Secreto a voces
Rincón de los Sauces por
esos años era la localidad petrolera más importante de Neuquén. El
efecto Vaca Muerta recién se estaba gestando y Añelo era prácticamente
un paraje desconocido.
Rincón, a su vez, era un páramo infernal
donde vivían por temporadas cientos de hombres solos, aburridos y con
mucha plata que les redituaba su trabajo en la actividad petrolera.
En
ese pequeño averno ubicado en el medio de la nada, solo bastaba
combinar música, alcohol, droga, juego y prostitución para que el dinero
fluyera a raudales. Y así ocurrió.
Por esa época, los
prostíbulos todavía funcionaban como tales y tenían cierta normativa: no
podían ingresar menores de edad, y se miraba pero no se tocaba a las
trabajadoras.
Lo que se permitía era charlar con las chicas,
invitarles una copa y pagar por un baile personal, en el cual el cliente
no podía tocar a la joven, que solía rozar al hombre en un sensual y
estratégico juego de seducción.
En ese baile, que hacía en un
box, podían pactarse encuentros fuera del local por otro precio. Dentro
del prostíbulo, el sexo estaba prohibido; también el trabajo de menores
de edad, pero había.
Si surgía algún control municipal, los
locales contaban con una puerta de emergencias para sacar a las niñas
mientras el dueño o la encargada entretenían a los inspectores.
Una
defensora oficial itinerante tomó conocimiento de la existencia de
menores en los prostíbulos y de manejos non sanctos de estos locales
nocturnos.
El espanto fue tal que la mujer reveló toda la
información a la Oficina de Graves Atentados contra las Personas (GAP) a
cargo de Sandra González Taboada, que ordenó iniciar el expediente
caratulado: “Fiscalía de Cámaras S/Investigación” I.P.F.Nº 01/08.
Tras 14 años de hermetismo, pudimos acceder a todos los detalles de la investigación.
Cuando
la rueda había comenzado a girar, Taboada blindó la investigación y
trabajó con su asistente personal y un subcomisario asignado a la GAP.
“Si
mal no recuerdo, ese expediente lo guardaba la fiscal en un armario con
llave que estaba en la pasada que había al baño de su oficina. Nunca
comentaba nada, solo sabíamos que era una investigación muy pesada”,
recordó un judicial jubilado que trabajó en la GAP.
Rincón de los Sauces.jpg
Rubro 59
El
policía de la GAP realizaba un trabajo de inteligencia en la localidad
mediante el cual relevó los prostíbulos junto con una comisión de
Investigaciones.
Las pesquisas le permitieron observar el
movimiento de chicas muy jovencitas, de entre 14 y 17 años, además de la
comercialización de droga y la utilización de tragamonedas en algunos
locales.
¿Quién estaba detrás de todo eso? ¿Quién era el hombre que tenía la llave del negocio que generaba millones de pesos al mes?
Esa tarea seguía su marcha y su descubrimiento sorprendería a la Justicia neuquina.
Recién
en noviembre de 2008, la GAP encontró una forma de obtener teléfonos
vinculados a la prostitución en Rincón que le permitieron ir escalando
hasta llegar al capo mafia.
Desde la GAP se libraron oficios a un
diario regional, según figura en el expediente, que por esa época
publicaba en los clasificados, como el resto de los diarios del país, el
“rubro 59”, dedicado a fomentar la prostitución de manera encubierta y
no tanto.
En dicho rubro se enmascaraba la actividad como
“masajistas” o “la profe de gym”; otras trabajadoras daban sus nombres
de fantasía y el tipo de servicio que ofrecían, llegando a extremos
grotescos: “Quiero ver guita!!! Rubia tonta, carita de mono, me río como
una pelotuda. *90-70-cachi90* Promo: chori+turca” y dejaban el teléfono
de contacto.
Este rubro fue erradicado en 2012 por el decreto
presidencial 936 que rezaba: “Promueve la erradicación de la difusión de
mensajes e imágenes que estimulen o fomenten la explotación sexual”.
El
decreto se enmarcó en la lucha contra la trata de personas con fines de
explotación sexual que encabezó Susana Trimarco, la mamá de Marita
Verón, desaparecida el 2 de abril de 2002, ya hace 20 años.
De
ese oficio que remitió la GAP, se logró obtener teléfonos de varias
mujeres que manejaban chicas en Rincón de los Sauces, por lo que se
solicitaron intervenciones telefónicas que permitieron cruzar datos y
agilizar las pesquisas.
El empresario
Las
escuchas y las pesquisas de campo, a cargo del subcomisario que
trabajaba con la GAP, permitieron determinar que había una decena de
prostíbulos involucrados: Brujas, Mayra, Copacabana, Amadeus, La Rusa,
El Cerezo, El Diablo, Sahara, El Viejo Estilo y Bicho’s. Sin contar los
clubs nocturnos.
