1/21/2017

Programa Tiempo de Mujeres en CFRU radio universitaria de Guelph sab 21 ene 2017

TIEMPO DE MUJERES
Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph


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MUJERES POR LA DEMOCRACIA
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Noticias de Género en la Red

Así como dicen que el tercer lunes de enero es el día más triste del año, porque nos encaramos con la realidad, ayer viernes fué sin duda otro de los días más tristes en el mundo, sin duda la toma de posesión del empresario misógino, clasista, racista y xenófobo ha sido un golpe para la humanidad y nosotras no podemos quedarnos sentandas, por eso se organizó una #MarchaMundialDeMujeres para éste día sábado 21 de enero en la que participaron además reconocidas artistas, intelectuales, activistas esperaban contar por lo menos con 200 mil personas en Washington y un millón en toda la Unión Americana, además de todos los países que se han sumado a éste evento como; Canadá, México, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Australia, entre muchos otros, 



Y tenemos una interesantísima historia de lucha, la lucha de una mujer argentina, quien conforma con otras mujeres llamadas "Madres de Ituzaingó " quienes ha sufrido en carne propia las consecuencias del uso del glifosato en los transgénicos, Sofía Gatica, quien ha ganado una importante pelea en contra de la gran empresa llamada Monsanto, una empresa que trae consigo muchas cosas que ponen en duda su integridad, siempre será importante difundir la información de quienes han sufrido en sus familias en carne propia y sus comunidades los trágicos resultados de los transgénicos,


Y es enero y de algo estamos seguras, de que las vacaciones invernales nos han ayudado con el aumento de peso, para muchas mujeres este hecho no es una preocupación cualquiera y la angustia empieza a dar vueltas en nuestra cabeza, pensando en ir al gimnasio, idenaod dietas para perder esos kilos de más, buscando recetas que nos hagan sentir que no seremos señaladas como "gordas", no podemos negar que vivimos en sociedades donde el peso de las mujeres es muy "importante"



y para terminar nuestro programa este sábado, hablaremos del papel de las mujeres en las cintas o películas más taquilleras del 2016, como nos han tratado los directores y productores, cuantas veces hemos ocupado papeles importantes,  y en que porcentaje en comparación con los hombre ? ya se lo imaginan verdad ?

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Tiempo de Mujeres


Todos los Sábados de 6 a 9 de la noche
(tiempo del Este)

Marcha Mundial de Mujeres contra Trump, por la libertad y la democracia



Madrid, 19 ene. 17. AmecoPress/Cuarto Poder. Como en 1963, Washington vuelve a ser el centro de la defensa de los derechos humanos y las libertades. En esta ocasión, la convocatoria está impulsada por mujeres y tiene como objetivo la preservación de sus derechos y su consideración como derechos humanos.

Los discursos y proclamas de Donald Trump durante la campaña y tras su elección como presidente de EEUU han generado malestar e inquietud, por decirlo suavemente, en todo el mundo, también en Estados Unidos. Y no sólo a quienes se habían decantado a favor de la candidata Hillary Clinton. En las filas republicanas el temor es evidente, ante la prepotencia, desprecio y hasta chulería con la que Trump se muestra al referirse a la democracia, la libertad y otros pilares considerados básicos de la esencia norteamericana.


Por ello, un grupo de mujeres de distintos orígenes raciales, religiosos, sociales y económicos, preocupadas por “la creciente retórica del populismo de extrema derecha en todo el mundo”, se han unido para organizar esta marcha mundial, teniendo como convocantes “honorarias” a Angela Davis, Dolores Huerta, Gloria Steinem, Ladonna Harris y al defensor de los derechos civiles Harry Belafonte. 
Los principios que convocan la Marcha de las Mujeres son universales, en tanto que se refieren, como ya se ha mencionado, a sus derechos, a los de todas las mujeres sin distinción de raza, identidad, credo, y a su respeto como derechos humanos que son. Así, exigen el reconocimiento de los derechos LGTBIQA, de las mujeres inmigrantes, de las mujeres con diversidad funcional; el derecho a una vida libre de violencia machista, también en lo referido a la brutalidad policial; los derechos reproductivos, no aceptando ninguna regresión en atención al VIH-SIDA; el derechos al aborto; la salud sexual y reproductiva y la educación sexual; los derechos laborales, también para mujeres inmigrantes, reclamando igualdad salarial y medidas de protección social. Todos estos derechos deberían incluirse, según reza el manifiesto de unidad elaborado por las convocantes, en una Enmienda de Igualdad de Derechos en la Constitución de los Estados Unidos.

Día a día, la Marcha de las Mujeres recibe más adhesiones, importantes todas ellas pero que tienen su foco principal en las “celebridades” del celuloide. Cher, Scarlett Johansson, Debra Messing, América Ferrera, Danielle Brooks, Amy Schumer, Katy Perry, Patricia Arquette, Julianne Moore, Frances McDormand o Lady Gaga son algunas de las más conocidas en todo el mundo que están apoyando, con su imagen, la convocatoria que aspira a lograr que más de 200.00 personas marchen sobre Washington y alcanzar el millón de personas en EEUU.

