9/06/2025

Andrea Dworkin: «Quiero una tregua de veinticuatro horas durante la cual no haya violación»

 Andrea Dworkin, activista y escritora feminista radical conocida por su crítica a la pornografía.

Fuentes: https://feminismoinc.org/

Andrea Dworkin (1946-2005) fue una brillante teórica feminista, activista y escritora norteamericana.


Autora del discurso «Quiero una tregua de veinticuatro horas durante la cual no haya violación» en 1983, que entre otros mensajes de alto impacto, encontramos estos:

«Y ese día, ese día de tregua, aquel día en que no se viole a una mujer, comenzaremos la práctica real de igualdad, porque no podemos comenzar antes de ese día. Antes de ese día no significa nada porque no es nada: no es real; no es verdad. Pero ese día se vuelve real. Y luego, en lugar de una violación, por primera vez en nuestra vida, tanto hombres como mujeres, comenzaremos a experimentar la libertad. Si tienes una concepción de la libertad que incluye la existencia de una violación, estás equivocado. No puedes cambiar lo que dices que quieres cambiar. Para mí, quiero experimentar un solo día de verdadera libertad antes de morir. Te dejo aquí para que lo hagas por mí y por las mujeres que dices que amas”. 

“Estamos muy cerca de la muerte. Todas las mujeres estamos muy cerca de la violación y estamos muy cerca de la paliza. Y estamos dentro de un sistema de humillación del que no podemos escapar. Usamos estadísticas no para tratar de cuantificar las lesiones, sino para convencer al mundo de que esas lesiones incluso existen. Esas estadísticas no son abstracciones. Es fácil decir: «Ah, las estadísticas, alguien las escribe de una manera y alguien las escribe de otra manera». Eso es cierto. Pero escucho sobre las violaciones una por una, una por una, una por una, que es también cómo suceden. Esas estadísticas no son abstractas para mí. Cada tres minutos una mujer es violada. Cada dieciocho segundos una mujer es golpeada. No hay nada abstracto al respecto. Está sucediendo ahora mismo mientras estoy hablando «.

“El poder que ejercen los hombres día a día en la vida es el poder que se institucionaliza. Está protegido por la ley. Está protegido por la religión y la práctica religiosa. Está protegido por las universidades, que son bastiones de la supremacía masculina. Está protegido por una fuerza policial. Está protegido por aquellos a quienes Shelley llamó «los legisladores no reconocidos del mundo»: los poetas, los artistas. Contra ese poder, tenemos silencio ”.

“Así es como se manifiesta el poder de los hombres en la vida real. Eso es lo que significa la teoría sobre la supremacía masculina. Significa que puedes violar. Significa que puedes golpear. Significa que puedes lastimar. Significa que puedes comprar y vender mujeres. Significa que hay una clase de personas allí para proporcionarle lo que necesita. Te mantienes más rico que ellos, de modo que tienen que venderte sexo. No solo en las esquinas, sino en el lugar de trabajo. Ese es otro derecho que puede presumir tener: acceso sexual a cualquier mujer en su entorno, cuando lo desee. Ahora, el movimiento de hombres sugiere que los hombres no quieren el tipo de poder que acabo de describir. De hecho, he escuchado oraciones completas explícitas a tal efecto. Y, sin embargo, todo es una razón para no hacer algo para cambiar el hecho de que usted tiene ese poder «.

«Algunos de ustedes están muy preocupados por el auge de la derecha en este país, como si fuera algo separado de los temas del feminismo o del movimiento de hombres. Hay una caricatura que vi que reunió todo muy bien. Era una imagen grande de Ronald Reagan como un vaquero con un gran sombrero y una pistola. Y decía: “Un arma en cada funda… Una mujer embarazada en cada hogar…Haz de América un hombre otra vez ”. Esas son las políticas de la derecha”.

“Si tiene miedo del ascenso del fascismo en este país, y sería muy tonto no estarlo en este momento, es mejor que comprenda que la cuestión fundamental aquí tiene que ver con la supremacía masculina y el control de la mujer; acceso sexual a las mujeres; las mujeres como esclavas reproductivas; la propiedad privada de las mujeres. Ese es el programa de la derecha. Esa es la moralidad de la que hablan. Eso es lo que quieren decir. Eso es lo que quieren. Y la única oposición a ellos que importa es una oposición a los hombres que poseen mujeres».

“En los últimos años he escuchado mucho sobre el sufrimiento de los hombres por el sexismo. Por supuesto, he escuchado mucho sobre el sufrimiento de los hombres durante toda mi vida. No hace falta decir que he leído a Hamlet. He leído al rey Lear. Soy una mujer educada. Sé que los hombres sufren. Esta es una nueva arruga. Implícita en la idea de que este es un tipo diferente de sufrimiento, creo que en parte estás sufriendo por algo que sabes que le sucede a otra persona. Eso sería nuevo”

“Pero sobre todo su culpa, su sufrimiento, se reduce a: caramba, realmente nos sentimos tan mal. Todo hace que los hombres se sientan tan mal: lo que haces, lo que no haces, lo que quieres hacer, lo que no quieres hacer, pero lo harás de todos modos. Creo que la mayor parte de tu angustia es: caramba, realmente nos sentimos tan mal. Y lamento que te sientas tan mal, tan inútil y estúpidamente mal, porque hay una manera en que esto realmente es tu tragedia. Y no me refiero porque no puedes llorar. Y no me refiero a que no haya una intimidad real en sus vidas. Y no me refiero a que la armadura con la que tienes que vivir como hombre es estúpida: y no dudo que lo sea. Pero no me refiero a nada de eso”.

“Quiero decir que existe una relación entre la forma en que se viola a las mujeres y tu relación social con la violación y la máquina de guerra que te mata y te escupe: la máquina de guerra que atraviesas como esa mujer pasó por el molinillo de carne de Larry Flynt. La portada de Hustler. Mejor crees que estás involucrado en esta tragedia y que también es tu tragedia” …

“¿Qué implica hacer algo al respecto? El movimiento de los hombres parece quedarse estancado en dos puntos. La primera es que los hombres realmente no se sienten muy bien con ellos mismos. ¿Cómo pudiste? La segunda es que los hombres vienen a mí o a otras feministas y dicen: «Lo que dices sobre los hombres no es cierto. No es verdad de mi parte. No me siento así. Me opongo a todo». 

“Y yo digo: no me digas. Dile a los pornógrafos. Dile a los proxenetas. Dile a los calentadores. Dígales a los apologistas de la violación, a los celebristas de la violación y a los ideólogos pro-violación. Dile a los novelistas que piensan que la violación es maravillosa. Dile a Larry Flynt. Dile a Hugh Hefner. No tiene sentido decirme. Sólo soy una mujer No hay nada que pueda hacer al respecto. Estos hombres pretenden hablar por ti. Están en la arena pública diciendo que te representan. Si no lo hacen, entonces es mejor que les digas” …

“Dile a tus amigos que lo están haciendo. Y hay calles por ahí en las que puedes decir estas cosas en voz alta y querida, para afectar a las instituciones reales que mantienen estos abusos. ¿No te gusta la pornografía? Ojalá pudiera creer que es verdad. Lo creeré cuando te vea en las calles. Lo creeré cuando vea una oposición política organizada. Lo creeré cuando los proxenetas cierren el negocio porque no hay más consumidores masculinos” …

“Quiero hablarles sobre la igualdad, qué es la igualdad y qué significa. No es solo una idea. No es una palabra insípida que termina siendo una tontería. No tiene nada que ver con todas esas afirmaciones como: «Oh, eso también les sucede a los hombres». Nombro un abuso y escucho: «Oh, a los hombres también les pasa». Esa no es la igualdad por la que estamos luchando. Podríamos cambiar nuestra estrategia y decir: bueno, bueno, queremos igualdad; Vamos a meter algo en el culo de un hombre cada tres minutos”

“Nunca has escuchado eso del movimiento feminista, porque para nosotros la igualdad tiene dignidad e importancia reales, no es una palabra tonta que se pueda torcer y hacer que parezca estúpida como si no tuviera un significado real”…

“Quiero ver a este movimiento de hombres comprometerse a terminar con la violación porque ese es el único compromiso significativo con la igualdad. Es sorprendente que en todos nuestros mundos de feminismo y anti sexismo nunca hablemos seriamente sobre el fin de la violación. Terminándolo. Deteniéndolo. No más. No más violación. En el fondo de nuestras mentes, ¿nos aferramos a su inevitabilidad como el último coto de lo biológico? ¿Pensamos que siempre va a existir sin importar lo que hagamos? Todas nuestras acciones políticas son mentiras si no nos comprometemos a poner fin a la práctica de la violación. Este compromiso tiene que ser político. Tiene que ser serio. Tiene que ser sistemático. Tiene que ser público. No puede ser autoindulgente”…

