Desde que se inició la corrida especulativa contra el peso, en octubre, el Banco de México ha subastado clandestinamente –ya podemos imaginar a quiénes– 22 mil 500 millones de dólares, con lo que nuestras reservas internacionales han sufrido una pérdida de 25 por ciento. Son datos oficiales, no lo olvidemos. Y como el anonimato encubre a los magnates que trasladaron esos dólares de las arcas públicas a sus cuentas privadas, es legítimo sospechar que, entre otras cosas, la devaluación de nuestra moneda servirá para que Roberto Hernández vuelva a adquirir Banamex.
¿Por qué no?
Además, de acuerdo con el propio Banco de México, dólar que caiga este año en el sombrero de Hacienda, por concepto de la venta de petróleo o por la contratación de nueva deuda externa, será vendido inmediatamente a los misteriosos compradores de las divisas de nuestras reservas en el momento que lo deseen. Cálculos oficiales estiman que de este modo saldrán a subasta secreta otros 19 mil millones de dólares. Para diciembre, los especuladores se habrán embolsado 41 mil 500 millones de dólares y el peso estará, por decir algo, ¿a 20 por uno?
¿Qué significa esta nueva jugada defensiva, concebida por el equipo de genios financieros que rodea a Felipe Calderón? ¿Que nuestras reservas, disminuidas en una cuarta parte, ya no se achicarán más porque ahora, en vez de seguir ordeñándolas, Guillermo Ortiz venderá a los especuladores los dólares frescos que entren por concepto de petróleo y nuevas deudas? ¿Y eso es bueno o es malo?
A lo mejor bueno, porque el país –ese concepto abstracto, sin rostro ni estómago– conservará los 80 mil millones de reservas internacionales que dicen que tenemos y que si no se invierten no sirven para nada, pero también seguramente será malo, por no usar la expresión malísimo, en la medida en que el producto de la renta petrolera no se destinará, ni de broma, a la reactivación económica y por lo contrario agudizará el estancamiento en que nos encontramos hundidos, con el agua cada vez más arriba del cuello.
¿Debemos suponer, ante lo anterior, que entonces Calderón no construirá la nueva refinería que prometió en el momento más álgido de la batalla contra la privatización de Pemex? ¿En serio? No hay que ser un experto en finanzas públicas, ni siquiera un cliente asiduo del restaurante Arcángeles, de la Asociación de Bancos de México, donde a menudo comen Agustín Carstens y los ministros de la Tremenda Corte, para anticipar que este año, en materia económica, el gobierno del presidente del empleo no va a permitir que se mueva una hoja.
Todo seguirá estrictamente igual… hasta que el sistema político se derrumbe. No habrá un plan de emergencia como el que propone Andrés Manuel López Obrador, y que consiste en reducir a la mitad los salarios, comisiones, bonos, servicios médicos y demás privilegios de los altos funcionarios públicos, para obtener una bolsa de 200 mil millones de pesos que permitiría apoyar al campo, bajar los precios de las gasolinas, el gas, la luz y el diesel; fortalecer a las pequeñas y medianas empresas, ampliar la protección a los ancianos e incrementar las becas y los desayunos escolares a los jóvenes y los niños.
No habrá nada de eso. Los togados de la Tremenda Corte seguirán cobrando sus 600 mil pesos mensuales, igual que los magistrados del tribunal electoral y los consejeros del IFE que a la hora de la hora siempre no echaron para atrás su superaumento de sueldo. Los legisladores continuarán percibiendo sus 400 mil pesotes al mes, y Calderón y sus secretarios, con esos suelditos grotescos de menos de 200 mil pesos mensuales, tendrán que intensificar su participación en negocios privados fuera de sus horas de trabajo, para no quedarse atrás.
Elba Esther, incontenible
Si nada va a cambiar en la política, entonces todo va a empeorar en la economía y en la sociedad. Quienes mantienen los ojos cerrados y se aferran a sus insultantes privilegios, deben saber o presentir que el gusto va a durarles poco. La enorme burbuja del descontento popular va a estallar muy pronto. Porfirio Muñoz Ledo, el domingo pasado en la Feria del Libro de Minería, estimó que el régimen de Calderón se desplomará, a más tardar, el año próximo. Ojalá, agregó, ello ocurra de manera pacífica y por la vía de la revocación popular de su cargo.
Todo marcha con ímpetu en esa dirección. Hace dos semanas esta columna reveló la existencia de un pacto entre el hombrecito de Los Pinos y la profesora Elba Esther Gordillo, concertado por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, en términos muy concretos. La líder vitalicia del sindicato de maestros conseguirá los votos necesarios para que el PAN quede bien representado en el Palacio Legislativo de San Lázaro y, a cambio, Calderón le permitirá designar a los nuevos magistrados del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, que regularán las relaciones laborales entre el gobierno federal y los trabajadores inscritos en el apartado B. En otras palabras, Elba Esther no sólo controlará a los cientos de miles de afiliados al SNTE, sino a todos los burócratas del país.
Organizaciones ciudadanas independientes, que desde ahora observan ya los avances (o más bien retrocesos) del proceso electoral que culminará el domingo 5 de julio, aseguran que, en efecto, doña Elba Estéril anda muy activa entre los gobernadores priístas… ¿amarrando votos para el PAN? Eso es algo que a nadie le consta. Sin embargo, dentro del tribunal, quien está preparando la llegada de los nuevos protegidos de Gordillo es el magistrado representante de los trabajadores de la primera sala, Jorge Hernández Castillón, que proviene del magisterio de Jalisco.
Y el que allí se encarga de la venta de plazas es David Duque –a quien Desfiladero ubicó erróneamente en la secretaría particular de Los Pinos, cuando la verdad es que trabaja en una dependencia del mismo nombre, pero dentro del tribunal–, y mantiene comunicación permanente con la tenebrosa profesora chiapaneca. Ay, nanita…
Termina la gira de AMLO
Pasado mañana, lunes, en Tamazula, Durango, el presidente legítimo de México culminará su gira por los 2 mil 38 municipios de régimen de partido que existen en el país. El 18 de los corrientes encabezará un mitin frente a la estatua de Lázaro Cárdenas en Eje Central, para examinar el estado que guarda la lucha contra la privatización de Petróleos Mexicanos, y el domingo 22, en el Zócalo, presidirá una nueva asamblea de la Convención Nacional Democrática. Mientras tanto, en las casas del movimiento defensor de la economía popular –busque la correspondiente a su delegación o estado en www.casasdelmovimiento.blogspot.com–, ya están dando asesoría jurídica gratuita a quienes, en protesta contra la usura, dejen de pagar los intereses de sus tarjetas de crédito a los bancos…
jamastu@gmail.com
¿Por qué no?
Además, de acuerdo con el propio Banco de México, dólar que caiga este año en el sombrero de Hacienda, por concepto de la venta de petróleo o por la contratación de nueva deuda externa, será vendido inmediatamente a los misteriosos compradores de las divisas de nuestras reservas en el momento que lo deseen. Cálculos oficiales estiman que de este modo saldrán a subasta secreta otros 19 mil millones de dólares. Para diciembre, los especuladores se habrán embolsado 41 mil 500 millones de dólares y el peso estará, por decir algo, ¿a 20 por uno?
