3/09/2019

Amandine Fulchirone: “Hablar de violencia sexual es fundamental, pero ¿qué hacemos con tanto dolor?”

Sanar heridas simbólicas de los cuerpos


Posguerra en Guatemala. Amandine Fulchirone dice que entonces se oía el silencio. Era un secreto estridente que la tortura sexual había sido parte de la estrategia genocida que implementó el ejército, pero los relatos de las mujeres no parecían ser escuchados a pesar de las evidencias.


Ahora, más de una década después, se escucha la rabia. De la mano, primero de Yolanda Aguilar y después, acompañadas por un porrón de mujeres más (Liduina, Virginia, Elsa, Josefa, Chave, Andrea, Elsa, Malcom y Brenda) fundan el colectivo “Actoras del cambio”. Me pide que nombre a todas sus compañeras porque, dice, es tan importante saber con quién se empieza el camino, que reconocer las huellas que dejan quienes nos acompañan hoy.  En esta entrevista, Fulchirone no sólo aporta claves imprescindibles para sanar la violencia sexual en contextos de guerra sino que señala los mecanismos violentos que se dan entre feministas, habla de su apuesta por lograr una justicia más allá de los Estados y de las heridas simbólicas que guardan los cuerpos de las mujeres.

- Andrea Momoitio (AM): ¿Cómo surge el colectivo?

- Amandine Fulchirone (AF): Cuando llegué a Guatemala se oía el silencio y aquello era una cosa tremenda. Decidimos hacer algo para ayudar a sanar, a reconstruir la vida, desarticular la culpa, la vergüenza, el terror en la piel.

- AM: ¿Cómo han sido esos procesos de sanación que habéis acompañado?

- AF: Eran momentos muy complejos. No se hablaba de la violencia sexual y los comisionados militares estaban en las comunidades controlándolo todo. Decidimos trabajar en la clandestinidad para hacerlo más tranquilas, pero tres o cuatro años después las mujeres quisieron hacerlo públicamente. Tuvimos que reflexionar sobre qué quería decir eso: ¿Qué queréis que se sepa? ¿En qué condiciones? ¿Con qué voces? Al principio quisieron que hablásemos en su nombre, pero la historia no tendría el mismo peso si no era contada por ellas. Sus voces, además, iban a permitir que sus hijas, sus nietas y nietos pudieran aprender de los errores. Empezamos a organizar los “Festivales por la memoria”. Queríamos contar lo que había pasado, pero no desde el dolor, sino todo lo contrario: con mucha claridad política. Necesitábamos señalar responsables y crear conciencia porque la violación sexual es un crimen, que no se iba a permitir otra vez. Estas mujeres, que habían sido estigmatizadas, rechazadas, consideradas parias por haber sido violadas, acabaron por convertirse en referentes.

- AM: ¿Son procesos únicamente terapéuticos?

- AF: Es un proceso terapéutico que se vincula a un proceso de organización política. El trabajo de sanación implica un trabajo que lo integra todo: el pensar, el sentir y el hacer. Trabajamos las creencias que nos han inculcado a partir de la reflexión sobre la experiencia propia. ¿Por ejemplo? En torno a la sexualidad. Ellas retomaron el poder sobre sí mismas cuando pudieron decir que “no” a sus parejas en las relaciones íntimas. Te encontrabas con mujeres que hablaban públicamente de los crímenes sexuales cometidos por el ejército, pero que tenían normalizadísimas las violaciones sexuales que se daban los ámbitos íntimos.

- AM: Dices que “siempre que se da un genocidio se da un feminicidio”.

- AF: Sí.

- AM: Explícamelo, por favor ¿por qué en todo genocidio se asesina también a las mujeres?

- AF: Porque para matar al pueblo, o a un pueblo en concreto, van a atacar de forma específica a las mujeres a través de la violación sexual. El feminicidio se da a través de la violación sexual. Antes de las masacres siempre hay una tortura específica: la tortura sexual, que tiene efectos de destrucción del tejido social, de aislamiento, de éxodo. Acaba cortando la posibilidad de tejer fuerza comunitaria. Por eso, antes de un genocidio, que es la destrucción de un pueblo, se necesita pasar por el cuerpo de las mujeres para demostrar su poder sobre otros hombres.

- AM: Antes y después.

- AF: Antes y después.

- AM: Pero no todos los feminicidios van de la mano de genocidios.

- AF: No. No. Pero cada genocidio sí ha necesitado de un feminicidio
.
- AM: Desde Bosnia a Guatemala o de Guatemala a Colombia, ¿se nota algún cambio?

- AF: Bueno, desde Bosnia a Guatemala se nota mucho; de Guate a Colombia también. Creo que las colombianas han aprendido mucho de las experiencias previas. Muchas de las estrategias del movimiento de mujeres feministas se centran en la búsqueda del reconocimiento de la memoria, la justicia, la verdad, pero parece que estamos esperando a que sea el Estado el que nos reconozca.

Nuestra apuesta no es esa. Buscamos que seamos nosotras mismas quienes reconozcamos la historia y, a partir de ahí, la podamos afirmar, sin esperar la validación masculina, la validación del Estado, ni de ningún Tribunal. Es un reconocimiento social que parte de nosotras mismas. Creo que en Colombia todavía está muy puesta en el Estado la necesidad de reconocimiento. Lo entiendo porque es el referente simbólico de poder más importante y tendría sentido si tuviéramos unos Estados que funcionasen, pero esos no existen. El Estado ha utilizado el ejército y a los paramilitares para despojar a los pueblos de sus tierras, para masacrarlos. Es como pedir el reconocimiento a tu propio agresor.

- AM: ¿Y por qué tanto empeño del movimiento feminista en hacer peticiones a un Estado que sabemos que es patriarcal?

Y sabemos también que no hay condiciones para que esto sea de otra forma.

Si entendemos que la responsabilidad es de los Estados, que la violencia es estructural, ¿por qué señalar a los agresores en particular y no a las instituciones por su inacción?

- AF: Creo que se necesitan las dos cosas. Nombrar a los agresores es muy importante.

- AM: ¿Señalar a los agresores, uno a uno?

- AF: Sí. Es muy importante porque se necesita revertir el mecanismo social que hace recargar la culpa, la vergüenza y el terror sobre nosotras, sobre las que lo denuncian. Es muy útil que el que comete el crimen asuma socialmente las responsabilidades y la vergüenza porque ayuda a sanar. Pero ¿cómo hacemos ese tipo de sanción? ¿Desde lo legal? ¿Desde lo comunitario? ¿Desde lo colectivo? ¿Desde dónde? En cualquier caso señalar sólo al agresor no es suficiente. Si individualizamos la responsabilidad, que es la lógica que se sigue con la cárcel, obviamos lo que implica en términos sociales. ¿Y las sentencias supuestamente paradigmáticas? ¿Qué eficacia tienen? ¿Tienen un impacto político suficiente para transformar las relaciones de poder? Las relaciones de poder cambian cuando construimos nuestro propio poder, individual y colectivo como mujeres, cuando somos capaces de afirmar nuestra verdad y poner límites a los agresores. Eso implica un trabajo de organización política muy grande, que va mucho más allá que la denuncia, de las leyes o de la vía penal.

En Guatemala estamos hablando de comunidades que están acostumbradas a trabajar colectivamente. En un espacio más urbano, más individualizado, es más complejo, pero creo que por eso es  mucho más importante todavía. Necesitamos el vecina a vecina, esa red de protección que permita poner un cuerpo colectivo de mujeres para protegernos a todas.

- AM: ¿Es posible una comunidad así en el Ciudad de México, por ejemplo?

- AF: Creo que sí. Tenemos que lograr que la seguridad seamos nosotras mismas.

“El miedo va a cambiar de bando” es un lema  cada vez más coreado.

Devolver la vergüenza y el miedo es imprescindible. Los agresores, para que dejen de violar, necesitan encontrarse con el límite. ¿Quién pone ese límite? Lo ideal es que se lo pongamos las mujeres. En comunidad es más fácil porque rápidamente ubicas quiénes te pueden apoyar, qué casas te pueden acoger, quién puede actuar contigo. Hemos vivido varias experiencias así, pero las represalias son muy fuertes. Es el poder simbólico puesto en escena. ¿Hasta dónde somos capaces de contrarrestar con otra voz, con nuestra voz, el poder simbólico patriarcal? Las represalias no fueron físicas, pero había mucha tensión, era muy gruesa la violencia verbal. Frente a la violencia verbal y la violencia simbólica, ¿qué hacemos? Hay muchas posibilidades, pero si no estamos muy fuerte colectivamente, nos devastarán. El miedo rompe cualquier proceso colectivo.

- AM: ¿Cómo valoras movimientos ‘virtuales’ como el #MeToo? ¿Cómo damos el salto de la catarsis a la acción?

- AF: El mundo virtual es tremendo. Creo que para cambiar, especialmente el hecho de que el cuerpo de las mujeres siga siendo un campo de batalla, necesitamos ponerle cuerpo a nuestras luchas y a nuestras estrategias. La lucha requiere cuerpo material.

- AM: Pero el cuerpo ya lo hemos puesto y lo han dañado mucho.

