Gloria Muñoz Ramírez: Los de abajo
Con un llamado a que cese el genocidio y el etnocidio que afectan a los pueblos indígenas, perpetrados por militares, paramilitares y otros actores que agreden, intimidan y violan los derechos de estos pueblos; y para detener la violencia de multinacionales, trasnacionales y algunas ONG, que generan divisiones en las comunidades, especialmente en las mujeres, este fin de semana se realiza un Encuentro de Sensibilización Sur-Norte, en la ciudad asturiana de Gijón. Lo organiza Soldepaz Pachakuti y reúne voces de mujeres indígenas de Ecuador, Honduras, la Nación Mapuche, Colombia y Nicaragua.
La solidaridad internacional, la que se vive y se comparte desde la organización Pachakuti no es otra cosa que la apuesta por la paz que no es sólo ausencia de guerra, sino la búsqueda de justicia y equidad… De las realidades de los pueblos indios, sus luchas contra los proyectos trasnacionales, la criminalización de la protesta en América Latina, la defensa del territorio, la movilización, las posturas de los pueblos originarios ante el cambio climático, el extractivismo versus conservación y las alianzas de mujeres, se habla estos días en que se intercambian experiencias y se teje la solidaridad.
Mónica Chuji, de la Confederación Nacional de Organizaciones Indígenas de Ecuador (Conaie), destacó el abismo que separa a las naciones indígenas de las políticas implementadas por el presidente Rafael Correa quien, entre otras cosas, se ha atrevido a señalar cuál debería ser el perfil del dirigente de la Conaie a quien considera muy pequeño; la nicaragüense Rose Cunningham habló de algunas cosas buenas que se han conseguido para las comunidades, al tiempo que se refirió a malas compañías de Daniel Ortega, quien pactó con los más malos de los malos para conseguir la presidencia.
En la apertura de la primera sesión, el moderador Pablo Vega dedicó unas palabras de aliento y solidaridad al pueblo saharaui, violentamente reprimido por el gobierno de Marruecos el pasado 8 de noviembre. En España toda esta semana no han cesado las movilizaciones de solidaridad con un pueblo al que hace 35 años se le arrebató su país: el Sahara Occidental. En Gijón este sábado habrá una acción de repudio a Marruecos.
Pese al bloque mediático, llegan los informes de que en El Aaiún, ocupado por Marruecos, la población saharaui permanece aterrorizada, pues las autoridades marroquíes persisten en secuestrar, detener y torturar, así como el allanamiento sistemático de hogares. Solidaridad es lo que se necesita y de esto y más se habla estos días en Asturias.
losylasdeabajo@yahoo.com.mx - http://desinformemonos.org
Carlos Fernández-Vega: México SA
De nueva cuenta el inquilino de Los Pinos y su muy buen equipo económico, tal vez el mejor (Calderón dixit) sufrió un ataque hepático tras las más recientes declaraciones del premio Nobel de Economía, Paul Krugman: “México no formará parte de los países emergentes que funcionarán como motor de crecimiento de la economía global, porque se esperan desempeños económicos pobres por lo menos durante los próximos cinco años… México no encaja en el modelo de país emergente, porque el crecimiento que tiene no se compara con el que tienen otras economías como China, y está muy integrada a Estados Unidos debido al Tratado de Libre Comercio… Lamentablemente no embona muy bien en la historia de los mercados emergentes”.
Sólo los berrinchudos de Los Pinos se niegan a admitir lo obvio, por mucho que Krugman no descubra el hilo negro ni devele secreto alguno: la economía mexicana destaca como una de las más lerdas, dependientes e ineficientes del planeta desde hace tres décadas, y, aferrados al modelito, su futuro en tal sentido es por demás deprimente. Se sabe, se documenta y se siente, pues los niveles de bienestar de la mayoría de los mexicanos ha ido de mal en peor, algo diametralmente distinto, desde luego, al resultado obtenido por el dominante grupúsculo de empresarios concentradores de la riqueza y el ingreso, gracias al esquema económico impuesto desde tiempos de Miguel de la Madrid, y, obvio es, a la complicidad de la clase política, que tampoco se ha ido en ceros.
Qué lástima. Tanto tiempo que invierte el emberrinchado inquilino de Los Pinos para destacar la imaginaria solidez económica mexicana, el futuro venturoso por él ofrecido (e incumplido) y demás historias idílicas, para que un simple premio Nobel de Economía venga a recordarle que su navío de gran calado no pasa de chalupa xochimilca, en el mejor de los casos.
