2/21/2007

SOBRE N. RIVERA Y EL MANTO PURPURA......

Envió a corte de Los Angeles pruebas que ha negado en México: Sanjuana Martínez

Presentó su libro Manto púrpura; el cura Nicolás Aguilar está escondido en Puebla

MARTIN HERNANDEZ ALCANTARA LA JORNADA DE ORIENTE


El cardenal Norberto Rivera Carrera, en la Catedral Metropolitana Foto: María Luisa Severiano

Puebla, Pue., 20 de marzo. Aunque ante la opinión pública nacional el cardenal Norberto Rivera Carrera ha pretendido soslayar el proceso a que está sujeto en Estados Unidos por encubrir al cura pederasta Nicolás Aguilar Rivera, ayer envió en su representación ante la Corte Superior de California, en el Distrito Central del condado de Los Angeles, a un poderoso bufete de abogados estadunidense para que lo defienda en el juicio, aseguró la periodista Sanjuana Martínez durante la presentación de su libro Manto púrpura, en la ciudad de Puebla.

Pasadas las 7 de la noche, la escritora informó que aproximadamente una hora antes había tenido comunicación directa con sus informantes en Estados Unidos, quienes le dijeron que los representantes legales del arzobispo primado de México, cuyos honorarios oscilan entre los 500 dólares por hora, llevaron al tribunal de marras las pruebas que su cliente se ha negado a presentar ante la justicia y los medios mexicanos que se las han exigido, desde que fueron descubiertos los casi 90 abusos sexuales contra niños perpetrados por Nicolás Rivera.

En esa lógica, consideró necesario saber de dónde proviene el dinero que Rivera Carrera está utilizando para sostener su defensa.

También afirmó que Aguilar Rivera se encuentra "escondido y protegido" en la región de Huehuetlán el Chico, de donde es oriundo, concretamente en la zona de Jonacatepec y el Quebrantadero. Sus hermanos Javier y Ricardo le brindan alojamiento, aseguró.


Por eso, abundó Sanjuana Martínez, es inconcebible que la procuradora general de Justicia de Puebla, Blanca Laura Villeda Martínez, pretexte que ignora el paradero del presbítero violador, sólo porque apenas tiene dos años en el cargo, y pase por alto que desde hace nueve existe una orden de aprehensión contra el clérigo, la cual no ha sido ejecutada.

A pregunta expresa de uno de los asistentes al acto, realizado en la casa de lectura Profética, la periodista reveló que ha recibido amenazas anónimas por los casos que ha documentado en Manto púrpura, pero que a partir de que su caso fue tomado por el Comité de Periodistas de Nueva York, los amagos han disminuido.

Aclaró que profesa la religión católica y que, "de ninguna manera", su libro es anticlerical. Dijo también que muchas personas le han preguntado si ella fue víctima de una violación cuando niña, o alguien de su círculo cercano -parientes y amigos-, a lo que ha respondido que no, que la motivación para escribir Manto púrpura se originó en la enorme indignación que le provocó, cuando cubría la información generada en El Vaticano, enterarse de los abusos cometidos por el fundador de la orden Los Legionarios de Cristo Rey, Marcial Maciel.


http://www.jornada.unam.mx/2007/02/21/index.php?section=sociedad&article=048n1soc

Desde hace varios días, algunos de ustedes recomendaron el tema: los casos de curas y abuso sexual. ¿Qué mejor día para hablarlo que hoy? Es miércoles de ceniza y además, ayer se celebró una audiencia en Los Ángeles en la que citaron a Norberto Rivera Carrera y él no fue. Por el caso del padre Nicolás Aguilar…

Pero vamos de lo general a lo particular, si les parece.
En los últimos meses, la iglesia católica mexicana ha estado envuelta en diversos casos de ex seminaristas o civiles que denuncian abusos sexuales por los hombres de sotana y pisa cuello.

Es obvio que no sólo es en México donde se han presentado estos casos. Aquí les presento un
breve resumen internacional. Hay muchos casos en España y claro, cómo olvidar el escándalo en la arquidiócesis de Boston.

