12/12/2015

¡No más violencia contra las mujeres y las niñas!


   Violentadas en su casa y cada vez más en la vía pública

Por: Carmen R. Ponce Meléndez*

“Es posible afirmar que la violencia contra las mujeres es un problema de gran dimensión y una práctica social ampliamente extendida en todo el país, puesto que 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más, residentes en el país, ha experimentado al menos un acto de violencia de cualquier tipo, ya sea violencia emocional, física, sexual, económica, patrimonial, y discriminación laboral, misma que ha sido ejercida por cualquier agresor, sea la pareja, el esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o del trabajo, alguna autoridad escolar o laboral o bien por personas conocidas o extrañas”. (Inegi, datos 2011).


Aunque parezca extraño, esta afirmación no proviene de una organización de mujeres, sino del propio Inegi, cuyas cifras sobre esta pandemia son escandalosas y escalofriantes.  ¡No más violencia contra las mujeres y las niñas!

En entidades como Chihuahua o Estado de México, la prevalencia de la violencia contra las mujeres es de 80 y 78 por ciento, respectivamente. Para el Distrito Federal las cifras son de 72 mujeres violentadas por cada 100. Las más expuestas son las jóvenes.

De acuerdo con el tipo de violencia y según Inegi, la de mayor prevalencia es la emocional, seguida de la violencia económica que afecta a más de un tercio de las mujeres (35.3 por ciento). El común denominador de estas violencias es la discriminación.

La violencia económica incluye: el control y abuso económico por parte de la pareja; el despojo por parte de otros agresores; la discriminación en el trabajo ocurrida en el último año, y la discriminación que en algún momento han enfrentado las mujeres al limitar sus posibilidades para ingresar o acceder a un trabajo requiriéndoles pruebas de embarazo como condición para ello.

Se estima que 26 de cada 100 mujeres sufren discriminación laboral. Ésta tiene un fuerte impacto en la economía de las trabajadoras y en su salud. Tanto la discriminación como la violencia económica han mostrado incrementos significativos, en la misma medida en que ha crecido la participación de la mujer en la vida pública.

ASESINATOS Y FEMINICIDIO

El clímax de esta violencia son los asesinatos y por último, el feminicidio. Según Inegi en el país durante 2013 y 2014 fueron asesinadas diariamente siete mujeres, en promedio.

Las tasas más altas en homicidios de mujeres corresponden a: Guerrero, Chihuahua y Tamaulipas, entidades donde el crimen organizado sentó sus reales (2011-2013).

Y las entidades que presentaron el mayor aumento en la tasa de homicidios de 2012 a 2013 son: Guerrero, Zacatecas y el Estado de México.

Peor aún, las estadísticas sobre homicidios revelan que las mujeres son asesinadas con mayor violencia que los hombres. En los homicidios masculinos la mayoría son con armas de fuego.

¡Es el colmo!, este punto obliga a reflexionar acerca del tipo de cultura sexista que se ha creado y recreado, una cultura de violencia sexista que atenta contra los más elementales derechos humanos; los medios masivos de comunicación tienen una gran responsabilidad, fomentan esta situación y el Estado se mantiene omiso. 

Una cuestión de vital importancia para la cultura patriarcal y machista es: ¿dónde se realizan los homicidios? De la información generada por Inegi se desprende que una proporción muy importante de los homicidios femeninos es en sus viviendas (29.4 por ciento), su casa es el lugar con mayores riesgos, porque las agresiones provienen básicamente de sus parejas.

En contraste, sólo el 10 por ciento de los homicidios masculinos son en casa, la mayoría son en la vía pública; para los hombres la vivienda particular sí es un espacio seguro. Sin embargo de 2006 a 2013 los homicidios femeninos en la vía pública han mostrado un importante incremento, pasaron de 28.8 a 37.9 para 2013, esta situación es particularmente creciente a partir de 2008 (ver gráfica).

Ahora las mujeres también están en la vía pública, y desde luego, también ahí corren grave peligro.
VER GRÁFICA AQUÍ

No hay espacio seguro para las mujeres, son violentadas y asesinadas brutalmente en sus casas y de manera creciente en la vía pública; en la misma medida en que crece su participación en la vida pública, ya sea en la esfera laboral o política, espacios per se masculinos.

UN ASUNTO DE ESTADO

Por eso la lucha contra la violencia hacia las mujeres es un asunto de Estado y de políticas públicas, un grave problema nacional e internacional que debe combatirse en todas sus manifestaciones.

Se debe respetar a las mujeres por el simple hecho de ser personas, garantizar su acceso a una vida libre de violencia como lo establece la ley y lo menciona el “Manifiesto a la Nación” publicado en los medios el 25 de noviembre –en ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer–, signado por muchas personas (hombres y mujeres), así como por diversas organizaciones del país.

En este Manifiesto se hace un llamado a todas las autoridades del país y a toda la sociedad a unirnos para poner fin a la impunidad y erradicar toda ofensa a la dignidad, integridad y vida de las mujeres y las niñas.

“Los feminicidios, la máxima expresión de violencia contra las mujeres, no son prevenidos, ni investigados, no hay acceso a la justicia para las víctimas, menos aún, se atienden las causas y consecuencias de esta violencia brutal en el tejido social y en la vida y seguridad de las mujeres y niñas”.

OCHO RECLAMOS PARA EL ESTADO

Como demandas al Estado mexicano se plantean ocho puntos, que contienen esencialmente propuestas y un sentido reclamo por su falta de compromiso en la solución de este grave problema de justicia social.

Dentro de esos ocho puntos destacan:

•          Evaluación, cumplimiento y revisión de Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, mediante un informe público con resultados comprobables de los recursos 

asignados para prevención, atención y sanción de la violencia

•          Campañas sistemáticas y masivas para informar a las mujeres de sus derechos y publicitar los servicios disponibles para su atención.


•          Juzgados, jueces y juezas especializados que aseguren el acceso a la justicia y la atención a todas las víctimas


•          Centros municipales especializados, procuradurías de defensa de las mujeres, refugios y casas de tránsito
 

Por su parte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) anunció que el enfrentamiento de la violencia será uno de los principales temas de la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la Cepal, que tendrá lugar en 2016 en Montevideo.

¡ÚNETE PARA PONER FIN A LA VIOLENCIA DE GÉNERO!

* Economista especializada en temas de género
Twitter: @ramonaponce

Especial
Cimacnoticias | México, DF.- 
 

Sobrevivir a la violencia machista y contarlo en una película

Jose Durán Rodríguez
Periódico Diagonal



El documental 'Empieza en ti' y el proyecto multimedia 'Women in between' muestran la vida de mujeres que superaron las violencias machistas.



