9/20/2025

Nuestra lucha es la misma: mujeres indígenas navegan hacia Gaza

 Por Laura M. De Vos, Katrien Demuynck 

Fuentes: Rebelión [Foto: Indígenas (gidimt’en) de Canadá en solidaridad con el pueblo palestino (Indigenous for Palestine)]

Traducido del neerlandés por las autoras

Dos mujeres indígenas de América del Norte viajan con la Flotilla Global Sumud. En una carta explican que reconocen en Gaza la misma opresión colonial que ha afectado a su pueblo durante siglos, y que su lucha está estrechamente relacionada con la de los palestinos.

En la Flotilla Global Sumud viajan dos mujeres indígenas de Turtle Island, Suzanne Shoush y Mskwaasin Agnew. Turtle Island o Isla Tortuga es el nombre indígena de Norteamérica. Su presencia en la Flotilla no es casual, sino que se inscribe en una tradición de décadas.

Acabamos de publicar un libro sobre la resistencia indígena en América del Norte titulado ‘Voorbij Winnetou en Pocahontas’ [Más allá de Winnetou y Pocahontas]. Llama la atención que los protagonistas que entrevistamos para el libro se refirieran constantemente a la lucha palestina por la autodeterminación.

Colonialismo de poblamiento entonces y ahora

Los indígenas norteamericanos reconocen en la ocupación israelí y su política de expulsión en Palestina su propia lucha. Por eso les parece evidente llamar a la solidaridad con el pueblo palestino. Desde 1492 sus familias han vivido exactamente lo mismo y su lucha contra la colonización continúa cada día.

Lo que está sucediendo hoy en Gaza y en Cisjordania es una nueva edición de este antiguo colonialismo de poblamiento. Por lo tanto, hay muchas similitudes y conexiones directas entre las historias del colonialismo de poblamiento en América del Norte y Palestina, y en la solidaridad entre estos pueblos.

Los propios sionistas ya hicieron la comparación a principios del siglo XX. En su ensayo El muro de hierro, de 1923, el sionista Ze’ev Jabotinsky señaló que el pueblo palestino muestra el mismo “amor instintivo y celo orgánico” por Palestina que los sioux por su tierra. Según él, estos pueblos siempre se opondrían a la colonización. Por eso, al igual que con los sioux, un enfoque suave no podía funcionar con los palestinos, escribió.

Durante el movimiento Red Power, en el que el American Indian Movement tomaría la vanguardia, se establecieron los primeros contactos entre el AIM y el movimiento de liberación palestino.

En 1974, en la conferencia fundacional de la ONG indígena International Indian Treaty Council en la reserva de Standing Rock, varios palestinos se encargaron de la seguridad. Fueron recibidos por el American Indian Movement. El Movimiento Indígena Americano no solo los consideraba aliados con experiencia en la resistencia y las operaciones clandestinas, sino también forasteros que no estaban bajo el control de los servicios de inteligencia estadounidenses y, por lo tanto, eran de confianza. Su presencia era al mismo tiempo una poderosa muestra de solidaridad internacional.

Durante las protestas contra el oleoducto Dakota Access (2016-2017), los palestinos expresaron enérgicamente su solidaridad con los Water Protectors, Protectores del Agua, compartieron conocimientos sobre cómo lidiar con el gas lacrimógeno, recaudaron fondos y establecieron paralelismos entre la ocupación de Palestina y la amenaza a las tierras de Standing Rock.

Foto: Discurso de Nick Tilsen en una manifestación celebrada el 4 de noviembre de 2023 en Washington DC (NDN Collective)

Carta

Las dos mujeres indígenas que viajan con la Flotilla Global Sumud escribieron su motivación en una carta que fue firmada por diecinueve mujeres líderes indígenas.

“Escribimos como mujeres indígenas, personas two-spirit e indigiqueer, desde nuestra responsabilidad hacia nuestros pueblos y nuestra tierra, para alzar nuestra voz en solidaridad con el pueblo de Palestina.

Lo que está ocurriendo en Gaza es un genocidio. Es la continuación y la escalada del colonialismo, la exterminación y la violencia estatal, patrones que los pueblos indígenas de la Isla Tortuga conocen muy bien.

Durante generaciones,nuestros pueblos han sufrido el hambre forzada, el robo y la destrucción de nuestras tierras, los ataques a nuestros conocimientos tradicionales y sistemas de parentesco, los ataques a nuestros hombres, mujeres y niños, y las políticas destinadas a exterminarnos.

En Palestina vemos las mismas estrategias de dominación colonial, llevadas a cabo mediante un bloqueo ilegal, bombardeos, robo de tierras y ecocidio, y la privación de alimentos, agua y medicamentos. Al igual que nuestros antepasados sobrevivieron a la cruel maquinaria de los Estados coloniales a los que aún nos resistimos, los palestinos se resisten hoy al genocidio de su pueblo.

En este contexto de lucha conjunta, reafirmamos nuestro apoyo a la flota humanitaria que navega para romper el asedio de Gaza y a dos mujeres indígenas, la Dra. Suzanne Shoush (St’atl’imx/Sudanesa, Primera Nación Leq’á:mel) y Mskwaasin Agnew (Cree/Dene, Primera Nación Salt River), que se unirán a la flota.

Su participación en esta misión íntegramente femenina es una continuación del papel histórico que siempre han desempeñado las mujeres indígenas: guiar a nuestros pueblos a través de las catástrofes y liderar con resiliencia y fuerza. (…)”.

Foto: la carta de las dos mujeres indígenas se leyó el lunes 15 de septiembre durante una manifestación en Amberes (A. Declerc )

La solidaridad con Palestina como profundo compromiso

En nuestro libro, Nick Tilsen, fundador y director ejecutivo de NDN Collective, responde a nuestra pregunta sobre el significado de la solidaridad con Palestina para la lucha por la soberanía indígena en Turtle Island:

“Desde el principio NDN Collective ha dado prioridad al no reconocimiento de las fronteras coloniales que dividen a las naciones indígenas. Esa es nuestra postura política. Eso hace que nuestro trabajo sea intrínsecamente internacional. Tenemos un enfoque más hemisférico.

Fíjese en la lucha palestina y la complacencia del Gobierno de los Estados Unidos ante lo que está sucediendo en Palestina, pero también su responsabilidad directa en lo que está ocurriendo allí.

El Gobierno de los Estados Unidos nunca tendría los medios para asesinar a los palestinos en su propia tierra si no hubiera robado primero la tierra a los pueblos indígenas aquí. Extrajeron los recursos de esa tierra y construyeron un sistema económico que nos ha llevado a la pobreza aquí, pero que al mismo tiempo ha construido uno de los países capitalistas y coloniales más grandes y poderosos del mundo.

Como sabemos perfectamente cómo trata el Gobierno de los Estados Unidos a los pueblos oprimidos cuando quiere eliminarlos, consideramos que es nuestra profunda obligación y responsabilidad solidarizarnos con el pueblo palestino, que hoy sufre la misma opresión.

Foto: Nick Tilsen en una manifestación el 4 de noviembre de 2023 en Washington DC. (Cristina Verán)

Nuestro papel como NDN Collective en la lucha palestina es organizar la solidaridad, bajo su liderazgo. En la lucha por nuestros propios países de origen, asumimos con gusto el liderazgo. Mientras otras personas luchan por sus propias libertades en sus propios países de origen, nuestro papel es apoyarlas y solidarizarnos con ellas.

Es importante que los activistas de Estados Unidos ejerzan presión sobre Estados Unidos en particular, porque sin el Gobierno de Estados Unidos, el Estado de Israel no existiría y no tendría su fuerza militar, su poder político y sus capacidades financieras.

Al mismo tiempo, el Gobierno de los Estados Unidos envía recursos para bombardear y matar al pueblo palestino, sin cumplir siquiera con sus obligaciones contraídas en virtud de los tratados con los pueblos indígenas de este país.

Por lo tanto, se trata de una cuestión fundamental de justicia. Además, lo hacen en nombre de la ‘democracia’, ya sabes. Estas son las razones por las que es tan importante para nosotros solidarizarnos con los palestinos. Al fin y al cabo, se trata de una cuestión de derechos humanos a escala mundial”.

Laura M. de Vos es profesora adjunta de Estudios Indígenas Norteamericanos. Ella y Katrien Demynck son miembros del capítulo belga de la REDH.