¿Qué significa esta nueva jugada defensiva, concebida por el equipo de genios financieros que rodea a Felipe Calderón? ¿Que nuestras reservas, disminuidas en una cuarta parte, ya no se achicarán más porque ahora, en vez de seguir ordeñándolas, Guillermo Ortiz venderá a los especuladores los dólares frescos que entren por concepto de petróleo y nuevas deudas? ¿Y eso es bueno o es malo?
A lo mejor bueno, porque el país –ese concepto abstracto, sin rostro ni estómago– conservará los 80 mil millones de reservas internacionales que dicen que tenemos y que si no se invierten no sirven para nada, pero también seguramente será malo, por no usar la expresión malísimo, en la medida en que el producto de la renta petrolera no se destinará, ni de broma, a la reactivación económica y por lo contrario agudizará el estancamiento en que nos encontramos hundidos, con el agua cada vez más arriba del cuello.
¿Debemos suponer, ante lo anterior, que entonces Calderón no construirá la nueva refinería que prometió en el momento más álgido de la batalla contra la privatización de Pemex? ¿En serio? No hay que ser un experto en finanzas públicas, ni siquiera un cliente asiduo del restaurante Arcángeles, de la Asociación de Bancos de México, donde a menudo comen Agustín Carstens y los ministros de la Tremenda Corte, para anticipar que este año, en materia económica, el gobierno del presidente del empleo no va a permitir que se mueva una hoja.
Todo seguirá estrictamente igual… hasta que el sistema político se derrumbe. No habrá un plan de emergencia como el que propone Andrés Manuel López Obrador, y que consiste en reducir a la mitad los salarios, comisiones, bonos, servicios médicos y demás privilegios de los altos funcionarios públicos, para obtener una bolsa de 200 mil millones de pesos que permitiría apoyar al campo, bajar los precios de las gasolinas, el gas, la luz y el diesel; fortalecer a las pequeñas y medianas empresas, ampliar la protección a los ancianos e incrementar las becas y los desayunos escolares a los jóvenes y los niños.
No habrá nada de eso. Los togados de la Tremenda Corte seguirán cobrando sus 600 mil pesos mensuales, igual que los magistrados del tribunal electoral y los consejeros del IFE que a la hora de la hora siempre no echaron para atrás su superaumento de sueldo. Los legisladores continuarán percibiendo sus 400 mil pesotes al mes, y Calderón y sus secretarios, con esos suelditos grotescos de menos de 200 mil pesos mensuales, tendrán que intensificar su participación en negocios privados fuera de sus horas de trabajo, para no quedarse atrás.
Elba Esther, incontenible
Si nada va a cambiar en la política, entonces todo va a empeorar en la economía y en la sociedad. Quienes mantienen los ojos cerrados y se aferran a sus insultantes privilegios, deben saber o presentir que el gusto va a durarles poco. La enorme burbuja del descontento popular va a estallar muy pronto. Porfirio Muñoz Ledo, el domingo pasado en la Feria del Libro de Minería, estimó que el régimen de Calderón se desplomará, a más tardar, el año próximo. Ojalá, agregó, ello ocurra de manera pacífica y por la vía de la revocación popular de su cargo.
Todo marcha con ímpetu en esa dirección. Hace dos semanas esta columna reveló la existencia de un pacto entre el hombrecito de Los Pinos y la profesora Elba Esther Gordillo, concertado por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, en términos muy concretos. La líder vitalicia del sindicato de maestros conseguirá los votos necesarios para que el PAN quede bien representado en el Palacio Legislativo de San Lázaro y, a cambio, Calderón le permitirá designar a los nuevos magistrados del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, que regularán las relaciones laborales entre el gobierno federal y los trabajadores inscritos en el apartado B. En otras palabras, Elba Esther no sólo controlará a los cientos de miles de afiliados al SNTE, sino a todos los burócratas del país.
Organizaciones ciudadanas independientes, que desde ahora observan ya los avances (o más bien retrocesos) del proceso electoral que culminará el domingo 5 de julio, aseguran que, en efecto, doña Elba Estéril anda muy activa entre los gobernadores priístas… ¿amarrando votos para el PAN? Eso es algo que a nadie le consta. Sin embargo, dentro del tribunal, quien está preparando la llegada de los nuevos protegidos de Gordillo es el magistrado representante de los trabajadores de la primera sala, Jorge Hernández Castillón, que proviene del magisterio de Jalisco.
Y el que allí se encarga de la venta de plazas es David Duque –a quien Desfiladero ubicó erróneamente en la secretaría particular de Los Pinos, cuando la verdad es que trabaja en una dependencia del mismo nombre, pero dentro del tribunal–, y mantiene comunicación permanente con la tenebrosa profesora chiapaneca. Ay, nanita…
Termina la gira de AMLO
Pasado mañana, lunes, en Tamazula, Durango, el presidente legítimo de México culminará su gira por los 2 mil 38 municipios de régimen de partido que existen en el país. El 18 de los corrientes encabezará un mitin frente a la estatua de Lázaro Cárdenas en Eje Central, para examinar el estado que guarda la lucha contra la privatización de Petróleos Mexicanos, y el domingo 22, en el Zócalo, presidirá una nueva asamblea de la Convención Nacional Democrática. Mientras tanto, en las casas del movimiento defensor de la economía popular –busque la correspondiente a su delegación o estado en www.casasdelmovimiento.blogspot.com–, ya están dando asesoría jurídica gratuita a quienes, en protesta contra la usura, dejen de pagar los intereses de sus tarjetas de crédito a los bancos…
jamastu@gmail.com
El gobierno mexicano en los últimos meses ha subastado a la banca comercial alrededor de 20 mil millones de dólares de la reserva internacional, y anuncia que venderá otros 20 mil en lo que resta del año, para apuntalar el peso. El 96 por ciento de mil 900 personas que encuestamos esta semana opina que debe suspender el saqueo, sólo uno por ciento está de acuerdo con que continúe.
Metodología
Enviamos un cuestionario a 2 mil 500 personas cuyos correos electrónicos tomamos al azar entre los miembros de El Foro México. Hasta ayer en la tarde habíamos recibido la respuesta de 76 por ciento. Un número importante razonó su voto. Sus mensajes íntegros pueden leerse en el foro. Enseguida reproducimos algunos fragmentos.
Metodología
Enviamos un cuestionario a 2 mil 500 personas cuyos correos electrónicos tomamos al azar entre los miembros de El Foro México. Hasta ayer en la tarde habíamos recibido la respuesta de 76 por ciento. Un número importante razonó su voto. Sus mensajes íntegros pueden leerse en el foro. Enseguida reproducimos algunos fragmentos.
Uno de los mayores temores que provoca la actual crisis económico-financiera es su duración, porque nadie sabe a ciencia cierta qué tanto se extenderá, cuántos años será necesario soportar la precaria situación, hasta dónde llegará la sacudida y el sacrificio ni el costo que tendrá al final de cuentas. A estas alturas del partido el único adivino que le ha puesto fecha final a la zarandeada es el inquilino de Los Pinos, quien asegura –a saber con base en qué– que en el próximo verano a México regresa la temporada de vacas gordas.
Pero más allá del pésimo chiste que Calderón contó el día de la Marina, la mayoría de banqueros que operan en México y el resto de América Latina consideran que la crisis económico-financiera tardará de uno a tres años en superarse en la región, de acuerdo con una encuesta divulgada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban).