La cita es el día 21, y aunque tiene su punto de partida en Washington DC, están previstas en torno a 370 marchas, en los 50 estados de EEUU, el Distrito de Columbia, el estado asociado de Puerto Rico y a nivel internacional en Canadá, en 18 ciudades; México, en 10; Brasil, Ecuador, Costa Rica; Australia y Nueva Zelanda; Georgia, India, Iraq, Arabia Saudí, Israel, Japón, Corea del Sur; Ghana, Sudáfrica, Kenia, Tanzania, Nigeria; y en Europa, en Austria, Bélgica, Chequia, Dinamarca, Hungría, Grecia, Italia, Irlanda, Noruega, Polonia, Islandia, Lituania, Holanda, Serbia, Suiza. Alemania, con cinco marchas convocadas, Francia y Portugal, con seis en cada país y Reino Unido con nueve, son los países europeos que más compromiso han mostrado en la iniciativa de las mujeres estadounidenses.
En nuestro país, de momento sólo las convocatorias organizadas en Barcelona y Granada se han registrado como marchas hermanas, invitando a salir a la calle a mostrar el compromiso con la dignidad de las mujeres y en defensa de los derechos de todas las personas a la igualdad, la libertad y la diversidad, y en contra de la misoginia y la violencia, inherentes a un discurso que Donald Trump ha hecho suyo, pero que tiene su portavoces en todo el mundo, como hemos comprobado en el Parlamento ruso, con su desprecio a las mujeres víctimas de la violencia machista.


Foto: archivo AmecoPress, tomadas de www.womensmarch.com y www.instagram.com/womensmarch/

Las mujeres sólo tuvieron un 27% de diálogo en los 10 films más vistos de 2016 | Tribuna Feminista

Redacción Tribuna

Las mujeres sólo tuvieron un 27% de diálogo en los 10 films más vistos de 2016
Los trailers de películas que se estrenaron en 2016 nos daban la sensación de que, por fin, ellas eran más protagonistas en los films. Personajes como Dory, Harley Quinn, Judy Hopps, la Mujer Maravilla… Sin embargo, según el estudio realizado por Amber Thomas, las mujeres sólo llegaron a decir el 27% de las palabras en las películas más vistas de 2016.
“Todo empezó cuando fui a ver Rogue One: A Star Wars Story“, cuenta Thomas. “Todos los materiales promocionales de la película indicaban que Jyn Erso (interpretada por Felicity Jones) era la protagonista del film. Se veía incluso en el poster”.

“No me di cuenta, hasta más tarde, que era, de hecho, la única mujer en el cartel. Esperaba encontrarme, dada la importancia de Jyn Erso en el tamaño de la foto, a hombres y mujeres luchando juntos en el film. Salí del cine pudiendo contar con los dedos de una mano las veces que aparecían mujeres en la película, y que, efectivamente, Erso salía mucho pero que casi siempre era la única mujer en escena”.
Thomas decide entonces, para ver si esta sensación se repite en más films, tomar como referencia las 10 películas más vistas de 2016: Capitán América: Civil War, Buscando a Dory, Deadpool, Animales fantásticos y dónde encontrarlos, Escuadrón suicida, Batman v Superman: El amanecer de la justicia, Zootopia, El libro de la selva, La vida secreta de los animales y Rogue One: una historia de Star Wars.
Centrándose en los diálogos y no en las simples apariciones de mujeres en los films (y así dar importancia a papeles que ejercen un rol activo y no pasivo), Thomas encontró que en ninguna película de las diez más taquilleras de 2016 el reparto de personajes femeninos llegaba al 50%.

Ni el 50%

Buscando a Dory fue la que más se acerca a este nivel de igualdad con el 43% de  personajes femeninos. Para ser el 50%, la película habría necesitado 8 papeles más femeninos que hablasen.
Rogue One fue la peor. Sólo el 9% de sus personajes hablantes eran mujeres. De esos 10 caracteres, 1 era una voz de un ordenador, 1 apareció en la pantalla durante no más de 5 segundos, y 1 era un cameo de una imagen diseñada por ordenador, que decía 1 palabra.

En Rogue One sólo el 9% de sus personajes hablantes eran mujeres

Sólo 1 de las 10 películas más vistas de 2016 tenía 50% de diálogo de un personaje femenino. Buscando a Dory vuelve a destacar con un 53% de diálogo femenino. Pero el 76% de este diálogo vino de Dory solamente.
El libro de la selva tiene el peor resultado, con sólo el 10% de su diálogo hablado por un personaje femenino.

Star Wars, Capitán América, Escuadrón Suicida…

En Capitán América las mujeres apenas están: en la batalla final de la guerra civil aparecen cinco hombres frente a una mujer. A lo largo de todo el film, ellas contribuyen al diálogo apenas en un 16%.
El 78% del diálogo femenino en Rogue One provenía de Jyn Erso.

En Capitán América las mujeres contribuyen al diálogo apenas en un 16%

En Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia Batman habla 2,4 veces más que Superman, y 6 veces más que La Mujer Maravilla.

Mientras que Harley Quinn parecía tener un protagonismo especial en Escuadrón Suicida, sólo habla un 42% de las palabras respecto a otros personajes. Por su parte, Amanda Waller (Viola David), que parece hablar con frecuencia, sólo aporta el 16% de los diálogos totales.

Gráfica interactiva

Amber Thomas ha publicado su estudio junto a unas gráficas interactivas que permiten rápidamente ver, de un golpe de vista, la importancia que tienen los diálogos femeninos en los films.

A través de varios gráficos interactivos, podemos movernos sobre cada película y ver número de palabras de personajes y, en función del tamaño de cada círculo, ver la importancia en el total de diálogos.