“Las cosas que el movimiento de los hombres ha querido son cosas que vale la pena tener. Vale la pena tener intimidad. Vale la pena tener ternura. Vale la pena tener cooperación. Vale la pena tener una verdadera vida emocional. Pero no puedes tenerlos en un mundo con violación. Merece la pena acabar con la homofobia. Y puedes”

Foto: Andrea Dworkin con el megáfono

Fuente: https://feminismoinc.org/2019/05/andrea-dworkin-quiero-una-tregua-de-veinticuatro-horas-durante-la-cual-no-haya-violacion.html

Solo 29% de mujeres indígenas en AL y el Caribe accede a un empleo asalariado: ONU-Mujeres

ONU-Mujeres resaltó la defensa de los derechos individuales y colectivos de las mujeres indígenas. Foto ANPMI


Solo 29% de mujeres indígenas en AL y el Caribe accede a un empleo asalariado: ONU-Mujeres
Carolina Gómez Mena

Ciudad de México. Cerca de la mitad de las mujeres indígenas que habitan en América Latina y el Caribe reside en áreas urbanas, en donde se insertan sobre todo en el comercio informal, el trabajo doméstico y el autoempleo, con acceso limitado a la protección social, señaló ONU Mujeres con base en datos de la Organización Internacional del Trabajo.

En el Día Internacional de las Mujeres Indígenas, hoy 5 de septiembre, el organismo de Naciones Unidas detalló que casi una de cada tres de estas mujeres, trabaja sin remuneración en negocios familiares y solo 29 por ciento accede a un empleo asalariado, conforme a cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Asimismo, sus ingresos representan en promedio apenas 26 por ciento de los de las mujeres no indígenas, lo que evidencia una brecha de discriminación estructural en múltiples niveles.

Estas cifras, precisó ONU Mujeres, reflejan una “realidad de desigualdad interseccional: ser mujer e indígena significa enfrentar barreras superpuestas de género, etnicidad y clase.”

Aparte, integrantes de Asamblea Nacional Política de Mujeres Indígenas (ANPMI), advirtieron hoy que “sin las mujeres indígenas no habrá justicia ni democracia verdadera en México.”

Reunidas en Teotihuacán, en el encuentro Mujeres Indígenas, Resistencias y Creatividad desde los Territorios, aseguraron que la declaración del Año de la Mujer Indígena, “de nada sirve si en los espacios de poder en México se siguen reproduciendo violencias marcadas por el clasismo, machismo y el racismo, se sigue criminalizando, desapareciendo y asesinando a las y los defensores de la tierra y el territorio, y se continúan enfrentando barreras institucionales para el acceso a la salud y la justicia.”

Añadieron que no han sido consultadas y “tampoco se nos ha llamado para construir metas, indicadores o poner algunas pautas que nos ayudaran a revisar si al término del año cambió algo, si existieron condiciones concretas que facilitaran el ejercicio de nuestros derechos en todos los ámbitos y esferas de la vida pública y privada”.

En el contexto de la conmemoración, ONU Mujeres resaltó la defensa de los derechos individuales y colectivos de las mujeres indígenas y “abogamos por su participación plena y efectiva en los procesos de toma de decisiones.”

Expuso que importante resaltar el papel fundamental que las mujeres indígenas desempeñan en el cuidado y defensa del medio ambiente, la conservación de la biodiversidad y la transmisión del conocimiento ancestral, la identidad cultural y el mantenimiento de las lenguas indígenas de generación en generación.

Subrayó que la crisis de los cuidados y la crisis climática, las cuales están profundamente entrelazadas, exige reconocer los derechos y las voces de las mujeres indígenas como cuidadoras de la vida, guardianas de la biodiversidad y protagonistas en la protección del planeta.

El Compromiso de Tlatelolco, adoptado en la 16 Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, realizada en la Ciudad de México (12-15 de agosto de 2025) subraya que enfrentar la crisis climática es inseparable de la construcción de una sociedad del cuidado, recordó.

“Este es un desafío urgente y transformador y, para hacerlo posible, es imprescindible reconocer el papel fundamental de las mujeres indígenas.”

Con una historia satírica, Margaret Atwood se mofa de la censura en Alberta

RCI

Margaret Atwood respondió con un texto satírico a una reciente y controvertida prohibición establecida en Alberta, donde las autoridades provinciales de educación decidieron retirar de las bibliotecas escolares más de doscientos libros a los que consideran que tienen contenido sexual inadecuado para los estudiantes.


Uno de los libros retirados es El cuento de la criada, de la autora canadiense Margaret Atwood, cuya novela distópica muestra los horrores de los fundamentalismos religiosos y políticos. Esa obra fue retirada de los estantes en aplicación a las nuevas y radicales reglas de la provincia de Alberta, gobernada por la conservadora Danielle Smith.

En una publicación en las redes sociales el 31 de agosto, Atwood dijo que, dado que esa clásica novela canadiense ya no es adecuada para las escuelas de Alberta, ha escrito un cuento para jóvenes de 17 años sobre dos niños muy, muy buenos, llamados John y Mary.

Nunca se hurgaban la nariz ni defecaban ni les salían granos de acné, escribió al iniciar su relato.

Crecieron, se casaron y tuvieron cinco hijos perfectos sin haber tenido nunca relaciones sexuales, continuaba la historia.

Atwood dijo que el dúo no prestaba atención a los pobres ni tampoco a perdonar a sus enemigos y cosas así; en cambio, practicaban un capitalismo egoísta y rapaz.

La historia de Atwood continuaba, señalando que la pareja nunca muere porque quién quiere vivir así y vivieron felices para siempre
.

Una escena de la serie de televisión "El cuento de la criada", basado en la novela de Margaret Atwood, en la que la represión política y religiosa son temas centrales.

FOTO: GEORGE KRAYCHYK/HULU

Pero mientras lo hacían, El cuento de la criadase hizo realidad y [la primera ministra] Danielle Smith se encontró vestida con un bonito vestido azul nuevo, pero sin tener un empleo, dijo, refiriéndose a las esposas de alto rango de los comandantes en su libro, que vestían de azul, mientras que las criadas, obligadas a vestirse de rojo, estaban obligadas a procrear para parejas de la élite en un estado totalitario y teocrático.

El fin, añadió Atwood.

La primera ministra de Alberta, Danielle Smith, afirmó que la directiva buscaba evitar el contenido sexualmente explícito en los libros para estudiantes.

Esta fue la segunda vez que Atwood se manifestó sobre la prohibición provincial de libros. La autora canadiense recurrió a las redes sociales el 29 de agosto para animar a la gente a conseguir ejemplares de El cuento de la criada, "antes de que comiencen a llevarse a cabo quemas públicas de libros".

¡No lo leas, se te incendiará el cabello!, escribió.

La semana pasada, la Junta Escolar Pública de Edmonton, una de las más grandes de Alberta, anunció que retirará más de 200 libros de sus escuelas este año para cumplir con una orden emitida en julio por el Ministerio de Educación de Alberta de eliminar de las bibliotecas escolares aquellos libros que contengan contenido sexual explícito antes del 1 de octubre.

La lista de libros que la junta decidió retirar dio una primera idea del impacto de la prohibición de libros en las escuelas de Alberta.

La lista incluye obras literarias como Sé por qué canta el pájaro enjaulado de Maya Angelou, Un mundo feliz de Aldous Huxley, y 1984 de George Orwell.

El color púrpura, de la autora estadounidense Alice Walker; El Padrino, de Mario Puzo y Tiburón, de Peter Benchley, también figuran en la lista de libros expurgados, junto con autores como George RR Martin, Sarah J. Maas y Maya Angelou.


La primera ministra de Alberta, Danielle Smith, afirmó que la directiva buscaba evitar el contenido sexualmente explícito en los libros para estudiantes.

FOTO: RADIO-CANADA / JULIEN DELFORT

El 29 de agosto, la primera ministra provincial Danielle Smith dijo que la junta escolar pública de Edmonton se había excedido en el cumplimiento de la prohibición y que la lista establecida es una forma de cumplimiento inadecuado de la ordenanza.

También mostró extractos de novelas gráficas durante una conferencia de prensa, incluyendo páginas de Género Queer de Maia Kobabe, que motivaron la aplicación de las nuevas reglas, en primer lugar por las ilustraciones explícitas de actos sexuales que contienen.

