10/05/2013

Quinceañeras construyendo ciudadanía



mail:daniela.villegas@24-horas.mx Daniela Villegas

El tradicional vals, chambelanes, pastel, vestido y padrinazgo del jefe de Gobierno del Distrito Federal a las jóvenes que celebraban sus XV años, ha dado un giro. Desde el cambio de nombre del programa, que de venirse llamando Quinceañeras cambia a un más escueto Ya tengo 15, junto con la implementación de un curso de capacitación contra la violencia para las adolescentes.

En un convenio firmado entre el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE) e INMUJERES DF se propuso dar una serie de talleres sobre derechos sexuales y reproductivos, equidad de género, prevención de adicciones, violencia en el noviazgo y feminicidio a las jóvenes.
De tener un enfoque meramente festivo se le adiciona una mirada educativa lo que da un viraje a uno de los ritos de iniciación femenina más arraigados en la cultura popular mexicana, hecho que podría generar un quiebre de los clásicos festejos de quinceañeras.

Ya sea que hayamos tenido nuestra propia fiesta de XV años, nos hayan invitado a alguna o simplemente pongamos atención a los espectaculares sobre las avenidas principales en que se hace invitación a la próxima 15 Fest Expo, es más que evidente que la tradición de presentar ante la sociedad a la joven adolescente sigue en pie en México.


En los tiempos del porfiriato, las clases altas hacían estas celebraciones para lograr acuerdos matrimoniales convenientes para las familias, para hoy en día haberse popularizado permeando a todas las capas sociales, sin necesariamente tener como meta un enlace matrimonial.

En relación a los cursos de capacitación que se enmarcan en el programa Ya tengo 15, al conocer la gran cantidad de temáticas a abordar en el taller y las escasas 15 horas (una hora diaria) en que se pretende dar los cursos, no puedo evitar pensar que por más intensivo que sea el taller no se logrará cubrir todos los contenidos y la asimilación de los mismos, ya que desde los temas que tienen que ver con cuerpo y sexualidad hasta los que hablan sobre violencia y adicciones, es necesario un tiempo prolongado para en principio sensibilizar a las adolescentes sobre las temáticas y generarles cuestionamientos sobre su papel como mujeres jóvenes en la sociedad.

Hasta el momento no se ha subido a las redes de manera detallada el programa a cubrir, a pesar de que en octubre se tiene contemplado iniciar los talleres.

Pese a los inconvenientes señalados la nueva propuesta del Gobierno del Distrito Federal pone el dedo en el renglón en un tema fundamental, la construcción de ciudadanía, específicamente en el ejercicio de la ciudadanía desde el ser mujer, las posibilidades y obstáculos.
Podría parecer a simple vista que sólo es una suma de pláticas, talleres, lecturas, las que se les darán a las 610 mujeres que serán elegidas de distintas delegaciones, pero el hecho de que se introduzcan temas tan relevantes como el de derechos sexuales y reproductivos, feminicidio, equidad de género, llevará a reflexionar a las jóvenes mujeres sobre su papel como sujeta política y por sujeta entiendo a que sean dueñas de su propio accionar y no como supeditadas a las estructuras patriarcales.

Convertirse en sujeta política inicia desde el que las mujeres tengan la información suficiente y adecuada para que puedan tomar decisiones. Si seguimos la postura dictada por el Estado en el que lo privado no pertenece a lo político, nos daríamos cuenta de que se ha arrebatado el rol de ciudadana de las mujeres al limitarla al ámbito de lo privado y alejarla de lo público.

Aquí lo interesante es preguntarnos ¿Qué tipo de ciudadana se quiere? ¿Una alienada, que siga las normas establecidas por el Estado o una joven consciente que las cuestione? ¿qué tipos de bases se darán para la construcción de esta nueva ciudadanía femenina?
No es una cuestión de adoctrinar a las jóvenes, ni de darles una receta pues cada persona tiene un contexto distinto, sino más bien guiarlas para que ellas vayan abriéndose espacios en donde descubran su accionar político y su capacidad de transformación individual y social.

Sobrevivientes de trata cuestionan que la ONU proponga legalizar la prostitución


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Setenta por ciento de las 20.000 trabajadoras sexuales de Francia son inmigrantes. Crédito: A.D. McKenzie/IPS.
Setenta por ciento de las 20.000 trabajadoras sexuales de Francia son inmigrantes. Crédito: A.D. McKenzie/IPS.

NACIONES UNIDAS, 30 sep 2013 (IPS) - El largo debate sobre cómo regular el trabajo sexual llegó a un punto de ruptura entre la ONU y organizaciones que combaten la trata de personas. Estas creen que el foro mundial debe rever su posición, reflejada en dos informes que promueven la despenalización de todos los aspectos de la prostitución.


“Cuando vimos los reportes nos preocupamos”, dijo Lauren Hersh, directora de la oficina neoyorquina de Igualdad Ya, que lidera la campaña pública lanzada la penúltima semana de septiembre.

“Es atroz que haya agencias de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que reclamen mantener los burdeles”, declaró a IPS.

La coalición, integrada por 98 organizaciones, pide a la entidad multilateral que revise los informes, publicados el año pasado, para que reflejen las experiencias de sobrevivientes de la prostitución y para incluir una gama más amplia de puntos de vista sobre el impacto de legalizar la industria del sexo.
Los reportes en cuestión son dos. Uno de ellos, “Sex Work and the Law in Asia and the Pacific” (El trabajo sexual y la ley en Asia Pacífico), fue respaldado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el  Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida). El segundo, “El VIH y la ley: Riesgos, derechos y salud”, fue publicado por la Comisión Global sobre VIH y Derecho del PNUD.


Quienes ejercen la prostitución “necesitan ser reconocidas como víctimas del tráfico… No creemos que nadie lo elija”. -- Stella Marr, de Sex Trafficking Survivors United

Ambos se centran en reducir el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y la enfermedad que causa, el sida, protegiendo simultáneamente los derechos de quienes trabajan en la prostitución.

  Las sobrevivientes de trata sexual dicen que es imperativo abordar la demanda que mantiene vivo el negocio de la prostitución, y que eso no está adecuadamente abordado en los informes.

Ante un pedido de declaraciones, un portavoz del PNUD señaló que los reportes examinan los problemas del trabajo sexual a través de los lentes específicos de la epidemia del VIH, y que condenan fuertemente el tráfico sexual.

“El PNUD defiende y promueve el respeto de los derechos humanos para todos, especialmente los más excluidos y marginados. El informe ‘Sex Work and the Law…’ distingue claramente entre trabajo sexual adulto consensuado y trata humana con fines de explotación sexual”, dijo el portavoz.

Fuentes del UNFPA y de Onusida dijeron a IPS que la declaración del PNUD refleja de modo preciso la posición de sus agencias.

Los estudios también proponen la despenalización de la industria sexual como una forma de promover la capacidad de las personas que se prostituyen de negociar el uso de condones. Pero Igualdad Ya señala que el apremio económico es el que ejerce presión para mantener relaciones sexuales sin preservativo, pues a menudo los clientes ofrecen más dinero para que así sea.

Si las mujeres son esclavizadas o controladas por un proxeneta, tienen menos capacidad de insistir en el uso de profilácticos.

En un comunicado, el PNUD señaló que la penalización del trabajo sexual aumenta la vulnerabilidad ante el VIH y limita el acceso a los preservativos y a los servicios de salud sexual.

Pero Hersh cree que “a menudo son los proxenetas y los clientes quienes dictan el uso de condones, porque las mujeres pueden obtener más dinero no usándolos”.