- AF: No. No lo hemos puesto en el sentido de construir colectivamente, de acuerparnos juntas. Lo hemos puesto, pero porque ellos nos lo agarraron. Hablar de violencia sexual es fundamental, pero, ¿qué haces con tanto dolor? ¿Qué hacemos con tanta rabia? ¿Cómo construimos a partir de ahí?  Necesitamos volver a encontrarnos en comunidad para elaborar lo que tengamos que elaborar, politizar lo que tengamos que politizar. Nombrar es una cosa, sí, pero luego tenemos que trabajar nuestra memoria de violación sexual: ¿Qué ha dejado en nuestra vida? ¿Qué creencias nos ha instalado? ¿Cómo nos relacionamos desde entonces? ¿Cómo volvemos a estar bien con nosotras mismas? ¿Cómo volvemos a confiar? ¿Cómo volvemos reconstruir el poder sobre nosotras?

Poder que tampoco sé si un día tuvimos. Cuando digo que “tenemos que volver a poner cuerpo” no me refiero a exponernos, sino a trabajar en términos de memoria corporal. Si no trabajamos las heridas que nos deja la violación sexual no hacemos nada más que vomitar…,  y nadie quiere escuchar vómitos. Nadie. Tenemos razones para odiar y necesitamos espacios para elaborarlo, para sacarlo, pero hay que reconocer también que nos estamos relacionando desde el odio, desde el resentimiento, desde el asco que nos da este mundo.

- AM: Crecemos, no sé si en todos lados es igual, creyendo que si te violan no podrás curarte de ello jamás. ¿Cómo podemos hacer frente a esa idea sin restarle gravedad? Los planteamientos de Virginie Despentes, por ejemplo, van en esa línea y han sido muy criticados.

- AF: Es complicado. Virginie a mí me cuestiona mucho. Me gustaría platicar mucho con ella. Nunca hemos tenido la posibilidad, pero me gustaría mucho. La violación es grave y te deja huellas, pero esas huellas las podemos atravesar. No somos esas que jamás vamos a poder levantar cabeza porque han sido violadas. El objetivo de la violación sexual es aniquilarte, quitarte el poder, que vivas humillada toda la vida, que vivas a escondidas o gritando mucho, pero no transformando nada. Hay un cuento maya muy bonito que habla de la libertad. Hemos sido educadas para ser camellos, cuenta, para seguir y someternos. Un día, un camello se despierta y se ha convertido en una pantera. Está a la defensiva, grita. Es lógico, hay que pasar por ahí, es la pura rabia. No lo entiende. Y la rabia te da fuerza. Pero luego hay un paso más, que, en mi opinión, tenemos que dar todavía en el movimiento feminista: la libertad. La libertad pasa por saber que tú puedes usar la pantera cuando lo necesitas porque tienes todas las opciones. No solo dos. La libertad es también el águila, es abrir las alas y no estar permanentemente pendiente de lo que pasó.

-  AM: ¿Cómo nos curamos de la violencia sexual que no hemos sufrido en nuestros cuerpos directamente? La violencia simbólica, ¿tiene cura esa?

- AF: Sí, a partir de los propios procesos de sanación aunque no lo hayas vivido directamente.

- AM: Pero has vivido con el miedo.

- AF: Exacto. Hay que trabajarse la culpa de muchas cosas, incluso la culpa de no haber vivido algo. Yo creo que es esa la postura con la que vamos a construir futuro o, al menos, nuevas condiciones de vida para nosotras. No lo vamos a construir sobre el hecho de que todas somos violadas. La construcción de otra vida pasa también por inspirarse de la posibilidad de la libertad, de la posibilidad de vivir bien. Yo siento que muchas veces, en el feminismo, o en algunos feminismos, estamos muy atrapadas en darle mucha fuerza y mucho poder a la víctima. ¡Y claro que es importante reconocer el daño! No digo que no sea importante, pero no podemos hacer política solamente desde ahí. Necesitamos una política que nos llame a crear nuevas cosas, a generar cambios de verdad. No hablar de libertad, practicar la libertad. No hablar de cura, sino curarnos. No hablar de paz, sino relacionarnos desde ahí.

- AM: Cuando hablamos de violencia sexual, generalmente, o al menos en el imaginario social más extendido, estamos hablando de violencia sexual en un entorno heterosexual. ¿Qué pasa con las lesbianas, por ejemplo?

- AF: El patriarcado se ha materializado en los cuerpos de hombres, pero también se ha materializado en algunos cuerpos de mujeres aunque, efectivamente, estés menos expuesta a la violencia sexual si no te acuestas con hombres. Las lesbianas somos objetos de castigo, sí. El objetivo último del patriarcado es apropiarse de nuestros cuerpos para poder decidir sobre nosotras y demostrarnos quiénes mandan en este mundo. Lo que serían distintos, quizás, son los ejercicios de violencia entre lesbianas. Para poder pactar entre nosotras necesitamos trabajar esas violencias porque nos estigmatizamos mucho. No sé si sí es igual en otros territorios, pero en América Latina, en Ciudad de México, nos damos como si fuéramos enemigas. Nos estamos haciendo mucho daño. 

Esa es la herramienta más eficaz del patriarcado. Tenemos que entender por qué estamos juntas, sanar lo que tengamos que sanar, aprender a dialogar, romper los silencios, preguntarnos: ¿Por qué me enojas? ¿Qué hay detrás del enojo? ¿Por qué no la soporto? Trabajar las dinámicas emocionales que hay también en nuestros espacios aunque no lo queramos reconocer. Hay que reflexionar porque, colectivo tras colectivo, nos rompemos alrededor de las mismas heridas: “No me escuchas”; “No me reconoces”; “No me quieres”; “Me has levantado la voz y eso quiere decir que no me quieres”…

Tenemos que nombrar, conocer y trabajar esas dinámicas. La apuesta de “Actoras”, seguramente de muchas otras colectivas, es aprender a volver a mirarnos a los ojos, para poder construir un poder colectivo, real, que no se tumbe por represalias, amenazas, pero tampoco por diferencias entre nosotras. A eso lo llamamos política de reconocimiento, amor y sanación entre nosotras.

* Este artículo fue retomado del portal Pikara Magazine
Helena Bayona, retomada de Pikaramagazine
Por: Andrea Momoitio
Cimacnoticias | Bilbao, Esp.

“Ni un paso atrás a derechos de mujeres”, le recuerdan feministas a AMLO


Presidente pide no abrir debate de despenalización del aborto


Este Día Internacional de la Mujer las feministas reconocieron los aportes que han hecho para el desarrollo de México e hicieron frente en su primera ceremonia por la efeméride, al presidente Andrés Manuel López Obrador, para que en la Cuarta Transformación, no haya retrocesos en los derechos ganados.

Durante el discurso de López Obrador en el evento conmemorativo de este 8 de marzo en Palacio Nacional, mientras un grupo de mujeres encabezado por la diputada Martha Tagle, portaban una pancarta con la consigna “Por los derechos de las mujeres, ni un paso atrás”, otras más clamaban “¡Abajo el patriarcado!”, otras asistentes se levantaban de sus asientos para aplaudir al “señor presidente”.
CIMACFoto: Lucía Lagunes

Previamente, en la conferencia matutina, López Obrador evadió los cuestionamientos de periodistas respecto a la iniciativa que presentó ayer en el Senado el legislador Eruviel Ávila Villegas para “proteger la vida desde la concepción” a fin de criminalizar a las mujeres que desean interrumpir un embarazo, así como las intenciones que manifestó la senadora del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Lily Téllez, de presentar una propuesta similar.
Ante la insistencia de la prensa, Obrador sólo contestó “Yo creo que no debemos de abrir esos debates. Vamos a serenar el país”, terminando así por hablar de la corrupción.

Más tarde, en el evento gubernamental para conmemorar el 8 de marzo, poco profundizó sobre los derechos de las mujeres, se refirió a los programas asistencialistas que ha impulsado su administración como “tandas para el bienestar” y los apoyos para personas adultas mayores, en los que dijo, las principales beneficiarias son mujeres.
La pancarta con la que encararon al presidente es porque a 100 días de su administración (que se cumplen el próximo domingo) el movimiento amplio de mujeres ha tenido que librar algunas de sus políticas que afectan directo a la población femenina. Desde los recortes al presupuesto para la igualad del Anexo 13, la instauración de la Guardia Nacional, la eliminación de las estancias infantiles y de los refugios que atienden a mujeres víctimas de violencia extrema, que hasta ahora han logrado frenar.

La recién nombrada presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman Zylbermann, se encargó de abrir la serie de discursos en la ceremonia. Dio un panorama de las violencias y discriminación que actualmente viven las mexicanas: en tres años 30 mil niñas se convirtieron en madres como consecuencia de la violencia sexual, 25 de cada 100 mexicanas tienen las mejores credenciales educativas pero la discriminación de género no las deja crecer y llegar a los puestos más altos, las mujeres tienen 25 por ciento menos de remuneración por el mismo trabajo que los hombres, además de la invisibilización del trabajo doméstico no remunerado.

Gasman mencionó el “programa de emergencia” presentado el pasado 6 de marzo por las autoridades gubernamentales para atender la situación de feminicidio, desaparición y violencias que viven las mexicanas.

