.-Ciudad
de México.- La región de América Latina y el Caribe estarán en la mira
durante la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer que se celebrará del
12 al 15 de agosto en la Ciudad de México. En coordinación con ONU
Mujeres y el Gobierno de México, se han producido las primeras reuniones
subregionales a fin de reconocer las diversas necesidades de las
mujeres los márgenes de lo político, económico, social, cultural y
ambiental.
En cada uno de estos encuentros, la representación
de cada gobierno y organismos internacionales expusieron algunos avances
en sus respectivos informes que presentarán en la Conferencia, siendo
el tema principal: la transformación estructural y cultural para
impulsar la sociedad del cuidado y la igualdad de género.
De
este modo, se esbozan los primeros pasos en aras de conmemorar la XVI
Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, una
reunión punta de lanza en el mundo que se celebra desde 1977 cada 3
años, considerada la reunión por la defensa de los derechos humanos de
las mujeres más importante de la región; un foro que nació de la
articulación feminista. En el caso particular de México, esta es la
segunda ocasión que es sede; la primera en 2004 cuando fue casa de la
Novena Conferencia Regional y ahora, 21 años después, albergará la
décimo sexta conferencia regional.
La línea de actividades estará construida de la siguiente forma:
Presentación
de la hoja de ruta de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de
América Latina y el Caribe – del 12 al 15 de agosto en Ciudad de México.
Una
vez presentados, se elaborarán documentos de cada una de las
delegaciones y se hará lectura de las demandas de la sociedad civil.
El
miércoles 13 de agosto -por la tarde- se dará un diálogo entre altas
autoridades sobre el tema central [los cuidados] y ese mismo día, se
relanzará el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el
Caribe.
El jueves 14 de agosto se darán 3 mesas de trabajo enfocadas en el desarrollo de políticas públicas de cuidado.
El
viernes 15 de agosto, como cierre, se dará una conmemoración llamada
«Memoria y Futuro» que recordará los 50 años de la Primera Conferencia
Mundial sobre la Mujer (1975) y los 30 años de la Declaración y
Plataforma de Acción de Beijing (1995), seguido por la consideración de
los acuerdos y la clausura.
Así, estos son los aspectos más
destacables de qué sucedió en estas reuniones preparativas y algunos
apuntes que son imprecindibles a reconocer a 3 meses de esta conferencia
internacional.
Mujeres en el Caribe: Lucha contra el cambio climático y migración
Con
sede en Barbados, esta reunión convocó a las y los representantes de
los gobiernos del caribe anglófono para discutir aportes sustantivos y
construir el documento de posición que presentará en la próxima
conferencia, además, de poner la lupa cuáles son los avances de cada
Estado.
La reunión fue inaugurada por Diane Quarless, directora de
la Sede Subregional de la CEPAL para el Caribe; Isiuwa Iyahen,
directora ad interim de la Oficina Multipaís de ONU Mujeres
para el Caribe; y Daniela Pacheco, directora de Política Exterior
Feminista y Cooperación Internacional de la Secretaría de las Mujeres de
México, en representación de México.
¿Qué se discutió aquí?:
Teniendo como eje rector el objetivo general de la sociedad de cuidados,
se colocaron sobre la mesa algunos de los desafíos -y obstáculos- que
han cooptado y atravesado la autonomía de las mujeres: los movimientos
migratorios y el cambio climático.
Según atajaron las
representantes de Anguila, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice,
Granada, Guyana, Islas Turcas y Caicos, Jamaica, San Cristóbal y
Nieves, Santa Lucía, Surinam y Trinidad y Tobago, existe un rezago
importante para cambiar rumbo a la sostenibilidad de la vida y la
corresponsabilidad. Esto está ligado a los fuertes flujos migratorios;
familias desplazadas en busca de mejores oportunidades o a causa del
cambio climático. Una dinámica que termina por dejar a la mujer como
único sostén del hogar y cuidadora de la familia.
Para las voces
caribeñas, el eje transversal de la sociedad del cuidado es frenar los
impactos ambientales -y sociales- que el cambio climático acarrea y que
tiene particular impacto en las mujeres.
Mujeres al Sur de América: Pobres instituciones y marcos normativos
El
8 de abril se gestó esta reunión y fue inaugurada por Ana Güezmes
García, directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL;
María-Noel Vaeza, directora regional para las Américas y el Caribe de
ONU Mujeres; y Citlalli Hernández Mora, secretaria de las Mujeres de
México, en su calidad de país anfitrión de la XVI Conferencia Regional.
Los problemas esenciales que se identificó en esta parte de la región fue un «nudo estructural»
que no está permitiendo avanzar hacia mejores sociedades. Este «nudo»
hace alusión a todas las condiciones que el sistema impone a las mujeres
y a las estructuras del Estado que se traduce a pobres políticas
públicas e instituciones ineficientes.
Se destacó que en esos
países 1 de cada 4 mujeres no cuenta con ingresos propios, en
contraparte, 1 de cada 10 hombres enfrenta esta misma situación, según
datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el
Caribe. Los problemas expuestos desde la CEPAL para el Sur de América
fueron:
Baja capacidad de crecimiento
Elevados niveles de desigualdad
Débil gobernanza institucional
Feminización de la pobreza
Gabriela
Rivadeneria, directora de la Cooperación Técnica de la Secretaría de
las mujeres dio a conocer en esta reunión que se conformará un Comité
Organizador para garantizar el éxito de la Conferencia Regional, además
de que México impulsará espacios autogestionados como el Foro Feminista y
el Foro Parlamentario.
Desde esta parte del continente, se
realizó el compromiso de llevar a la Conferencia la diversidad de las
voces de la región, priorizando las necesidades de las mujeres indígenas
y de las organizaciones civiles. En esta reunión, se contó con la
participación de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú,
Uruguay, Venezuela y Ecuador.
México y Centroamérica: Crimen organizado y migración
Celebrada
el 9 de abril, esta reunión subregional fue convocada por ONU Mujeres,
la CEPAL y el Gobierno de México. Aquí participó la titular de la
Secretaría de las Mujeres, Citlalli Hernández Mora y representantes de
los gobiernos de Costa Rica, Cuba, Honduras, Guatemala, Nicaragua,
Panamá y República Dominicana.
El documento de posición para
esta parte de la región se titula «La sociedad del cuidado: gobernanza,
economía política y diálogo social para una transformación con igualdad
de género», y fue Ana Güezmes García, directora de la División de
Asuntos de Género de la CEPAL quien presentó los avances de este
documento donde se destacó que:
«Los
procesos demográficos, las tendencias epidemiológicas y el cambio
climático aumentarán los requerimientos de cuidados en los próximos
años. Necesitamos un pacto regional que garantice el cuidado como
derecho humano y bien público, con mecanismos de financiamiento
sostenibles y corresponsabilidad social y de género» -Ana Güezmes
García, directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL.
En
representación de México y durante la presentación del esbozo de la
hoja de ruta, Gabriela Rivadeneira, directora general de Cooperación
Técnica de la Semujeres señaló que, si bien se impulsará una Conferencia
transformadora, el Estado también debe reconocer su rol promotor sin
perder de vista los fenómenos que han obstaculizado el acceso a una
sociedad de cuidados y sostenible: la violencia, el crimen organizado y
la inseguridad alimentaria.
Estos ejes estuvieron presentes y
destacaron como los elementos únicos, es decir, en ninguna otra
conferencia subregional se reconoció el impacto del crimen organizado y
su nexo directo en recrudecer el trabajo de cuidados de las mujeres. Los
efectos tienen distintas causales, sin embargo, se puede ejemplificar
con el trabajo de las madres buscadoras; víctimas indirectas del crimen
organizado, que dedican su vida a buscar a sus seres queridos volviendo
insostenible el trabajo de cuidados.
El comentario de Gabriela
Rivadeneira no sólo fue atinado, sino que además, esbozó las
diferencias que atraviesa a cada mujer de la región; no sólo es caer en
la trampa de hablar de cuidados como eje económico, sino realmente,
comprender todos los efectos que contribuyen a que las mujeres no
accedan a una verdadera autonomía. Y al menos, en la región de
Centroamérica y México, el crimen organizado y la inseguridad, golpea
fuertemente a las mujeres que intentan sostener sus hogares ante crisis
como la desaparición de sus seres queridos, los homicidios, el
reclutamiento forzado y el feminicidio.
Entretanto, el resto de
los países reforzaron el compromiso de promover sistemas de cuidados y
estrecharon la posibilidad de fortalecer alianzas con los países vecinos
de Centroamérica.
«Las
Reuniones Subregionales permitieron avanzar en la construcción
colectiva de una visión compartida sobre la sociedad del cuidado como
pilar de un nuevo modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe.
Este proceso reafirma el compromiso de los Estados con la Agenda
Regional de Género y con el fortalecimiento del multilateralismo, en un
momento clave para renovar pactos sociales, consolidar políticas
públicas transformadoras y proyectar soluciones regionales con impacto
global.» -ONU Mujeres
Crédito: Cámara de Diputados.-Ciudad
de México.- La propuesta para reformar Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia y establecer la desocupación
inmediata del domicilio por parte del agresor en casos de violencia ya
fue aprobada por la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de
Diputados.