En una declaración, la presidenta de la junta escolar, Julie Kusiek, dijo que la lista cumple con los criterios establecidos por el gobierno de Alberta y que cualquier persona que no esté conforme con ella debe comunicarse con el ministro de Educación de Alberta, Demetrios Nicolaides.

Se espera que otras divisiones escolares presenten sus listas de libros a ser expurgados en los próximos días.

Danielle Smith sugirió que el Ministerio de Educación de Alberta podría formar un grupo de trabajo para colaborar con las juntas escolares y revisar los libros para discutir si el contenido es apropiado o no para los estudiantes.

Atwood, Smith y el Ministerio de Educación de Alberta no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios sobre el cuento de Atwood este 31 de agosto.

Fuente: CBC / CP / J. Farrell

Adaptación: RCI / R. Valencia

Traducen Cartilla de Derechos de las Mujeres a 35 lenguas originarias

 

La presidenta Claudia Sheinbuam señaló en conferencia de presna la importancia de la Cartilla de Derechos de las Mujeres Indígenas, el 5 de septiembre de 2025. Foto Cuartoscuro 

Arturo Sánchez Jiménez y Alma E. Muñoz

La Cartilla de Derechos de las Mujeres ha sido traducida a 35 lenguas originarias y comenzará a distribuirse en comunidades indígenas y afromexicanas de todo el país, anunció ayer el gobierno federal en el contexto del Día Internacional de la Mujer Indígena.

En su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que el objetivo es garantizar que todas las mujeres tengan acceso a la información y puedan ejercer plenamente sus derechos. “Tenemos que seguir avanzando en todo lo que tiene que ver con hacer valer los derechos. Estamos en ello”, expresó, y recordó que ayer la bandera nacional fue izada en honor a las indígenas.

Funcionarias de la Secretaría de las Mujeres y traductoras destacaron que al conocer sus derechos, las niñas indígenas crecerán con la certeza de que pueden ser lo que deseen. La secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández Mora, señaló que esta acción inaugura una política de promoción de las garantías.

Esfuerzo inédito

La subsecretaria de Igualdad Sustantiva, María Elvira Concheiro Bórquez, afirmó que es un esfuerzo inédito en la historia y anunció que la cartilla se difundirá en 6 mil 700 escuelas, con el apoyo de 17 mil docentes, y alcanzará a casi 400 mil estudiantes.

La directora de Educación Indígena, Intercultural y Bilingüe de la Secretaría de Educación Pública, María de los Ángeles Gordillo Castañeda, informó que ya existen versiones impresas en 35 lenguas y audiovisuales en 27, además de que se avanza en la traducción a 27 más en 18 estados, entre ellos Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Veracruz y la Ciudad de México.

La jefa de Capacitación del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Yessica Roque Roque, resaltó que la traducción fortalece tanto los derechos femeninos como los lingüísticos. En tanto, la presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Claudia Olivia Morales Reza, consideró que la cartilla reivindica y reconoce estos derechos, y agradeció a Sheinbaum por dar visibilidad al trabajo de las comunidades indígenas.

Traductoras como Ana Elvia Paulino Escamilla (mazahua) y Anahí Bautista (teenek), subrayaron que esta inclusión era urgente, pues permitirá que mujeres, adolescentes y niñas en comunidades originarias sepan que pueden aspirar a lo que ellas quieran ser.

Las indígenas, ante barreras de género, etnicidad y clase



Integrantes de las etnias mazahua y tsotsil participaron en una ceremonia en la Ciudad de México para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Indígena. Foto Afp

Carolina Gómez Mena

Cerca de la mitad de las indígenas que habitan en América Latina y el Caribe residen en áreas urbanas, donde se insertan sobre todo en el comercio informal, el trabajo doméstico y el autoempleo, con acceso limitado a la protección social, señaló ONU Mujeres con base en datos de la Organización Internacional del Trabajo.

En el Día Internacional de la Mujer Indígena, conmemorado ayer, el organismo de Naciones Unidas detalló que casi una de cada tres de ellas trabaja sin remuneración en negocios familiares y sólo 29 por ciento tiene acceso a un empleo asalariado, conforme a cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Asimismo, sus ingresos representan en promedio apenas 26 por ciento de los de las no indígenas, lo que evidencia una brecha de discriminación estructural en múltiples escalas.

Estas cifras, precisó ONU Mujeres, reflejan una “realidad de desigualdad interseccional: ser mujer e indígena significa enfrentar barreras superpuestas de género, etnicidad y clase”.

ONU Mujeres resaltó el papel fundamental que las indígenas desempeñan en el cuidado y defensa del medio ambiente, la conservación de la biodiversidad y la transmisión del conocimiento ancestral, la identidad cultural y el mantenimiento de las lenguas originarias de generación en generación.

Ante las crisis de los cuidados y la climática, las cuales están profundamente entrelazadas, exigió reconocer los derechos y las voces de las mujeres indígenas como cuidadoras de la vida, guardianas de la biodiversidad y protagonistas en la protección del planeta.

Recordó que el Compromiso de Tlatelolco, adoptado en la 16 Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, celebrada en la Ciudad de México (12 al 15 de agosto de 2025), subraya que enfrentar la crisis climática es inseparable de la construcción de una sociedad del cuidado. “Este es un desafío urgente y transformador, y para hacerlo posible es imprescindible reconocer el papel fundamental de las mujeres indígenas”.

En tanto, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas destacó que el papel de las integrantes de los pueblos originarios en la historia del país ha sido fundamental. Añadió que aun con los desafíos que enfrenta este sector, “ellas continúan siendo pilares de sus comunidades”, por lo que “este día es un recordatorio de su poder, de su voz, que exige ser escuchada, y de su contribución invaluable a la construcción de un país más justo e inclusivo”.

Del matriarcado a ser víctimas: Cómo las indígenas de Canadá viven su historia

 

Una celebración de los pueblos indígenas en Canadá. Imagen: Cortesía de Chrystal Tabobandung

TORONTO, Canadá – Si el colonialismo europeo no hubiera alcanzado a Canadá, el matriarcado seguiría siendo fuerte en la cultura indígena. El matriarcado era la columna vertebral de la estructura social y de la línea de dominio en la «Isla de la Tortuga», como los indígenas del país denominan a la Norteamérica  prevía a la llegada de los occidentales, en un concepto referido a su identidad y resistencia.

En la práctica, las mujeres indígenas en Canadá han sido víctimas de violencia y discriminación. En teoría, debían gozar, junto con los niños, de plena protección, tal como establece el artículo 22 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI).

“El conocimiento tradicional estaría completo. Nuestras lenguas, ceremonias, sistemas de gobernanza, la salud del planeta, las comunidades, cosmologías, prácticas de la tierra, preservación del agua y métodos de cosecha estarían vivos y bien”, dice Kim Wheatley, guardiana del Conocimiento Ancestral Anishinaabe, cuyo nombre espiritual es “cabeza / lideresa de la Flor de Fuego”.

El anishinaabe es un grupo de pueblos indígenas vinculados entre sí y asentados en la región de los grandes lagos de Canadá y el colindante Estados Unidos.

El rol e influencia femenina en la cultura indígena tradicional eran poderosos y fundamentales. Wheatley señala cómo el deber principal de las mujeres, “como el de todos los miembros de la comunidad, era vivir en armonía con la creación, una vida de propósito y pasión comprometida basada en los dones con los que llegaban del mundo espiritual”.

“Las mujeres eran cazadoras, recolectoras, curanderas, sanadoras, educadoras, líderes, artistas, pescadoras, ceremoniales, cantantes, bailarinas, artistas y guardianas de la gobernanza: realmente el pegamento social sobre cómo proveer para el bien común. Ellas eran quienes tomaban las grandes decisiones a largo plazo para las comunidades de las que eran responsables”, añadió.

La historia de las mujeres indígenas en Canadá es considerablemente incompatible con lo que Disney intentó distorsionar en su popular pelicula de animación “Pocahontas”.

Chrystal Tabobandung, fundadora de Raise (formación en conciencia y competencia cultural indígena), con raíces ojibwe, observa el “odio de las mujeres blancas hacia nosotras, como si fuéramos menos. Nos echaron de nuestros hogares. Hoy sufrimos y somos sexualizadas por hombres y por las redes sociales. Históricamente, las mujeres blancas nos envidiaban por los roles que teníamos en nuestras comunidades y nuestras formas tradicionales”.

Ahí es donde el impacto del colonialismo entró desde los primeros contactos y fue cambiando con el tiempo. “Las mujeres en Europa no debían ser vistas ni escuchadas. Estaban en segundo plano, y resentían mucho que aquí las mujeres indígenas tuvieran voz, un asiento en la mesa para tomar decisiones sobre seguridad, crianza, política e incluso dónde acampar”, aseguró.