Hersh enfatizó que la coalición no intenta perjudicar los esfuerzos de la campaña contra el VIH/sida. Igualdad Ya lleva casi un año llegando a la ONU a través de canales internos, inclusive mediante el envío de una carta firmada por más de 80 organizaciones a Michel Sidibé, el director ejecutivo de Onusida.

La prostitución es legal en muchos países, entre ellos Suiza. Hace poco se instalaron en Zurich “cabinas sexuales” para promover la seguridad de las prostitutas. Pero la situación sigue siendo dura para hombres y mujeres en estados que legalizan o despenalizan la prostitución, según Igualdad Ya.

“Uno de los principales problemas es que los informes no incluyeron consultas a nuestros socios en el terreno, particularmente a organizaciones lideradas por sobrevivientes”, dijo Hersh a IPS.

Stella Marr, directora ejecutiva y cofundadora de la organización internacional Sex Trafficking Survivors United, es una sobreviviente de la explotación sexual. Fue cooptada a los 20 años y ejerció la prostitución durante una década.

“Si no abordamos la demanda, siempre habrá tráfico”, dijo Marr a IPS. Los informes de la ONU la “entristecen”, agregó.

Marr cree que la mejor solución es el modelo nórdico, que penaliza la compra de sexo pero despenaliza la práctica de la prostitución.

Ella abandonó la prostitución cuando un cliente le ofreció ayuda y un lugar seguro para vivir durante dos años. No conoce a nadie más a quien le haya ocurrido algo así.

“El hecho de que yo haya salido no significa que fui fuerte. Fui afortunada”, dijo Marr.

Las voces de las sobrevivientes de la industria del sexo no se escuchan tan fuerte como las de quienes siguen en la actividad, por la vergüenza que las persigue, dijo Rachel Moran, integrante y fundadora de Survivors of Prostitution-Abuse Calling for Enlightenment (SPACE) International, que fue prostituida entre los 15 y los 22 años.

Otra faceta de los informes que Igualdad Ya quiere abordar es la definición de “trata” que da la ONU. En el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, del foro mundial, los estados miembro acordaron una definición amplia, que refleja una variedad de experiencias vividas por sobrevivientes de la explotación sexual.

Los informes de la ONU de 2012 recomiendan acotar y reelaborar la definición, lo que podría significar que muchas personas que fueron sometidas ya no sean consideradas víctimas y que los traficantes no sean responsabilizados.

“Entiendo que es difícil… Hay que tener una manera de ayudar a la gente a salir de esa vida”, dijo Marr.
“Necesitan ser reconocidas como víctimas de trata… No creemos que nadie lo elija”, añadió.
Con todo, Igualdad Ya es optimista en relación a próximos documentos, y pone como ejemplo un estudio de Asia-Pacífico, recientemente lanzado por el PNUD, el UNFPA y ONU Mujeres, según el cual la compra de sexo en la región está fuertemente asociada a las violaciones y a la violencia sexual generalizada contra las mujeres.

Latinoamérica: Abortos inseguros causan 11 por ciento de muertes materna



SEMlac
Adital
Por Sara Lovera y Gloria Analco

Más de un millón de mujeres y niñas son hospitalizadas cada año en América Latina y el Caribe por complicaciones derivadas de abortos inseguros, trascendió en el seminario internacional "El derecho a decidir de las mujeres en contextos restrictivos: perspectivas y retos", realizado en la capital mexicana en ocasión del 28 de septiembre, Día Internacional por la Despenalización del Aborto.

El 95 por ciento de los abortos que se realizan en la región son inseguros y aproximadamente el 11 por ciento de las muertes maternas ocurren por su prohibición, recordaron quienes participaron en la cita, y expresaron la necesidad de abatir la falsa doble moral de quienes se arrogan el derecho de combatir la práctica legal de ese procedimiento.

Asimismo, llamaron a dar la batalla frontal para conseguir su legalización en todos los países de la región, en el mayor corto plazo posible.

El seminario contó con el auspicio de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y fue organizado también por Católicas por el Derecho a Decidir y la propia Campaña 28 de Septiembre, cuya coordinadora regional, la dominicana Sergia Galván, señaló que las cifras reflejan un panorama muy desolador por el que atraviesan cientos de miles de mujeres, muchas de las cuales encuentran la muerte por someterse a abortos inseguros, clandestino y riesgosos.

Sin embargo, este hecho parece carecer de importancia para las autoridades de cada país, con excepción de Uruguay, donde se acaba de despenalizar el aborto. En todos los demás, los gobernantes rechazan debatir y legislar sobre tan grave situación, "basándose en una falsa o doble moral sustentada en supuestos dogmas de fe", precisó Galván.

Al iniciar los trabajos del seminario internacional, María Consuelo Mejía, directora de Católicas por el Derecho a Decidir, consideró importante que se hable de la situación en Centroamérica y República Dominicana, donde ha habido casos con mucha promoción mediática debido a las dramáticas situaciones vividas por las mujeres frente a una oposición tajante de las autoridades para responder positivamente, aun cuando sus propias legislaciones así lo permitían.

El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Luis González Placencia, opinó que el debate de la despenalización del aborto "hay que irlo ganando", y agregó que el Vaticano ya ha flexibilizado ese tema, según lo dicho por el Papa Francisco, quien pidió a su Iglesia que reduzca su belicosidad y modere su hostilidad en temas tan denostados como el aborto, el matrimonio gay o el uso de anticonceptivos.

Si bien dijo que habría que esperar a ver cómo se expresa en hechos esa nueva postura de la Iglesia Católica, González Placencia agregó que, mientras tanto, es importante lograr que el Estado se comprometa a generar las condiciones legales para que las mujeres que decidan interrumpir su embarazo no sufran impactos negativos que las estigmaticen, las degraden, pongan en riesgo sus vidas y hasta sean encarceladas por tener que recurrir al aborto clandestino.

"La marginación a la que se pretende seguir llevando a las mujeres con el tema del aborto está terminando por agudizar situaciones negativas en torno a ese problema, por lo que debe encontrarse una solución pronta y expedita", expresó.

Agregó que muchos estados se autodenominan laicos, pero terminan cediendo a las presiones de sectores conservadores que utilizan una argumentación falaz para imponer la prohibición del aborto, castigando a una minoría que es estigmatizada y penalmente perseguida, por lo que llamó a eliminar los obstáculos desde el punto de vista institucional del Derecho Penal.

Durante el seminario, revelador respecto a la gravedad que representa la prohibición de esta práctica, fueron presentados casos de violación a los derechos humanos como los de "Esperancita" en República Dominicana; "Aurora" en Costa Rica; "Beatriz" en El Salvador, entre otras a quienes, en sus países de origen, les fue negado el derecho al aborto terapéutico, pese a que los médicos que las atendían demostraron que sus vidas corrían peligro si no se les autorizaba la operación.

Cada historia fue paradigmática y evidenció la fuerte resistencia que prevalece para dar solución legal a un problema que se agrava porque crece la tasa de embarazos en la población adolescente, que en muchos casos recurre al aborto clandestino. El índice de embarazos no planeados en el mundo es de 41 por ciento, y es cada vez mayor en las adolescentes.