El sondeo recabó las opiniones de más de cien ejecutivos de bancos grandes, medianos y pequeños en 19 países latinoamericanos y caribeños a finales de 2008, cuando se intensificaron los efectos de la crisis financiera en la región. Así, dos de cada tres de los encuestados opinaron que la crisis afectará a los mercados financieros de sus países entre uno y tres años. Los ejecutivos de bancos mexicanos se mostraron algo más optimistas que sus colegas en América Central y América del Sur, pero por lo que se observa en pleno mes de marzo de 2009 estaban rotundamente equivocados.
De acuerdo con la encuesta, entre las consecuencias de la crisis seis de cada 10 banqueros anticiparon una escasez de financiamiento para sus instituciones. Otros efectos esperados son menores ingresos de remesas a la región y una disminución en las operaciones de comercio exterior, pero en cuanto a la superación de la crisis los resultados fueron los siguientes: 51 por ciento de los entrevistados consideró que tendrá una duración de uno a dos años; 11 por ciento de dos a tres años; 3 por ciento más de tres años; 17 por ciento de plano no se animó a fijar una fecha en el calendario; 2 por ciento ofrecieron pronósticos un tanto estrambóticos y sólo 16 por ciento consideró que en un año se resolverá el problema. Calderón no fue encuestado, pero hasta ahora es el único que jura que en menos de seis meses el asunto no sólo se resuelve, sino que inicia una temporada de riqueza generalizada (algo así como sus cifras históricas en empleo).
El BID explicó que la encuesta, que en años previos se llevó a cabo para conocer la predisposición de la banca comercial para financiar a la pequeña y mediana empresa (pyme), encontró que los banqueros prevén que habrá menos crédito y tasas de interés más altas para tales empresas. A pesar de ello, el 90 por ciento de los encuestados manifestaron que las instituciones que representan continúan interesados en mantener o incrementar su apoyo a este segmento empresarial, el gran generador de empleo en México y el resto de América Latina. La crisis ha impactado de distintas forma a la banca latinoamericana. De acuerdo con el BID, algunas instituciones han fortalecido su liquidez y su capitalización, pero otras registran severos problemas.
Las rebanadas del pastel
En este 2009 de crisis, las Afore han optado por rasurar los informes que, por ley, están obligados a entregar detalladamente dos veces al año a sus cuentahabientes. En el correspondiente al segundo semestre de 2008 (el de las multimillonarias minusvalías, como le llaman a las pérdidas) tales informes sólo incluyen el saldo y el porcentaje de comisión. Nada más. El ahorrador deberá calcular el quebranto y consultar su bola de cristal para conocer cómo quedó el saldo de ahorro y a cuánto asciende el de vivienda. Parece que a la Consar –el organismo gubernamental que, se supone, supervisa a las administradoras privadas– esta violación legal le pasó de noche, porque hasta ahora no se sabe de ningún correctivo, si es que en realidad está interesada en proceder. Por ello, los lectores reclaman: a las Afores se le ha de hacer mucho entregar al menos dos estados de cuenta al año, como lo marca la ley porque lo que vienen entregando es un Estado de Cuenta simplificado. ¿Esto qué significa? Simple y llanamente no entregar la información necesaria a los trabajadores sobre el manejo de su fondo para el retiro, y así poder ocultar sus triquiñuelas. Debe de costarles mucho trabajo hacer tantos cálculos (como si no existieran las computadoras) porque la Consar les da 60 días para entregar el estado de cuenta de los movimientos del semestre. Y los 60 días se los toman. Yo recibí mi estado de cuenta el 3 de Marzo pasado. ¿Qué información trae el inútil estado de cuenta que envían? Aparte de los datos generales del trabajador, trae solamente 2 datos numéricos: el porcentaje que cobró la Afore como comisión por el manejo (sic) de los fondos de los trabajadores y el importe total de lo ahorrado, en donde va revuelto el dinero que manejan las Afores con el dinero que tiene en su poder el Infonavit. ¿Cuánto fue el importe de las comisiones cobradas? ¿Cuál fue la tasa y el importe que se está ganando (o perdiendo)? ¿Cuál es el saldo inicial? ¿Cuánto importaron las aportaciones patronales y del trabajador durante el semestre? Ninguna de esta información viene en el estado de cuenta. Dirán las Afores que se puede consultar en línea esa información. Acabo de intentar consultar mi estado de cuenta en la página de ING Afore, con la sorpresa de que lo que puedo consultar es el estado de cuenta del primer semestre del 2008. El segundo semestre aún no está disponible. Los adelantos en tecnología de la información parece ser que no existen para las administradoras de nuestro dinero. No cabe duda que esta falta de información a la que tenemos derecho como cualquier otro usuario de un servicio financiero es totalmente tramado para ocultar el robo de que estamos siendo objeto todos los trabajadores en nuestro patrimonio. El gobierno espurio en contubernio con las Afores son los responsables del atraco del siglo” (Alfredo García Marín, alfredo.garciamarin@gmail.com).
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Pero más allá del pésimo chiste que Calderón contó el día de la Marina, la mayoría de banqueros que operan en México y el resto de América Latina consideran que la crisis económico-financiera tardará de uno a tres años en superarse en la región, de acuerdo con una encuesta divulgada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban).
El sondeo recabó las opiniones de más de cien ejecutivos de bancos grandes, medianos y pequeños en 19 países latinoamericanos y caribeños a finales de 2008, cuando se intensificaron los efectos de la crisis financiera en la región. Así, dos de cada tres de los encuestados opinaron que la crisis afectará a los mercados financieros de sus países entre uno y tres años. Los ejecutivos de bancos mexicanos se mostraron algo más optimistas que sus colegas en América Central y América del Sur, pero por lo que se observa en pleno mes de marzo de 2009 estaban rotundamente equivocados.
De acuerdo con la encuesta, entre las consecuencias de la crisis seis de cada 10 banqueros anticiparon una escasez de financiamiento para sus instituciones. Otros efectos esperados son menores ingresos de remesas a la región y una disminución en las operaciones de comercio exterior, pero en cuanto a la superación de la crisis los resultados fueron los siguientes: 51 por ciento de los entrevistados consideró que tendrá una duración de uno a dos años; 11 por ciento de dos a tres años; 3 por ciento más de tres años; 17 por ciento de plano no se animó a fijar una fecha en el calendario; 2 por ciento ofrecieron pronósticos un tanto estrambóticos y sólo 16 por ciento consideró que en un año se resolverá el problema. Calderón no fue encuestado, pero hasta ahora es el único que jura que en menos de seis meses el asunto no sólo se resuelve, sino que inicia una temporada de riqueza generalizada (algo así como sus cifras históricas en empleo).
El BID explicó que la encuesta, que en años previos se llevó a cabo para conocer la predisposición de la banca comercial para financiar a la pequeña y mediana empresa (pyme), encontró que los banqueros prevén que habrá menos crédito y tasas de interés más altas para tales empresas. A pesar de ello, el 90 por ciento de los encuestados manifestaron que las instituciones que representan continúan interesados en mantener o incrementar su apoyo a este segmento empresarial, el gran generador de empleo en México y el resto de América Latina. La crisis ha impactado de distintas forma a la banca latinoamericana. De acuerdo con el BID, algunas instituciones han fortalecido su liquidez y su capitalización, pero otras registran severos problemas.