Kim Wheatley, guardiana del Conocimiento Ancestral Anishinaabe

Desigualdad socioeconómica

El efecto del modelo social y económico occidental impuesto ha destrozado demasiadas comunidades indígenas, y el cambio hacia un estilo de vida masculino-dominante occidental alteró toda la estructura.

Wheatley considera que, en los últimos 150 años, “la base de las especies quedó en riesgo. La destrucción de tierras y aguas mediante la extracción interminable de recursos, el racismo, la misoginia, la vulgaridad de la toma de decisiones políticas sobre los cuerpos de las mujeres, la violencia creciente contra mujeres y niñas, y la lista sigue. Vemos una disparidad dramática en las realidades socioeconómicas».

«Nuestro pueblo tiene vastos y complejos sistemas políticos, estructuras de gobernanza, modelos de liderazgo equilibrados, extraordinarias prácticas comerciales, creatividad infinita y relaciones íntimas con tierras y aguas. Profundas enseñanzas morales que contribuyen al bien común basadas en visiones de largo plazo”, añadió.

Si bien las mujeres pueden y de hecho se postulan a cargos de liderazgo, el sistema colonial no apoya la gobernanza ni las prácticas tradicionales. La Ley India sigue vigente en Canadá y es uno de los documentos legales reconocidos como más racistas en el mundo. Esta ley supervisa cómo y qué puede hacer una comunidad de Primera Nación dentro de los límites de la reserva y qué pasa al salir de ella.

Las diferencias entre mujeres indígenas varían según sus distintas naciones. En Canadá, hay más de 630 comunidades reconocidas como Primeras Naciones.

“Nuestras mujeres hacen las cosas de manera diferente según las enseñanzas de nación a nación que están ligadas a la tradición y la cultura, más que a roles”, explicó Tabobandung. “Existen tantos sistemas opresivos divergentes que las desconectan», agregó.

Detalló que «no necesariamente trabajan juntas, pero frente a grandes problemas sociales, como las mujeres indígenas asesinadas y desaparecidas o la trata sexual, sí se unen».

«Participan en marchas y manifestaciones. Se enfrentan a las injusticias y se reconectan con su tradición y su cultura. Cuantas más voces surgen, más personas se sienten valientes, fuertes y capaces de compartir sus experiencias personales”, detalló.

¿Cómo afecta la falta de acceso al agua potable a las mujeres indígenas? Según Wheatley, “la crisis del agua en las comunidades de Primeras Naciones es un ataque continuo y poco reconocido contra un derecho humano básico».

«Las mujeres que viven fuera de las reservas tienen mayores oportunidades de empleo, vivienda y otras posibilidades socioeconómicas que simplemente no existen en muchas reservas por una amplia variedad de razones. Las instalaciones educativas son mucho más accesibles, al igual que los servicios sociales que son esenciales para el sostenimiento de las familias”, explicó.

Wheatley continuó: “La cercanía en los traslados hacia/desde el trabajo, reuniones sociales, espacios de apoyo, actividades culturales, opciones educativas e interacciones sociales más amplias es mucho más accesible en áreas urbanas”.

“Esto contribuye a un mayor bienestar. En pueblos pequeños, el racismo puede limitar oportunidades, pero en ciudades con poblaciones más grandes, las probabilidades aumentan a favor de la mujer”, planteó.

Chrystal Tabobandung, fundadora de la organización Raise, de conciencia cultural indígena

Reconciliación y preservación de la cultura

A juicio de Wheatley,  el Informe de Verdad y Reconciliación fue un regalo para los canadienses, ya que desafió su comodidad en la amnesia histórica y en la ignorancia sobre el genocidio cultural cometido por los más altos niveles de liderazgo en este país.

“Cada vez que una voz de nuestro pueblo dice cómo debemos mirar la restitución y la restauración de nuestra soberanía, es el camino correcto», adujo.

Consideró que «no necesitamos que nos digan cómo sanar… Necesitamos decirle al país cómo apoyar nuestra sanación. Eso es lo que el informe hace maravillosamente».

Y añadió: «Es tan completo como el país puede digerir en este momento y, sin embargo… pocas de las ‘llamadas a la acción’ se han abordado de manera significativa hasta ahora”.

Puede leer aquí a versión en inglés de este artículo.

Pero la realidad es que han pasado 10 años desde ese informe y, sin embargo, poco ha cambiado, agrega Wheatley.

“Este país ha operado continuamente bajo la falacia de la Doctrina del Descubrimiento y el robo de tierras que nunca les pertenecieron”, detalló.

La perspectiva eurocéntrica occidental se ha impuesto incluso en la terminología y en cómo se define a una persona indígena.

Tabobandung afirmó: “Solo en las últimas generaciones hemos empoderado a nuestros hijos para que tengan voz y hagan preguntas. Yo crecí en un pueblo pequeño donde el colonialismo nos impactaba, pero aún así logramos transmitir nuestras enseñanzas e historias. Las personas que fueron alejadas de su cultura o desconectadas de algún modo no conocerían estas enseñanzas”.

En la Columbia Británica, los pueblos indígenas son muy conscientes de su cultura.

“Ellos realmente proyectan la importancia de sus mujeres indígenas”, dijo Wheatley. “Si hubiera algún movimiento de derechos indígenas o aborígenes que deba cambiar en el sistema judicial, sucederá primero en la Columbia Británica y marcará un precedente para todas las demás naciones de Canadá, añadió”.

¿Hay una salida?

Wheatley cree que la solución entre el gobierno y los pueblos indígenas no ha sido priorizada.

“Por eso, en muchas comunidades indígenas las condiciones del Tercer Mundo (Sur global) existen como norma. Para reconciliar los crímenes del pasado en Canadá, sus perpetradores deben asumir la responsabilidad, pero eso sigue siendo una amenaza para la intrusión colonial y la imposición sobre tierras que nos pertenecen legítimamente”, dijo.

Cada quien interpreta la Reconciliación de manera diferente.

Tabobandung escuchó voces distintas; algunas personas son más extremas que otras. En la práctica, el hecho consumado es que los pueblos indígenas, los occidentales y otros inmigrantes comparten hoy sus vidas en la Isla de la Tortuga, el aniguo continente ancestral norteamericano de los pueblos originarios.

Tabobandung se siente en el medio.

“Tienes este modelo occidental de negocios, social y político, y tu propio modelo. ¿Cómo equilibrar eso? Muchos pueblos de las Primeras Naciones tuvieron esa dificultad, especialmente quienes provienen de comunidades rurales y remotas del norte», explicó

Y agregó: «Tienes que saber quién eres y tener raíces profundas. Es muy difícil hacer esa transición, especialmente en el sistema eurocéntrico occidental, donde quieren deshacerse de nosotros; quieren integrarnos a la sociedad occidentalizada para que no existamos más. Algunos logran encontrar paz y equilibrio”.

“Soy anishinaabe. Soy ojibwe. Me niego a reconocerme como indígena, primera nación o aborigen”, dijo Tabobandung.

E insistió: “Nuestro pueblo es más antiguo que las terminologías que el gobierno federal nos impuso. Camino suave y gentilmente sobre la tierra. La cultura me salvó, saber que soy Primeros Pueblos de esta tierra, en este territorio, y saber que un sistema intenta aniquilar a mi pueblo, pero que sigo aquí, resistiendo y sobreviviendo”.

Eso es lo que la motiva.

“Por eso camino con la cabeza en alto. Por eso me educo todo lo que puedo sobre cualquier tema. Pinto arte indígena y hago pinturas indígenas para transmitir ese conocimiento”, concluyó.

El derecho al cuidado: una victoria jurídica feminista que podría cambiar América

 ipsnoticias.net

Inés M. Pousadela

MONTEVIDEO – El 7 de agosto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) dictó un fallo histórico que podría transformar la vida de las mujeres en toda América. Por primera vez en el derecho internacional, un tribunal internacional reconoció el cuidado como un derecho humano autónomo. La Opinión Consultiva 31/25, emitida en respuesta a una solicitud de Argentina, eleva el cuidado —durante mucho tiempo invisible y relegado a la esfera privada— al nivel de un derecho universal exigible.

La decisión del tribunal surgió de un proceso altamente participativo que incluyó amplias presentaciones escritas de la sociedad civil, académicos, gobiernos y organizaciones internacionales, además de audiencias públicas celebradas en marzo de 2024 en San José de Costa Rica, sede la Corte IDH.

