3/07/2009

IDEAS SOBRE LA DEVALUACIÓN DE LA MUJER




Pedro Echeverría V.

1. Tengo la convicción de que discutir el asunto del papel de la mujer en la sociedad capitalista es de fundamental importancia; pero obviamente es mejor luchar por su integración como ser social con igualdad de oportunidades, derechos y obligaciones que el hombre. Considero que milenios de opresión social le han impedido que desarrolle muchas otras facultades que la igualarían, que le permitirían demostrar que son tan inteligentes y capaces como el varón. Hasta hoy la mujer ha sido un ser (excepciones raras a parte) que vive a través del hombre, porque la sociedad ha sido organizada (a través de los siglos) por ideologías sexista y poderes masculinos.

2. Los hombres y las mujeres (escribe Simone de Beauvoir) no han compartido el mundo por partes iguales. Ni en el plano sexual ni en el plano moral, pero la mujer tiene que aceptar las imposiciones porque ha sido formada para someterse al hombre. La mujer no se reivindica como sujeto porque carece de los medios concretos, porque experimenta el vínculo necesario que la sujeta al hombre sin plantearse la reciprocidad, y porque a menudo se complace en el papel de “Otro”. Cuando la mujer ha sido tan explotada sólo le queda huir de su libertad, de su responsabilidad, tras la máscara de la femineidad, del matrimonio, de la fidelidad, de la represión sexual y moral que ella misma se impone.

3. en las últimas décadas se ha desarrollado, en casi todos los países, una gran lucha por la liberación de la mujer, sin embargo también se ha impulsado una fuerte oposición contra esa batalla con argumentos disímiles:

1. Los que defienden a la mujer tradicional como aquella que debe estar en el hogar al cuidado de los hijos y al servicio del marido;

2. Los que pretenden reducir los derechos de la mujer a la lucha por cargos políticos;

3 los que dicen que el hombre no es el enemigo y que hay que unirse a él por el cambio social, y

4. Los que de plano tratan de desprestigiarlas con adjetivos tales como “marimachas”, lesbianas o prostitutas.

4. Este artículo pretende contribuir a la difusión de una serie de ideas que a lo largo de varias décadas se han venido reflexionando, de manera particular, en varios países y, desafortunadamente, sólo entre sectores universitarios e “intelectuales”. Considero que es importante la amplia difusión de estas ideas y de muchas más al respecto, porque ello puede ayudar a que comiencen a organizarse las mujeres en la lucha por sus derechos como sector oprimido, no solo por el sistema económico/político, sino también por la ideología masculina que ha predominado en milenios.

1. La idea de la sola igualdad política a la mujer.

1.1. Se piensa y se propaga que con el derecho al voto otorgado por la burguesía a la mujer y la “igualdad” que tiene para ocupar un cargo político, basta. Sin embargo, por lo que se ha podido ver hasta ahora, pienso que en cualquier cargo donde están ubicadas las mujeres tendrán que desempeñarse como lo hacen los hombres. Sean altos cargos políticos, sean tares de planeación económica, sean puestos en el IFE, en la Suprema Corte, en la academia o la cultura, las mujeres actúan como los hombres; la realidad es que la estructura del sistema de Estado está tan cerrada que la diferencia sexual casi en nada influye. Lo más característico es la concentración del poder y la necesidad de ejercerlo para que no haya ninguna duda de quién lo tiene.

1.2 Si se hacen a un lado los asuntos de poder político y se ubica el problema en las relaciones al interior de las familias, de la escuela y de las relaciones en sociedad, se podrá encontrar entonces un amplio campo para estudiar a la mujer como sexo subordinado, pero también se podrá comprender los márgenes de independencia que puede ejercer. Se podrá entender su subordinación ideológica, pero también las posibilidades de romper con su cosificación para lograr su plena identidad como ser independiente.

1.3 En Yucatán, en 1993 ocupaban mujeres los tres principales cargos de gobierno: Gobernadora del Estado, Presidenta Municipal de Mérida y Presidenta del Poder Judicial. La realidad es que muy poco significado tuvo ese hecho. No se manifestó ninguna diferencia esencial con pasadas administraciones de los hombres. No se lanzó ley alguna que proteja a la mujer, no se realizaron congresos feministas, no mejoró ni un ápice la situación de las amas de casa, no se crearon más guarderías, más centros de capacitación a la mujer, no se realizaron foros o reuniones de género. Las mujeres gobernaron exactamente igual que lo han hecho los hombres.

2. La idea de partidos sobre los derechos de la mujer

2.1 Desde siempre, en los meses de campañas políticas, los funcionarios de todos los partidos, organizan sus discursos para ganar clientela electoral para su organismo político, y sabiendo que el sector femenino representa la mitad del electorado, se dirigen a él señalando que “se luchará por los derechos de la mujer, que se pugnará para que logren una mejor ubicación en la política y en la administración del país y que el sector ayudará al empadronamiento, la capacitación y la promoción del voto”. Pero ese llamado sólo contempla conseguir su voto y utilizarla, de ninguna manera es un planteamiento que tenga que ver con el inicio de una batalla por un cambio en la vida de la mujer.

2.2 Puede un partido como el PRI, el PAN, el PRD, luchar por “los legítimos derechos de la mujer si sus métodos de reclutamiento, de control y de dominación son autoritarios y antidemocráticos? ¿Acaso los derechos de la mujer se pueden limitar se pueden limitar al derecho de voto y a la oportunidad para tener uno de cada mil de los cargos políticos y burocráticos? ¿Qué han hecho el Estado y los partidos para acabar con la marginación femenina de las actividades que ella puede realizar y que están reservados al hombre? ¿Es que acaso no hay innumerables ejemplos que demuestran que la mujer puede realizar casi todas las actividades humanas?

2.3 La verdad es que los políticos hablan engañosamente de la igualdad de los derechos del hombre y la mujer pero la realidad es que más del 70 por ciento de ellas siguen confinadas al rutinario trabajo doméstico del hogar y al cuidado de los hijos; la escasa proporción de mujeres integradas al trabajo asalariado se haya relegada a trabajos de segunda categoría, siempre por debajo de los hombres, tales como camareras, criadas, secretarias, maestras, enfermeras, empleadas de comercio. Un ínfimo número de privilegiadas se pierden actuando como “damas de sociedad”, participan en apoyos de beneficencia o bien para ser representadas por sus maridos en sus círculos de amistades.

Es importante dejar claro que este comportamiento no responde a un deseo individual de la mujer sino a una realidad social, a una estructura económica y de pensamiento que no ha podido romperse porque así parece convenir a la organización tradicional de la sociedad.

3. La idea acerca de la educación tradicional3.1 Hasta hace algunas décadas se señalaba que la mujer es para la casa y el hombre para la calle. Se aconsejaba que cada quien debe hacer las labores específicas de su sexo. Se decía: “se ve muy mal, no es natural que la mujer trabaje fuera del hogar, para eso existe el hombre”. La mujer debe dedicarse al cuidado y a la educación de los hijos y a servir a su marido; no debe meterse en política. Este pensamiento se ha mantenido en los pueblos pequeños y en aquellas comunidades que aún permanecen un tanto apartadas del llamado “mundo civilizado”.

3.2 La mujer, se decía, debe llevar sobre sus hombres el peso y la responsabilidad en cuando a la economía familiar, cuidando de los hijos, acarreo del agua y la leña, lavado de ropa, preparación de alimentos. La niña, según la concepción estereotipada, aprende a atender a su padre y hermanos hasta que se une a un hombre. A partir del matrimonio, en la mayoría de los grupos de clases económicamente bajas, queda sujeta totalmente al marido. Una vez casada, el ideal de la mujer consiste (de acuerdo a la pauta tradicional) en parecerse lo más posible a su madre (Ver Tesis doctoral, en libro, de Vietnina Echeverría)

4. La idea de los cambios de la mujer en el capitalismo

4.1 Con la irrupción de la industrialización, el gran crecimiento de las ciudades y la multiplicación de los problemas económicos y sociales, la participación de la mujer fuera de “las labores tradicionales de su sexo”, se transformó en indispensable. Su integración al trabajo asalariado no nació como una necesidad de ayudar al presupuesto familiar. Fue de hecho el capitalismo el que impuso la ruptura de la familia tradicional amplia, puso las bases para el surgimiento de la llamada familia nuclear y también el rompimiento de la familia como institución.

4.2 Pero la participación de la mujer es aún muy limitada. Cada día crece el porcentaje de las que se integran al trabajo, al estudio, a la política y a los altos cargos administrativos; sin embargo, al mismo tiempo, todavía se registra un alto porcentaje de ellas que siguen prefiriendo ser “amas de casa” y otras más que tienen cerrado el campo de trabajo fuera del hogar. Los cambios no han sido rápidos; existen muchos diques que se oponen a que la mujer alcance oportunidades y derechos parecidos o iguales al de los hombres. Al parecer el freno más poderoso es el limitado desarrollo económico del país y el peso que ha representado la ideología tradicional. Quizá ha que esperar que la mujer varias décadas para que la mujer conquiste la igualdad real.

* Publicado por el autor (en Gaceta Universitaria 17) el verano de 1993 (hace 16 años)

En la primera parte de este trabajo que les envié hace seis horas, artículo que publiqué hace 16 años en la revista de los trabajadores académicos de la Universidad Autónoma de Yucatán, abordé brevemente la idea de la sola igualdad política a la mujer, de lo que hacen las mujeres cuando gobiernan, la de partidos sobre los derechos de la mujer, la idea acerca de la mujer tradicional y, por último comencé a plantear la idea de los cambios de la mujer en el capitalismo. Busqué plantear los problemas en forma de ideas para evitar ser categórico y dejar el artículo para pensar.

4. 3 El anuario estadístico de la ONU correspondiente a 1971 proporciona el porcentaje de estudiantes mujeres con relación a los varones por país de Iberoamérica: Puerto Rico (52 %), Panamá 44, Dominicana 42.6, Cuba 42.6, Costa Rica 41.8, Argentina 41.7, Perú 41.5, Uruguay 40, Chile 39, Brasil 37, Paraguay 36, Bolivia 34, Nicaragua 31, Ecuador 26, Colombia 24, Guatemala 18.7, México 18.5, Salvador 16 y Haití 11. Durante los últimos años (sobre todo en setenta) seguramente los porcentajes en todos los países han aumentado, pero lo probable es México siga ocupando los últimos lugares porque desde la década de los años ochenta se comenzó a registrar un gran desplome económico.

4.4 Después de proporcionar estas cifras en su libro La mujer joven en México, Alfredo Juan Álvarez señaló que las mujeres que tienen influencia sajona y mayor nivel educativo femenino en México se puede explicar: 1. Por el alto porcentaje de población rural, 2. Por las obsoletas estructuras educativas que no operan adecuadamente y 3. Por la intensa influencia religiosa y la paralela despreocupación del Estado respecto a la formación de la niñez y la juventud femenina.

4.5 La investigadora feminista Susan Sontag, refiriéndose a este asunto señala: “No se espera de ella que sea veraz, o puntual, o experta en el manejo y la reparación de máquinas, o frugal, o fuerte, o físicamente valiente. No es extraño pues que los hombres acepten a las mujeres como asociadas y compañeras, no como iguales y nunca como superiores. La mayoría de lo que celebra como conducta típicamente “femenina” es simplemente como una conducta infantil, servil, débil. Inmadura. En realidad, mientras las mujeres presten atención a los estereotipos de la conducta “femenina” (que de modo insultante se atribuyen a su “naturaleza”) no podrán llegar a ser adultos independientes y plenamente responsables.

5. La idea de que el capitalismo devaluó más a la mujer

5.1 Pero no debe callarse y dejar que la vida siga pasando como si nada. La industrialización y el capitalismo devaluaron el trabaja campesino y el valor que representaba la ayuda solidaria. La vida de la ciudad pasó a primer plano y la competencia por mayor acumulación de capital y la posesión de bienes materiales definió a la sociedad moderna. Dentro de este contexto también el trabajo femenino fue devaluado y se convirtió en “estupidizante”, en una labor que aburre y deprime por repetitiva, por sus escasas posibilidades creativas, por sus enormes limitaciones de trascendencia, por ser un trabajo poco calificado. El empleo asalariado, o el que de alguna manera permite obtener ingresos monetarios, realizado fundamentalmente por el hombre, es el único valorado. Los burgueses se dan cuenta de esta realidad, pero les parece mejor que la situación se mantenga, que el sistema de valores no cambie, a fin de continuar con su dominación.

