lorca porque “la pluma hace más daño que cualquier otra arma”. Yo creo que la palabra viva tiene la capacidad de cambiar el mundo para mejor y para inspirar a la gente a luchar.
Poema
Pan negro (3.5.2014)
Durante mucho tiempo no hubo problemas. Mucho.
Durante mucho tiempo no hubo guerra. Mucho.
Los niños tuvieron tiempo de crecer,
Los nietos tuvieron tiempo de crecer.
Los bisnietos no lo han tenido aún.
“Me marcho. Lo siento”. dijo el hijo.
Y dijo el nieto: “Yo también. Déjame ir “.
Y de nuevo fluyó la sangre caliente.
La patria, que se desgarra.
Y se tornaron hermano contra hermano,
Y manaba leche negra de los senos.
La sangre corría negra en los corazones,
Como antracita, nuestro carbón de Krasnodon.
La última veta. Desde las remotas entrañas,
arriba del mismo infierno.
La Historia quiere cambios
Fría, fría, muele fría piedra negra de molino.
Nos convertimos en el pan negro de la guerra,
Nosotros, que éramos dorado grano.

Elena Gladkova, La Osa: “Nos hemos convertido en amazonas”

Elena Gladkova (Lugansk, 1977) era profesora hasta que la guerra llamó a su puerta. Entonces se enroló en la milicia, donde continúa trabajando a día de hoy. Llegué hasta ella por su trabajo en el batallón humanitario de las milicias durante el durísimo invierno de 2014. De convicciones firmes y rotundas, por encima de todo, la imponente mujer a la que llaman ‘La Osa’ defiende que esta es una guerra de valores. Si está en combatiendo, es por sus hijos.
Elena, miliciana. Mi primer trabajo en la milicia era simple, ayudé en la cocina: me convertí en jefa de cocina y en responsable del almacén de comestibles a la vez. Luego tuve que irme al departamento de información y al mismo tiempo gestionar la ayuda humanitaria. También trabajé filmando la entrega de la asistencia humanitaria.
osa-ucraniaAmazonas. Las mujeres llegaron hasta aquí para defender a sus hijos, a su tierra, no hubo otro remedio. Yo y mis compañeras luchamos por los valores de la familia, por nuestros niños. Para nosotros es inaceptable otro tipo de valores, éstos, los de la familia, son valores sagrados. Cuando empezamos la guerra nos convertimos en Amazonas, mujeres protectoras. Es un hecho: las mujeres en el ejército son fuertes en espíritu, y protegen a sus crías. No he sentido hostilidad, sólo respeto y admiración por parte de mis compañeros hombres, mis compatriotas.
La Osa de Lugansk. Ocurrió un poco por casualidad, cuando nos entrevistaron para un canal de YouTube, usé el pseudónimo de Osa, y luego en la primera entrevista con una periodista, Julia, firmaron mi nombre de esa manera, “Elena Medveditsa (la Osa)”. Así es como me convertí en osa.
La madre. El momento más difícil fue cuando tuve que marcharme lejos de mis hijos, yo no estaba allí, cuando el menor estaba enfermo y yo no estaba allí, fue muy difícil de soportar. Mi hijo se negó incluso a hablar conmigo por teléfono, pensó que le había abandonado. Sólo más tarde, cuando regresé y nos abrazamos por fin se rompió el hielo.
El futuro. Ahora cada uno elige de qué lado es: del bueno o del malo. Cuanta más gente aguarde en el lado del bien, estará más cerca el final de esta guerra y el futuro de mi pueblo será claro y constructivo. Volveré a mi vocación de docente. Siempre he querido abrir una escuela cuando todo esto acabe y sé que acabaré cumpliendo mi sueño.
Su mensaje. Ahora estamos defendiendo no sólo a nuestros hijos, a nuestras tierras, sino también, en cierta medida, estamos defendiendo el futuro del planeta. Es una guerra contra un sistema que destruye prácticamente todo a su paso, y espero que retornen valores como el amor, el cariño, el valor de una familia.
Entrevista a Elena (minuto 00:08:46):


Maryana Naumova: “Las cosas en Donbass han cambiado. La gente trabaja, estudia, vive”