También se pudo establecer la identidad del
fantasma detrás del negocio de la prostitución y los tragamonedas, del
cual estamos impedidos de dar el nombre porque la investigación fue
frustrada por el propio poder.
De todas formas, se supo que era
un ex policía federal que había trabajado en Buenos Aires en una
división que investigaba el juego clandestino, por lo que tenía
contactos en el bando de los que estaban al margen de la ley y, cuando
se retiró, los aprovechó.
Además, el ex federal comenzó una
relación con una funcionaria judicial neuquina. En la actualidad siguen
en pareja, tienen hijos en común, y ella continúa trabajando en el Poder
Judicial, en un área clave, y estaría por empezar con los trámites para
jubilarse (si es que no lo hace a partir de la publicación de esta
investigación).
Pero la historia de este empresario mafioso no
concluye con una esposa judicial que supo trabajar en delitos sexuales
mientras él administraba prostíbulos en Rincón, sino que por su
experiencia dentro de la fuerza de seguridad nacional fue asesor en la
Legislatura de un diputado neuquino de la oposición. Es decir, el señor
del gran negocio estaba muy bien vinculado y muchos conocen su nombre y
apellido, pero salvo en esa investigación, nunca se estuvo tan cerca de
voltearlo.
Como dice el viejo Vizcacha en el Martín Fierro:
“Hacete amigo del juez; /No le des de qué quejarse/ Pues siempre es
bueno tener/ Palenque ande ir a rascarse”. Y si no es juez, que sea un
judicial de peso, un político o un policía que pueda alertar llegada la
ocasión.
Este empresario gozaba de esos vínculos. Alquilaba en
Rincón una oficina al Poder Judicial junto a la casa que tenían en la
localidad con su pareja, la funcionaria judicial. Y en Neuquén, le
rentaba una cochera al Poder Judicial donde guardaba el auto la GAP.
Dicha cochera estaba justo al lado de la casa que habitaba con su pareja
en la capital provincial. Este dato es clave en la historia.
El asadito
La
impunidad suele quedar a la vista y ser expuesta, por lo general,
cuando la confianza los excede a estos mafiosos. Y era entendible: el
tipo estaba casado con una funcionaria judicial, tenía vínculos
políticos y encima les daba trabajo a varios policías de la Comisaría 35
de Rincón, pagando adicionales para cuidar los caberets, es decir, los
paraba en la puerta de su negocio así nadie sospechaba que adentro la
ilegalidad era moneda corriente.
En un asado realizado en 2008,
con motivo dela asunción de la nueva jueza de Paz de Rincón, un testigo
que participó prestó declaración en la GAP -figura en el expediente- y
contó que en dicho evento estaban el empresario, la esposa y otra mujer
que provenía de Buenos Aires y había ingresado al Poder Judicial. Al ex
federal el vino le aflojó la lengua y, una vez desinhibido, comenzó a
ostentar.
En la causa figura que el testigo contó: “Entiende de
vital importancia relatar que en un asado que se hizo en la casa de la
jueza de Paz, el mismo día que asumió la jurisdicción del juzgado de
Rincón, lo primero que le llamó la atención fue el trato que dispensaba
el empresario a su esposa, de la que dijo: ‘Yo a esta le dije que no
trabajara, porque los 9000 pesos que cobra por el trabajo no los
necesita, porque yo en un día saco todo lo que ustedes ganan en un
mes’”.
En cuanto a la otra funcionaria judicial, el federal
retirado aseveró: “A esta (señalándola) la traje yo porque era la que me
hacía todos los trámites en Buenos Aires”.
Además, entre copa y
copa, y con las funcionarias sumidas en el silencio, manifestó que todos
los cargos de funcionarios y magistrados del Poder Judicial que se
habían conseguido en Rincón fueron gracias a él, ya que se había movido
en ese sentido y había usado sus contactos e influencias.
Ninguno
de los funcionarios judiciales presentes en el asadito lo refutaron, lo
que generó asombro en el testigo porque el empresario presumió delante
de algunas personas totalmente desconocidas.
Las pesquisas
Entre
los distintos elementos de prueba que logró recabar la GAP, pudo dar
con testigos, con militancia en Derechos Humanos, “los cuales se negaron
a ser identificados porque aseguraron tener miedo concreto a que les
pueda pasar algo, pero hicieron saber que era muy habitual observar a
jóvenes de sexo femenino, muy niñas, que se encontraban con personas del
otro sexo”.