Que México no encaja en el modelo de país emergente por su pobre desempeño económico lo demuestra el lamentable hecho de que la economía nacional apenas logró crecer a una tasa promedio real anual de 1.38 por ciento en el periodo 2001-2009 (con gobiernos panistas, por cierto), y que en ese mismo lapso el producto interno bruto por habitante a duras penas avanzó 0.2 por ciento, lo que ubica al país en los últimos lugares latinoamericanos en ambos renglones. De hecho, el crecimiento mexicano está muy por debajo de la media regional en los años de referencia.
En los hechos, lo anterior se traduce en que México registra su segunda década perdida (en los últimos treinta años), con peores resultados (1.38 por ciento) que en la primera (los 80), de acuerdo con la estadística de la Cepal, cuando la tasa promedio anual de crecimiento fue de 1.9 por ciento, el peor resultado –hasta la llegada del panismo a Los Pinos– de la dictadura neoliberal mexicana. En la crisis de 2009 fue el último lugar latinoamericano y ocupó el escalón 143 de 156 posibles en el ámbito internacional, de acuerdo con el reporte del Banco Mundial.
Cómo estará la cosa, que de 2001 a 2009 la economía nicaragüense –una de las más paupérrimas de América Latina– registró un crecimiento superior al de la mexicana: 2.7 (y 1.37 por ciento de PIB por habitante) contra 1.38 por ciento (y 0.2 por ciento del PIB por cabeza), respectivamente. Eso sí, los gobiernos panistas (Fox-Calderón) pueden presumir que obtuvieron mejores resultados en el periodo que, por ejemplo, Haití (0.7 por ciento de “avance) o Jamaica (uno por ciento), aunque no pasarían de allí, pues incluso las naciones latinoamericanas reportan un mejor balance que el mexicano (Guatemala, con una tasa promedio anual de crecimiento de 3.32 por ciento; El Salvador, 2.24; Honduras y Belice, 4.1 en cada caso; Costa Rica, 4.3; y el citado caso de Nicaragua).
Como se ha comentado en este espacio, al hacer el balance del siglo XX, y superada la convulsión 1911-1930 (con su 0.2 por ciento de avance), la tasa anual promedio de crecimiento económico mexicano se registró de la siguiente forma: 1931-1940, 3.36 por ciento; 1941-1950, 5.98 por ciento; 1951-1960, 6.14 por ciento; 1961-1970, 6.48 por ciento, y 1971-1980, 6.71 por ciento. A partir de ese año todo ha sido escalera para abajo, con un creciente costo social. Así, el periodo 1951-1980 se ubica como el mejor en términos económicos para México, con una tasa anual promedio de 6.45 por ciento, un sueño a estas alturas. A estas alturas, el ritmo del México moderno resulta 4.6 veces menor que tres décadas atrás.
Para que el país comience a salir del profundo agujero en el que lo han sumido los gobiernos neoliberales se requiere, como mínimo, una tasa promedio anual de crecimiento de 6 por ciento. Así, se generarían los empleos necesarios, se mejoraría el bienestar de la mayoría de los mexicanos y esta nación de nueva cuenta tendría futuro. Con 1.38 por ciento de promedio anual, no se llega ni a la esquina. A pesar de ello, México es presumido por los jilgueros gubernamentales como la segunda potencia latinoamericana, cuando por muchos años ocupó el primer lugar regional. Actualmente ésta posición la ocupa Brasil, con una tasa promedio anual de crecimiento económico de 4 por ciento en el citado periodo. No es la octava maravilla, pero el país sudamericano reporta un avance 2.9 tantos mayor que el navío de gran calado (Calderón dixit). México, pues, segunda potencia, pero último lugar en cuanto a ritmo de crecimiento: Argentina (4.1 por ciento como tasa promedio anual), Chile (3.5), Colombia (4.1), Venezuela (4), Panamá (6.2), Perú (5.35), República Dominicana (5), Uruguay (4.43) y las naciones centroamericanas han obtenido resultados muy superiores al mexicano. Aun así, en Los Pinos sufren ataques hepáticos por lo expresado por personalidades como Paul Krugman. Y los seguirán haciendo, porque se niegan a aceptar la realidad y a resolver los problemas con discursos.
Las rebanadas del pastel
No es para sorprender a nadie, pero los diputados, por enésima ocasión, incumplieron su promesa de aprobar el presupuesto a más tardar el viernes. Hechos bolas, entre grillas partidarias e interpartidarias y jaloneos por la cobija, habrá que ver qué tipo de gasto sacan adelante para el ejercicio fiscal 2011, un año que no se vislumbra muy sólido que se diga en materia económica y social, y con una perspectiva de crecimiento aún menor que la de 2010… ¡Qué casualidad!: ya se armó el escándalo con la corrupción en el IMSS, y como por obra de magia desapareció la corrupción del empresario metido a sacerdote Onésimo Cepeda.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx • http://twitter.com/cafevega
Enrique Galván Ochoa: Dinero
La situación financiera del IMSS es muy delicada, puede decirse que está en crisis. No es algo nuevo, el problema viene de muy atrás. ¿Cómo encararlo antes del desastre? En nuestra encuesta de esta semana 45 por ciento de los participantes contestó que el gobierno debe rescatar la institución. El 30 opina que las empresas deben pagar más. Un 2 por ciento piensa que debe privatizarse. El uno por ciento se declara en favor de que los asegurados paguen mayores cuotas. Y 22 por ciento aportó distintas ideas.