En el pódium del evento estuvieron mujeres representando diversos oficios: una bombera, una policía, una joven estudiante, una doctora. Todas hablaron de los aportes que han hecho sus antecesoras que hoy les permiten disfrutar de ciertos derechos al tiempo que pidieron al presidente mirar la violencia que todavía enfrentan en sus comunidades y espacios laborales.

CIMACFoto: Lucía Lagunes
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, primera mujer en el cargo, dijo en su turno al micrófono, que es innegable reconocer que las mujeres cuentan hoy con condiciones que en el pasado eran impensables: “el derecho al sufragio, a la educación, al trabajo, a tener salarios iguales a los hombres, a la maternidad libre”. Reconoció que las mujeres se mantienen haciendo contribuciones al desarrollo de México, no obstante, los retos todavía son enormes.

En el evento estuvieron las presidentas de las comisiones de Igualdad del Senado y la Cámara de Diputados, Martha Lucía Micher Camarena y Wendy Briceño Zuloaga, respectivamente, quienes refirieron apoyar la Cuarta Transformación que propone el presidente pues consideran que es momento único para el avance de las mujeres.

Desde el poder Legislativo la diputada y presidenta la Comisión de Igualdad, Wendy Briceño Zuloaga, llamó a sus compañeras a ampliar y avanzar en la agenda a favor de los derechos de las mujeres aprovechando un momento histórico en el que se encuentran en representación numérica igualitaria a sus pares varones.

La diputada federal Wendy Briceño, externó al presidente que están listas y buscarán reformas para la igualdad salarial, la no criminalización de las mujeres sobre el derecho a decidir, el reconocimiento de las labores de cuidados, la prohibición del matrimonio infantil, la erradicación del feminicidio y la violencia política en razón de género.

De la misma manera Briceño Zuloaga destacó que las anteriores administraciones estaban sumidas en un doble discurso en el que aparentaron ante organismos internacionales el respaldo a los derechos de las mujeres y mientras sus políticas neoliberales encrudecieron las violencias hacía la población femenina, por lo que dijo que es tiempo de saldar la deuda histórica que se tienen con las mujeres quienes representan más del 50 por ciento de la población mexicana.

Esta tarde también se espera en la Ciudad de México una marcha por el Día Internacional de la Mujer que partirá del Ángel de la Independencia para culminar en Zócalo capitalino. 

Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.

Hacia el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer

Mujeres Cautivas
Por: Teresa C. Ulloa Ziáurriz*


Hoy cuando el sistema patriarcal nos ha arrebatado el Día Internacional de las Mujeres y nos regalan rosas y nos felicitan, cuando le han sustraído la verdadera esencia a la conmemoración de las luchas de las mujeres que encabezó Clara Zetkin o las obreras en huelga en la fábrica de textiles en Nueva York, me parece que bien vale la pena hacer un alto en el camino y preguntarnos qué estamos haciendo o qué hemos hecho frente a la simulación cotidiana, frente a la mentira y al uso de la transversalidad de la perspectiva de género, la paridad o la Alerta de Violencia de Género como un discurso de moda, cuando en los hechos poco ha cambiado.
Más aún ¿qué estamos haciendo las feministas? ¿dónde está el movimiento feminista frente a la desaparición de las estancias infantiles, la cartilla moral, los anuncios de que no habrá dinero para las OSC, muchas especializadas en violencia contra las mujeres? y sobre todo las que se incluían en el Anexo 13, que son las que prestan sus servicios para las mujeres, ¿ante la falta de titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia (Conavim)? ¿Con un presidente que, en muy raras ocasiones, ha pronunciado la palabra “mujer” o “mujeres”, “feminicidio” y “violencia contra las mujeres” y que más bien nos pide que hablemos con nuestras hijas e hijos delincuentes para que se porten bien, o que cuidemos a nuestros nietos?
El movimiento está disperso, dividido, hay temas que hemos permitido que nos dividan, sin tener la capacidad de buscar las demandas que nos unen y poner a un lado las diferencias. Un ejemplo son las diversas convocatorias y pronunciamientos que van desde una cadena humana, un plantón afuera de Palacio Nacional, la marcha del 8M, entre otras.  Lo que no podemos negar es que cuando hay diversas convocatorias y pronunciamientos, se genera confusión y la confusión produce parálisis, sin saber con quién sumarse o cuál es el discurso más congruente o que mejor representa tus intereses.
Otras tantas en desacuerdo con que la prostitución sea reconocida como “trabajo sexual” y que condenan el alquiler de vientres y otras que los quieren legalizar a ambos. Otras que son acusadas de ser “translovers” y muchas que no expresan lo que piensan o sienten, para que no las acusen de transfóbicas.
Lo cierto es que todos los retos que hoy se nos presentan a las mujeres mexicanas, la defensa de nuestros derechos ganados, temas pendientes como el feminicidio que en los primeros meses del año llegó ya a 11 casos diarios, los usos y costumbres que atentan contra los Derechos Humanos de las mujeres y las niñas indígenas, la interrupción legal del embarazo gratuita, segura y accesible para todas las mujeres y jóvenes, la reforma de todas las constituciones que “consagran el derecho a la vida desde el momento de la concepción” y la libertad de todas las mujeres que están presas por aborto, muchos espontáneos, no están recibiendo una respuesta contundente del movimiento feminista y amplio de mujeres.
Todas las mujeres y niñas desaparecidas son otro gran reto a las políticas públicas y para la justicia, así como para diseñar e impulsar una política de Estado contra los delitos en materia de trata de personas, especialmente en donde está involucrada la delincuencia organizada, y más ahora, que después de estar brindando diversos servicios a las víctimas de formas de violencia extrema, entre los que está la asesoría y representación jurídica a las mujeres, niñas y adolescentes ya por 25 años a través de Defensoras Populares y 15 años a través de la CATWLAC, hoy estamos forzadas a revisar si continuamos sirviendo a las poblaciones más desfavorecidas (¿¿¿que no decía que primero los pobres???), que no tienen posibilidades de cubrir cuotas de recuperación y no podemos mantener una plantilla de abogadas, psicólogas, trabajadoras sociales, pedagogas y psicopedagogas, si es que las ayudas se van a dar directamente a las víctimas; y cito estos dos ejemplos porque son los que conozco de primera mano, pero cuántas OSC estarán en la misma situación que nosotras o cuántos refugios para mujeres maltratadas y cuántas víctimas van a quedar en la indefensión en lo que tramitan sus apoyos, a expensas de los pésimos servicios y los pocos asesores jurídicos de la CEAV y las Comisiones de Víctimas de los Estados.
¿A cuántas el apoyo les llegará muy tarde, porque ya las asesinaron o las levantaron, secuestraron o desaparecieron?
Dice la Ley General de Víctimas en su Artículo 4, que “la calidad de víctima se adquiere con la acreditación del daño o menoscabo de los derechos en los términos establecidos en la presente Ley, con independencia de que se identifique, aprehenda, o condene al responsable del daño o de que la víctima participe en algún procedimiento judicial o administrativo”, lo que representa un gran reto para la entrega de los apoyos. 
Lo cierto es que todavía nos sojuzga, nos oprime y nos controla el patriarcado o neo patriarcado que aún impone sobre la vida intelectual, pública, laboral, doméstica, sexual e íntima de las mujeres, el control, la discriminación y la violencia.
Otro de los grupos que requieren atención urgente y una política congruente y la sororidad del movimiento feminista y amplio de mujeres son las periodistas y fotoreporteras y las defensoras de Derechos Humanos que se encuentran realizando actividades de muy alto riesgo, como lo prueban los múltiples casos de feminicidios que se han registrado.
Como ha quedado demostrado a lo largo de la historia, el movimiento feminista es abolicionista, a pesar de que ahora estén tratando de reducirlo a una postura moral. Para las abolicionistas la prostitución y la pornografía son formas profundamente violentas con las que el patriarcado controla la vida y la sexualidad de las mujeres. Yo no he visto una mejor forma para apoyar al neopatriarcado y al neoliberalismo, que reconocer la prostitución como supuesto “trabajo sexual”, lo que significaría que los gobiernos ya no tienen que preocuparse por generar u ofrecer opciones de trabajo dignas para las mujeres, sólo para los hombres.
Nosotras presentamos una campaña titulada “#Xun8MAbolicionista” al Frente Nacional Feminista Abolicionista (Frenafa), y denunciamos que el lobby proxeneta está tratando de infiltrar al movimiento feminista con los jugosos financiamientos que hoy obtienen para promover el reconocimiento de la prostitución como “trabajo sexual”. Levantamos la voz contra la mercantilización de los cuerpos de las mujeres en la prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler.
Hoy me compartieron una foto por Twitter de Cuartoscuro … “tomada en la ExpoSexo” que lo dice y lo representa todo; y es todo lo que los organizadores y consumidores jamás dirían, pero el subconsciente les ganó: “ahí están, como fábrica, para escoger, es la mercancía, en envoltura, fabricadas sistemáticamente” … “para todos los gustos ... ¿cuál vas a comprar?”
Frente a la propuesta de la reforma constitucional del Artículo 4, que dice:
…“Toda persona tiene derecho a la sexualidad, a decidir sobre la misma y con quien compartirla, a ejercerla de manera libre, responsable e informada, sin coerción o violencia, así como a recibir la educación integral correspondiente.
Toda persona tiene derecho al libre desarrollo de la personalidad y a la autonomía reproductiva, así como a decidir de manera libre, responsable, informada y segura sobre tener hijos o no, con quién y el número e intervalo de éstos, así como a recibir servicios para acceder al más alto nivel de salud sexual y reproductiva. Esto incluye la reproducción asistida, así como la prevención, investigación, sanción y reparación de daño por esterilización involuntaria o de cualquier otro método anticonceptivo forzado” …
Lo que significa que se están intentando sentar las bases para legalizar la prostitución, la descriminalización total de la industria del sexo, incluyendo tratantes y proxenetas y la legalización de los vientres de alquiler.
Tenemos que derrotar las intentonas reglamentaristas del lobby proxeneta, de la industria de la reproducción a través de vientres de alquiler y del liberalismo que hoy prevalece entre los políticos mexicanos y representantes populares, que sobreponen las decisiones individuales sobre el bien común, piedra fundamental en la que se basa la libertad como Derecho Humano. 
*Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC por sus siglas en inglés).
Twitter: @CATWLACDIR
Facebook: @CATWLAC
CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