5.2 Para “defender la legitimidad de los derechos de la mujer” de los que tanto hablan los partidos, hay que tener en cuenta la historia de ésta como ser independiente y a la sombra del hombre. Es necesario tener presente que la mujer ha trabajado siempre. Las investigaciones históricas demuestran que la mujer en las sociedades primitivas trabajan en tareas agrícolas y domésticas; sin embargo, como bien se ha señalado, la consideración de la mujer como destinada a ser madre y esposa provoca de entrada la discriminación en educación, que posteriormente se revierte en una menor capacidad para unos puestos de trabajo y una discriminación psicológica. A pesar de que pueda estar tan capacitada como el hombre, esta hace que se considere inferior. Generalmente las mujeres trabajan en lugares de menor responsabilidad y se les paga menos que a los hombres por el mismo trabajo; en su empleo es auxiliar del hombre y solo excepcionalmente puede desempeñar cargos directivos o ejercer profesiones liberales.

5.3 La solidez del matrimonio deriva muchas veces más del miedo que del amor. Hoy se casan las personas, según Enrico Altavilla, para encontrar seguridad y, pese a los contrastes, las personas no se divorcian por temor a la inseguridad. Cuanto más inestable, inquieto e imprevisible se hace el mundo en el que las personas se ven obligadas a vivir, más intenso se hace el deseo de echar el ancla y encontrar refugio en el brazo de una persona fiel, posiblemente amada. Ocurre especialmente en las grandes ciudades, donde el hacinamiento en las calles, en los medios de transporte y en los lugares públicos, al agudizarse más el nerviosismo, impulsa a la búsqueda de un puerto de aguas tranquilas.

5.4 La tradición de las mujeres mexicanas de clase media, escribe Gabriel Careaga en su magnífica obra: Mitos y fantasías de la clase media en México, es alcanzar el matrimonio como principio y fin de su vida. La mujer se casará para seguir consumiendo y viviendo en función de otro ser, del otro: el esposo. Ahora el matrimonio es más bien una expresión de la necesidad de intereses sociales que del compartimiento de intereses emocionales. En la sociedad contemporánea el matrimonio empieza a parecer como una institución obsoleta que en lugar de crear estabilidad, origina graves crisis de personalidad y neurosis en los cónyuges.

6. La idea de que los apellidos del marido dan propiedad

6.1 Ante el ascenso de Clinton a la presidencia de los EEUU, los sectores más atrasados y con gigantes negocios en la carrera armamentista combatieron algunas ideas del mandatario que lo llevaban a apoyar a los homosexuales y a la legalización del aborto. Esos mismos sectores hablaban de que la esposa del presidente se ha estado saliendo de los cánones tradicionales, de las reglas que han seguido las anteriores esposas que han vivido en la Casa Blanca. Pero también surgió un dato formar: sobre la obligación que tiene la mujer norteamericana de que al casarse tenga que eliminar sus apellidos y llevar solamente el del esposo. En cambio en México “no estamos tan atrasados” porque las mujeres conservan su apellido de soltera pero peor, se les impone un título de propiedad. “La señora de Salinas”.

6.2 Lo peor es que esa dependencia de la mujer no solo es económica, psicológica o inconsciente, también es formal. Cuando una mujer que quiere ser libre rinde datos personales suelen obligarla a declarar que es esposa “de” o bien el empleado lo escribe automáticamente. En las clases medias altas y entre la gran burguesía, las esposas se sienten extremadamente importantes por llevar el apellido del esposo “triunfador”.

7. La idea de liberación después de la Revolución.

7.1 Me parece que el problema femenino es más profundo; no es tan superficial como para reducirlo a simples discursos de campaña. Hasta en los países económicamente avanzados (tanto en los que se llamaban “socialistas” como capitalistas) la situación de la mujer ha cambiado muy poco. En ellos, asegura Susan Sontag, la segregación de la mujer se presenta en forma suavizada; los hombres delegan en ella parte de su autoridad; el uso de la fuerza física en su contra ha disminuido; el gobierno de los hombres ha sido institucionalizado de modo menos visible.

7.2 Pero las mismas razones básicas de la inferioridad y superioridad, de impotencia y poder, de subdesarrollo y privilegio cultural, prevalecen entre mujeres y hombres de todos los países, concluye Sontag. Por esto todo programa serio para luchar por la igualdad del hombre y la mujer, debe partir de la premisa de que no puede haber igualdad si no se afecta el poder; la mujer no puede emanciparse sin reducir el poder del hombre, como tampoco sometiéndolo.

7.3 La mujer debe participar en la batalla popular, partidaria, sindical, contra el sistema de explotación, pero paralelamente debe enfrentar la cultura tradicional que la somete por considerarla inferior al hombre. En los países que se han registrado transformaciones revolucionarias importantes, las relaciones económicas y políticas cambian, pero la situación de la mujer como subordinada a los hombres continúa, a pesar de que sea más velada y sutil. La simple batalla política de nada sirve sino se desarrolla una lucha contracultural.

8. La idea de que la mujer no es igual al hombre en todo

8.1 La mujer no es igual al hombre en todos los puntos, más bien es complementaria. La mujer y el hombre son los dos aspectos adicionales del ser humano. La mujer tiene cualidades y posibilidades propias de las que el hombre carece y viceversa. De ahí lo absurdo de las discusiones sobre la inferioridad o superioridad de la mujer en relación con el hombre. Sin embargo hay que subrayar que la mujer ha sufrido muchos más siglos de esclavitud sólo asumiendo el papel de objeto sexual, de procreadora de hijos o realizadora de trabajos domésticos. Esto ha atrofiado física e intelectualmente a la mujer, ha deformado profundamente su ser, a tal grado que llega a temer a la libertad, prefiere seguir “dominando al hombre desde el hogar. (Villar)

8.2 Algunas investigaciones han señalado que las mujeres (o por lo menos a muchas de ellas) no abandonan su hogar más que para comprar, llevar a los niños al colegio o para acompañar a sus maridos a reuniones sociales. Sus conversaciones se refieren solamente al hogar, a los hijos, al marido, al mercado. En tanto que los hombres hablan de problemas del país y del mundo. Quizá por ello Simone de Beauvoir indica que los hombres están encadenados por su misma supremacía. Porque sólo ellos ganan dinero, sus mujeres se los piden. Porque sólo ellos tienen profesión, sus mujeres les exigen éxito; porque sólo ellos tienen trascendencia, sus mujeres se inmiscuyen en sus asuntos. Si una mujer intenta someter a su marido a su voluntad es porque está alienada en él.
1. Casi todos los políticos y gobernantes del mundo han sido hombres. Antes de 1960 quizá sólo el uno por mil fueron mujeres y a partir de entonces comenzó a aumentar el número de éstas hasta llegar a 20 por mil. La realidad es que la política, con todas sus transas, acuerdos bajo el agua, etcétera, tal como la conocemos, no es un oficio de mujeres. Y si algún día o en algún siglo pudiera cambiar, no lo harán las mujeres con la mentalidad y comportamiento político de los hombres, sino será productos de profundas revoluciones culturales y hasta violentas. Los hombres hicieron la política, la construyeron de acuerdo a sus intereses y la adaptaron a sus necesidades; por eso las mujeres políticas actúan como hombres.

2. En la cultura podrían ser otra cosa; allí las mujeres pueden transformar el mundo si son capaces de liberarse de la dependencia de las tradiciones (feudal/burguesa) impuestas desde la familia, la escuela, la iglesia y la sociedad. ¿En última instancia qué cultura heredan hombres y mujeres sino no es la cultura de la clase dominante en cada momento de su historia? Sin embargo ha habido diferentes formas de asimilarla y ponerla en práctica. Los hombres, al sentirse dueños del mundo la han asumido con autoritarismo y despotismo llevándoles a asumir conductos de dictadores. Las mujeres, por el contrario, al ser dominadas, han asumido las ideologías con humildad, sumisión y hasta con servidumbre.

3. Milenios de dominación hicieron a los hombres violentos, dictadores, guerreros, crueles, torturadores. El hombre aprendió a ser agresivo, a no retroceder, a no arrepentirse y no llorar. Durante miles de años se buscó que el hombre posea una gran fuerza física, una enorme agilidad y valentía. ¿Cómo entonces pensar que deba ser amable, respetuoso, humilde, que sepa escuchar y dar la razón a quien la tiene? Pareciera que ese “don” del respeto, de la solidaridad, del cariño sólo es un privilegio de las mujeres que durante toda su vida han sido pacientes y aguantadoras. ¿Será inclusive el motivo por el que las mujeres pueden imprimirle humanismo, equidad, bondad a esta sociedad cada vez más despótica y violenta?

4. Recuerdo que un día se reunieron con la prensa nacional, alrededor de “la primera dama”, es decir, de la esposa del entonces presidente Vicente Fox, las mujeres más destacadas de la política mexicana; allí estuvieron las mujeres panistas que la acompañaban, las priístas Beatriz Paredes y Esther Gordillo y la perredista Rosario Robles. Sin rubor, sin vergüenza, esas mujeres privilegiadas política y económicamente, hablaron de la liberación femenina, de “empoderar” a la mujer, las exhortaron para participar más en política y cínicamente (ellas) hablaron de las injusticias contra la mujer. Pasados unos años aquellas mujeres se hicieron más poderosas y las mujeres pobres de sus discursos, se convirtieron en miserables.

5. Martha Sahagún, junto con su marido (el presidente Fox) y sus hijos, se hicieron multimillonarios al concluir el sexenio de gobierno (2000/06) La Paredes es hoy presidenta nacional del PRI y aspirante a presidenta de México; la Gordillo sigue siendo cacique del SNTE y de la SEP y, al mismo tiempo, un poderoso pilar del gobierno del panista ilegítimo de Felipe Calderón, ¿y la Robles?: después de enredarse con un agente de la CIA y vagar por el mundo sin fe, se puso al servicio de las empresas televisivas. Todas esas mujeres, como se puede ver, fueron “triunfadoras” y hasta dignas de envidia para casi todas las mujeres que están en la política electoral. “Un modelo a seguir y dignas de aplauso”.

6. Pero muchos no opinan lo mismo y se preguntan: ¿Las “Primeras damas” como la Thatcher, la Meir, la Indira, la Aquino, la Chamorro, la Bachelet, la Fernández habrán sido o son más corruptas que nuestras destacadas mujeres políticas mexicanas? Esas primeras ministras o presidentas de la República quedan, al parecer, muy pequeñas frente a nuestras “primeras damas”. ¿Qué les parece, entonces, el comportamiento de las primeras damas mexicanas como "la compañera Esther de Echeverría", la "tigresa Romano de López Portillo", la "santa Paloma de De la Madrid", la "abandonada Ochelli de Salinas", la "aterrorizada Nilda de Zedillo", la legionaria Martha de Fox o la hermana Margarita de Calderón, la de los hermanos incómodos?

7. La poderosa Martha Sahagún de Fox como "Primera dama" se colocó por encima de todas las esposas de Presidentes de México; fue la única que (sin mérito alguno) quiso ser presidente de la República sucediendo a su marido. Fue una mujercita que contó con todo el apoyo de los Legionarios de Cristo y de su principal dirigente mundial, el pederasta Marcial Maciel; además contaba con el impulso y la bendición del papa Juan Pablo II. Estuvo a punto de ser Presidenta de México porque había acumulado varios miles de millones de pesos en un negocio que abrió, llamado "Vamos México", que le permitió recibir cuantas "donaciones" quería entre los hombres más ricos del mundo y entre los funcionarios de gobierno dependientes de su marido.