Método
Enviamos 2 mil 500 formatos por Internet, contestó 80 por ciento. Algunas personas enviaron opiniones de las que reproducimos algunos fragmentos enseguida. Todos los textos pueden leerse en el foro.
Opiniones
Entre las opciones para rescatar al IMSS no incluyeron una: rescatar las fortunas mal habidas como las de los Fox y sus hijos, y hacer que paguen impuestos las empresas que los difieren permanentemente. También debemos acabar con los pagos del Fobaproa –que los paguen los rescatados– y con las pensiones que no se adapten a los criterios del ISSSTE o del IMSS como las de los ex presidentes y burócratas privilegiados como los pensionados del Banco de México y organismos similares. Haciendo esto, de elemental justicia y equidad, saldríamos de muchos hoyos.
Álvaro Carlos Aldama/ Distrito Federal
La situación financiera del IMSS es muy delicada, puede decirse que está en crisis. No es algo nuevo, el problema viene de muy atrás. ¿Cómo encararlo antes del desastre? En nuestra encuesta de esta semana 45 por ciento de los participantes contestó que el gobierno debe rescatar la institución. El 30 opina que las empresas deben pagar más. Un 2 por ciento piensa que debe privatizarse. El uno por ciento se declara en favor de que los asegurados paguen mayores cuotas. Y 22 por ciento aportó distintas ideas.
Método
Enviamos 2 mil 500 formatos por Internet, contestó 80 por ciento. Algunas personas enviaron opiniones de las que reproducimos algunos fragmentos enseguida. Todos los textos pueden leerse en el foro.
Opiniones
Entre las opciones para rescatar al IMSS no incluyeron una: rescatar las fortunas mal habidas como las de los Fox y sus hijos, y hacer que paguen impuestos las empresas que los difieren permanentemente. También debemos acabar con los pagos del Fobaproa –que los paguen los rescatados– y con las pensiones que no se adapten a los criterios del ISSSTE o del IMSS como las de los ex presidentes y burócratas privilegiados como los pensionados del Banco de México y organismos similares. Haciendo esto, de elemental justicia y equidad, saldríamos de muchos hoyos.
Álvaro Carlos Aldama/ Distrito Federal
Carlos Bonfil: La Muestra
Humor negro de la Providencia. Con un arranque tan dramático y lírico como la primera secuencia del Anticristo, de su compatriota Lars von Trier, Submarino, la película más reciente de Thomas Vinterberg (Festen/La celebración; Dear Wendy) explora también el tema de la culpa y los innumerables tropiezos en el camino a una redención improbable.
Dos adolescentes atienden al hermano menor, un bebé de pocos meses, mientras la madre prolonga una juerga alcoholizada. Luego de alimentar al infante, los jóvenes lo olvidan para jugar desquiciados y saturarse de música de rock; poco después descubren al bebé muerto. Entre sus pequeñas ceremonias de guardianes mayores figura la de haberlo bautizado. Esta imagen final y esta tragedia doméstica los perseguirá en su vida adulta en una espiral de fatalidades que incluye la drogadicción, la violencia sexual y la cárcel.
Javier hernández chelico: En el Chopo
Llegó el día: el pasado jueves, el salón 5 de Mayo acogió a los invitados a celebrar los 30 años del Tianguis Cultural del Chopo.
Esa noche, el rock empezó a surgir; primero grabado y después en vivo: Domicilio Conocido bluseó sabroso, con el Wea en la armónica. Por su parte, el cuarteto Aiam prendió con su hard rock/metal: Mi camino y Entre sueños, fueron sus rolas más celebradas. Poco antes, los anfitriones dieron cuenta del menú y de los primeros brindis. Ramón García ocupó con su familia una mesa; por allá, Lalo Martínez y Pepe Almanza. Mary compartió mesa con Ramón Castillo, quien comentó, entre risas, que lo que era su pasatiempo, ahora es su chamba: estar cada sábado en el Tianguis del Chopo.