Texto en neerlandés: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2025/09/17/onze-strijd-is-dezelfde-inheemse-vrouwen-varen-mee-voor-gaza/

Saturan Google con peticiones para saber cómo crear pornomontajes de mujeres

 

Siguiendo los datos del informe «Estado de deepfakes. Realidades, amenazas e impacto» de Security Hero.io, se reportó que una de cada tres herramientas deepfake permite a los usuarios crear pornografía gracias a la disponibilidad de herramientas, sofware y comunidades que son de acceso gratuito y fáciles de usar. Anteriormente se requería de experiencia técnica para alterar una imagen que mantuviera realismo; sin embargo, ahora existen más de 42 herramientas de este tipo con 10 millones de búsquedas mensuales.

«Ahora toma menos de 25 minutos y cuesta $ 0 crear un video pornográfico deepfake de 60 segundos de cualquier persona usando solo una imagen de rostro clara» -Security Hero.io

Entre los hallazgos se encontró que la pornografía creada con inteligencia artificial representa el 98% de todos los videos deepfake en línea, esto demuestra que su distribución está relacionada con la creación de video de contenido sexual no consentido con la intención de difamar, violentar y denigrar.

En 2023 se encontraron 95 mil 820 videos pornográficos deepfake que representaron un aumento de 550% respecto a 2019. El crecimiento exponencial indicó una rápida proliferación de la tecnología para su creación, ya que 7 de cada 10 sitios de pornografía alojan este material con un total de 303 millones 640 mil 207 visualizaciones y un tráfico mensual de 34 millones 836 mil 914 de tan solo10 populares sitios

Security Hero.io señala que el género juega un importante papel en la selección de personas para manipular el contenido deepfake, ya que el 99% de este material presentan a las mujeres como sujetos principales y solo el 1% a los hombres. Por otro lado, el 48% de los varones estadounidenses encuestados visitaron estos sitios al menos una vez en su vida y el 74% no se sintió culpable por ello.

A nivel global, las principales nacionalidades que abundan en las mujeres expuesta son de Corea del Sur, Estados Unidos, Japón, Inglaterra, China, India, Taiwán e Israel que se relacionan con tensiones geopolíticas o estereotipos culturales. El 94% de ellas trabajan en la industria del entretenimiento, principalmente como cantante, actriz, creadora de contenido, modelo o aleta. El informe indica que esto puede deberse a que sus rostros son más reconocibles dentro del público general.

CIMAC Foto: César Martínez López

Los deepfakes y su funcionamiento

La palabra deepfake está conformada por la combinación de los conceptos deep learning (aprendizaje profundo) y fake (falso). Se refiere a la generación de contenido por una red neuronal artificial y es una rama del maching learning (aprendizaje automático) para crear contenido falso, pero realista. El término emergió en 2017, cuando un internauta subió a la red un video pornográfico donde el rostro de la actriz fue cambiado por el de una celebridad.

Desde entonces, se volvió popular la elaboración de deepfakes con el rostro de cualquier persona; sin embargo, los de mayor incidencia fueron usados sobre las mujeres. Su utilización en este tipo de contenido rompe cualquier barrera: niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres adultas, indígenas, afrodescendientes hasta personalidades con poder como celebridades, funcionarias y hasta mandatarias.

Según información de la tesis “Violencia contra las mujeres en la Era Digital: la amenaza de los Deepfakes”, la tecnología detrás de la alteración de imágenes y videos es una red neuronal que aprende y copia las características de las imágenes originales para formar nuevo material con contenido falso e hiperrealista.

La autora de este texto, Viridiana Cuevas Orta apunta a que existen tres principales modelos: autoregresive model, que examina pixel por pixel; autoenconder, que codifica los datos de entrada de una versión y decodifica una versión lo más parecida posible; y generative adversarial network, que usa una red discriminadora como un filtro para perfeccionar que el material generado no se diferencie entre lo real y lo falso.

En consecuencia, el contenido pornográfico producido puede manifestarse a través de diferentes deepfakes como la manipulación de las expresiones faciales para imitar a otra persona, intercambio de caras y cuerpos, recreación de audios que simulan la voz de alguien o la creación de rostros humanos que no existen.

A partir del descubrimiento de las deepfakes, la mayoría de las advertencias sobre los riesgos se dirigen a los daños en la opinión pública y la desinformación invisibilizando la violencia generada contra las mujeres, sobre todo cuando el contenido es sexual.

«Esta práctica convierte, en este caso, a las mujeres en objetos de entretenimiento sexual contra su voluntad, causando una intensa angustia, humillación y daño a su reputación» -Viridiana Cuevas Orta

Un ejemplo de ello son las modelos, creadoras de contenido o actrices de pornografía creadas con inteligencia artificial. Pese a no ser personas reales, tienen muchos seguidores en redes sociales y se caracterizan por tener cuerpos delgados, piel blanca, facciones hegemónicas, y proporciones sexualizadas de su pecho y glúteos. Al igual que las celebridades, estas figuras mantienen contratos millonarios con marcas y empresas.

Un caso de cientos es el de Aitana López, quien es una supuesta creadora de contenido en España pero en realidad fue una creación digital de la agencia barcelonesa The Clueless, cuenta con más de 379 mil seguidores en su cuenta de Instagram. De acuerdo con su biografía, hace ejercicio, juega videojuegos y se dedica a viajar por el mundo. Aunque es utilizada con fines de marketing generando ganancias de 10 mil euros mensuales, se ha usado la misma estrategia para obtener dinero con deepfakes sexuales.

Aitana López, creadora de contenido creada con inteligencia artificial

Uno de los casos más representativos en el país y en el mundo fue el de las 8 estudiantes de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) del Instituto Politécnico Nacional en la Ciudad de México. El pasado 6 de octubre de 2023, denunciaron a uno de los estudiantes, Diego N., por vender deepfakes sexuales elaboradas con inteligencia artificial y no consensuadas a través de Telegram. En su tableta electrónica se hallaron 20 mil videos y 166 imágenes tomadas ilegalmente o por medio de redes sociales.

Alumnas del IPN denuncian red estudiantil de tráfico de imágenes – cimacnoticias.com.mx

El 9 de marzo de 2024 el estudiante fue vinculado a proceso por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, en diciembre de 2024 el juez Francisco Salazar Silva lo absolvió en el caso de dos de las alumnas tras determinar que no se podía acreditar que el dispositivo electrónico donde se halló el material, le perteneciera.

Con esto se perdió la oportunidad de otorgar la primera sentencia por la creación y distribución de deepfakes de contenido pornográfico en México. No obstante, el pasado 21 de mayo de 2025, sentenciaron a Diego N. en el reclusorio Oriente por el delito de pornografía infantil en un proceso apartado de la denuncia de las estudiantes. La nueva denuncia fue interpuesta en abril de 2025 dónde la víctima fue una menor de edad.

Sentencian por pornografía infantil a Diego N, traficaba imágenes de sus compañeras del IPN – cimacnoticias.com.mx

CIMACFoto: Berenice Chavarría Tenorio

Si bien, la Ley Olimpia, significa un paso importante hacia el reconocimiento y sanción de la violencia sexual digital en el ámbito legislativo, este tipo de disposiciones aún son insuficientes si no van acompañados de una transformación cultural y de mecanismos integrales de prevención, atención y justicia.

Ley Olimpia, por ejemplo, nació como respuesta a un caso emblemático de violencia digital: la difusión masiva y no consentida de un video íntimo de la creadora de esta ley en el estado de Puebla, México. Tras un camino de denuncia y organización, la defensora logró impulsar una iniciativa para reformar el Código Penal en el estado y tipificar las conductas como violación a la intimidad.

De esta forma se estableció que la violencia sexual digital es:

«Toda acción dolosa realizada mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación, por la que se exponga, distribuya, difunda, exhiba, transmita, comercialice, oferte, intercambie o comparta imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido íntimo sexual de una persona sin su consentimiento, sin su aprobación o sin su autorización y que le cause daño psicológico, emocional, en cualquier ámbito de su vida privada o en su imagen propia» según lo establece la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Asimismo, algunas conductas que atentan contra la intimidad sexual son: video grabar, audio grabar, fotografiar o elaborar videos reales o simulados de contenido sexual íntimo, de una persona sin su consentimiento o mediante engaño, así como exponer, distribuir, difundir, exhibir, reproducir, transmitir, comercializar, ofertar, intercambiar y compartir imágenes, audios o videos de contenido sexual íntimo de una persona, a sabiendas de que no existe consentimiento, mediante materiales impresos, correo electrónico, mensajes telefónicos, redes sociales o cualquier medio tecnológico.

No obstante, persiste un sistema capitalista y patriarcal que genera las condiciones para la existencia de este material, sin importar el avance legislativo en los Estados, permitiendo la existencia de pornomontajes en donde cualquier mujer -sin importar su etnia, aspecto físico, recursos económicos, escolaridad o popularidad- puede ser víctima.

Igualdad salarial: ¿cómo vamos?