La presidenta de la instancia indicó que el espíritu
del dictamen radica en la salida del ofensor del domicilio para
garantizar el derecho a una vida libre de violencia, de mujeres, niñas,
niños y adolescentes, por lo que se modifica la fracción VII del
artículo 34 Quáter de dicho ordenamiento.
La iniciativa «el
agresor sale de casa» es un primer paso para separar al agresor de la
víctima, esta no contempla que en México solo el 28.6% de los hogares
son encabezados por una mujer, quien es propietaria de la vivienda,
frente a los 71.4% de los hombres, según datos del INEGI. En las zonas
rurales, la brecha es aún mayor, pues solo 22.7% de las mujeres tienen
casa propia en comparación al 77.3% de los hombres.
Si bien, la
iniciativa especifica que no importa de quién sea el hogar y que las
mujeres no necesitan acreditar que la propiedad es suya, ¿qué pasará con
aquellas que viven en el hogar de los familiares de su agresor? o ¿cómo
se aseguran que el agresor no tome represalias conociendo la ubicación
exacta de donde la víctima y sus hijas e hijos se encuentran?
Estas
cuestiones no se abordan explícitamente en el proyecto para reformar la
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
El
proyecto «El agresor sale de casa» fue una propuesta en 2020 de la
entonces jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, la cual fue
implementada en la Ciudad de México durante la administración del
expresidente Andrés Manuel López Obrador. Como su nombre lo indica, se
prioriza que sea el agresor quien abandone el domicilio en donde habita
la familia. Más tarde, en 2024 Citlali Hernández, titular de la
Secretaría de las Mujeres, propuso replicar esta iniciativa a nival
nacional.
Durante la discusión de la Comisión de Género, la
diputada María Teresa Ealy apuntó que la iniciativa representa una
medida esencial y urgente para resguardar la integridad y seguridad de
las víctimas y así avanzar en la protección de sus derechos,
especialmente el de las mujeres; por lo que, el proyecto «es paso más en esa ruta de avance y consolidación de los derechos de las mujeres».
La
diputada Katia Castillo mencionó que no se puede seguir permitiendo que
sean las mujeres víctimas de violencia quienes tengan que huir,
esconderse o dejar su vida atrás parara mantenerse a salvo: «La carga no debe recaer en quien ha sido violentada, sino en quien ha ejercido la violencia»; por lo que, con la reforma es el Estado quien cumple con la responsabilidad de prevenir, atender y erradicar la violencia.
Por
último, la diputada Mildred Dávila afirmó que esta ley permitirá
garantizar un espacio seguro a las víctimas y a sus dependientes.
Además, señaló que se trata de una herramienta preventiva, de dignidad,
de justicia y de reparación, la cual será implementada con perspectiva
de género evitando la revictimización y permitiendo que los procesos
judiciales se desarrollen sin represalias.
El texto vigente
señala: la desocupación por la persona agresora del domicilio conyugal o
de pareja, independientemente de la acreditación de propiedad o
posesión del inmueble, aún en los casos de arrendamiento del mismo y en
los casos de reingreso de la mujer en situación de violencia, una vez
que se resguarde su seguridad. La modificación agrega que esta medida
será aplicada con el fin de garantizar la seguridad y protección de la
víctima y sus dependientes.
Al hablar a favor, la diputada María
Teresa Ealy Díaz (Morena) aseguró que este dictamen representa una
medida esencial y urgente para resguardar la integridad y seguridad de
las víctimas y avanzar en la protección de sus derechos, especialmente
en el caso de las mujeres.
La diputada Katia Alejandra Castillo
Lozano (Morena) explicó que la reforma coloca en el centro la protección
a mujeres, niñas, niños y adolescentes que viven en contexto de
violencia, porque la permanencia del agresor en el mismo entorno no solo
impide la denuncia, sino que perpetúa el ciclo de abuso y pone en
riesgo la vida y la integridad de las víctimas.
La diputada
Mariana Benítez Tiburcio (Morena) dijo que es una de las propuestas más
importantes para esta Comisión y un acto de congruencia con los derechos
de las mujeres. “Mi voto es a favor y celebro que lo estemos
aprobando”, expresó.
La diputada Ofelia Socorro Jasso Nieto (PRI)
expresó que solicitar el abandono obligatorio del agresor del domicilio,
tiene por objeto que las víctimas tengan toda certeza y seguridad de
seguir habitando en esa casa, además con ello se establece una medida de
protección para las personas afectadas por la violencia familiar.
De
Morena, la diputada Mildred Concepción Ávila Vera afirmó que se trata
de un avance trascendental en la construcción de un país más justo,
digno y seguro para las mujeres, por lo que con su aprobación se
responde con hechos a una deuda histórica del Estado mexicano.
El otro lado de la reforma
De acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021,
al menos 39.9% de las mujeres que tienen o tuvieron una relación de
pareja, experimentaron alguna situación de violencia. Asimismo, datos
del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública entre 2015 y 2021, registraron un millón 450 mil 876 casos
de violencia familiar en México.
Por otro lado, la Red Nacional de
Refugios (RNR) informó que los primeros 4 meses del 2025 hubo un
aumento de violencia contra las mujeres en donde tuvieron que dar
acompañamiento a 5 mil 720 mujeres y mil 19 infancias, siendo este un
aumento del 18% con respecto al año anterior. Por grupos de edad, la RNR
identificó que son las mujeres de entre 15 y 25 años, seguido de un
grupo de mujeres entre 26 y 35 años y finalmente de 36 a 50 años.
De
la misma manera, 1 de cada 10 mujeres ingresaron solas debido a que sus
hijas e hijos le fueron arrebatados por su agresor. También se
identificó que el principal agresor de las infancias y de las mujeres
son las exparejas, en el 83.7% de los casos, las infancias reconocen a
su papá como su principal violentador.
Los
refugios para mujeres víctimas de violencia surgieron en México en los
años 90 como una iniciativa de la sociedad civil y de la lucha de las
mujeres que busca prevenir el feminicidio. Desde entonces se han
convertido en espacios seguros para las mujeres y sus infancias en los
que se brinda seguridad, así como atención integral y especializada.
Si
bien la lucha feminista busca erradicar el delito del feminicidio y que
los refugios dejen de existir una vez que existan condiciones en los
que las mujeres puedan vivir una vida libre de violencia, la realidad es
que son una necesidad primaria para miles de mujeres en todo el
país. Sin embargo, al no considerar los refugios como una política de
estado, la vida de las mujeres depende de una convocatoria y de la
asignación presupuestal que sostienen a los refugios, las cual año con
año disminuye o presenta retrasos.
¿Qué dice la iniciativa «el agresor sale de casa»?
La
propuesta de la bancada de MORENA, busca reformar y adicionar diversas
disposiciones de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia, particularmente del capítulo VI «De las medidas u
órdenes de protección», en el que se pretende incluir en el artículo 27°
la creación del Registro Nacional de Medidas y Órdenes de Protección de
las Mujeres, Adolescentes, Niñas y Niños para agrupar información sobre
medidas emitidas, su vigilancia, cumplimiento y supervisión.
El
articulo 27° Bis establecerá que, el registro será administrado por la
Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión Nacional para
Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), en
coordinación con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública y las fiscalías generales de justicia de las entidades
federativas. Sin embargo, el 31 de diciembre de 202, la CONAVIM se
extinguió oficialmente cuando fue absorbida por la Secretaría de las
Mujeres.
Los
objetivos del registro serán llevar un control sobre las órdenes de
protección a nivel nacional cuando se trate de violencia contra mujeres;
permitir el acceso a la información en tiempo real a las autoridades
encargadas en su cumplimiento; establecer un mecanismo de supervisión
para evitar incumplimientos y garantizar la protección efectiva de las
víctimas; y facilitar la interoperabilidad con las fiscalías y
tribunales para el monitoreo y aplicación de sanciones en caso de
violaciones a las órdenes de protección.
En el artículo 34° Ter,
fracción XI, se señalará la desocupación inmediata del domicilio por
parte del agresor en casos de violencia grave o de riesgo para proteger
la integridad de la víctima sin importar a quien le pertenezca la
propiedad. El Ministerio Público será el responsable de dictar esta
medida y deberá ser ejecutada de manera inmediata por las autoridades
competentes.
Por último, en el artículo 34° Quáter se dictaminará
que, en casos de peligro o extrema urgencia, el Ministerio Público podrá
determinar la desocupación inmediata de la persona agresor del
domicilio o posesión del inmueble, aun en los casos de arrendamiento
para garantizar la seguridad y protección de la víctima y sus
dependientes.
De acuerdo con la diputada y presidenta de la
Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados, los artículos
que propone la iniciativa como el 27°, 27° Bis y 34° Ter, ya se
encuentran enunciados en otros ordenamientos legales; sin embargo, el
espíritu del dictamen radica en la salida del agresor para garantizar el
derecho a una vida libre de violencia para las mujeres, adolescentes,
niñas y niños.