Desempleo, informalidad y distorsiones
Las cifras difundidas ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía sobre el nivel de desocupación en la población económicamente activa (PEA) ponen en entredicho las optimistas versiones del discurso oficial en esa materia. Apenas la semana pasada, el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, señaló que con el número de plazas laborales creadas entre junio de 2009 y octubre de 2010 se tenía ya un superávit de más de 250 mil puestos de trabajo con respecto a las pérdidas registradas durante la reciente crisis económica, y celebró un nuevo máximo histórico en el número de afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social.
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El Correo Ilustrado
Precisiones de Pablo González Casanova
Estimada directora: Le agradeceré publicar la siguiente y necesaria aclaración sobre nuestro apoyo a la obra de Gregorio Selser:
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1. El anuncio según el cual la Ley de Ingresos 2011 autoriza que el IMSS transfiera excedentes de las reservas de los seguros de invalidez, vida y riesgos de trabajo a los de enfermedades y maternidad significa que la institución vuelve, de facto, al entramado de su Ley 1973.
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Ilán Semo: Nueva historia oficial
Si algo distingue los usos de la historia que caracterizan al régimen del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el siglo XX es la convicción de que el pasado nacional es patrimonio casi exclusivo del Estado y del orden único que lo representa. Las prácticas y los rituales que codifican ese monopolio empiezan a confeccionarse desde los años 20, y adquirirán dimensiones espectaculares y cada vez más estrafalarias en la misma proporción en que el partido que se asume como único heredero de la Revolución va observando cómo decae su hegemonía gradualmente en los años 89 y 90.
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Miguel Concha: Preocupaciones de la CIDH sobre México
En el contexto de su 140 periodo de sesiones en Washington, diversas organizaciones civiles mexicanas de derechos humanos hicieron acto de presencia –a finales de octubre– en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con el propósito de participar en reuniones de trabajo y asistir a audiencias temáticas. Los asuntos que se expusieron fueron muy diversos, pues la CIDH es, junto con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, uno de los organismos encargados de vigilar el cumplimiento y respeto de las garantías fundamentales en el continente, y fue durante esos periodos de sesiones cuando las organizaciones plantearon de manera directa las problemáticas que tienen lugar en sus países.
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En el contexto de su 140 periodo de sesiones en Washington, diversas organizaciones civiles mexicanas de derechos humanos hicieron acto de presencia –a finales de octubre– en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con el propósito de participar en reuniones de trabajo y asistir a audiencias temáticas. Los asuntos que se expusieron fueron muy diversos, pues la CIDH es, junto con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, uno de los organismos encargados de vigilar el cumplimiento y respeto de las garantías fundamentales en el continente, y fue durante esos periodos de sesiones cuando las organizaciones plantearon de manera directa las problemáticas que tienen lugar en sus países.
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Francisco López Bárcenas: No a la presa El Zapotillo
El frío que domina el ambiente no es suficientemente fuerte para como para enfriar los ánimos de los habitantes de Temacapulín, en el estado de Jalisco, ni el de las organizaciones solidarias con su lucha. Andan enojados porque ni las resoluciones del tribunal administrativo, ni sus quejas ante las comisiones nacional y estatal de derechos humanos, ni las visitas a diputados y senadores para pedir su intervención, ni las protestas internacionales y nacionales han sido suficientes para que el gobierno cancele la presa El zapotillo, que además de afectarlos directamente, lo haría con los habitantes de las comunidades de Palmarejo y Acasico, sin contar los daños ambientales, históricas y culturales que estas obras arrastran y desarticulan a los pueblos.
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Fidel Castro Ruz: Colosal olla de grillos
En eso se ha convertido la reunión del G-20 iniciada ayer en Seúl, capital de la República de Corea.
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Robert Fisk: Camberra, Ankara y otras falsas capitales
usto atrás de mi casa en Beirut hay un estrecho y sombrío callejón llamado Calle Majoul, y en ella un pequeño negocio con una puerta oxidada donde un armenio vende postales antiguas de Beirut. Esta es una foto del puerto, la imagen del cabús de una locomotora que sale de una pequeña estación. En una calle bordeada por árboles puede verse una carreta cubierta tirada por caballos y a un libanés que lleva el tradicional sombrero cilíndrico y con borla de los otómanos. A lo lejos se ve la catedral maronita de San Jorge. Es el sello de la oficina de correos lo que llama mi atención; la fecha es del 11 de octubre de 1906 y dice Beirut, Siria.
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Gustavo Gordillo/ I: Izquierdas
El nuevo newspeak democrático propone lo que resume toda su sabiduría: así es la política. A eso le llaman pragmatismo. La visión dominante define la política como un mercado político en el cual se intercambian ofertas electorales ante demandas ciudadanas. Los partidos políticos se comportan como empresas que buscan maximizar sus ganancias. En vez de programas coherentes e integrados presentan ofertas –a la manera de listas de supermercado– que buscan captar consumidores que no ciudadanos. Se vende como si fuera un producto, la política, para lo cual se acude a dos instrumentos mercadotécnicos: la publicidad y las encuestas. Las empresas que proporcionan ambos servicios construyen la visión dominante para justificar su cinismo conservador, garantizando que a la gente se le dé lo que quiere.