 

En México, la brecha salarial promedio para personas trabajadoras de tiempo completo se mantiene en torno a 17%, por encima del promedio de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) (12%). Sus causas se encuentran en la persistencia de estereotipos de género en el espacio laboral: segregación ocupacional, interrupciones de carrera por cuidados y discriminación.

La participación laboral de las mujeres sigue rezagada y marcada por la informalidad. Según la misma OCDE, en 2025 la tasa de participación femenina fue de 51.2%, y la brecha con los hombres (30 puntos) es de las más altas del organismo. En paralelo, más de la mitad de las mujeres ocupadas se encuentra en la informalidad.

La desigualdad también se refleja en los ingresos: casi la mitad de las mujeres ocupadas en México (46.5%) gana como máximo un salario mínimo, frente al 34.1% de los hombres. Esto significa que las mujeres están sobrerrepresentadas en los trabajos peor remunerados, lo que limita su desarrollo y perpetúa la brecha salarial.

En el caso de las trabajadoras del hogar, un sector altamente feminizado y esencial, el salario promedio mensual fue de apenas $4,130 MXN en el primer trimestre de 2025, menos de la mitad del ingreso laboral promedio general en el país ($10,670 MXN mensuales). Estos datos muestran cómo las mujeres enfrentan simultáneamente un “techo de cristal”, que limita su acceso a mejores puestos, y presenta obstáculos estructurales que las concentra en los trabajos peor pagados

Además, el trabajo de cuidados y doméstico no remunerado sigue desbalanceado: en 2024, las mujeres dedicaron el doble de su tiempo a estas actividades. En promedio, acumularon 61.1 horas semanales de “trabajo total” (remunerado + no remunerado), frente a 58.0 de los hombres. La economía descansa sobre una base de cuidados invisibles.

Y aunque en materia económica esta situación persiste, en el ámbito legal se observan avances. El 15 de noviembre de 2024 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional que incorporó el principio de igualdad sustantiva y la erradicación de la brecha salarial por razones de género, entrando en vigor al día siguiente.

Esta reforma abre la puerta a leyes secundarias que garanticen el igual salario por trabajo de igual valor y mecanismos efectivos para reducir la brecha. Es un paso histórico, pero exige una política laboral incluyente, la armonización con normas internacionales y, sobre todo, la inclusión de las trabajadoras que serán beneficiadas o no de estos cambios.

A nivel global, el Foro Económico Mundial advierte que, al ritmo actual, la igualdad tardará generaciones: 123 años para cerrar la brecha de género en su conjunto. La igualdad salarial no se logrará sola; requiere políticas laborales firmes, negociación colectiva con perspectiva de género y un enfoque de derechos humanos.

Desde la Red de Mujeres Sindicalistas proponemos acciones para fortalecer la lucha en materia de igualdad sustantiva:

  • La Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) debe establecer tablas salariales con criterios de igualdad aplicables a los distintos sectores productivos y de servicios.
  • Fortalecer la inspección laboral que audite a las empresas en la aplicación de dichas tablas y sancione de manera efectiva la discriminación retributiva.
  • Es indispensable que los sindicatos transversalicen la perspectiva de género en sus estatutos e incorporen de manera explícita el tema de la igualdad salarial en la negociación colectiva: cláusulas de igualdad salarial, así como licencias de cuidados y horarios corresponsables.
  • Promoción dentro de las organizaciones sindicales de cláusulas que cierren la brecha de género en los contratos colectivos y promuevan el acceso equitativo a ascensos y capacitaciones.
  • Un sistema nacional de cuidados con presupuesto etiquetado: estancias, tiempo y servicios de cuidados pactados con la patronal, que eliminen la penalización por maternidad.
  • Enfoque interseccional: atención prioritaria a trabajadoras del hogar, mujeres indígenas, rurales, jornaleras agrícolas y migrantes, donde la brecha es mayor.
  • Investigación y análisis de las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, para evitar que la transición tecnológica ensanche la brecha de género en salarios y oportunidades.

La igualdad salarial es parte fundamental del derecho humano al trabajo digno y condición indispensable para la democracia laboral y la gobernanza sindical. Como recordó el Secretario General de la ONU, António Guterres: “Incluso cuando cobran, las mujeres siguen ganando menos”; es una inequidad estructural que debemos desmantelar.

Desde la Red de Mujeres Sindicalistas llamamos a gobiernos, empresas, sindicatos y sociedad a convertir los compromisos en acciones concretas. Porque igual salario por trabajo de igual valor es la base de una economía justa y de sindicatos que verdaderamente representan a todas las personas trabajadoras.

25 “heroínas forjadoras de la patria”, serán homenajeadas con estampillas postales

 

Señalaron que el objetivo es que las generaciones actuales y futuras conozcan quiénes fueron las mujeres que también consagraron la historia de este país. Entre las homenajeadas están:

Leona Vicario, Josefa Ortiz Téllez Girón, Gertrudis Bocanegra, Sor Juana Inés de la Cruz, Margarita Maza, Dolores Jiménez y Muro, Matilde Montoya, Juana Belén Gutiérrez, Carmen Serdán, Agustina Ramírez Heredia, Elvia Carrillo Puerto, Sara Pérez Romero, Hermila Galindo y la pieza “Forjadoras anónimas”, que recuerda la lucha de todas las mujeres en diversos periodos históricos.

Violeta Abreu, directora de Correos de México, subrayó que la emisión de los timbres postales representa un homenaje no solamente a las mujeres que con su inteligencia, valentía y amor por México fueron pieza fundamental en nuestra Independencia y en la construcción de nuestra nación, sino también es un mensaje a las niñas, a las jóvenes y a todas las mexicanas. 

“Es un recordatorio de que este México de democracia y transformación es también resultado del pensamiento crítico y la libertad de estudio, la defensa de la República, la lucha revolucionaria y democrática, la apertura a las mujeres de profesiones, de la ciencia, de la aplicación de derechos políticos por el que luchamos activamente las mujeres y que hoy es una realidad, aseguró Abreu.

Durante la emisión de estos sellos la titular de la Secretaría de las Mujeres, Citlalli Hernández Mora y la directora general de Correos de México, Violeta Abreu González, resaltaron que esta iniciativa forma parte de la visibilidad que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha impulsado al legado de las mujeres en la transformación del país, cuyas imágenes viajarán por el mundo para compartir los nombres de  estas importantes figuras de la Independencia, la Reforma y la Revolución.

“Es importante aprovechar que este tiempo de mujeres y, este tiempo de igualdad, esté acompañado no solo de la fuerza institucional, gubernamental, y de la fuerza presidencial, sino que también exista toda una fuerza social que reconstruya y resignifique; que rompa ideas preconcebidas que no abonan a la igualdad y que visibilice esta participación de las mujeres”, subrayó la titular de la Secretaría de las Mujeres, Citlalli Hernández Mora.

En la ceremonia llevada a cabo en el Patio de Carteros del Palacio Postal, también participaron las subsecretarias del Derecho a una Vida Libre de Violencias, de la Secretaría de las Mujeres, Ingrid Gómez Saracibar; de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, de Gobernación, Rocío Bárcena, y de Educación Básica,  Noemí Juárez Pérez, quienes aplaudieron la reciente reforma a la Ley de la Bandera, el Himno y el Escudo nacionales que sumó nuevas fechas al calendario cívico nacional  para reconocer a lo largo del año a 32 mujeres de diferentes periodos de la historia nacional. 

Por su parte, la subsecretaria de Gobernación, Rocío Bárcena resaltó entre las relevancias a las reformas recientes el reconocimiento oficial a las mujeres heroínas, cuyo legado transformó nuestra historia nacional, así como el establecimiento de sus natalicios y aniversarios luctuosos, y el ondeamiento a la bandera en honor a su memoria.

“Se trata de un acto de justicia, pero también de un acto de dignidad y verdad histórica. Cada una de estas mujeres, sabemos todos, representa un capítulo de nuestra historia. Queremos que viajen por todo el mundo en las estampillas postales que hoy se dan a conocer y con cuya primera cancelación de la emisión, empiezan a viajar por todo el mundo”, compartió  Bárcena. 

Presentan «Juna», herramienta en WhatsApp para detectar violencia en el noviazgo

 

La iniciativa surge frente a una realidad alarmante en México, donde siete de cada diez mujeres han vivido algún tipo de violencia y, en la mitad de los casos de feminicidio, el agresor es la pareja sentimental, explicó Ximena Céspedes durante la conferencia “Herramientas de detección y educación sobre la violencia de género: rompamos el círculo desde el noviazgo”.

México atraviesa una crisis de violencia contra mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados de su Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, 7 de cada 10 mexicanas de 15 años o más han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Hace seis años, en 2016, la cifra era de 66 de cada 100. 