Recuperar los derechos económicos de las Mujeres

Monedero
Por: Carmen R. Ponce Meléndez*


Una calificadora internacional —esas gárgolas del neoliberalismo—, cambió de estable a negativa la calificación de la deuda emitida por el gobierno mexicano, con probabilidad de que sea degradada en los siguientes 12 meses. Una de esas razones, manifestó, es la modificación de políticas para reducir la participación privada en la industria energética.
Citando a la Rayuela del 2 de marzo: “pareciera ser que la búsqueda de la soberanía energética incomoda a calificadoras internacionales como Standard & Poor’s”. Según esta calificadora, las decisiones del presidente han afectado la confianza de los inversionistas (S&P).
Esta medida fue acompañada por el anuncio de que existe una probabilidad en torno a 30 por ciento de que baje la calificación de la deuda pública mexicana, acción que, en caso de ocurrir, incrementa el costo de los intereses que paga el sector público y encarece la contratación de nuevos préstamos. Otro efecto es que reduce el margen de acción en las finanzas públicas, concretamente en el gasto público y la inversión tan necesaria.
¿Significa que deben cancelarse las políticas públicas que implican combate a la corrupción o mejor distribución del ingreso y combate a la pobreza? Por supuesto que no. Sólo habrá que caminar con cuidado y sigilo, crear condiciones para el cambio, sobre todo no perder de vista que ahí están las fuerzas retrogradas para ejercer toda la presión posible. Quien dijo que la economía política no es política económica, perdió la brújula.
Recuperar los derechos económicos de las mujeres es una condición sine qua non esencial para realmente alcanzar un cambio de país; pero, para lograrlo, pasa por la atención al problema de violencia en cualquiera de sus modalidades. Ahí los centros de atención a las mujeres violentadas es importantísimo, hoy en el país hay nueve casos de feminicidio diarios, eso no es destino manifiesto, tiene solución.
La propuesta del actual gobierno es de un crecimiento del 4 por ciento del PIB en el sexenio, que rompería el “hechizo” del crecimiento mediocre del 2 por ciento. Significaría más y mejores empleos y una disminución importante de la pobreza, un crecimiento redistributivo que amainara la enorme desigualdad del país.
¿Termina la luna de miel económica? Prácticamente todas las encuestas sitúan a la inseguridad como el problema número uno; le sigue en orden de importancia, la economía con el binomio de la corrupción. Por desgracia, tanto en la inseguridad como en lo concerniente a los problemas económicos, las más afectadas son las mujeres.
No se debe perder de vista que en julio se logró un triunfo político, pero falta el económico. Antes un presidente de México tenía en su poder un capitalismo de Estado, hoy tiene un Estado presa de un capitalismo neoliberal, rapaz y depredador, con muy poco poder de Estado.
En el caso de la economía, el triunfo de AMLO provocó, en lo interno, que las expectativas de confianza situadas en que mejoraría la situación económica de toda la población subieran en forma importante, esto se vio reflejado en los indicadores de confianza del consumidor del Inegi y en las propias encuestas. Además, esta percepción se sustentó con el Paquete Económico presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y aprobado por el congreso en diciembre pasado.
El golpe de realidad lo dio el Banco de México (Banxico), al presentar su informe del último trimestre de 2018. Redujo la previsión de crecimiento para este año a un rango de entre 1.1 y 2.1 por ciento. Según Banxico, al inicio de 2019, la actividad se vio afectada por el desabasto de gasolina, el bloqueo de vías de ferrocarril en Michoacán y las huelgas en Matamoros que acentuaron la desaceleración iniciada en el segundo semestre de 2018.
Adicionalmente a la encuesta que realiza esta institución autónoma, entre analistas del sector privado nacional y extranjero ajustan el crecimiento de la economía mexicana a la baja, de 1.8 a 1.64 por ciento. Los especialistas también redujeron su pronóstico de inflación para 2019, de 3.85 a 3.67 por ciento.
Para 2020, la expectativa de crecimiento se mantuvo en 1.91 por ciento. Sin embargo, el pronóstico es inferior al rango adelantado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público: 2.1 a 3.1 por ciento. Los analistas expresaron que la incertidumbre política interna, los problemas de inseguridad pública, la falta de Estado de derecho, la corrupción y la impunidad son los factores que más pueden inhibir el crecimiento en los próximos seis meses.
La consulta del banco central plantea que la paridad del peso frente al dólar se deteriorará. Los analistas dicen que el tipo de cambio cerrará en 20.19 pesos; para 2020, el sector privado calculó que la moneda mexicana se deteriorará más.
La explicación de estas acciones a las que hace referencia el Banco Central se ubica fundamentalmente en el ámbito político, pero son producto del enorme desorden y desgracias que provocó la política neoliberal. Las huelgas de Matamoros son resultado de una política laboral basada en cero derechos laborales y salarios de miseria que han padecido las obreras por más de 38 años. Matamoros tiene los salarios más bajos de la industria maquiladora y las condiciones de trabajo de mayor explotación, eso ya es decir mucho.
Lo mismo o casi igual es la situación de los maestros en Michoacán, sencillamente les dejaron de pagar y enfrentaban la “tradicional” cerrazón de las autoridades, el gobernador de esa entidad ni siquiera se tomaba la molestia de atender algo tan importante como puede ser pagos rezagados. Frente a esto, la organización de docentes presionó instalándose en un punto estratégico para la economía de la región y del país, pues así, durante años, sólo se les hace caso (medianamente) a demandas tan importantes como puede ser el pago de los salarios; prácticas políticas que también hablan de vicios y corrupción.
En el caso del cierre de los ductos energéticos y su impacto económico, para explicar o justificar esta acción lleva al tema de la tragedia que se vive por la desproporcionada corrupción en todo el país y podría decirse que en todas las actividades, ya sean públicas o privadas; es como un cáncer con metástasis.
Remontar más de 30 años de prácticas corruptas o de “paz laboral” —que no es otra cosa que mantener a las mujeres trabajadoras con salarios de hambre, cero derechos laborales y represión—, por supuesto que tiene un costo económico y remueve telarañas y entelequias. La huelga de las maquiladoras no es la única, también está la de las universidades como la UAM, con las mismas razones.
Además, normalmente todo inicio de administración conlleva algo de lentitud en el crecimiento económico durante el primer año, pero en los años subsecuentes puede recuperarse. Sin embargo, menos crecimiento es menos empleo y menos consumo, y ambos se traducen en menos ingresos para el Estado, menos recursos tributarios, más recortes y, desde luego, menos gasto efectivo del sector público a favor de proyectos sociales y de infraestructura; más pobreza para las mujeres, en síntesis
Por si esto fuera poco, actualmente se está discutiendo una reforma laboral en el congreso, que también se traduce en un factor de desestabilización porque saca de su “confort de privilegios” al sector empresarial y puede provocar menor inversión en lo inmediato.
Existe una presión internacional vía tratado comercial T-Mec para alcanzar una reforma laboral que democratice la vida sindical del país, mejore la justicia laboral y los salarios, que, por consiguiente, también tendrá efectos en la gobernabilidad. Pero esa presión internacional igualmente se expresa en las calificadoras internacionales, cuyo objetivo es Pemex, mientras que el del gobierno rescatar la soberanía energética, un asunto de primer orden.
Para los que argumentan que este gobierno no tiene “contrapesos”, las calificadoras y en general la economía les recuerdan que sí existen fuertes contrapesos. La reducción de las expectativas de crecimiento no es cosa menor y si se asocia con problemas de deuda o desaliento en la inversión privada, ya sea nacional o internacional, es más que evidente que hay una presión para contrarrestar las políticas gubernamentales.
PD:
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia con la Mujer (Convención de Belém de Pará). Los Estados partes convienen adoptar, en forma progresiva, medidas específicas, inclusive programas para “suministrar los servicios especializados apropiados para la atención necesaria a la mujer objeto de violencia, por medio de entidades de los sectores público y privado, inclusive REFUGIOS, servicios de orientación para toda la familia, cuando sea el caso, y cuidado y custodia de los menores afectados” (artículo 8, inciso d).
*Economista especializada en temas de género
twitter @ramonaponce
CIMACFoto: Citlalli López
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