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Bernardo Bátiz V.: La ciudad capital
El doctor Arnaldo Córdova, distinguido jurista y buen amigo, el domingo 7 de este mes publicó un artículo sobre la ciudad de México, contestación a otro mío en el que toco lateralmente el tema del estatuto jurídico del Distrito Federal.
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Morelia, Mich. Después de una cansina retahíla de discursos oficiales con abundantes deslices y traspiés que, de no ser preocupantes serían hilarantes, la edición 2010 del Festival de Música de Morelia se inició la noche del jueves a cuerda batiente con un concierto inolvidable. En su primera presentación en México, la notable violinista alemana Anne-Sophie Mutter salió a escena en el Teatro Morelos acompañada por el violista ucraniano Yuri Bashmet y el violoncellista estadunidense Lynn Harrell, alineación infalible si las hay, para interpretar tríos de Beethoven; el resultado fue de un nivel técnico, expresivo y estilístico impecable, que muy pocas veces se escucha en nuestro país. En el Trío Op. 9 No. 3, el ensamble transitó con eficacia entre los giros galantes propios del siglo XVIII (bien presentes en algunas músicas tempranas de Beethoven) y los gestos fogosos y pasionales del XIX, más típicos de sus creaciones de madurez. En esta obra, y en partes de las otras dos del programa, fue posible percibir la preponderancia del violín (¡y qué violín!) sobre sus colegas, muy a la usanza de la época, perceptible incluso en varios de los cuartetos de Haydn, Mozart y el propio Beethoven.
Porfirio Muñoz Ledo
Biarritz,otra vez
Biarritz,otra vez
Hace 11 años se celebra el Foro de Biarritz: cuatro ocasiones en ciudades de América Latina y siete en esta localidad costera donde estableciera su residencia veraniega Napoleón III. Promovido en el origen por las autoridades del País Vasco y por importantes empresas europeas ha tenido como propósito la promoción de las relaciones entre los dos continentes, a través del intercambio de ideas y la conjunción de personalidades.
Con el tiempo se ha convertido en un espacio anual de balance que genera documentos valiosos, discusiones intensas y amistades consolidadas. Una suerte de parlamento informal en el que cruzan experiencias diversas y perspectivas encontradas. Refleja el estado del arte en problemas clave de nuestro tiempo y produce una rica fraseología por la que intentamos condensar, en breves intervenciones, las conclusiones a que hemos llegado.
Cualesquiera que sean los temas de la reunión, los debates transcurren por tres carriles principales: las relaciones entre Europa y América Latina —que suele ser reiterativo—; los problemas de nuestra región —que se ha tornado más amplio y novedoso— y las cuestiones de carácter global —que enmarcan las otras dos. Sobresalieron en este último encuentro la creciente diferenciación entre América del Sur y México y el traslado al G-20 de los saldos de la crisis financiera.
En la pista interregional dominó una vez más el desencanto por la falta de concreción de proyectos ambiciosos. No hay propiamente desinversión, pero se percibe una franca desaceleración. Latinoamérica sigue siendo la séptima prioridad para Europa, sin haber ascendido un solo escalón a pesar de las seis cumbres realizadas desde 1999 en Río de Janeiro. No se han encontrado los campos estratégicos en que podríamos ser altamente complementarios si mediara genuina voluntad política.
Quedó de manifiesto que, a despecho de su prédica integracionista, Europa tiende a establecer acuerdos con países individuales y evade los compromisos con las subregiones. Primero fue México, luego Chile, después Perú y Colombia ahora un marco para Centroamérica, que deja la puerta abierta para arreglos particulares. También de este lado los vínculos se concentran en unas cuantas naciones, al punto que Biarritz es en rigor un foro con Francia y España.
Foco central de atención fue el desempeño económico de Sudamérica. Según testimonios, la región del mundo menos afectada por la crisis y la de más pronta recuperación por el efecto combinado de sus impulsos endógenos, la ampliación del mercado subregional y los precios de las materias primas. Encandiló la presencia múltiple del Brasil en el escenario mundial y su empeño integrador en círculos concéntricos.
Contrasta esta expansión con el aislamiento de nuestro país y su penosa subordinación hacia el norte. Se habla abiertamente de dos destinos diferentes: Panamá hacia abajo y Panamá hacia arriba. Atados como nos hallamos a un país cuyo crecimiento límite es de 3% nos hemos escindido del hábitat sureño, cuyo potencial de crecimiento es superior a 7%. Nos equivocamos de locomotora y estamos pagando, en todos los órdenes, los costos de una lamentable confusión entre economía global y economía vecinal.