Las rebanadas del pastel
En este 2009 de crisis, las Afore han optado por rasurar los informes que, por ley, están obligados a entregar detalladamente dos veces al año a sus cuentahabientes. En el correspondiente al segundo semestre de 2008 (el de las multimillonarias minusvalías, como le llaman a las pérdidas) tales informes sólo incluyen el saldo y el porcentaje de comisión. Nada más. El ahorrador deberá calcular el quebranto y consultar su bola de cristal para conocer cómo quedó el saldo de ahorro y a cuánto asciende el de vivienda. Parece que a la Consar –el organismo gubernamental que, se supone, supervisa a las administradoras privadas– esta violación legal le pasó de noche, porque hasta ahora no se sabe de ningún correctivo, si es que en realidad está interesada en proceder. Por ello, los lectores reclaman: a las Afores se le ha de hacer mucho entregar al menos dos estados de cuenta al año, como lo marca la ley porque lo que vienen entregando es un Estado de Cuenta simplificado. ¿Esto qué significa? Simple y llanamente no entregar la información necesaria a los trabajadores sobre el manejo de su fondo para el retiro, y así poder ocultar sus triquiñuelas. Debe de costarles mucho trabajo hacer tantos cálculos (como si no existieran las computadoras) porque la Consar les da 60 días para entregar el estado de cuenta de los movimientos del semestre. Y los 60 días se los toman. Yo recibí mi estado de cuenta el 3 de Marzo pasado. ¿Qué información trae el inútil estado de cuenta que envían? Aparte de los datos generales del trabajador, trae solamente 2 datos numéricos: el porcentaje que cobró la Afore como comisión por el manejo (sic) de los fondos de los trabajadores y el importe total de lo ahorrado, en donde va revuelto el dinero que manejan las Afores con el dinero que tiene en su poder el Infonavit. ¿Cuánto fue el importe de las comisiones cobradas? ¿Cuál fue la tasa y el importe que se está ganando (o perdiendo)? ¿Cuál es el saldo inicial? ¿Cuánto importaron las aportaciones patronales y del trabajador durante el semestre? Ninguna de esta información viene en el estado de cuenta. Dirán las Afores que se puede consultar en línea esa información. Acabo de intentar consultar mi estado de cuenta en la página de ING Afore, con la sorpresa de que lo que puedo consultar es el estado de cuenta del primer semestre del 2008. El segundo semestre aún no está disponible. Los adelantos en tecnología de la información parece ser que no existen para las administradoras de nuestro dinero. No cabe duda que esta falta de información a la que tenemos derecho como cualquier otro usuario de un servicio financiero es totalmente tramado para ocultar el robo de que estamos siendo objeto todos los trabajadores en nuestro patrimonio. El gobierno espurio en contubernio con las Afores son los responsables del atraco del siglo” (Alfredo García Marín, alfredo.garciamarin@gmail.com).
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Mullen: promotor de la colombianización
La visita a México del jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Michael Mullen; las reuniones privadas que mantuvo con los titulares de la Secretaría de Marina, Mariano Francisco Saynez, y de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, así como las declaraciones del funcionario durante su estancia en Colombia, donde dijo que las fuerzas armadas mexicanas y estadunidenses deberían actuar mancomunadamente en la lucha contra el narcotráfico, son elementos sumamente alarmantes por cuanto refuerzan las versiones de que Washington prepara el terreno para acordar con el gobierno de Felipe Calderón el despliegue de efectivos militares de la nación vecina en territorio nacional, por vía de una ampliación de la llamada Iniciativa Mérida.
Tales sospechas se ven reforzadas por las declaraciones recientes del secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, de que algunos de los antiguos recelos contra la cooperación entre nuestros ejércitos están siendo superados; por las afirmaciones realizadas por el propio Mullen el mes pasado en el sentido de que el desastroso Plan Colombia debe ser visto como un ejemplo para México, así como por el empeño de algunos sectores de la clase política estadunidense por caracterizar a nuestro país, de manera equívoca y malintencionada, como un Estado fallido.
La situación que se comenta es indicativa de que la llamada guerra contra el narcotráfico, emprendida a inicios de la actual administración, no sólo ha resultado ineficiente para frenar la violencia en el país, sino que ha acabado por colocar a México en una incómoda posición entre Estados Unidos y Colombia, nación cuyo gobierno ha cedido a Washington grandes porciones de su soberanía en el contexto del referido acuerdo de lucha contra los cárteles de la droga. Al día de hoy existen, de hecho, elementos que apuntan a una participación cada vez mayor de efectivos policiales y militares del vecino país en labores de seguridad pública en México, como la presencia de unos 60 agentes de la DEA en territorio nacional, reconocida por el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Carlos Rico Ferrat (La Jornada, 05/03/09), y la asistencia tecnológica otorgada en el marco de la Iniciativa Mérida, lo cual supone un inevitable grado de supeditación de las autoridades mexicanas a las estadunidenses, por lo menos en lo referido a cuestiones operativas y de mantenimiento de los equipos entregados.
La posibilidad de que esta situación se profundice y amplíe, y que se llegue a la abierta participación de marines en tareas de patrullaje, significaría una renuncia inadmisible de la soberanía nacional, una aceptación de la total incapacidad de las autoridades mexicanas por hacer valer la ley y el estado de derecho, y una claudicación del principio que confiere al Estado el monopolio de la fuerza y de la violencia legítima.
Nada garantiza, por lo demás, que la aceptación de la asistencia militar en estos términos desemboque en una alianza estable con Washington, ni mucho menos en un restablecimiento de la legalidad en el país. El grupo gobernante tendría que verse en el espejo de Álvaro Uribe, quien, tras someterse a la aplicación del Plan Colombia, ha tenido que enfrentar las acusaciones de la Casa Blanca y el Capitolio por las sistemáticas violaciones a los derechos humanos registradas en su nación, en episodios muchas veces relacionados con el mencionado programa de cooperación bilateral.
En suma, la presencia de soldados estadunidenses en el territorio nacional, de manera similar a lo ocurrido en el marco del Plan Colombia, implicaría para nuestro país un inaceptable retroceso en materia de seguridad, de soberanía y de vigencia de los derechos humanos, así como una evidente pérdida de capacidad para virar hacia una política de seguridad sensible a los factores sociales –miseria, desigualdad, marginación– que originan y alimentan la proliferación de expresiones delictivas. Por ello, el gobierno mexicano debe rechazar tajantemente la perspectiva de colombianizar el país.
La semana pasada presenté en este espacio una versión sucinta de los planteamientos científicos del doctor François Houtart para una salida ética y razonable de la crisis económica y financiera, habida cuenta de su complejidad, su lógica interna, sus causas y sus efectos perversos y perniciosos para la mayor parte de la humanidad y la naturaleza, si de verdad se quiere aprovechar positivamente la oportunidad que ofrece la circunstancia, cambiar el rumbo de la historia y no recomponer irresponsablemente más de lo mismo.