En los Estados Unidos, desde la década de los 50´s hasta principios de la presente, eran más de mil casos de abusos denunciados.
Y es una nota del 2004.

Es tal la situación de abusos y denuncias que la Arquidiócesis de Los Ángeles ha colocado en su
portal de internet un link especial para prevenir abusos sexuales por parte del clero, mientras que otras más se han declarado en bancarrota para pagas los daños por abusos sexuales. Y es que no es para menos (aunque también, eso no se subsana ni con todo el dinero del mundo), algunas arquidiócesis de Estados Unidos han pagado a víctimas decenas o un ciento de millones de dólares.

Pepe Rodríguez, escritor español es autor de varios libros –duros, reveladores– referentes al clero. Uno de ellos se llama Pederastia en la Iglesia Católica. Otro de ellos, muy interesante, se llama La Vida Sexual del Clero, en el cual se incluye un estudio sobre la vida sexual de los sacerdotes. Como lo leyeron. Vida sexual. Aquí un resumen. A uno lo hace pensar sobre la real existencia –o inexistencia– del celibato, ¿no creen?

Ayer, revisando la red para sugerirles ligas e información, me encontré con una
página para sacerdotes. Ahí están especificadas, incluso, las “Normas Básicas acerca de las acusaciones de abuso sexual de menores por personal de la Iglesia, y documentación complementaria”.

En nuestro país, uno de los casos más sonados y más documentados son los del ex líder de los Legionarios de Cristo,
Marcial Maciel. Es una larga historia sobre la que ha habido muchas publicaciones, pero una de ellas se las destaco, el libro que escribió en su <libro El Legionario, una víctima, Alejandro Espinosa.

En 1995 fue el padre Alberto Athié quien escuchó una de las primeras confesiones acerca de los abusos cometidos por el líder religioso. El testimonio fue de José Manuel Fernández Amenábar. Germán Dehesa, en Proceso, hizo un artículo-reportaje-denuncia indignada sobre el caso.
Lo pueden leer aquí.

En noviembre de 1997, ocho ex integrantes de esta congregación
enviaron un escrito al Papa Juan Pablo II detallando y más aún, argumentando sobre los abusos de los que fueron víctimas, pidiendo una respuesta.
Fue hasta que llegó Benedicto XVI que hubo una respuesta de parte del Vaticano. En mayo del año pasado
sancionaron a Maciel. Le pidieron que se retirara a una vida de oración y arrepentimiento. El Papa decidió no hacer más –como un juicio canónico– en “consideración a la edad y condiciones de salud del reverendo Maciel”.

El más reciente escándalo de los casos sobre el tema es el del Padre Nicolás Aguilar, señalado por abusar sexualmente en contra de 90 niños en territorio nacional y los Estados Unidos. En Los Ángeles tiene abierta una investigación sobre los abusos.


Una reportera mexicana, Sanjuana Martínez (quien actualmente está presentando su libro
Manto Púrpura, aquí una reseña de Patricia Nelly ha seguido muy de cerca el caso. Aquí una entrevista con el padre Aguilar: en el que dice que es “exagerada” la cifra de 90 niños violados. Ojo: exagerada.

En este caso, se le ha relacionado al
Cardenal Norberto Rivera Carrera, quien tiene al menos dos denuncias en la Corte de Los Ángeles, por omisión de advertencia, conspiración civil, supervisión negligente, entre algunos otros.

El cardenal, cada vez que le preguntan, se escapa del tema, cuando puede. En torno al caso de Nicolás Aguilar, el Arzobispado de México fijo su postura, sobre lo que llamaron una “farsa mediática”.
Aquí está su comunicado.

Uno de los últimos casos en los cuales una institución ligada a los Legionarios de Cristo está envuelta, es el caso del
Colegio Oxford, donde un menor presuntamente fue abusado sexualmente por uno de sus maestros.