Se dibujaron dos terrenos en los que se antoja fructífera la concertación política euro latinoamericana: el nuevo sistema financiero y monetario internacional y el cambio climático. Juntos sumamos dos tercios de los votos en el FMI y —si hubiese objetivos comunes de índole sistémica— podríamos intentar transformaciones que fueran más allá del restablecimiento del orden anterior, detonador de la desigualdad y el desequilibrio. Muchos podrían acompañarnos en el esfuerzo.
Las posiciones de la Unión Europea sobre calentamiento global permitirían un acercamiento sustantivo, a condición de no dejarnos atrapar por los paliativos ni acorralarnos en el recurso último de edificar murallas para protegernos de lo inevitable. El tema es la energía y la reconversión rápida y sostenida hacia fuentes nuevas y renovables, que podríamos acometer nosotros mismos, con la suma de nuestros recursos naturales, científicos y tecnológicos. Aprender de nuevo a pensar en grande.
Diputado federal del PT
Con el tiempo se ha convertido en un espacio anual de balance que genera documentos valiosos, discusiones intensas y amistades consolidadas. Una suerte de parlamento informal en el que cruzan experiencias diversas y perspectivas encontradas. Refleja el estado del arte en problemas clave de nuestro tiempo y produce una rica fraseología por la que intentamos condensar, en breves intervenciones, las conclusiones a que hemos llegado.
Cualesquiera que sean los temas de la reunión, los debates transcurren por tres carriles principales: las relaciones entre Europa y América Latina —que suele ser reiterativo—; los problemas de nuestra región —que se ha tornado más amplio y novedoso— y las cuestiones de carácter global —que enmarcan las otras dos. Sobresalieron en este último encuentro la creciente diferenciación entre América del Sur y México y el traslado al G-20 de los saldos de la crisis financiera.
En la pista interregional dominó una vez más el desencanto por la falta de concreción de proyectos ambiciosos. No hay propiamente desinversión, pero se percibe una franca desaceleración. Latinoamérica sigue siendo la séptima prioridad para Europa, sin haber ascendido un solo escalón a pesar de las seis cumbres realizadas desde 1999 en Río de Janeiro. No se han encontrado los campos estratégicos en que podríamos ser altamente complementarios si mediara genuina voluntad política.
Quedó de manifiesto que, a despecho de su prédica integracionista, Europa tiende a establecer acuerdos con países individuales y evade los compromisos con las subregiones. Primero fue México, luego Chile, después Perú y Colombia ahora un marco para Centroamérica, que deja la puerta abierta para arreglos particulares. También de este lado los vínculos se concentran en unas cuantas naciones, al punto que Biarritz es en rigor un foro con Francia y España.
Foco central de atención fue el desempeño económico de Sudamérica. Según testimonios, la región del mundo menos afectada por la crisis y la de más pronta recuperación por el efecto combinado de sus impulsos endógenos, la ampliación del mercado subregional y los precios de las materias primas. Encandiló la presencia múltiple del Brasil en el escenario mundial y su empeño integrador en círculos concéntricos.
Contrasta esta expansión con el aislamiento de nuestro país y su penosa subordinación hacia el norte. Se habla abiertamente de dos destinos diferentes: Panamá hacia abajo y Panamá hacia arriba. Atados como nos hallamos a un país cuyo crecimiento límite es de 3% nos hemos escindido del hábitat sureño, cuyo potencial de crecimiento es superior a 7%. Nos equivocamos de locomotora y estamos pagando, en todos los órdenes, los costos de una lamentable confusión entre economía global y economía vecinal.
Se dibujaron dos terrenos en los que se antoja fructífera la concertación política euro latinoamericana: el nuevo sistema financiero y monetario internacional y el cambio climático. Juntos sumamos dos tercios de los votos en el FMI y —si hubiese objetivos comunes de índole sistémica— podríamos intentar transformaciones que fueran más allá del restablecimiento del orden anterior, detonador de la desigualdad y el desequilibrio. Muchos podrían acompañarnos en el esfuerzo.
Las posiciones de la Unión Europea sobre calentamiento global permitirían un acercamiento sustantivo, a condición de no dejarnos atrapar por los paliativos ni acorralarnos en el recurso último de edificar murallas para protegernos de lo inevitable. El tema es la energía y la reconversión rápida y sostenida hacia fuentes nuevas y renovables, que podríamos acometer nosotros mismos, con la suma de nuestros recursos naturales, científicos y tecnológicos. Aprender de nuevo a pensar en grande.