De acuerdo con la investigación, una testigo
detalló: “Muchas adolescentes se las ve en las calles solas, en horarios
nocturnos, en situaciones de riesgo, ya que suben a distintos
vehículos, concurren a lugares nocturnos por más que tengan 14 o 15
años, teniendo varias adolescentes embarazos prematuros”.
Clientes
habitués de los prostíbulos revelaron a la GAP: “Te ofrecen chicas que
parecen muy jóvenes”; “Hay videos en los celulares donde hay chicas de
acá, menores, practicando sexo, pero solo los he visto y no sé cómo se
pueden conseguir”; “En un cabaret que estaba frente a la estación de
servicio Petrobras tenían menores”.
Otro relato que se sumó lo
brindó una mujer, que reveló a la fiscal: “Yo vi salir del boliche
Diablo y Sahara a varias chicas menores de edad ejerciendo la
prostitución”.
Y una empleada del Poder Judicial de Rincón contó
que “en el local Brujas se prostituían niños de ambos sexos”, brindando
otros detalles escabrosos.
Los tragamonedas y la droga eran parte del paquete que ofrecían los cabarets.
El apriete
Mientras
la GAP recababa información, al ex federal le filtraron el dato de que
estaba bajo la lupa de Taboada. Tras la batida, el empresario impune
decidió realizar un movimiento con un claro mensaje dirigido a la
fiscal, que hasta ese entonces creía que la investigación era hermética.
“Teníamos
en la GAP un auto y chofer para que nos llevara a los lugares que
necesitábamos, ya sea la escena de un crimen o ir a buscar algunos
papeles de trámites oficiales”, confió una funcionaria que se
desempeñaba en dicha unidad en ese entonces.
“El auto se guardaba
en una cochera que quedaba cerca de la fiscalía que estaba en calle
Antártida Argentina. Esa cochera se la alquilaba el Poder Judicial a
este hombre que tenía la casa al lado”, detalló la mujer.
“Este
tipo lo llamó al chofer un día que lo vio guardando el auto y le pidió
que pasara a su casa. El chofer, que en paz descanse, lo conocía porque
era el dueño de la cochera, así que pasó”, reveló Gustavo Mastracci,
fiscal jubilado y miembro de la GAP durante dicha investigación.
“Sobre
la mesa de la cocina, el tipo le enseñó al chofer una montaña de fajos
de billetes y un arma de fuego, y le dijo ‘¿para qué me investigan si yo
tengo todo esto y no necesito nada?’. Eso fue una coacción directa
dirigida a la fiscalía, al chofer lo usó de mensajero”, aseguró
Mastracci.
Pese a este incidente, la GAP continuó investigando y aceleraron lo que más pudieron las pesquisas para poder allanar.
Comisaria 35.jpg
Rincón es una iglesia
El día D se estableció para el 31 de enero de 2009, casi un año después de iniciada la causa.
Todo
se armó con mucho sigilo. Todo el personal de la GAP fue convocado a
las 19 en calle Antártida y había varios autos alistados para salir.
Por
su parte, un efectivo policial que participó del procedimiento recordó:
“Nos avisaron la noche anterior dónde teníamos que presentarnos, pero
no se nos dijo absolutamente nada. Cuando llegué, en el lugar había
efectivos de distintos departamentos y unidades. Viajamos en varios
colectivos, tráfics y móviles”.
Otro efectivo que estuvo en ese
megaoperativo narró: “Casi susurrando charlábamos con algunos compañeros
durante el viaje, pero nadie sabía nada. En la medida en que dejábamos
localidades atrás, íbamos suponiendo cuál era el destino final. De
hecho, en determinado momento frenamos a unos 10 kilómetros de Rincón.
Todos estábamos con los chalecos puestos”.
“Salimos después de la
Policía porque íbamos en auto. Taboada nos repartió cada uno de los
locales a los que nos dirigíamos y ahí nos develó lo que teníamos que
buscar”, detalló la funcionaria de la GAP consultada.
“Cuando
paramos antes de entrar a Rincón, donde estaban los colectivos, combis y
móviles de la Policía, vimos a los efectivos con chalecos y armados
para una guerra, y nosotros solos con nuestro cuerpito echado a la
suerte”, describió la funcionaria.
El ingreso a Rincón se produjo
en los primeros minutos del 31 de enero de 2009 y fue de película. Un
convoy compuesto por más de una veintena de vehículos y más de 300
personas entre policías y funcionarios judiciales.
Solo a unos
pocos vecinos los tomó por sorpresa semejante despliegue. El dato se
había filtrado mínimo unas 10 horas antes y el megaoperativo hizo
“papa”, como se dice en la jerga policial cuando no se encuentra nada.
“Cuando
irrumpimos en los cabarets, solo encontramos un par de parroquianos y
algunas trabajadoras grandes. Prácticamente había más gente en la
Iglesia que en los cabarets”, dijo con un dejo de ironía Mastracci.