Sergia Galván, además directora de la Colectiva Mujer y Salud en Santo Domingo, apuntó que la ilegalidad no persuade a las mujeres de practicarse el aborto cuando lo consideran necesario, y que hay casos que son verdaderamente dramáticos, como el de Teresa, una salvadoreña de 28 años, que en 2011 tuvo una pérdida espontánea de embarazo, la fiscalía la acusó de homicidio agravado y fue sentenciada a 40 años de cárcel.
"En especial estamos pidiendo la libertad de Teresa, acudiendo a todas las instancias nacionales e internacionales", señaló y reafirmó que "el aborto legal, seguro y gratuito es un asunto de derechos y un asunto de democracia".

En las conclusiones del seminario intervino la doctora Ana Güezmes García, representante en México de ONU Mujeres, quien puso de relieve que muchos países, incluido México, han ratificado convenios internacionales vinculantes para adaptar sus normas a esas indicaciones que obligan a los Estados a flexibilizar sus posturas con respecto a la interrupción del embarazo, y que tendrán que hacerlo, de un modo u otro.

Dijo que esos compromisos internacionales que los Estados han asumido abarcan a los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal) y están cargados de recomendaciones para abrazar medidas que contribuyan a despenalizar el aborto y a superar las incongruencias.

En diferentes países de América Latina y el Caribe tienen lugar, durante el mes de septiembre, acciones que buscan contribuir a la despenalización de estas prácticas, en ocasión de la celebración de la fecha, las cuales centran el debate en que el aborto ilegal es el resultado de "una violencia de Estado", por lo que urge incorporar marcos legales que hagan segura estas intervenciones cuando las mujeres así lo hayan decidido.

Embarazadas y desaparecidas en dictadura chilena


septiembre 29, 2013

 La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD, Chile) ha estado por años encima del tema. Esta entidad destaca la importancia de estas mujeres y la escasa ayuda de parte de quienes tuvieron alguna relación con sus desapariciones.

 mujeres chilenas embarazadas y desaparecidas

Ricardo  Francino  S aldivia    /Noticias Terra, Chile, 2/9/2013

En Chile, de las más de 1.200 personas desaparecidas durante el régimen militar, hay 9 casos que llaman la atención de forma especial. Estos casos representan a nueve mujeres que se encontraban embarazadas al momento de ser detenidas por parte de los servicios de seguridad de la dictadura militar. Nada se sabe de ellas ni de los bebés, esos mismos que hoy tendrían casi 40 años.

La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) ha estado por años encima del tema, Lorena Pizarro presidenta de la entidad destaca la importancia de estas mujeres y la escasa ayuda de parte de quienes tuvieron alguna relación con sus desapariciones: “Nuestras mujeres embarazadas siempre han sido motivo de preocupación, alguna vez hemos realizado campañas pues son temas importantes pero no han dado resultado” señala.

 Según Pizarro, las investigaciones que se han llevado adelante tienen que ver con causas particulares o episodios de represión donde ellas estaban involucradas pero no específicamente sobre estas nueve mujeres: “Alguna vez los familiares recibieron algún dato pero la dictadura y los aparatos de represión y tortura nunca rompieron esos pactos de silencio. Todo eso refleja la cobardía de los agentes que no han ayudado en nada para saber qué pasó con esas víctimas y sus bebés” afirma.

 No sólo fueron hombres

El caso de esas mujeres aleja también el prejuicio machista de la desaparición solamente de hombres en los tiempos de dictadura, “somos una organización principalmente de mujeres y se habla solamente de ‘desaparecidos’. Nos olvidamos de las mujeres, de esas embarazadas que tenían ideales. Las madres de esas mujeres siempre se sentirán abuelas y soñarán con la existencia de esos nietos perdidos”, dice Gabriela Zúñiga, vicepresidenta de la AFDD.

Reconocido internacionalmente es el trabajo de las Abuelas de Mayo en Argentina, organización de DDHH que ha logrado recuperar a 109 menores apropiados por militares o civiles en la dictadura, algo que demuestra que los derechos de los niños fueron vulnerados a ambos lados de la cordillera pero con distintos matices, “la infancia en las dictaduras de nuestro continente se vio muy afectada por los aparatos represivos. Lo que pasa es que en Argentina ellos se apropiaban de los niños y bebés, los que eran entregados a represores. En nuestro país, los niños eran asesinados o  torturados frente a sus padres para que estos entregaran información”, señala Lorena Pizarro.

Todas íbamos a ser reinas

La Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU) realizó una de las primeras investigaciones sobre estas desaparecidas. De ahí nació el libro “Todas íbamos a ser reinas” que relata la vida de estas mujeres y donde comenzaron a aparecer indicios de la presencia de embarazadas en Colonia Dignidad y en el hospital Barros Luco o el de la FACH.

Viviana Uribe, presidenta de esta ONG señala que la doctora Paz Rojas junto a un equipo de Codepu realizó esa investigación a comienzos de la década de los 90 y fue actualizada hace unos años, “todas las desaparecidas tienen procesos jurídicos abiertos. Gloria Delard fue detenida en Argentina y otras 9 fueron detenidas en Chile. De todas ellas, siempre creímos que dos bebés pudieron haber nacido: el hijo de Michelle Peña (tenía 8 meses de embarazada) y el de Reinalda Pereira con 5 meses de embarazo” afirma Uribe.
María Peña es tía materna de Michelle Peña Herreros, una estudiante de ingeniería, de 27 años y que fue detenida el 20 de junio de 1975 cuando tenía más de 8 meses de embarazo. María señala que poca es la información que han recibido en estos años “solo son rumores pero una compañera de detención de Michelle nos contó que cuando salió del hospital, ella solamente gritaba que la dejaran ver a su bebé. Me han sacado sangre tres veces pero es difícil que se sepa mientras alguien no hable”, afirma.

 Cruentas historias

 Una de esas historias es la de Reinalda Pereira, una mujer de 29 años, que fue detenida el 15 de diciembre de 1976 cuando tenía 7 meses de embarazo. Con el paso del tiempo los interrogatorios y declaraciones de testigos a la justicia señalaron que ella fue a parar al cuartel de Simón Bolívar.

 “Alguna vez se dijo que su guagua había nacido y era un bebé rubio como ella pero hace un tiempo atrás nos enteramos a través de una declaración judicial que Reinalda murió producto de las torturas y minutos después pasó lo mismo con el bebé, el cual ellos podían ver como se movía en su vientre. Por todo ello es que somos súper cuidadosas en las informaciones y solo nos queda insistir en que ese pacto de silencio de civiles y uniformados se termine de una vez por todas. Esa es la realidad de la dictadura, la realidad que muchos implicados dicen que es cosa del pasado y es un tema también de futuro, pues tiene que ver con el país que queremos construir” afirma Lorena Pizarro.

 El caso de Cecilia Labrín también se enmarca claramente en los pactos de silencio. Su madre, Olivia Saso declaraba el 2003 a la revista Punto Final: “Tengo referencias de que mi nieta nació en cautiverio el 5 de marzo y pesó 3 kilos 200 gramos. Me sentí muy ilusionada con ella, mi primera nieta. En 1975 tuve una reunión con el ministro del Interior, general César Benavides; me dijo que mi hija dio a luz. Después anónimamente me avisaron que a Cecilia la llevaron a un control de maternidad en el Hospital Barros Luco. Creo que es posible que los torturadores adoptaran a los hijos de las detenidas, como sucedió en Argentina.Además, no es descabellado suponer que una mujer con siete u ocho meses de embarazo haya tenido a su hijo” afirmaba la abuela en la entrevista.