La cifra estremece: en los primeros quince días de noviembre ocho mujeres fueron asesinadas en España por su pareja o expareja, según datos del Ministerio de Sanidad. En el mismo mes, el día 7 se celebró la primera Marcha Estatal contra las violencias machistas y se ha estrenado en Barcelona, Madrid y Palafrugell (Gerona) el documental Empieza en ti.
Dirigido por Marta Vergonyós, se trata de un intento de cambiar desde el cine esa terrorífica realidad de la que el número de asesinadas es la cara más cruenta.
Empieza en ti no es, sin embargo, una película más. Vergonyós comenzó el proyecto en 2005 en Palafrugell con un grupo de mujeres que habían sufrido violencias machistas, con la intención de trabajar en su recuperación mediante el arte. Así, el 25 de noviembre de aquel año realizaron una performance en el lavadero del pueblo, una intervención en el espacio público que supuso el pistoletazo de salida.
Diez años después, con la película finalizada y estrenada, su directora reconoce a Diagonal que están "contentas de ver que el documental sirve a otras mujeres, y al público en general, para reflexionar y profundizar en la problemática de la violencia machista y en la capacidad del arte para transformarnos".
Vergonyós explica cómo su trabajo en Empieza en ti ha ido creciendo a lo largo de esta década, un parto muy esperado después de años de contracciones y dilataciones, en sus propias palabras. "Quería hacer una aproximación a través de un encuentro semanal con un grupo de mujeres y ver qué iba sucediendo a partir de la práctica del arte. Después ellas mismas me propusieron hacer una película y empezamos a rodar y a registrar todo lo que hacíamos, como, por ejemplo, las performances en espacios públicos​. El proyecto ha variado mucho con los años, ya que le hemos dado el tiempo necesario para que el grupo decidiera hacia dónde se encaminaba; ha sido un proceso colaborativo".
El documental presenta a cuatro mujeres que viven junto al mar: Pili y su hija Nerea, Juana, Mercedes y María José. Las cuatro habían sido anuladas de distintas maneras por sus parejas. Nerea empezó el proyecto siendo una niña y lo termina siendo una chica que se convierte en pieza definitiva en la realización del filme y que ahora incluso quiere hacer ella misma un documental sobre cómo la violencia afecta a las hijas e hijos.
Vergonyós recuerda que su intención inicial era investigar como artista y cineasta otras posibles caracterizaciones de la violencia machista: "Las representaciones mediáticas tienden a la victimización y lo morboso, y yo quería profundizar en el contexto e intentar sacar otros modelos en positivo y de supervivencia".
Desarrollar el proyecto durante diez años ha permitido que éste se enriquezca y ofrezca un resultado único. "Al darle el tiempo necesario, se han vislumbrado procesos personales y colectivos que sólo puedes captar con lo que yo llamo el 'tiempo dilatado', saliendo de la dinámica de la industria que exige unos tiempos y dejando que la vida atravesara también el proceso", explica la directora, al tiempo que resume las dificultades de realizar un trabajo de estas características: "No puedes entrar en el horror y pretender salir ilesa, esto lo tenía claro. Ha habido problemas de todo tipo, ya que se trata de un contexto doloroso y el dolor nos toca y ha tocado también al proyecto. Sin ir más lejos, una de las protagonistas falleció".
Empieza en ti combina tres perspectivas distintas. Por un lado, los testimonios a cámara de las protagonistas. Por otro, su trabajo en los talleres y en las distintas performances, y, finalmente, las reflexiones grupales a las que llegan tras pensar sobre el proceso que han desarrollado en sus obras.
Para la directora, las mujeres protagonistas han ido "cambiando cada vez a mejor", y señala lo que dice una de ellas: "Hemos ido embelleciendo tanto por fuera como por dentro porque estábamos un poco marchitadas". Vergonyós también destaca lo que está sucediendo ahora, una vez que la película ya se puede ver: "El proceso posterior del estreno y los debates y los grupos de apoyo a otras mujeres que viven esta situación están siendo muy importantes para dar sentido a todo el esfuerzo y la generosidad que han puesto ellas en el proyecto".
La película se incardina en una estrategia de desmontaje de los modelos culturales propagados desde el cine durante décadas. Vergonyós analiza el poder que tiene el séptimo arte: "En tanto que generador de imaginario, el cine puede a su vez transformarlo y por eso es importante que se realicen películas en las que aparezcan nuevos roles y nuevos imaginarios de los afectos, nuevos referentes de feminidades no sumisas y masculinidades no violentas. La industria del cine tiene una gran responsabilidad en los estereotipos que se instalan en el imaginario social. Por eso es importante abrir brechas y nuevos caminos. Los mitos del amor romántico que el cine ha alimentado a raudales son los cimientos de las relaciones que posteriormente se vuelven tóxicas y generan tratos indignos".
Sobrevivir al amor enfermo
Cuando la fotógrafa italiana Francesca Oggiano vivía en Barcelona comenzó a pensar que, como mujer, necesitaba contar el amor. "Todas hemos pasado en nuestra vida por un amor 'enfermo', un amor que nos daña y cambia mucho psicológicamente y socialmente. Y cuanto más hablaba con mis amigas y conocidas sobre el tema, más me daba cuenta de que en realidad había una verdadera urgencia de hablar y compartir esas historias", explica Oggiano a este periódico.
De esas conversaciones ha nacido Women in between, un ambicioso proyecto que comparte con la directora de cine griega Georgia Tsismetzoglou. "Investigando el tema hemos llegado a un punto común como el mar que nos une: el amor, la vergüenza, el honor. No podemos hablar de violencia de género si no empezamos a romper con estas tres palabras clave que siguen en nuestra cultura y que automáticamente reproducimos en nuestra vida diaria, en nuestras relaciones sociales, privadas, con las familias o en parejas", señala.
La referencia al mar como elemento común en este proyecto no es gratuita: Women in between (WIB) pretende realizar seis documentales sobre la vida de las mujeres en otros tantos países mediterráneos, comenzando por Túnez y pasando por Turquía, Marruecos, España, Italia y Grecia.
Así, su objetivo es mostrar problemáticas como las de las madres solteras, las bodas de menores, las refugiadas y las inmigrantes que viajan solas, el derecho al aborto, la violencia domestica, la violencia sexual o el feminicidio en la cuenca mediterránea.
"Una de cada tres mujeres vive una forma cualquiera de violencia. Podría ser yo, mi madre, mi hermana, mi hija, mi sobrina. No importa el estatus social que tenemos, si hemos ido a la universidad o somos directoras de bancos. Nos puede pasar y punto. Solamente porque somos mujeres y nuestra cultura nos sigue tratando como víctimas. Debemos romper el silencio, acabar con el tabú. Salir de este aislamiento en el que nos mantiene nuestra cultura", plantea Oggiano.
WIB aspira a ser una referencia en un formato de web documental interactiva que archive los seis episodios en varios idiomas (foto, vídeo, audio, animación,…). De momento, han puesto en marcha una campaña de micromecenazgo con la que han conseguido financiación para el primer paso del proyecto, la grabación en Túnez.
Oggiano afirma que este proyecto "quiere compartir historias de heroínas normales, mujeres que han pasado por mucho dolor físico, psicológico, moral, juicios duros por parte de la sociedad. Mujeres que han procesado todo esto y se han reinventado una vida, un carácter, una cultura". La fotógrafa recuerda una de las guías que han seguido a la hora de enfocar la mirada: "Una mujer que sufrió violencia en Túnez me dijo una frase que nunca olvidaré en mi vida y que he puesto como céntrica en nuestro proyecto: 'Yo no me considero una víctima de violencia, yo soy una superviviente de la violencia'".
Las promotoras de WIB quieren que su trabajo pueda llegar a las escuelas y que se convierta en una herramienta para romper tabúes entre los adolescentes. "Durante demasiado tiempo el tema de la violencia de género ha sido debatido solamente entre mujeres. Y aunque nos hemos concienciado, el problema ha vuelto en los últimos años con fuerza porque en tiempos de crisis económica la violencia de género vuelve a ser fuerte", opina.
Para ella, el cine y todas las artes audiovisuales pueden hacer mucho para combatir la violencia machista, que prefiere llamar "violencia cultural".
"La violencia de género está volviendo al cine porque necesitamos contar la sociedad en la que vivimos", dice y recuerda títulos como 4 meses, 3 semanas, 2 días, El secreto de Vera Drake, Las hermanas de la Magdalena, Grbavica (El secreto de Esma) o Vergine Giurata para confirmar que en el cine contemporáneo no falta el tema de la violencia machista.
Sin embargo, en su opinión, "el problema es cómo dejar salir de las salas al cine comprometido en esos temas, cómo llevarlo a la vida diaria de mujeres y hombres. Porque luego la tele 'censura' películas como éstas. Y en las escuelas no se hace cine clubs con debates".

Un mundo que desapareció

“Ya nada nos pertenece: nos quitaron nuestra ropa, nuestros zapatos... nos despojaron hasta de nuestro nombre".

lasillarota.com

“Ustedes que viven seguros/ En sus cálidos hogares/ Ustedes que al volver a casa/ Encuentran la comida caliente/ Y rostros amigos/ Pregúntense si es un hombre/ El que trabaja en el lodo/ El que no conoce la paz/ El que lucha por medio pan/ El que muere por un sí o un no/ Pregúntense si es una mujer/ La que no tiene cabello ni nombre/ Ni fuerza para recordarlo/ Y sí la mirada vacía y el regazo frío/ Como una rana en invierno/ Piensen que esto ocurrió:/ Les encomiendo estas palabras./ Grábenlas en sus corazones”, Primo Levi.      


Ese pequeñito con su sonrisa de hoyuelos, con su bufanda y su abriguito. Ese niño que sonríe a la cámara en el año de 1938. Cuando su familia, su casa, su pueblo aún existían. Adolf Hitler fue elegido canciller de Alemania en 1933. Los adultos sabían. Sí, el antisemitismo pateaba a la puerta. Lo sabían desde siempre. Ahora pateaba la puerta con una minucia y una ferocidad particulares. ¿Hasta dónde estarían dispuestos a llegar? ¿Acaso era posible la destrucción de todo un mundo? La aniquilación. Lo inimaginable. ¿Acaso el resto de los habitantes del planeta estarían dispuesto a permitirlo? Bebés, niños, adolescentes adultos, ancianos.