Bronca
Después
de un par de horas, cuando dieron por concluido el operativo, “había
que soportar la bronca que tenía Taboada. Ordenó llevar a comisaría y
una sede judicial a todos lo que estaban en los locales, tanto
trabajadoras como clientes”, recordó un policía.
“Creo, y sin exagerar, que estuvimos durante unas 36 horas tomando declaraciones a todo el mundo”, detalló una funcionaria.
De hecho, se recurrió al Municipio, que prestó colaboración.
“En
la Baticueva, que era un club nocturno, fuimos con los inspectores y
encontramos a una chica que estaba prestando un servicio en una
habitación que tenían al fondo y en la pieza de al lado estaba su bebé”,
recordó un municipal que estuvo presente aquella noche.
¿Quién lo filtró?
Sobre
la filtración se tejieron distintas hipótesis, pero había una certeza:
el mafioso empresario de la noche cabaretera de Rincón dejó demostrado
que tenía influencias y gente del poder que le respondía.
Para Taboada y el pequeño grupo con el que se manejó, el fracaso rotundo del operativo una puñalada por la espalda.
El efecto contagio llegó a todo el personal de la GAP, pero nunca realizaron una reunión para hablar del tema.
“Taboada
se bancó el golpe sola. De hecho, estuvo en Rincón durante una semana
tomando declaraciones con su asistente”, confió la fuente.
Durante
esos días en Rincón, un hombre se presentó donde estaba la fiscal y
reveló: “Se enteró de que habían sido alertados, desde Neuquén hacia la
Comisaría 35 y posteriormente efectivos de esta unidad dieron aviso a
los diferentes pub y cabarets que iba a haber un operativo. El aviso fue
a las 18 del día sábado, ahí se comenzó a correr la bola de que esa
noche iba a pasar algo”.
Este testimonio sostiene la hipótesis de
que la filtración provino desde la propia Policía. Y si se tiene en
cuenta que los efectivos de la Comisaría 35 de Rincón complementaban sus
magros salarios con los adicionales que hacían en los cabarets y que
pagaba el ex federal, la ecuación es más que sencilla.
El dicho
“pueblo chico, infierno grande” quedó en evidencia cuando un ciudadano
común y corriente fue a declarar que “el sábado estaba en un asado
cuando le llegó un mensaje de texto a un amigo que decía que iban a
venir policías a la ciudad a hacer un operativo”.
Otro testigo,
cliente de un cabaret, confió que fue alertado por el policía que hacía
adicionales para que no entrara porque esa noche iba a caer la Policía.
En
uno de los cabarets donde se enteraron comenzada la actividad, sacaron a
todas las chicas más jovencitas por una puerta trasera
Rincón Papers (1).jpg
El cierre de la causa
El 28 de mayo de 2010, la fiscal Taboada tuvo que elevar un informe para dar cierre al caso.
El
informe lo escribió en la soledad de su despacho y convencida de que la
filtración había sido producto de los vínculos del empresario con el
poder.
En el escrito que figura en el expediente, la fiscal
afirma: “He de destacar mi íntima convicción de que al momento en que se
conoció la ‘noticia criminis’ efectivamente se lucraba con el trabajo
sexual de menores. Que no hayamos logrado acreditarlo en forma plena a
nuestro arribo dos meses y medio después a Rincón de los Sauces es sin
duda harina de otro costal”.
Luego agrega: “He participado
personalmente de un sinnúmero de entrevistas a vecinos de la localidad
que se niegan a prestar su testimonio (según refieren por temor) y que
ejercen diferentes actividades (médicos, docentes, comerciantes, etc.),
que me confiaron ’la naturalización de la prostitución’ al decir de sus
propias palabras”.
“Lo cierto es que hoy, y a pesar del esfuerzo
laboral realizado, no se ha logrado acreditar con la plena prueba
exigida por el código ritual el hecho anoticiado, esto es, la prueba
reunida no nos permite acreditar válidamente la materialidad objetiva de
los hechos investigados”, concluyó así el informe remitido a sus
superiores, a los que les solicitó la reserva de las actuaciones.
En
los cabarets trabajaban menores, había juego clandestino y también, con
los dueños mirando hacia el costado, se comercializaba droga, pero el
mecanismo estaba tan bien aceitado que a este ex federal, devenido en
empresario de la noche, nada se le pudo demostrar y su poder era tan
grande que había muchos profesionales de la localidad sumidos en el
temor.
En definitiva, sus palabras en el asadito, de que había
acomodado a varios dentro del Poder Judicial, eran tan ciertas como los
favores que le debían, y por eso lo mantenían al tanto de todo. Eso es
poder.