8. La sagaz la Martha Sahagún, además de su discurso del "empoderamiento de la mujer",en 2002, con un "decretazo" de su marido, le devolvió a Televisa y TV Azteca el derecho de no pagar ya el 12.5 de impuesto que estaban obligados a entregar en tiempo al Estado por la gran riqueza que obtenían como concesionarios televisivos. Con ese paso iba creando condiciones para su campaña política. Además su enorme inteligencia en los negocios, con los consejos de sus asesores, se dedicó a triangular muchas operaciones con la Lotería Nacional, con la línea de autobuses Estrella Blanca y otras empresas que "donaban" a Vamos México miles de millones de pesos a cambio de contratos y demás negocios.

9. Todas las “primeras damas de la nación”, incluso la única política Esther Zuno, tuvieron que desempeñarse a la sombra de su marido presidente. Sin embargo la Martha de Fox, quizá pensando en que si su marido había llegado a presidente entonces cualquiera lo podría ser, se dedicó a construir su candidatura. Fox puso todo su gobierno para construir la candidatura de su esposa, pero las reacciones en contra (motivadas por la enorme corrupción de la pareja presidencial) fueron tan grandes que ya no pudo más que retirarse de la contienda. Esa señora era una experta en manipulación. Usaba joyas, vestidos elegantes en cada acto presidencial, mismos que tuvo que rematar para librarse de las denuncias en su contra. ¿Habrá alguna mujer que la defienda por ser mujer?

México: La guerra sucia, contra las mujeres


por Rosalva Aída Hernández Castillo *


Los primeros meses de gobierno de Felipe Calderón se caracterizan por la militarización de las principales regiones indígenas del país y la continuidad de una política de penalización de los movimientos sociales que, en nombre de la "paz social", pretende justificar la violencia de Estado y la represión. La modificación al Código Penal Federal, aprobada el 26 de abril del 2007, para "castigar el terrorismo" y fijar penas más severas para quienes amenacen la tranquilidad de la población "por cualquier medio violento", es denunciada como una estrategia más para criminalizar a los movimientos sociales.
El llamado "multiculturalismo neoliberal" que caracterizó el gobierno de Vicente Fox --mediante la apropiación y trivialización de las demandas de los pueblos indígenas-- es sustituido ahora por un neo-conservadurismo que trata como delincuentes a los indígenas organizados y sustituye la retórica en torno al reconocimiento cultural, por un discurso desarrollista contra la pobreza. (El Estado y los indígenas en tiempos del Pan. Neoindigenismo, legalidad e Identidad, Rosalva Aída Hernández, Sarela Paz y Teresa Sierra, coordinadoras, ciesas-Porrúa, México 2005.)

En este nuevo contexto, las mujeres indígenas sufren de manera específica las consecuencias de la militarización del país, al crearse un clima de inseguridad e intimidación, sobre todo en las regiones donde existen antecedentes de organización indígena y campesina. La denuncia de la violación de una anciana nahua de 73 años, Ernestina Ascención Rosario, por parte de cuatro efectivos del Ejército en la Sierra de Zongolica en Veracruz, el pasado 25 de febrero, pone en evidencia el rechazo de la población indígena ante la presencia del ejército en sus comunidades. El debate nacional que este incidente provocó ha convertido al cuerpo de Ernestina en una arena de pugnas políticas entre el gobierno federal, estatal y municipal, donde la justicia parecería ser la última prioridad de funcionarios y gobernantes.

Este caso no es algo aislado. Según informes de Amnistía Internacional, desde 1994 a la fecha se han documentado 60 agresiones sexuales contra mujeres indígenas y campesinas por parte de integrantes de las Fuerzas Armadas, sobre todo en Guerrero, Chiapas y Oaxaca (estados donde hay una gran efervescencia organizativa) .
Lo paradigmático del caso es que, una vez más, pone en evidencia el racismo y el sexismo de los grupos de poder y la red de complicidades que posibilita y perpetúa la impunidad en México. Pese a que Ernestina Ascención denunció a sus violadores antes de morir y quince personas --familiares, autoridades comunitarias y médicos legistas--, escucharon su denuncia y dieron fe de los estragos que la violación tumultuaria dejó en el cuerpo de la anciana, Felipe Calderón negó la veracidad de la denuncia sin tener ningún informe médico o legista que fundamentara su versión de "muerte por gastritis". Como en los viejos tiempos de las monarquías, la palabra del "Supremo" fue suficiente para desmentir el certificado de defunción, las necropsias firmadas por tres médicos legistas, el dictamen del procurador estatal de Justicia de Veracruz y el propio testimonio de la víctima. La Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Instituto Nacional de las Mujeres, instancias creadas supuestamente para defender los derechos de las ciudadanas, hicieron eco de la versión oficial. Rocío García Gaytán, presidenta de Inmujeres, descalificó las últimas palabras de Ernestina, ya que fueron expresadas en náhuatl y la mujer estaba moribunda (¡?). Después de un amplio debate nacional sobre el caso, todas las pruebas de la violación parecen haberse esfumado junto con la familia de la víctima.

La misma impunidad y el mismo racismo, encontraron las hermanas Méndez Sántiz, tres mujeres tzeltales violadas en un retén militar en Altamirano, Chiapas, en marzo de 1994; Delfina Flores Aguilar y Aurelia Méndez Ramírez, tlapanecas, de Zopilotepec, Atlixtac de Álvarez, Guerrero, quienes fueron violadas por cinco soldados el 3 de diciembre de 1997; las 12 mujeres indígenas de la zona de Loxichas, Oaxaca, violadas por efectivos del ejército mexicano en 1997; las mujeres nahuas Victoriana Vázquez Sánchez y Francisca Santos Pablo, de Tlacoachixtlahuaca, Guerrero, interceptadas y violadas por militares en casas abandonadas en abril de 1999; Valentina Rosendo Cantú agredida sexualmente por ocho soldados del 41 Batallón de Infantería, en Barranca Bejuco, Acatepec, Guerrero, en febrero del 2002; Inés Fernández Ortega, violada en su casa por 11 soldados el 22 de marzo de 2002,en Barranca Tecuani, Ayutla de los Libres, Guerrero; las 23 mujeres agredidas sexualmente en Atenco por fuerzas de seguridad en mayo del 2006; las trece mujeres de Castaños, Coahuila que el 11 de julio de 2006 fueron víctimas de una violación tumultuaria por parte de 20 soldados. Más que de casos aislados cometidos por enfermos mentales, estas cifras y estos nombres dan cuenta de una política de intimidación que utiliza la violencia sexual como arma de desmovilizació n política. Los cuerpos de las mujeres indígenas se han convertido en campo de batalla para un gobierno patriarcal que desarrolla una guerra no declarada contra el movimiento indígena. Como lo plantea Maylei Blackwell, la violación es una colonización íntima que degrada la sexualidad de las mujeres indígenas. Si en el pasado sus cuerpos fueron la materia prima para forjar la nación mestiza, ahora son el espacio de disputa para darle continuidad a un proyecto neocolonial.

En esta lucha por la autodeterminació n y el autogobierno de los pueblos indígenas y campesinos, las mujeres mantienen una importante participación. Las fotos de las mujeres zapatistas enfrentando al ejército han dado la vuelta al mundo. En la coyuntura actual oaxaqueña, las mujeres fueron las encargadas de tomar la radio universitaria y durante tres meses fueron voces femeninas las que diariamente transmitieron desde Radio Caserola las demandas de destitución del gobierno de Ulises Ruiz y los llamados a mantener la resistencia.

La participación de las mujeres en el movimiento zapatista y en movimientos como los de Atenco y Oaxaca, han venido a trastocar los roles de género al interior de las comunidades, y a confrontar las políticas excluyentes del Estado mexicano. No es casual entonces que ante el "peligro desestabilizador" los poderes locales y nacionales centren su violencia en las mujeres. El nuevo colonialismo del gobierno mexicano se
está valiendo de la violencia sexual para sembrar el terror e intimidar a las mujeres organizadas.

Análisis de género en otras regiones militarizadas como el de Davida Wood en Palestina o Dette Denich en Sarajevo, señalan que en contextos de conflicto político militar la sexualidad femenina tiende a convertirse en un espacio simbólico de lucha política y la violación sexual se instrumenta como forma de demostrar poder y dominación sobre el enemigo.

Chiapas, Atenco, Guerrero y ahora Oaxaca no son una excepción: la militarización y la paramilitarización afectan de manera específica a las mujeres en esta guerra sucia no declarada. Desde una ideología patriarcal, que sigue considerando a las mujeres como objetos sexuales y como depositarias del honor familiar, la violación, la tortura sexual y las mutilaciones corporales son un ataque a todos los hombres del grupo enemigo. Al igual que los soldados serbios, las fuerzas represivas del Estado mexicano "se apropian de los cuerpos de las mujeres simultáneamente como objetos de violencia sexual y como símbolos en una lucha contra sus enemigos hombres, reproduciendo esquemas de los patriarcados tradicionales, en los que la ineficacia de los hombres para proteger a sus mujeres, controlar su sexualidad y sus capacidades reproductivas, era considerada como un símbolo de debilidad del enemigo" (Dette Denich, en el libro colectivo Feminism, Nationalism and Militarism, 1995).

Todos estos casos de violación sexual por parte de militares o fuerzas de seguridad, que parecen sacados de un expediente sobre la represión en Guatemala, han sucedido en el México de la "transición democrática", mientras el gobierno mexicano firma varios convenios internacionales sobre la violencia contra las mujeres. Estos compromisos han sido letra muerta y no han limitado ni frenado a las fuerzas represivas del Estado.
Esta política de "dos caras" caracteriza al gobierno de Felipe Calderón, pues por un lado el Congreso aprobó en febrero pasado una de las leyes contra la violencia de género más avanzada de América Latina y del mundo, elevando la violencia feminicida al plano normativo de lanación, a la vez que mujeres activistas de Atenco y Oaxaca siguen encarceladas y las violaciones sexuales cometidas durante los operativos policiacos y militares siguen sin castigarse.

La apropiación e institucionalización de los discursos en torno a la equidad de género por parte del Estado mexicano, despojándolos de su radicalidad crítica nos lleva a pensar en la necesidad de reivindicar la denuncia del colonialismo como parte de la crítica feminista. Urge construir alianzas entre el movimiento feminista y el movimiento indígena para denunciar y desarticular las estrategias neocoloniales que usan la violencia sexual como herramienta contrainsurgente. La libertad de los y las presas políticas debe de ser una demanda urgente de las organizaciones feministas, pues la integridad física de quienes denunciaron la violencia sexual estará en peligro mientras continúen presas.
Durante el conflicto magisterial en Oaxaca, 153 mujeres han pasado por las cárceles y muchas de ellas han sido víctimas de violencia física y psicológica. Trece mujeres participantes en el movimiento continúan desaparecidas y 64 activistas siguen presos. En el caso de Atenco, 29 activistas siguen en la cárcel, entre ellos cuatro mujeres.
En el contexto político actual, recuperar la radicalidad de la crítica feminista resulta fundamental ante una política de Estado que utiliza los cuerpos de las mujeres indígenas y campesinas como campo de batalla de una nueva guerra sucia que en estos momentos específicos se libra en distintas regiones de México.

* Aída Hernández es investigadora de CIESAS y coordinadora del Seminario Género y Etnicidad

Las oportunidades y retos de la articulación entre mujeres en el contexto actual.