En sus resultados generales, la ENDIREH 2021 muestra que las principales violencias a las que nos enfrentamos las mujeres mexicanas a lo largo de nuestras vidas son la violencia psicológica (con el 51.6 por ciento) y la violencia sexual (con el 49.7 por ciento). Entre las otras violencias registradas por la encuesta se encuentran la violencia física, la económica o patrimonial y también la discriminación.

El Inegi también registró los ámbitos en los que las mujeres hemos estado más expuestas a experimentar diferentes agresiones a lo largo de nuestras vidas. 

Los primeros lugares los ocupan el ámbito comunitario (con el 45.6 por ciento) y las relaciones de pareja (con el 39.9 por ciento). Esto refleja que no hay una distinción entre los espacios públicos y privados al hablar del riesgo latente para las mujeres de sufrir una agresión. 

Ante este panorama, la Fundación Naná creó junto con Microsoft a Juna. Ana María Orozco, Customer Success Account Director de Microsoft, explicó que la inteligencia artificial se entrenó con múltiples conversaciones que le permiten identificar distintos tipos de violencia, como la económica, psicológica y física.

La herramienta es capaz de analizar, en cuestión de minutos, un historial de conversaciones de uno a tres meses para detectar patrones de abuso y alertar a la usuaria si se encuentra en riesgo, así como señalar el tipo de violencia presente.

Además de brindar un diagnóstico, Juna busca educar: explica qué forma de violencia se está ejerciendo, ofrece información para reconocerla en uno mismo o en el entorno cercano, y proporciona orientación sobre instituciones y recursos de apoyo a los que se puede acudir en caso de necesitarlo.

Herramientas de prevención, detección y acción contra la violencia

Por su parte, Mexicanos Primero presentó Banderas Rojas en tu Relación, una herramienta basada en un estudio sobre violencia de género en el noviazgo que funciona como una escala de 0 a 48 puntos para identificar riesgos y experiencias relacionadas con violencia en las relaciones de pareja. Jenny Farías, directora de Proyectos, Operaciones y Sustentabilidad de la organización, explicó que este recurso está dirigido especialmente a las y los jóvenes y se complementa con un ejercicio audiovisual.

En colaboración con Pérez Correa González Abogados y Mora Abogados, también se presentó La Caja Púrpura, un conjunto de herramientas legales para mujeres en situaciones de violencia. Según explicó la abogada Jéssica Paola Ávalos, incluye desde cómo presentar una denuncia hasta a qué instituciones acudir para recibir asesoría legal y acompañamiento emocional. Esta guía de acción traduce el lenguaje jurídico en información práctica, para que cada mujer sepa qué hacer, dónde acudir y qué esperar en cada etapa del proceso.

Finalmente, en alianza con la organización GENDES, la Fundación dio a conocer dos programas educativos: La Escuela del Buen Trato, con enfoque en comunidades escolares, y Del Mal Trato al Buen Trato, dirigido a personas adultas y espacios laborales. Ambos cursos, presentados por el psicoterapeuta Ricardo Ayllón, director de GENDES, buscan fortalecer relaciones más equitativas mediante procesos de reflexión sobre masculinidades.

¿Cómo detectar violencia en el noviazgo?

Si bien Juna es una herramienta que ayuda a identificar violencia en el noviazgo, existen otras formas de reconocerla. El informe “Violencia en el noviazgo. Desde la perspectiva escolar” menciona que se puede detectar con cinco señales de alerta: el control excesivo, los celos constantes, la falta de respeto al consentimiento y a la autonomía, el comportamiento cambiante entre comprensión y agresión, y el aislamiento progresivo de la víctima respecto a sus redes de apoyo.

De acuerdo con el estudio “Descripción y caracterización del Ciclo de Violencia que surge en las relaciones de pareja”, este fenómeno se desarrolla en tres fases, cada una con tres subcategorías.

La primera corresponde a la tensión inicial, caracterizada por violencia psicológica, verbal o económica. Aquí surge tanto la incertidumbre como pensamientos repetitivos de la víctima ante amenazas directas o indirectas de la pareja. En esta etapa aparecen los detonantes, conductas o palabras que el agresor utiliza como justificación de su comportamiento, aunque en la mayoría de los casos son falsos o irreales, así como los actos de tensión, que preceden a la violencia física y causan dolor emocional.

La segunda fase se compone de violencia física y sexual, cuando el agresor busca “impartir una lección” mediante un comportamiento directo contra la pareja. En este punto surge la defensa o autoprotección, donde la víctima no siempre asume un papel de sumisión, sino que puede responder de distintas maneras.

Finalmente, la tercera etapa es la reconciliación, en la cual el agresor promete no repetir la violencia y la víctima se aferra a la esperanza de cambio. En este proceso aparecen la justificación: explicaciones del agresor cuando la víctima no cede y la aceptación, que ocurre cuando la víctima normaliza el ciclo de violencia.

El origen

La Fundación Naná nació como respuesta a la violencia que viven miles de jóvenes en relaciones de pareja. Fue creada por Ximena Céspedes tras el feminicidio de su hija Ana María Serrano Céspedes. Desde su origen, la misión de la Fundación ha sido clara: prevenir la violencia en el noviazgo, educar a adolescentes, padres y comunidades, y visibilizar señales de alerta que suelen pasar desapercibidas. El objetivo es que ninguna familia tenga que atravesar el mismo dolor y que más jóvenes aprendan a reconocer cuándo el amor se convierte en peligro.

Ana María tenía 18 años cuando fue asesinada el 12 de septiembre de 2023 en el estado de México. Su presunto agresor fue su exnovio, un joven con quien mantuvo una relación marcada por conductas de control, celos e inestabilidad emocional. Lo que inició como un noviazgo adolescente terminó en tragedia, evidenciando un patrón de violencia.

Hasta ahora, la familia de Ana María no ha logrado obtener justicia, ya que el acusado ha recurrido a diversos amparos para evitar ser llevado a juicio. A dos años del feminicidio, aún no se ha dictado una sentencia condenatoria.

Frente a la ausencia de respuestas claras y al dolor de la pérdida, Ximena Céspedes se negó a que la historia de su hija quedara reducida a una estadística más. Al preguntarse “¿para qué ocurrió esto?”, encontró en la acción un propósito. Así nació la Fundación Naná, nombre con el que su hija era llamada cariñosamente desde la infancia, que hoy se ha convertido en un espacio de prevención, acompañamiento y memoria.

Como ocurre con muchas víctimas, ni Ana ni su entorno sabían que estaba siendo violentada. Es común que la víctima sea la última en reconocerlo, pues este tipo de conductas suelen disfrazarse bajo la idea del amor romántico y confundirse con gestos de cariño.


Leona Vicario, la periodista insurgente llamada «benemérita y dulcísima Madre de la Patria»

 

Leona Vicario, fue una de las primeras personas en conspirar activamente por la Independencia de México, acompañada por su esposo, el abogado Andrés Quintana Roo. Su participación, decisiva y fundamental la llevó a exponerse a múltiples riesgos, ganándose el título de “la mujer fuerte de la Independencia”.

Fue a través del periódico El Ilustrador Americano, donde los insurgentes advirtieron su talento y se pusieron en contacto con ella. Tras el inicio del movimiento independentista, Leona se incorporó a la rebelión e ingresó en una sociedad secreta llamada “Los Guadalupes”, conformada por criollos con recursos económicos y acceso a información estratégica, la cual transmitían a los insurgentes.

Estos grupos se convirtieron en un pilar para la comunicación clandestina, proporcionando desde materiales básicos hasta armas, e incluso intentando hacer llegar una imprenta a los rebeldes. Leona Vicario, comprometida con la causa, invirtió su fortuna en el financiamiento de la lucha y asumió el liderazgo de una red de mensajería que garantizaba la correspondencia entre insurgentes y sus familiares.

A inicios de 1813, las autoridades interceptaron uno de sus correos, y en marzo del mismo año la Real Junta de Seguridad y Buen Orden la sometió a un largo proceso judicial, internándola en el Colegio de Belén de las Mochas, donde fue interrogada minuciosamente.

Al ser declarada culpable, en lugar de enviarla a prisión, permaneció bajo custodia en el mismo Colegio hasta que, el 23 de abril de ese año, un grupo de correligionarios bajo el mando de Andrés Quintana Roo logró liberarla. Sin embargo, su libertad no detuvo su compromiso con la insurgencia. Continuó colaborando en la producción de periódicos insurgentes, como El Ilustrador Americano y el Semanario Patriótico Americano.