Alejandra Lagos es sobrina de Gloria Lagos Nilsson, una joven detenida desaparecida, madre de tres hijos y que al momento de su desaparición tenía 3 meses de embarazo. Hoy recuerda que: “la recuerdo como una mujer hermosa, muy cariñosa y cercana”. Su ausencia se notó toda la vida y sus hijos en el exilio afirman que “vivieron el dolor de la madre ausente y desaparecida, la pasaron muy mal sin tener datos de ella. Nunca se pudo saber ningún dato importante para saber qué pasó” afirma, justo en los días en que se cumplen 39 años de su secuestro y desaparición.

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“El concepto de feminismo se tergiversa y se entiende como el machismo en las mujeres”


Entrevista a Martha Noya, Directora Ejecutiva del Centro Juana Azurduy de Bolivia


Si el 12 de julio de 1780 nacía Juana Azurduy de Padilla, mujer mestiza que lideró, junto a su marido, un ejército de indígenas en Bolivia, el 10 de septiembre de 1989 abrió sus puertas el Centro que lleva su nombre en Sucre. Martha Noya lo dirige desde su fundación y está plenamente convencida de que el espíritu libertador de la guerrillera les ha guiado para luchar durante 24 años por la equidad de género. Es abogada y desde muy joven ha estado involucrada en los movimientos políticos de izquierda del país. Pertenece a una generación de mujeres que luchó sin descanso contra la dictadura militar y por la instauración de la democracia. 



– ¿Qué elementos les identifica con la figura de Juana Azurduy para que el centro lleve su nombre?

Juana Azurduy fue una mujer rebelde, líder de la guerrilla contra la colonia española. Transgresora y contestataria al sistema, con un espíritu profundo de deseos de libertad del esclavismo al que sometían a los indígenas. Una mujer de estas características es un referente para imitar, imprimiendo a las mujeres el valor necesario para luchar ahora contra el patriarcado. Las mujeres vivimos en una opresión que es producto de un patriarcado que se volvió aún más abusivo cuando llegó la colonia. Lamentablemente esto persiste. Sobre todo en un país latinoamericano y subdesarrollado como éste, donde la manera de presentarse el machismo y el patriarcado es sumamente burda y torpe.

– 24 años atrás, ¿en qué contexto surge el Centro Juana Azurduy?

En la década de los 80, Bolivia era un país de alta conflictividad política. Las mujeres nos habíamos organizado en la Federación Democrática de Mujeres, desde distintos partidos de izquierda, para luchar por la democracia y en contra de la dictadura. La democracia en Bolivia en gran parte es mérito de las mujeres, los hombres que lideraban los movimientos contra la dictadura salieron al exilio. Una vez lograda la democracia, vuelven los hombres exilados para tomar el poder y las mujeres son totalmente excluidas de los ámbitos públicos. Fue entonces cuando la Federación comienza un proceso básico de reflexión para identificar los elementos visibles que sostienen las relaciones de género inequitativas. La creación de la Institución es parte de este proceso.

– En el trabajo por la búsqueda de la equidad de género, ¿son muchos los obstáculos que se presentan?

Sí, permanentemente chocamos con barreras. Por ejemplo, cuando vamos a trabajar las cartas orgánicas y planteamos que necesariamente tiene que existir un cincuenta por ciento de mujeres que ocupen espacios de poder o que se disponga de un porcentaje del presupuesto municipal para las mujeres, toda la negociación se complica. El discurso de las autoridades es en apariencia coherente con los derechos de las mujeres, pero cuando hay que poner dinero o limitar el ejercicio masculino, empieza el conflicto.

– El concepto de feminismo genera conflicto y división de opiniones pero, ¿está bien interpretado o entendido?

El discurso patriarcal, tan impregnado en el discurso público, asocia el feminismo como lo contrario al machismo, o su versión femenina. Se entiende el feminismo como el machismo en las mujeres. Esto es una gran tergiversación del concepto y sentido político del feminismo. La estrategia que adoptaron muchas instituciones hace años fue dejar de hablar de feminismo y hablar de “enfoque de género”, como si éste no se hubiera basado en la teoría feminista. A la categoría de género se le quita el contenido político y sobre todo el sentido cuestionador de las relaciones de poder, que es lo que sí hace el feminismo. Creo que nuestra Institución, por un tiempo, cae en esta trampita. A mediados de la década del 2000, nos damos cuenta y empezamos a revertirla, recuperando el discurso original, hablando de feminismo sin ningún complejo ni restricción. Esto nos ha colocado en situación de crítica en la ciudad, lo cual no ha limitado nuestro accionar.

- En la visión indígena, ¿cómo valoras su postura en relación al enfoque de género y el feminismo?

En el discurso gubernamental y de las organizaciones sociales indígenas originarias campesinas, se observa un rechazo a teorías extranjeras, entre ellas al feminismo. Pero, contradictoriamente, se ha creado una instancia de gobierno denominada Unidad de Despatriarcalización, dependiente del Ministerio de Cultura, que desarrolla las políticas en contra del patriarcado. Confrontar el feminismo y la despatriarcalización es una falsa dicotomía: “no somos feministas pero vamos a trabajar por la despatriarcalización”. La idea del patriarcado ha sido recuperada por el feminismo como conceptualización del andocentrismo y la organización social basada y dirigida por lo masculino. Pese a esta contradicción, que desde el Estado se promueva un discurso y políticas dirigidas a la despatriarcalización es un avance importante. Es una situación que las organizaciones de mujeres debemos aprovechar para avanzar en la estrategia despatriarcalizadora de nuestra sociedad.

– Además desde esta perspectiva ¿existe una confrontación entre los derechos individuales y colectivos?

Se ha generado un discurso distorsionado sobre los derechos individuales y colectivos, poniéndolos en contraposición. Desde el feminismo y el movimiento de mujeres creemos que no es posible que las mujeres ejerzan sus derechos colectivos si no se garantiza el ejercicio de sus derechos individuales. Los movimientos indígenas colocan a las mujeres en esa falsa contradicción generando en ellas un sentimiento de “traición” a sus derechos como grupo cultural si defienden sus derechos individuales. No se pueden defender los derechos de la comunidad destruyendo los de las mujeres.

– ¿Qué piensas de los avances en la nueva Ley sobre violencia de género aprobada este año en Bolivia?
Ha habido cambios muy favorables. Si bien, personalmente, soy partidaria de que un agresor debe ser encarcelado, las mujeres en Bolivia no están preparadas para esto, optando por no denunciar ante el temor de que sus parejas las abandonen. Las mujeres no tienen la cultura de la denuncia y de la sanción. El problema es que tienen una cultura de alta tolerancia a la violencia. Por otro lado, al ser un delito entra en la normativa penal que supone un proceso muy complejo y largo. Las mujeres no quieren pasar por un “calvario” judicial. Creo que el concepto sobre el que se ha construido la ley está bien, pero el procedimiento nos hace enfrentarnos con serios problemas de aplicación. Corremos el peligro que, en vez de avanzar en la protección del Estado a las víctimas de violencia, limite su acceso a la justicia.

– ¿Cuáles son los factores clave para lograr una verdadera transformación?

Lograr una sociedad despatriarcalizada con justicia social y de género es un proceso muy complejo y de avances lentos. Provocar transformaciones culturales en una sociedad diversa, producto de procesos históricos colonizadores que instalaron pensamientos patriarcales y machistas abusivos en toda la sociedad y sus diferentes expresiones culturales y organizativas, será producto de una lucha incesante de las propias mujeres, tanto de forma individual como colectiva.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Anticonceptivos relacionados con muerte de jóvenes mujeres en Canadá


Por Leonora Chapman | amlat@rcinet.ca

Son unas de las píldoras anticonceptivas más populares en el mercado  utilizadas por millones de mujeres.
Pero para algunas,  tomar Yaz o Yasmin las han llevado a  resultados trágicos.