Maryana es una pequeña celebridad en Rusia. Con 17 años, ha pulverizado todos los récords en levantamiento de peso y llega a alzar 150 kilos con la fuerza de sus brazos. Maryana aprovecha su fuerza para algo más que las pesas: es famosa por sus viajes internacionales a lugares “calientes”, como Corea del Norte, Donbass o más recientemente, Siria. Militante de la juventud comunista rusa, las consecuencias de su activismo no se han hecho esperar: Maryana ha perdido a su patrocinador deportivo norteamericano y es considerada persona non grata por el régimen de Kiev, que la incluye en su lista de terroristas internacionales.
Mariana en Debaltsevo./ Foto cortesía de Maryana Neumova
Mariana en Debaltsevo./ Foto cortesía de Maryana Neumova
La musa del press-banca. Me encantan las figuras de las chicas que hacen bodybuilding. Fue difícil empezar para mí, porque fui la primera chica que rompió tantos récords. La gente me decía que no me dedicara a esto, porque parecería un chico. Pero hay muchas chicas que han empezado a ir al gimnasio después de verme. ¡Es impresionante! Sigue sin ser fácil, ¿eh? Tienes que entrenar duro, comer sano, dormir bien.
Donbass. Fui a Donbass a apoyar a los niños, a distraerles de la guerra. Hablamos, hicimos competiciones, les llevamos ayuda humanitaria. Es la cuarta vez que voy a Donbass y veo que las cosas han cambiado. La gente vive, estudia, trabaja. De hecho, celebramos con los niños el comienzo del nuevo curso. Ojala, les deseo que vivan en paz.
Voyage, voyage. He vivido experiencias enormes. Viajo por todo el mundo, conozco a mis ídolos, hablo con políticos, con gente de un montón de países diferentes. Y eso va a ayudarme mucho en mi futuro trabajo, porque quiero ir a la universidad a estudiar Relaciones Internacionales.
Tengo muchos planes, muchos. Ahora tengo que centrarme en preparar las competiciones porque me he tomado un descanso largo. También necesito estudiar, para aprobar los exámenes, y seguir haciendo trabajo social.

Women’s Link denuncia que la respuesta dada ante el virus del Zika es insuficiente


Pide a los países afectados que pongan en marcha planes efectivos de educación sexual, anticoncepción, maternidad segura y aborto legal

Redacción AmecoPress

Madrid, 28 enero. 16. AmecoPress. “Las declaraciones de los ministros a medios de comunicación no son suficientes y en muchos casos provocan más desinformación. Las personas responsables de salud de los países afectados por el virus del Zika, deberían poner en marcha de forma urgente planes de educación sexual y uso de anticonceptivos como primer paso para atajar esta emergencia. Resulta cuanto menos ‘naive’ pedir a las mujeres que no se embaracen durante un tiempo de entre 6 meses y 2 años, en países donde alrededor del 50% de los embarazos no son planeados y en los que hay un alto índice de víctimas de violencia sexual”, afirma Mónica Roa, vicepresidenta de Women´s Link Worldwide.
Adicionalmente, la organización advierte de la falta de información que reciben las mujeres ya embarazadas sobre las opciones que tienen para llevar a término el embarazo de la manera más segura, o para interrumpirlo cuando la legislación del aborto lo permite.
Precisamente, los países afectados por el Zika poseen legislaciones muy diferentes sobre los derechos sexuales y reproductivos a los que pueden acceder las mujeres. En El Salvador, por ejemplo, el aborto está totalmente restringido y actualmente hay muchas mujeres con condenas de hasta 40 años de cárcel acusadas de practicarse un aborto. Incluso en aquellos países con legislaciones más liberales que permiten la posibilidad de interrumpir el embarazo cuando hay riesgo para la salud de la mujer (como es el caso de Colombia), la falta de información hace que muchas mujeres desconozcan esta opción.
“Si bien la posición del Ministerio de Salud colombiano ha sido clara, indicando que las mujeres sí tienen derecho a abortar y que aunque es el médico quien determina la existencia del riesgo, la decisión queda en manos de la mujer, las autoridades de salud locales no tienen esa misma claridad y no están informando a las mujeres con mayor riesgo sobre sus opciones”, comenta María Alejandra Cárdenas, directora legal regional de Women’s Link.
El agravante de la brecha de género
“La mayoría de mujeres latinoamericanas, especialmente las que se encuentran en situación de inequidad y de mayor vulnerabilidad, sencillamente no tienen control sobre su capacidad reproductiva, y la crisis del Zika está poniendo este problema en evidencia. Esta crisis ofrece una oportunidad para que las autoridades empiecen a llenar los vacíos existentes en materia de educación sexual, acceso a anticonceptivos, atención en salud para la maternidad segura y acceso a abortos seguros. Si no lo hacen el Zika pasará de ser una preocupación de salud pública a convertirse en un agravante de la brecha que ya existe en materia de equidad de género y justicia social”, advierte Roa.
Foto: Archivo AmecoPress 

Feminización de la desaparición en México


   QUINTO PODER
Por: Argentina Casanova*



En los últimos años en México, siete de cada 10 personas desaparecidas entre los 15 y 17 años de edad, son niñas-adolescentes que para tragedia de muchas de las familias concluye con feminicidio, final de un ciclo de violencia en el que, la desigualdad y la violencia estructural son causa, contexto y consecuencia.