El antecedente
La
presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, firmó el decreto el
pasado 16 de diciembre del 2024, por el que se reforman y adicionan
diversas disposiciones en siete leyes secundarias, con el objetivo de
promover la igualdad sustantiva, la perspectiva de género, el derecho de
las mujeres a una vida libre de violencia y la erradicación de la
brecha salarial por razones de género.
“Son
cuatro ejes muy importantes de estas leyes secundarias que protegen y
fortalecen a las niñas y a los niños y a las mujeres en nuestro país,
fortalecen sus derechos. Hoy las mujeres en México tienen un marco
jurídico que las respalda y ahora, nos toca que todo esto sea una
realidad en México, y que en los estados se adhieran a estas grandes
reformas de protección a las mujeres (…)”.
“En las leyes, hoy
están protegidas las mujeres en México. Quizá somos uno de los países
con mayor avance en la legislación de protección y derechos de las
mujeres”, puntualizó durante la conferencia matutina: “Las mañaneras del
pueblo”.
Al respecto, la secretaria de Mujeres, Citlalli
Hernández Mora, explicó que se reformaron y adicionaron diversas
disposiciones de siete leyes:
Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres:
se modifican los artículos 5, 9, 17, 26, 33 y 34, para definir la
brecha salarial como la diferencia de retribución salarial, por razones
de género, en la realización de un trabajo de igual valor. Se establece
que las políticas públicas del Estado mexicano deben encaminarse a
garantizar la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de
la vida cotidiana, y también se despliegan las políticas públicas para
erradicar la brecha salarial en razón de género y se establece para
ello, un Certificado de Igualdad de Género y no Discriminación.
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia:
se modificaron los artículos 1, 2, 5, 25 Bis, 27, 28, 30, 34 Bis, 34
Ter, 44, 46, 46 Bis, 47, 48, 49 y 50 y se crea el Capítulo VII. Se
considera a la ley como reglamentaria del artículo 4º, en materia de
acceso de las mujeres, niñas y niños a una vida libre de violencias.
Asimismo,
se establece que en casos de violencia de género el agresor sale de
casa, sin importar la acreditación de la propiedad. Se crea el Registro
Nacional de Medidas y Órdenes de Protección de las Mujeres,
Adolescentes, Niñas y Niños para prevenir actos de violencia; se faculta
a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana para, entre otras
cosas, implementar el Registro Nacional y a la Secretaría de las Mujeres
para crear los lineamientos de operación de dicho Registro Nacional y
evaluar su desempeño.
El Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares:
se modifican los artículos 554 y 573, para establecer medidas de
protección en favor de las mujeres, adolescentes, niñas y niños. Además
se conceptualiza la violencia vicaria: “Cualquier acto u omisión
que, con el objetivo de causar perjuicio o daño a las mujeres, se dirige
contra las hijas y/o hijos, familiares o personas allegadas, ya sea que
se tenga o se haya tenido relación de matrimonio o concubinato; o
mantenga o se haya mantenido una relación de hecho con la persona
agresora; lo anterior aplica incluso cuando no se cohabite en el mismo
domicilio”.
El Código Nacional de Procedimiento Penales:
se reforman los artículos 132, 137 y 139 para facultar a las policías, a
los Ministerios Públicos a atender las órdenes de protección que se
ejercen cuando una mujer va con una autoridad y manifiesta que ha vivido
violencia. Y se establece la supletoriedad de la Ley General de Acceso
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en materia de delitos
relacionados con las violencias de género.
Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública:
se modifican los artículos 3, 5, 7, 20, 25, 29, 39, 40, 41, 62, 75, 77,
110, 127 Ter, y 134. Además, se crea el capítulo VII. Se faculta a las
instituciones policiales para aplicar medidas y órdenes de protección
para mujeres, adolescentes, niñas y niños. Se establece una coordinación
entre autoridades para la implementación integral de las medidas u
órdenes de protección. Se crea el Registro Nacional de Medidas u Órdenes
de Protección, que será actualizado por autoridades de los tres órdenes
de gobierno y se establece la obligación de las legislaciones locales
para capacitar.
Ley
Federal del Trabajo y la Ley de los trabajadores al Servicio del Estado,
reglamentaria del Apartado B del artículo 123 de la Constitución:
se reforman los artículos 86 y 28 para establecer que el Estado deberá
desplegar acciones en favor de la erradicación de la brecha salarial en
razón de género y se extienden los permisos maternos y paternos para las
personas trabajadoras que realicen una adopción.
“Esto
abre también la puerta a que los Congresos locales homologuen ya en la
materia, tanto con las reformas constitucionales, como con estas
reformas. Esto ya, como saben, se presentó los primeros días de octubre y
hoy con la firma de la Presidenta estaría ya acabando todo el ciclo de
estas reformas”, aseveró la titular de la Secretaría de las Mujeres.
Al
respecto, la consejera jurídica del Ejecutivo Federal, Ernestina Godoy
Ramos, hizo un llamado a los congresos estatales y a los gobiernos
locales para que inicien el proceso de armonización de sus
Constituciones y de las leyes con el objetivo de garantizar la
protección de las mujeres en todos los niveles.
Una
mujer y su bebé en un campamento de personas desplazadas en la Franja de
Gaza. En medio de los ataques que cada día cobran decenas de vidas,
centenares de miles de mujeres y niñas son víctimas de una emergencia
silenciosa, al no poder acceder a elementales cuidados de salud
menstrual. Imagen: Unrwa
NACIONES UNIDAS – Mientras los palestinos de Gaza se hunden cada
vez más “en el abismo”, casi 700 000 mujeres y niñas se enfrentan a una
“emergencia silenciosa de higiene menstrual”, con graves consecuencias
para su salud, protección, dignidad y derechos humanos, han destacado
agencias de las Naciones Unidas.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios
(Ocha) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) calculan
que en Gaza se necesitan 10,4 millones de compresas sanitarias al mes.
Sin embargo, tres meses después del inicio del bloqueo total de la ayuda por Israel en Gaza,
las existencias de productos sanitarios y menstruales están casi
agotadas. Desde el cierre de los pasos fronterizos el 2 de marzo estos
kits de dignidad siguen sin poder entrar en la Franja, donde 2,3
millones de personas han padecido 600 días de guerra.
Los precios de los pocos productos menstruales y sanitarios que
quedan se han disparado, llegando a quintuplicar su costo de antes de la
guerra, lo que los pone fuera del alcance de la mayoría de la gente.
“No se trata sólo de una escasez de suministros, sino de una
verdadera crisis de salud, dignidad y protección”, deploró la Ocha en
uno de sus reportes.
Las agencias de la ONU subrayan que una higiene menstrual deficiente
en situaciones de emergencia “aumenta el riesgo de infecciones y
complicaciones ginecológicas” a largo plazo. También podría “aumentar la
exposición a la violencia de género, el acoso y la explotación”.
“Las restricciones de movimiento y acceso a servicios esenciales para
mujeres y niñas aumentan su aislamiento y vulnerabilidad”, indican la
Ocha y el Unfpa.
Recalcan que, en los refugios superpoblados, las mujeres y las niñas
carecen de intimidad, aseos seguros y acceso al agua, “lo que las obliga
a adoptar estrategias de supervivencia que comprometen tanto su
seguridad como su dignidad”.
También “la inseguridad del agua afecta a 90 % de los hogares de
Gaza, obligando a las familias a tomar decisiones imposibles entre
beber, cocinar o lavarse”.
Debido a la grave escasez, las mujeres y las adolescentes utilizan
ropa vieja, telas rotas o esponjas en lugar de compresas. “Sin agua
limpia, no pueden lavar ni reutilizar los materiales de forma segura, lo
que aumenta el riesgo de infección”, señalan los reportes.
Algunas mujeres de Gaza afirman que se saltan comidas o reducen la
ingesta de líquidos para evitar utilizar aseos insalubres. En los
refugios superpoblados y sin intimidad, la gestión de la menstruación se
convierte en un riesgo en sí mismo.
“Las niñas describen la menstruación como una fuente de vergüenza,
pánico y aislamiento. Para muchas, es un momento de profunda ansiedad y
angustia, especialmente en situaciones de desplazamiento donde la
privacidad es inexistente”, describe el reporte de Unfpa.
Las agencias de la ONU indican que, a pesar de las graves
limitaciones de acceso y las interrupciones en la cadena de suministro,
están intentando ayudar a la población. Desde octubre de 2023, más de
300 000 mujeres y niñas han recibido toallas sanitarias desechables para
dos meses.
Los kits de dignidad, los suministros de higiene menstrual y la ayuda
financiera han permitido a más de 150 000 mujeres comprar artículos
esenciales como compresas, jabón, ropa interior y toallas de baño.