Con ellos coincidió el 31 de enero pasado la Asamblea de los Movimientos Sociales –única instancia en la que se pueden tomar acuerdos conjuntos en el Foro Social Mundial (FSM)–, en dos documentos que llegaron esta semana a mis manos: una declaración que propone ir a la raíz de los problemas y avanzar lo más rápidamente posible en la construcción de una sociedad basada en la satisfacción de las necesidades sociales, el respeto de los derechos de la naturaleza y la participación popular en un contexto de libertades políticas; y un llamado a construir, igualmente más allá de regulaciones, un nuevo modelo económico y social que ponga las finanzas al servicio de un nuevo sistema democrático, fundado en la satisfacción de todos los derechos humanos, el trabajo decente, la soberanía alimentaria, el respeto del medio ambiente, la diversidad cultural, la economía social y solidaria, y un nuevo concepto de riqueza.
Todo lo cual puede sonar como utópico, pero es el caso que el mundo de hoy requiere urgentemente de utopías, además de que desde hace tiempo existen movimientos y organizaciones que cuentan con propuestas para llevarlo a cabo. Y por ello se apremia en los documentos a las asociaciones, sindicatos y movimientos sociales a converger y crear una fuerza ciudadana a favor de este nuevo modelo.
Como para el doctor Houtart, y muchos otros científicos sociales reconocidos que se dieron cita en el FSM, la crisis financiera es una crisis sistémica e incluso de civilización de nuevo cuño, que viene aparejada con una crisis del orden y las estructuras políticas internacionales –yo, por mi parte, añadiría que también en muchos países, como el nuestro, nacionales–, y se inscribe en un contexto de crisis globales múltiples.
Es una crisis financiera, alimentaria, energética, económica, social, ecológica, migratoria y política, que requiere para su transformación ser considerada específicamente en todas sus expresiones, pero también en su interrelación e integralidad. Sin embargo, en la declaración se denuncia que las medidas hasta ahora adoptadas buscan socializar las pérdidas para asegurar, sin contrapartida real, la supervivencia de un sistema que niega sistemáticamente los derechos de los pueblos, agudiza la opresión de las mujeres, alimenta la xenofobia y el racismo, criminaliza los movimientos sociales y genera violencia.
Por ello, para construir coherentemente ese nuevo modelo, la Asamblea de los Movimientos Sociales pide, entre sus medidas políticas y técnicas, poner a las Naciones Unidas, reformadas y democratizadas, al centro del sistema financiero, ya que el Grupo de los 20 no es un foro legítimo para aportar respuestas adecuadas a la profunda crisis del sistema.
Pide también la puesta en marcha de mecanismos internacionales, permanentes y obligatorios, de control de movimientos de capitales; y, para acabar con la supremacía del dólar y asegurar la estabilidad financiera a escala mundial, pide además el establecimiento de un sistema monetario de reserva, que incluya la creación de monedas de reserva regionales.
Añade que por ser un servicio público garantizado a todos los ciudadanos, la intermediación financiera debe sacarse de los acuerdos de libre comercio y, por el contrario, ha de ponerse en marcha un mecanismo global de control público y ciudadano de las instituciones financieras y los bancos.
Aunque entre sus peticiones incluye la prohibición de fondos especulativos y mercados no regulados, en los que se intercambian productos derivados y otros productos tóxicos fuera del control público, lo cual sería obvio, pide también la erradicación de la especulación de materias primas, empezando por los alimentos y productos energéticos, mediante la puesta en marcha de mecanismos públicos de estabilización de precios.
Incluye igualmente el desmantelamiento de los paraísos fiscales, así como el establecimiento de sanciones a sus usuarios (individuos, compañías, bancos e intermediarios financieros), y la creación de una organización fiscal internacional encargada de detener la competencia y la evasión fiscales.
Como en otras ocasiones, aunque quizás en esta de manera más contundente, el llamado de la Asamblea de los Movimientos Sociales pide también anular la deuda insostenible e ilegítima de los países empobrecidos, y establecer un sistema responsable, democrático y justo de financiamiento soberano, al servicio de un desarrollo equitativo, sostenido y sustentable. Para avanzar en esta dirección, se preparan movilizaciones en todo el mundo del 28 de marzo al 4 de abril.
Ilán Semo: Block de notas
Con ellos coincidió el 31 de enero pasado la Asamblea de los Movimientos Sociales –única instancia en la que se pueden tomar acuerdos conjuntos en el Foro Social Mundial (FSM)–, en dos documentos que llegaron esta semana a mis manos: una declaración que propone ir a la raíz de los problemas y avanzar lo más rápidamente posible en la construcción de una sociedad basada en la satisfacción de las necesidades sociales, el respeto de los derechos de la naturaleza y la participación popular en un contexto de libertades políticas; y un llamado a construir, igualmente más allá de regulaciones, un nuevo modelo económico y social que ponga las finanzas al servicio de un nuevo sistema democrático, fundado en la satisfacción de todos los derechos humanos, el trabajo decente, la soberanía alimentaria, el respeto del medio ambiente, la diversidad cultural, la economía social y solidaria, y un nuevo concepto de riqueza.
Todo lo cual puede sonar como utópico, pero es el caso que el mundo de hoy requiere urgentemente de utopías, además de que desde hace tiempo existen movimientos y organizaciones que cuentan con propuestas para llevarlo a cabo. Y por ello se apremia en los documentos a las asociaciones, sindicatos y movimientos sociales a converger y crear una fuerza ciudadana a favor de este nuevo modelo.
Como para el doctor Houtart, y muchos otros científicos sociales reconocidos que se dieron cita en el FSM, la crisis financiera es una crisis sistémica e incluso de civilización de nuevo cuño, que viene aparejada con una crisis del orden y las estructuras políticas internacionales –yo, por mi parte, añadiría que también en muchos países, como el nuestro, nacionales–, y se inscribe en un contexto de crisis globales múltiples.
Es una crisis financiera, alimentaria, energética, económica, social, ecológica, migratoria y política, que requiere para su transformación ser considerada específicamente en todas sus expresiones, pero también en su interrelación e integralidad. Sin embargo, en la declaración se denuncia que las medidas hasta ahora adoptadas buscan socializar las pérdidas para asegurar, sin contrapartida real, la supervivencia de un sistema que niega sistemáticamente los derechos de los pueblos, agudiza la opresión de las mujeres, alimenta la xenofobia y el racismo, criminaliza los movimientos sociales y genera violencia.
Por ello, para construir coherentemente ese nuevo modelo, la Asamblea de los Movimientos Sociales pide, entre sus medidas políticas y técnicas, poner a las Naciones Unidas, reformadas y democratizadas, al centro del sistema financiero, ya que el Grupo de los 20 no es un foro legítimo para aportar respuestas adecuadas a la profunda crisis del sistema.
Pide también la puesta en marcha de mecanismos internacionales, permanentes y obligatorios, de control de movimientos de capitales; y, para acabar con la supremacía del dólar y asegurar la estabilidad financiera a escala mundial, pide además el establecimiento de un sistema monetario de reserva, que incluya la creación de monedas de reserva regionales.
Añade que por ser un servicio público garantizado a todos los ciudadanos, la intermediación financiera debe sacarse de los acuerdos de libre comercio y, por el contrario, ha de ponerse en marcha un mecanismo global de control público y ciudadano de las instituciones financieras y los bancos.
Aunque entre sus peticiones incluye la prohibición de fondos especulativos y mercados no regulados, en los que se intercambian productos derivados y otros productos tóxicos fuera del control público, lo cual sería obvio, pide también la erradicación de la especulación de materias primas, empezando por los alimentos y productos energéticos, mediante la puesta en marcha de mecanismos públicos de estabilización de precios.