Diputado federal del PT
Fábulas perrunas Carolina Rocha Menocal
Violencia genera demencia
Ahora que estamos sumidos en plena guerra contra el narcotráfico, no hay que rascarle mucho para toparse con frases hechas o como dice el buen Ruy Xoconostle, escritor y crítico de la fraseología barata, para encontrarnos con enunciados comprados a destajo en tiendas Hallmark. “Los buenos somos más”, “Ojo por ojo” y la más socorrida en cafés de señoras gordas a medio día: “Violencia genera violencia”.
Pues igual y sí. Pero no hay que tensar la liga. La violencia antes que nada genera pánico. Y si el miedo se transforma en violencia, esa es otra historia.
A mí me tocó una probadita de esta teoría hace un par de años, cuando, ingenua (aún creía en la recién estrenada Ley de Convivencia Cívica y la buena voluntad de la comunidad condesera) me sumé a la cifra roja de ataques caninos.
Bruno tenía siete meses y todavía se dejaba guiar por donde lo llevaba. Harta del parque México –demasiados “papás” perrunos y por ende harta exigencia para socializar- opté por una incursión al parque España.
Fue debut y despedida.
Mi mente todavía procesaba con asombro la agilidad de dos perrazos para brincar de un arbusto a otro, cuando de súbito sentí un jalón.
Intenté tirar más fuerte de la correa y seguir mi camino, pero pequeño detalle: Bruno estaba preso en la dentadura de un dogo de los andes gigante –¡síii todos son enormes pero éste parecía Schdogoneger.
Su cabeza medía tres veces la mía, cinco la de Bruno y aún así, su Adelita decidió repeler la agresión. Cual presidente municipal de Condícuaro, sin armamento de alto poder, levanté la oreja del agresor y comencé a gritar a todo pulmón. Pasó lo que tenía que pasar. A alaridos ni los narcos, ni los niños, ni los perros o sea que a diferencia de lo que marcan los cánones de la política nacional –no iba a esperar a que la sangre me llegara al cuello para optar por un viraje en la estrategia- lo mordí. Ajá. Clavé el diente en su oreja marrón y ohhh factor sorpresa: abrió el hocico y, claro, ya boqui-abierto tomé la mercancía: osease bruno, con su larga oreja chorreada en sangre.
Dos orificios dejó el dogo en mi canito, pero al parecer sus colmillos eran de bajo calibre porque las heridas sanaron a gran velocidad.
Después del incidente apareció en escena la dueña del perro. Estaba rabiosa porque osé atacar a su semental y nos enfrascamos en un debate sobre su madre. En el terreno de las ideas gané, pero sólo tomó un pequeño ademán con la mano para que su perro me mostrara el colmillo y yo huyera -sí como los cobardes dirá el presidente de esta nación porque igualito que Pedro Infante me agaché y me fui de lado.
Desde ese día pasé a peor vida. Mis paseos por la Condesa se convirtieron en una tortura similar a la de nuestros paisanos cuando cruzan el desierto. Por doquier yo veía riesgos. Si a lo lejos avizoraba a un perro cambiaba de ruta. El problema es que los canes, como narcotiendas, andaban sueltos en cada esquina, en cada punto del parque y se desfilaban en completa impunidad.
Ósea que me pasé a fregar. Cada salida al parque superaba en desgracia a la anterior. El miedo, dicen, no anda en burro, pero huele y bien fuerte. Yo salía temblando, Bruno percibía el peligro y caminaba como guarro mal entrenado, mientras que la perrada de la calle olfateaba que algo andaba mal con su Adelita. Desde la distancia empezaba la gruñidera.
Así como cada mañana se reporta el número de ejecutados en los diarios, yo reportaba cada tarde sobre el número de ladridos. Rebasé la marca de los 25 mil.
Lo peor ocurrió cuando un mes después, mientras comía en una terraza con Brunito al lado, vi a lo lejos al narcocan. No sé si fue mi pánico el que le dio el pitazo pero corrió con la fuerza de sus esteroides hasta mi mesa y sin saludar, cual comando armado, tiró mordidas directo a Bruno atrincherado debajo de la mesa. Yo lloraba, gemía, manoteaba y el dueño (esposo de la ¡desgraciaaaada! del mes anterior) sólo veía con sadismo y, sospecho, placer.
Salvé a mi perro reventando la mesa con todo y café hirviendo sobre la espalda del perro agresor- cuyo nombre luego supe era, Mateo, alias “can de los cielos”, y en cuyo curriculum criminal pendían cuatro muertes caninas. Aún así nadie se había atrevido a denunciarlo.
Su Adelita quiso envenenarlo y, sí, matar al par de perversos dueños. Pero en este caso la violencia no hizo más que hacer lo que suele hacer con los ciudadanos de a pie: encerrarme en mi hogar muerta de pánico.