De acuerdo con documentos obtenidos de Salud Canadá , médicos y farmacéuticos creen que existe un vínculo entre las píldoras y la muerte de 23 mujeres canadienses.

Algunos de ellas eran adolescentes sanas.

Escuche

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La evidencia sugiere que el riesgo de coágulos de sangre es de 1,5 a 3 veces mayor con los anticonceptivos orales que contienen drospirenona en comparación con los que contienen otra hormona, dice Health Canada. © (Robert Ballantyne / CBC)

Un anticonceptivo oral controvertido llamado Yasmin se ha convertido en la píldora anticonceptiva de mayor venta del país. En los Estados Unidos más de 4.000 mujeres han emprendido acciones legales contra el fabricante, Bayer, y más de 800 en Canadá se han unido a una demanda de acción colectiva.

Bayer comercializa Yasmin y Yaz en gran medida como una píldora anticonceptiva de nueva generación, que también controla el acné y el síndrome premenstrual.

Pero Bayer recibió la orden de detener las publicidades  porque cada vez más mujeres empezaron a enfermarse, o peor, murieron.

Una de las mujeres, de 18 años de edad, Miranda Scott, estaba trabajando en una máquina elíptica en el gimnasio en Okanagan en la Universidad de Columbia Británica, cuando se desplomó y murió hace tres años, en 2010, dijo su madre, Chip McClaughry, que se involucró en una demanda colectiva contra Bayer, el fabricante de las píldoras anticonceptivas.

Chip McClaughry , cuenta cómo fue el hecho.
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Chip McClaughry, madre de Miranda Scott © CBC
“Ella cayó de espaldas sobre una persona detrás de ella,  cuando estaba en el suelo, dijo,” no puedo respirar “, y luego se acabó. Del principio al fin, cuando comenzó a tomar la píldora, todo sucedió  en  5 semanas, y ese fue el final de una hermosa joven”.


La autopsia de su hija confirma que murió por unos coágulos de sangre.

Y de acuerdo con Salud Canada, el riesgo de coágulos de sangre es de 1 y medio  a 3 veces mayor en Yaz y Yasmin en comparación con otras píldoras anticonceptivas.

El abogado Matthew  Bear, en London,  Ontario está al frente de una  primera demanda colectiva contra Bayer, utilizando  una página de Facebook para reclutar a 1 400 potenciales víctimas.

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Matthew Bear, abogado © CBC
Si hubiera una solución negociada  se aplicaría por igual a todo el mundo en  Canadá.
Además de  varias muertes, el abogado pretende que sus clientes incluyan a mujeres que sufrieron lesiones a largo plazo.

Como accidentes cerebrovasculares, embolias pulmonares, que es un coágulo de sangre en los pulmones o una trombosis venosa profunda, o una mujer joven saludable que  tiene  que someterse a una operación para eliminar su vesícula biliar.

La radio pública canadiense CBC  ha contabilizado todas las 600 reacciones adversas a estas píldoras reportadas a Salud Canadá  por los médicos o las farmacéuticas desde 2007.

Se incluyen las muertes  de 23 mujeres canadienses, algunas de tan sólo 14 años de edad.
Pero otro abogado, Tony Merchant, que representa a clientes fuera de la provincia de Ontario cree que se conocerán sobre más muertes cuando  los médicos y las familias sepan más acerca de este caso.
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© CBC
Hay cerca de treinta o cuarenta muertes que creemos que son conocidas, pero estas serían solo  la punta del iceberg.

Bayer  ha pagado ya más de mil millones de dólares – en un marco de demanda colectiva  en los EE.UU.
Pero el hecho de que ahora un juez en la provincia de Ontario haya autorizado  por primera vez una  demanda colectiva no significa que Bayer haya sido encontrado culpable.

En una declaración a CBC, la compañía Bayer informó estar decepcionada con el juez de Ontario que autorizó la acción colectiva y dice que está preparado para defender  sus productos.

La compañía se presentará ante  el tribunal la primera semana de septiembre para apelar la decisión.

Las mujeres del 68



Por: ELIA BALTAZAR/ EL SIGLO DE TORREÓN / MÉXICO, D.F

Rebeldía se escribe en femenino. Si lo sabrán ellas, las dirigentes, las activistas, las brigadistas y militantes que en 1968 apresuraron el paso para rebasar su tiempo.

Poco se sabe de ellas. Sus nombres y su historia son el intermedio de un capítulo hasta ahora escrito en masculino: el movimiento estudiantil. Pero allí estuvieron. Al frente y a los lados. Jóvenes mujeres que desafiaron la inercia de las normas y la política de pantalón porque también querían cambiar el mundo. Y el suyo, al menos, cambió para siempre.

Myrthokleia González, Marcia Gutiérrez, Adriana Corona, Herlinda Sánchez Laurel, Martha Servín y Patricia Martínez (entre muchas otras) son las mujeres del 68 que hicieron política escabulléndose de casa, las que cambiaron las fiestas por las asambleas, practicaron el feminismo antes de conocerlo y se sintieron iguales como nunca a los otros, sus compañeros, a quienes no abandonaron ni en la cárcel, aun bajo riesgo de ser ellas mismas detenidas. En esos días la minifalda y el pantalón corrieron parejo para escapar de las golpizas y las detenciones. Unas y otros se apropiaron de las calles y las compartieron, aprendieron juntos el arte de la arenga, el boteo y la pinta en brigadas callejeras. Ellas también cayeron en la cárcel, murieron, desaparecieron o fueron torturadas los días que siguieron al 2 de octubre. Las más afortunadas siguieron adelante hasta el invierno del movimiento.

Hoy, en torno al fuego de la conmemoración, ellas se reúnen para rescatar la voz de las mujeres en esta historia colectiva escrita 45 años atrás.

 EL GERMEN DE LA POLÍTICA 

Parece que el mal ya lo traían de origen y brotó apenas hubo ocasión. Unas manifestaron síntomas antes que en otras. Pero todas ya habían sufrido de fiebres políticas antes de saltar al movimiento.

Adriana se hizo militante de "una secta" de izquierda en la preparatoria: la Liga Espartaco. Marcia militaba en la fe: era representante nacional juvenil de la Unión Femenina de Estudiantes Católicas, hasta que el cisma de Juan XXIII dividió a la Iglesia y ella optó por el ala liberal.

Martha se hizo militante del Partido Comunistas Mexicano en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Politécnico y Mirthokleia, única mujer en su escuela, aprendió de liderazgo en la sociedad de alumnos de su Vocacional.

Herlinda, estudiante de arte en La Esmeralda, no hizo más que seguir el trazo de vida de "los ídolos de entonces": Sequeiros y Rivera, comunistas ambos, quienes la llevaron a olfatear la ruta de la izquierda. Y Patricia, que siempre tuvo inquietudes, se entrenó en las causas universitarias.

La biografía de cada una de ellas tiene sello propio. Mirthokleia fue la primera mujer -y la única durante mucho tiempo- que ingresó a la escuela Wilfredo Massieu del Politécnico para estudiar mecánica industrial. "No había ni secretarias, pero ya estaba acostumbrada a tratar con puros hombres desde la Vocacional". En el tercer año de la carrera y con 21 años, se hizo maestra en la escuela técnica Juan de Dios Bátiz, también del Poli.