La Argentina que desterró a Monsanto



J. Marcos
Sofia Gatica con un cartel contra MonsantoSofía Gatica es la cabeza visible de una amplia lucha contra los transgénicos y contra la transnacional agroquímica. Cuatro años después de relatar a Pikara Magazine su oposición al uso del glifosato, desgrana su última batalla: la paralización de una de las mayores construcciones del mundo del agronegocio. Monsanto se ha ido de la localidad de Malvinas Argentinas.
Sofia Gatica con un cartel contra Monsanto
-La lucha contra el gigante Monsanto, ¿es una guerra perdida?
-Donde han ido, han dejado desolación y muerte.
Por eso es una batalla que vamos a ganar, nos va a costar, pero se la vamos a ganar.
Una tarde de finales de 2001, Sofía decidió ir casa por casa hasta “armar un mapa con los enfermos” más próximos. “Me junté con otras vecinas y durante tres meses recorrimos el barrio”, recuerda. Resultó que la vida estaba comunicando en Ituzaingó, un arrabal al sudeste de la ciudad argentina de Córdoba: “Empecé a ver a mucha gente con mascarilla y con pañuelos en la cabeza. Yo ya había perdido a mi hija, con una malformación en el riñón. Lo mismo que Susana, la señora de enfrente. Y que Verónica, que vivía al lado. Y Marcela también tenía un hijo con malformaciones”. Desde los primeros compases, estas madres comprendieron que nunca más dejarían atrás su uniforme de lucha, que estaban unidas para bien o para mal con la historia.
Aquel atlas de las desgracias cercanas, una especie de orografía arrugada con ira por el paso del tiempo, se transformó en un informe archivado en el Ministerio de Salud del país suramericano. Entre sus páginas, la constatación ciudadana de que las fumigaciones con glifosato (el herbicida más vendido del mundo) provocaban cáncer y leucemia: “Encontramos 300 casos de cáncer y casi 80 fallecidos, sin contar con las malformaciones. Registramos ratios muy superiores a los normales”.
No había marcha atrás, apenas futuros posibles que construir. Así que las mujeres, bautizadas en 2003 como ‘las Madres de Ituzaingó’, se inmiscuyeron en una carrera de obstáculos en la que no se trataba de ganar o perder sino de aguantar. Lo siguen haciendo 16 años después. Más de 180 meses después han ocurrido muchas cosas, a veces demasiadas, como cuando se contabilizan las muertes, otras históricas, como cuando las crónicas resaltan que una de las transnacionales más poderosas del sector agroquímico inclinó la rodilla.
Fue hace apenas unas semanas, el pasado diciembre, cuando las calles de Malvinas Argentinas, una pequeña localidad de Córdoba, celebraron la salida de Monsanto. La multinacional salía por la puerta de atrás, echando el cerrojo al que estaba llamado a convertirse en uno de sus proyectos más emblemáticos, por tamaño e inversión: “Una de las mayores plantas de acondicionamiento de semillas de maíz no destinadas al consumo del mundo”, tal y como reflejaron en el momento del lanzamiento (junio de 2012, bajo el mandato de Cristina Kirchner) los informes técnicos de la propia compañía, que preveía destinar unos 1.500 millones de dólares (más de 1.400 millones de euros) al proyecto, desembolsos en concepto de investigación y desarrollo aparte.

De los golpes y amenazas

El relato de lo sucedido está sazonado de ambiciones, bloqueos, ganancias, cortes, asambleas, presiones y declaraciones, amenazas verbales y físicas, ilegalidades, alegalidades e incluso leyes redundantemente ilegales. Avances y retrocesos, los de la empresa frente a un amalgama de colectivos de toda Córdoba, entre los que destacan la Asamblea de Vecinos Malvinas Lucha por la Vida, la Asamblea del Bloqueo a Monsanto y las Madres de Ituzaingó. La vida, dejó escrito Shakespeare, es un cuento narrado por un idiota, que las llena de sus ruidos y furias. Tres siglos más tarde, Walter Benjamin matizó que está en todo caso contada por los vencedores.
“Nos dimos cuenta de que el pueblo es el que manda”
Manu Chao y Sofía Gatica. / Foto de redes socialesTal vez por eso, la marcha de Monsanto de Malvinas Argentinas es una “expulsión” o “un cambio de estrategia”, según quién lo explique. El vecindario y las redes sociales gritaron “la victoria de la lucha popular”, que Sofía Gatica, al otro lado del teléfono, reconstruye de la siguiente manera. En cuanto supieron de las intenciones del gigante agropecuario en el verano de 2012, aprovecharon su experiencia en la lucha contra los agroquímicos y las fumigaciones para informar a la población, mediante folletos, charlas y asambleas, desde donde salió la propuesta de un referéndum. SÍ o NO a Monsanto, ésa era la cuestión a la que se opuso el Gobierno, tanto en el ámbito municipal, como provincial y nacional.
Manu Chao y Sofía Gatica. / Foto de redes sociales
Un año más tarde, activistas y personas concienciadas organizaron un festival (Primavera sin Monsanto, que continúa celebrándose) en la misma entrada a las instalaciones que ya comenzaban a asomarse. Recibieron el apoyo de parte de la comunidad científica (entre ellos, el médico fallecido Andrés Carrasco) y académica (las universidades de Córdoba, Católica y Río Cuarto rechazaron la instalación de la planta), la artística (músicos como Manu Chao y René Pérez, de Calle 13) e incluso activistas internacionales como el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel o la india Vandana Shiva, se han sumado en algún momento a la causa.
Sofía Gatica resiste a la policía. /Foto de redes socialesAntes, durante y después, recuerda Gatica, un bloqueo de más de tres años, hasta la expulsión de Monsanto. “Ha sido muy difícil porque eran 37 hectáreas y, aunque cerrábamos sucesivas entradas con diez personas en cada puesto, ellos trataban de entrar por cualquier sitio”. Los problemas con los trabajadores de la empresa no tardaron en aparecer: “Al principio impedíamos únicamente la entrada a los camiones, por ejemplo metiéndonos bajo las ruedas, hasta que descubrimos que introducían herramientas incluso escondidas en sus maletines, cuando venían vestidos de traje”, añade esta líder argentina, que en 2012 recibió el Premio Goldman, conocido como el Nobel del Medio Ambiente.
Sofía Gatica resiste a la policía. /Foto de redes sociales
Al mes de bloqueo llegó el primer desalojo, “cuando más de 300 policías nos sacaron a la fuerza a un centenar de personas”. Dos compañeras terminaron presas y Sofía, hospitalizada con un traumatismo craneoencefálico. “Pero nos dimos cuenta de que el pueblo es el que manda”, añade Gatica nada más terminar de extenderse con su parte médico: “Pedí el alta voluntaria y regresé con mis compañeros para quedarme. Poco a poco se sumó mucha gente y se empezaron a construir casas. Jamás pudieron ingresar como hubieran querido, pero soportamos casi cuatro años de frío, sin luz, sin agua, de hambre. Mujeres y hombres de todas las edades, con mucha gente joven”.
Las consecuencias personales tampoco las olvida esta luchadora, que ya habló con Pikara Magazine hace unos años, cuando pasaba por Madrid rumbo a Bruselas, para pedir que la Unión Europea no importara soja transgénica: “Pronto llegaron las amenazas. Me esperaban a la salida del trabajo, me perseguían y me golpeaban. Me amenazaron de muerte junto a mis hijos. Me han llamado de todo: ‘gringa sucia’, ‘zurda’…”. Las presiones, denuncia, se reforzaban con “los palos de la policía”, con “los grupos de choque de la empresa” y con “órdenes de represión” contra los vecinos. “Hubo una vez que los camiones lograron entrar y entonces decidimos impedir también la salida, salvo que se llevaran todo el material. Los obreros nos acusaron de haberles secuestrado”, añade Gatica entre su dilatada retahíla de reconstrucción de los hechos, presentados sin tapujos como “una guerra, en la que Monsanto contrataba matones y nosotros, para sobrevivir, tuvimos que armarnos: maderas con clavos, zanjas gigantes en la tierra, pinchazos a las ruedas de los camiones…”.