Esta “emergencia silenciosa de higiene menstrual” se produce mientras
la acumulación de residuos sólidos en la ciudad de Gaza ha alcanzado un
“nivel alarmante”, con más de un cuarto de millón de toneladas de
residuos que se acumulan e impactan las condiciones sanitarias y
medioambientales.
El creciente volumen de residuos sin recoger “ha creado las
condiciones idóneas para la propagación de enfermedades, atrayendo a
insectos y roedores, y suponiendo una grave amenaza para la salud
pública”, advirtió la Ocha.
Los servicios municipales han recogido algunos residuos y los han
trasladado a vertederos provisionales de la ciudad. Pero estas medidas
son limitadas debido a la grave escasez de combustible y de vehículos
para recoger los residuos.
Entretanto, continúan incesantes los bombardeos sobre la Franja y el
Ministerio de Salud de Gaza, que controla la milicia Hamas, informó que
62 palestinos murieron y 184 resultaron heridos este jueves 29, sin
incluir los hospitales del norte de la Franja.
Según esa fuente, desde que comenzó la guerra han muerto 54 249
personas, 123 492 han resultado heridas, y miles siguen desaparecidas.
El actual conflicto se desató el 7 de octubre de 2023, después de que
milicianos e Hamas atacaron el sur israelí y en la operación murieron
cerca de 1200 personas y 250 fueron tomadas como rehenes, que en su
mayoría ya han sido canjeados por prisioneros palestinos o perecieron
durante el cautiverio.
.-Maestra
de la palabra, Rosario Castellanos es, junto con Juan Rulfo y Elena
Garro, una de las voces más originales e inspiradoras del siglo XX, una
escritora original que invita a las nuevas, y no tan nuevas
generaciones, a explorar o revisitar mundos literarios que conmueven,
impactan y apelan a la inteligencia y la sensibilidad. Gran poeta y
narradora, Castellanos fue también dramaturga, ensayista y periodista
atenta a los movimientos sociales y culturales de su tiempo. Su mirada
crítica y empática, su escritura dramática, irónica o poética dan vida a
personajes marginados, a hombres atrapados en el afán de poder y la
ceguera del prejuicio, a mujeres, ansiosas de libertad, encorsetadas en
rígidas normas sociales.
En la escritura, Castellanos encontró
voz, presencia y sentido de sí. Su poesía, que inicia con formas y temas
más apegados a la tradición, alcanza cumbres expresivas en poemas como
“Lamentación de Dido”, donde la reina, traicionada por Eneas, enuncia el
drama de la pasión amorosa (“Lo amé con mi ceguera de raíz”), del
abandono (“Rasgué mi corazón y echó a volar una bandada/de palomas
negras”), y la lucidez de una heroína trágica que permanece en la
memoria más allá de la muerte. En los años 60 y 70, la poeta esgrime el
filo de la ironía y la indignación contra los estereotipos machistas que
enclaustran y mutilan a las mujeres en falsas visiones de sí
mismas; invita a dejarlas atrás y a buscar (“Otro modo de ser humano y
libre/Otro modo de ser”). Atenta también a las injusticias históricas y
políticas, reivindica a la Malinche, denuncia la sombría violencia
desatada el 2 de octubre y apela al poder de la memoria contra la
indiferencia y el olvido (“Recuerdo, recordemos/ hasta que la justicia
se siente entre nosotros”).
En la narrativa de Castellanos, por
otra parte, Balún- Canán y Oficio de tinieblas, son dos novelas
clásicas, en cuanto abiertas a nuevas lecturas e interpretaciones. La
primera, obra de inspiración autobiográfica, que recrea el mundo de su
infancia en Comitán, marcado por dolorosas pérdidas (la de su hermano y,
en la ficción, su nana), saca a la luz la dinámica destructiva de la
injusticia y de la violencia social y cultural en Chiapas, donde el
racismo seguía (sigue) imponiendo a las comunidades indígenas un yugo
insoportable. En esta novela y, con más agudeza y dramatismo, en «Oficio
de tinieblas», Castellanos se acerca al mundo indígena con empatía y
sensibilidad, sin idealizarlo.
Con extraordinaria lucidez y
maestría literaria, Castellanos expone la dinámica de la explotación
que, falsamente legitimada en la tradición, socava la humanidad de los
subordinados y los empuja a la rebelión. La violencia, normalizada, de
los poderosos, el peso de un orden social que niega toda posibilidad de
cambio, provoca el estallido desesperado – incendio o levantamiento –
porque el deseo de libertad y autonomía, la aspiración a una vida plena
son inherentes al ser humano. La represión, devastadora en «Oficio de
tinieblas», destruye las aspiraciones indígenas, pero también expone la
crueldad desmedida de un sistema social resquebrajado y contradictorio.
La prosa, a menudo poética, de Castellanos nos transmite la densidad de
la cosmovisión indígena, la frágil belleza de la naturaleza, el ímpetu
del fuego y del viento, el frenesí de la violencia.
Feminista de
vanguardia, Castellanos devela también en estas novelas la
violencia social y cultural que asfixia a niñas y mujeres en ámbitos
cerrados donde campea el machismo cotidiano. Si la muerte del hermano
deja una honda herida en la niña de Balún- Canán, saber que su madre no
habría llorado su muerte como la de su hijo varón, intensifica su dolor.
En «Oficio de tinieblas», resentimientos y frustraciones envenenan las
relaciones entre madre e hija, el desafío a la doble moral y la
hipocresía condenan al fracaso, en la sociedad conservadora de Ciudad
Real. En las comunidades indígenas, las mujeres padecen con particular
desasosiego el peso de la miseria, son señaladas si, casadas, no pueden
tener hijos. Las acecha, además, la amenaza de violencia sexual
perpetrada por blancos que ni siquiera las ven como seres humanos.
En
la agudeza de sus ensayos y artículos periodísticos dedicados a las
mujeres de su tiempo, Castellanos apunta las contradicciones de una
sociedad donde se idolatra a figuras como la madre, pero se tolera el
engaño a la esposa, se estigmatiza a la soltera; donde, sobre todo,
persisten las desigualdades y las injusticias. Al mismo tiempo,
documenta los cambios sociales y culturales que acabarán por modificar
las relaciones de género y las formas de pensar, y, en Excélsior, por
ejemplo, denuncia acontecimientos políticos como la toma de la
universidad por el ejército y la atmósfera represiva en los meses
siguientes, acto de singular valentía en esos tiempos obscuros.
Castellanos nos ha legado una literatura viva que, en su centenario, merece celebrarse.
CIMAC Foto.-Ciudad de México.- Pese a la actual norma NOM-46 que
ordena a las instituciones, dependencias y organizaciones del Sistema
Nacional de Salud prestar el servicio de aborto a las víctimas de
violencia sexual que lo soliciten; la organización GIRE identificó que
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene una norma interna que
impone requisitos adicionales frenando así la interrupción del embarazo
de las mujeres.
El reciente informe «Maternidad o castigo. Hacia
la despenalización del aborto en México» de la organización Grupo de
Información en Reproducción Elegida (GIRE) señaló que en junio de 2023
presentaron un amparo en contra de la norma interna del IMSS al ampliar
dichas facultades en la obstrucción al acceso del servicio de aborto
durante las primeras doce semanas de gestación.
Anteriormente,
esta solo imponía requisitos adicionales cuando se trataba de casos por
violación, por ejemplo, GIRE identificó que en muchas ocasiones la
institución solicita: realizar un ultrasonido a la mujer embarazada,
solicitar una opinión jurídica y establecer una solicitud firmada por
dos testigos o presentar una orden de un juez o agente del ministerio
público.
El pasado 9 de junio de 2024, la Jueza Décima de Distrito
en Materia Administrativa en la Ciudad de México ordenó a la
institución que el personal médico debía seguir los procedimientos de
aborto a mujeres víctimas de violencia física o sexual en apegado a la
NOM-046; sin embargo, el IMSS impugnó esta decisión quedando pendiente
la resolución hasta el día de hoy.
Actualmente, el informe semanal
sobre notificaciones inmediatas de muerte materna reveló que las
principales causas de defunción son: enfermedad hipertensiva, edema y
proteinuria en el embarazo, el parto y el puerperio (13.2%); hemorragia
obstétrica (12.7%); aborto (11.3%) y embolia obstétrica con el (5.4%).
La NOM-46
La
NOM-046 establece los criterios a observar en la detección, prevención,
atención médica y orientación proporcionada a las usuarias y usuarios
de los servicios de salud que son víctimas de violencia familiar o
sexual, así en primera instancia, la norma establece la obligación de
las instituciones de salud de ofrecer atención médica.
Es misma
debe restaurar al grado máximo posible la salud física y mental y
ofrecer medidas médicas alternativas si el caso lo requiere, cuando sea
solicitado o que las condiciones lo permitan y deben ser aplicadas con
perspectiva de género.