Por Marusia López

Resistir es rechazar el poder impuesto y demostrar que las relaciones democráticas, incluyentes y amorosas son posibles y que el poder compartido es necesario…Resistir es regresarle la dignidad los grupos tradicionalmente excluidos de y luchar porque nos convirtamos en protagonistas de la transformación social. Resistir es encontrarnos, dialogar, reconocernos, debatir y aliarnos entre mujeres…Hermanarnos, percibirnos iguales, hacernos cómplices y generar estrategias compartidas para protegernos de la represión, de la violencia, de la exclusión, del olvido. Aliarnos desde la autonomía, desde el respeto, pero también desde la claridad de que el contexto nos obliga que superar nuestras diferencias y que estas no nos separen ni nos aíslen (Discurso inaugural)

Uno de los rasgos más significativos del contexto político actual en México sea la cínica y unilateral ruptura del pacto social por parte de quienes detentan el poder público con el pleno consentimiento de lo poderes fácticos. Si bien en cierto que la histórica y creciente desigualdad social, la impunidad y la corrupción casi endémicas al sistema político anunciaban desde hace años profundos resquebrajamientos en la frágil normalidad democrática de los últimos dos sexenios, la profundización del modelo neoliberal y la total negativa a cuestionarlo y modificarlo; la salida autoritaria instaurada por el gobierno en turno a través de la cual se pretende militarizar el país, criminalizar a los movimientos sociales, cerrar o ignorar los mecanismos de diálogo y participación ciudadana existentes y limitar las libertades fundamentales so pretexto de preservar la seguridad, no hace sino profundizar la polarización social existente y elevar los riesgos de la ya evidente ingobernabilidad.

El Estado ha dado la espalda a la sociedad mexicana, pero de manera particular a las mujeres. Ello resulta evidente al permitir que el ejército con toda impunidad viole y agreda sexualmente a mujeres como ha ocurrido en Veracruz, Guerrero, Coahuila y Sinaloa tan solo en los últimos dos años (pero de manera más constante desde la militarización impulsada por el actual ejecutivo); al impulsar como estrategia de control social la tortura, la violencia sexual, la intimidación y encarcelamiento de luchadoras sociales, o al restringir sus derechos sexuales y reproductivos a través de políticas y medidas conservadoras y que vulneran el carácter Laico del Estado como son los recursos de inconstitucionalidad que la Procuraduría General de la República y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que pretenden obligar a legisladores y legisladoras del Distrito Federal a que retiren las modificaciones legales que permitieron la despenalización del aborto en el Distrito Federal.

Estas y otras violaciones a los derechos humanos de las mujeres fueron denunciadas durante el Encuentro de Mujeres en Resistencia, un evento plural organizado por el Espacio Feminista y el Colectivo Hoaxyacac en el que participaron más de doscientas mujeres de más de treinta movimientos sociales de diversos estados de la república Mexicana y de siete países de América Latina. Según las observaciones de varias de las convocantes, desde los años ochentas no se había dado una convocatoria tan amplia desde el movimiento feminista hacia mujeres de otros movimientos.
El trabajo de incidencia en políticas públicas, de creación de marcos jurídico institucionales más favorables a la igualdad de género tanto en el ámbito nacional como internacional, entre otras cosas, que concentró la atención de una parte significativa de las organizaciones feministas durante los noventas, tuvo como saldo (tal y como ocurrió con otras organizaciones civiles), el distanciamiento y desarticulación con las mujeres que se fueron sumando activamente a diversas organizaciones de masas. Así que unos de los primeros resultados del Encuentro fue el hecho de haber reconocido la necesidad de este acercamiento y constatar que dicha está presente también en las compañeras de otros movimientos.

Durante dos días las participantes compartieron historias personales y colectivas de represión y violencia que conmovieron profundamente a todas y cada una de las asistentes, quienes por momentos dejamos que las lágrimas expresaran la rabia que tales testimonios nos provocaron. La apertura que tuvieron las compañeras para compartir experiencias sumamente dolorosas, para escucharse y dejarse tocar por las otras fue quizá uno de los mayores aprendizajes del Encuentro. Muchas de ellas era la primera vez que participaba en un encuentro de mujeres, otras pertenecían a movimientos que tienen diferencias entre si, la gran mayoría no nos conocíamos pero todas hablamos en primera persona, desde nuestra propia experiencia y nuestra identidad como mujeres; sin ocultar los miedos ni las dudas pero con claridad de lo mucho que significa el trabajo que hacemos para la construcción de una sociedad donde la libertad, la justicia y la dignidad no sean moneda de cambio.

La afinidad y la solidaridad generada después de escuchar los testimonios nos permitió aprender que, más allá de las diferencias, compartimos la misma rabia y soñamos la misma utopía. Ello resulta particularmente importante si tomamos en cuenta que, sin negar la enorme diversidad de condiciones y realidades que encarnan, al interior de los propios movimientos podemos ubicar algunas problemáticas comunes tales como la dificultad para establecer alianzas estratégicas entre ellos, las resistencias para construir agendas más integrales en donde que expresen la diversidad social y en las que no parezca que hay unos derechos más importantes o urgentes que otros, y la pervivencia de prácticas antidemocráticas y sectarias. Estas limitaciones han sido uno de los factores que evita que los movimientos sociales nos constituyamos en un actor social capaz de hacer contrapeso a los poderes fácticos e impulsar colectivamente la construcción del nuevo pacto que nuestro país reclama.
Una de las características de las expresiones de la izquierda mexicana pareciera ser la división, la fragmentación y el descrédito, es por ello que la identificación y el reconocimiento logrado entre las participantes del Encuentro fue una lección para todas y esperamos que lo sea de igual manera para los compañeros de lucha.

Teniendo como punto de partida este acercamiento no resultó difícil proponer múltiples formas de articulación y fortalecimiento mutuo. Algunas de las propuestas fueron:

Articular un mecanismo de acción rápida frente a casos de represión contra luchadoras y defensoras de los derechos humanos, que nos permita denunciar públicamente y ante instancias nacionales e internacionales de derechos humanos, defender jurídicamente a las compañeras detenidas o presas políticas y protegernos de futuras agresiones.

Propiciar dentro de nuestras organizaciones y movimientos una mayor participación y liderazgo de las mujeres estableciendo cuotas, promoviendo la formación política, incorporando nuestra agenda en las prioridades de nuestra organización, generando alternativas para las tareas domésticas y la crianza de hijos e hijas no sea un obstáculo para la plena participación de las mujeres, etc.
Combatir el modelo neoliberal, no solo a través de las acciones de protesta y resistencia que ya realizamos, sino a través del impulso de alternativas locales como son las redes de economía solidaria entre mujeres.

Participar activamente en la creación de medios alternativos de comunicación como las radios comunitarias y promover un mayor acceso e incidencia en los medios masivos de comunicación, que nos permita modificar los contenidos sexistas que actualmente están presentes.

Promover a más mujeres comprometidas con los derechos de las mujeres para cargos de representación popular, sobretodo en el congreso y en los municipios
Para las organizaciones feministas convocantes fue un gran aprendizaje constatar que nuestras luchas históricas por la participación política de las mujeres y por el reconocimiento de nuestra identidad, problemáticas y derechos han sido asumidas por muchas mujeres que desde otras trincheras luchan por la superación de las estructuras que generan la opresión y que de cara al contexto actual tenemos que reorientar nuestras estrategias para lograr una mayor articulación entre mujeres que pueda hacerle frente a los embates de una derecha que ha declarado públicamente la guerra a las libertades fundamentales y a los derechos ya conquistados.

Publicado por Cuadernos Feministas

Ni para frijoles...


La nación mexicana y muchos de sus habitantes vivimos y vimos cómo se empezó a perder la vergüenza y el pudor en los años 70, época de las represiones sin cuartel; en los años 80 perdimos el salario y nos copó la palabra crisis. En 1984 pude documentar como se cerró una empresa cada tres días y hubo miles y miles de despidos. Se fracturó el aparato productivo, se abrieron las fronteras para las importaciones más sorprendentes y nunca más se recuperó un milímetro de alegría en el campo. Y, sin embargo, no oímos de hambruna.

Dicen que en su despacho de ministro, como de la época de Don Porfirio Díaz, Pedro Aspe, Secretario de Hacienda y Crédito Público, en 1989 decía que los mexicanos aguantábamos cualquier cosa, teníamos un colchón económico, redes familiares solidarias, costumbres y una cultura de idiotez, que aseguraba el éxito del proyecto salinista de “modernización”.

Obreros y campesinos no protestarían, ni clases medias, sostenía Aspe. Y eso lo fundaba en su convicción de que en todas las casas se comían frijoles, mismos que rendían mucho con un poco de agua y combinados con las tortillas quitaban el hambre y las ansias de protestar. Pero, sobre todo, recuperaban la energía. Era como una inyección de sangre.

Frijoles. Negros bien aguados. Ricos, abundantes. Decía mi madre que habiendo frijoles en una casa, no hacía falta nada.

En México se cultivan 70 variedades de esa leguminosa y dice doña Edelmira Linares, del Jardín Botánico de la UNAM, que los frijoles tienen el doble de proteínas que los cereales; además tienen hierro – la vitamina para la sangre- y con el maíz, hacen una cadena proteica, que ha impedido la hambruna, aún en las peores épocas.

Tal vez por ello me ha parecido tan cruel, tan terrible, en medio del ventarrón económico que estamos viviendo, una noticia doble: el frijol ha subido de precio hasta el 60 por ciento en el último año y al mismo tiempo se ha reducido su producción de la que dependen 570 mil campesinos mexicanos. Eso, dicen los especialistas, como resultado del tema agropecuario del Tratado de Libre Comercio que acaba de cumplir un año en operación.

La información, además, señala que lo más sorprendente no es que se roben por los caminos trenes completos de maíz sino que hay un asalto semanal a trailers que transportan frijoles. Un robo que también se atribuye al crimen organizado. Porque se supone que es un producto de venta inmediata, sin mayor trámite, cada tonelada cuesta 18 mil pesos. Un trailer suele transportar 10 toneladas. Negocio redondo.

Pero me preocupa más que sea por hambre. Me preocupa su precio, su escasez, la desgracia de que el frijol, de origen mexicano, que dio al mundo una leguminosa llena de fibra, de proteínas, que combate la anemia, que se repartía barato en las tiendas Consaupo en los años 60, tiendas de las que había una a la vuelta de cada casa en el Distrito Federal, resulta ahora un artículo de lujo. El último pedacito del colchón a que se refirió Aspe. Ya no habrá nada más después de que eso sea imposible de comer y conseguir.

Me preocupa la indiferencia como se van acumulando las notas del desastre económico. Me asusta que ya ni siquiera haya frijoles para enfrentar lo que viene. Que, de acuerdo con el genio económico de Immanuel Wallersteini, todavía no vemos ni una punta de lo que será esta etapa de la crisis del capitalismo, que en tiempos electorales se combinará con populismo y proteccionismo para mitigar lo duro de la falta de todo y de la escasez del dinero. Lo dijo el día que subió el dólar a más de 15 pesos.

Y si ello no es suficiente, pienso en que ya ni frijoles habrá para nada, ni para nadie en un país que perdió la vergüenza, que está a punto de perder su historia, que no puede sino tener discursos vacíos de igualdad social, igualdad entre los sexos, cuando no hay nada o muy poco qué repartir de bienestar, de alegría, de esperanza, donde los líderes políticos piensan que alguien los va a escuchar.

Al despuntar marzo de 2009, 99 años después de que Clara Zetkin nos llamó, a las mujeres a unirnos por el derecho al trabajo, la sindicalización y un salario digno, me pregunto si tenemos fuerza para salvar los cultivos de frijol, en esos campos militarizados de México, de guerra sin fin, de ejecutados y muertos. Donde a la tristeza ya no se la calma con nada.

No podemos hablar de igualdad, ni de espacios políticos para las mujeres, si como dice mi madre, no habrá frijoles para comer y empezarán a contarse historias de hambruna.

saralovera@yahoo.com.mx

Periodistas pal cafe...............