Vicario expresaba con firmeza que su única motivación era el “infinito anhelo de ver libre a su patria, y por realizarlo no vaciló en sacrificar la posición envidiable que siempre había tenido”

Negada como heroína

Previo a su muerte, Leona Vicario confrontó al secretario de Relaciones Exteriores, Lucas Alamán, quien en una carta cuestionaba su condición de heroína de la Independencia, argumentando que “había seguido a su amante, y además había recibido pagos en casas y haciendas”.

Leona replicó con contundencia y firmeza: “Mi objeto en querer desmentir la impostura de que mi patriotismo tuvo por origen el amor, no es otro que el muy justo deseo de que mi memoria no pase a mis nietos con la fea nota de haber yo sido una atronada que abandoné mi casa por seguir a un amante (…).

 Todo México supo que mi fuga fue de una prisión y que ésta no la originó el amor, sino el haberme apresado por un correo que mandaba yo a los antiguos patriotas (…) Confiese usted, señor Alamán, que no sólo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres: que ellas son capaces de todos los entusiasmos y que los deseos de gloria y libertad para la patria no les son sentimientos extraños; antes bien, suelen obrar en ellas con más vigor, son más desinteresadas y parece que no buscan más recompensa que la de que sean aceptadas”

Vida y muerte en la Nueva España

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador vio la luz por primera vez el 10 de abril de 1789 en la Ciudad de México, misma tierra que la acogería al final de su vida, el 21 de agosto de 1842. Periodista, intelectual, activista y heroína de la Independencia, su compromiso y valentía dejaron una huella imborrable en la historia del país y fueron clave para la consolidación de la nación.

Hija de Gaspar Martín Vicario, comerciante español, y de la criolla Camila Fernández de San Salvador y Montiel, Leona creció en un mundo que no esperaba que una mujer pudiera aprender o pensar por sí misma. Sin embargo, sus padres desafiaron esos prejuicios: le dieron una educación completa y exigente, enseñándole Bellas Artes, Ciencias, francés, algo de inglés, música y pintura. Gracias a esos estudios, desarrolló un pensamiento crítico agudo que la llevaría, años después, a la pluma y al periodismo, transformando su curiosidad en acción y en voz de libertad.

A los 17 años, Leona se emancipó, y solo un año más tarde quedó huérfana. Bajo la tutela de su padrino, el abogado Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, pudo elegir su propio camino. Renunció a la vida cómoda en la casona de su tutor y eligió vivir en la calle Don Juan Manuel N°19 (hoy República de Uruguay), en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México. Allí trabajó en su despacho, acercándose a las injusticias que atravesaban su sociedad y preparándose para la lucha que cambiaría su destino y el de México.

Fue en ese entorno donde conoció a Andrés Quintana Roo, joven estudiante de leyes de Mérida, Yucatán, que compartiría con ella ideales y convicciones. Unidos por la causa insurgente, se sumaron a la lucha junto a José María Morelos, enfrentando la opresión del gobierno de José I Bonaparte en España y la persecución del virrey Félix María Calleja.

Leona Vicario, incansable y valiente, se convirtió en la primera mujer periodista del país, reconocida por su apoyo constante a los rebeldes y por su participación activa en la independencia. El 25 de agosto de 1842, poco antes de su muerte, fue declarada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria.

Su vida se convirtió en ejemplo de determinación, inteligencia y compromiso; junto a otras mujeres emblemáticas como Juana de Asbaje y Josefa Ortiz, demostró que las mujeres podían ser igual de capaces y merecedoras de las mismas oportunidades que los hombres.

Leona Vicario falleció en su casa de la Ciudad de México a los 53 años, renunciando a la comodidad que su posición social le ofrecía para vivir conforme a sus ideales. Sus restos descansaron primero en el Panteón de Santa Paula, y el 28 de mayo de 1900 fueron trasladados junto a los de su esposo Andrés Quintana Roo a la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores, hasta ser finalmente colocados en la Columna de la Independencia en 1925.

Con motivo del Bicentenario de la Independencia de México, en 2010 sus restos fueron restaurados, y en honor a su vida y legado, el Gobierno de México declaró al año 2020 como el Año de Leona Vicario, Madre de la Patria, recordando a todos los mexicanos que la libertad, el valor y la justicia también tienen nombre de mujer.

«Hay que escuchar a las mujeres que se atreven a hablar, no es fácil porque sabes que tiene consecuencias»

 Entrevista a Nevenka Fernández

Por Ana Requena Aguilar 

Fuentes: El Diario [Foto: Nevenka Fernández]

Hace 25 años consiguió la primera condena por acoso sexual a un político, aunque el precio a pagar fue muy elevado. Ahora reivindica su derecho a la palabra y cuenta su historia en ‘El poder de la verdad’.

Tenía 25 años cuando su nombre saltó a los medios de comunicación: Nevenka Fernández, hasta entonces concejala de Ponferrada, denunciaba al alcalde de la localidad, Ismael Álvarez, por acoso. Aunque ganó el juicio y en 2002 consiguió una sentencia que se convirtió en un hito, las consecuencias de todo ese proceso fueron para ella devastadoras. Desde el apoyo popular al alcalde, las declaraciones a su favor de miembros del PP, el escarnio público y el señalamiento para ella y su entorno, el interrogatorio del fiscal, el exilio… el caso de Nevenka se convirtió en un referente que la cuarta ola feminista reivindicó. Ahora es ella la que reivindica el derecho a contar su historia en sus propios términos en El poder de la verdad (ediciones B), un libro que recorre su vida desde entonces hasta la actualidad.

Llama la atención que empieza el libro diciendo que nunca quiso ser famosa. Tantos años después, ¿aún siente la necesidad de excusarse por hablar?, ¿aún pesan todas las acusaciones que le hicieron?

Lo que pesa es que yo, siendo una persona tan privada, tuviera esa necesidad de exponer mi vida, de contar lo que me había ocurrido. Tenía muchísimo miedo a esa exposición pública por cómo se había tratado el tema. Sigo sin ningún afán de protagonismo, pero ahora he conseguido reconciliarme con esta parte. Primero, porque me he hecho mayor, tengo ya más de 50 años y creo que el tiempo ayuda. Y después, porque este libro y toda esta exposición que ahora estoy dispuesta a tener, tiene un propósito, que es ayudar. Siempre fue ese el propósito, pero quizás ahora, desde la distancia que dan los años, desde ese convencimiento de quién soy, puedo tranquilamente estar aquí diciéndote que no tengo ningún afán de protagonismo cuando sé que soy la protagonista de esta historia.

Y también porque Nevenka es el nombre de todas las mujeres, esto es algo que he ido entendiendo, sobre todo en los últimos siete años. Creo que fue la poeta Elvira Sastre la que primero lo expresó así, y cuando lo dijo pensé en ello, no era algo nuevo, era algo que yo ya había sentido en esas manifestaciones del 8M. Nunca he tenido la intención de hacerme famosa, sigo sin tenerla, pero también estoy contenta de poder asumir una responsabilidad que siento dentro de ser una voz para muchas que no pueden hacerlo o que no pudieron. Y por eso estoy aquí.

Hay una idea que atraviesa todo el libro, la de hablar como alivio, como sanación. Llega a decir que si no hubiera hablado, usted estaría muerta. Pero no siempre pudo hablar, y eso es algo que le pasa a muchísimas mujeres. ¿Es un proceso?, ¿se habla cuando se puede?

Hablar es una herramienta de cualquier ser humano. Y en casos de maltrato, de violencia contra las mujeres, a las mujeres se nos ha colocado históricamente en una posición en la que, dependiendo qué te ocurra, te consienten hablar o no. La buena mujer tiene que estar calladita.

Es esa cultura en la que las cosas que pasan dentro de casa tienen que quedarse dentro de casa. Yo nací en esa cultura, como todas nosotras, pero me ocurrió algo con lo que yo no podía quedarme callada. Porque no poder expresar todo ese dolor significaba mi muerte psicológica. Seguramente si hubiese podido quedarme callada –y estuve muchos meses así– lo hubiese hecho, intentar ajustarme a lo que la sociedad –y yo misma– me exigía. Pero llegó un momento en que eso era imposible para seguir viviendo y por eso siempre digo que hablar me salvó la vida.

¿Le faltaron referentes de mujeres que habían roto ese silencio para poder hacerlo usted?

Durante todos estos años siempre buscaba referencias de maltrato. He leído muchísimos casos, he estado en contacto incluso con una persona que sufrió abusos de la Iglesia: Miguel Hurtado. Yo buscaba todos los artículos de prensa que salían, todos los documentales. Buscaba eso porque validaba lo que yo había sentido, lo que no había podido expresar. Era como tomarse una medicina. Lo que pasa es que no había mucho en España. Yo continuaba con alguna secuela del trauma, no ya del acoso sexual o laboral o moral que sufrí, que fue muy grande, sino también de todo lo que ocurrió después, toda esa violencia de los medios, la imposibilidad de encontrar trabajo… y que yo no me esperaba. A veces, sobre todo cuando teníamos que volver a España, todo eso era un gran problema para mí.