Culpables de nada. Culpables de ser judíos. Eso bastó. Y allí están esas imágenes de la exposición “Un mundo que desapareció”, las fotografías de Roman Vishniac, expuestas en la Galería del Centro Comunitario Nidjei Israel (Acapulco 70,  colonia Condesa.) Un pequeño grupo de muchachos de secundaria la visitan ese mediodía. Son tan jóvenes. Estudian en una secundaria pública en Xochimilco. Traen sus cuadernos. Es una tarea que les encargó un maestro después de escuchar a uno de ellos decir: “Hitler tenía razón”. El muchacho no sabía ¿razón en qué? Pero repetía una frase escuchada en el comedor de su casa.      

La necesidad de saber y de intentar entender. Esa obligación de memoria que nos humaniza, que nos arranca de los prejuicios, que nos libera de ignorar la repetida “banalidad del mal”. “¿El diario de Ana Frank?”. “Es una manera, sí, de comenzar”. Y un día Primo Levi: “Si esto es un hombre”,  “Los hundidos y los salvados”. “La especie humana” de Robert Antelme. “Los días de nuestra muerte”, de David Rousset. El poeta Paul Celan.

Los testimonios muy cercanos (aunque parafraseando a Publio Terencio, ¿qué de lo humano podría sernos ajeno?): el libro “El último sobreviviente”, escrito por Aaron Gilbert, es la historia de su padre, Shie Gilbert, sobreviviente de tres campos de concentración y exiliado en México.

"Mi nombre es Aaron Gilbert y soy, de alguna manera, sobreviviente del Holocausto. Nací en la ciudad de México en el año de 1949, cuatro años después de terminada la Segunda Guerra mundial… (mi padre) cruzó los Alpes, navegó por la inmensidad del mar y voló a tierras desconocidas hasta conseguirlo, al llegar en 1947, a ese mundo nuevo, que él bautizó como 'el Paraíso' y es conocido por todos los demás como México".

Recuerdo esa escena que narra el regreso de Shie Gilbert con su familia, al pueblo polaco en el que vivió y del que él y todos los judíos fueron arrancados. Recuerdo ese momento en que explica cómo su familia construida en México, la felicidad, el amor, la vida que se continúa: “son mi mejor venganza contra Hitler”. El libro: ¿Quién hablará por ti? de Arnoldo Kraus, la memoria de la vida de sus padres, judíos polacos exilados en México. Testimonios. Esa obsesión de los deportados: sobrevivir para testimoniar. “Los narradores de Auschwitz”, de Esther Cohen.

Mirar las fotos de Roman Vishniac, la mayoría de las ahora expuestas en el Centro Comunitario son de 1938. ¿Qué fue de esos adultos que atraviesan la calle, se muestran en sus distintos oficios, sonríen, leen? ¿Qué fue de esos niños que miran a la cámara?  Mirar las fotos así, en su presente eterno. La aniquilación de todo un mundo es ya inminente. ¿Cuántos de ellos sobrevivieron? ¿Cuántos regresaron de la deportación?  ¿Hacia dónde fueron? ¿Alguien en el mundo reconoció su rostro de infancia en estas fotos?  ¿El rostro de un ser amado y muy suyo? Pero, ¿quién podría no reconocer algo de su propio rostro en ellos?

“Ya nada nos pertenece: nos quitaron nuestra ropa, nuestros zapatos, y hasta nuestros cabellos: si habláramos, no nos escucharían… nos despojaron hasta de nuestro nombre, y si queremos conservarlo, deberemos encontrar en nosotros la fuerza necesaria para que detrás de ese nombre, algo de nosotros, algo de lo que fuimos, subsista”, Primo Levi.



Roman Vishniac nació en 1897 en el pueblo de Pavlovsk, Rusia. Creció en Moscú y estudió zoología y biología. A los siete años su abuela le regaló una cámara. Ante el creciente antisemitismo postrevolucionario, la familia emigró a Berlín. Entre 1935 y 1938 viajó por Europa central y oriental recogiendo las escenas de la vida cotidiana de los judíos. Fue arrestado en París en 1940 y trasladado a un Campo francés de deportación del que lograron salvarlo. Ese mismo año pudo llegar a Nueva York.

De los más de 16, 000 negativos contenidos en el archivo de Vishniac (hasta ese momento), sólo pudo rescatar 2,000 a su huida de Europa. De esos negativos recatados nos llega la entrañable exposición en el Centro Comunitario de Acapulco 70.

“Un hombre mata a otro… La humanidad retrocede. Un hombre salva a otro…La humanidad progresa”, Primo Levi.

(Para quienes no vivan en la ciudad de México o no puedan visitar la exposición, la obra del fotógrafo se encuentra con facilidad a través de internet).

  

Surge una nueva e inquietante tendencia en Twitter: la "pobrezafilia"

La Jornada


Una adolescente con minifalda y top, sentada en la barda de una azotea, posa para la cámara. Piernas cruzadas, cabello largo y apenas una sonrisa. El fondo de la imagen está compuesto por un tinaco, casas grises, antenas chuecas y láminas amontonadas en el techo de otra vivienda. Esos elementos bastaron para que la fotografía aparezca en redes sociales con la etiqueta #Putipobres, con la que emergen otras tantas de mujeres desnudas o semidesnudas siempre en lugares que exhiban la pobreza de sus protagonistas.

Se trata de una tendencia en Internet que los usuarios han nombrado “pobrezafilia”, la cual “discrimina, ataca la dignidad de las mujeres, las ve como objetos y relaciona su clase social con que están disponibles para cualquier hombre”, opinó en entrevista Mirza Aguilar Pérez, académica de la Universidad Autónoma de Tlaxcala.

Al parecer el fenómeno comenzó en México hace unos meses y se ha extendido a Costa Rica, Colombia, Chile y Argentina, de acuerdo con el diputado federal Rafael Hernández Soriano (PRD), quien en octubre propuso un punto de acuerdo para que la Secretaría de Gobernación atienda este asunto.

Cientos de retratos y videos muestran a mujeres y adolescentes en posiciones sexuales, en algunos se observa que ellas mismas se quitan la ropa o hacen énfasis en sus pechos, nalgas o genitales. Otras imágenes son más bien selfies, sobre todo de menores de edad, que se tomaron en sus recámaras con techo de lámina o con paredes de tabique y que, “por posar de manera sensual alguien ocupa la imagen con ese hashtag o #TanRicayTanPobre”, señaló el funcionario.

El video que grabó “la chica del oxxo”, por ejemplo, se convirtió en viral. La joven entra a la tienda de conveniencia, se desnuda y se masturba mientras su celular registra la escena. Luego aparece uno de los empleados y le pide que se retire, lo que ella acepta. “La onda esa de #Putipobre acaba de marcar un antes y un después con ella”, escribió un usuario de Twitter. Otro más comentó: “las #PutiPobres más vigentes que las #Playmate”.

“Habrá quienes por decisión propia se tomen la foto y la suban”, pues es evidente que la intención era crear material pornográfico, y aún así podría implicar delitos de trata porque no se sabe en qué situación lo hicieron, acotó. Pero muchas más están sacadas de contexto y, lo que pensaron que sería una foto atractiva, termina siendo usada para burlarse de ellas, añadió Mirza Aguilar.

La especialista en temas de género coincidió con Cynthia Solis Arredondo, experta en derecho informático, en que no se trata de algo nuevo. “Parece como si ser pobre te hace estar disponible sexualmente, es un asunto histórico en el que se cruzan supuestas jerarquías de raza, origen étnico, de clase social y género”, apuntó la primera.

La raíz no está en las redes sociales, éstas sólo han puesto una lupa a la discriminación. “Reflejan lo que muchos piensan: que por el hecho de tener pocos recursos económicos su futuro podría ser la prostitución. Es una cuestión fuera de Internet. ¿Qué opinan de una chica con minifalda y escote en una colonia pobre y de otra que usa la misma ropa, pero de marca y en una colonia rica? Una es prostituta y la otra es sexy”, expresó Solis Arredondo.