Incluye igualmente el desmantelamiento de los paraísos fiscales, así como el establecimiento de sanciones a sus usuarios (individuos, compañías, bancos e intermediarios financieros), y la creación de una organización fiscal internacional encargada de detener la competencia y la evasión fiscales.
Como en otras ocasiones, aunque quizás en esta de manera más contundente, el llamado de la Asamblea de los Movimientos Sociales pide también anular la deuda insostenible e ilegítima de los países empobrecidos, y establecer un sistema responsable, democrático y justo de financiamiento soberano, al servicio de un desarrollo equitativo, sostenido y sustentable. Para avanzar en esta dirección, se preparan movilizaciones en todo el mundo del 28 de marzo al 4 de abril.
Ilán Semo: Block de notas
Desglobalización. No se había pensado hasta la fecha en la posibilidad de que la globalización misma entrara en crisis. Hasta hoy aparecía como una suerte de numen en automático, una fuerza movida por un deseo casi inabarcable, sin receso posible. Pero como toda realidad social, ha mostrado que también contiene a su antítesis. Si concebimos a las sociedades actuales como un conjunto de redes y circuitos que se acoplan y desacoplan, según la visión que elaboró Manuel Castells, o bien como un cúmulo heterónomo de flujos que se mueven entre diferenciales y que se conectan y desconectan, tal y como lo imaginó Gilles Deleuze hace ya tiempo, desde los años 90 la mayoría de estos flujos había pasado ya a esa esfera sin centro que es el espacio global. Lo convencional era afirmar que ese espacio estaba acotado por la desterritorialización tanto del capital como del signo (léase aproximadamente: la comunicación). Las inversiones y las desinversiones, las salidas y entradas de los flujos monetarios y de información podían transcurrir con una velocidad inaudita. La antigua sentencia de que el capital no tiene patria se había convertido en parte del sentido común, un hábito. En cambio, el trabajo, la fuerza de trabajo, no gozaba de esa libertad. Aunque los años 80 y 90 marcan la época de las mayores migraciones humanas de la era moderna (ahora de la periferia hacia el centro, de México a Estados Unidos, del Cercano Oriente a Europa, de India a Europa y Estados Unidos, etcétera), la velocidad de estos flujos era infinitamente menor a la del dinero y la comunicación. Tanto así que se le veía como una realidad local.
La depresión –después del séptimo desplome bursátil consecutivo que sucedió el día de ayer, ya la podemos llamar acaso depresión– ha revelado que existe otra esfera que es, en su mayor parte, también local: la esfera del consumo. El colapso ha mostrado que en la escena global no existe ningún mecanismo capaz de reanimar las condiciones mínimas de consumo que se requerirían para rencender el sistema.
Degradado y satanizado durante décadas por la retórica monetarista, el Estado ha devenido el único agente viable para enfrentar el colapso. Pero el Estado ha sido –y sigue siendo– un agente estrictamente local, acaso el más local de todos. Y, para decirlo con un eufemismo, sólo vela por los suyos. En términos más escénicos: Obama sólo tiene en mente al mercado de Estados Unidos, Zapatero al de España y los gobernantes chinos al de China. Así que lo que hasta hace unos cuantos meses era un asombroso mercado global articulado por redes precisas y flujos casi automáticos, se ha convertido súbitamente en una estampida de sálvese el que pueda y cada quien vela por lo suyo.
La idea de que la única solución posible es una solución global es seguramente una buena idea. Pero nadie –ni en el G-7 ni en el G-14 ni en el G-20– parece tener la mínima voluntad o disposición para ponerla en práctica. En el encuentro que sostuvieron hace unos días Barack Obama y Gordon Brown se habló de un New Deal global. Al menos la inventiva retórica perdura. Pero nadie sabe hoy qué es ni cómo se cocina eso. Pues no se trata de simples medidas regulatorias que inhiben la autofagia financiera, sino de algo más grave: cómo crear una demanda suplementaria más allá de la casa propia. Y a saber, el Keynes global todavía no ha nacido.
El lado gótico del sistema. Por lo pronto el espectáculo continúa y el capitalismo sigue devorándose a sí mismo. Tal vez es de las pocas afirmaciones que han propiciado un renvío de la teoría de Marx, a la que algunos de sus intérpretes han visto como un relato gótico sobre la sociedad moderna. Al igual que la leyenda del Golem, en la que un ser humano decide crear a otro ser humano que acaba con su creador, la sociedad de mercado se desglobaliza y socava las condiciones que hacen posible su existencia. En esa teoría, lo que los clásicos (Smith, Ricardo, etcétera) llamaron producción de riqueza aparece como producción de la nada (dinero que hace más dinero). Al menos para nuestra generación, la nada ha cobrado el cuerpo de su identidad: dinero que destruye dinero. En el deseo inaudito de la nada, Gilles Deleuze encontró un mecanismo que desembocaba en la esquizofrenia. En el esquizofrénico el deseo no logra posarse en ningún objeto porque el objeto radical del deseo es él mismo. El sistema se ha quedado sin espejos, no tiene otros que lo cuestionen y lo contengan. Esto, por supuesto, en un capitalismo muy distinto al del siglo XIX.
Gustavo Leal F.*: Karam: lo que le aguarda al IMSS
La depresión –después del séptimo desplome bursátil consecutivo que sucedió el día de ayer, ya la podemos llamar acaso depresión– ha revelado que existe otra esfera que es, en su mayor parte, también local: la esfera del consumo. El colapso ha mostrado que en la escena global no existe ningún mecanismo capaz de reanimar las condiciones mínimas de consumo que se requerirían para rencender el sistema.
Degradado y satanizado durante décadas por la retórica monetarista, el Estado ha devenido el único agente viable para enfrentar el colapso. Pero el Estado ha sido –y sigue siendo– un agente estrictamente local, acaso el más local de todos. Y, para decirlo con un eufemismo, sólo vela por los suyos. En términos más escénicos: Obama sólo tiene en mente al mercado de Estados Unidos, Zapatero al de España y los gobernantes chinos al de China. Así que lo que hasta hace unos cuantos meses era un asombroso mercado global articulado por redes precisas y flujos casi automáticos, se ha convertido súbitamente en una estampida de sálvese el que pueda y cada quien vela por lo suyo.
La idea de que la única solución posible es una solución global es seguramente una buena idea. Pero nadie –ni en el G-7 ni en el G-14 ni en el G-20– parece tener la mínima voluntad o disposición para ponerla en práctica. En el encuentro que sostuvieron hace unos días Barack Obama y Gordon Brown se habló de un New Deal global. Al menos la inventiva retórica perdura. Pero nadie sabe hoy qué es ni cómo se cocina eso. Pues no se trata de simples medidas regulatorias que inhiben la autofagia financiera, sino de algo más grave: cómo crear una demanda suplementaria más allá de la casa propia. Y a saber, el Keynes global todavía no ha nacido.