La norma contempla que en casos de
violencia familiar o sexual se debe dar aviso al Ministerio Público,
registrar cada caso y notificarlo a la Secretaría de Salud, y capacitar a
sus directivos y al personal operativo de manera continua en la materia
y los contenidos de la NOM 046. Asimismo, promover los mecanismos
internos necesarios y contar con un manual de procedimientos apropiado y
tomar en cuenta las aportaciones que brinden o presten organismos de la
sociedad civil especializados en el tema.
Cuando hablamos de
embarazo por violencia sexual esta se contempla como una emergencia
médica en la que se permite recurrir al aborto, incluso cuando cada
entidad federativa determina en su código penal las circunstancias bajo
las cuales se puede o no acceder a este servicio al considerarlo o no
como un delito y bajo que temporalidad.
El aborto por violación
está normado por la Ley General de Víctimas (LGV), el Reglamento de la
Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención
Médica y finalmente, la NOM 046, esta última se regulo en 2016 para
alinear su contenido con lo establecido en la LGV.
¿Qué especifica en casos de violencia sexual?
En
el apartado «Para el tratamiento específico de la violencia sexual», la
norma establece que, en casos de violación, las instituciones
prestadoras de servicios de atención médica deberán ofrecer de inmediato
y hasta un máximo de 120 horas después del hecho, la anticoncepción de
emergencia junto a la previa información completa sobre la utilización
de ese método para que la persona tome una decisión informada.
Las
instituciones deberán informar de riesgos posibles como infecciones de
transición sexual y la prevención a través de la quimioprofilaxis contra
el VIH/SIDA, es decir, medicamentos para prevenir infecciones. También
deberán registrar las evidencias médicas de violación, cuando sea
posible y con el consentimiento de la persona afectada, así como
proporcionar consejería y orientación sobre las instituciones públicas,
sociales o privadas a las que puede acudir para recibir otros servicios.
En
casos de embarazo por violación, las instituciones públicas prestadoras
de servicios de atención médica deben facilitar el acceso al servicio
de aborto si es que la víctima lo solicita o en caso de que sea menor de
edad, si lo solicitan sus padres o tutores legales. Antes de llevarlo a
cabo, se debe brindar información completa sobre los posibles riesgos y
consecuencias del aborto para garantizar una decisión informada.
La
norma advierte, que se tendrá que respetar la objeción de conciencia
del personal médico y de enfermería encargados de llevar a cabo este
servicio y de la misma manera, las instituciones deberán apegarse a las
disposiciones federales aplicables, ya que actualmente solo 23 estados
de la república han despenalizado el aborto hasta las 12 semanas de
gestación y no todos lo llevan a cabo bajo las mismas condiciones.
Aun
así, las instituciones públicas deben contar con personal capacitado en
el procedimiento y que no sean objetores de conciencia. Por el
contrario, si al momento de ofrecer el servicio no cuenta con
condiciones y personal adecuadas, se debe referir a la víctima de
inmediato a otra unidad de salud que sí cuente con ese tipo de personal e
infraestructura.
La criminalización del aborto por el personal de salud
Garantizar
el acceso seguro al aborto es una medida de salud pública fundamental
para las mujeres, ya que permite su autonomía y dignidad. Sin embargo,
organizaciones de la sociedad civil, colectivas feministas y personas
defensoras de derechos humanos reportan que persisten barreras para
acceder a este servicio incluso en entidades donde ya está
despenalizado.
En México, ya son 23 las entidades federativas
donde el aborto esta despenalizado. Además, recordemos que, en 2021
la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dictaminó la
inconstitucionalidad de criminalizarlo a nivel federal. A partir de ese
momento, depende de cada estado su regulación establecida en los Códigos
Penales bajo ciertas situaciones o condiciones en el que se realice la
ILE.
De acuerdo con la organización GIRE, entre 2012 y 2023
atendieron 46 casos de criminalización de mujeres y acompañaron 27 de
ellos. El rango de edad de las mujeres estuvo entre los 15 y los 42 años
y los casos ocurrieron en once entidades (Aguascalientes, Chiapas,
Chihuahua, Ciudad de México, Durango, Estado de México, Hidalgo, Puebla,
Querétaro, San Luis Potosí y Yucatán).
De los 27 casos
acompañados, en ninguno se criminalizó al personal de salud y, en varios
de ellos, fue ese personal adscrito a los hospitales el que denunció o
dio aviso al personal de seguridad pública o a las fiscalías o
procuradurías locales. La mayoría de estos casos concluyeron porque se
solicitó el cierre por falta de actividad procesal por parte de las
fiscalías o por no acreditarse los elementos del delito.
«El
fenómeno de la criminalización por parte del personal de salud tiene
consecuencias graves. La percepción de que las personas que decidieron
abortar han cometido un delito solo las somete a escrutinio y las coloca
bajo sospecha, sino que pone en riesgo la calidad de la atención médica
que reciben. Al privilegiar los temas legales, la participación y las
actividades del personal ministerial antes, durante y después de la
atención médica, se puede afectar la recuperación de las personas
investigadas» -Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) en
«Maternidad o castigo. Hacia la despenalización del aborto en México»
No
obstante, las barreras para acceder al aborto por parte de las
instituciones de salud, así como su criminalización por el personal
terminan por vulnerar los derechos humanos de las mujeres, representando
uno de los mayores obstáculos para que el aborto sea aceptado
socialmente como un servicio de salud.
.-Ciudad
de México.- El periodismo no conoce de treguas y tampoco lo hace con
mujeres periodistas en sus coberturas, quienes deben enfrentar en
ocasiones algunos contextos adversos para una adecuada gestión menstrual
y este tema, debería convertirse en parte de las agendas políticas para
socializar lo que enfrentan para cumplir con el trabajo de sus
redacciones.
Politizar la menstruación en el periodismo urge y así
lo señalan las periodistas: Antonia Ramírez en la zona de La Montaña de
Guerrero que se rebela a continuar manteniendo en silencio sus dolores
menstruales; hasta el sur de México, con Itzel Huerta que coloca en el
visor una realidad opuesta, donde el silencio es la única manera de
sobrevivir al mundo de la nota roja.
Ser periodista y acudir a
coberturas especiales en contextos de marginación, violencia o crimen
organizado, implica un doble esfuerzo por conseguir la nota,
especialmente, cuando el dolor menstrual se vuelve paralizante.
Sin
importar el crisol por el que se mire, nombrar este trabajo
periodístico y lo que hay detrás, va más allá de compartir vivencias
consideradas íntimas, es una apuesta política por desmantelar el
androcentrismo del periodismo porque ellas, viven este proceso sin
ninguna red de apoyo laboral.
Entre pantalones traspasados por la
sangre menstrual, suéteres a la cintura, mallones térmicos y toallas
dobles, las periodistas de distintas latitudes de México salen de sus
casas para adentrarse a localidades rurales donde deberán cambiarse su
toalla sanitaria al aire libre cada tanto tiempo y así no perder la
nota, la entrevista o la declaración.
Las mujeres que ejercen un
trabajo de periodistas en zonas recónditas del país van dotadas de
toallas sanitarias y una botella de agua para su saneamiento, pero se
enfrentan también a jornadas extensas y sin acceso al servicio
sanitario.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
en «Estadísticas a propósito de las personas ocupadas como periodistas y
locutoras, 2020», en México hay 44 mil 364 personas dedicadas al
periodismo, de este universo, el 28.6% son mujeres; la mayoría, tiene
menos de 50 años. Es decir, que existen aproximadamente 12 mil 688
mujeres quienes enfrentan un proceso menstrual; muchas, se ven
atravesadas por contextos adversos.
Antonia
Antonia
Ramírez Marcelino, mujer nahua de Ocotequila, municipio de Copanatoyac,
Guerrero. No sólo carga sobre sus hombros la responsabilidad de llevar
la información a su comunidad, sino además, ha volcado su trabajo a
escuchar y escribir sobre las necesidades de las mujeres; una línea
editorial que estrecha los vínculos de confianza con otras. Las mujeres
nahuas encuentran en Antonia un refugio y una ventana abierta para
colocar en la agenda mediática la violencia, sus exigencias y omisiones
municipales.
En entrevista, Antonia sostiene que, si bien existe
un temor latente por su trabajo, también sabe que es cuidada. El tejido
social que ha construido es sólido y a su alrededor, las mujeres cuidan
de ella, lo que la hace rememorar el himno feminista: «Si tocan a una, respondemos todas«.
De
forma cotidiana, la periodista viaja a distintas comunidades en busca
de nuevas historias y denuncias. Este hecho implica subir a las montañas
de Guerrero y ahí, desempeñar un trabajo periodístico que puede tomar
días; entre neblina, barrancas y peñas, Antonia permanece en estos
espacios recogiendo información, donde muchas veces, no existen
servicios de drenaje, luz, ni agua.
¿Cómo sostener un proceso
como la menstruación en este contexto adverso? Sin posibilidad de
acceder a productos de higiene menstrual, ni agua para el saneamiento
personal, nace el dilema para ponderar: Resistir la dismenorrea y el
sangrado a cambio de cumplir con las obligaciones como periodista o
bien, mover toda una agenda de trabajo, lo que aplazará por días las
investigaciones.