La sentencia emitida ahora valida lo que las activistas feministas han defendido durante décadas: el trabajo de cuidados es un trabajo con un inmenso valor social y económico que merece reconocimiento y protección.

Tres dimensiones de los cuidados

Las estadísticas en las que se basa esta sentencia cuentan una historia cruda. En América Latina, las mujeres realizan entre 69 % y 86 % de todo el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, lo que obstaculiza sus carreras profesionales, su educación y su desarrollo personal.

El tribunal interamericano reconoció este desequilibrio como una fuente de desigualdad estructural de género que requiere una acción urgente por parte del Estado.

La autora, Inés M. Pousadela

La resolución define el cuidado de manera amplia, abarcando todas las tareas necesarias para la reproducción y el sustento de la vida, desde proporcionar alimentos y atención médica hasta ofrecer apoyo emocional. Establece tres dimensiones interdependientes: el derecho a proporcionar cuidados, el derecho a recibir cuidados y el derecho al autocuidado.

El tribunal interpretó que la Convención Americana sobre Derechos Humanos abarca el derecho al cuidado, dejando claro que los Estados deben respetar, proteger y garantizar este derecho mediante leyes, políticas públicas y recursos.

Esbozó las medidas que deben adoptar los Estados, entre ellas la licencia de paternidad remunerada obligatoria equivalente a la licencia de maternidad, la flexibilidad en el lugar de trabajo para los cuidadores, el reconocimiento del trabajo de cuidado como trabajo que merece protección social y sistemas públicos de cuidado integrales.

La defensa feminista reivindicada

La decisión de la Corte IDH refleja la profunda influencia de los estudios feministas. Durante décadas, las activistas feministas han insistido en que el trabajo de cuidados, realizado en su gran mayoría por mujeres, es invisible e infravalorado a pesar de ser fundamental para el sostenimiento de la vida y las economías.

El reconocimiento del tribunal valida estos argumentos, afirmando que el trabajo de cuidados no es una extensión natural de los roles de las mujeres confinados en la esfera privada, sino un trabajo con un inmenso valor social y económico.

El enfoque interseccional del tribunal representa otra victoria crucial para los movimientos feministas. La opinión consultiva reconoció que las cargas del cuidado no se distribuyen de manera uniforme entre las mujeres: las mujeres indígenas, afrodescendientes, migrantes y de bajos ingresos se enfrentan a responsabilidades desproporcionadas y a múltiples niveles de discriminación.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Este reconocimiento coincide con el énfasis de los movimientos feministas en las formas en que el género, la raza, la clase y la situación migratoria se entrecruzan para configurar la desigualdad.

Es significativo que la Corte IDH haya relacionado explícitamente el autocuidado con el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, reconociendo que el bienestar genuino requiere la capacidad de tomar decisiones libres e informadas sobre el embarazo, el parto, la maternidad y la autonomía corporal.

También ha destacado que todas las personas, incluidas las mujeres, las personas transgénero y las personas no binarias que pueden quedar embarazadas, deben estar libres de mandatos impuestos de maternidad o cuidado.

El papel crucial de la sociedad civil

Esta victoria pertenece a la sociedad civil. Las organizaciones feministas y de derechos humanos de toda América Latina hicieron campaña para llevar el tema ante el tribunal y aportaron conocimientos especializados cruciales.

Grupos como Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), Dejusticia, la Iniciativa Global para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales y Mujeres en el Empleo Informal-Globalizando y Organizando presentaron argumentos y pruebas que influyeron en el razonamiento del tribunal.

Las organizaciones documentaron la realidad de las mujeres que cuidan a familiares encarcelados, las mujeres migrantes que realizan trabajos de cuidados en condiciones precarias y las comunidades que carecen de servicios básicos como agua y saneamiento, lo que hace que el trabajo de cuidados no remunerado sea aún más pesado.

Esto contribuyó a que la opinión de la Corte IDH reflejara las realidades sociales en lugar de principios abstractos.

El potencial transformador de la opinión va más allá de la igualdad de género. Al reconocer el cuidado como una necesidad humana universal, lo posiciona como una piedra angular del desarrollo sostenible.

Las inversiones en infraestructura de cuidados crean puestos de trabajo, reducen la desigualdad y apoyan la participación de las mujeres en el lugar de trabajo, al tiempo que garantizan que los niños, las personas mayores y las personas con discapacidad puedan vivir con dignidad y autonomía.

El camino hacia la implementación

Las resoluciones sobre las opiniones consultivas no son vinculantes, al contrario de las sentencias sobre casos juzgados, pero tienen un peso jurídico y político considerable, ya que establecen normas regionales que influyen en las reformas constitucionales, los litigios estratégicos y el desarrollo de políticas.

Esta decisión proporciona un modelo para las sociedades en las que el cuidado no es una carga invisible, sino una responsabilidad compartida y respaldada.

Sin embargo, las organizaciones feministas han señalado una limitación crucial: la decisión de la Corte IDH de no designar al Estado como garante principal de los derechos de cuidado crea una ambigüedad que corre el riesgo de permitir que los gobiernos descarguen sus obligaciones en las familias, perpetuando las desigualdades que la decisión pretende abordar.

La sociedad civil se enfrenta a la tarea crucial de garantizar que la implementación dé prioridad a la responsabilidad del Estado. La prueba consiste en transformar el reconocimiento legal en leyes, políticas y prácticas que lleguen a los más necesitados. La lucha se traslada ahora de los tribunales al ámbito político.

Otros artículos de Inés M. Pousadela.

Los movimientos feministas ya están preparando casos estratégicos y lanzando campañas para presionar a los gobiernos a fin de que aprueben leyes, asignen presupuestos y construyan la infraestructura necesaria.

Los Estados deben aprobar leyes que reconozcan el derecho al cuidado, diseñar sistemas de cuidado universales, integrar encuestas sobre el uso del tiempo en las cuentas nacionales y construir una infraestructura de cuidado sólida. Los empleadores deben adaptar los lugares de trabajo para reconocer las responsabilidades de cuidado. La sociedad civil y los gobiernos deben desafiar los estereotipos de género e involucrar a los hombres y los niños en las tareas de cuidado.

La Corte IDH ha demostrado lo que es posible: sociedades en las que el cuidado se valora, se apoya y se comparte. Para los millones de mujeres de toda América que han llevado esta carga en silencio, el trabajo de convertir este reconocimiento histórico en una realidad vivida comienza ahora.

Inés M. Pousadela es especialista sénior en Investigación de Civicus, codirectora y redactora de Civicus Lens y coautora del Informe sobre el Estado de la Sociedad Civil de la organización.

T: MF / ED: EG

Derechos de las mujeres indígenas

Gabriela Rodríguez *

Hace un año se reformó al artículo segundo constitucional, una modificación que por primera vez en nuestra historia otorga una personalidad jurídica y patrimonio propio a los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, lo que fortalece su autonomía y autodeterminación. El texto actual dice a la letra:

“La Nación Mexicana es única e indivisible, basada en la grandeza de sus pueblos y culturas. La Nación tiene una composición pluricultural y multiétnica sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, que son aquellas colectividades con una continuidad histórica de las sociedades precoloniales establecidas en el territorio nacional; y que conservan, desarrollan y transmiten sus instituciones sociales, normativas, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas. La conciencia de su identidad indígena deberá ser criterio fundamental para determinar a quiénes se aplican las disposiciones sobre pueblos indígenas. Son comunidades integrantes de un pueblo indígena aquéllas que forman una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus sistemas normativos. El derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación se ejercerá en un marco constitucional de autonomía que asegure la unidad nacional (...).”

Además, es de celebrar que por primera vez se incluyen algunos párrafos dedicados a las mujeres indígenas, se les reconoce como trabajadoras del hogar y con necesidades específicas de salud:

Inciso B. “La Federación, las entidades federativas, los Municipios (…) deberán determinar las políticas públicas que garanticen el ejercicio efectivo de los derechos de los pueblos indígenas y tienen la obligación de:

Apartado XIII. Establecer políticas públicas para proteger a las comunidades y personas indígenas migrantes, tanto en el territorio nacional como en el extranjero, en especial, mediante acciones destinadas a: (…) b) Garantizar los derechos laborales de las personas jornaleras agrícolas, trabajadoras de hogar y con discapacidad; c) Mejorar las condiciones de salud de las mujeres, así como apoyar con programas especiales de educación y nutrición a niñas, niños, adolescentes y jóvenes de familias migrantes...”