Hoy, Sanjuana Martínez aceptó entrar a bloggear con nosotros. Sabe y ha reporteado mucho más del tema. Por cierto presenta Manto Púrpura en México este domingo. Ahorita está en Puebla investigando sobre lo mismo, ella misma nos contará. Pero entrará, me dijo ayer, como a la 1 de la tarde.

Sólo una última liga de algo que pasó ayer en el Senado. Aprobaron, por unanimidad, una
reforma para combatir la explotación sexual de menores con penas más altas, aplicarles la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada. También considera inhabilitar a ministros de culto que cometan estos ilícitos. Me parece –suena contradictorio, ¿verdad?– una buena noticia.

Es un tema duro, lo sé. Traté de ser lo más apegada a los hechos posible pero sin duda no permanezco impávida ante las denuncias. Me parece que es algo gravísimo e indignante. Todo tipo de explotación y abuso infantil, pero sin duda mucho más grave viniendo de miembros de cualquier iglesia.

Como siempre espero sus comentarios y estamos en cibercontacto…

http://weblogs.eluniversal.com.mx/weblogs_detalle3022.html

Valientes voces que no quieren callar

En menos de un año, dos mujeres periodistas han denunciado con su trabajo profesional los crímenes pederastas que se comenten principalmente con los niños de nuestro país. La primera fue Lydia Cacho, la segunda Sanjuana Martínez.

En diciembre de este 2006 se cumplirá un año de que Lydia Cacho fuera agredida y amenazada por haber escrito el libro Los Demonios del Edén, en el que abiertamente acusa a Jean Succar Kuri del abuso sexual contra menores, además de formar parte de una red de pederastas a escala internacional.

Como lo hemos afirmado en otras ocasiones, estas redes no se mantienen sin la complacencia de un fuerte poder económico y político. El libro de Cacho citó los nombres de varios personajes de la política y la alta sociedad mexicana que infructuosamente intentaron callarla. Su actitud no es meramente periodística; su conducta, su fuerza y su valor son ejemplo de coherencia y compromiso con las mujeres, los derechos humanos y la búsqueda de la justicia.

Algunos antecedentes

Desde hace varios lustros, autores como el español Pepe Rodríguez, se dieron a la tarea de denunciar las irregularidades en la vida de los ministros de la Iglesia católica, cito dos ejemplos: La vida sexual del clero, que habla de la falta de ética y moral de muchos sacerdotes que expresan patológicamente su sexualidad, y en el que el autor pregunta: ¿es valido exigir el celibato?
Otro texto no menos impactante es Pederastia en la Iglesia católica, con prólogo del padre Alberto Athié. El texto habla de casos rigurosamente documentados en Chile, España, Francia, Estados Unidos y por supuesto México. En concreto se refiere al caso del padre Marcial Maciel. Pero en esencia, Rodríguez cuestiona por qué la alta jerarquía de la Iglesia Católica, incluido el Vaticano, niega, defiende y protege a los agresores sexuales de menores.

Otro ejemplo

Ahora Sanjuana Martínez, periodista mexicana, autora de Manto púrpura, editado por Grijalbo, se adentra en un tema hasta hace algunos años intocable en México, los abusos sexuales dentro de la Iglesia católica.

El libro dedica muchas páginas a recoger los testimonios de víctimas de abusos sexuales de sacerdotes y ofrece nombres, lugares e historias que parecen sacadas de un cuento de terror. ("No se pueden llamar representantes de Jesús si te están destruyendo la vida"). Estos delitos se han cometido desde hace muchísimos años, pero no se denunciaban. Cuando la familia afectada, cuando los padres del menor se dirigían a las autoridades eclesiásticas, éstas sugerían guardar silencio para "no dañar a la Iglesia".

Además, curiosamente los delitos denunciados frente a las autoridades no avanzaban o los expedientes desaparecían inexplicablemente. Si los denunciantes insistían, se buscaba desprestigiarlos o poner en tela de juicio los testimonios de los menores ("me gritaban ´el calientasotanas´").