A los extremistas violentos

La épica resistencia que relata con voz firme y convencida Sofía Gatica contrasta con la violencia que describe Monsanto. “Lamentamos y repudiamos el accionar violento de un grupo de extremistas que desoyen lo dispuestos por la Fiscalía. Esta mañana, activistas encapuchados y armados con palos intimidaron al personal que intentó ingresar en la planta para realizar tareas habituales y los amenazaron inescrupulosamente con ir a buscarlos a sus casas”, reza un comunicado de la compañía.
cartel
Y es que, allí donde (en los transgénicos) hay quien ve enfermedades y muerte, otros contemplan “oportunidades de progreso y crecimiento para la comunidad y la provincia, sin riesgo ninguno”, afirma la empresa, que vaticinó 400 puestos de trabajo directos. En otra de sus notificaciones, identifica a Sofía Gatica (y a otras personas) como responsable de “agresiones verbales y físicas” que ponen en riesgo la integridad física y vulneran el derecho de expresión”, en referencia a una charla que empleados de Monsanto impartían en la Universidad Nacional del Litoral. Acciones que fueron calificadas de “vandalismo” y posteriormente denunciadas ante las Fiscalía.
1.140 días de bloqueo (el número exacto lo tiene clavado en la memoria Gatica), hasta el 1 de noviembre de 2016, en los que la estrategia de Monsanto ha sido la de denunciar las “violaciones al derecho a trabajar” de sus empleados, recordando en sucesivos avisos que cumplían “con todos los requerimientos legales para la construcción de la planta”, citando, entre otras, diferentes ordenanzas, al Concejo Deliberante de Malvinas Argentinas, al Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, el Estudio de Impacto Ambiental (elaborado por ellos mismos) y autoridades gubernamentales varias. Su defensa de que “no hay evidencia científica de que el glifosato sea cancerígeno” es radicalmente diferente al que presentan instituciones como la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés) que, perteneciente la Organización Mundial de la Salud (OMS) de Naciones Unidas, lo consideró en 2015 como “probablemente cancerígeno para los humanos”. Las conclusiones siguen abiertas y recientemente la OMS, en este caso en una publicación conjunta con la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación), concluyó que era “improbable” que el glifosato presente riesgos carcinogénicos.

Sentencias firmes

Sofía en la acampada con otras compañeras: / Foto de redes socialesLos entresijos jurídicos, que acompañaron a la lucha activista, dieron un primer vuelco radical en enero de 2014, cuando la Sala II dela Cámara de Trabajo detuvo la construcción, declarando inconstitucionales los permisos emitidos tanto por la Municipalidad como por la Provincia. Un mes más tarde, la Secretaría de Ambiente provincial también rechazó el estudio de impacto ambiental presentado por la compañía.
Sofía en la acampada con otras compañeras: / Foto de redes sociales
Paradójicamente (o no), la empresa guarda un celoso silencio de estos reveses. Tampoco ha querido manifestarse antes las repetidas apelaciones en las que Pikara Magazine le ha brindado su micrófono. Ha preferido mantenerse al margen también de su salida de Malvinas Argentinas, de la que no existe postura oficial alguna por parte de la compañía, si bien una “alta fuente” de la multinacional admitió a un portal argentino de actualidad y análisis económico que “no se pudo avanzar con la planta y esto también influyó. Pero lo más trascendente fue que el negocio cambió y dejó de ser conveniente para Monsanto”.
Los cambios que anónimamente denuncia Monsanto se refieren a modificaciones legales introducidas por las nuevas políticas agropecuarias, que han disminuido la expansión máxima de la superficie del maíz: “La pauta de procesamiento de la planta estaba en el orden de 3,5 millones de hectáreas pero, en los últimos años, apenas se pasó de los 2,5 millones. Una inversión así no tiene sentido desde el punto de vista del negocio”.
Un momento del bloqueo. / Foto de redes sociales
Un momento del bloqueo. / Foto de redes sociales
Jamás van a admitir que el pueblo los venció. No se fueron por la Justicia”, subraya Gatica, convencida de que fue Cristina Kirchner, la anterior presidenta del país, quien “negoció con la salud del pueblo. Seguramente bajo su mandato no hubiera sido posible nuestra victoria, si bien es cierto el actual Gobierno [de Mauricio Macri] también responde a las corporaciones y no a la gente”.