Mujeres periodistas exigen medios éticos libres de violencia


 De cada 100, 73 han vivido violencia en sus espacios laborales


De cada cien mujeres que trabajan en algún medio de comunicación en México, 73 han vivido una o más situaciones de acoso, hostigamiento o agresión sexual en su empresa, evidenció el “Sondeo sobre acoso, hostigamiento y violencia sexual contra las mujeres que trabajan en medios periodísticos en México”, elaborado por la colectiva Periodistas Unidas Mexicanas (PUM).  
El informe realizado por AcosoDATA, una división de la Colectiva PUM, se basó en 392 encuestas virtuales a mujeres que trabajan en medios de comunicación, de las cuales 299 pertenecen a la Ciudad de México y 93 a Baja California, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz.
Dentro de los hallazgos, se encontró que las principales formas de agresión van desde comentarios realizados sobre la vestimenta de las encuestadas o la forma en que lucen día a día, hasta miradas lascivas y comentarios sexuales o en doble sentido.
Las comunicadoras también afirman haber recibido llamadas telefónicas, mensajes o correos con connotaciones sexuales sin su consentimiento; han sido tocadas de forma inapropiada; y también se les han condicionado permisos, horarios, vacaciones o crecimiento laboral a cambio de invitaciones personales.

El estudio indica que 99 por ciento de los agresores son hombres, de los cuales 63 por ciento son compañeros de trabajo y 49 por ciento jefes o algún otro superior.
Ante esto, las comunicadoras afirmaron haber sufrido afectaciones directas sobre su vida; ejemplo de ello es que 40 por ciento declararon haber desarrollado problemas de autoestima y de salud derivados del estrés provocado y volverse desconfiadas y antisociales, al grado de que cambiar de trabajo les generaba ansiedad.
“Afecta la manera en la que me visto”, “afectaba mi economía y mi estado emocional porque ya no quería ir al trabajo” y “uno se concentra más en sentirse segura que en el propio trabajo”, fueron algunas de las respuestas textuales.
Para protegerse frente a estas amenazas, 57 por ciento de las entrevistadas desarrollaron mecanismos de defensa entre los que destacan guardar distancia con respecto a sus perpetradores o evitarlos en la medida de sus posibilidades; confrontarlos o hacerles saber su incomodidad, ser cortantes con ellos y cambiar su forma de vestir o de actuar frente a ellos.
Entre algunas frases que las comunicadoras plasman en este estudio que revelan también lo que han tenido que hacer para evitar la violencia son “Renuncié”, “Primero saludo de mano antes de dar besos, no visto provocativamente”. Otras fueron: “No tener contacto cercano con mis jefes, ni una amistad, ni compartir comidas, etc.”, “Compré un gas pimienta” y “Enfrentarles, avergonzarles, no dejarles, reportarlo”.

DEFICIENCIAS AL INTERIOR DE LAS EMPRESAS

En el informe se destaca la falta de mecanismos o protocolos especializados para presentar quejas por casos de hostigamiento, acoso o agresión sexual en las empresas, debido a esto, sólo 18 por ciento han realizado alguna queja al interior de sus espacios de trabajo.
Y este problema continúa aun cuando se denuncia, ya que de aquellas que sí presentaron una queja, más de la mitad (64 por ciento) afirmaron que la empresa no hizo nada o que las medidas que tomó fueron insuficientes y no funcionaron.
En el área de prevención, las empresas periodísticas tampoco están cumpliendo con su labor, ya que 76 por ciento de las mujeres aseguraron que en sus empresas no existe ningún tipo de campaña, curso o acción para sensibilizar al personal sobre el hostigamiento y acoso sexual.
Ante la problemática expuesta en su reporte, la colectiva Periodistas Unidas Mexicanas exige “medios éticos que garanticen espacios libres de violencia y acoso” en todo el país.

CIMACFoto: César Martínez López
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.

Aborto: criminalización retrógrada

Editorial La Jornada 


Aunque no hay ninguna iniciativa a discusión al respecto en el Senado, ayer dicha Cámara fue escenario de un ríspido enfrentamiento entre quienes promueven la despenalización total del aborto a fin de garantizar los derechos reproductivos de las mujeres y quienes buscan establecer sanciones o endurecer las existentes contra las que interrumpen sus embarazos, incluso si éstos son producto de una violación o ponen en grave peligro su vida. 

La discusión, suscitada por la molestia de la senadora Lilly Téllez (Morena) ante el reparto de pañuelos verdes –símbolo internacional de la lucha femenina por el derecho a decidir–, puso de manifiesto que el debate enfrenta, más que a partidos, posturas individuales de los legisladores, que no necesariamente coinciden con aquellas defendidas de manera oficial por los grupos parlamentarios a los cuales pertenecen.

Lo primero que debe asentarse acerca de este choque ideológico, producido la víspera del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, es que resulta intolerable la mera existencia del margen legal para encarcelar por abortar. Lamentablemente, en México no sólo existe dicho margen, sino que la criminalización por esta causa constituye una lacerante realidad: entre 2007 y 2016 al menos una persona fue denunciada cada día por aborto, y al menos 300 se encuentran presas por este motivo. Tal situación es un atraso de la civilización impresentable por cuanto supone, a todas luces, el uso de la ley para perpetrar la imposición prejuarista de una moral religiosa específica sobre la vida privada.

También es necesario recordar que la despenalización del aborto no lesiona los principios y convicciones de quienes se oponen a esta práctica, pues deja intactos sus derechos a proceder como mejor les parezca en el ámbito de sus propias personas. En cambio, el derecho a decidir parte del reconocimiento de un asunto que, en términos legales e institucionales, no corresponde a la moral sino a la salud pública y que los esfuerzos del Estado deben centrarse en evitar crueles penas de prisión –así como todo tipo de lesiones, en no pocos casos mortales– a las mujeres que, por diversas circunstancias, decidan o necesiten poner fin a un embarazo.

Debe pugnarse, en suma, por que se plasme de manera inequívoca en las leyes federales el derecho a decidir, para lo cual ya hay cuatro iniciativas presentadas en la Cámara de Diputados el año pasado. En caso contrario, el país seguirá partido en dos, con una capital donde hace más de una década se estableció la plena vigencia de los derechos de las mujeres, y con 18 entidades que criminalizan por ejercerlos.

Finalmente, debe deplorarse el atropello protagonizado el miércoles por los legisladores locales de Nuevo León al aprobar, con 30 votos a favor, ocho en contra y dos abstenciones, una cavernaria reforma que criminaliza no sólo el aborto, sino incluso algunos métodos anticonceptivos en nombre de una pretendida defensa de la vida desde la concepción. Además de las brutales consecuencias para las neoleonesas, la aprobación del dictamen propuesto en 2014 por el Partido Acción Nacional resulta especialmente lamentable por el apoyo que obtuvo de dos diputados de Morena, partido que desde antes de llegar al gobierno federal ha mantenido como una de sus banderas el avance en materia de derechos sexuales y reproductivos.

8 de marzo: día de la mujer trabajadora y revolucionaria, no es día de reinas y explotadoras

8M & #HaciaLaHuelgaFeminista


Hacia otro 8M. "Si nosotras paramos, el mundo se para"


El 8 de marzo se conmemora a la mujer trabajadora, revolucionaria. La comunista Clara Zetkin propuso la conmemoración en la conferencia de mujeres socialistas de 1910, para homenajear la lucha de las mujeres contra la explotación capitalista. Se recuerda el asesinato, a manos del Gran Capital, de 129 obreras quemadas vivas en una fábrica cuyos dueños habían cerrado las puertas (en EEUU). Se conmemora la lucha por la justicia social, la lucha contra el patriarcado y el capitalismo, cuyos mecanismos se articulan el uno al otro a la perfección. 

El 8 de marzo quedó apuntalado como fecha eminentemente revolucionaria por los sucesos del 8 de marzo de 1917 en la Rusia tzarista: miles de mujeres salieron a las calles clamando por sus derechos, contra la explotación y las guerras que la burguesía imponía al pueblo: ellas detonaron la Revolución de Octubre.

Tras la revolución de Octubre las mujeres conquistaron sus derechos económicos, sociales, sexuales y reproductivos: derecho al voto para todas las mujeres (no solo para las propietarias como en Gran Bretaña), derecho al divorcio, derecho al aborto, derechos plenos al estudio y trabajo, vivienda, sanidad y educación garantizadas, etc. Todos estos derechos todavía se siguen luchando en la inmensa mayoría de países capitalistas.

Las mujeres somos la parte más golpeada de la clase explotada. Somos víctimas de las guerras imperialistas, del saqueo capitalista que empobrece regiones y países enteros, de las privatizaciones y la precariedad, y además somos víctimas del machismo incesantemente promovido por los medios y toda la industria cultural del capitalismo. Porque el capitalismo se sustenta fragmentando y dividiendo a la clase explotada: por ello la industria cultural del capitalismo difunde incesantemente paradigmas de discriminación como el machismo y el racismo. Somos las trabajadoras explotadas, estudiantes, artistas, paradas y jubiladas a quienes se nos está privando de una vida digna, en ocasiones hasta de la alimentación, la vivienda, el acceso a la salud, el acceso a la educación, etc.