Antonia detalla que su sangrado menstrual es
abundante y experimenta fuertes dolores abdominales, en sus rodillas y
cadera, por tanto, cuando inicia su periodo y debe subir a la región de
la Montaña es complicado, pero siempre tiene la certeza de que en las
cabeceras municipales o Ayuntamientos podrá encontrar un baño, sin
embargo, el panorama se ve complicado cuando debe prepararse para subir a
localidades más recónditas donde no todas las personas cuentan con un
baño en sus casas; aquí, ella busca espacios al aire libre donde, de
forma presurosa, pueda cambiar su toalla sanitaria.
Esto se da
usualmente en Metlatónoc o Cochoapa el Grande. Este último considerado
por las Naciones Unidas como el municipio más pobre del país, donde
según datos de la Secretaría de Economía (2020), al menos el 84.2% de
las personas viven en situación de pobreza extrema; la población habla
mixteco y el 53.3% de la comunidad está conformada por mujeres.
En
Cochoapa el Grande, según recoge el Consejo Nacional de Evaluación de
la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), hasta 2020, la principal
carencia en esta localidad es el acceso a servicios básicos, seguido de
seguridad y vivienda. Al menos hasta 2020, 26 mil 300 personas señalaron
la necesidad de servicios básicos; en un panorama atravesado por la
pobreza extrema, el hambre y la vulnerabilidad, hablar de gestión
menstrual y derecho a una menstruación digna está fuera de la
conversación comunitaria.
Y no porque las mujeres no lo padecen,
sino porque la localidad, se sostiene en valores patriarcales, donde los
voceros no reconocen las necesidades de sus pares.
«Lo
que pasa en la montaña es que pues los voceros siempre han sido los
hombres; los hombres que son quienes dan como sus necesidades y a veces
en una comunidad, pues los hombres tienen una necesidad y las mujeres
pues tienen una necesidad diferente», dice Antonia.
Entonces,
sin acceso a servicios de saneamiento, ni a la posibilidad de costear
productos de gestión menstrual, el trabajo de Antonia se ve
comprometido. Desde el autocuidado, la periodista prefiere dilatar sus
investigaciones y frenar el trabajo de campo los días en que su
menstruación comienza, en caso de que sea extremadamente necesario,
procura salir sólo dos días; se planea una logística a fin de eficientar
los tiempos, donde se sale de madrugada para aprovechar el día y
terminar el trabajo lo antes posible.
Su testimonio esboza una
realidad sobre el androcentrismo que escribe el periodismo: La agenda
laboral de muchas mujeres periodistas está decidida con base en su
periodo menstrual.
«Cuando
yo, por ejemplo, voy a Metlatónoc o Cochoapa, sí pienso: Ay no, lo voy a
programar cuando no esté menstruando, hasta eso incide nuestra agenda.
También uno de los retos es visibilizar a las mujeres y cuáles son sus
necesidades (…) Imagínate, estamos menstruando y tenemos cólicos y luego
vamos a una comunidad lejos, está lloviendo, te dan ganas de ir al baño
y te quieres cambiar, los hombres nunca van a padecer esto»
Fuente: Cortesía
Cuando
llega el momento de viajar y permanecer hasta 3 días fuera de casa,
Antonia refiere que siempre prepara sus toallas sanitarias, pero
también, ropa extra.
Esto último, es la estrategia más
indispensable, pues siempre existe la posibilidad de que su sangre
menstrual traspase su ropa, lo que apuntala a que la planeación de la
periodista va más allá de acudir a una cobertura con una mochila liviana
y su cámara.
Trasladarse implica prepararse de todos los
escenarios posibles que podrían darse durante la menstruación; un
trabajo incisivo de cuidados pasivos que demanda de una meticulosa guía.
Toallas en distintos tamaños, medicamentos, múltiples pares de ropa
interior, papel, pantalones y ropa abrigadora, pues en algunas regiones
de La Montaña, el aire es gélido y agudiza el dolor menstrual de
Antonia.
“Cuando
vas a un lugar donde hace mucho frío, te provoca más dolor y afecta tu
productividad; afecta tu concentración en el trabajo, hay que llevar
ropa de más porque todo el tiempo estás pensando: ¿Y si me mancho? Para
mí son los dolores, sí, lo que no me deja trabajar es el dolor, me
lastiman las rodillas y también la cadera, especialmente, los primeros
tres días porque además, mi menstruación dura mucho, como 6 días”, dice
Antonia.
Pero las implicaciones no sólo están
concentradas durante estos primeros días, sino que, desde una semana
antes,se gesta su síndrome premenstrual, mismo que le produce
incomodidades y aminora su desempeño laboral. En el caso particular de
Antonia, son los dolores punzantes en sus senos y cambios abruptos en su
estado de ánimo los que terminan mermando su trabajo como reportera,
especialmente, cuando se trata de cubrir temas duros.
¿Cómo te sientes haciendo tu trabajo sintiéndote así de vulnerable?:
Me pongo extremadamente sensible; lloro mucho. Me suelto a llorar y sé
que es mi ciclo haciendo que una se comporte de esa manera (…) Sí, se
padece, a veces una está cubriendo o escuchando la historia de alguien y
dan muchas ganas de llorar, pero me tengo que aguantar, porque yo sé
que es mi trabajo: «No, delante del público no, no me puedo romper y
ponerme a llorar, no puedo mostrar sentimiento», porque pues eres
periodista, escuchas las historias y tratas de mantener ese perfil, no
eres protagonista; no le vas a robar el foco a la víctima.
Entre
síntomas premenstruales y una menstruación de hasta seis días, se puede
calcular que la periodista puede pasar hasta 15 días entre dolores,
sangrado, cambios de ánimo y sensibilidad. Son días fluctuantes donde
muchas veces, Antonia refiere despertar con un estado anímico decaído,
sin embargo, las responsabilidades con su agenda y sobre todo, el
compromiso que tiene con las comunidades no la hacen claudicar: “Mi otra
yo siempre me dice que me tengo qué levantar, aún cuando los dolores
son fuertes, me tomo unas pastillas y a continuar con el trabajo”.
En
su búsqueda por encontrar nuevas alternativas para su gestión
menstrual, Antonia dio con la copa menstrual; un instrumento que le
permitiría pasar horas sintiéndose cómoda y sin derrames. O al menos,
eso pensaba.
La copa menstrual, considerada por muchas, el mejor
producto de gestión menstrual, puede resultar ineficiente cuando se
pretende usarla en contextos adversos, en sumatoria con sangrados
excesivos. Si bien para Antonia la copa fue salvavidas hace algunos
años, ha dejado de ser la opción más cómoda; refiere que, en esta etapa
de su vida, la copa le produce mucho dolor e irritación, esto sin
mencionar, que sacarla del conducto vaginal y lavarla, es una tarea
compleja cuando te encuentras en espacios sin acceso a baños, ni
saneamiento.
“En esas comunidades resultaba incómodo cambiar la
copa, especialmente, porque necesitas agua para enjuagar [la copa] y
lavarte las manos, mi flujo es tan abundante que mi copa menstrual, yo
me la cambiaba hasta ocho veces al día”
Así, se vuelve a la usanza
de las toallas sanitarias y se quiebra el paradigma de la industria
menstrual que sostiene que los métodos son diversos; las toallas
sanitarias se mantienen al frente como opción sostenible para gestionar
los sangrados abundantes, aún, cuando ello implique incomodidad,
derrames, rozaduras en muslos e incluso, infecciones vaginales.
Antonia, quien recientemente se ha incorporado al proyecto radiofónico La Voz de la Montaña,
del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, recuerda que nunca tuvo
una educación menstrual durante su adolescencia y el único atisbo de
información, se lo compartió su hermana mayor quien le refirió que un
día, iba a sangrar.
Este pasaje en su vida quedó profundamente
grabado y ahora, atravesada por las necesidades de las mujeres de La
Montaña, el feminismo y la reapropiación de su cuerpo, la periodista
apuesta por una revolución; una “pequeña tiranía” en donde nombra su
menstruación, sus sentires y lo comparte con sus compañeros de trabajo.
Lo que parecía desafiante, hoy, es un acto político: “Yo no me voy a
quedar callada”, dice Antonia.
“Los
periodistas ni saben de esto porque no lo decimos, por eso no hay que
quedarse calladas. Hay que hablar de nuestra menstruación y de lo que
nos duele para que también vayan sabiendo lo que nos pasa. Yo creo que,
como nunca lo hablamos, entonces, no podemos decirle al compañero [por
ejemplo] que necesitamos una toalla, siempre estamos esperando que
llegue una mujer periodista para decirle y no, esto no tiene que ser así
por eso yo estoy tratando de cambiarlo”.
Fuente: Cortesía
Armada
con su grabadora y movida por las causas más justas, el periodismo de
Antonia abre las brechas en La Montaña de Guerrero, donde su visión
rebelde y feminista la ha convertido en una de los personajes más
incómodos para los líderes de las comunidades; su habilidad para
cuestionar la realidad e identificar la exclusión de las mujeres en la
toma de decisiones, la orillan a siempre preguntar: ¿Y las mujeres en dónde están? Un
trabajo que, dice la reportera, produce el rostro desencajado de los
voceros de las comunidades, “es siempre ponerlos en jaque”.