Una victoria, pero ¿de quién?

Malvinas Argentinas aún está resacosa de celebraciones. Forzosa o voluntariamente, Monsanto se ha ido de la localidad, pero no del país. Falta por escribir qué sucederá a partir de ahora, cuando el municipio adquiera la verdadera dimensión de lo logrado. La transnacional no solamente sigue operando en Argentina, sino que los insumos destinados al fracasado proyecto han sido trasladados a la próxima localidad de Rojas, unos 500 kilómetros al oeste y próxima a Buenos Aires.
Los reveses sufridos por Monsanto en Malvinas Argentinas y el hecho de que siga sin poder modificar la Ley de Semillas (por la que pretenden garantizarse ganancias por los derechos de uso de casi toda la soja, el maíz y el algodón que siembran en el país americana) les sepa seguramente mejor con el balance comercial cosechado en 2016, que la sitúan como dominadora absoluta en el negocio del maíz y en la venta de glifosato. Según los datos de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE), sus ingresos en este sentido aumentaron con respecto al ejercicio anterior.
Además de las instalaciones de Rojas, Monsanto mantiene otras 36 plantas en el país. La transnacional “desarrolla los planes a largo plazo, por lo que mover su inversión a otro lado tiene su lógica. Seguirá proveyendo a semillas al área de Córdoba. Que no tenga una planta levantada no significa que dejará de tener presencia”, según analizaron expertos en la materia a  un medio uruguayo.
“Hemos ganado una pequeña batalla porque Monsanto está aislado en distintas partes del país. Vamos a seguir ahí, dándoles batalla y resistiendo”
“Es una batalla que vamos a ganar, nos va a costar, pero se la vamos a ganar”, vaticinó Sofía Gatica en octubre de 2012, al poco de saberse las intenciones de Monsanto en Malvinas Argentinas. Muchas “sangres” después (“América se ha escrito con sangre y seguirá escribiéndose con sangre. Vamos a luchar dejando nuestras vidas”, respondía la protagonista en una entrevista posterior, publicada por el autor en formato e-book), Sofía Gática, parte de esa Argentina que desterró a Monsanto, lo tiene claro: “Hemos ganado una pequeña batalla porque Monsanto está aislado en distintas partes del país. Vamos a seguir ahí, dándoles batalla y resistiendo”.

La dueña de las semillas

Plano de la planta que querían construir en Malvinas Argentinas. / MonsantoPlano de la planta que querían construir en Malvinas Argentinas. / Monsanto
Monsanto ya no es sólo una empresa. Atrás quedaron sus inicios, allá por el arranque del siglo XX, en los que producía sacarina para Coca-Cola. Ahora es una transnacional con pies, dedos, garras, manos y tentáculos en casi cada esquina del globo, aunque sus principales mercados son Estados Unidos, Brasil, Argentina y Canadá. La producción de semillas transgénicas y el herbicida glisofato comercializado bajo la marca Roundup son dos de sus principales negocios, que la convierten prácticamente en dueña de la agricultura mundial.
Sobre todo tras su reciente fusión con Bayern, otra de las agroquímicas más grandes del mundo. “Con la transacción se fusionan dos negocios diferentes pero altamente complementarios. El negocio conjunto sacará partido del liderazgo de Monsanto en el ámbito de semillas y (…) por una parte, y del amplio abanico de productos de protección de cultivos de Bayern (…)  por la otra”, decía la compañía.
La sospecha siempre está detrás de cualquier acción de Monsanto, tanto por los temores hacia los organismos modificados genéticamente (OMG), como por las investigaciones que han sufrido varios de sus productos (la controversia sobre el glisofato es muy alta y ha sido prohibido su uso en varios territorios), las condenas por soborno en Indonesia, la venta de productos tóxicos o por el oligopolio que ejerce sobre la alimentación.
Y las resistencias también se multiplican. El pasado mes de octubre La Haya acogió en el Tribunal Internacional Monsanto, una “iniciativa de la sociedad civil para que Monsanto se responsabilice por violaciones a derechos humanos, crímenes contra la humanidad y ecocidio”, a la que la transnacional respondió. La sentencia estará en abril de 2017.

(Foto)periodista freelance especializado en temática internacional. Padezco curiosidad crónica: valoro la pregunta como forma de ser y de estar. Dibujo con palabras y miro con fotografías. A veces cuento historias.

    Llegaron la carestía y el viernes negro, las más afectadas: las mujeres


    MONEDERO
    Por: Carmen R. Ponce Meléndez*

    Hay un clima de profunda irritación y descontento social en todo el país, que si bien se desencadenó con el famoso “gasolinazo” y la subida de precios –incluyendo la del peso/dólar- en realidad es producto de un acumulado de varios años (no sólo los de este gobierno) de: errores, injusticias, corrupción, violencia, pobreza, desigualdad y represión para toda la población, pero muy en particular para las mujeres.
     