Herlinda vino de Ensenada, Baja California, para estudiar arte, en una época en que las mujeres no salían de casa. "Desde que llegué a la ciudad de México, me hice de amigos con ideas de avanzada que estaban metidos en causas políticas. Ya en las primeras luchas en la Facultad de Derecho (el movimiento universitario de 1966) andábamos allí, apoyándolos con carteles y mantas. La mayoría éramos norteños y formamos parte de una célula del Partido Comunista. Éramos los más aventados, los que podíamos aventarnos al ruedo porque aquí no estaban las familias ni los padres para cuidarnos".

Adriana y Martha llegaron el movimiento estudiantil por la izquierda. La primera de manera que parece casi natural. "Comencé a militar y a hacer labor política en la preparatoria, donde hacíamos un periodiquito en el que hablábamos de todo lo que estaba pasando en el mundo con los jóvenes… quién lo iba a decir".

En Ciencias Biológicas, Martha se integró al Ateneo Nezahualcóyotl, una organización estudiantil de carácter político y cultura que más tarde la impulsó como secretaria general de sociedad de alumnos de la escuela. "No había mujeres en esos cargos de representación estudiantil y al lanzar mi candidatura se desató una campaña en mi contra: ponía carteles que dibujaban a una mujer con un látigo en la mano, azotando a un hombre. Yo hice lo mío, busqué a los mejores para integrar mi planilla, y arrasamos. Al mismo tiempo, mi relación con el Partido Comunista se volvió más estrecha y más tarde me integré a la Central Nacional de Estudiantes Democráticos".

Marcia y Patricia dieron sus primeros pasos en lucha estudiantil, en un movimiento que surgió en la Facultad de Odontología, en abril del 68. Fue en defensa de un grupo de maestros cesados "de manera injusta" por las autoridades de la facultad. "Perdimos, pero nos identificamos los estudiantes con inquietudes políticas", recuerda Patricia.

Marcia fue representante en ese movimiento que se convirtió en ensayo de lo que vendría después. Además acudía regularmente a la Parroquia Universitaria del CUC, donde los estudiantes católicos hablaban sobre temas de política y el mundo: el mayo de París concentraba su atención.

"Muchas de quienes estuvimos en el CNH ya teníamos una experiencia previa, muy temprana, en actividades políticas y nos distinguíamos como representantes de nuestras escuelas. Además, cada una representaba muy bien el medio del que venía. Yo, con mi perfil católico, no hubiera podido ser representante en la Facultad de Derecho. Pero la Tita (Roberta Avendaño, dirigente en leyes) tampoco hubiera podido serlo en Odontología, donde los compañeros eran más conservadores.

 SALTAN A LA PROTESTA A quién sorprende entonces que aquellas jovencitas saltaran espontáneamente a la protesta contra la irrupción de los granaderos en las vocacionales, el bazucazo en San Ildefonso y la represión de la marcha del 26 de julio.

Adriana, que había estado en aquella manifestación (en la que granaderos y policías la emprendieron contra estudiantes y comunistas), fue elegida en su preparatoria como representante ante el Consejo Nacional de Huelga. Esa misma noche fue detenida la primera mujer del movimiento estudiantil: Oralia García Reyes, una jovencita de 17 años, hermana menor de Efraín y Jaime García Reyes, los dos dirigentes estudiantiles en el Politécnico y miembros de la CNED.

"Tan pronto supe que habían comenzado las detenciones, decidí quedarme toda la noche en la UNAM, en la Facultad de Ciencias Políticas que ya estaba en huelga, lo mismo que mi preparatoria", recuerda Adriana.

A Marcia no se le olvida "el shock" de su primera asamblea en el CNH. "Pensé que iba a ser algo muy serio, muy formal, y cuando vi aquella cantidad de gente, sólo atiné a pescarme del brazo de mi compañero de Odontología. Algunos se preguntaban qué hacíamos allí los de esa facultad, que no tenía mucha tradición de lucha libertaria. Pero allí estábamos. Para mí fue toda una escuela de política".

Patricia se sumó al movimiento en la marcha de protesta que encabezó el rector Javier Barros Sierra, el primero de agosto. En Odontología no hubo asamblea que eligiera representantes, como en el resto de las escuelas. "No era un escuela politizada y la representación la tomamos de manera natural quienes estábamos interesados en el movimiento. Como éramos muy pocos, unos 15 quizá, nos juntábamos con las brigadas de Ciencias Políticas o Derecho".
Mirthokleia admite que tardó algunos días en que "me cayera el veinte de lo que había pasado". Pero tan pronto tomó conciencia de la dimensión de la violencia contra sus compañero, organizó una asamblea informativa en la Wilfredo Massieu. Como única mujer, sus compañeros quisieron asignarla a las labores de la cocina al organizar la huelga, pero ella se negó de tajo. "A mí me gustaba prensa y propaganda, repartir volantes, conseguir cosas en la radio".

Su liderezgo se impuso y a las dos semanas de que estalló el movimiento "me pidieron que leyera el pliego petitorio". A partir de entonces organizó las asambleas en su escuela y la nombraron representante ante el CNH.

Para el 68 Martha Servín ya no era estudiante -como tampoco Raúl Álvarez Garín-. Trabajaba como vendedora de libros de la editorial Siglo XXI, pero igual se involucró en el movimiento no sólo por ser parte del Poli, sino como militante del Partido Comunista. Fue delegada al Consejo Nacional de Huelga en la etapa posterior a la ocupación militar del Casco de Santo Tomás. "Primero fui brigadista en provincia, enviada por el PMC. Visitaba las universidades y centros de estudio de toda la República para plantear los propósitos del movimiento. Iba y regresaba para asistir a las marchas y los mítines, y luego del 23 de agosto la asamblea aprobó mi representación ante el CNH. Me tocó la parte más difícil del movimiento, cuando ya todo el mundo está en la cárcel. Más que representante, me sentía la mamá de Ciencias Biológicas, porque todos acudían a mí para cualquier problema".

 ERAN POCAS De los 200 delegados que conformaron el CNH, sólo 15 eran mujeres. Si acaso, dice Adriana Corona. "Fuimos pocas en los órganos de dirigencia, pero muchas en las brigadas".

Paco Ignacio Taibo II las recuerda en su libro 68: "Las mujeres eran maravillosas. Eran guapas, guapísimas… Paseaban su indiscutible belleza con desenfado y sin cosméticos (…) Tenían mayor sentido de lo cotidiano, eran menos limitadas que uno. Y además podían reírse, y tú hacerte eco de ellas, si algún primate decía que las compañeras no podían salir a pintar en las noches. Éramos tan endiabladamente iguales y diferentes…" Muchas de ellas asumen que no tenían la preparación política de los hombre "ni sabíamos echarnos rollos como ellos, pero nuestra presencia fue masiva, como nunca se había visto", dice Adriana.

No hubo miedo que les cortaran las alas. Para muchas, el movimiento estudiantil fue el primer campo de batallas personales. "A muchas compañeras sus padres las encerraban o las mandaban a provincia con familiares para impedirles participar. Otras se rebelaron o mintieron: decían que iban a una fiesta y se escapaban a las asambleas de sus escuelas, pero así fuimos ganando libertad y confianza".

Todas nos la jugamos igual que los hombres, sigue Marcia. "Al principio, una amiga me dijo: oye, y qué es eso de botear. Aprendimos y lo hicimos… Íbamos a Sanborn's, nos poníamos afuera de las iglesia, nos subíamos a los camiones y con todo el miedo nos echábamos el rollo. Era dificilísimo y a veces teníamos que ir a Ciencias Políticas a copiar las consignas. Hay quienes niegan la importancia de esa participación al decir: es que yo nomás era de las brigadas. ¡Pero las brigadas hicieron el movimiento en las calles, con la gente!".