El Año de la Mujer Indígena ha sido ocasión para visibilizar las profundas inequidades que afectan de manera desproporcionada a mujeres y niñas indígenas; se trata de la discriminación que no se ha superado en el país y de desigualdades arraigadas en pautas patriarcales y en sistemas normativos que se han perpetuado por generaciones.

La desigualdad en el acceso a la educación de niñas y adolescentes indígenas es inaceptable: mientras que 50.8 por ciento de las mujeres mexicanas siguen estudiando a los 19 años de edad, a esta edad tan sólo 25 por ciento de las indígenas continúan en la escuela, un ciclo educativo que es crucial para la ampliación del conocimiento, de habilidades técnicas y profesionales, y del acceso a mejores condiciones laborales.

La falta de oportunidades educativas es una determinante de uniones tempranas, a pesar de que las leyes mexicanas prohíben el matrimonio antes de los 18 años, en las comunidades indígenas 34.2 por ciento de las hablantes de lengua indígena ya están unidas antes de los 18 años. A escala nacional, la proporción es de 18.4 por ciento y en las comunidades urbanas es de 15 por ciento.

En ese sector las uniones y matrimonios van acompañados de una maternidad temprana: 20 por ciento de las indígenas son madres antes de cumplir los 18 años, la fecundidad de las hablantes de lengua indígena es de 82.9 nacimientos por cada mil adolescentes (de 15 a 19 años), mientras que en las no hablantes es de 49.1 por cada mil y entre afrodescendientes es de 54.8 nacimientos.

De los 8 mil 218 nacimientos en niñas de 10 a 14 años registrados el año pasado, 53.3 por ciento estaban unidas. Se tipifica como fecundidad forzada los nacimientos de madres menores de 14 años, la cual, aunque logró reducirse en los últimos seis años, de 4.40 a 2.45 nacimientos por cada mil niñas de 12 a 14 años. Ninguna niña tendría que ser madre.

El 80.4 por ciento de niñas de 6 a 10 años declaró haber tenido su primera relación sexual sin consentimiento, y 95.5 por ciento de las de 11 a 14 años la tuvo con consentimiento aparente. El 86.2 por ciento de las niñas madres se dedican al trabajo no remunerado (doméstico y de cuidados), 16.2 realiza trabajo remunerado y sólo 13.7 continúa estudiando.

El papel de las parteras tradicionales destaca por sus cosmovisiones indígenas que ofrecen servicios integrales de atención a la salud: 2.2 por ciento de los partos en niñas de 10 a 14 años fueron asistidos por parteras, con mayores concentraciones en Chiapas (10.1 por ciento), Guerrero (4.1) y Tabasco (3.6).

Sigue siendo un reto construir un diálogo intercultural que garantice la autonomía comunitaria de nuestros pueblos originarios y es lamentable que en la reforma del año pasado no se haya aprobado, como parte de los sistemas normativos, el párrafo sobre el respeto y la inclusión de la dignidad e integridad de las mujeres, de las niñas, niños y adolescentes, ni la prohibición explícita de prácticas perjudiciales como el matrimonio infantil.

* Secretaria técnica de Conapo

X: @Gabrielarodr108

La trata tiene rostro de niña, explotación desde el núcleo familiar

 

La trata de personas representa un problema grave en México donde se registraron tan solo en julio de 2025, 2 mil 239 mujeres víctimas de trata, lo que representa el 74.9 por ciento del total, frente a 748 hombres (25.1 por ciento) informó la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM). De las cifras, resalta que mientras los hombres suelen enfrentar otros tipos de trata como la explotación laboral, para las mujeres el destino siempre es el mismo: la explotación sexual. 

De acuerdo con el Balance Anual de REDIM, en 2023 se registraron 9mil 802 casos de personas de 1 a 17 años atendidas en hospitales por violencia sexual, de las cuales el 92.3% correspondían a mujeres.

Es posible dimensionar este fenómeno, si revisamos el panorama mundial, el cual confirma esta tendencia: según el Informe Mundial sobre Trata de Personas 2024 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en 2022 el 61 por ciento de las víctimas detectadas eran mujeres y niñas; de estas, seis de cada diez niñas fueron explotadas sexualmente. En América Central y el Caribe, el 52 por ciento de las víctimas detectadas fueron niñas y el 30 por ciento mujeres, de las cuales el 62 por ciento fue tratada con fines de explotación sexual. 

Esto significa que en conjunto, las personas de sexo femenino representan más del 80 por ciento de las víctimas, lo que evidencia que “la trata de personas es un delito con énfasis de género” según el capítulo trata en #Tiempodemujeres del quinto informe de Trata de Personas, de la misma Oficina.

Ante los datos, UNODC refiere la urgencia de diseñar políticas públicas que prioricen la protección, prevención y acceso a la justicia para mujeres y niñas, sobretodo en un país donde el sistema de justicia continúa priorizando a las y los agresores y revictimiza a las víctimas, por falta de perspectiva de género. 

La familia ¿Y si el peligro está en casa?

En su más reciente labor, el Consejo Ciudadano —responsable de operar la única Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas (800 5533 000)— ha centrado sus esfuerzos en analizar los patrones y prácticas que revelan cómo la desigualdad funciona como un señuelo.

De acuerdo con sus datos, el 28.9 por ciento de las víctimas mujeres, niñas y adolescentes fueron captadas por personas dentro de su propio entorno familiar. Además, en más del 40 por ciento de los casos, el reclutamiento ocurre de forma directa y personal, lo que pone en evidencia cómo los lazos afectivos son utilizados como mecanismo de control. Así lo señala María Elena Esparza Guevara, consejera en temas de género del Consejo Ciudadano y fundadora de la organización Ola Violeta A.C., quien señala que las y los familiares incurren en este delito por el beneficio que obtienen por medio de la trata de niñas, niños y adolescentes (NNA).

De acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, la trata se ejerce por medio de “la captación, transporte, traslado, acogida o recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación” .

“No fue su mamá fue su proxeneta” 

En este contexto basta observar lo que sucede con el reciente caso que se hizo mediático de Giovanna, quien vivió por ocho años explotación sexual a manos de Gema N. su madre, quien presuntamente fue su explotadora desde que tenía 10 años de edad y se prolongó durante varios años, hasta que logró escapar a los 18 años al extranjero, donde buscó un nuevo comienzo. 

Por si fuera poco, otro rostro de la trata es la lucha que enfrentan por recuperar totalmente su libertad, pues suele ser muy difícil que un tratante deje a la víctima continuar su vida.

Gema N, también amenazó e intentó extorsionar a Giovanna, motivo por el que en 2021 la víctima decidió denunciar, es por ello que actualmente la imputada se encuentra en prisión preventiva desde hace dos años pues el Estado reconoció que representaba no sólo un peligro para Giovanna, también para su hermano quien ha sido presuntamente amenazado.

El juez: el rostro de un sistema revictimizante

El juez Esquivel Jasso es quien tiene este caso y ha sido señalado por su actuación, de acuerdo con la víctima ha mostrado parcialidad revictimizándola, pues pese a las amenazas que ponen en riesgo su vida, el impartidor de justicia, sugirió a la imputada que solicitara medidas cautelares en libertad. Al parecer tendría cercanía con la mujer denunciada.

Este tipo de posturas no son aisladas, sino parte de un patrón sistemático dentro del sistema judicial mexicano, donde distintos actores contribuyen a normalizar la impunidad y la revictimización en casos de violencia contra las mujeres. Esta problemática se agrava aún más cuando las víctimas han sido traicionadas por su propia familia, lo que las deja en una situación de mayor vulnerabilidad y desprotección institucional. 

Recordemos que ante estos casos, las víctimas pueden y deben ser amparadas por la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas, la cual establece que toda persona que haya sido víctima de trata durante su infancia, especialmente con fines de explotación sexual, debe ser reconocida como víctima, aunque denuncie el delito ya siendo adulta.

Esto se debe a que las y los menores de 18 años no pueden otorgar consentimiento válido para su explotación, por lo que el hecho constituye un delito grave que no prescribe por la edad de la víctima, donde particularmente quienes son explotadas por su familia no tienen regularmente un adulto seguro a su alcance que pueda defenderlos con medidas legales.

Cuando son mayores de edad y se encuentran en posición de denunciar, la ley tiene que garantizar que estas personas tengan atención integral, incluyendo servicios médicos, psicológicos, sociales y jurídicos, así como medidas de reparación del daño. Además, las autoridades están obligadas a investigar y perseguir penalmente a las y los responsables, incluso si el delito ocurrió muchos años atrás, asegurando que la justicia y la protección a la víctima prevalezcan por encima del tiempo transcurrido. 