    En el norte del país ha habido varias protestas y manifestaciones muy nutridas, para ellos los aumentos de precios han estado acompañados de un crecimiento en la violencia y el narco, así como la fuerte depreciación del peso, que tanto afecta su economía familiar. Además en estas ciudades hay mayor dependencia del automóvil, entre otras razones porque el transporte público es prácticamente inexistente y caro.
     
    Los índices de aceptación del Presidente son los más bajos en los últimos 30 años, sólo una de cada diez personas aprueba su gestión. Las respuestas y explicaciones del gobierno y sus funcionarios ante estos problemas -y el propio aumento de los energéticos- o el problemón que representa la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos son un rosario de barbaridades, algunas de humor involuntario y otras (las más) un insulto a la inteligencia de la sociedad.
     
    Habría que empezar por la firma del Pacto o Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar que se firmó el lunes 9 de este mes con la participación del Consejo Coordinador Empresarial y el Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
     
    Del gabinete participaron los secretarios de Hacienda, del Trabajo y el de Economía. Hubo dos grandes ausencias muy importantes: los sindicatos independientes encabezados por la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y un sindicato empresarial, también importante: Coparmex.
     
    El Consejo Coordinador Empresarial hace mucho que no representa a las pequeñas y medianas empresas o son una minoría, aunque en el país son la gran mayoría en la generación  de empleo y las más afectadas por los aumentos en sus costos  que implican estos incrementos en los energéticos y el precio del dólar.
     
    Respecto a la CTM ésta ya es una entelequia, la mayoría de sus sindicatos agremiados son “sindicatos fantasma” o de “protección”, que únicamente representan a los patrones y están muy lejos de las necesidades de las y los trabajadores; de ninguna manera se puede decir que con su participación estuvieron representados los y las trabajadores, o como se decía anteriormente “el sector obrero”.
     
    Nada que ver con la CTM que participó en los Pactos que se firmaron en los gobiernos de Miguel de la Madrid o aún en el de Carlos Salinas, donde persistía el corporativismo sindical, ahora en franca decadencia, y en proceso de extinción. Por tanto la presencia de la CTM actual en la firma del Pacto del lunes  es meramente decorativa.
     
    Y más o menos el mismo problema enfrenta el actual Estado –o lo que queda de éste después de 30 años de neoliberalismo- donde se encargaron de desmantelarlo, sobre todo a partir del gobierno de Miguel de la Madrid. Por lo consiguiente, muchas de las medidas que propone este pacto –para empezar la del control de precios- no son factibles. ¿Cómo y con qué?
     
    Importar los productos que se encarezcan como se hizo en otras ocasiones, con los precios que tiene actualmente el dólar, más que una solución implica un problema más.
     
    Sin contar con que el descrédito que tiene este gobierno le resta fuerza y credibilidad, tal parece que su único y último recurso es la represión, de ahí la urgencia y el interés de discutir la famosa Ley de Seguridad Interior, que le dará mayores facultades al Ejército.
     
    Las razones que esgrimió la Coparmex para no participar en el pacto son varias. Según ellos no es fruto de un amplio y verdadero consenso social. Planteó el cese a los aumentos subsecuentes a las gasolinas, recortes al gasto público, eliminar duplicidad de programas sociales y algo muy interesante: crear un partida presupuestal para refinar petróleo.
     
    ¿Los asesoró Andrés Manuel López Obrador? porque fue él quien propuso la construcción de cinco refinerías en el país en su campaña presidencial. La respuesta que entonces recibió por parte de los “expertos” fue de críticas y burlas: ¿para qué construir refinerías? si salía más barato importar gasolina.
     
    Ahora ya quisieran contar aunque fuera con una, o por lo menos no haberse comido “la gallina de los huevos de oro” en corrupción, en lugar de invertir en refinerías, minimamente  en las existentes. Aclaro que eso de la “gallina de los huevos de oro” lo dijo el propio Presidente, en una de sus atinadas declaraciones (¡gulp!).  
     
    Pedirles a los empresarios que absorban los costos de los incrementos (incluyendo la depreciación del peso), sin aumentar precios de los productos tiene  un efecto muy negativo. Ahorran despidiendo personal y en esos casos las que encabezan las listas de despidos son las mujeres.
     
    De acuerdo a las expectativas de los expertos consultados por Banco de México,  en 2017 se espera un desempleo de 4.0 y 4.22 por ciento, superior a la de 2016, con una generación de empleos formales de 6.3 por ciento menos a la del año anterior. 
     
    Con el agravante de que las cifras de desempleo que sigue publicando el Inegi están más que maquilladas, particularmente las relativas al desempleo femenino.
     
    Por su parte los Sindicatos independientes encabezados por la UNT  pusieron como condición para participar en la firma del citado pacto la cancelación de los subsecuentes aumentos en la gasolina y un aumento de emergencia del salario, ambas cosas les fueron negadas y no firmaron. 
     
    Están proponiendo una marcha para el próximo 31 de enero, un paro general y la publicación de un pronunciamiento que firman diversas organizaciones obreras y campesinas, donde se señala entre otros aspectos:
     
    “Al incremento en los combustibles anunciado por el gobierno el 27 de diciembre del año pasado, es previsible que seguirán otras medidas desafortunadas que en su conjunto tendrán un alto costo social, como ya hemos vivido en otros momentos de nuestra historia reciente: mayor desempleo, pérdida del poder adquisitivo del salario, ajustes del gasto público en los renglones que afectan la calidad de vida de la mayoría de los mexicanos, y en general una caída del crecimiento que afectará en particular a las pequeñas y medianas empresas. El modelo de desarrollo seguido hasta ahora está mostrando signos de agotamiento, lo peor de la crisis aún está por venir si no actuamos para cambiar las políticas económicas instrumentadas hasta ahora”.
     