A tal punto se involucró Patricia en el movimiento, que de plano dejó el trabajo. "Las asambleas en Odontología era muy difíciles, porque la escuela quería regresar a clases y nosotros queríamos seguir en huelga. Fue archidifícil sostenerla con 15 compañeros, siete mujeres y el resto hombres".

Para Mirthokleia las cosas no se pusieron tan complicadas en su casa. Toda su familia apoyaba el movimiento. Su papá, el primero, porque era maestro de ciencias biológicas en la vocacional 3. "Mis hermanas boteaban y mi mamá repartía propaganda en el mercado y llevaba comida a los muchachos de la Wilfredo Massieu. Raro que nos hubieran dejado, porque mi papá era muy estricto. Por eso también me metí al movimiento. Nos tenían amarrados por todas parte, en la casa, en la escuela, en todos lados".

A Herlinda quisieron regresarla a casa, pero no pudieron. Un día, preocupado por lo que ocurría con los estudiantes, su padre viajó a México para ver qué pasaba con su hija. No pudo hacer mucho. "Nos veía salir disfrazadas, con peluca, y preguntaba qué pasaba. Pues pasaba que nos querían agarrar. Yo le dije que se regresara a Ensenada, que iba a estar bien".

Marcia aclara que en el movimiento estudiantil las mujeres rompieron roles y estereotipos. Y es un error si se piensa que ellas ocuparon las cocinas de las escuelas. "Es cierto que muchas no teníamos experiencia política, pero hubo una evolución de ideas y actitudes en un lapso realmente corto".

Una anécdota ilustra el tránsito de las mujeres en aquellos días: "En las maratónicas asambleas del CNH, los compañeros a veces utilizaban palabra de las que no teníamos ni idea. Me acuerdo de una que me dejó con la boca abierta: plusvalía. Supe después lo que significaba y cuando caminábamos sobre Insurgentes señalábamos los restaurantes y negocios como ejemplo de la condenada plusvalía. Así nos entrenamos".

 CUENTAN ANÉCDOTAS Divertidas, gozosas, melancólicas, cada una de ellas desgrana a la distancias sus anécdotas del movimiento y traza en el recuerdo a las mujeres que ya no están. Entre ellas, Roberta "La Tita" Avendaño, una de las dirigentes más recordadas, presa en Santa Martha, aguerrida y mal hablada como pocas.

"Ella venía del movimiento magisterial. Tenía un carácter muy impulsivo y era capaz de controlar con groserías al consejo, cuando ya no se podían soportar las discusiones", recuerda Marcia.

Adriana, por su parte, se hace eco de la memoria de María Eugenia Valero, que a los 16 años era representante de la Preparatoria Uno y cayó presa en la toma militar de CU, junto a sus padres, quienes también estaban en asamblea. "Hubo como 40 mujeres detenidas esa noche y a todas las llevaron a Lecumberri, las metieron en una sola celda. Como había ratas, todas terminaron arriba de una especie de mesa grandota de concreto, abrazadas unas con otras".
Ella, además, fue una de las chavas de la Prepa Uno que corrieron de su escuela a los porros: "Los corretearon hasta alejarlos, y a eso no se atrevían ni los hombres", dice.

En Herlinda, pintora, las palabras se le vuelven colores al recordar las noches y los días que pasaban en San Carlos y la Esmeralda pintando las mantas para las manifestaciones, los carteles, haciendo los grabados. Luego atacaron San Carlos, destruyeron los talleres y todo el trabajo se trasladó a La Esmeralda, ocupada de tiempo completo por los estudiantes para impedir que la atacaran.

Su voz hace énfasis cuando relata el día que retomaron las oficinas del Partido Comunista, en la calle Mérida de la colonia Roma, luego de que el 26 de julio las ocupara la Policía política. "Me tocó a mí retomarlas junto a un club de barrio de la Juventud Comunista. Las limpiamos, las ordenamos y montamos una guardia. A mí me dieron la misión de ese acto simbólico que hice sin pensarlo, no quise pensarlo, porque podíamos ser detenidos reprimidos. Fue un hermosísimo acto que nunca voy a olvidar".

En el movimiento Patricia se enamoró del hombre que hoy es su esposo, Javier Mastache, entonces dirigente estudiantil. Y había política hasta en el amor: "Hallé en él una afinidad, principalmente, de ideales y visión de futuro".

La noche más emocionante: aquella en la que, a petición de Marcia, escondió a un compañero de Chapingo que ni conocía, sin que sus papás se dieran cuenta. "Lo metí a escondidas y le di unos sarapes y le dije: ahí te duermes, escondido detrás de un sillón en la sala de mi casa. Esperé a que mi mamá se fuera a misa y papá al trabajo para sacarlo. Jamás se enteraron. Ya entonces era peligros esconder a cualquiera".

A Mirthokleia el riesgo y la aventura la persiguieron siempre durante el movimiento. Fue ella la que rescató a Fernando Zárate del hospital La Villa, donde se encontraba herido luego de los enfrentamientos con los militares en la unidad profesional Zacatenco. "Me hice pasar como su prima para sacarlo y llevarlo en una ambulancia de la Escuela Superior de Medicina".

India: "Diosas Abusadas”, polémica campaña contra la violencia de género


Una serie de imágenes muestra mujeres maltratadas vestidas de deidades hindúes

Redacción AmecoPress


Madrid, 02 oct. 13. AmecoPress/El Observador.- La campaña de bien público "Diosas abusadas" levantó la polémica en India por la utilización de una serie de imágenes con mujeres maltratadas vestidas de deidades hindúes.
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Para luchar contra la violencia de género en una sociedad con cifras escalofriantes de violaciones a niñas y mujeres, el objetivo planteado por los creativos fue rescatar la importancia de la mujer en la religión mayoritaria de la India: el hinduismo. Para lograrlo, los afiches muestran tres mujeres vestidas como las deidades Saraswati, Lakshmi y Durga. Debajo de cada cartel dice "Salvemos a nuestras hermanas" y contiene el siguiente mensaje: "Recen para que nunca veamos este día. Hoy más del 68% de las mujeres en la India son víctimas de la violencia doméstica. Mañana, parece que ninguna mujer se salvará. Ni siquiera las que rezan".

El abordaje religioso del problema busca generar conciencia e impactar a la vez. La campaña ha tenido sus defensores y detractores. Quienes destacan la idea como positiva sostienen que sirve para generar conciencia sobre el espacio relevante que la religión hindú, practicada por 80% de la población india, le da a las mujeres. Y como una sociedad violenta contra las mujeres sería incoherente con su esencia religiosa.

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Los opositores a la campaña argumentan que el concepto es demasiado abstracto y que se vale de estereotipos para llegar a las masas, pero que no logra superarlos, y que fomenta otro tipo de deshumanización femenina.

La agencia que creó la campaña fue Taproot India. En un principio, se atribuyó como cliente el programa "Salva a nuestras hermanas" de la organización Salva a los Niños India. No obstante, el CEO de la ONG india se desvinculó públicamente de la campaña, argumentando que no representa su trabajo: luchar contra la explotación sexual y la trata de mujeres.