La primera referencia grande que recuerdo es una mujer afroamericana, Anita Hill, que se atrevió en los años 90 a decir que un juez del Supremo era un acosador sexual y lo hizo delante del Senado. Al ver el documental lloré de alivio, pensé ‘sé exactamente lo que siente esta mujer’. También sentí una terrible pena y mucha rabia, porque al final del documental enseña como un millón de cartas de apoyo y eso me recordó mi soledad.

Habla de las manifestaciones contra ‘la manada’ y del 8M como un momento clave para usted.

Cuando llegó a España el movimiento MeToo y las manifestaciones del 8M, recuerdo unas lloreras frente a la tele en Dublín… Esos carteles de ‘Yo sí te creo’ pensaba que eran por mí también. Todavía se me pone la carne de gallina, porque es una catarsis y yo estoy todavía progresando personalmente. Que toda la gente saliera a la calle me hizo volver a creer en el ser humano, me dio fuerza. Aún así, tenía muchas dudas de hablar.

Ana Pastor me había preguntado durante muchos años y yo ya estaba empezando a emocionarme con esa idea de hablar, pero no se lo había dicho a nadie. Y un día, en el coche, mi estrella me dijo ‘pero claro’. La reacción a ese documental, por supuesto, no la esperábamos ni Ana ni yo, por mucho que hubiésemos soñado. Creo que la gente vio que yo nunca he querido la fama ni la venganza. He estado interesada en entenderme, en comprender y en ayudar. Ayudarme y ayudar después.

Desde entonces ha habido muchas mujeres que han hablado públicamente de las violencias y abusos que han sufrido, aunque sigue existiendo mucho temor.

Hay muchos más referentes, pero todavía hay que ser muy valiente, no es fácil que te atrevas a ir un poco contracorriente, a enfrentarte a la cultura que nos rodea. Los efectos secundarios de esa valentía no solamente te afectan a ti, afectan a quien te rodea. Es mucha responsabilidad ser valiente, por eso es importante que lo seamos todos, no solamente las mujeres que hablamos o que nos hemos atrevido a dar el paso.

Describe con mucha precisión cómo se desplegó el acoso que sufrió por parte de Ismael Álvarez. Es complicado, precisamente porque el acoso conlleva muchas conductas aparentemente sutiles. Dice que no fue hasta que un médico le mencionó la palabra ‘acoso’ que entendió lo que le pasaba.

Es el capítulo que más me costó, con el que más tiempo tardé. Yo no había escuchado nunca la palabra acoso. En el acoso no hay moratón. Yo diría que el acoso empieza de una forma anodina, con actitudes y momentos anodinos, por eso en vez de fijarte en lo que hace la otra persona, yo recomendaría pensar en cómo te sientes tú. ¿Hay algo que no te hace sentir bien o que te hace sentir pequeña? Alguien hace un comentario delante de ti, grosero o muy maleducado, tu compañero de trabajo no te habla… Ese tipo de cosas ocurren como un goteo, no todo el rato porque si no, claro, podrías defenderte.

Llegaba al ayuntamiento y empezaba a observar este tipo de cosas, uno que no me dirigía la palabra, otro que intentaba evitar que supiera algo de algún punto que habían incluido en mi reunión, a pesar de que yo preguntaba… eso desde el punto de vista laboral. Psicológicamente, por ejemplo, cuando él me decía ‘vamos a tomar un café’ y yo trataba de evitarlo, pero por la agresividad con la que me miraba o me hablaba, yo sabía que eso iba a tener consecuencias. Es acoso porque es todos los días, la intensidad de esas situaciones va in crescendo y luego baja. Te vas dando cuenta de que vas poco a poco desapareciendo psicológicamente, desapareciendo como persona. Llegas a casa desgastada, empiezas a tener ansiedad de volver al trabajo.

¿Cuesta nombrarlo, aceptar lo que está pasando?

Yo me lo negué durante mucho tiempo, primero porque no me lo podía creer, porque yo a esta persona la apreciaba. Había tenido una relación sentimental con él, pero, independientemente de eso, yo había entrado en el ayuntamiento confiando en que eran personas normales y que íbamos a cuidar todos de todos. ¿Cómo te das cuenta de todo esto? Mirándote a ti mismo, validando lo que tú sientes. Cuando en el debate a veces se exagera ese negacionismo de la violencia contra las mujeres, yo le diría a la gente que se observara a sí misma. Y si estás en una situación en la que sientes peligro, en la que sientes que la relación no es normal, en la que lloras y tienes miedo de volver al día siguiente, seguramente te está ocurriendo algo que no es normal y lo hablaría con alguien.

Usted cuenta también que el silencio del entorno puede ser tremendamente dañino.

Yo intenté hablarlo alguna vez, es algo que cuento. Pero claro, como contaba alguna situación específica, no parecía nada. Recuerdo estar en una conversación de trabajo normal, con él y otras dos personas cerca y verle meterse las manos en los bolsillos. Luego me hizo un gesto para que yo le siguiera con la mirada y vea su erección y me dijo ‘mira cómo me pones cuando estoy a tu lado, tengo que tener las manos en los bolsillos’. Me quedé en shock, con una profunda sensación de asco, de casi maltrato a un nivel muy profundo. Pero allí nadie contestó nada y la conversación continuó después de eso como si nada hubiese ocurrido. ¿Qué haces en esa situación? Pues la primera que intentó hacer como que no pasaba nada fui yo, porque no sabía qué decir y porque además pensaba que hasta debía aceptar que eso era normal, aunque a mí no me lo pareciera.

Logró la primera condena por acoso sexual a un político, pero en el libro aparece claramente el coste enorme que supuso para usted. Dejó España, le supuso un problema a la hora encontrar trabajo, la vida social se volvió algo casi imposible, tuvo graves consecuencias psicólogicas… ¿Diría que ganó un juicio pero que en ese momento perdió una batalla social?

Gané a Nevenka y con Nevenka gané muchas cosas. He ganado vivir. La sociedad no estaba preparada para escuchar, ahora creo que lo estamos mucho más, pero todavía no es fácil, como sabemos. Después presenciamos el caso de Jenni Hermoso, yo estaba en casa mirándolo todo y por dentro super revuelta pensando en que hay una parte de la sociedad que claramente no quiere que las mujeres expresen lo que no les gusta. No solo eso, te obligan a decir que te gusta o a no decir nada, porque en ello va en teoría tu valor. En aquel momento, la sociedad no lo soportó y yo no lo esperaba. Nos ha costado muchos años recuperarnos. He odiado España y a los españoles, con excepciones. Me fui a otro país y empecé una nueva vida y me ha costado muchos años reconciliarme con esto. Entonces sí, claro que se perdió la batalla social porque hace 20 años la sociedad no estaba preparada para escuchar a una mujer joven decir ‘no es no’.

Vivió daños muy serios en su salud, en su bienestar…

He utilizado muchos mecanismos para intentar sanar el trauma. En ese proceso me he dado cuenta de que del dolor surgen lecciones muy importantes que nos ayudan a valorar qué es importante en tu vida. Y esto es algo que llevo conmigo porque es maravilloso verlo así. De lo peor pues seguramente han surgido oportunidades que me han ayudado a vivir la vida que he querido vivir y a ser como soy. Fue terrible, porque yo necesitaba el trabajo, era importante para mí no quedarme parada. Además, una de las cosas más terribles de las situaciones de maltrato es que te destroza la autoestima.

Por eso, cuando me fui a Inglaterra, mi primer trabajo fue en una fábrica de pollos y lo cuento orgullosísima porque no te puedes imaginar qué sensación de autoestima me daba eso. Yo lo que quería era ganarme la vida. No tenía prisa en demostrar nada, solamente quería poder ir viviendo. Quizá la sociedad esté ahora más preparada y eso es bonito también. Ver las manifestaciones del 8M o de la manada fue súper inspirador. Ahí descubrí que hay mucha gente en España que ha evolucionado con el mundo.

Esa revictimización que sufrió también la alimentaron declaraciones a favor de Ismael Álvarez, como las de Ana Botella o Pío García Escudero. ¿Alguien del PP le ha llamado en estos 25 años para pedirle perdón, para preocuparse por usted?