    El resultado es que crecerá más la pobreza, como bien lo señala este documento y esto conlleva a que más jóvenes se incorporen al narco, ya sea como sicarios o como “halcones”, prácticamente es su única “ventana de oportunidades”, especialmente ahora con la llegada del viernes negro, como acertadamente se le llama  a la toma de posesión de Trump.
     
    VER GRÁFICA AQUÍ   Mayor pobreza femenina Como bien se ilustra en la gráfica, en los últimos 11 años (2005-2016), el número de trabajadores y trabajadoras con un salario mínimo creció considerablemente, sobre todo las mujeres, cuya participación pasó de 11.9 a 16.4 por ciento (datos de Enoe-Inegi). Esos son el tipo de empleos que se han creado recientemente (y se seguirán creando),  de los que tanto presume el Presidente.   Todo este panorama se complica considerablemente con la llegada de Trump –fascista y pendenciero-, sus “ofertas” para nuestro país y sus humillaciones además de ser muy costosas (social, económica y políticamente), ameritan una respuesta digna -del gobierno y de la sociedad civil- y no colaboracionista, como lo es el nombramiento de Luis Videgaray de Canciller. Habría que aprender de Canadá y su primer ministro, también hizo cambios importantes en su gabinete, ante tremendo acontecimiento, pero reforzándolo, no debilitándolo como aquí.   * Economista especializada en temas de género twitter @ramonaponce  
    Especial
    Cimacnoticias | Ciudad de México.-  

    Qué tan seguras están las defensoras


     Zona de Reflexión
    Por: Lucía Lagunes Huerta*

    Esta semana inicia con una visita muy importante para nuestro país en cuanto a Derechos Humanos, ni más ni menos que el Relator sobre la situación de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michel Forst, empieza hoy su visita oficial a nuestro país, bajo una pregunta ¿Qué tan seguras están las personas que defienden Derechos Humanos en México?
     
    Una pregunta nada fácil para responder por parte del gobierno mexicano, pues esta es la segunda visita que hace el relator a México ante la gravedad de atentados, incluyendo los asesinatos, de personas defensoras.
     
    Hay que recordar que el señor Forst estuvo en mayo del año pasado, es decir, apenas han transcurrido 8 meses de su primera visita a nuestro país y lo tenemos de regreso en casa. Y no es para darle una medalla al gobierno mexicano por la protección a las personas defensoras.
     
    ¿Con qué país se encuentra ahora el relator? Diría yo que con mayor impunidad, mayor número de violencia contra personas defensoras de Derechos Humanos, pero también con movilizaciones sociales producto del descontento nacional manifiesto, ante los incrementos en gasolina, gas, luz así como en productos básicos como la tortilla, el huevo, transporte, entre muchos otros que ahondan la desigualdad en la que vivimos.
     
    Movilizaciones que han provocado violaciones de Derechos Humanos, tanto a la ciudadanía como a defensoras y defensores.
     
    Muchas mexicanas son defensoras de Derechos Humanos en nuestro país, poco se conoce de ellas. Por ejemplo, las mujeres que defienden la tierra y el territorio, sobre todo en comunidades campesinas e indígenas, quienes están enfrentando el despojo de sus tierras para poner una minera a cielo abierto que es extranjera; otras defienden el agua, que muchas veces es contaminada por esas mismas mineras o por fábricas que desaguan los desechos, algunos tóxicos, a ríos, como el de Atoyac, en Puebla. A este río de Atoyac se le conoce como río azul,  porque las maquiladoras de mezclilla, que están colocadas a la orilla del río, desalojan en él el agua pintada de azul de la mezclilla deslavada con químicos, lo cual ha generado cáncer, como leucemia en la niñez de las comunidades indígenas que toman esa agua, porque no tienen otra.
     
    Están también las defensoras a una vida libre de violencia para las mujeres, algunas de ellas asesinadas como Marisela Escobedo, quien en 2010 fue ultimada frente al Palacio de Gobierno en Chihuahua; o Doña Irinea Buendía, quien hasta el día de hoy exige justicia para su hija y para los ciento de mujeres  asesinadas en el Estado de México. Defensoras del trabajo, la cultura, la libertad de expresión, entre muchos otros derechos.
     
    ¿Qué tan seguras están estas defensoras en México? Poco, muy poco yo digo.
     
    De acuerdo con el diagnóstico de la Red Nacional de Defensoras en México, del 2010 al 2016, 41 defensoras fueron asesinadas como consecuencia de su labor. Ellas salvan vidas a un alto costo para su persona y sus familias.
     
    De acuerdo con los registros de la Red, cada semana ocurren 4 agresiones o atentados contra defensoras. En los últimos tres años se incrementaron en 261 por ciento las agresiones contra defensoras.
     
    Los atentados contra ellas tienen una connotación misógina y sexista. A las defensoras se les amenazas de violación sexual, se les hacen campañas de difamación y desprestigio con lenguaje machista y sexista, se amenaza a sus hijas e hijos y las denostación tienen un carácter sexual.
     
    Los principales agresores de estas defensoras son servidores públicos, entre ellos policías. Las principales defensoras agredidas, de acuerdo con la Red, son quienes defienden el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia; las que defienden la libertad de expresión y quienes defienden la tierra y territorio.
     
    Durante su visita, el Relator de Defensoras y Defensores de Naciones Unidas irá a Chihuahua, Guerrero, Oaxaca y Estado de México.
     