Otras etiquetas, que acompañan las imágenes, como #LegalicenAlasDe16 o #YaQuierenDesdeLos15, “evidencian cómo se objetiviza a las mujeres desde muy temprana edad y cómo se piensa que ya puede ser utilizadas”, según Mirza Aguilar.

En el punto de acuerdo, el diputado Hernández Soriano pide a Facebook, Instagram y Twitter que se retire ese contenido. “No se trata de un intento de censura, sino que se está afectando la dignidad de esas mujeres”. Para el legislador no es necesaria alguna reforma a la ley para evitar esas conductas, sólo políticas de prevención.

Imágenes de menores de edad desnudas se consideran pornografía infantil y se persiguen de oficio, recordó Cynthia Solís. Sin embargo, hasta el momento la policía cibernética no las ha bloqueado. Para el caso de las adultas es necesario una denuncia, así que los mismo usuarios de las redes podrían interponerla de manera anónima al 088 o a la cuenta @ceac_cns, aconsejó.

Feminicidio: De Ciudad Juárez a Europa


¿Qué es el feminicidio?

El feminicidio es una categoría teórica que define los asesinatos contra las mujeres en razón de su sexo


 Sara Lovera

México D.F., 29 nov. 15. AmecoPress/SemMéxico.- El concepto no nace de una simple feminización del término homicidio cuando las víctimas de asesinatos son mujeres, ya que en el feminicidio el componente de género de las víctimas no es coyuntural sino que es el elemento que las hace víctimas potenciales de la violencia.

Los asesinatos de mujeres por el simple hecho de serlo tienen lugar en el seno de contextos sociales patriarcales en los que se generaliza una visión objetualizada de las mismas. El hecho de objetualizar a la mujer la convierte en un ser utilizable, fácilmente reemplazable y como tal, eliminable.

Para Sara Lovera, periodista y fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC (CIMAC) la violencia feminicida es:
“La forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de las mujeres y que se agrava cuando el Estado no actúa y la sociedad lo consiente".
Al contrario de lo que suele pensarse, el feminicidio no es un problema local que sucede en otra parte, sino un fenómeno global que ocurre en todo el mundo. El asesinato machista, la tortura y la violencia sexual contra las mujeres conforman una realidad recurrente en muchos territorios del mundo y una flagrante violación de los derechos humanos.

Ciudad Juárez: el punto de partida
México, al igual que otros muchos países, no cuenta con un sistema de estadísticas fiable que permita conocer con exactitud el número de feminicidios cometidos, pero según fuentes oficiales de las que se ha hecho eco el portal Feminicidio.net, en los últimos 25 años en México se han producido más de 34.000 muertes violentas de mujeres (una media de 20 mujeres asesinadas por día).
Ciudad Juárez desató la alarma hace casi 20 años, en 1993, tras el asesinato deAlma Chavira Farel y tras otros crímenes que tuvieron gran impacto social como los de Lomas de Poleo, Cristo Negro, Lote Bravo o Campo Algodonero.
Aunque Chihuahua no es la región con mayor número de feminicidios ni de mujeres desaparecidas de México, podemos considerar el feminicidio en Ciudad Juárez como un caso paradigmático sobre todo por el alto nivel de denuncia de las familias y activistas y la constante exigencia de justicia que sigue sin recibir una respuesta satisfactoria y que ha internacionalizado el fenómeno.
Además, la ciudad fronteriza, tiene una idiosincrasia particular que conforma un caldo de cultivo ideal para que la violencia machista quede impune: narcotráfico, alto flujo migratorio, maquilas, zonas de tolerancia, EEUU, corrupción, impunidad, machismo, falta de garantías jurídicas y de seguridad, urbanización deficiente, desidia institucional y gubernamental, falta de voluntad política...etc.

El feminicidio en América Latina y en el mundo
A pesar de que cuando se habla de feminicidio, las imágenes de Ciudad Juárez son las primeras que vienen a la mente, en otros países como Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Burundi, El Congo, Afganistán o Timor Oriental, la violencia social y el machismo se alían de forma macabra contra los cuerpos de las mujeres.
Si bien es cierto que la violencia contra las mujeres se agrava cuando el país atraviesa una situación de conflicto y la violencia sexual se utiliza como parte de la estrategia de guerra, no debemos olvidar que ya sea por motivos religiosos, legales, culturales o políticos, miles de mujeres son asesinadas anualmente en todo el mundo.
Así por ejemplo, la violencia machista en El Salvador ha aumentado exponencialmente en la última década debido a la proliferación de las maras que suponen una nueva suerte de formas bélicas en el país -muchas veces los feminicidios se cometen como rito de iniciación para pertenecer a las pandillas-.
Del mismo modo, tras el golpe de estado de 2009 en Honduras, la violencia política y social se incrementó considerablemente y con ella se ha podido contemplar una creciente escalada de feminicidios (cabe destacar los asesinatos de muchas activistas feministas y pro derechos humanos). Según datos de la Fiscalía de la Mujer, tan solo en el primer trimestre del año 2010 se reportaron 62 muertes violentas de mujeres (los asesinatos de mujeres triplican al aumento de homicidios masculinos durante el mismo periodo de tiempo).

¿Feminicidio en Europa?
Lo que impulsa el aumento exorbitado de los feminicidios en América Latina u otros países de África o Asia, además de una cultura machista y un sistema patriarcal enquistado es el marco de impunidad, inoperancia del estado y desorganización administrativa, así como la violencia estructural que afecta al conjunto de la sociedad en contextos de alta violencia y la violencia institucional que sufren las víctimas y sus familias, aumentan las posibilidades de que muchas mujeres sufran maltrato y agresiones sexuales e incluso sean asesinadas.
Pero, ¿podemos hablar de feminicidio en Europa? La respuesta es: por supuesto. Solamente desde 2003, en España han muerto más de 600 mujeres teniendo en cuenta tan solo las que han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas.
"El concepto de feminicidio aporta una perspectiva compleja y global para referirse a los asesinatos machistas de mujeres o a los crímenes de género que suceden en todo el mundo ya que no solamente contempla los asesinatos cometidos por la pareja o ex pareja (feminicidios íntimos) sino por cualquier hombre, incluyendo también los crímenes con un claro componente sexual (estos son los casos más conocidos en Ciudad Juárez y que sin embargo en España y Europa en general no se incluyen dentro de las estadísticas sobre violencia de género)".

Aunque el término no está asentado en Europa, básicamente por una cuestión de mentalidad neocolonialista (incluso dentro del propio movimiento feminista) de la que cuesta desprenderse respecto a esos otros países dónde si se ha conceptualizado sobre el feminicidio.
Jean Michel Bouvier, padre de la joven turista francesa Cassandre Bouviera asesinada en la Quebrada de San Lorenzo junto a su amiga Houria Moumniove, en julio del 2011, ha emprendido una campaña para reclamar a los poderes públicos franceses la inclusión en el Código Penal de la figura del crimen de feminicidio con el propósito de convertir los asesinatos machistas en un delito contra la humanidad.
Tal como expresa muy acertadamente Bouvier, "El asesinato de una mujer por el simple hecho de serlo supone en sí mismo una negación de la mujer que debe ser considerada una figura jurídica específica".

¿Por qué es conveniente hablar de feminicidio?
En primer lugar, es preciso registrar los feminicidios cometidos tanto por conocidos como por desconocidos, para que se puedan establecer indicadores de riesgo adecuados. Para favorecer una visualización más certera de la verdadera magnitud de los asesinatos por violencia machista, misógina o feminicida que se cometen en todo el mundo, desde Europa debemos abogar por una apropiación y generalización del término.
Por otra parte, desde un punto de vista comunicativo, una unificación de la terminología a nivel internacional facilitaría también la organización de campañas de lucha contra la violencia machista, así como una involucración mayor de organismos internacionales y un aumento de compromisos de cooperación para erradicar el feminicidio.