Desde que se inició la corrida especulativa contra el peso, en octubre, el Banco de México ha subastado clandestinamente –ya podemos imaginar a quiénes– 22 mil 500 millones de dólares, con lo que nuestras reservas internacionales han sufrido una pérdida de 25 por ciento. Son datos oficiales, no lo olvidemos. Y como el anonimato encubre a los magnates que trasladaron esos dólares de las arcas públicas a sus cuentas privadas, es legítimo sospechar que, entre otras cosas, la devaluación de nuestra moneda servirá para que Roberto Hernández vuelva a adquirir Banamex.
¿Por qué no?
Además, de acuerdo con el propio Banco de México, dólar que caiga este año en el sombrero de Hacienda, por concepto de la venta de petróleo o por la contratación de nueva deuda externa, será vendido inmediatamente a los misteriosos compradores de las divisas de nuestras reservas en el momento que lo deseen. Cálculos oficiales estiman que de este modo saldrán a subasta secreta otros 19 mil millones de dólares. Para diciembre, los especuladores se habrán embolsado 41 mil 500 millones de dólares y el peso estará, por decir algo, ¿a 20 por uno?
¿Qué significa esta nueva jugada defensiva, concebida por el equipo de genios financieros que rodea a Felipe Calderón? ¿Que nuestras reservas, disminuidas en una cuarta parte, ya no se achicarán más porque ahora, en vez de seguir ordeñándolas, Guillermo Ortiz venderá a los especuladores los dólares frescos que entren por concepto de petróleo y nuevas deudas? ¿Y eso es bueno o es malo?
A lo mejor bueno, porque el país –ese concepto abstracto, sin rostro ni estómago– conservará los 80 mil millones de reservas internacionales que dicen que tenemos y que si no se invierten no sirven para nada, pero también seguramente será malo, por no usar la expresión malísimo, en la medida en que el producto de la renta petrolera no se destinará, ni de broma, a la reactivación económica y por lo contrario agudizará el estancamiento en que nos encontramos hundidos, con el agua cada vez más arriba del cuello.
¿Debemos suponer, ante lo anterior, que entonces Calderón no construirá la nueva refinería que prometió en el momento más álgido de la batalla contra la privatización de Pemex? ¿En serio? No hay que ser un experto en finanzas públicas, ni siquiera un cliente asiduo del restaurante Arcángeles, de la Asociación de Bancos de México, donde a menudo comen Agustín Carstens y los ministros de la Tremenda Corte, para anticipar que este año, en materia económica, el gobierno del presidente del empleo no va a permitir que se mueva una hoja.
Todo seguirá estrictamente igual… hasta que el sistema político se derrumbe. No habrá un plan de emergencia como el que propone Andrés Manuel López Obrador, y que consiste en reducir a la mitad los salarios, comisiones, bonos, servicios médicos y demás privilegios de los altos funcionarios públicos, para obtener una bolsa de 200 mil millones de pesos que permitiría apoyar al campo, bajar los precios de las gasolinas, el gas, la luz y el diesel; fortalecer a las pequeñas y medianas empresas, ampliar la protección a los ancianos e incrementar las becas y los desayunos escolares a los jóvenes y los niños.
No habrá nada de eso. Los togados de la Tremenda Corte seguirán cobrando sus 600 mil pesos mensuales, igual que los magistrados del tribunal electoral y los consejeros del IFE que a la hora de la hora siempre no echaron para atrás su superaumento de sueldo. Los legisladores continuarán percibiendo sus 400 mil pesotes al mes, y Calderón y sus secretarios, con esos suelditos grotescos de menos de 200 mil pesos mensuales, tendrán que intensificar su participación en negocios privados fuera de sus horas de trabajo, para no quedarse atrás.
Elba Esther, incontenible
Si nada va a cambiar en la política, entonces todo va a empeorar en la economía y en la sociedad. Quienes mantienen los ojos cerrados y se aferran a sus insultantes privilegios, deben saber o presentir que el gusto va a durarles poco. La enorme burbuja del descontento popular va a estallar muy pronto. Porfirio Muñoz Ledo, el domingo pasado en la Feria del Libro de Minería, estimó que el régimen de Calderón se desplomará, a más tardar, el año próximo. Ojalá, agregó, ello ocurra de manera pacífica y por la vía de la revocación popular de su cargo.
Todo marcha con ímpetu en esa dirección. Hace dos semanas esta columna reveló la existencia de un pacto entre el hombrecito de Los Pinos y la profesora Elba Esther Gordillo, concertado por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, en términos muy concretos. La líder vitalicia del sindicato de maestros conseguirá los votos necesarios para que el PAN quede bien representado en el Palacio Legislativo de San Lázaro y, a cambio, Calderón le permitirá designar a los nuevos magistrados del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, que regularán las relaciones laborales entre el gobierno federal y los trabajadores inscritos en el apartado B. En otras palabras, Elba Esther no sólo controlará a los cientos de miles de afiliados al SNTE, sino a todos los burócratas del país.
Organizaciones ciudadanas independientes, que desde ahora observan ya los avances (o más bien retrocesos) del proceso electoral que culminará el domingo 5 de julio, aseguran que, en efecto, doña Elba Estéril anda muy activa entre los gobernadores priístas… ¿amarrando votos para el PAN? Eso es algo que a nadie le consta. Sin embargo, dentro del tribunal, quien está preparando la llegada de los nuevos protegidos de Gordillo es el magistrado representante de los trabajadores de la primera sala, Jorge Hernández Castillón, que proviene del magisterio de Jalisco.
Y el que allí se encarga de la venta de plazas es David Duque –a quien Desfiladero ubicó erróneamente en la secretaría particular de Los Pinos, cuando la verdad es que trabaja en una dependencia del mismo nombre, pero dentro del tribunal–, y mantiene comunicación permanente con la tenebrosa profesora chiapaneca. Ay, nanita…
Termina la gira de AMLO
Pasado mañana, lunes, en Tamazula, Durango, el presidente legítimo de México culminará su gira por los 2 mil 38 municipios de régimen de partido que existen en el país. El 18 de los corrientes encabezará un mitin frente a la estatua de Lázaro Cárdenas en Eje Central, para examinar el estado que guarda la lucha contra la privatización de Petróleos Mexicanos, y el domingo 22, en el Zócalo, presidirá una nueva asamblea de la Convención Nacional Democrática. Mientras tanto, en las casas del movimiento defensor de la economía popular –busque la correspondiente a su delegación o estado en
www.casasdelmovimiento.blogspot.com–, ya están dando asesoría jurídica gratuita a quienes, en protesta contra la usura, dejen de pagar los intereses de sus tarjetas de crédito a los bancos…
jamastu@gmail.com

El gobierno mexicano en los últimos meses ha subastado a la banca comercial alrededor de 20 mil millones de dólares de la reserva internacional, y anuncia que venderá otros 20 mil en lo que resta del año, para apuntalar el peso. El 96 por ciento de mil 900 personas que encuestamos esta semana opina que debe suspender el saqueo, sólo uno por ciento está de acuerdo con que continúe.
Metodología
Enviamos un cuestionario a 2 mil 500 personas cuyos correos electrónicos tomamos al azar entre los miembros de El Foro México. Hasta ayer en la tarde habíamos recibido la respuesta de 76 por ciento. Un número importante razonó su voto. Sus mensajes íntegros pueden leerse en el foro. Enseguida reproducimos algunos fragmentos.

Uno de los mayores temores que provoca la actual crisis económico-financiera es su duración, porque nadie sabe a ciencia cierta qué tanto se extenderá, cuántos años será necesario soportar la precaria situación, hasta dónde llegará la sacudida y el sacrificio ni el costo que tendrá al final de cuentas. A estas alturas del partido el único adivino que le ha puesto fecha final a la zarandeada es el inquilino de Los Pinos, quien asegura –a saber con base en qué– que en el próximo verano a México regresa la temporada de vacas gordas.
Pero más allá del pésimo chiste que Calderón contó el día de la Marina, la mayoría de banqueros que operan en México y el resto de América Latina consideran que la crisis económico-financiera tardará de uno a tres años en superarse en la región, de acuerdo con una encuesta divulgada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban).
El sondeo recabó las opiniones de más de cien ejecutivos de bancos grandes, medianos y pequeños en 19 países latinoamericanos y caribeños a finales de 2008, cuando se intensificaron los efectos de la crisis financiera en la región. Así, dos de cada tres de los encuestados opinaron que la crisis afectará a los mercados financieros de sus países entre uno y tres años. Los ejecutivos de bancos mexicanos se mostraron algo más optimistas que sus colegas en América Central y América del Sur, pero por lo que se observa en pleno mes de marzo de 2009 estaban rotundamente equivocados.
De acuerdo con la encuesta, entre las consecuencias de la crisis seis de cada 10 banqueros anticiparon una escasez de financiamiento para sus instituciones. Otros efectos esperados son menores ingresos de remesas a la región y una disminución en las operaciones de comercio exterior, pero en cuanto a la superación de la crisis los resultados fueron los siguientes: 51 por ciento de los entrevistados consideró que tendrá una duración de uno a dos años; 11 por ciento de dos a tres años; 3 por ciento más de tres años; 17 por ciento de plano no se animó a fijar una fecha en el calendario; 2 por ciento ofrecieron pronósticos un tanto estrambóticos y sólo 16 por ciento consideró que en un año se resolverá el problema. Calderón no fue encuestado, pero hasta ahora es el único que jura que en menos de seis meses el asunto no sólo se resuelve, sino que inicia una temporada de riqueza generalizada (algo así como sus cifras históricas en empleo).
El BID explicó que la encuesta, que en años previos se llevó a cabo para conocer la predisposición de la banca comercial para financiar a la pequeña y mediana empresa (pyme), encontró que los banqueros prevén que habrá menos crédito y tasas de interés más altas para tales empresas. A pesar de ello, el 90 por ciento de los encuestados manifestaron que las instituciones que representan continúan interesados en mantener o incrementar su apoyo a este segmento empresarial, el gran generador de empleo en México y el resto de América Latina. La crisis ha impactado de distintas forma a la banca latinoamericana. De acuerdo con el BID, algunas instituciones han fortalecido su liquidez y su capitalización, pero otras registran severos problemas.
Las rebanadas del pastel
En este 2009 de crisis, las Afore han optado por rasurar los informes que, por ley, están obligados a entregar detalladamente dos veces al año a sus cuentahabientes. En el correspondiente al segundo semestre de 2008 (el de las multimillonarias minusvalías, como le llaman a las pérdidas) tales informes sólo incluyen el saldo y el porcentaje de comisión. Nada más. El ahorrador deberá calcular el quebranto y consultar su bola de cristal para conocer cómo quedó el saldo de ahorro y a cuánto asciende el de vivienda. Parece que a la Consar –el organismo gubernamental que, se supone, supervisa a las administradoras privadas– esta violación legal le pasó de noche, porque hasta ahora no se sabe de ningún correctivo, si es que en realidad está interesada en proceder. Por ello, los lectores reclaman: a las Afores se le ha de hacer mucho entregar al menos dos estados de cuenta al año, como lo marca la ley porque lo que vienen entregando es un Estado de Cuenta simplificado. ¿Esto qué significa? Simple y llanamente no entregar la información necesaria a los trabajadores sobre el manejo de su fondo para el retiro, y así poder ocultar sus triquiñuelas. Debe de costarles mucho trabajo hacer tantos cálculos (como si no existieran las computadoras) porque la Consar les da 60 días para entregar el estado de cuenta de los movimientos del semestre. Y los 60 días se los toman. Yo recibí mi estado de cuenta el 3 de Marzo pasado. ¿Qué información trae el inútil estado de cuenta que envían? Aparte de los datos generales del trabajador, trae solamente 2 datos numéricos: el porcentaje que cobró la Afore como comisión por el manejo (sic) de los fondos de los trabajadores y el importe total de lo ahorrado, en donde va revuelto el dinero que manejan las Afores con el dinero que tiene en su poder el Infonavit. ¿Cuánto fue el importe de las comisiones cobradas? ¿Cuál fue la tasa y el importe que se está ganando (o perdiendo)? ¿Cuál es el saldo inicial? ¿Cuánto importaron las aportaciones patronales y del trabajador durante el semestre? Ninguna de esta información viene en el estado de cuenta. Dirán las Afores que se puede consultar en línea esa información. Acabo de intentar consultar mi estado de cuenta en la página de ING Afore, con la sorpresa de que lo que puedo consultar es el estado de cuenta del primer semestre del 2008. El segundo semestre aún no está disponible. Los adelantos en tecnología de la información parece ser que no existen para las administradoras de nuestro dinero. No cabe duda que esta falta de información a la que tenemos derecho como cualquier otro usuario de un servicio financiero es totalmente tramado para ocultar el robo de que estamos siendo objeto todos los trabajadores en nuestro patrimonio. El gobierno espurio en contubernio con las Afores son los responsables del atraco del siglo” (Alfredo García Marín,
alfredo.garciamarin@gmail.com).
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx

Mullen: promotor de la colombianización
La visita a México del jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Michael Mullen; las reuniones privadas que mantuvo con los titulares de la Secretaría de Marina, Mariano Francisco Saynez, y de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, así como las declaraciones del funcionario durante su estancia en Colombia, donde dijo que las fuerzas armadas mexicanas y estadunidenses deberían actuar mancomunadamente en la lucha contra el narcotráfico, son elementos sumamente alarmantes por cuanto refuerzan las versiones de que Washington prepara el terreno para acordar con el gobierno de Felipe Calderón el despliegue de efectivos militares de la nación vecina en territorio nacional, por vía de una ampliación de la llamada Iniciativa Mérida.
Tales sospechas se ven reforzadas por las declaraciones recientes del secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, de que algunos de los antiguos recelos contra la cooperación entre nuestros ejércitos están siendo superados; por las afirmaciones realizadas por el propio Mullen el mes pasado en el sentido de que el desastroso Plan Colombia debe ser visto como un ejemplo para México, así como por el empeño de algunos sectores de la clase política estadunidense por caracterizar a nuestro país, de manera equívoca y malintencionada, como un Estado fallido.
La situación que se comenta es indicativa de que la llamada guerra contra el narcotráfico, emprendida a inicios de la actual administración, no sólo ha resultado ineficiente para frenar la violencia en el país, sino que ha acabado por colocar a México en una incómoda posición entre Estados Unidos y Colombia, nación cuyo gobierno ha cedido a Washington grandes porciones de su soberanía en el contexto del referido acuerdo de lucha contra los cárteles de la droga. Al día de hoy existen, de hecho, elementos que apuntan a una participación cada vez mayor de efectivos policiales y militares del vecino país en labores de seguridad pública en México, como la presencia de unos 60 agentes de la DEA en territorio nacional, reconocida por el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Carlos Rico Ferrat (La Jornada, 05/03/09), y la asistencia tecnológica otorgada en el marco de la Iniciativa Mérida, lo cual supone un inevitable grado de supeditación de las autoridades mexicanas a las estadunidenses, por lo menos en lo referido a cuestiones operativas y de mantenimiento de los equipos entregados.
La posibilidad de que esta situación se profundice y amplíe, y que se llegue a la abierta participación de marines en tareas de patrullaje, significaría una renuncia inadmisible de la soberanía nacional, una aceptación de la total incapacidad de las autoridades mexicanas por hacer valer la ley y el estado de derecho, y una claudicación del principio que confiere al Estado el monopolio de la fuerza y de la violencia legítima.
Nada garantiza, por lo demás, que la aceptación de la asistencia militar en estos términos desemboque en una alianza estable con Washington, ni mucho menos en un restablecimiento de la legalidad en el país. El grupo gobernante tendría que verse en el espejo de Álvaro Uribe, quien, tras someterse a la aplicación del Plan Colombia, ha tenido que enfrentar las acusaciones de la Casa Blanca y el Capitolio por las sistemáticas violaciones a los derechos humanos registradas en su nación, en episodios muchas veces relacionados con el mencionado programa de cooperación bilateral.
En suma, la presencia de soldados estadunidenses en el territorio nacional, de manera similar a lo ocurrido en el marco del Plan Colombia, implicaría para nuestro país un inaceptable retroceso en materia de seguridad, de soberanía y de vigencia de los derechos humanos, así como una evidente pérdida de capacidad para virar hacia una política de seguridad sensible a los factores sociales –miseria, desigualdad, marginación– que originan y alimentan la proliferación de expresiones delictivas. Por ello, el gobierno mexicano debe rechazar tajantemente la perspectiva de colombianizar el país.

La semana pasada presenté en este espacio una versión sucinta de los planteamientos científicos del doctor François Houtart para una salida ética y razonable de la crisis económica y financiera, habida cuenta de su complejidad, su lógica interna, sus causas y sus efectos perversos y perniciosos para la mayor parte de la humanidad y la naturaleza, si de verdad se quiere aprovechar positivamente la oportunidad que ofrece la circunstancia, cambiar el rumbo de la historia y no recomponer irresponsablemente más de lo mismo.
Con ellos coincidió el 31 de enero pasado la Asamblea de los Movimientos Sociales –única instancia en la que se pueden tomar acuerdos conjuntos en el Foro Social Mundial (FSM)–, en dos documentos que llegaron esta semana a mis manos: una declaración que propone ir a la raíz de los problemas y avanzar lo más rápidamente posible en la construcción de una sociedad basada en la satisfacción de las necesidades sociales, el respeto de los derechos de la naturaleza y la participación popular en un contexto de libertades políticas; y un llamado a construir, igualmente más allá de regulaciones, un nuevo modelo económico y social que ponga las finanzas al servicio de un nuevo sistema democrático, fundado en la satisfacción de todos los derechos humanos, el trabajo decente, la soberanía alimentaria, el respeto del medio ambiente, la diversidad cultural, la economía social y solidaria, y un nuevo concepto de riqueza.
Todo lo cual puede sonar como utópico, pero es el caso que el mundo de hoy requiere urgentemente de utopías, además de que desde hace tiempo existen movimientos y organizaciones que cuentan con propuestas para llevarlo a cabo. Y por ello se apremia en los documentos a las asociaciones, sindicatos y movimientos sociales a converger y crear una fuerza ciudadana a favor de este nuevo modelo.
Como para el doctor Houtart, y muchos otros científicos sociales reconocidos que se dieron cita en el FSM, la crisis financiera es una crisis sistémica e incluso de civilización de nuevo cuño, que viene aparejada con una crisis del orden y las estructuras políticas internacionales –yo, por mi parte, añadiría que también en muchos países, como el nuestro, nacionales–, y se inscribe en un contexto de crisis globales múltiples.
Es una crisis financiera, alimentaria, energética, económica, social, ecológica, migratoria y política, que requiere para su transformación ser considerada específicamente en todas sus expresiones, pero también en su interrelación e integralidad. Sin embargo, en la declaración se denuncia que las medidas hasta ahora adoptadas buscan socializar las pérdidas para asegurar, sin contrapartida real, la supervivencia de un sistema que niega sistemáticamente los derechos de los pueblos, agudiza la opresión de las mujeres, alimenta la xenofobia y el racismo, criminaliza los movimientos sociales y genera violencia.
Por ello, para construir coherentemente ese nuevo modelo, la Asamblea de los Movimientos Sociales pide, entre sus medidas políticas y técnicas, poner a las Naciones Unidas, reformadas y democratizadas, al centro del sistema financiero, ya que el Grupo de los 20 no es un foro legítimo para aportar respuestas adecuadas a la profunda crisis del sistema.
Pide también la puesta en marcha de mecanismos internacionales, permanentes y obligatorios, de control de movimientos de capitales; y, para acabar con la supremacía del dólar y asegurar la estabilidad financiera a escala mundial, pide además el establecimiento de un sistema monetario de reserva, que incluya la creación de monedas de reserva regionales.
Añade que por ser un servicio público garantizado a todos los ciudadanos, la intermediación financiera debe sacarse de los acuerdos de libre comercio y, por el contrario, ha de ponerse en marcha un mecanismo global de control público y ciudadano de las instituciones financieras y los bancos.
Aunque entre sus peticiones incluye la prohibición de fondos especulativos y mercados no regulados, en los que se intercambian productos derivados y otros productos tóxicos fuera del control público, lo cual sería obvio, pide también la erradicación de la especulación de materias primas, empezando por los alimentos y productos energéticos, mediante la puesta en marcha de mecanismos públicos de estabilización de precios.
Incluye igualmente el desmantelamiento de los paraísos fiscales, así como el establecimiento de sanciones a sus usuarios (individuos, compañías, bancos e intermediarios financieros), y la creación de una organización fiscal internacional encargada de detener la competencia y la evasión fiscales.
Como en otras ocasiones, aunque quizás en esta de manera más contundente, el llamado de la Asamblea de los Movimientos Sociales pide también anular la deuda insostenible e ilegítima de los países empobrecidos, y establecer un sistema responsable, democrático y justo de financiamiento soberano, al servicio de un desarrollo equitativo, sostenido y sustentable. Para avanzar en esta dirección, se preparan movilizaciones en todo el mundo del 28 de marzo al 4 de abril.

Ilán Semo: Block de notas

Desglobalización. No se había pensado hasta la fecha en la posibilidad de que la globalización misma entrara en crisis. Hasta hoy aparecía como una suerte de numen en automático, una fuerza movida por un deseo casi inabarcable, sin receso posible. Pero como toda realidad social, ha mostrado que también contiene a su antítesis. Si concebimos a las sociedades actuales como un conjunto de redes y circuitos que se acoplan y desacoplan, según la visión que elaboró Manuel Castells, o bien como un cúmulo heterónomo de flujos que se mueven entre diferenciales y que se conectan y desconectan, tal y como lo imaginó Gilles Deleuze hace ya tiempo, desde los años 90 la mayoría de estos flujos había pasado ya a esa esfera sin centro que es el espacio global. Lo convencional era afirmar que ese espacio estaba acotado por la desterritorialización tanto del capital como del signo (léase aproximadamente: la comunicación). Las inversiones y las desinversiones, las salidas y entradas de los flujos monetarios y de información podían transcurrir con una velocidad inaudita. La antigua sentencia de que el capital no tiene patria se había convertido en parte del sentido común, un hábito. En cambio, el trabajo, la fuerza de trabajo, no gozaba de esa libertad. Aunque los años 80 y 90 marcan la época de las mayores migraciones humanas de la era moderna (ahora de la periferia hacia el centro, de México a Estados Unidos, del Cercano Oriente a Europa, de India a Europa y Estados Unidos, etcétera), la velocidad de estos flujos era infinitamente menor a la del dinero y la comunicación. Tanto así que se le veía como una realidad local.
La depresión –después del séptimo desplome bursátil consecutivo que sucedió el día de ayer, ya la podemos llamar acaso depresión– ha revelado que existe otra esfera que es, en su mayor parte, también local: la esfera del consumo. El colapso ha mostrado que en la escena global no existe ningún mecanismo capaz de reanimar las condiciones mínimas de consumo que se requerirían para rencender el sistema.
Degradado y satanizado durante décadas por la retórica monetarista, el Estado ha devenido el único agente viable para enfrentar el colapso. Pero el Estado ha sido –y sigue siendo– un agente estrictamente local, acaso el más local de todos. Y, para decirlo con un eufemismo, sólo vela por los suyos. En términos más escénicos: Obama sólo tiene en mente al mercado de Estados Unidos, Zapatero al de España y los gobernantes chinos al de China. Así que lo que hasta hace unos cuantos meses era un asombroso mercado global articulado por redes precisas y flujos casi automáticos, se ha convertido súbitamente en una estampida de sálvese el que pueda y cada quien vela por lo suyo.
La idea de que la única solución posible es una solución global es seguramente una buena idea. Pero nadie –ni en el G-7 ni en el G-14 ni en el G-20– parece tener la mínima voluntad o disposición para ponerla en práctica. En el encuentro que sostuvieron hace unos días Barack Obama y Gordon Brown se habló de un New Deal global. Al menos la inventiva retórica perdura. Pero nadie sabe hoy qué es ni cómo se cocina eso. Pues no se trata de simples medidas regulatorias que inhiben la autofagia financiera, sino de algo más grave: cómo crear una demanda suplementaria más allá de la casa propia. Y a saber, el Keynes global todavía no ha nacido.
El lado gótico del sistema. Por lo pronto el espectáculo continúa y el capitalismo sigue devorándose a sí mismo. Tal vez es de las pocas afirmaciones que han propiciado un renvío de la teoría de Marx, a la que algunos de sus intérpretes han visto como un relato gótico sobre la sociedad moderna. Al igual que la leyenda del Golem, en la que un ser humano decide crear a otro ser humano que acaba con su creador, la sociedad de mercado se desglobaliza y socava las condiciones que hacen posible su existencia. En esa teoría, lo que los clásicos (Smith, Ricardo, etcétera) llamaron producción de riqueza aparece como producción de la nada (dinero que hace más dinero). Al menos para nuestra generación, la nada ha cobrado el cuerpo de su identidad: dinero que destruye dinero. En el deseo inaudito de la nada, Gilles Deleuze encontró un mecanismo que desembocaba en la esquizofrenia. En el esquizofrénico el deseo no logra posarse en ningún objeto porque el objeto radical del deseo es él mismo. El sistema se ha quedado sin espejos, no tiene otros que lo cuestionen y lo contengan. Esto, por supuesto, en un capitalismo muy distinto al del siglo XIX.