Somos privadas de condiciones de trabajo y de remuneración dignas por los capitalistas que sacan la plusvalía de nuestro trabajo. Somos las madres cuyo trabajo en el hogar no es reconocido, las que se quedan en absoluta precariedad sin pensión. Somos las mujeres migrantes empujadas a padecer las peores explotaciones: en maquilas de espanto, rociadas de veneno en el agro-industrial, abocadas a la explotación de la prostitución o a ser cosificadas y saqueadas como "vientres de alquiler". Somos las niñas violadas y forzadas a parir. Somos designadas por este sistema como la diana de las frustraciones aberrantes que este sistema causa, de la misoginia que fomenta.

Por ello el feminicidio galopa: porque los medios banalizan la tortura y toda discriminación alienante funcional al capitalismo, porque la violencia ejercida de manera estructural arrastra su odio contra nosotras. Somos vícimas del capitalismo y su barbarie, víctimas del machismo que el mismo Capital promueve; pero también somos mujeres luchadoras y revolucionarias. El 8 de marzo no es el día de las princesas, ni de las empresarias explotadoras.

Las mujeres opresoras, las Cristine Lagarde, las Thatcher, las Hillary Clinton y demás... las que se lucran de devastar selvas, de oprimir poblaciones, de esclavizar en fábricas de espanto a miles de trabajadoras, las que se lucran, también, de fomentar el machismo a través de sus medios de alienación masiva, son clase explotadora, al igual que los hombres de la clase explotadora. El verdadero feminismo es revolucionario, lucha contra la clase explotadora y su sistema capitalista: contra este sistema que promueve incesantemente paradigmas de opresión y sumisión como el machismo o el racismo.

Al Capital le interesa mantenernos atadas a la división sexual del trabajo, a labores de cuidado no remuneradas, a la discriminación salarial por ser mujeres. Al Capital le interesa una clase explotada pulverizada y golpeada, impedida de unidad por el machismo, el racismo, el individualismo, el miedo y demás alienaciones que la clase explotadora se encarga de cultivar. Frente a una realidad tan brutal, el reformismo, siempre sirviendo a impedir cuestionamientos profundos, pretende encapsular nuestra lucha y superficializarla, ocultando su carácter de clase, obviando la funcionalidad que para el capitalismo tiene el machismo.

El reformismo busca ocultar que no lograremos cambiar la cultura profundamente machista que impera en el mundo entero, a menos que nos tomemos los medios de producción y por lo tanto los de difusión y educación. Los caballos de Troya de la burguesía intentan hacer creer que las mujeres explotadoras son nuestras hermanas, cuando ellas también participan de perpetuar este sistema que devora a la naturaleza, explota a los seres humanos (a la clase trabajadora), y perpetúa al machismo, al racismo, al individualismo, comportamientos y discriminaciones fundamentales para el mantenimiento de este sistema putrefacto.

Las mujeres revolucionarias sabemos que la sociedad de clases se perpetúa sobre la violencia: esa violencia ejercida por la clase explotadora (la que posee los medios de producción) contra las mayorías explotadas y precarizadas, y sabemos también el lastre que significa el machismo para la unidad de la clase explotada. Luchamos también por un feminismo revolucionario, para poder oponerlo a la infame recuperación que el sistema está intentando hacer de la lucha feminista, con sus aberrantes Caballos de Troya y su discurso de “sororidad interclasista" (¡Cómo si tuviéramos que tener "sororidad" con una capitalista explotadora, una proxeneta o una ficha del complejo militar-industrial por el mero hecho de ser mujer!).

Luchamos contra toda explotación, y nuestra lucha contra la opresión de la mujer trabajadora, la adelantamos luchando día a día contra el machismo, y luchando contra la raíz que sostiene las desigualdades sociales: luchando contra un sistema que fomenta la opresión de la mujer porque la necesita como mecanismo de dominación y división de la clase explotada; luchando contra un sistema que fomenta la violencia machista a modo de control social: como válvula de escape de las frustraciones que tal sistema crea.

El Feminicidio es parte de la barbarie de un sistema económico, político, social y cultural, el capitalista, violento en esencia y perverso en su lógica. Un sistema basado en la explotación de las y los trabajadores y en el saqueo de la naturaleza, es un sistema que necesita banalizar la explotación, la injusticia social y la tortura. La lucha por la emancipación de la mujer y la lucha contra el capitalismo son inseparables. Por un feminismo revolucionario, que no es foto de portada sino lucha cotidiana, que lucha contra toda explotación.

Realizan en Guerrero, “Segundo Tribunal por los derechos de las mujeres”


 Estado omiso donde reina la impunidad

Con las voces de mujeres indígenas de la montaña de Guerrero, el día de ayer se realizó el “Segundo Tribunal por los derechos de las mujeres, con nuestras voces derrumbaremos la justicia patriarcal”, en el Auditorio del Tribunal Superior de Justicia, para visibilizar las violencias que viven.
Organizado por el Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, y Católicas por el Derecho de Decidir, Neil Arias Vitinio, de Tlachinollan, dijo que con el evento se quería visibilizar las fallas que hay de parte de los operadores de justicia y del sistema de salud.
Guerrero, un estado caracterizado por la violencia, donde el Ejército ha cometido las más atroces violaciones a Derechos Humanos contra la población, tortura sexual, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, torturas, allanamiento de morada y detenciones arbitrarias, de acuerdo con recuentos de las propias organizaciones defensoras de Derechos Humanos, como Tlachinollan.
Un estado también marcado por la marginación y la pobreza, donde las mujeres continúan muriendo en el parto y después de éste por falta de atención médica en sus comunidades, ante la indiferencia de los gobiernos en turno.
CIMACFoto: Scarlett Arias
En entrevista con Cimacnoticias, Arias Vitinio relató que las y los magistrados no son sensibles y no toman en contexto la situación de pobreza y de marginación que se vive en las comunidades indígenas, cómo se usa un lenguaje discriminatorio y racista hacia las mujeres y las autoridades no creen en su testimonio, y no investigan con la debida diligencia.
En el Tribunal se narraron cuatro casos: uno de desaparición forzada, uno de violencia obstétrica, uno feminicidio, y otro más sobre la falta de acceso a la justicia. Todos ellos ante la presencia de representantes de organizaciones nacionales y organismos internacionales, como ONUMujeres y ONUDH.
Arias Vitinio dijo que el caso del feminicidio demostró cómo el Ministerio Público sigue siendo insensible, la falta de intérpretes y de entrevistas eficientes. “No se puede decir, ‘te voy a redactar tu declaración’, ¡no! Es el testimonio de las víctimas, en su lenguaje sencillo. Lo que sigue sucediendo es que porque les da flojera hasta copian las mismas palabras de un testigo al otro”, enfatizó.
“Lo vemos en las carpetas de investigación. Y lo que puede generar es que con estas fallas, el juez de control niega la orden de aprehensión porque ven que no hay suficientes datos de prueba”, narró Arias. También advirtió de la falta de herramientas para hacer inspecciones científicas del lugar de los hechos, o pruebas.
CIMACFoto: Scarlett Arias
En el caso de la violencia obstétrica, sería el mismo patrón. La falta de infraestructura, de personal médico y de atención inmediata hace que “sigan muriendo mujeres, sigue habiendo muertes maternas, materno-infantiles”.
En entrevista aparte, la representante legal del Observatorio Ciudadano de las Violencias contra Mujeres en la entidad, Viridiana Gutiérrez Otelo, reafirmó que “Guerrero es un estado omiso, donde reina la impunidad, los funcionarios son indolentes ante el tema de violencias, sobre todo contra mujeres.”
“Si las familias hacen investigaciones por su propia cuenta y descubren datos fundamentales e importantes ¿por qué la autoridad especializada, que tiene los recursos económicos y personales, no lo hace? cuestionó.
En el caso de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), por ejemplo, la Norma Oficial Mexicana 046 dictamina que las mujeres en caso de violación ya no tienen que ir al Ministerio Público, basta con un escrito y el personal médico debería de creer a las mujeres “pero en Guerrero no funciona así. El Ministerio Público dio la orden para que los médicos ya no hagan interrupciones”, dijo Gutiérrez.
Los intentos de organizaciones civiles de convencer al Secretario de Salud de intervenir y escribir una circular a favor de las mujeres, fallaron.
La presidenta de “Aliadas por la justicia” María Luisa Garcios Marín, hizo hincapié en que sería importante que organismos internacionales como la ONU, o nacionales como la Comisión Nacional de Derechos Humanos, vigilen que se estén cumpliendo los acuerdos internacionales que México firmó, como por ejemplo la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés).
“México es un estado que firma ¡Firma todos los contratos! Y se ha implementado una normatividad, hay leyes. Pero en la práctica seguimos existiendo con una cultura patriarcal en la cual México no ha movido un dedo”, opinó Garcios y dio el ejemplo de capacitaciones para personal de las Fiscalías y Tribunal Superior de Justicia.
Los testimonios narrados en el Tribunal, evidenciaron autoridades insensibles, falta de formación en Derechos Humanos, y mucho menos en perspectiva de género. De la misma manera, dijo Garcios, Guerrero se negó a cumplir la NOM 046 para reformar el Código Penal.