Ahora que estamos sumidos en plena guerra contra el narcotráfico, no hay que rascarle mucho para toparse con frases hechas o como dice el buen Ruy Xoconostle, escritor y crítico de la fraseología barata, para encontrarnos con enunciados comprados a destajo en tiendas Hallmark. “Los buenos somos más”, “Ojo por ojo” y la más socorrida en cafés de señoras gordas a medio día: “Violencia genera violencia”.
Pues igual y sí. Pero no hay que tensar la liga. La violencia antes que nada genera pánico. Y si el miedo se transforma en violencia, esa es otra historia.
A mí me tocó una probadita de esta teoría hace un par de años, cuando, ingenua (aún creía en la recién estrenada Ley de Convivencia Cívica y la buena voluntad de la comunidad condesera) me sumé a la cifra roja de ataques caninos.
Bruno tenía siete meses y todavía se dejaba guiar por donde lo llevaba. Harta del parque México –demasiados “papás” perrunos y por ende harta exigencia para socializar- opté por una incursión al parque España.
Fue debut y despedida.
Mi mente todavía procesaba con asombro la agilidad de dos perrazos para brincar de un arbusto a otro, cuando de súbito sentí un jalón.
Intenté tirar más fuerte de la correa y seguir mi camino, pero pequeño detalle: Bruno estaba preso en la dentadura de un dogo de los andes gigante –¡síii todos son enormes pero éste parecía Schdogoneger.
Su cabeza medía tres veces la mía, cinco la de Bruno y aún así, su Adelita decidió repeler la agresión. Cual presidente municipal de Condícuaro, sin armamento de alto poder, levanté la oreja del agresor y comencé a gritar a todo pulmón. Pasó lo que tenía que pasar. A alaridos ni los narcos, ni los niños, ni los perros o sea que a diferencia de lo que marcan los cánones de la política nacional –no iba a esperar a que la sangre me llegara al cuello para optar por un viraje en la estrategia- lo mordí. Ajá. Clavé el diente en su oreja marrón y ohhh factor sorpresa: abrió el hocico y, claro, ya boqui-abierto tomé la mercancía: osease bruno, con su larga oreja chorreada en sangre.
Dos orificios dejó el dogo en mi canito, pero al parecer sus colmillos eran de bajo calibre porque las heridas sanaron a gran velocidad.
Después del incidente apareció en escena la dueña del perro. Estaba rabiosa porque osé atacar a su semental y nos enfrascamos en un debate sobre su madre. En el terreno de las ideas gané, pero sólo tomó un pequeño ademán con la mano para que su perro me mostrara el colmillo y yo huyera -sí como los cobardes dirá el presidente de esta nación porque igualito que Pedro Infante me agaché y me fui de lado.
Desde ese día pasé a peor vida. Mis paseos por la Condesa se convirtieron en una tortura similar a la de nuestros paisanos cuando cruzan el desierto. Por doquier yo veía riesgos. Si a lo lejos avizoraba a un perro cambiaba de ruta. El problema es que los canes, como narcotiendas, andaban sueltos en cada esquina, en cada punto del parque y se desfilaban en completa impunidad.
Ósea que me pasé a fregar. Cada salida al parque superaba en desgracia a la anterior. El miedo, dicen, no anda en burro, pero huele y bien fuerte. Yo salía temblando, Bruno percibía el peligro y caminaba como guarro mal entrenado, mientras que la perrada de la calle olfateaba que algo andaba mal con su Adelita. Desde la distancia empezaba la gruñidera.
Así como cada mañana se reporta el número de ejecutados en los diarios, yo reportaba cada tarde sobre el número de ladridos. Rebasé la marca de los 25 mil.
Lo peor ocurrió cuando un mes después, mientras comía en una terraza con Brunito al lado, vi a lo lejos al narcocan. No sé si fue mi pánico el que le dio el pitazo pero corrió con la fuerza de sus esteroides hasta mi mesa y sin saludar, cual comando armado, tiró mordidas directo a Bruno atrincherado debajo de la mesa. Yo lloraba, gemía, manoteaba y el dueño (esposo de la ¡desgraciaaaada! del mes anterior) sólo veía con sadismo y, sospecho, placer.
Salvé a mi perro reventando la mesa con todo y café hirviendo sobre la espalda del perro agresor- cuyo nombre luego supe era, Mateo, alias “can de los cielos”, y en cuyo curriculum criminal pendían cuatro muertes caninas. Aún así nadie se había atrevido a denunciarlo.
Su Adelita quiso envenenarlo y, sí, matar al par de perversos dueños. Pero en este caso la violencia no hizo más que hacer lo que suele hacer con los ciudadanos de a pie: encerrarme en mi hogar muerta de pánico.
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