Vientres de alquiler, al servicio del neoliberalismo

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 Nerea Fernández García

Madrid, 10 diciembre, 15. AmecoPress. La maternidad subrogada es una práctica prohibida en España, por la Ley 14/2006 de 26 de mayo sobre técnicas de reproducción asistida, y en la mayoría de países europeos (Alemania, Francia, Suecia…); mientras que en países como Estados Unidos, México, Rusia, Ucrania, Georgia y Kazajistán está expresamente regulada en su ordenamiento jurídico.
La Sentencia de 26 de junio de 2014 del Tirubunal Europeo de Derechos Humanos por la que se declara la violación del artículo 8 del Convenio Europeo de los Derechos Humanos (CEDH) sobre el derecho al respeto a la vida privada y familiar por no reconocer la relación de filiación entre los niños nacidos mediante vientre de alquiler y los progenitores que han acudido a este método reproductivo ha supuesto el catalizador hacia la legalización de la maternidad subrogada en los países firmantes del CEDH y ya está desprendiendo sus efectos en España, Francia, Alemania, Irlanda e Italia. De hecho, en nuestro país, Ciudadanos incluye en su programa electoral para las elecciones generales la regulación de esta práctica, incluyendo una compensación económica para la gestante.
Se calcula que el 80% de los españoles y españolas está a favor de su regulación. Y si bien es cierto, que un pequeño número de mujeres ejercen de vientres de alquiler por puro altruismo y generosidad, la gran mayoría lo hace como transacción comercial. Basta profundizar un poco en el tema para entender que la gestación subrogada es una muestra más del neoliberalismo brutal que se está instalando en nuestra sociedad. Esta práctica supone que la madre gestante se reduce a ser una vasija, un horno en el que se prepara un bebé que luego se quedarán otras personas, la mujer vende algo tan íntimo como su propio cuerpo, su útero, su capacidad reproductiva. ¿Dónde está el límite?
El problema es que pese a ser un tema tan delicado y controvertido no se ha producido un debate en profundidad al respecto. Como Beatriz Gimeno, activista LGTB y diputada por Podemos en la Asamblea de Madrid, dice en algunos de sus artículos, la maternidad subrogada no es una técnica de reproducción, como la fecundación in vitro, “a no ser que nosotras seamos vasijas”. “La técnica puede ser la manera en que se produce dicho embarazo pero nunca éste, ni el parto, ni el nacimiento de un bebé ni la manera en que este pasa a formar parte de la sociedad en la que nace”, ha publicado.
Bebés convertidos en un producto comercial
Los defensores y las defensoras de los vientres de alquiler utilizan los mismos malos argumentos que los y las que están a favor de la legalización de la prostitución, el lema “mi cuerpo es mío”, equiparándolo al derecho al aborto cuando son cuestiones completamente diferentes y enfrentadas. Los vientres de alquiler suponen que una mujer vende, literalmente, su cuerpo, que, como en el caso de la prostitución, se puede acceder a su cuerpo a cambio de una cantidad de dinero; y esto no es, ni por asomo, una libertad o un derecho como el aborto. Y no solo es que se mercantilice con el cuerpo de la mujer, también el bebé fruto de ese proceso se convierte en un producto comercial. De hecho, como explica un Estudio de Profesionales por la Ética, supone un menoscabo tal para la dignidad del bebé que “hasta 6 personas pueden ser las que reclamen su paternidad: la madre genética o biológica (donante de óvulos), la madre gestante (el vientre de alquiler), la mujer que ha encargado el bebé, el padre genético (el donante de esperma), el marido o pareja de la madre gestante ( que tiene la presunción de paternidad), y el hombre que ha encargado el bebé”. “Todo ello, aparte de ser fuente de más que probables conflictos jurídicos, impide al niño conocer su origen e identidad tal y como establecen los artículos 7 y 8 de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN).”
La gestación subrogada ha dado lugar a barbaridades como las denominadas granjas de mujeres. Hace cuatro años, 14 vietnamitas fueron rescatadas del complejo en el que las retenía una compañía de vientres de alquiler. Las mujeres habían sido captadas y engañadas con la promesa de que recibirían una gran cantidad de dinero. La empresa Baby 101 les confiscó el pasaporte para que accedieran a proseguir con los embarazos para luego entregar a los niños a las personas que contrataban los servicios de la compañía. Las mujeres recibían 5.000 dólares por bebé, aunque los clientes pagaban 32.000 más los gastos del embarazo. Y en la India, país en que la maternidad de alquiler está legalizada, son habituales prácticas similares a ésta, en las que mujeres gestantes viven todas juntas en complejos. Incluso se conocen casos de padres y madres contratantes que, al saber que el feto tenía alguna enfermedad, han exigido el aborto o no han querido hacerse cargo del bebé al nacer.
Además, se intenta mostrar la maternidad subrogada como una práctica aséptica e inocua, sin contar con el vínculo que se crea entre la madre y el feto durante el embarazo y todos los riesgos y consecuencias físicas y psicológicas que acarrea un embarazo. Los desequilibrios hormonales, los cambios físicos, la depresión posparto o incluso el microquimerismo fetal. Este fenómeno supone que durante la gestación, al igual que células de la madre pasan al feto, también hay células del feto que pasan al cuerpo de la madre, que a veces desaparecen a los pocos meses, pero en otras ocasiones permanecen en su cuerpo toda la vida. Aunque aún queda mucho por investigar, en diversos estudios, se han encontrado en los tejidos de mujeres que habían estado embarazadas de niños, células con el cromosoma Y.
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Campaña #NoSomosVasijas
En España, diversas personalidades de la filosofía, el constitucionalismo y el movimiento feminista, como Amelia Valcárcel, Alicia Miyares y Ana de Miguel han promovido la campaña “NoSomosVasijas”, para oponerse a la regulación de la maternidad subrogada. Bajo el lema de que las mujeres no se pueden comprar o alquilar de manera total o parcial, en su manifiesto explican las razones por las que están en contra de cualquier tipo de regulación en torno a la utilización de mujeres como “vientres de alquiler”:
Porque abogamos por el derecho a decidir de las mujeres en materia de derechos sexuales y reproductivos. La maternidad por sustitución niega a las mujeres gestantes el derecho a decidir durante el proceso de embarazo y en la posterior toma de decisiones relativas a la crianza, cuidado y educación del menor o la menor.
Porque elegir es preferir entre una serie de opciones vitales. La elección va acompañada, a su vez, de la capacidad de alterar, modificar o variar el objeto de nuestras preferencias. La maternidad subrogada no sólo impide a las mujeres la capacidad de elección, sino que además contempla medidas punitivas si se alteran las condiciones del contrato.
Porque la llamada “maternidad subrogada” se inscribe en el tipo de prácticas que implican el control sexual de las mujeres: si en las sociedades tradicionales, los matrimonios concertados o la compra por dote, son las típicas formas en que se ejerce el control sexual de las mujeres, en las sociedades modernas, la prohibición del aborto, la regulación de la prostitución y la maternidad subrogada son sus más contundentes expresiones.
Porque alquilar el vientre de una mujer no se puede catalogar como “técnica de reproducción humana asistida”. Las mujeres no son máquinas reproductoras que fabrican hijos en interés de los criadores. Es, por el contrario, un evidente ejemplo de “violencia obstétrica” extrema.
Porque el “altruismo y generosidad” de unas pocas, no evita la mercantilización, el tráfico y las granjas de mujeres comprándose embarazos a la carta. La recurrencia argumentativa al “altruismo y generosidad” de las mujeres gestantes, para validar la regularización de los vientres de alquiler, refuerza la arraigada definición de las mujeres, propia de las creencias religiosas, como “seres para otros” cuyo horizonte vital es el “servicio”, dándose a los otros. Lo cierto es que la supuesta “generosidad”, “altruismo” y “consentimiento” de unas pocas solo sirve de parapeto argumentativo para esconder el tráfico de úteros y la compra de bebés estandarizados según precio.
Porque cuando la maternidad subrogada “altruista” se legaliza se incrementa también la comercial. Ningún tipo de regulación puede garantizar que no habrá dinero o sobornos implicados en el proceso. Ninguna legalización puede controlar la presión ejercida sobre la mujer gestante y la distinta relación de poder entre compradores y mujeres alquiladas.
Porque no aceptamos la lógica neoliberal que quiere introducir en el mercado “los vientres de alquiler”, ya que se sirve de la desigualdad estructural de las mujeres para convertir esta práctica en nicho de negocio que expone a las mujeres al tráfico reproductivo.
Porque las mujeres no se pueden alquilar o comprar de manera total o parcial. La llamada “maternidad subrogada” tampoco se puede inscribir, como algunos pretenden, en el marco de una “economía y consumo colaborativo”: la pretendida “relación colaborativa” sólo esconde “consumo patriarcal” por el cual las mujeres se pueden alquilar o comprar de manera total o parcial.
Porque nos mostramos radicalmente en contra de la utilización de eufemismos para dulcificar o idealizar un negocio de compra-venta de bebés mediante alquiler temporal del vientre de una mujer, viva ésta en la dorada California o hacinada en un barrio de la India. Así es que nos afirmamos en llamar a las cosas por su nombre, no se puede ni se debe describir como “gestación subrogada” un hecho social que cosifica el cuerpo de las mujeres y mercantiliza el deseo de ser padres-madres. Porque la perspectiva de los Derechos Humanos supone rechazar la idea de que las mujeres sean usadas como contenedoras y sus capacidades reproductivas sean compradas. El derecho a la integridad del cuerpo no puede quedar sujeto a ningún tipo de contrato.
Foto: Actitudfem.com, #NoSomosVasijas 