Ante los hechos que hoy enfrenta Giovanna es importante que las víctimas y el Estado tenga presente el artículo VIII de esta ley: 

El caso de Giovanna no es un hecho aislado, sino el reflejo de una práctica sistemática que ocurre en la sociedad mexicana, como el caso de Beatriz Rodriguez quien fue víctima de trata con fines de explotación, pues su madre la entregó a su tía quien fue su tratante por más de 20 años.

“Las niñas no se tocan, no se violan, no se venden” 

Por ello el hartazgo colectivo se movilizó a las calles este primero de septiembre, el cual arrancó con indignación desde las 7:30 de la mañana, frente a los juzgados de Sullivan en la Ciudad de México. Defensoras de derechos humanas y colectivas se reunieron para exigir justicia para Giovanna.

Buscaban visibilizar  a urgencia de que su caso sea juzgado con perspectiva de género y evitar la salida de la presunta agresora recordando que la impunidad no puede ser la norma en los casos de violencia contra las mujeres y más en casos donde los vínculos familiares se aprovechan del poder que tienen sobre una niña. 

En entrevista con Cimacnoticias, Andrea Martín del Campo, amiga cercana de la víctima y organizadora de la manifestación en favor de Giovanna, denunció:

“Esto que ven acá (refiriéndose a la protesta) es el resultado de un sistema de justicia corrupto y de un juez completamente parcial, tenemos que recurrir a hacerlo viral” además resaltó su preocupación porque no todos tienen la ventaja de hacer tanto ruido para dar a conocer su caso y su agresora o agresor sale impune. “Esto no es solo por Giovanna es por todas”. 

Las víctimas no solo deben enfrentarse al mundo delincuencial, también deben cargar con el peso y la culpa de romper el pacto de silencio que permea el entorno familiar en la sociedad mexicana que nos enseñó que “la familia es lo más importante” pero que olvida que históricamente ha representado un riesgo real para las niñas, niños y adolescencias. 

Tejedoras

 

.- No no sé tejer. Para la pena de un número impreciso de maestras, nunca me gustó. No obstante, ahora me doy cuenta de que soy una tejedora.

Mi abuela Graciela tejía con singular alegría y destreza. Tejía con agujas y con gancho; con estambre, con hilo y con macramé. Tejía suéteres, chalecos, bufandas, carpetitas, botitas rojas para el árbol de Navidad, mantillas. Tejía mientras veía televisión, o mientras conversábamos. Pero yo ni por error.

Eso representó una decepción. No para mi abuela, sino para las monjas de las escuelas en las que cursé primaria y secundaria.

Vaya que pusieron dedicación en convertirme en una mujer hecha y derecha (que en su idioma significaba que yo mostrara infinita devoción por coser, tejer y obedecer). Fracaso absoluto.

Pero ahora me doy cuenta de que a mi modo sí aprendí a tejer. Y me enteré por Irene Vallejo.

Ella es una filóloga española, experta en las culturas griega y romana de la Antigüedad, a quien conocí a través de su maravilloso libro El infinito en un junco.

Este poderoso ensayo, bellamente escrito, tiene un par de capítulos dedicados a contar lo que ha encontrado respecto a las mujeres que escribieron, distintas obras en distintos géneros, aunque la escritura estuviera prohibida para las mujeres.

Le ha resultado apasionante, afirma, seguir las huellas de las mujeres en la historia de las palabras escritas, de los libros, de la literatura.

Así, ha encontrado que el primer autor del mundo que firma un texto con su propio nombre es una mujer: Enheduanna. Esta poeta y sacerdotisa escribió 1 500 años antes que el famoso Homero. Su conjunto de himnos tiene ecos que “resuenan todavía en los Salmos de la Biblia”.

Cuando se recuperaron algunos de sus versos, apenas en el siglo XX, los estudiosos la apodaron “la Shakespeare de la literatura sumeria”.

Sin embargo, el hallazgo de estos textos es excepcional. La mayoría de lo escrito por mujeres de la Antigüedad se ha perdido. Apenas han encontrado fragmentos rotos. Los más completos sobrevivieron porque usaron pseudónimos masculinos. El resto son “el rastro de sus huellas borradas”, escribe Irene, a través del cual “tanteamos un paisaje de sombras donde ya solo es posible conversar con los ecos”.

Sin embargo, que no encontremos huellas no significa que las mujeres no hayan tenido un papel protagónico en la historia de las palabras, la literatura y los libros. Es más, ella cree que es posible que hayan sido mujeres las primeras narradoras.

Me llama la atención, dice, que haya tantos términos en común entre los textos y los textiles: la trama del relato, el nudo del argumento, el hilo de una historia, el desenlace de la narración, devanarse los sesos, bordar un discurso, hilar fino, urdir una intriga.

Y en este “punto” es que me entero de que, para orgullo de mi abuela, en realidad de alguna manera tejo. Porque me identifico con lo que bellamente escribió Irene Vallejo:

“Escribo porque no sé coser ni hacer punto; nunca aprendí a bordar, pero me fascina la delicada urdimbre de las palabras. Me siento heredera de esas mujeres que desde siempre han tejido historias. Escribo para que no se rompa el viejo hilo de voz”.

Mil niñas y niños mueren al día por escasez de agua: UNICEF

 

Actualmente, uno de cada tres menores, es decir, 739 millones en todo el mundo, vive en zonas con escasez de agua elevada o muy elevada, y el cambio climático amenaza con agudizar aún más esta situación. En las últimas dos décadas, la disponibilidad de agua dulce por persona se redujo en un 20 por ciento. A la par, la calidad de este recurso se deteriora rápidamente debido al uso inadecuado, la sobreexplotación de acuíferos, la falta de gestión coordinada, la contaminación y el calentamiento global.

A pesar de la gravedad de la crisis hídrica, la niñez ha sido relegada en los debates sobre el cambio climático. Prueba de ello es que solo el 2,4 por ciento de la financiación climática proveniente de los principales fondos multilaterales contempla proyectos con actividades específicas dirigidas a la infancia.

Mujeres, principales recolectoras del agua

La crisis hídrica también profundiza las desigualdades de género. La Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD) señala que en todas las regiones son las mujeres quienes cargan con mayor responsabilidad en las labores de cuidado.

Además, la sequía y la degradación de la tierra aumentan el trabajo doméstico y no remunerado que recae sobre ellas, situación que se agravó con la pandemia de COVID-19.

Paralelamente la UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS), comentan que nivel global, las mujeres y niñas mayores de 15 años son las encargadas de recolectar agua en 7 de cada 10 hogares, frente a 3 de cada 10 en los que lo hacen hombres. Entre la niñez menor de 15 años, las niñas (7%) también tienen más probabilidades que los niños (4%) de cumplir con esta tarea.

En la mayoría de los casos, los trayectos para acarrear agua son largos y extenuantes, lo que les impide dedicar ese tiempo a la educación, el empleo o el ocio. Además, estos recorridos las exponen a riesgos físicos, agresiones y otras formas de violencia.

El informe de UNICEF destaca también que más de 500 millones de personas en el mundo dependen de instalaciones de saneamiento compartidas con otros hogares, lo que vulnera la intimidad, dignidad y seguridad de mujeres y niñas. En contextos donde los baños son colectivos, ellas enfrentan con mayor frecuencia episodios de inseguridad al desplazarse solas por la noche, además de una mayor exposición al acoso sexual y otros riesgos.

Salud y alimentación en riesgo

La sequía y la degradación de las tierras no solo reducen la disponibilidad de agua, también provocan escasez alimentaria dentro de los hogares. En muchas familias, las mujeres tienden a comer menos o incluso a saltarse comidas para que otros integrantes puedan alimentarse, lo que genera problemas de salud como dolores estomacales, vómitos, debilidad, diarrea y malnutrición. Esta situación, advierte el informe, está vinculada con un aumento en los abortos espontáneos y con mayores tasas de mortalidad materna e infantil.

El transporte de agua tiene igualmente efectos negativos sobre la salud de mujeres de todas las edades, especialmente entre jóvenes, niñas y mujeres embarazadas. Los métodos de acarreo imponen cargas físicas que pueden derivar en trastornos musculoesqueléticos y discapacidades.

La falta de acceso a servicios adecuados de agua, saneamiento e higiene también incrementa los riesgos para la salud de mujeres y niñas, en particular en lo relacionado con la gestión menstrual. En 51 países con datos disponibles, las mujeres y adolescentes de hogares más pobres y aquellas con discapacidad tienen más probabilidades de no contar con un espacio privado para lavarse y cambiarse de manera segura.