El lado gótico del sistema. Por lo pronto el espectáculo continúa y el capitalismo sigue devorándose a sí mismo. Tal vez es de las pocas afirmaciones que han propiciado un renvío de la teoría de Marx, a la que algunos de sus intérpretes han visto como un relato gótico sobre la sociedad moderna. Al igual que la leyenda del Golem, en la que un ser humano decide crear a otro ser humano que acaba con su creador, la sociedad de mercado se desglobaliza y socava las condiciones que hacen posible su existencia. En esa teoría, lo que los clásicos (Smith, Ricardo, etcétera) llamaron producción de riqueza aparece como producción de la nada (dinero que hace más dinero). Al menos para nuestra generación, la nada ha cobrado el cuerpo de su identidad: dinero que destruye dinero. En el deseo inaudito de la nada, Gilles Deleuze encontró un mecanismo que desembocaba en la esquizofrenia. En el esquizofrénico el deseo no logra posarse en ningún objeto porque el objeto radical del deseo es él mismo. El sistema se ha quedado sin espejos, no tiene otros que lo cuestionen y lo contengan. Esto, por supuesto, en un capitalismo muy distinto al del siglo XIX.
Gustavo Leal F.*: Karam: lo que le aguarda al IMSS
Mientras por saturación, sobredemanda, falta de medicamentos y urgencias deficientes los médicos paraban labores en el Hospital General de Tlaxcala; mientras el titular de los servicios de salud de Puebla revelaba que en su dependencia hay médicos y especialistas con títulos falsos y ofreció examinar ¡7 mil expedientes!, Daniel Karam –el economista entonces designado por Calderón para dosificar (¿electoralmente?) los monumentales recursos del Seguro Popular– confirmaba que, para él, mal enumerar un breviario de metas triunfalistas equivale a responder a los cuestionamientos.
Después de que Alianza Cívica destacara algunas inercias de ese seguro (Enfoque, 1/2/09), el financiero Karam se sintió completamente satisfecho señalando como respuesta que su meta prioritaria (una verdadera hazaña, escribió) es afiliar (que no atender) para dotar de protección financiera a 9 millones de familias en 2008, y llegar a lo que él gusta de calificar de cobertura universal en 2010.
Para Karam, prueba del éxito de lo que, con poca modestia, considera una de las reformas más impactantes de las que se tiene registro es que entre 2004 y 2008 el seguro financió –en las entidades federativas– la contratación de 45 mil médicos, enfermeras y personal auxiliar, cuando sólo el arrojo anual de la carrera de medicina (de las 93 escuelas y facultades que operaban en 2007) supera a nivel nacional los 11 mil egresados.
Un desalentador cuadro del desempleo profesional presentado por la SEP dimensiona los éxitos que entusiasman a Karam. La mayoría de los más de 430 mil jóvenes que egresan anualmente enfrentan dificultades para ocuparse, y cuando lo logran, sirviéndose de redes familiares o sociales, alcanzan percepciones precarias: menos de tres salarios mínimos, sin prestaciones económicas y sin contrato. ¡Como las que presume Karam!
Con un presupuesto de 49 mil millones de pesos –para el año electoral 2009–, Karam reconoce que –en los últimos cuatro años– apenas se gastaron en infraestructura y equipo 2 mil 900 millones de pesos. ¡Lo que le lucirían al IMSS y al ISSSTE esos recursos! Pero para atender lo que realmente enferma y mata a los mexicanos, ese seguro foxista perpetuado por Calderón financió sólo ¡48 mil casos! de padecimientos severos vía su minúsculo pero rimbombante Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos.
Aunque, claro, nada como poner por delante el programa sexenal de su jefe Calderón: el segurito para los recién nacidos (o Seguro Popular petit). Para Karam se trata de un avance significativo sobre el principio de cobertura universal en enfermedades, que cubre 1.8 millones de niños. Además de que una de cada tres familias beneficiarias pertenece a Oportunidades, 78 por ciento de los usuarios recibió 100 por ciento del medicamento prescrito y el 96 por ciento declararon estar muy satisfechos. ¡Un paraíso sanitario!
Pero mientras Karam desgranaba su rosario de éxitos financieros, la realidad del sector salud lo desbordaba.
Doce mil trabajadores de la Secretaría de Salud poblana paraban labores en 660 centros de salud y seis hospitales, exigiendo la destitución del secretario del ramo por no solucionar el desabasto de medicamentos, material básico de curación (gasas, guantes, alcohol, reactivos para pruebas de sangre y vacunas) y equipo, ni la falta de personal.
Mientras la Secretaría de Salud federal reportaba mil 418 casos de dengue en Jalisco, la secretaría local registraba únicamente 634. La directora de Salud Pública estatal no descarta esa información, pero no tuvo el aval de nosotros. Posiblemente sí existen esos casos.
De acuerdo con la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, el Programa Comunidades Saludables no cuenta con criterios precisos para la selección de sus beneficiarios.
Al iniciar 2009 la Comisión Nacional de Protección Social en Salud planeaba elevar en 6.5 por ciento –en promedio– las cuotas familiares del Seguro Popular. Pero el 28 de enero, Karam decidió no elevarlas en este año (electoral) debido a la crisis económica. Simultáneamente se ampliaba la meta de afiliación hacia 2010 incluyendo 682 mil familias más.
Durante la emergencia provocada a finales de 2007 por las lluvias en Tabasco, el Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades presuntamente malversó cerca de 20 millones de pesos destinados a impedir epidemias, en cotizaciones apócrifas, compras innecesarias de automóviles de lujo, deficiencias en los contratos para fumigar barrios y adquisiciones fantasmas de plaguicidas, maquinaria y medicinas.
Pero Germán Martínez, presidente del PAN, diseñó una campaña para la elección de julio de 2009 en la que se promueve directamente el Seguro Popular como una de las acciones del gobierno de Calderón, y hasta cinco de los nueve consejeros del IFE declararon infundada la queja del PRI en contra del PAN por el uso de la palabra seguro popular en su propaganda. Es que, estimaron, los espectaculares del PAN con la leyenda acción es: apoyar la economía de millones de mexicanos con el seguro popular no violan ninguna ley y se inscriben dentro de la propaganda permanente de un partido. Posteriormente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avaló la publicidad blanquiazul.
La misma plataforma electoral del PAN plantea ampliar y fortalecer el Seguro Popular para que se permita brindar un servicio de calidad.
¡Un paraíso sanitario y electoral!, enteramente alejado de la reales necesidades nacionales de salud, pero cabalmente publicitado hasta en la telenovela Un gancho al corazón, de Televisa.
Gracias a Calderón y como antes con Molinar Horcasitas, este paraíso arriba ahora al IMSS: pura continuidad financiera foxista con servicios a peor. ¡Un karamazo electoral!
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
Después de que Alianza Cívica destacara algunas inercias de ese seguro (Enfoque, 1/2/09), el financiero Karam se sintió completamente satisfecho señalando como respuesta que su meta prioritaria (una verdadera hazaña, escribió) es afiliar (que no atender) para dotar de protección financiera a 9 millones de familias en 2008, y llegar a lo que él gusta de calificar de cobertura universal en 2010.
Para Karam, prueba del éxito de lo que, con poca modestia, considera una de las reformas más impactantes de las que se tiene registro es que entre 2004 y 2008 el seguro financió –en las entidades federativas– la contratación de 45 mil médicos, enfermeras y personal auxiliar, cuando sólo el arrojo anual de la carrera de medicina (de las 93 escuelas y facultades que operaban en 2007) supera a nivel nacional los 11 mil egresados.