Gustavo Leal F.*: Karam: lo que le aguarda al IMSS

Mientras por saturación, sobredemanda, falta de medicamentos y urgencias deficientes los médicos paraban labores en el Hospital General de Tlaxcala; mientras el titular de los servicios de salud de Puebla revelaba que en su dependencia hay médicos y especialistas con títulos falsos y ofreció examinar ¡7 mil expedientes!, Daniel Karam –el economista entonces designado por Calderón para dosificar (¿electoralmente?) los monumentales recursos del Seguro Popular– confirmaba que, para él, mal enumerar un breviario de metas triunfalistas equivale a responder a los cuestionamientos.
Después de que Alianza Cívica destacara algunas inercias de ese seguro (Enfoque, 1/2/09), el financiero Karam se sintió completamente satisfecho señalando como respuesta que su meta prioritaria (una verdadera hazaña, escribió) es afiliar (que no atender) para dotar de protección financiera a 9 millones de familias en 2008, y llegar a lo que él gusta de calificar de cobertura universal en 2010.
Para Karam, prueba del éxito de lo que, con poca modestia, considera una de las reformas más impactantes de las que se tiene registro es que entre 2004 y 2008 el seguro financió –en las entidades federativas– la contratación de 45 mil médicos, enfermeras y personal auxiliar, cuando sólo el arrojo anual de la carrera de medicina (de las 93 escuelas y facultades que operaban en 2007) supera a nivel nacional los 11 mil egresados.
Un desalentador cuadro del desempleo profesional presentado por la SEP dimensiona los éxitos que entusiasman a Karam. La mayoría de los más de 430 mil jóvenes que egresan anualmente enfrentan dificultades para ocuparse, y cuando lo logran, sirviéndose de redes familiares o sociales, alcanzan percepciones precarias: menos de tres salarios mínimos, sin prestaciones económicas y sin contrato. ¡Como las que presume Karam!
Con un presupuesto de 49 mil millones de pesos –para el año electoral 2009–, Karam reconoce que –en los últimos cuatro años– apenas se gastaron en infraestructura y equipo 2 mil 900 millones de pesos. ¡Lo que le lucirían al IMSS y al ISSSTE esos recursos! Pero para atender lo que realmente enferma y mata a los mexicanos, ese seguro foxista perpetuado por Calderón financió sólo ¡48 mil casos! de padecimientos severos vía su minúsculo pero rimbombante Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos.
Aunque, claro, nada como poner por delante el programa sexenal de su jefe Calderón: el segurito para los recién nacidos (o Seguro Popular petit). Para Karam se trata de un avance significativo sobre el principio de cobertura universal en enfermedades, que cubre 1.8 millones de niños. Además de que una de cada tres familias beneficiarias pertenece a Oportunidades, 78 por ciento de los usuarios recibió 100 por ciento del medicamento prescrito y el 96 por ciento declararon estar muy satisfechos. ¡Un paraíso sanitario!
Pero mientras Karam desgranaba su rosario de éxitos financieros, la realidad del sector salud lo desbordaba.
Doce mil trabajadores de la Secretaría de Salud poblana paraban labores en 660 centros de salud y seis hospitales, exigiendo la destitución del secretario del ramo por no solucionar el desabasto de medicamentos, material básico de curación (gasas, guantes, alcohol, reactivos para pruebas de sangre y vacunas) y equipo, ni la falta de personal.
Mientras la Secretaría de Salud federal reportaba mil 418 casos de dengue en Jalisco, la secretaría local registraba únicamente 634. La directora de Salud Pública estatal no descarta esa información, pero no tuvo el aval de nosotros. Posiblemente sí existen esos casos.
De acuerdo con la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, el Programa Comunidades Saludables no cuenta con criterios precisos para la selección de sus beneficiarios.
Al iniciar 2009 la Comisión Nacional de Protección Social en Salud planeaba elevar en 6.5 por ciento –en promedio– las cuotas familiares del Seguro Popular. Pero el 28 de enero, Karam decidió no elevarlas en este año (electoral) debido a la crisis económica. Simultáneamente se ampliaba la meta de afiliación hacia 2010 incluyendo 682 mil familias más.
Durante la emergencia provocada a finales de 2007 por las lluvias en Tabasco, el Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades presuntamente malversó cerca de 20 millones de pesos destinados a impedir epidemias, en cotizaciones apócrifas, compras innecesarias de automóviles de lujo, deficiencias en los contratos para fumigar barrios y adquisiciones fantasmas de plaguicidas, maquinaria y medicinas.
Pero Germán Martínez, presidente del PAN, diseñó una campaña para la elección de julio de 2009 en la que se promueve directamente el Seguro Popular como una de las acciones del gobierno de Calderón, y hasta cinco de los nueve consejeros del IFE declararon infundada la queja del PRI en contra del PAN por el uso de la palabra seguro popular en su propaganda. Es que, estimaron, los espectaculares del PAN con la leyenda acción es: apoyar la economía de millones de mexicanos con el seguro popular no violan ninguna ley y se inscriben dentro de la propaganda permanente de un partido. Posteriormente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avaló la publicidad blanquiazul.
La misma plataforma electoral del PAN plantea ampliar y fortalecer el Seguro Popular para que se permita brindar un servicio de calidad.
¡Un paraíso sanitario y electoral!, enteramente alejado de la reales necesidades nacionales de salud, pero cabalmente publicitado hasta en la telenovela Un gancho al corazón, de Televisa.
Gracias a Calderón y como antes con Molinar Horcasitas, este paraíso arriba ahora al IMSS: pura continuidad financiera foxista con servicios a peor. ¡Un karamazo electoral!
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

Mujer y socialismo
Homar Garcés
Argenpress
La inserción de la mujer en los diferentes campos de la vida social contemporánea a escala planetaria ya no sorprende, prácticamente, a nadie, aunque -producto de esa visión etnocéntrica inculcada durante siglos por la llamada civilización cristiana y occidental- todavía se vea relegada y discriminada en muchos de los países asiáticos y africanos, sin excluir algunos pertenecientes a nuestra América.
Sin embargo, los avances en este sentido no han sido producto del azar ni menos de la indulgencia o comprensión de los hombres, sino el resultado de una larga lucha emprendida por las mujeres; unas, en el ámbito laboral; otras, en lo político y en lo social. Todas enlazadas en la lucha común contra lo que podríamos denominar machismo de Estado, respaldado por las jerarquizaciones establecidas, la supremacía económica, el miedo religioso, el autoritarismo, el sexismo, el racismo y la simple negación de la libertad que han padecido -de una u otra forma- las mujeres a través del tiempo.
De la preponderancia femenina absoluta (ginecocracia), expresada en las múltiples imágenes de diosas (Venus) se llegó a una de carácter masculino (patriarcado) generalizado, llegándose al colmo de negarle cualquier derecho a la mujer, incluso el de ser portadora de conocimientos, acusándosele de bruja y sometiéndosele a la hoguera, cuestión que cumplió diligentemente la Iglesia católica. Aún así hubo valiosos intentos por revertir esta situación, como cuando ocurrió la Revolución Francesa, siendo Olympe de Gouge quien escribiera la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791. El alemán August Bebel, un destacado propagandista y teórico del marxismo, fijaría a finales del siglo XIX la consigna básica del feminismo socialista: "no puede haber ninguna liberación de la humanidad sin la independencia social y equiparación de los sexos". Para Marx y Engels, la igualdad política entre la mujer y el hombre era una condición necesaria para la plena emancipación de la sociedad. Además, los fundadores del socialismo científico entendían que la base fundamental de la emancipación femenina era su independencia económica frente al hombre. No obstante, muchos socialistas hombres no compartían en la práctica lo sustentado en la teoría, de ahí que mujeres como Louise Michel, Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo se vieran obligadas a rebatir y a combatir las posiciones machistas de sus camaradas. Todo esto ayudó a darle fisonomía propia al feminismo y a las luchas de las mujeres en procura de sus derechos plenos.
El socialismo revolucionario, sustentado en las tesis teóricas de Marx y Engels, puso al descubierto las raíces del avasallamiento de la mujer, así como su relación con un sistema de producción basado en la propiedad privada y con una sociedad dividida entre una clase rica, poseedora de riquezas, y otra pobre, productora de riquezas.. Más que eso: explicó igualmente cómo la abolición de la propiedad privada suministraría las bases materiales para traspasar a la sociedad todas las responsabilidades sociales que hoy recaen sobre la familia individual, como el cuidado de los niños, de los ancianos, de los enfermos; la alimentación, el vestuario y la educación. De este modo, las mujeres romperían con la servidumbre doméstica y cultivarían colmadamente sus potencialidades como integrantes creativos y productivos de la sociedad, y no sólo destinados a la reproducción humana. Las relaciones humanas, en consecuencia, se transformarían en relaciones libres de personas libres, en estado de igualdad. Esto comenzó a ser posible en la Unión Soviética, establecida en 1917, la cual legisló a favor de la mujer en relación al salario (equiparado al del hombre), al divorcio, a los hijos naturales y a la pensión alimenticia, también fueron suprimidos todos las prerrogativas ligadas a la propiedad que se mantenían en provecho del hombre en el derecho familiar.Ahora que se habla de socialismo, especialmente en nuestra América, es importante acotar que aún se requiere de una crítica al sistema de explotación económica y ambiental que supone el capitalismo, incluyendo las expresiones del feminismo indígena, afrolatinoamericano, lésbico y analítico. Hoy los derechos de la mujer se extienden a su derecho a no sufrir violencia doméstica (de cualquier nivel) ni a ser objeto de juicios morales y religiosos excluyentes por exigir la legalización del aborto, el reconocimiento de las disidencias sexuales y el prevención de métodos anticonceptivos. Sin embargo, no se limitan a éstos nada más, sino que abarcan, incluso, una propuesta política de la autonomía femenina que comienza a generarse en medio de la lucha multitudinaria de nuestros pueblos.
Raúl Cremoux
¿Viva la crisis?
Vivimos una etapa a la que insistentemente hemos calificado como crítica. La palabra viene de kratos, que conlleva catástrofe y circunstancia; de hecho, se la hemos arrebatado al lenguaje médico para tratar de describir el momento que vivimos. Cuando un doctor emplea esa palabra, señala que la situación del paciente es de tal naturaleza que bien puede superarla o por el contrario perecer.
En nuestro momento, esa crisis financiera, económica, monetaria, es planetaria al igual que la del cambio climático. La conjunción de ambas no puede dejar las cosas iguales. Del mismo modo que se dio un lapso de aproximadamente 80 años entre la alta Edad Media y el Renacimiento, nosotros vivimos ya ese paréntesis de alteración y cambio para entrar a otra era. Con la diferencia de que no ocupará ocho decenios sino que será considerablemente más rápido el advenimiento a la otra etapa.
Los primeros destellos ya están a la vista y se perfilan sobre todo entre la juventud. Un muchacho de 22 años publicó recientemente en cuatro diarios europeos un ensayo titulado “¡Viva la crisis!”. En su texto advierte que la bancarrota de las grandes armadoras de autos como Ford, Chrysler y General Motors debiera ser bien vista y celebrada. Los autos son el segundo gran contaminante en el planeta y, como tales, debieran erradicarse y sustituirse por lo que debieran ser los “empleos verdes”. Con ello se daría trabajo a quienes lo han perdido y el aire ganaría en limpieza.
Con igual visión, investigadores médicos ya están creando diferentes medicinas que eliminan los efectos secundarios en tres ramas fundamentales de la salud, resultan mucho más baratas y generan empleos bien pagados y de gran creatividad. No es gratuito que tanto en EU como en Europa se destinen importantes recursos a las nuevas formas de energía, lo mismo solar que eólica, maremotriz o nuclear. Con todo esto se nos dice que el regreso de la crisis no volverá a ser igual que lo era antes.
No sería de extrañar que 2008 fuese considerado como el momento detonante que abrió paso a nuevas realidades. Se dirá, y con razón, que mientras tanto pasaremos por ver legiones de seres humanos que al perder sus trabajos caerán en pobreza y desesperación. Ello contribuirá a una franja de delitos y violencia, así como al achicamiento del progreso material y a una buena dosis de desesperanza. Al así ocurrir, justamente estamos en la parte crítica en la que algo nuestro va a entrar en catástrofe y finalmente perecer para dar lugar a una nueva circunstancia, a algo nuevo y desconocido.
En el umbral de esa puerta están las predicciones de investigadores como Michio Kaku con su libro Visions, en el que describe cómo la ciencia va a revolucionar este siglo. No menos importantes son las publicaciones de Jacques Attali en las que perfila el nuevo orden político y social que puede desarrollarse. Está también la participación de Taichi Sakaiya, quien avisora el reinado del conocimiento y los estilos de vida futuros. Y a todo esto, ya se había adelantado Vivianne Forrestier con su legado, El horror económico, y hasta las predicciones del banquero George Soros cuando señala la transformación que tendrá el capitalismo.
Estamos, pues, en pleno crujir de dientes y rechinar de vísceras tal y como lo describe Alexandre Adler en su Odisea americana, recientemente publicada por Grasset. Por supuesto, a nadie le gusta lo desconocido, incluso provoca incertidumbre y temor. No obstante, debemos abrir bien los ojos y el entendimiento pues la nueva era ya comenzó.
cremouxra@hotmail.com
Escritor y periodista