Mujeres subrepresentadas en toma de decisiones

Aunado a esta situación, las agricultoras, empresarias y organizaciones de mujeres continúan estando subrepresentadas en las principales iniciativas, programas y procesos normativos relacionados con la restauración de tierras. Esta exclusión se refleja en las limitaciones que enfrentan para acceder a espacios de toma de decisiones, así como en las desigualdades estructurales, leyes y prácticas discriminatorias que restringen su acceso al financiamiento.

En los últimos años se han implementado medidas para revertir esta situación a través de los mecanismos multilaterales de financiación medioambiental. Estos instrumentos han establecido como requisito la realización de un análisis de género durante el diseño de los proyectos, con el fin de garantizar que las políticas incorporen de manera más sólida la perspectiva de género tanto en la planeación como en la ejecución.

No obstante, estas medidas aún resultan insuficientes para alcanzar transformaciones institucionales de fondo, por eso es necesario reforzar los esfuerzos a escala nacional mediante reformas estructurales y acciones inclusivas que aseguren una mayor participación de las mujeres, la protección efectiva de sus derechos y un acceso equitativo a la financiación destinada a enfrentar la crisis climática.

Zacatecanas van contra grupos de Telegram y WhatsApp, advierten presencia de agresores sexuales

 

El hecho fue revelado por una de las mujeres manifestantes quien organizó la protesta cuya convocatoria fue el pasado 1 de septiembre y ella compartió con Cimacnoticias, que fue gracias a una denuncia publicada en Facebook la forma en como se enteró de la existencia de múltiples grupos, uno de ellos nombrado como «Zacatecas aportes» donde pudo identificar a uno hombre en particular, pues había sido su agresor durante la adolescencia.

Al contar con información sobre este agresor, decidió contactar a una de las víctimas de dichos grupos. A través de ella logró comunicarse con otras jóvenes víctimas, quienes le confiaron que sienten miedo incluso de salir de sus casas tras la difusión de su intimidad sin consentimiento. Una de ellas, aseguró, fue señalada por miembros de su propia familia al enterarse que su intimidad circulaba en esos grupos.

Ante esta situación, la manifestante relató que, al finalizar la protesta, acudió a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas, para presentar una denuncia. Sin embargo, al llegar le solicitaron las pruebas que tenía como evidencia, las cuales fueron entregadas y puestas a disposición de la autoridad.

Aunque el material era incriminatorio, en esa Fiscalía le comentaron que era indispensable que las víctimas acudieran personalmente a denunciar, ya que ella solo podía figurar como “testigo”.

Estos hechos recientes, no son los únicos registrados en Zacatecas. De acuerdo con el último reporte anual Violencia sexual digital contra las mujeres en México, elaborado por el Frente Nacional para la Sororidad (FNS), en la entidad se habían contabilizado 463 carpetas de investigación por el delito de violencia sexual digital.

Se trata de una situación que se replica en todo el país. Los estados con mayor número de casos son: Ciudad de México (2 mil 682), Querétaro (2 mil 556), Puebla (1 mil 095), Aguascalientes (776), Quintana Roo (649), Guerrero (205), Campeche (145), Chiapas (127), Sonora (91), Nayarit (42) y Tlaxcala (10).

El Movimiento Feminista de Zacatecas se pronunció ante los hechos y mediante un comunicado enfatizó que los delitos identificados: trata de personas y violencia sexual digital, corresponden a una de las formas más graves de criminalidad organizada.

Frente a ello, denunció que no confía en que las autoridades realicen las acciones pertinentes para sancionar a los responsables. Señaló que su agresor, identificado dentro de estos grupos, ya había sido denunciado anteriormente por delitos de abuso sexual, pero hasta el momento no se ha tomado ninguna acción en su contra

Ante lo ocurrido, las colectivas exigieron a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas (FGJEZ) la investigación inmediata del caso, subrayando que es la institución la que cuenta con las herramientas y el deber de iniciar de oficio la persecución penal, dado que se trata de delitos graves.

Asimismo, denunciaron la falta de información en torno a la violencia sexual digital y solicitaron al Ejecutivo estatal la urgente elaboración de campañas efectivas de prevención y educación que coloquen la responsabilidad en los agresores y no en el “autocuidado” de las mujeres. También demandaron que se garantice atención integral para las víctimas, con acompañamiento jurídico, psicológico y social.

El Movimiento Feminista de Zacatecas, señaló que estos hechos evidencian cómo el sistema patriarcal se sostiene a través de una cultura de complicidad entre hombres, quienes cosifican los cuerpos de las mujeres y los convierten en objetos de intercambio, reducidos a mercancías que circulan para sostener la jerarquía y el poder masculino sobre ellas.

8M 2024 en Zacatecas

La manifestación del 2024 en conmemoración al Día Internacional de la Mujer (8M) en Zacatecas concluyó con la represión violenta por parte de las autoridades de la policía estatal y se logró documentar en video a los elementos antimotines quienes agredieron a las mujeres de la protesta.

En dichos videos difundidos en redes sociales, se podía apreciar a los uniformados atacando con gas lacrimógeno a las manifestantes, ante las acusaciones, los policías involucrados justificaron sus acciones diciendo que lo que se podía apreciar en los videos no era más que extintores usados en defensa de los monumentos (instrumentos de iconoclasia).

Declaraciones agregadas documentaron el abuso físico que sufrieron algunas mujeres, muchas de ellas menores de edad, exponiendo cómo los policías las llevaban con violencia al callejón de las Campanas, ubicado entre los edificios del Palacio de Gobierno, para despojarlas de sus pertenencias y amedrentarlas.  

Violencia sexual digital

De acuerdo con el reporte anual Violencia sexual digital contra las mujeres en México, publicado por el FNS en septiembre de 2024, la violencia sexual digital es una forma de violencia de género vinculada al ejercicio de la sexualidad mediante el uso de la tecnología. Se trata, en parte, de una de las consecuencias de la virtualidad, que ha transformado la manera en que las personas interactúan entre sí.

Las niñas y las mujeres son las principales víctimas de este tipo de violencia, que puede manifestarse en diversas modalidades: producción no consentida de material íntimo sexual; difusión de contenido íntimo no consensuado; robo o usurpación de identidad con fines de explotación sexual; acoso sexual digital; grooming; sextorsión; amenazas; acecho; ofrecimiento de servicios sexuales no autorizados; e incluso la alteración de imágenes con inteligencia artificial para su venta con fines sexuales.

El FNS también advierte que las consecuencias para las víctimas no se limitan a la exposición de su imagen pública o personal. Pueden incluir pérdidas económicas y patrimoniales, así como la exposición a otras formas de violencia. En cuanto a la salud mental, son comunes sentimientos de vergüenza, culpa y miedo, además de trastornos como ansiedad, depresión, delirios de persecución, paranoia e incluso ideación suicida.

Crédito: Olimpia Coral Melo Vía X

Ley Olimpia

En materia legal, el 5 de noviembre de 2020 el senado de la República aprobó la Ley Olimpia, después de dos años de discusión. Su aprobación fue considerada una victoria del movimiento feminista, pues significó el reconocimiento del derecho de las mujeres a ejercer su sexualidad y habitar los entornos digitales sin ser criminalizadas, expuestas ni violentadas.

Cabe destacar que antes de la reforma federal, varias entidades federativas ya habían tipificado la violencia digital en sus códigos penales. Actualmente, la Ley Olimpia se encuentra vigente en los 32 estados del país: Yucatán, Puebla, Nuevo León, Chiapas, Colima, Veracruz, Guanajuato, Baja California Sur, Coahuila, Querétaro, Oaxaca, Zacatecas, Estado de México, Guerrero, Aguascalientes, Tlaxcala, Durango, Michoacán, Ciudad de México, Sinaloa, Baja California, Morelos, Quintana Roo, Jalisco, Sonora, Tamaulipas, Campeche, Chihuahua, Hidalgo, Nayarit, Tabasco y San Luis Potosí.

La ley lleva el nombre de Olimpia Coral Melo, quien a los 19 años fue víctima de la difusión no consentida de un video íntimo por parte de su expareja en Puebla, en 2014. A partir de su caso impulsó una intensa movilización, cabildeo y socialización de la iniciativa, que finalmente derivó en la aprobación nacional.

Este marco legal ha trascendido incluso a nivel internacional, con su implementación en países como Argentina, Panamá y Estados Unidos, donde existe la ley Take It Down.

Tal como señalan los movimientos feministas: “La violencia digital es real”. Por ello, resulta indispensable visibilizar y atender con urgencia casos como el de Zacatecas, donde las mujeres han enfrentado múltiples formas de violencia a través de redes sociales, mientras que sus agresores han gozado de total impunidad.