No, no me ha llamado nadie, pero eso es lo normal. Creo que él hizo una entrevista un poquito después de la película y salió de nuevo negando todos los hechos, diciendo que lo que ocurrió no ocurrió y que él nunca hizo nada y que yo soy un poco una loca y que fui yo la que le acosé. Menos mal que me fui, siempre lo digo. En español hay un refrán buenísimo que dice ‘no le pidas peras a un olmo’. Son personas que tanto cuando hablan como cuando no, definen lo que creen y es una posición muy diferente a la nuestra. Nadie nunca me llamó ni tampoco lo esperaba.

No era una chica de derechas, nunca estuve afiliada, y en mi familia ha habido de todo. Era una chica que estaba estudiando una carrera a la que le ofrecen volver a su tierra a trabajar en una posición que me parecía interesante, me veía capacitada. Es verdad que era muy joven, pero entendía que me iban a ayudar los compañeros, igual que en cualquier otro trabajo. Era muy inocente en este sentido y tardé poquísimo en darme cuenta de que ellos y yo no tenemos mucho que ver en nuestra forma de ser, en la manera de pensar. Me siento muy alejada de ese tipo de personas.

Quiero preguntarte por un caso reciente que se ha comparado con el suyo: el conselleiro de Pesca gallego, Alfonso Villares, dimitió en junio pero el presidente de la Xunta y su partido sabían desde febrero que estaba siendo investigado por agresión sexual. Se fue rodeado de aplausos, buenas palabras y confianza en su inocencia, sin una referencia a la mujer que le denunció. ¿Entiende el paralelismo?

Sí, lo conocía, siempre estoy atenta a estos casos, aunque no sabía que lo comparaban. Me parece que hay una cultura –no solamente en España sino en el mundo entero– para la que la posición de las mujeres es una y la de los hombres es otra. Y cualquier mujer que se atreva a denunciar esto y a decir ‘no’ o a poner límites va a ser cuestionada, atacada. Y cualquier hombre que lo haga va a ser aplaudido. Yo no me peleo más con esta gente. Creo que hay un trabajo muy grande en intentar hablar a todas las demás personas que no creen que esta sea la manera de solucionar problemas, tapando e imponiendo. Me da mucha pena que no podamos ni siquiera llamar a las cosas por su nombre. En ese sentido, pues sí, hay una parte de España que no ha cambiado y que no quiere cambiar.

De hecho, vivimos un momento en el que existe una importante corriente ideológica que se niega a hablar de violencia de género o de acoso por razón de sexo. Y que en muchas ocasiones aseguran que las mujeres que denuncian lo hacen por interés. Usted dice en el libro que denunció porque ya lo había perdido todo. ¿Cómo les respondería?

Yo respondería pidiéndole a la gente que escuche y que abra los ojos. Sus argumentos se caen por sí mismos. Hace 20 años quizá el argumento de ‘es que quiere ganar algo, quiere ganar dinero o notoriedad, fama…’ habría alguien que podría pensar que eso era así, pero los años han demostrado que esa nunca fue mi intención. Y si esa no es la intención, entonces ¿cuál es? Tenemos que abrir un poco los ojos y querer escuchar a las mujeres que se atreven a hablar de esto, que no es fácil porque es exponer tu vida y sabes que la consecuencias van a ser devastadoras, que te enfrentas todavía a muchísima incomprensión, a que te juzguen, a daños colaterales tremendos que además no te afectan solamente a ti.

El fiscal de su caso le hizo un interrogatorio durísimo en el que llegó a afirmar que usted “no era una cajera de Hipercor” que tenía que dejarse tocar el culo. Hemos cambiado pero hemos seguido viendo interrogatorios y procesos judiciales llenos de estereotipos machistas y racistas. ¿Para que las mujeres hablen y denuncien hay, además de pedirles a ellas que lo hagan, seguir trabajando en medidas estructurales?

Por supuestísimo que sí. Fíjate si es importante que las personas que no quieren que esto cambie ahora con lo que se meten es con la educación. Intentan ponernos contra esa educación libre en la que podemos conocer a los seres humanos y entender el sufrimiento y quizá ponernos en los zapatos de los demás, intentar ser mejores y ser una sociedad más acorde con la globalización y con la vida que tenemos. No lo permiten. Trump está ahora mismo contra todas las universidades y sus argumentos son las excusas del patriarcado.

Tenemos que darnos cuenta de dónde venimos: de sociedades donde nos han dicho cómo vestir, cómo ser, qué significa ser una mujer buena, y quedan muchos remanentes de esto en el mundo todavía. Pero creo que hemos hecho algo, que algo está ocurriendo, porque el hecho de que salgan con toda la artillería y esa violencia tremenda es un síntoma de que en algún lugar hemos tocado. Quiero terminar así porque es muy importante y es también una razón de este libro: quiero dar esa esperanza porque me he dado cuenta de que quizá el mundo no podemos cambiarlo, pero podemos cambiarnos a nosotros mismos y, desde ese lugar honesto, hay una luz muy poderosa y ese es el poder de la verdad.

¿Se siente reparada socialmente 25 años después?

Yo me siento completa. Tras el documental y después la película, después de ese aplauso en San Sebastián… Yo me quedé en shock, pero no tanto por mí, es que ese aplauso era por toda la gente. Eso es lo que yo sentí con esa catarsis, que cada uno de nosotros podemos hacer algo para que esto cambie, por pequeño que sea. Fue muy sanador. La comprensión tiene efectos curativos maravillosos y en los últimos años ha habido muchísima comprensión hacia mí, hacia lo que significa este caso. Así que sí, me siento en paz.

Vídeo de la entrevista completa. Vídeo: Lourdes Jiménez

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/nevenka-fernandez-hay-escuchar-mujeres-atreven-hablar-hacerlo-consecuencias-devastadoras_128_12585884.html

¿Micro?machismos, glosario de prácticas cotidianas violentas

 

.-«No son micromachismos porque sostienen un problema enorme»

Ciudad de México. – Nos hemos acostumbrado a vivir con prácticas y mecanismos en apariencia sutiles de dominación los cuales acontecen en nuestro día a día, los cuales son naturalizados y legitimados pero gracias a la intervención del feminismo hemos podido detectar y hoy darnos cuenta de ello para transformar el fondo violento que los contiene.

Por lo que Claudia de la Garza y Eréndira Derbez en su libro Machismo cotidianos, lograron realizar un recuento de estas prácticas violentas cotidianas y nos permiten entender el porqué no son micromachismos, «ya que sostienen un problema enorme».

No olvidemos que México acumula un registro donde 7 de cada 10 mexicanas de 15 años o más quienes afirman haber han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida, por lo que no debería considerarse «micro» ni se le debe restar importancia al impacto por la normalización de la violencia (ENDIREH).

Todos estos términos, diferentes entre sí, comparten algo en común y es visibilizar algo cotidiano y normalizado como el acto violento que representa. Aunque sólo son palabras, el trasfondo social de estas mismas abren la discusión al cuestionamiento de las prácticas dentro de la relación entre hombres y mujeres.

Gaslighting

Una de las formas más comunes de violencia emocional es el gaslighting; una práctica que usa el agresor para mostrar una aparente amabilidad que encubre tácticas de manipulación. De acuerdo con el artículo «Gaslighting. La invisible violencia psicológica», esta conducta forma parte del ciclo de abuso en relaciones de pareja, el cual comienza con una etapa de tensión caracterizada por hostilidad y daño emocional. Posteriormente, se produce una fase de confrontación que puede escalar en agresiones física y situaciones de riesgo.

El término “Gaslight” o “Luz que agoniza”, proviene de una película de 1944 dirigida por George Cukor, en la que un hombre manipula a su esposa lentamente hasta hacerla creer que está volviéndose loca. El protagonista aísla a su víctima dejándola sin redes de apoyo y poco a poco juega con su mente para obligarla a instalarse en un mundo casi irreal, así evita que ella descubra que él asesinó a su anterior pareja en su primer matrimonio.

El gaslighting es definido como una forma de manipulación y abuso psicológico: “es una violencia sutil, muy normalizada, que ejerce un hombre a una mujer por su posición de poder. Con el gaslighting se invalidan las emociones y sentimientos, comienzas a disculparte, a dudar de ti al grado de preguntarte: ¿Seré yo el problema?”, contó para Cimacnoticias Erika Díaz, psicóloga integrante de la Red de Acompañamiento Psicológico para la Salud Integral (Redapsi).

En este tipo de violencia el agresor adopta un comportamiento de manipulación que hace que la otra parte dude de sí misma y su construcción o criterio sobre la realidad, esta táctica produce inestabilidad emocional y debilita la confianza. Finalmente se activa la última fase del ciclo de violencia: llegan las disculpas, las promesas de cambio y los gestos amorosos con los que intenta restablecer el vínculo y reiniciar la dinámica del abuso.