El mundo de naranja en México


   MUJERES CAUTIVAS

Por: Teresa Ulloa Ziáurriz*

Pese a las cifras gubernamentales con intenciones propagandísticas, pese los discursos, a los convenios, al optimismo y a la moda institucional por la igualdad de género, poco se comprende desde el punto de vista estructural las múltiples y terribles formas de violencia contra mujeres y niñas que prevalecen en México.

Por tanto, no es fortuita la campaña anual que las organizaciones de mujeres, el Secretario General de las Naciones Unidas e infinidad de organismos gubernamentales impulsan cada año para poner fin a la violencia contra las mujeres. Se trata de la campaña “16 Días de activismo contra la violencia de género”, y resulta ocasión propicia para no quitar el dedo del renglón y seguir impulsando acciones para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas.

Hacer visible que en México prevalece una situación general de desventaja, desigualdad y discriminación para mujeres y niñas resulta el paso imprescindible para obligar a Enrique Peña Nieto a acatar lo que ha comprometido en representación del Estado mexicano ante la ONU.

LOS COMPROMISOS

Por ejemplo, este 2015 durante la reunión de líderes mundiales de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, se adoptaron compromisos a favor de tomar medidas para cerrar las brechas que impiden el progreso de las mujeres y las niñas, derivando éstos en una nueva agenda para el desarrollo sostenible, que por primera vez incluyó metas e indicadores específicos para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas. Esto sustituye a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y da paso a los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).

Así, el ODS 5 determina dos metas globales: Una, poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo; y dos, eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata, la explotación sexual y otros tipos de explotación.

Para nadie es un secreto que en México al menos 7 de cada diez mujeres y niñas han sufrido violencia física, psicológica y/o sexual.
En la vida diaria persiste el miedo a denunciar, principalmente porque no hay un estado de derecho que otorgue la protección y el firme cumplimiento de la ley. En pleno siglo XXI siguen existiendo ministerios públicos que se niegan a atender una denuncia y regresan a las mujeres a sus casas (donde generalmente se encuentra el agresor), o piensan que una niña o adolescente desaparecida se ha escapado con el novio, y no que fue engañada y secuestrada con fines de explotación. En resumen, las autoridades en México no están del lado de las mujeres, empezando por la formación y sensibilidad que se requieren.

El ODS 10 se refiere a reducir la desigualdad en y entre los países, ya que ésta creció (y va en aumento), incluso entre los que gozan de altos índices de crecimiento económico.

Actualmente hay más mujeres en el mercado laboral, en la política, en puestos de liderazgo, mujeres que rompen estereotipos y tabús sociales. Sin embargo, la discriminación por motivos de género hace que las mujeres sean propensas a sufrir disparidades más acentuadas. Pero además la ONU señala que aun cuando las constituciones de 143 países (de un total de 195) garantizan la igualdad entre mujeres y hombres, la discriminación contra ellas persiste de manera directa o indirecta a través de leyes y políticas, estereotipos por razones de género, o normas y prácticas tradicionales o sociales.

Acerca de esto último, ONU afirma que “las normas sociales que tratan a las mujeres como ciudadanas de segunda categoría en muchos casos se traducen en obstáculos estructurales al progreso, por ejemplo, en el caso de leyes que no castigan a los agresores que ejercen violencia de género. A veces también en presupuestos que no financian los servicios que más necesitan las mujeres”.

En México por ejemplo, el asunto de la asignación de presupuesto dedicado a la prevención, combate y erradicación de la violencia de género constituye uno de los principales botines políticos para nuestros gobiernos, que se encuentran lejos de mostrar un interés mínimo en las víctimas de trata, que es una de las formas extremas de violencia.

16 Días de Activismo es la muestra de que la igualdad de género está muy lejos de convertirse en una realdad cotidiana para mujeres y niñas. México es, con toda seguridad, uno de los países con mayor número de violaciones a sus derechos y con más rezago en el cumplimiento de sus compromisos internacionales como los enunciados en este espacio, aunque no son los únicos. La Alerta de Género se ha convertido en un tema de mero trámite que no llega a culminar con la erradicación de la violencia. Por ello nos sumamos #orangetheworld #16Days

*Directora Regional de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (Catwlac, por sus siglas en inglés)
Twitter: @CATWLACDIR
Facebook: Catwlac Directora
 

Especial
Cimacnoticias | México, DF.- 

Cifras inexactas en Muerte Materna originan políticas públicas inadecuadas



   Advierte Cepal

Los países latinoamericanos  que tienen problemas para identificar, registrar y contabilizar las defunciones maternas, pueden tener cifras mayores a las reportadas y, por tanto, sus políticas públicas no serían las  adecuadas para detener su problema de Muerte Materna (MM), alertó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

 
Así lo explica el organismo en una de sus publicaciones más recientes, titulada “Hacia la armonización de las estimaciones de mortalidad materna en América Latina”, donde advierte que las estadísticas nacionales sobre MM se alejan considerablemente de las estimaciones internacionales, realizadas por expertos en salud.
 
Según cifras gubernamentales, reportadas por las naciones a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se registró un total de 5 mil 959 defunciones maternas en América Latina durante 2013.
 
Dicho valor es “sustancialmente menor” que las 8 mil 810 calculadas por el Grupo Interagencial de Estimaciones de Mortalidad Maternal (MMEIG por sus siglas en inglés) o las 7 mil 530 muertes estimadas por el Instituto para la Métrica y la Evaluación de la Salud (IHME, por su nombre en inglés) para el mismo período.
 
El MMEIG está compuesto por miembros de OMS, los Fondos de las Naciones Unidas para la Infancia y Población, respectivamente, (Unicef) y (Unfpa) y el Banco Mundial, junto con otras agencias y asesores, mientras que el Instituto forma parte de la Universidad de Washington y se especializa en generar información confiable sobre temas de salud.
 
NIVELES ALTOS, INFORMACIÓN POCO CONFIABLE
 
Cepal recuerda que al firmar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, las naciones se comprometieron a garantizar el derecho de las mujeres de dar a luz sin poner en riesgo sus vidas, toda vez que estas muertes constituyen una de las más grandes violaciones a sus Derechos Humanos, sin embargo en varios de los países de América Latina y el Caribe la MM permanece en niveles altos.
 
Lo anterior podría relacionarse, entre otras cosas, con que los países no cuentan con información confiable que les permita implementar políticas y programas que se ocupen de esta problemática.  
 
“El medir la mortalidad materna no es tarea fácil, debido a problemas tanto en la recolección como en el procesamiento de los datos y a la falta de documentación suficiente para determinar el grado de confiabilidad de las cifras oficiales”, advierte la Cepal.
 
Como ocurre con otras estadísticas de salud, los países con mayor incidencia de mortalidad materna son justamente aquellos con más graves problemas de fiabilidad y exactitud de los datos, ya sea porque cuentan con sistemas de salud menos desarrollados o porque carecen de mecanismos confiables para identificar, registrar y contabilizar las defunciones maternas.
 
Adicionalmente, cada país cuenta con un arreglo particular para la producción de cifras oficiales sobre nacimientos, defunciones y causas de muerte.
 
ESTADÍSTICAS VITALES Y SUBREGISTRO
 
Cepal señala que países de la región han optado por utilizar información proveniente de los sistemas de Estadísticas Vitales (nacimiento, defunción, muerte fetal, casamientos y divorcios), pero estos sistemas nacionales carecen de cobertura total, por lo que muchas muertes no están registradas, dando lugar a la sub-enumeración.
 