“Los
pones a pensar, los incómodas. Cuando vienen campesinos con sus
exigencias, pues los voceros son hombres y cuando terminan de hablar, yo
pregunto: «Oigan, vienen muchas mujeres, quiero entrevistar a una mujer” y me responden “Es que ellas casi no hablan”,
siempre decidiendo por nosotras, por eso más las busco y lo mismo con
la fotografía. Cuando hacen plantones por días ahí están las mujeres
cuidando, haciendo comida y encargándose de varias cosas, pero en las
negociaciones, ellas no están y ahí estoy para buscar sus testimonios,
pero si no les dices, ni las toman en cuenta. No reconocen sus
necesidades que son muchas, pero la principal, es que las mujeres de la
Montaña accedan a la educación, que tengan una carrera y decidan cómo
quieren vivir”
Del otro lado del mapa, a más de 17
horas de esta revolución que abandera Antonia en Guerrero, se encuentra
su par, la reportera chiapaneca Itzel Huerta, una de las únicas 2
mujeres que cubren la nota dura en la localidad de Comitán de Domínguez,
en la barra fronteriza con Guatemala.
Itzel y Mariana
Itzel
Hurtado nunca buscó el periodismo; el periodismo la encontró y halló en
el poder de la palabra, el sustento para sacar adelante a su hijo,
derribar inseguridades y saberse capaz de ser una de las periodistas más
poderosas de Comitán de Domínguez -o de las Flores-.
En
entrevista, narra todo lo que implicó su búsqueda por encontrar su
camino en el periodismo, y cómo, la felicitación de su maestro en la
preparatoria sería catapulta suficiente para saber que dentro de ella,
existía la posibilidad de que el periodismo era su territorio. Reportera
autodidacta con más de una década de trayectoria, Itzel reporteó por
primera vez un incendio; su narración fue tan buena que se llevó las
primeras planas -y palmas- en Comitán y desde entonces, el apellido
«Hurtado» está en la primera fila de la noticia.
Pero en una
localidad donde hay aproximadamente 60 periodistas y las mujeres no
representan ni el 10%, hacerse camino implica hacerlo a punta de
codazos. Hay que ganarse un lugar y desafiar las normas de un periodismo
tradicional manejado en su totalidad por hombres.
En una
localidad atravesada por los conflictos sociales, las organizaciones
campesinas e indígenas, así como el arribo violento del crimen
organizado, son los reporteros los únicos responsables de estar en
cobertura, mientras que las pocas mujeres periodistas son dejadas en
oficina y lideran la nota rosa de cultura, sociedad y espectáculo.
Itzel
Huerta, junto a otra mujer, son las únicas 2 periodistas en todo
Comitán que están en calle cubriendo la nota roja y dura; entre gases
lacrimógenos, patrullas. protestas, balaceras, amenazas, golpes y
apedreadas, Huerta resiste.
La perspectiva de las mujeres y el
feminismo han llegado como un chispazo a la vida de la periodista,
llevándola a denunciar casos de violencia obstétrica, un hecho que la
llevó a recibir amenazas; las medidas cautelares, dice, se dan cuando
policías van a buscarla a las 2:00 de la tarde y, después, a las 8:00 de
la noche para preguntarle: ¿Está usted viva?
Itzel también ha
sido apedreada con resorteras y encapsulada por elementos de seguridad,
pero no hay arrepentimiento de su trabajo; el periodismo, dice, le ha
permitido avanzar, le dio techo y comida para sacar adelante a su hijo
como madre autónoma. Eso sí, las jornadas pueden llegar a ser
extenuantes y en promedio, puede pasar hasta 12 horas fuera de casa.
La
pasión por su trabajo la empujan a mantener este ritmo acelerado, pero
hay una semana donde Itzel levanta las manos en señal de rendición:
Cuando tiene su menstruación.
Itzel, una mujer de 43 años, ha
experimentado cambios en su menstruación; ha dejado de ser regular como
hasta hace unos años y ahora, los sangrados se han vuelto violentos,
dolorosos e imprevistos.
«Cuando estás en campo no hay dónde
cambiarte, dónde dejar discretamente tu toalla o lavarte porque tienes
esta sensación de que hueles, la menstruación me debilita, me da
extremadamente mucho sueño y me duele la cabeza, con el sol y la lluvia
pues me duele más (…) empiezas a ver a todas las personas como tus
enemigos y te dan ganas de mandar a la fregada todo esto, quiero sacar
bandera blanca y decir: Ya, ya estuvo, hasta aquí llegué»
Itzel es
una mujer grande y un problema constante durante su menstruación, eran
las rozaduras en los muslos y glúteos a causa del plástico que contienen
las toallas sanitarias; son pequeñas y no lograban blindarla de los
sangrados: «Esa es la lata que tengo, ¿por qué se empeñan en hacer toallas tan pequeñas«, dice la reportera.
¿La solución?: Calzones menstruales o pañales.
Los
sangrados de Itzel llegan sin aviso, ni síntomas previos y esto, ha
mermado seriamente su trabajo; es cargar con la vergüenza de ensuciarse,
de estar sola en un grupo de hombres reporteros de nota roja y de
aprender a gestionar todo sola, sin posibilidad de pedir apoyo.
La
reportera rememora aquella ocasión donde viajó a la Frontera Comalapa,
límite de la Sierra Madre. Un municipio de apenas 80 mil habitantes
donde al menos el 50% de la población vive en situación de pobreza
moderada según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (CONEVAL).
Entre rancherías de ganadería y
agricultura, Itzel Huerta se encontraba trabajando; usaba un pantalón de
mezclilla y su suéter. Hasta que se le preguntó: ¿Estás en tus días? La
reportera respondió que no; no era momento de su menstruación y tampoco
presentaba síntomas que apuntaran a estos días en su ciclo.
«Me dijo que estaba batídisima y
yo sólo pensé: No puede ser, no puede ser, ¿cómo le hago para
cambiarme?, ¿y en dónde? Estaba en una comunidad donde no hay baños,
sólo letrinas o baños exteriores»
Itzel se cubrió y
sucintamente, preguntó en el lugar más cercano si le daban posibilidad
de entrar a lavar su pantalón. Ahí, entre letrinas, la reportera se
despojó de los jeans y de su ropa interior; lavó todo y dejando el
pantalón húmedo volvió a ponérselo a fin de que no se notara que sólo
estaba húmedo en ciertas partes.
«Sólo
me quedó ponerme así, la toalla a raíz [sin calzoncillos] y con mi
pantalón húmedo, húmedo. Todavía me puse un suéter encima. Toda la gente
se me quedaba viendo y mis compañeros me decían, ¿pues qué te pasó? Y
yo les respondía: Nada, me mojé, me cayó encima agua ¨[…] sentía mucha
pena, pero aún así, me tenía que regresar hasta las 8:00 de la noche y
era apenas mediodía»
Fuente: Cortesía
Este
pasaje en la vida de Itzel lleva a cuestionar: ¿Qué sucede con las
redes que tejemos con los compañeros periodistas?, ¿por qué la
periodista enfrentó este proceso en soledad?
Y la respuesta se
esboza con el propio androcentrismo de la profesión; en un espacio donde
la mujer reportera es vista como un agente extraño, los periodistas de
nota dura mantienen las armas arriba de poner a prueba todo el tiempo;
«No les importa, si estás o no [menstruando], no te ven como a una
mujer, ¿quieres ser respetada? Aguántala»
En el 90% de las veces,
Itzel sale a coberturas únicamente con hombres y aunque el dolor
menstrual pueda ser incapacitante, no existe este puente de comunicación
para explicarles que se siente mal, que se ha manchado o que no puede
seguir el ritmo por sus dolores de cabeza.
«Eres
su compañero, si quieres ser respetada tienes que trabajar a su par, si
hay que comer tacos en la calle, ellos te quieren ahí, si hay que
sentarse en el piso, pues te sientas ahí con ellos, si hay que montarse a
un carro para irte a una ranchería, pues esperan que te trepes como
ellos»
¿Y entonces en quién te recargas cuando te sientes mal y estás en cobertura?: Pues sola, aprendes a gestionar tu dolor.
En
el periodismo se maneja una estructura muy arcaica sobre el sesgo en
las fuentes; la nota roja y dura implica estos valores de compadrazgo
patriarcal y visiones de virilidad. Un techo que aún se mantiene estéril
y que a las mujeres les cuesta trabajo penetrar; adaptarte a estas
reglas no es una opción, sino una obligación si deseas ejercer la
fuente.
Y esto no quiere decir que los compañeros sean crueles,
repara Itzel, pero el trato siempre es parejo y de la reportera, siempre
se espera que haga las labores que tiene qué hacer, con o sin
dismenorrea.
