Pedro Echeverría V.
1. Sobre los 112 millones de habitantes de México, el 80 por ciento de ellos en la pobreza, la miseria y el desempleo, escribe López Obrador que están 30 personajes que se han adueñado del país y realmente integran la mafia que manda: 16 hombres de negocio encabezados por Slim, Salinas Pliego y Germán Larrea; 11 políticos dirigidos por Salinas de Gortari y Fernández de Cevallos y tres tecnócratas: Francisco Gil, Guillermo Ortiz y Pedro Aspe. Pero esos poderosos personajes mexicanos son nada en el contexto político mundial donde los poderosos ejércitos, las armas nucleares, los grandes bancos y negocios internacionales establecidos en EEUU, China, Japón, Alemania determinan el destino del mundo. México fue un país líder en América Latina, que junto con Brasil, era el hermano mayor. Hoy es un pobre país sin presencia mundial, sin influencia política, que sólo se mueve al ritmo que le marca los EEUU.
2. Los multimillonarios de la Revista de Forbes son, individualmente, los que más dinero y propiedades poseen en el mundo, pero nada tienen que hacer frente a los gobiernos que conforman el G8 o el BRIC que cuentan con ejércitos de millones de hombres, con fábricas de armas nucleares, aviones de guerra y bases militares clavadas en todo el mundo. “Son 30 los que integran la mafia que gobierna México”, ¿Cuántos gobiernan al mundo? No es Obama, sino toda la estructura económica, de armas y de guerra de los EEUU; no son los católicos y su Papa, sino todo el aparato económico y político del Vaticano; no son los gobernantes de China, Japón, Alemania, Rusia, India, sino las inmensas economías de esos países manejadas por poderosos bancos, consorcios y transnacionales asociadas. Son esas poderosas economías, son esas grandes alianzas militares siempre “al pie del cañón” las que deciden nuestras vidas.
3. Por eso pienso mucho en los “nacionalismos” –que en siglos anteriores fueron revolucionarios porque nacieron para luchar contra la dominación mundial de los imperios- hoy, rodeados con la falsa ideología de patriotismo de gran nación, han dividido las fuerzas de los pueblos que tienen la obligación de luchar contra la globalización capitalista internacional sin fronteras. Mientras en cada país sólo luchamos contra nuestras respectivas clases burguesas explotadoras, éstas a nivel internacional se unen para ejercer su dominio mundial. Me pregunto a diario: ¿Podrán Venezuela, Bolivia, Ecuador, que abiertamente han renovado sus Constituciones para “construir el socialismo” caminar seriamente ese camino sin que los vigilantes del sistema capitalista mundial los acaben, tal como sometieron a Cuba durante 50 años? Yo digo que en tanto las reformas sean dentro del capitalismo serán aceptadas.
4. Muchos, por no decir todos, le mentamos la madre a los gobiernos y a los políticos porque sabemos que con sus determinaciones, acuerdos o decretos mantienen al mundo en estas condiciones de injusticia y desigualdad. Mientras cada ser humano trabaja y produce como obrero, campesino o empleado, los políticos trazan la directriz, la ruta, por la que debemos caminar. Sin embargo a casi todos les importa un bledo lo que los políticos hagan, no se dan cuenta que la buena o mala vida de los pueblos depende de las líneas que los políticos determinan sobre la producción, el trabajo, los precios, los impuestos, los presupuestos, la educación, la salud, etcétera. Si no nos damos cuenta de las determinaciones de los políticos de cada país, menos entenderemos cómo muy pocos poderes deciden sobre el destino del mundo. ¿Qué tienen que ver los pueblos africanos, asiáticos, americanos, con lo que deciden los poderosos del universo?
5. Nuestro nivel de conciencia está jodidísimo; seis mil millones de seres humanos en el mundo viven en la pobreza y la miseria económica e ideológica mientras el uno por ciento de personajes que integran gobiernos y multimillonarios del mundo nos dominan. Pregunto con el filósofo De la Botié: ¿Cómo un simple puñado de ricos pueden dominar a todo el mundo, cuando debería ser lo contrario? Ayer los 20 representantes de los países más poderosos del mundo estaban reunidos en Corea para determinar la vida de los pueblos y ninguno de esos “representantes” se inclinó por los intereses de los pobres o explotados, sino por las necesidades de los EEUU, China, Japón, Mercomún y otros sólo preocupados por continuar con la dominación Mundial. Pero además, ni piensen que son los 20 los dominantes porque la realidad es que no pasan de cinco encabezados por los EEUU. Sería interesante saber lo que pasaría si este país se derrumbara.
6. ¿Y saben cuál fue la preocupación, el problema central de discusión entre el llamado Grupo de los 20 en Corea? Problemas de mercado, asuntos de divisas y de precios que tienen que ver con la competencia económica por mercados entre nuevos países capitalistas que van en ascenso (China, India, Brasil, Rusia) y viejos países capitalistas desesperados por perder mercados (EEUU, Francia, Italia, Reino Unido) que cada día pierden terreno. La historia nuevamente se repite como siempre: Lo nuevo desplaza a lo viejo pero éste se resiste a morir y en esta confrontación una nueva guerra es la permanente amenaza al mundo. En esta batalla por los mercados no hay países no posiciones socialistas; la confrontación busca obligar a China a revaluar su moneda para que no siga ganando mercados y al mismo tiempo para evitar que el dólar se desplome de manera abierta. Se busca evitar el desplome capitalista y al mismo tiempo renovarlo.
7. Si bien, como se ha dicho: cada proletariado nacional debe acabar con su propia burguesía, la realidad es que esa lucha aún es insuficiente si miramos que nuestras economías y políticas, las políticas presupuestales y de distribución de recursos, son manejadas desde los EEUU y desde enormes consorcios internacionales como el Banco Mundial, el FMI, BID y demás organismos acreedores. Es la razón del surgimiento de los movimientos altermundistas o de alterglobalización que desde 1999 surgieron en Seattle. ¿De qué sirve que los campesinos, los obreros, se estén rompiendo las espaldas en trabajos honrados y tesoneros si luego el mercando mundial de precios de sus productos no les da para recuperar siquiera la inversión? Nuestra lucha no puede ser solo nacional porque lo internacional está dominando al mundo. Por eso Marx planteó que los proletarios no tienen patria y que la revolución tiene que ser mundial.