    Sin duda, un indicador de la democracia es la seguridad con la ejercen su labor las personas que defienden Derechos Humanos, garantizar esa seguridad es responsabilidad del Estado. ¿Qué noticias nos dará el Relator de la ONU Michel Forst al término de su visita el 22 de enero? Seguramente no serán muy buenas,  pero hay que contarlas.
     
    *Periodista y feminista, Directora General de CIMAC
    Twitter: @lagunes28
      TwitterCIMACFoto: Yunuhen Rangel Medina
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    La gorda de mis pesadillas


    Violencia simbólica & Cuerpo femenino

    Sobre la violencia simbólica sobre el cuerpo femenino

    Los cánones de belleza que nos imponen a las mujeres generan problemas que no pueden ser solucionados individualmente sino comprendiendo y denunciando las estructuras sociales que los favorecen.

    Los anuncios de turrón deberían incluir después una leyenda que dijera algo así: “Las autoridades turronarias advierten de que las mujeres pueden sufrir consecuencias sociales muy graves si se pasan con la dosis recomendada. En este mundo, las gordas son despreciadas y ridiculizadas”.

    Al pan, pan y al vino, vino; pero sin pasarse, claro. Llegó enero y esa cuesta de la que todo el mundo habla parece estar pensada para que bajemos los kilos que nos sobran después del atracón de Navidad. Este tema, motivo de risas para muchos, puede llegar a convertirse en un problema de primer orden para otras: las que crecemos y vivimos con pánico a estar gordas y, por tanto, desplazadas en esta sociedad en la que la aceptación pasa por responder a unos cánones de belleza muy determinados.

    La relación entre las mujeres y la comida no es ninguna broma. El cuerpo de las mujeres es un campo de batalla, pero, sobre todo, es una página en blanco sobre la que cualquiera puede opinar. Véase el vestido de Pedroche, que ya parece un clásico en esta época del año. Más allá de entrar, de nuevo, en el debate sobre si su aparición responde a una exigencia patriarcal o es el máximo exponente de la libertad de las mujeres, lo único que tengo claro en este asunto es que si lo lleva no es ni porque quiere ella ni porque quiere Atresmedia.

    Cristina Pedroche se pone ese vestido para dar las campanadas porque cabe dentro y eso no lo podemos decir todas. Me resulta difícil hablar de la relación de las mujeres con sus cuerpos sin hablar de qué relación mantengo yo con el mío. Es, desde luego, compleja y dolorosa. Si hago un balance de mi vida, no puedo más que reconocer que me he sentido mejor -quizá, incluso, más feliz- durante las épocas en las que he estado más delgada.

    Podría aludir a la salud física y decir que me sentía mejor porque no me costaba tanto subir las escaleras, pero lo cierto es que si estoy delgada me siento más atractiva y, eso, me hace sentir bien. Más poderosa, más empoderada, más preparada para gustar, para gustarme y para gustar a otras.

    Tanto estudiar sobre teorías feministas y, ahora, a estas alturas, tengo que confesar que me gusto más cuando estoy delgada y que siento placer al ir a la zapatería a que me hagan más agujeros en mis cinturones. Hace años que una corriente importante del feminismo viene denunciando la gordofobia que sufrimos como sociedad.

    Mentiría si dijera que no está también dentro de mí. Mi relación con la comida es tan triste y dolorosa que, por ejemplo, evito comer delante de mujeres por las que siento atracción sexual. ¿Os parece una chorrada? Lo es. Lo asumo. No voy a defenderme, sólo lo enuncio para, entre otras cosas, poder perdonarme.

    ¿Qué pasa dentro de mí para que actúe así? Supongo que tiene que ver con muchísimos factores, algunos que reconozco y otros que ni siquiera huelo de lejos. Despojarse de los miedos que no son sólo nuestros sino que responden a la forma en la que nos han educado y nos han permitido acercarnos al mundo no puede ser un trabajo individual.

    La relación de amor-odio que tenemos todas nosotras con nuestro cuerpo es una guerra social, por más que cada cual la libremos con nosotras mismas.

    Iguales, iguales


    Los modelos de belleza a los que está sometida nuestra felicidad cada vez están más globalizados. La industria de la moda parece querer hacer evidente la teoría de “los iguales y las idénticas” de Celia Amorós, en la que la filósofa explica cómo socialmente los hombres crecen creyendo que, entre ellos son y pueden tratarse de igual a igual, mientras nosotras aprendemos que nuestro objetivo es ser idénticas, no ser nada más que mujeres. Y nada menos.

    Así, en la construcción de este mundo inhabitable, con tantas desigualdades, observamos atónitas cómo los modelos de belleza cada vez son más globalizados. Recuerdo cómo muchas de las mujeres que he conocido en mis viajes al Sahara viven obsesionadas por evitar que les de la luz del sol y se maquillan compulsivamente para no permitir que sus pieles tomen el tono que se les corresponde.

    En los anuncios publicitarios de América Latina, las mujeres que aparecen son blancas, altas y delgadas porque así es cómo se entiende el éxito.

    Aquí y allá, a un lado y al otro del mundo, en sociedades en las que la igualdad formal es casi ya una victoria y en otras en las que aún queda mucho que llover para que esto ocurra, nuestros cuerpos siguen siendo lugares sobre los que se puede opinar, que se pueden violentar y cuestionar sin nuestro consentimiento; y sobre nuestros cuerpos seguimos nosotras también construyéndonos para ser aceptadas quizá sin ser conscientes de que el ideal de mujer que se nos impone es tan irreal como los propios Reyes Magos.