La desaparición forzada se ha construido como un evento grave que ocurre en el país desde finales de los años 70, cuando se presentaba particularmente contra mujeres y hombres que participaban o de los que se sospechaba alguna disidencia, características similares a las desapariciones aberrantes de las dictaduras militares.

Hoy día, las desapariciones persisten y se van adaptando a los nuevos contextos de la sociedad mexicana y a la violencia del Estado contra sus poblaciones.

Cuando hablamos de personas desaparecidas en México recordamos a los 43 jóvenes estudiantes de Ayotzinapa, pensamos en los líderes de movimientos sociales, y en poblaciones de Guerrero, Oaxaca, Michoacán y otros estados en los que ha sido latente.

Se habla en los medios de comunicación, en las redes sociales de las 25 mil personas desaparecidas en los últimos años en México, de los registros de personas desaparecidas y sin duda, el grave y tristísimo fenómeno creciente de la niñez y su desaparición dejando tras de sí familias en perpetua búsqueda.

Dolor que no termina, que no tiene paz. Lo sabe cualquiera que haya visto a los ojos a un familiar de una persona desaparecida, a la madre o padre de un hijo desaparecido… y de una niña, una adolescente, una joven que un día fue “por copias” para la escuela, y ya no volvió.

La peor parte de esa pesadilla comienza cuando el Estado no es capaz de responder con una búsqueda inmediata, con la apertura de investigaciones con perspectiva de género que atienda características específicas, considerando que están implícitos otros delitos graves como la trata, el secuestro o “rapto”, como ocurre en algunas localidades rurales, o la explotación laboral y/o el abuso sexual.

Las mujeres y las niñas empezaron entonces a ser una estadística más pero invisibilizada en  medio de la tragedia de los miles de “desaparecidos”.

No salen multitudes a demandar su aparición, y cuando alguien lo hace, son las mismas mujeres que protestan contra el feminicidio: las feministas y las madres que nunca desistirán en la lucha por encontrar con vida a sus hijas.

El pasado miércoles 20 de enero, en el Senado tuvo lugar el “Foro Desaparición desde una Mirada de la Infancia”; la gravedad de la realidad de cientos de niñas y niños desaparecidos en todo el territorio nacional quedó evidenciada más allá de las cifras.

Estuvieron madres y padres de niñas, niños y jóvenes que son arrancados de sus hogares a golpe de la violencia que azota a este país.

Estuvo la madre de Esperanza, una niña de nueve años desaparecida en el Estado de México, a la que sigue buscando día a día. “Se robaron un pedazo de mi corazón, a mi más preciado tesoro”, dice entre lágrimas mientras muestra un cartel con el rostro amado que suspendió en el tiempo a toda la familia.

Porque cuando una persona de la familia desaparece, sea niña, adolescente o persona adulta, el efecto devastador impacta a toda la familia, incluso representa un cisma en la comunidad que se mira a sí misma desde otros ojos, los de la vulnerabilidad.

El tormento de las madres se agranda cuando el tiempo pasa y no hay información de sus hijas, cuando encuentran restos que les dicen que “eso es su  hija”, y sin garantizar la identificación de éstos les son entregados para que ahí se cierren todas las investigaciones.

Miles de historias idénticas que se repiten día a día en todo el país.

No hay paz para las madres y padres, no hay tranquilidad para el resto de la familia, ni para las mexicanas que a diario leen diarios llenos de noticias en las que las mujeres, niñas y adolescentes aparecen o como “desaparecidas” o como “los cuerpos” arrojados a los ríos de aguas negras.

La exigencia es por una Ley de Desaparición Forzada que incluya, necesariamente, una perspectiva de infancia, y urgentemente, de género para considerar las implicaciones de riesgo cuando la persona desaparecida es mujer.

*Integrante de la Red Nacional de Periodistas y del Observatorio de Feminicidio en Campeche.
 Cimacnoticias | Campeche.-
CIMACFoto: César Martínez López