«Me
toca andar luego en los comandos militares con ellos, te dan la mano y
te vas ahí [con los otros reporteros] y si estás menstruando pues vas
sola en esos momentos, ni modo, te tocó la rifa del tigre ese día y hay
que aguantarla”
En esta misma entidad, labora Mariana
Morales, una reportera con 12 años de experiencia quien ha vivido la
experiencia dolorosa de ver a Chiapas caer de forma paulatina en el nido
del narcotráfico. Cuando empezó, dice, todo se trataba de conflictos
sociales, la lucha de los pueblos contra los proyectos mineros y el
movimiento de las comunidades indígenas, pero desde 2021, la agenda en
Chiapas se ha vuelto extremadamente violenta.
Con la lucha del
territorio en la frontera sur, los negocios del narcotráfico comenzaron a
extenderse por toda la entidad y en medio, como corresponsal de
Reforma, Mariana se mantiene vivaz para perseguir la nota.
“Yo siempre he trabajado en medio de disputas, por eso, yo digo que estoy cubriendo una guerra aquí en Chiapas”
Fuente: Cortesía
Al
igual que Itzel Huerta, Mariana ha sido víctima de amenazas por
funcionarios públicos enfrentando campañas de desprestigio en su contra y
una ola de violencia digital que le produjo sentimientos de
incertidumbre.
Oscilando entre Tuxtla, Tapachula y San Cristobal
de las Casas, Mariana ha identificado que su estado anímico tiene una
repercusión directa con su ciclo menstrual; cuando está expuesta a
situaciones de peligro, amenaza y violencia, su periodo se vuelve
doloroso y abundante.
Mariana experimenta dolores en sus
articulaciones, en vientre, inapetencia e incomodidad en su cadera. La
perspectiva medular es cómo las agendas atravesadas por la violencia
pueden tener repercusiones, no sólo en la salud mental de las
periodistas, sino también, en su proceso menstrual.
Cuando el
sangrado está próximo a llegar, la reportera medita la situación y mueve
sus temas a fin de garantizar una menstruación sin dolores
incapacitantes. Las coberturas que son complejas, son puestas para otro
momento y los temas de eos temas se “acolchan” en aras de que el cuerpo no experimente emociones que evoquen la ansiedad y/o estrés.
Esta es la autodefensa de Mariana: Cuidarse y procurar su salud mental días antes de su regla.
“Hago
ejercicio, me acuesto y trato de tomar té, sé que los temas que me
ponen tensa hacen que la regla me llegue con dolor, por eso trato de
buscar estos espacios para que no venga tan ruda, [intento] que mi
contexto de violencia no se junte [con la menstruación] porque sí, hay
una conexión entre una historia difícil y mi regla”
La
periodista recuerda cuando estuvo fuera del país por medio año y se
mantuvo lejos del periodismo; en esos meses, conectó consigo misma, su
cuerpo se sentía cómodo y la menstruación se volvió un proceso sin
dolor. Sin embargo, cuando volvió a trabajar a Chiapas, los síntomas
volvieron; los cólicos incapacitantes así como la sensación de cuerpo
cortado. Desde este momento para Mariana, fue evidente que el ritmo de
vida le agudiza el sangrado y narrar temas de violencia, tiene
repercusiones serias en su desempeño, en el cuerpo, en su estado de
ánimo y afecta su ciclo menstrual.
Mariana no tiene complicaciones
con pedir un descanso en el trabajo cuando lo necesita, sin embargo, se
hila la forma en que las periodistas de campo desarrollan estrategias
de sobrevivencia; estrategias que les permitan afianzar su desempeño,
cumplir con sus obligaciones y a la par, ser periodista con menstruación
habitual.
Scarlet Arias.-Chilpancingo,
Guerrero.- Existe preocupación por las niñas y las adolescentes que
continúan siendo forzadas al matrimonio, y a embarazo infantil en
Guerrero, insistieron defensoras de los derechos de las mujeres y de las
niñas, durante la presentación del Anecdotario: Chilate, Pozoles, Mezcal y Aborto Legal, en el marco del Tercer Aniversario de la lucha por la despenalización del aborto en la entidad.
Cabe
señalar que Guerrero fue la octava entidad en México en mayo de 2022 en
despenalizar el aborto hasta las 12 semanas de gestación como causal
para permitir su interrupción tras este periodo. En ese momento se
modificaron los Artículos 154, 155, 156, 157 y 159, y la derogación del
artículo 158 del Código Penal local.
El pasado lunes 26 de mayo
en el Congreso del Estado de Guerrero, promotoras del aborto,
peticionaras, e integrante de redes de defensoras presentaron desde la
alegría y la resiliencia el Anecdotario donde se narran las
historias que tejen el camino que llevó a este marco con el que ahora se
pueden acercar a los servicios de Salud para garantizar la interrupción
del embarazo como un derecho para todas.
En la presentación, la
coordinadora del Observatorio de Violencias contra las Mujeres en
Guerrero, Viridiana Gutiérrez Sotelo sostuvo que, entregarán el
documento resolutivo del encuentro a la gobernadora, Evelyn Salgado
Pineda, a la Mesa Directiva del Congreso y a la Fiscalía Estatal, porque
se tiene una preocupación por la manera tan lenta con la que se han
llevado las medidas de la Alerta por Agravio Comparado, que en realidad
es el seguimiento a la despenalización de este derecho.
«Nos
preocupa muchísimo. Muchas de las compañeras estuvieron hablando en el
encuentro, el tema de los matrimonios forzados los cuales también tienen
un marco legal vigente, que los prohíbe y que penaliza, en la práctica
el delito sigue sucediendo», remarcó la peticionaria de la Alerta por
Agravio Comparado.
Fotos: Scarlett Arias
En
entrevista, Gutiérrez Sotelo, insistió que, tienen una alta
preocupación porque los matrimonios de niñas y adolescentes siguen
sucediendo en Guerrero, donde según cifras oficiales de Salud, se
registra a la entidad como el segundo lugar a nivel nacional en embarazo
infantil y adolescente, de niñas de entre 11 años y 15 años de edad con
embarazos. Entonces, tendría que ser una preocupación de todos y de
todas para erradicar el embarazo infantil porque sabemos que es producto
de violencia sexual.
La promotora de la despenalización del
aborto, enfatizó que este documento fue firmado por todas las
integrantes de la red conformada por las organizaciones peticionarios, y
será entregado en los próximos días.
«Esperemos
que haya una respuesta, y que haya un trabajo en conjunto para
erradicar estos problemas enormes que se suman a la gran lista de
problemas sociales que tiene Guerrero y que me parece que se tiene que
poner una mayor atención», sentenció Gutiérrez Sotelo.
Mientras
que, en su participación, María Luisa Garfias Marín de Aliadas por la
Justicia A.C., enfatizó que es necesario despenalizar a la saciedad esa
moral. Porque todavía se sigue castigando a la mujer practicándole un
legrado, en vez de darle el medicamento, Hoy en día, abortar médicamente
no tiene ningún riesgo.
Por otro lado, María de la Luz Estrada,
socióloga y experta en el estudio de violencia de género, que ha
acompañado muy de cerca el proceso de esta lucha en Guerrero, recordó
que ya existe un programa de interrupción legal del embarazo, y una guía
para solicitantes de servicios de aborto así como hospitales
asignados.
«Es
un esfuerzo colectivo, se están buscando estrategias para avanzar en un
derecho tan complicado, que es el derecho a la salud sexual y
reproductiva. Por eso, festejamos para mirar en dónde siguen habiendo
obstáculos. Esto no acaba, esto siempre tiene retrocesos, tenemos que
estar luchando por la vida de las niñas, las adolescentes y mujeres en
Guerrero».
El evento también acudieron, Gabriela Candela Garzón
de la Red Guerrerense por los Derechos de las Mujeres, Janiseli Renata
González Moreno del Observatorio de Violencias Contra las Mujeres. Por
otro lado, la senadora, Beatriz Mujica Morga, la presidenta de la
Comisión para la Igualdad de Género, Leticia Mosso Hérnandez , asó como
la consejera del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, Dulce
Merary Villalobos Tlatempa; la diputada, Catalina Apolinar Santiago,
presidenta de la Comisión de Pueblos y Comunidades Indígenas y
Afromexicanas.
En el encuentro organizado por las integrantes del
Observatorio de Violencias contra las mujeres, y por la Red por los
Derechos de las Mujeres, también estuvo la ilustradora del Anecdotario,
la acapulqueña Mónica Hernández Castro «Demonika», quien plasmó desde el
arte la representación de la lucha por el aborto legal, el icónico
pañuelo verde con los trajes y danzas representativas de Guerrero como
la Danza de los Tigres en Chilapa, Los Diablos de la Cost Chica de
Cuajinicuilapa, y El Tlacolorero.
Demonika, agregó que como
muralista y defensora está trabajando en murales informativos para la
interrupción del embarazo, «Más adelante yo creo que sacaré nuevos
anecdotarios porque la historia todos los días se escribe, y más mujeres
se están sumando a la lucha».