CIMACFoto: Scarlett Arias
Garcios Marín enfatizó que no sería suficiente combatir los síntomas, sino que habría que dar la lucha a la cultura patriarcal que es la base para esas violencias. En cuanto a las organizaciones internacionales, dijo que falta mayor contundencia para exigirle al Estado mexicano que tiene que actuar. “Y tiene que haber sanciones”, resumió.
Los Tribunales ciudadanos se convirtieron en una alternativa para las organizaciones de la sociedad civil, para visibilizar casos de violaciones a Derechos Humanos y la impunidad en torno a éstos.


Por: Sonia Gerth con información de Scarlett Arias
Cimacnoticias | Ciudad de México.


Presentan “Plan de emergencia” para garantizar la integridad, seguridad y vida de las mexicanas


Reconocen falla en la materia
   
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentó esta mañana el “Plan de emergencia para garantizar la integridad, la seguridad y la vida de las mujeres y las niñas en México” a fin de colocar al máximo nivel del Estado esta responsabilidad.

Acompañadas del presidente de la República, este día en conferencia de prensa la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman Zybelmann, reconocieron la falta de intervención oportuna y diligente del Estado mexicano para preservar la integridad y asegurar la vida de las mujeres y niñas.
En consecuencia, el gobierno emprenderá acciones ante un contexto particularmente violento para las mexicanas, donde nueve son asesinadas diariamente y 66 de 100 han sufrido violencia de género, se prestará atención a la violencia feminicida, en el ámbito familiar y la violencia sexual.
El programa se rige bajo cinco rubros: la prevención, justicia, atención, revisión de las Alertas de Violencia de Género (AVG), reformas legislativas y la rendición de cuentas.
El Inmujeres y la dependencia de la Segob, que todavía no cuenta con titular, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), serán las instancias rectoras de esta política.
El Consejo Nacional de Seguridad Pública, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), el Sistema Nacional de Atención a Víctimas (SNAV), Sistema Nacional para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, el Sistema Nacional de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescente (Sipinna) y el Secretariado Ejecutivo, son otras instancias gubernamentales que participarán.
De acuerdo al plan, para la prevención de la violencia contra las mujeres se buscará fortalecer la coordinación entre autoridades locales y federal; recuperar espacios públicos con enfoque de ciudades seguras y espacios libres de violencia; dar seguimiento y vigilancia de lugares de hospedaje y del registro nacional del sistema de transporte público, espacios en los que se han registrado casos de feminicidio y agresiones contra mujeres a largo del país.
Se desarrollará una aplicación para teléfonos móviles con enlace al 911; además de campañas permanentes sobre el derecho de las mujeres y niñas a una vida libre de violencia.
Para garantizar la impartición de justicia a las víctimas de delitos de género, se realizarán auditorías de los casos de feminicidio, violencia sexual, familiar y desapariciones de mujeres, adolescentes y niñas. A fin de identificar los problemas estructurales que existen en las investigaciones de los casos.
La presidenta del Inmujeres, Nadine Gasman, dijo que se impulsarán herramientas para una investigación con la debida diligencia de estos casos, aplicando los estándares de las sentencias que ha dictado la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre la investigación de las muertes violentas de mujeres y la sentencia “Campo Algodonero” que dictó la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) por los hechos de feminicidio en México.
En el rubro de atención, se buscará que las mujeres víctimas de violencia accedan servicios de protección, seguridad, salud, procuración de justicia y empoderamiento económico.
También las autoridades están proponiendo integrar un patrón de registro con las víctimas indirectas, especialmente de las hijas e hijos menores de edad que quedan en la orfandad por el asesinato de sus madres o porque están desaparecidas, para poder brindarles atención y acompañamiento integral.
De la misma forma, las funcionarias anunciaron que se hará una revisión de las 17 Alertas de Violencia de Género que actualmente están decretadas en México, y crearán un mecanismo de seguimiento y cumplimiento de las medidas que se desprenden de la Alerta de Género, a fin de cumplir una de las recomendaciones que dictó el año pasado el Comité de expertas de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en ingles).
También anunciaron que se integrará un cuerpo técnico que permita realizar investigaciones más eficientes de las solicitudes de AVG que se presenten, ya que actualmente la Conavim tiene que emitir una convocatoria para que expertas en temas de género den seguimiento a las Alertas de Género. En la experiencia estos grupos terminan por desintegrarse o carecen de conocimientos en el tema.
El plan también incluye un paquete de reformas, a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), específicamente sobre la AVG y órdenes de protección para las mujeres. Se buscaría también reformas para fortalecer la supervisión en escuelas y sector salud en los casos de niñas y niños víctimas de violencia.
Reformas para establecer las sanciones a personas servidoras públicas que son omisos o negligentes en los casos de violencia contra las niñas y mujeres, así como la adopción del Código Penal Único a fin de homologar los delitos que se comenten en contra de las mujeres y niñas en el país, otra de las recomendaciones del Comité CEDAW.
En medio de la ejecución de estas políticas se desarrollará un mecanismo de rendición de cuentas, a partir de la entrega de informes mensuales se buscará medir los avances, retos y obstáculos en la instrumentación del plan emergente.
La presidenta del Inmujeres, Nadine Gasman, también mencionó que están evaluando herramientas que ya se han utilizado para la prevención de la violencia de género, tales como los silbatos que fueron implementados en el Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México, una política fuertemente criticada en su momento que dejó de funcionar.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México

“Supremachismo”

Supremacismo & Ideología machista
https://miguelorenteautopsia.wordpress.com

Sobre las manipulaciones que hace el posmachismo para proyectar su ideología supremacista sobre el feminismo y las mujeres feministas.

 La terminología que habitualmente utilizan desde el machismo revela de forma gráfica cuáles son sus fuentes de conocimiento e inspiración. Es el machismo quien recurre al nazismo para llamar “feminazis” a las feministas y “feminazismo” al feminismo, es el machismo quien llama “adoctrinamiento” a la educación en Igualdad como si fuera una religión, es el machismo el que considera parte de una “ideología”, la denominada “ideología de género”, proponer acabar con la violencia de género y la injusticia de la desigualdad, no como una defensa de los Derechos Humanos… Y ahora es el machismo el que recurre al concepto racista del “supremacismo”.
Con todas esas referencias no podía tardar mucho en llegar a la idea que aglutina todos esas ideas y hablar de  la “supremacía” de las mujeres, del feminismo o de género para levantar la crítica y el rechazo a quien cuestiona su modelo de sociedad.
Nada sorprendente. El machismo es muy previsible porque se mueve en una realidad histórica que no quiere cambiar, lo cual hace que las referencias se le queden pequeñas y que tenga que recurrir a las palabras para modificar el enunciado sin que cambien las ideas. Por eso sus conceptos son tan mutantes, como por ejemplo ocurre con el llamado SAP (Síndrome de Alienación Parental), que primero hablaron de “alienación”, luego de “interferencias parentales”, después de “programación afectiva”… y así cambiarán todas las veces que hagan falta para decir lo mismo: que las mujeres son malas y perversas, y que manipulan a los hijos contra los padres tras la separación.
Esa misma necesidad de cambiar para seguir igual y de ocultar los nombres con otros nuevos, ya refleja la falacia que esconde su actitud, pero como hablan desde posiciones de poder y juegan con el favor de la normalidad y todos sus mitos y estereotipos, sus argumentos resultan creíbles, al menos durante el tiempo suficiente para generar algo de confusión, y con ella distancia al problema y pasividad en la implicación social para poder resolverlo. Por eso aún estamos donde estamos.
El supremacismo surgió como un posicionamiento racista basado en el llamado “racismo científico” del siglo XVII, que a través de la manipulación de la ciencia y con argumentos pseudo-científicos, estableció la superioridad de la “raza” blanca sobre la negra y el resto de grupos étnicos. Como se puede ver, no muy diferente a lo que ahora, en pleno siglo XXI, algunos “científicos” quieren hacer con el SAP y sus pseudónimos. Ya les he dicho que el machismo es previsible, reincidente y redundante.
El supremacismo liga la superioridad a la condición, de manera que es la persona por sus características la que resulta superior a las otras que no tienen esos elementos al no formar parte de su condición. No se trata de que determinadas circunstancias o factores les den ventaja, sino que esta se debe a su superioridad, y esa superioridad a su naturaleza.
Mucho antes del siglo XVII, en este caso bajo argumentos y posicionamientos que nada tienen que ver con la ciencia, concretamente 10.000 años atrás, justo en el Neolítico, los hombres decidieron que su condición era superior a la de las mujeres. Y bajo ese argumento organizaron la convivencia, distribuyeron los roles, los tiempos y los espacios, y establecieron unas formas de relación y dinámicas sociales que alimentaban y reforzaban esa construcción machista basada en la “superioridad” de los hombres.
El machismo es “supremachismo” porque los machistas son “supremachistas”. Se trata de hombres que se consideran superiores a las mujeres por su condición masculina y al margen de cualquier otra circunstancia. Da igual el status, el trabajo que tengan, los ingresos económicos… desde esa concepción el hombre siempre tiene un plus de racionalidad que lo hace superior, y un plus de fuerza por si alguien lo pone en duda, especialmente si quien lo hace es alguna mujer.
Lo que sucede estos días con la irrupción en la política de los argumentos machistas explícitos, y su continuidad en un sector de la sociedad, sólo es reflejo de ese “supremachismo” fracasado, pues a pesar de todo su poder, debemos ser conscientes de que ha contado con la cultura como inductora, con la normalidad como cómplice, con la inercia de la historia como motor, y con todos los instrumentos institucionales de una sociedad: educación, Derecho, Administración de Justicia, religiones… y ha fracasado. No ha sido capaz de mantener esa superioridad falaz sobre la figura de los hombres. Es cierto que muchos hombres están dispuestos a renunciar a la Igualdad para mantener esas ventajas levantadas sobre la injusticia de la desigualdad, pero también es verdad que la transformación que vive la sociedad, liderada y protagonizada por las mujeres, ya ha producido un cambio que  aglutina cada día a más mujeres y a más hombres, conscientes de que nada hay mejor que vivir en una sociedad que cuente con el “privilegio de la Igualdad”, y así hacer de la convivencia identidad.
La realidad demuestra que el machismo no quiere entender que el ideal de Igualdad es algo inalienable a la persona, y se encuentra en la conciencia de cada hombre y de cada mujer, por eso la Igualdad avanza y avanzará en las circunstancias más difíciles, y lo hará gracias al feminismo y a través de todos los campos minados que con sus mentiras, amenazas y violencia coloque el machismo “supremachista” para defender sus privilegios. Nada ni nadie va a detener al feminismo ni a la Igualdad.