Juan Francisco Escobedo
Órganos colegiados vulnerables
El modelo de integración colegiada de los organismos públicos que toman decisiones precedidas de deliberaciones surgió como alternativa a la propensión despótica del poder concentrado en una sola persona.
El carácter omnipresente y potencialmente excesivo de quienes ejercen funciones sin tener que realizar consultas previas ni librar debates, que históricamente ha caracterizado a los órganos ejecutivos, teóricamente quedó conjurado con el diseño de los organismos colegiados de viejo y nuevo tipo, como la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral y el IFE.
Pero después de un tiempo en el que afloraron sus virtudes, éstas han empezado a quedar eclipsadas por sus deficiencias. Dos son los problemas más relevantes que la sociología contemporánea encuentra en el funcionamiento de los órganos colegiados.
El primer problema tiene que ver con el desarrollo del llamado “espíritu de cuerpo”, y el segundo, con la vulnerabilidad ante la tendencia oligárquica que inevitablemente se desarrolla en el interior de todo organismo público de ese tipo.
Pongamos por caso el IFE. El espíritu que justificó la transformación del IFE en un órgano colegiado autónomo y ciudadanizado se encuentra en riesgo.
Porque la autonomía de la voluntad y la prestancia personal y profesional que permitió a los consejeros colocarse en el punto adecuado, por ser elegidos como tales, en no pocas ocasiones han terminado por sucumbir ante la lógica de funcionamiento del organismo como cuerpo colegiado, que impone el imperativo de persistir a cualquier costo.
En ese contexto, los consejeros suelen dejar de buscar la preservación de la autonomía relativa respecto de los intereses parciales de los actores políticos, para convertirse, incluso a su pesar, en simples operadores de los intereses de los partidos políticos y de los poderes fácticos.
La búsqueda previa de los votos y las alianzas, aun antes de valorar los argumentos que motivan las resoluciones, así como la protección de los incentivos extraordinarios que se reciben en esa institución del Estado mexicano constituyen los resortes más importantes del trabajo de los consejeros electorales. Nadie aprende en cabeza ajena.
No es un problema exclusivo de los nuevos o de los viejos consejeros. Es un problema que se alimenta de múltiples factores, entre los que destacan el diseño institucional y la enorme cauda de funciones que se le han echado encima, sin que estructural y funcionalmente se encuentre preparado para ello.
El trasiego de los días hace olvidar las convicciones y debilita los valores. La prisa y las presiones le otorgan preeminencia al cuerpo por encima de las razones, de los problemas y de los efectos no deseados de las decisiones que toma como órgano colegiado.
¿Quién limita el extravío de un órgano colegiado? ¿Quién puede garantizar la recuperación del compromiso democrático? Más allá de las diatribas y de las respuestas insulsas, ¿dónde está la ética, la de la convicción y de la responsabilidad, para decirlo en los términos de Max Weber?
Los poderes públicos encuentran sus límites en el control legislativo, en el control de la legalidad, en la transparencia y la rendición de cuentas. Pero, ¿quién limita y le da perspectiva democrática a las decisiones del IFE?
Apenas empezaba a quedar atrás el primer escándalo, cuando la tendencia oligárquica se coló entre los nuevos consejeros que, ajenos al mundo de la vida, decidieron actuar como corporación y no como organismo público al servicio de la democracia.
Es preciso recuperar el espíritu autónomo, arbitral y garantista de los derechos de los ciudadanos, que justificó la creación y desarrollo del IFE y que lo caracterizó durante alguna época.
El país necesita un árbitro electoral. No hay tiempo para crear uno nuevo ni para darle ese papel a otro ente público. Nadie gana con el descrédito. Pero un poco de prudencia y de altura de miras les vendría bien para recuperar la senda extraviada. Eso es lo que exigimos los ciudadanos. Ni más ni menos.
Doctor en Ciencia Política y Sociología

Jesús González Schmal
El tren sin pasajeros
A raíz de la privatización de los Ferrocarriles Nacionales de México en el zedillismo (1994-2000), el transporte ferroviario suprimió el servicio de pasajeros en primera y segunda clase. Este que fue el medio más popular —por económico— en las enormes distancias del norte de la República ya no existe, la gente se queda encerrada en sus pueblos y rancherías con las mercaderías y productos que cultivaba para ir a venderlos a otros lugares y traer lo que de allá le ofrecían.
En el noreste de la República, el afortunado concesionario de las vías, estaciones, equipos, derechos e infraestructura en general lo es la empresa estadounidense Kansas City Southern que, de suyo, es la extensión al sur de su extensa red en Estados Unidos.
A nadie consultaron si se podía dejar sin transportación humana a millones de mexicanos radicados en la cuarta parte del territorio nacional; simple y llanamente cancelaron el servicio porque los miles y miles de kilómetros de rieles se necesitaban para arrastrar los containers de las zonas maquiladoras de la región y cobrar los fletes correspondientes.
Eso no lo podía haber hecho Ferrocarriles Nacionales para hacer rentable el negocio, porque tenía una responsabilidad social que cumplir con el traslado humano, pero por la vía de la privatización quedó resuelto y millones de campesinos, cada día más pobres y en silencio, están resignados a que la red ferroviaria que tantos sacrificios costó hacer a los mexicanos ya no volverá a proporcionarles servicio alguno.
Pero junto con este despojo, Kansas City Southern quiere ahora demoler las estaciones que cumplieron esa misión y que son testimonios invaluables de acontecimientos históricos casi todos relacionados con la Revolución de 1910 y que, evidentemente, los habitantes de los sitios donde acontecieron los consideran parte de su identidad.
Es el caso nada menos que de la estación de Ramos Arizpe, Coahuila, que Kansas City Southern se aprestaba a demoler si no es porque los vecinos de este “Valle de las Labores” —donde nació el padre del federalismo y donde Venustiano Carranza firmó el Plan de Guadalupe y organizó al ejército constituyente— se opusieron y encontraron que el Instituto Nacional de Bellas Artes lo tiene registrado en el patrimonio histórico del país, con lo que puede impedir la consumación del latrocinio.
Así, los títulos de concesión ferroviaria a particulares, que debían ser supervisados en su cumplimiento por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, resultaron igual que las concesiones aeroportuarias a los españoles en el Pacífico de la República, verdaderas patentes de corzo que les permiten disponer, sin dar cuenta a nadie, de una infraestructura costosísima de servicios de transportación que pagó el pueblo y que hoy sólo sirve para generar ganancias a grupos privilegiados.
Profesor en la Facultad de Derecho de la UNAM

Gerardo Unzueta
Cuates y cuotas

De repente encontré una anormalidad: con mi experiencia como diputado federal y subsecretario de Coordinación Legislativa del PRD: tropecé con una iniciativa de la Presidencia de la República que se manejó de manera furtiva, subrepticia, durante nueve meses, contra el acostumbrado servilismo, la prisa, la justificación propagandística y, desde luego, la aprobación ya sin dilaciones.
Aunque durante 17 años nadie se preocupó en México de las consecuencias de la convención de la ONU sobre armas químicas (1991), a principios del año pasado en Los Pinos “se les prendió el foco”: emitir una norma para otorgar permisos a particulares “para el uso y transportación de las sustancias químicas susceptibles de desvío para la fabricación de armas químicas”. En los pasillos de ambas cámaras, la iniciativa circuló subrepticiamente, ocultándola a la Secretaría de la Defensa, que ya realiza esas tareas. Las comisiones de Defensa en el Senado y la cámara nada supieron.
Dada la peligrosidad de las armas químicas, la circulación de tales sustancias exige extremados cuidados; hay que recordar el escándalo cuando se supuso que tales armas podrían usarse como respuesta de los pueblos agredidos a la demencial política de Bush, tras lo cual una convención determinó su prohibición.
Hay preguntas: la ley aprobada por el Senado en diciembre, a la que los diputados “dieron su aval sin dilación, pero marcado por reclamos” (EL UNIVERSAL 25/02/08), ¿establece las garantías indispensables o es sólo la apertura de un gran, corrupto, negocio? ¿Es el reparto por cuotas entre cuates? El secreto está en el cabildeo durante los oscuros meses de marzo a diciembre, que debió asegurar los votos del PRI y de su adlátere verde para arrebatar a Sedena el uso y transportación de las sustancias químicas y pasarlo a la jurisdicción de un aparato civil, el Cisen, dependiente de Gobernación, quizá para entregarlos a la familia Mouriño, experta en esos usos y transportes.
Mas para ello sería preciso que en ese aparato hubiera una dependencia sujeta sólo al gran poder, y se inventó una Dirección Nacional dentro del Cisen que ejerciera tal control. Hacía falta, entonces, un operador capaz de actuar bajo la disciplina de “coopelas o cuello” (opus del secretario del Trabajo). Apareció entre los “facilitadores” de la importación de seudoefedrina a cargo de Zhenli Ye Gon y de los hijastros de Vicente Fox. Fue, es, el señor Jesús Mao Cervantes, ejecutivo de la Administración General de Aduanas hasta julio de 2007, y poco después titular de aquella dirección situada fuera de la ley. Ese señor se prestaría a cualquier enjuague, pues necesita protección: lo buscan autoridades venezolanas y la Interpol (con oficinas en Gobernación), acusado de un fraude a 14 mil personas por 67 mil millones de bolívares.
Un proyecto tan bien urdido y consensuado no podía fallar: se abría una veta de negocios multimillonarios. Pero he aquí que en la Cámara de Diputados no sólo hay panistas, priístas y verdes, sino también diputados dispuestos a impedir esos corruptos procederes: PRD, PT y Convergencia. Esos diputados hicieron la denuncia y la sostuvieron con energía. Se destacó en ello el diputado perredista Alfonso Suárez del Real.
Eso sucedió y aunque la ley fue finalmente aprobada por las mayorías del PAN y del PRI, ante la opinión pública quedó grabado un cartel que los diputados opositores desplegaron durante la sesión del día 24: “¡No al negocio del Cisen con sustancias químicas!”.
Analista político, miembro del PRD