Un ejemplo gráfico del gaslighting es la miniserie «Ángela», en la que la protagonista experimenta diferentes episodios de violencia por parte de su pareja y aunque intenta esconder la situación frente a sus cercanas, es percibida con facilidad: ella se ha retraído, tiene menos contacto con el exterior, se mira ansiosa y cada tanto en su piel se asoman los moretones de la violencia física recibida, pero cuando finalmente quiere acabar la relación es tildada como «loca».

Male Flight

Traducido como el “vuelo masculino”, el male flight hace alusión al rechazo de los hombres por compartir el campo profesional con las mujeres, ya sea por considerarlo femenino o porque las mujeres han alcanzado dicha profesión, por ello los hombres optan por abandonar estos espacios y sesgarlos denostarlos: “de mujeres”.

Con el paso del tiempo las mujeres se han integrado a campos laborales en donde antes predominaban los hombres, con esto algunos hombres se han sentido desplazados por lo que han preferido cambiar de rubro profesional antes de ser percibidos como femeninos por incurrir en “trabajo de mujeres”.

Esta forma de discriminación perpetúa y refuerza la división sexual del trabajo que tiene como consecuencia la prevalencia de la brecha salarial entre hombres y mujeres; pues la lucha de las mujeres por abrirse camino en la esfera pública es echada abajo si en cuanto ellas conquistan estos nuevos espacios inmediatamente son catalogados como “de mujeres”.

Un ejemplo de este fenómeno es el campo de la enfermería, actualmente es una profesión estereotípicamente considerada de mujeres por el hecho de relacionar el trabajo de cuidados con ellas, sin embargo, históricamente la enfermería era una profesión totalmente de hombres, lo mismo pasa con el secretariado y la recepción.

Mansplaining

Cuando un hombre explica algo de forma arrogante a una mujer asumiendo que ella no sabe o en su defecto sabe menos, también es violencia y se llama mansplaining.

Traducido como “hombre explicando”, el mansplaining hace alusión al acto masculino de querer explicarle todo, con tono condescendiente, a cualquier mujer minimizando sus conocimientos e incluso infantilizándolas, anteponiéndose como el único dueño de la palabra. La connotación del acto no recae en la explicación, sino en la idea socializada de que las mujeres no saben lo suficiente por eso necesita que un hombre las instruya.

Lo que para cualquiera podría parecer una conversación o un intercambio de conocimientos, para las mujeres es una frustración constante, en donde son interrumpidas deliberadamente por los hombres que creen saber más que sus propias colegas, pues sin importar el contexto (cotidiano o profesional) siempre se encontraran un hombre que de manera irrespetuosa alce la voz para explicarle lo que en muchas ocasiones ella ya sabe.

Esta manifestación violenta esta tan normalizada que muchas veces suele pasar desapercibida y de ser detectada, el hacer visible que “estas siendo interrumpida” puede considerarse como una falta de respeto, ya que esta dinámica también viene acompañada de cierto grado de manipulación en donde se hace creer, a la víctima y posibles espectadores, que la explicación “es por tu bien”.

El mansplaining tiene consecuencias en la vida cotidiana de las mujeres, principalmente en su desarrollo psicosocial personal y profesional, pues tienen a limitarse en la participación activa de cualquier conversación que involucre a hombres, además de perpetuar la idea de que la voz del hombre es más valiosa y confiable que la de las mujeres.

Los ejemplos de este tipo de violencia abundan y pueden encontrarse bajo cualquier escenario, desde programas de televisión y noticiarios hasta aulas estudiantiles y pláticas familiares.

Manspreading

El manspreading o expansión masculina del espacio público es un término inglés, que se puede traducir como ‘hombre despatarrado’ y ha sido motivo de análisis desde el feminismo, incluso señalado como un micromachismo, que se ejerce desde el privilegio masculino arraigado en la cultura patriarcal y que las mujeres en las zonas urbanas lo enfrentan de forma constante en el transporte público.

El manspreading hace referencia a la forma de sentarse, con las piernas abiertas, de algunos hombres, específicamente en espacios públicos como el transporte colectivo, en donde invaden deliberadamente el espacio vital de las personas de los asientos adyacentes, específicamente de las mujeres, pues son ellas las que están obligadas a sentarse con las piernas cerradas.

El efecto del manspreading en las mujeres va más allá de la incomodidad física; se trata de una manifestación de desigualdades de género arraigada que afecta la seguridad, la autonomía y la experiencia en el espacio público.

Esta práctica no solo afecta la comodidad física de otras personas en espacios compartidos, sino que transmite un mensaje de falta de respeto hacia los límites personales y la igualdad de derechos en el uso del espacio público. Para muchas mujeres, el manspreading no sólo es incómodo debido a la invasión física del espacio personal, sino que también puede llevar a una sensación de invisibilidad o exclusión en entornos públicos.

Manterrupting

Siguiendo con el patrón que las mujeres “necesitan” guía y aprobación de los hombres, con el manterrupting se normaliza que las mujeres no puedan concluir con una idea a causa de la interrupción constante de sus congéneres, obligándolas a escuchar en voz de ellos lo que ellas ya saben y estaban en pie de expresar.

A diferencia del mansplaining, en el manterrupting los hombres no buscan “explicarle” a las mujeres, su cometido está en visibilizar sus altas capacidades y conocimiento por encima del de las mujeres, así como degradar, ridiculizar o minimizar a la mujer involucrada.

Desproporcionadamente son las mujeres las que tienen que lidiar con la interrupción constante de los hombres, ya sea para concluir con su idea o reformular su mensaje, apropiándose del mismo. 

Por ello este fenómeno suele darse mayormente en ambientes laborales en donde los hombres se sienten intimidados por la participación o simple presencia de las mujeres, sin embargo, también se puede presenciar en atmosferas familiares o amistosas; dejando secuelas en la autoconfianza de las mujeres repercutiendo en la ausencia de su participación.

Manxplicar

Aunque podría parecer sinónimo del mansplaining, el manxplicar recae en la acción de los hombres que creen saber, de mejor manera, lo que siente o está pasando una mujer, es decir, no sólo le limita a la explicación de algo relacionado a los conocimientos que ella posee, sino que -le está explicando cómo es que ella se siente-.

Un claro ejemplo de este fenómeno es cuando hombres se pronuncian públicamente para opinar de feminismo, aborto, menstruación, maternidad o cualquier otra situación o problemática que únicamente repercute en las mujeres, aunado a ello se presentan como expertos en el tema. Sin embargo, este también puede ser un escenario cotidiano con compañeros de trabajo u hombres, comúnmente mayores, de los círculos cercanos.

El problema de esta práctica no es sólo la reafirmación de que la participación masculina es más valiosa o importante que la de las mujeres, sino la apropiación de los espacios exclusivos de mujeres en temas exclusivos de mujeres, no sólo tratándolas de forma condescendiente sino peor aun excluyéndolas de la esfera pública.

Tone policing (tono policial)

Frases como: “pero no grites”, “primero cálmate”, “ve como te pones”, “dilo civilizadamente” entre muchas otras, son parte del tone policing una práctica violenta que busca silenciar el punto de vista de una persona, mayormente de mujeres o grupos minoritarios que externan sus inconformidades; evadiendo el tema y contenido de la conversación por el tono vocal en el que este se expresa.

El término se traduce del inglés como “tono policial” y hace alusión a la vigilancia o fiscalización en actitud policial. Esta práctica consiste en centrar la atención en el tono de la discusión o en su defecto de la conversación con el fin de restarle importancia al contenido de la misma, es decir, evadir el tema por cómo es comunicado.

Esta forma de violencia se usa para minimizar el sentir de las mujeres además de ridiculizarlas por el mismo sentimiento. La gravedad de esta práctica recae en la fractura constante y normalizada del derecho a la libre expresión, ya que al silenciar a las personas que expresan sus quejas se está perpetuando la opresión de aquellos grupos minoritarios.

Un claro ejemplo de este fenómeno es cuando en las marchas del Día Internacional de la Mujer (8M), los medios de comunicación enfocan la cobertura del movimiento a los actos de iconoclasia (destrucción de iconos o símbolos de autoridad con propósito de cambio), en lugar de centrarse en las peticiones de millones de mujeres que manifiestan su inconformidad por la inseguridad que conlleva ser mujer en un país machista como México.

Todas estas muestras de violencia sutil y no tan sutil, aunque suelen pasar desapercibidas, es importante tener las herramientas necesarias para detectarlas y poder reaccionar adecuadamente, mostrando que las mujeres también pueden y deben ocupar el espacio público y privado con dignidad en todas sus expresiones.