Esclavitud moderna, el crimen organizado en su máxima expresión


Este artículo forma parte de una serie sobre trata y tráfico de personas, que cuenta con el respaldo de Riana Group.
La Red Safe Haven calificó la trata y el tráfico de personas como “la mayor actividad criminal internacional, superior al narcotráfico y a la venta ilegal de armas”. Crédito: Cortesía ONU.
NACIONES UNIDAS, 26 feb 2019 (IPS) - Más de 40 millones de personas viven en condiciones de esclavitud en el mundo, entre ellas 25 millones realizando trabajos forzosos y 15 millones en matrimonios forzados, 71 por ciento de las cuales son mujeres y niñas, concluyó un exhaustivo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Y la situación podría haber empeorado desde que se publicó “Estimaciones Mundiales sobre la Esclavitud Moderna”, en 2017, realizado en colaboración con la Fundación Walk Free.
La Red Safe Haven, con sede en Chicago, calificó la trata de personas como “la mayor actividad criminal internacional, superior al narcotráfico y a la venta ilegal de armas”.
En la actualidad, la esclavitud y la discriminación racial son dos lados de la misma moneda en Estados Unidos, donde el racismo se hizo más visible bajo la bandera nacionalista de la “supremacía blanca”, resurgida con el demagógico gobierno de Donald Trump.
A pesar de estar prohibida en todas partes del mundo, la esclavitud adoptó nuevas formas como la trata y el tráfico de personas, el reclutamiento de niños soldados, el matrimonio precoz, la servidumbre doméstica, tanto en el Sur como en el Norte global.
Los trabajadores migrantes, ya sea en plantaciones de naranja en Italia o en la construcción, en Qatar, están en riesgo, puntualizó Karolin Seitz, oficial de programa para responsabilidad corporativa y derechos humanos de Global Policy Forum, con sede en Bonn, en diálogo con IPS.
La experiencia muestra que los compromisos voluntarios de las compañías trasnacionales no son suficientes, puntualizó.
No alcanza porque países como Gran Bretaña, con su Ley contra la Esclavitud, Australia, con su Ley sobre la Esclavitud Moderna, o Francia con su Ley de Vigilancia, llegaron a la conclusión de que solo funcionan las normas vinculantes.
Un estudio de la Organización Mundial de la Salud sobre la salud de los refugiados y migrantes en Europa concluyó que los trabajadores migrantes tienen más probabilidades de trabajar una cantidad excesiva de horas en empleos riesgosos y sin las medidas de seguridad adecuadas y sin quejarse.
Las víctimas de trata o tráfico quedan fuera del radar de las autoridades y no tienen acceso a la justicia, observó Seitz.
Según ella, para eliminar las ventajas competitivas que ofrece la esclavitud moderna, la trata de personas y la contaminación ambiental, los mecanismos de derechos humanos necesarios deben ir más allá de los límites fronterizos, opinó Seitz.
Por su parte, la secretaria general de la Confederación Internacional de Sindicatos (ITUC, en inglés), Sharan Burrow, dijo a IPS que la desigualdad y la esclavitud moderna van de la mano para millones de personas. Pero es posible terminar con esta última.
“La esclavitud moderna está en todas partes, desde el kafala (sistema en que trabajadores migrantes tienen un patrocinador local, responsable de su visa y su estado legal) en Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, pasando por las haciendas de Paraguay y la pesca en Tailandia y Filipinas, hasta la agricultura en Italia”, observó.
“Es una cuestión de voluntad política generar los cambios legales y garantizar la libertad de asociación, que derivará de exponer el escándalo y de las campañas de trabajadores, consumidores y sindicatos. Los gobiernos deben ejercer presión sobre las corporaciones, la gente lo reclama”, añadió.
La directora de la oficina en Medio Oriente y África del norte de Igualdad Ya, Dima Dabbous, dijo a IPS que la OIT estima que hay 1,6 millones de mujeres migrantes en la región viviendo bajo el kafala.
En los países del Golfo, las trabajadoras migrantes se encuentran en una situación vulnerable pues trabajan en el ámbito doméstico, sujetas a un empleador sin poder renunciar ni cambiar de empleo ni irse del país sin el consentimiento de su patrocinador, el que las puede amenazar con deportarlas en caso de que protesten por las condiciones laborales, precisó.
En esas condiciones, abusos como restricción de movimiento, retención del pago y agresión física y sexual son moneda corriente. Y en casos extremos, causaron la muerte de alguna mujer, indicó Dabbous, exdirectora del Instituto de Estudios de Mujeres en el Mundo Árabe.
En Líbano se lograron ciertas mejoras en el tipo de contratos que regulan el trabajo de mujeres migrantes que realizan tareas domésticas, como descanso semanal, el pago en fecha del salario y que las que sufren abusos recurran a las autoridades.
Pero no se logró un gran cambio porque los contratos no están escritos en una lengua que hablen las empleadas migrantes ni las autoridades velan por su cumplimiento.
“Los empleadores les siguieron confiscando los pasaportes, todavía no tienen un día de descanso semanal y tienen muy pocas posibilidades de quejarse ante las autoridades o de denunciar un abuso”, se lamentó Dabbous.

La OIT y otras organizaciones no gubernamentales internacionales deben seguir denunciando el sistema de kafala que hace que las mujeres migrantes queden sujetas a sus empleadores como si fueran esclavas, subrayó.
Además, la comunidad internacional debe ayudar a las organizaciones locales a abolir o reemplazar ese sistema.
Las leyes, si bien tienen falencias y presentan dificultades en su implementación, obligan a las grandes compañías a realizar declaraciones precisando el riesgo de esclavitud en su cadena de suministro, así como las acciones que toman para evitarlo, destacó Seitz, de Global Policy Forum.
Otros países, en cambio, todavía creen en medidas voluntarias. El Plan de Acción Nacional de Alemania para la implementación de los Principios Guía de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos carece de responsabilidad, en parte también por la gran presión de las empresas.
A fin de fijar estándares comunes y sólidos a escala mundial, los Estados deben apoyar el proceso actual en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para crear un tratado vinculante que regule a las empresas transnacionales en cuestiones de derechos humanos, instó.
El documento debería requerir que los Estados establezcan la obligatoriedad de la diligencia debida en materia de derechos humanos, que las compañías se hagan responsables por romperla en casos de violación y que eliminen los impedimentos que tienen las víctimas para acceder a la justicia, precisó Seitz.
El trabajo es más inseguro en el mundo, con el predominio de contratos a corto plazo, y aumentan el trabajo informal y la esclavitud moderna, puntualizó Burrow, de ITUC.
La desigualdad de ingresos hace que la gente acepte empleos en condiciones de explotación, lo que impide a los trabajadores ejercer sus derechos.
“Cuando hay salarios bajos y no hay un empleo decente, cuando no hay sindicatos que representen y defiendan los derechos de los trabajadores, se crean las condiciones que llevan a la esclavitud moderna”, apuntó.
La debida diligencia y la transparencia son clave para poner fin a la esclavitud moderna en la cadena de suministro, subrayó.
Cuando las corporaciones asumen su responsabilidad con la debida diligencia y, por consiguiente, le dan transparencia a su cadena de suministro, es posible crear procedimientos de reclamo que pueden facilitar una solución a violaciones laborales, desde el trabajo forzado a un sueldo por debajo del salario mínimo.
Una ley sobre debida diligencia con nuevo mandato se está por adoptar en Francia, y otros países como Alemania y Holanda se preparan para seguir el mismo camino, apuntó.

Traducción: Verónica Firme