Al utilizar las Estadísticas Vitales también se corre el riesgo de una mala clasificación de las defunciones maternas ya que, “incluso si los sistemas de registro son cabales, una fracción importante de estas muertes son reportadas incorrectamente y, por consiguiente, se registran como no maternas”.
 
MUERTE TARDÍA, SIN REGISTRO
 
A estas fallas de registro se suma que la definición de MM no incluye las defunciones maternas tardías, es decir aquellas que tienen lugar después de 42 días de terminado el embarazo pero antes del año, ni aquellas originadas por secuelas de causas obstétricas directas.
 
A nivel regional se ha detectado que los países que no incorporan las muertes tardías en sus estadísticas son Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, el Ecuador, Honduras, México y Panamá.
 
Ante la falta de armonización en estadísticas de mortalidad materna, Cepal les propone a las naciones una nueva metodología para la creación de estas estadísticas, y recuerda que para reducir la MM  hay que priorizar la mejora de la atención sanitaria a las mujeres y la consecución del acceso universal a los servicios de salud reproductiva: planificación familiar, prevención de embarazos no planificados, atención de calidad en el embarazo y el parto y atención obstétrica de urgencia.



Por: la Redacción
Cimacnoticias | México, DF.- 

Que nadie apruebe, ni en chistes, la violencia contra las mujeres


   CRISTAL DE ROCA

Por: Cecilia Lavalle*

¿Qué se necesita para eliminar la violencia contra las mujeres? No es una pregunta nueva ni admite respuestas simples. Pero, sin lugar a dudas, necesita que le quitemos el permiso.
Sí, eliminar la violencia contra las mujeres pasa inevitablemente por quitarle el permiso social, quitarle la aprobación; es decir, quitarle legitimación.

Y, ¡vaya que goza de legitimación! Tiene más permiso social que el racismo y que la violencia contra los animales. Cualquier video relacionado con estas violencias se volverá viral en las redes sociales. Pero la violencia contra las mujeres…

Si en una fiesta alguien cuenta un chiste en el que las mujeres son ridiculizadas, las tres cuartas partes o toda la concurrencia se reirá.
Si una mujer se queja de que al caminar por la calle un grupo de hombres la miran con morbo o le dicen cosas que la ofenden, le dirán que “exagera”, que se trata de “piropos”; y muy probablemente, primero, se revisará su forma de vestir para ver si no es ella quien provoca tal actitud.

Si una mujer es utilizada como objeto para anunciar lo mismo una cerveza que un coche o un paquete de cemento, casi nadie se indignará.

Si una mujer es violada en la madrugada, tras salir de un antro sola, socialmente se cuestionará que no haya estado acompañada; su manera de vestir; que haya bebido; que haya salido en la madrugada.

En resumen, socialmente será justificada la agresión; que es lo mismo que darle permiso al agresor. Y el mensaje paralelo es que una mujer no tiene derecho a salir sola, a divertirse, a transitar de día o de noche, y, claro, ya de beber ni hablamos.

La humanidad de las mujeres, en los hechos, está en entredicho, porque hay un gran permiso social para tratarnos como objetos que, como todos los objetos, son usables, intercambiables reusables y desechables.

Por eso no basta el asesinato de cinco o diez mujeres en una ciudad. Tampoco basta la no localización de diez, cuarenta o cien. La indignación nacional no alcanza para exigir el “nunca más”, el “ni una menos”.

A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka dijo que: “La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una de las violaciones de los derechos humanos más graves –y la más tolerada– en todo el mundo”.

Por eso digo que, para empezar, necesitamos quitarle el permiso. No más permiso para contar chistes que nos ofendan. No más permiso para acosarnos en la calle. No más permiso para controlar nuestra forma de ser o hacer las cosas. No más permiso para controlar nuestra forma de vestir. No más permiso para justificar un golpe, una bofetada, una agresión sexual. No más permiso para ponernos una burka simbólica que nos quite nuestros derechos.

El 10 de diciembre terminan los 16 días de activismo que anualmente suman voluntades en muchos países para eliminar la violencia contra las mujeres.

Necesitamos que el 11 de diciembre comiencen los 365 días de activismo por la vida, la dignidad y la libertad de las mujeres.

*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, integrante de la Red Internacional de periodistas con visión de género.

Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com
  CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | México, DF.- 

Profesoras y literatas, precursoras del feminismo en Yucatán


   SEGUNDA PARTE
   Rumbo al centenario del 1er Congreso Feminista de México

El anticlericalismo masón de finales del siglo XIX y principios del XX promovió, desde las esferas del gobierno, las escuelas laicas para niños, pero también para niñas. Esto facilitó el surgimiento de un grupo de mujeres ilustradas, muchas emparentadas con los liberales masones, que promovían el pensamiento científico.

Esto representó gran ventaja para la lucha emancipadora de las mujeres, ya que lograron obtener de este modo una profesión, un lugar preponderante en el espacio público y autonomía en sus ingresos económicos.

Las mujeres yucatecas ilustradas, con intereses diferentes a los de los masones de su época, pero ligadas a ellos por parentesco y afinidades ideológicas, empezaron a cuestionar su papel en la familia y en la sociedad gracias, entre otros factores, a su actividad de profesoras en los liceos, a su participación en sociedades culturales donde tenían acceso a los periódicos, revistas nacionales y extranjeras, y al intercambio epistolar con mujeres de otras partes del mundo.

Por eso se entiende que, a finales del siglo XIX y principios del XX, en Yucatán una generación de mujeres ilustradas, educadoras y promotoras de las bellas artes, vinculadas a los políticos liberales, la mayoría masones, iniciara el proceso de deconstruir lo que hasta ese momento se consideraba la esencia y el deber ser femenino.

SIEMPREVIVA, REVISTA Y LICEO  

Ejemplo de esta generación es el del grupo de maestras que conformaron,  junto con la profesora Rita Cetina, la organización que fundó la revista Siempreviva y el liceo de niñas con el mismo nombre.

No fue un caso aislado, ya que otras mujeres abrieron escuelas gratuitas y laicas para niñas en las pequeñas ciudades y villas del interior del Estado, con lo que influyeron en las nuevas generaciones a través de la educación, en proyectos editoriales, en la promoción de nuevas doctrinas, como integrantes de sociedades culturales y, por supuesto, en la construcción de proyectos laborales para su género.

Se fundaron en esa época diversas sociedades culturales, apoyadas por masones, en la capital y en las poblaciones más importantes del estado, con el fin de promover actividades como la creación literaria y la lectura, puestas en escena y veladas musicales,  así como bailes y fiestas, dirigidas a la clase media y alta. También se discutían temas como la condición de las mujeres, a quienes llamaban “Hijas de Eva”.

Fue en la sociedad “Progreso y Recreo”, ubicada en Espita,  donde las mujeres  fueron aceptadas como socias. En el conmovedor discurso de aceptación se las reconoció como iguales, al menos en el aspecto de su capacidad intelectual y en cuanto a sus derechos de participar en las doctrinas liberales que se discutían y promovían en dicha sociedad:

“¿Por qué no aceptarlas? Acaso por su condición de mujer, no tienen el supremo derecho de disfrutar también y de participar de las sabias doctrinas que lanzan a los cuatro vientos la Sociedad… ¿Acaso no tendrían el criterio y suficiente alcance intelectual, para aportar sus conocimientos? Nada de eso, entendemos que la mujer tiene también capacidad para tomar parte en las actividades humanas”.

LITERATAS, MAESTRAS Y FEMINISTAS

 No fue casual, entonces que en Espita las mujeres dirigieran y administraran una revista mensual literaria, cuyo primer número apareció primero de agosto de1912: “Arpa Eolia”,  dirigida por Pilar Fontanilles de Rueda, quien era también  directora de la Escuela “Manuela Olivares” y esposa de José Rueda Ontiveros, director y gerente del semanario local “El Demócrata”.

Años después, la directora de la revista Arpa Eolia formó parte del Comité Organizador del Primer Congreso Feminista de Yucatán, realizado en 1916, como responsable de estudiar y aprobar los trabajos que se presentaron.