No hay que olvidar que esta fue una de las estrategias seguidas para acallar el escándalo del padre Maciel. Ridiculizaron a los denunciantes, los agredieron, incluso se llegó a hablar de riesgos con su vida, pero el tiempo, las pruebas y las valientes denuncias les dieron la razón. Hoy, aunque no fue entregado a la justicia, el padre Maciel está impedido de ejercer su oficio sacerdotal.
Sanjuana Martínez denuncia en su libro la impunidad de la que gozan los sacerdotes delincuentes en nuestro país, a donde incluso, son enviados los agresores de otras naciones para que los escándalos generados se olviden, pero sobre todo para que la justicia no los alcance. Es bien sabido que los curas denunciados son trasladados a parroquias distintas o bien a países donde los protejan. En un capítulo completo, Sanjuana habla de lo que llama fast track de curas pederastas, pues muchos nos llegan de Estados Unidos.
La periodista ofrece una lista de nombres y lugares donde han sido referidos algunos delincuentes. Al final ofrece un anexo con más de 500 nombres, algunos hasta con fotografía y los cargos que existen contra ellos. ("Qué fácil es lavarse las manos y poner en peligro a miles de niños mexicanos. Es una auténtica tragedia. Es un crimen contra la humanidad dejar que depredadores sexuales sigan siendo curas").

El libro Manto púrpura pone el dedo en una herida abierta recientemente. Por primera vez en la historia nacional, una corte estadounidense acusa a un cardenal de encubrimiento a pederastas. El acusado es el padre Nicolás Aguilar, y como su encubridor se señala al cardenal Norberto Rivera. Además se suman otros cómplices como el cardenal Roger Mahony, el arzobispado de Los Ángeles, la diócesis de Tehuacán y otros. A todos ellos se les imputa: negligencia, supervisión negligente, omisión de advertencia, contratación negligente y mantenimiento negligente de la misma, conspiración civil, acusación intencional de sufrimiento emocional y asalto sexual. La denuncia la hace un sobreviviente, Joaquín Aguilar, quien señala a Nicolás Aguilar Rivera como su violador, pero acusa al cardenal Rivera de no haber actuado para detener al depredador que sumó en México y Estados Unidos 90 denuncias por abusos y violaciones a menores. Nada más lo cambió de parroquia y luego lo sacó del país.

("El Departamento de Investigaciones de Abusos Religiosos en México divulgó que 30% de los poco más de 14 mil sacerdotes activos del país cometían algún tipo de abuso sexual contra sus feligreses").

Este intercambio de curas pederastas entre Estados Unidos y México, ha dado por resultado un gran abuso en los grupos latinos. Con el pretexto de denunciarlos, muchos migrantes nacionales tienen que guardar silencio y no acusar a los agresores ya que está de por medio su estadía en la Unión Americana. ("Los pobres buscan a la Iglesia para que les dé esperanza. Algunos sacerdotes dan esperanza, pero bajo el alto precio de perpetrar abusos sexuales contra los niños. Esto tiene que terminar y la tolerancia cero significa empezar por las parroquias. En las iglesias de California tenemos charlas para que los demás escuchen las historias de nosotros los sobrevivientes, y para que se quite el miedo y se asuma con respeto el sufrimiento de las víctimas. Hay que hablar, es la única manera de terminar con este cáncer de la Iglesia").

El libro de Sanjuana Martínez provocará una gran incomodidad en las conciencias que con su silencio se han hecho cómplices de estos agresores que nada tienen de divinos y sí mucho de humanos. El Manto púrpura es una valiente e indispensable denuncia que también liberará a muchas personas que por años han callado, que se han creído las únicas víctimas, protegiendo así a su cura agresor. Son tantas las víctimas, que se han agrupado en la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes (SNAP, sus siglas en inglés), ahora con una sede en nuestro país.
¿Tienes algo que aportar? Escríbeles a snapmexico@aol.com
Fax: 5424-0771.
patricia.kelly@eluniversal.com.mx

http://www.eluniversal.com.mx/columnas/61972.html