Foto: 1) Representación de la diosa Durga. 2) Mujer golpeada disfrazada de la deidad Saraswati. -

México: una urdimbre de problemas


Palabra de Antígona

“Hasta ahora la entrada de las mujeres a la política ha sido errática y engullida por el sistema antidemocrático. Y con todo insistimos, nos revelamos y gritamos por la democracia, en un desierto abrazador, de difícil entendimiento”


México D.F., 02 oct. 13. AmecoPress.- Hace 60 años por fin las mujeres pudieron votar y ser votadas. Seis décadas intensas de cambios profundos. México en los años 50 era un país de posibilidades inmensas; tras la segunda guerra mundial iniciamos el camino del desarrollo. Unas cuantas mujeres, entonces de lo que hoy conocemos como partido oficial, reunieron las posibilidades para actuar, por fin, en el mundo de la toma de decisiones.

Pocas, algunas, suficientes, ocuparon curules y lugares para compartir ese anunciado desarrollo. No fue hasta 1964 que se hizo una pequeña reforma política para que accedieran a las cámaras diputados y diputadas de partido. Más tarde vinieron las reformas de 1977 que impulsó José López Portillo; del 89 de Jesús Reyes Heroles, luego otras, hasta que accedimos a un sistema de partidos y se independizó del gobierno el órgano electoral.

La llegada de mujeres ha sido muy lenta, hasta los años 90 no se elegían más allá de 12 por ciento. La revolución sumada de mujeres de partido y mujeres del movimiento social y feminista fueron lentamente incursionando en ese mundo de la política que sólo es de los hombres, sus reglas, sus escenarios, sus proyectos. A partir de la crisis del 95, supimos que el país se fue hundiendo lentamente, de su proceso estabilizador a ser el campeón de la desigualdad.
Con la llegada de Acción Nacional al poder iniciamos un proceso evidente de violencia institucional. Una herida profunda se vive en millones de hogares de desaparecidas y desaparecidos; se evidenció la violación sistemática de los derechos humanos; las muertes evitables aparecieron nítidamente, las reglas y las leyes mostraron su inoperatividad. Las mujeres identificamos desde 1993 el prominente y lastimoso asunto de la violencia feminicida, sin retorno y sin justicia.

Los sectores sociales, la protesta, el levantamiento de demandas ha ido revelando esta construcción de ciudadanía, a veces desviada, con frecuencia recurrente en la demanda de democracia y libertad; llena de escollos y dificultades. Pero millones de mujeres viven en la ignorancia de sus derechos y en la penumbra de la pobreza, y la desigualdad.
Hoy, cuando festejamos haber conseguido en 1953 el voto ciudadano, tenemos que reconocer una urdimbre de avances jurídicos y una base de desgracias, sistemáticas y acumuladas: las más pobres entre los pobres; sujetas del proceso devastador de la violencia; víctimas de la estulticia urbana que ha descubierto el agua, un sin número de atrocidades y corrupción. Casas construidas en zonas de alto peligro, carreteras destruidas porque quién sabe qué materiales usaron sin control, caminos que nunca se terminaron, comunidades que se aislaron y hoy aparecen en las pantallas de televisión como enclaves insultantes de un sistema inoperante hacia la justicia social y profundamente exitoso en la acumulación de la riqueza para unos cuantos. País atorado.

Las mujeres han ratificado su deseo de poder. Los grupos civiles de mujeres han descubierto el diagnóstico de los pendientes: la muerte materna, la que se levanta sobre nuestros cuerpos llenos de prohibiciones; el derecho a interrumpir un embarazo siempre pospuesto; los sistemas patronales que nos niegan el derecho al trabajo mientras exaltan la maternidad; labores subordinadas y mal pagadas; diputadas y políticas a quienes se les obstruye su crecimiento; partidos políticos de pacotilla violando la ley o las leyes electorales.

Hasta ahora la entrada de las mujeres a la política ha sido errática y engullida por el sistema antidemocrático. Y con todo insistimos, nos revelamos y gritamos por la democracia, en un desierto abrazador, de difícil entendimiento.

Los derechos o son derechos o son simplemente papel mojado. Contamos con un cuerpo jurídico manco y cojo: las diputadas en los espacios nacionales y locales se debaten entre las prácticas masculinas y antidemocráticas y la propuesta feminista, social, abierta, también pospuesta y con frecuencia estereotipada. Los grupos de interés con sus propias agendas han creado una diáspora y una telaraña ininteligible. Es funcional al sistema la desgracia de los partidos, los sindicatos y las grandes asociaciones, para dar paso a ciudadanías restringidas a sus intereses particulares, con pequeños grupos sin coordinación, sin programas nacionales, sin caminos precisos.

Un gran desafio. Tal vez por ello es tan importante el proceso emprendido para celebrar el IX Encuentro Nacional Feminista entre el 25 y 27 de octubre en la ciudad de Guadalajara, donde el reto es desarrollar con capacidad autocrítica un balance de nuestras acciones y la posibilidad de programar juntas, de crear fuerza común, de encontrarnos, comunicarnos, actuar en forma articulada ¿Qué sigue?.

Ahora alrededor de esta celebración estamos obligadas a un balance objetivo, abarcador, donde no cabe la exclusión: ni es verdad que no hemos avanzado en nada, ni es verdad que sí, que avanzamos promisoriamente. Tendremos que analizar el yo feminista en un país devastado, sin justicia, donde son heridas las vías del tren que traen de Centroamérica a miles de mujeres buscando trabajo; las fronteras donde se abusa y usa a las mujeres en ese proceso insultante de la trata; mirar con ojos serenos y críticos la construcción de instituciones que no nos gustan, y que hemos demandando; la manera como se legisla contra nuestros derechos y en favor de los mismos en un proceso contradictorio y penoso.

¿Dónde estamos? En el espacio público de manera creciente. Somos las mismas que enseñamos a los niños y los abandonamos por meses en las aulas, sin que se sepa bien a bien por qué, mientras se hunde el Sistema Educativo Nacional y los sindicatos y sus dirigentes corruptos. ¿Dónde está nuestra palabra y nuestra acción transformadora? Tal como lo plantea la filosofía feminista. ¿Cuáles son nuestros retos como ciudadanas con conciencia feminista?

En un tobogán de contradicciones en las que nos asombra el show de una figura enajenante de la televisión, pero no hemos sido capaces de ir al fondo de las nuevas leyes de telecomunicaciones y sólo deseamos usar a los medios como instrumentos para nuestra propaganda o visibilidad.

Es este un momento crucial, una oportunidad y un desafío para reconstruir nuestra ética y nuestras acciones. Ser fieles correligionarias de quienes han mandado y gobernado en México o recuperar nuestra ética y constituirnos en una fuerza política, con una mirada de largo alcance, capaz de analizar y cuantificar daños, pendientes, promesas, programas, fondos económicos para salvar la vida material y simbólica de las Mexicanas. Nunca antes como en este momento el país ha estado tan abierto y claro en sus contradicciones, desigualdades, malas políticas y sin una sociedad consciente, porque la caída del sistema educativo nacional significa eso, ciudadanía vacía y triste.

Los frentes abiertos para impedir la gobernabilidad deja en la lona a todas y todos los políticos del sistema; la etapa reformista se derrumba; pero no hay que cerrar los ojos: las protestas están diciendo algo, algo importante a quienes detentan el poder y a quienes se oponen al poder. En ambos lados hay un machismo y una ginopia sobre lo que somos las mujeres, que ofrece pocas posibilidades. Los intereses económicos globales hoy, otra vez, como hace 40 años, están demandando nuestros brazos para que se levanten. Ver con claridad, nos ayudaría a crear un proyecto renovado de la política feminista. Veremos.
Foto: Archivo AmecoPress.