Escribía Rita Cetina: “Tratar, pues de difundir ese amor al estudio y a la caridad; de trabajar entusiasmadas a pesar de nuestra debilidad, porque la mujer salga completamente de la esclavitud de la ignorancia y entre con paso lento, pero firme, en el sacrosanto templo de la verdad y de la ciencia; ese es nuestro objeto”

Más claramente liberales no podían ser sus palabras: luz, verdad, templo, ciencia, trabajo, pero también caridad, tal como las liturgias masónicas demandaban a las mujeres de la época.

Podríamos afirmar que las profesoras y literatas yucatecas formaron el sector de mujeres de donde surgió el feminismo yucateco, e impulsaron importantes cambios en las concepciones sobre el ser y deber femenino. Esto, pese a las pugnas entre los grupos de poder entre  el sector eclesiástico y los discursos liberales del Estado.

De esta forma, salidas  de las logias masónicas, apoyadas por Eligio Ancona y por el vicegobernador Carlos Peón Machado, se crearon las organizaciones “El Conservatorio”, así como “La Emulación”, cuyo  propósito era fundar un liceo para niñas y establecer un colegio bajo el concepto de “libertad de conciencia”. Posteriormente, el 4 de septiembre de 1905, el Colegio Consuelo Zavala fue fundado como laico y mixto.

Durante todo el Porfiriato, en Motul, Progreso, Izamal, Valladolid, Tizimín, Espita, Hunucmá, y en numerosas comunidades más en el estado, se abrieron centros educativos donde un grupo de mujeres ilustradas salió de sus hogares para formarse en los liceos, impartir cátedras y lograr su independencia económica.

En 1901 funcionaban en el estado 203 escuelas primarias de varones y 131 de niñas, un buen número de ellos dirigidos por mujeres. Y en estos proyectos sobresalieron nombres como el de Ángela González Menéndez de la Peña, quien fue directora del liceo de niñas en Izamal en 1875 y más tarde del  Valladolid y en 1888 fundara en Progreso el liceo “Martina Marín”9.

CONGRESO FEMINISTA, ¿POR QUÉ EN YUCATÁN?

Dos hechos importantes explican que fuera en Yucatán, y no en otra parte de México, donde se realizó el Primer Congreso Feminista: la existencia de un grupo de mujeres yucatecas ilustradas vinculadas a grupos liberales que pugnaban por transformar las concepciones sobre el ser y deber ser femenino, y  la llegada del General Salvador Alvarado a Yucatán, masón liberal que al llegar a la Península incorporó en su equipo de gobierno a sus hermanos yucatecos, con los que compartía los mismos principios ideológicos y un discurso revolucionario.

El Comité Organizador del Congreso estuvo formado por profesoras, entre ellas: la presidenta Consuelo Zavala Castillo y la vicepresidenta Dominga Canto Pastrana, fundadora de la  segunda escuela laica para niñas.  Su nombramiento se hizo, tampoco casualmente, en la  Escuela Central Civil de niñas el 13 de noviembre de 1915, lugar donde se realizaron gran parte de las reuniones para la organización del Congreso.

Todas ellas mantenían un pensamiento liberal, defendían la laicidad, la autonomía económica y la educación científica de las mujeres, como medios para lograr su emancipación, aunque temas como el sufragio femenino y la libertad sexual no aparecían entonces entre sus prioridades.

Para a celebración del Congreso,   el Comité Organizador pidió al  Departamento de Educación Pública la suspensión de clases en todas las escuelas del estado, para que las profesoras pudieran asistir.


* Este artículo fue originalmente publicado por el periódico ¡Por esto!, de Yucatán.

**Académica del Centro de Investigaciones Sociales,  del Centro de Investigaciones Regionales "Dr. Hideyo Noguch", en la Universidad Autónoma de Yucatán. Autora de los libros “Deshaciendo nudos” y “Mujeres en tierras mayas”.


Archivo CIMACFoto
Por: Mtra. Georgina del Carmen Rosado y Rosado**
Cimacnoticias | Mérida, Yuc.- 

Todas las mujeres

El documental "Todas las Mujeres: Un homenaje al Comité de la CEDAW" narra la situación de las mujeres en América Latina. El contenido se enfoca en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), conocida como la carta de derechos de las mujeres, y el Comité CEDAW, encargado de vigilar el cumplimiento de la Convención. El video es narrado en voz Line Bareiro, 

Indiferencia y prejuicio ante el problema del matrimonio infantil


   QUINTO PODER
Por: Argentina Casanova*


La indiferencia frente a la violencia sexual contra las niñas hace que esta se vea y se asuma como “natural”. Sucede a tal grado que, incluso cuando se trata de defender a las niñas, se dan argumentos que, más que ayudar, las dañan, como cuando se dice que “ya son mujeres” al cumplir 12 años y tienen su primera regla, obligándolas  a asumir un papel y un rol social que no les corresponde.  

La realidad es que, frecuentemente, ni siquiera cuando llegan a la mayoría de edad alcanzan la tutela sobre sus propios cuerpos, incluso en el caso de que quieran interrumpir un embarazo o continuar sus estudios.

Es por eso que cuando el  Observatorio de Violencia Social y de Género en Campeche presentó un proyecto contra el Matrimonio Infantil forzado, la opinión pública se dividió. Por un lado, están las legisladoras con las que la organización ya se reunió, quienes se mostraron muy interesadas y dispuestas a la escucha y a la intervención. Y, por otro… dudas, muchas dudas, la mayoría de ellas fundadas en prejuicios o ideas respecto a lo que ya pueden decidir y hacer las niñas, es decir, las menores de 18 años.

Conforme más argumentos escucho y leo en favor del   ‪#‎MatrimonioInfantil, me queda claro que son muchos los  prejuicios que existen sobre el tema: se sigue vinculando la sexualidad con el matrimonio y el embarazo se sigue considerando   como algo inherente, consecuencia “natural” de la práctica sexual.

Prevalece la idea, por ejemplo, de la pareja de adolescentes que viven la historia de Romeo y Julieta, por lo que su amor “debe ser respetado y salvado”, apoyado con el matrimonio, aunque sean llevados a él por obligación “moral” o con amenazas de sacarlos de la casa materna-paterna.

La realidad es que este escenario de las parejas adolescentes es bastante complejo y hay muy pocos casos de menores de edad que solicitan a los jueces autorización para unirse en matrimonio. Y es que los jóvenes quieren tener práctica sexual, pero muy pocos están pensando en “casarse”.

La opinión pública, sin embargo, no se acerca (¿intencionalmente?) a la realidad de las niñas que son obligadas a casarse con hombres mucho mayores que ellas, a cambio de una vaca o de un cartón de cerveza para el padre o la madre, quienes afrontan así su pobreza extrema. Una práctica que también es tolerada por un Estado indiferente.

Muy frecuentemente, la opinión generalizada ante las relaciones sexuales “fuera del matrimonio” o ante un embarazo adolescente es “ya lo hizo, ahora que se aguante y se case”, aunque tenga 12, 13, 14 años. Poco se piensa en la realidad que viven esas jóvenes, quienes a los 19 años tendrán ya 3 ó 4 hijos, quizá ya sin la misma pareja y con escasas probabilidades, quizá de 20 por ciento, de tener un empleo y educación.

En el caso de que un embarazo sea consecuencia de un acto de violencia sexual, no es extraño escuchar expresiones como  “ella se lo buscó", "así lo quiso” “ella lo provocó” o “sabía bien a lo que iba”. Se dice todo eso, menos reconocer que esas niñas,  víctimas de violencia, son con esos dichos sometidas a otra victimización. Y sin tomar en cuenta que antes, en los hogares de donde provienen, seguramente vivían en condiciones de violencia, lo que obliga a muchas a huir, aunque sea a una situación peor. 

Los argumentos contra las niñas no varían tampoco en los casos en que son sacadas de la escuela y obligadas a trabajar, expuestas al acoso, al abuso y a las redes de prostitución. Y en el caso del acoso que viven las niñas en la calle,  se ha “naturalizado” tanto, que casi nadie lo objeta.

Cuando la sociedad  cuestiona nuestra propuesta de poner fin al matrimonio infantil, el argumento se parece mucho al que se usa frente a otras formas de violencia: “sí, es verdad que hay violencia contra las mujeres, pero también hay hombres maltratados. Y en el fondo la postura es la misma: es el patriarcado que habla y  se defiende con garras y dientes a través de hombres… pero también de mujeres.

* Integrante de la Red Nacional de Periodistas y del Observatorio de Feminicidio en Campeche

CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Campeche.-