Un desalentador cuadro del desempleo profesional presentado por la SEP dimensiona los éxitos que entusiasman a Karam. La mayoría de los más de 430 mil jóvenes que egresan anualmente enfrentan dificultades para ocuparse, y cuando lo logran, sirviéndose de redes familiares o sociales, alcanzan percepciones precarias: menos de tres salarios mínimos, sin prestaciones económicas y sin contrato. ¡Como las que presume Karam!
Con un presupuesto de 49 mil millones de pesos –para el año electoral 2009–, Karam reconoce que –en los últimos cuatro años– apenas se gastaron en infraestructura y equipo 2 mil 900 millones de pesos. ¡Lo que le lucirían al IMSS y al ISSSTE esos recursos! Pero para atender lo que realmente enferma y mata a los mexicanos, ese seguro foxista perpetuado por Calderón financió sólo ¡48 mil casos! de padecimientos severos vía su minúsculo pero rimbombante Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos.
Aunque, claro, nada como poner por delante el programa sexenal de su jefe Calderón: el segurito para los recién nacidos (o Seguro Popular petit). Para Karam se trata de un avance significativo sobre el principio de cobertura universal en enfermedades, que cubre 1.8 millones de niños. Además de que una de cada tres familias beneficiarias pertenece a Oportunidades, 78 por ciento de los usuarios recibió 100 por ciento del medicamento prescrito y el 96 por ciento declararon estar muy satisfechos. ¡Un paraíso sanitario!
Pero mientras Karam desgranaba su rosario de éxitos financieros, la realidad del sector salud lo desbordaba.
Doce mil trabajadores de la Secretaría de Salud poblana paraban labores en 660 centros de salud y seis hospitales, exigiendo la destitución del secretario del ramo por no solucionar el desabasto de medicamentos, material básico de curación (gasas, guantes, alcohol, reactivos para pruebas de sangre y vacunas) y equipo, ni la falta de personal.
Mientras la Secretaría de Salud federal reportaba mil 418 casos de dengue en Jalisco, la secretaría local registraba únicamente 634. La directora de Salud Pública estatal no descarta esa información, pero no tuvo el aval de nosotros. Posiblemente sí existen esos casos.
De acuerdo con la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, el Programa Comunidades Saludables no cuenta con criterios precisos para la selección de sus beneficiarios.
Al iniciar 2009 la Comisión Nacional de Protección Social en Salud planeaba elevar en 6.5 por ciento –en promedio– las cuotas familiares del Seguro Popular. Pero el 28 de enero, Karam decidió no elevarlas en este año (electoral) debido a la crisis económica. Simultáneamente se ampliaba la meta de afiliación hacia 2010 incluyendo 682 mil familias más.
Durante la emergencia provocada a finales de 2007 por las lluvias en Tabasco, el Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades presuntamente malversó cerca de 20 millones de pesos destinados a impedir epidemias, en cotizaciones apócrifas, compras innecesarias de automóviles de lujo, deficiencias en los contratos para fumigar barrios y adquisiciones fantasmas de plaguicidas, maquinaria y medicinas.
Pero Germán Martínez, presidente del PAN, diseñó una campaña para la elección de julio de 2009 en la que se promueve directamente el Seguro Popular como una de las acciones del gobierno de Calderón, y hasta cinco de los nueve consejeros del IFE declararon infundada la queja del PRI en contra del PAN por el uso de la palabra seguro popular en su propaganda. Es que, estimaron, los espectaculares del PAN con la leyenda acción es: apoyar la economía de millones de mexicanos con el seguro popular no violan ninguna ley y se inscriben dentro de la propaganda permanente de un partido. Posteriormente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avaló la publicidad blanquiazul.
La misma plataforma electoral del PAN plantea ampliar y fortalecer el Seguro Popular para que se permita brindar un servicio de calidad.
¡Un paraíso sanitario y electoral!, enteramente alejado de la reales necesidades nacionales de salud, pero cabalmente publicitado hasta en la telenovela Un gancho al corazón, de Televisa.
Gracias a Calderón y como antes con Molinar Horcasitas, este paraíso arriba ahora al IMSS: pura continuidad financiera foxista con servicios a peor. ¡Un karamazo electoral!
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
Hugo Aboites*: El Ceneval, ¿órgano constitucional de evaluación?
Gustavo Gordillo: De catarritos a tsunamis
Immanuel Wallerstein: Guadeloupe: oscura clave de la crisis mundial
Bernardo Bátiz V.: Legítima defensa
Michael Schuessler: Alma Reed: fragmentos de un retrato
Mujer y socialismo
Homar Garcés
Argenpress
La inserción de la mujer en los diferentes campos de la vida social contemporánea a escala planetaria ya no sorprende, prácticamente, a nadie, aunque -producto de esa visión etnocéntrica inculcada durante siglos por la llamada civilización cristiana y occidental- todavía se vea relegada y discriminada en muchos de los países asiáticos y africanos, sin excluir algunos pertenecientes a nuestra América.
Sin embargo, los avances en este sentido no han sido producto del azar ni menos de la indulgencia o comprensión de los hombres, sino el resultado de una larga lucha emprendida por las mujeres; unas, en el ámbito laboral; otras, en lo político y en lo social. Todas enlazadas en la lucha común contra lo que podríamos denominar machismo de Estado, respaldado por las jerarquizaciones establecidas, la supremacía económica, el miedo religioso, el autoritarismo, el sexismo, el racismo y la simple negación de la libertad que han padecido -de una u otra forma- las mujeres a través del tiempo.
De la preponderancia femenina absoluta (ginecocracia), expresada en las múltiples imágenes de diosas (Venus) se llegó a una de carácter masculino (patriarcado) generalizado, llegándose al colmo de negarle cualquier derecho a la mujer, incluso el de ser portadora de conocimientos, acusándosele de bruja y sometiéndosele a la hoguera, cuestión que cumplió diligentemente la Iglesia católica. Aún así hubo valiosos intentos por revertir esta situación, como cuando ocurrió la Revolución Francesa, siendo Olympe de Gouge quien escribiera la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791. El alemán August Bebel, un destacado propagandista y teórico del marxismo, fijaría a finales del siglo XIX la consigna básica del feminismo socialista: "no puede haber ninguna liberación de la humanidad sin la independencia social y equiparación de los sexos". Para Marx y Engels, la igualdad política entre la mujer y el hombre era una condición necesaria para la plena emancipación de la sociedad. Además, los fundadores del socialismo científico entendían que la base fundamental de la emancipación femenina era su independencia económica frente al hombre. No obstante, muchos socialistas hombres no compartían en la práctica lo sustentado en la teoría, de ahí que mujeres como Louise Michel, Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo se vieran obligadas a rebatir y a combatir las posiciones machistas de sus camaradas. Todo esto ayudó a darle fisonomía propia al feminismo y a las luchas de las mujeres en procura de sus derechos plenos.
El socialismo revolucionario, sustentado en las tesis teóricas de Marx y Engels, puso al descubierto las raíces del avasallamiento de la mujer, así como su relación con un sistema de producción basado en la propiedad privada y con una sociedad dividida entre una clase rica, poseedora de riquezas, y otra pobre, productora de riquezas.. Más que eso: explicó igualmente cómo la abolición de la propiedad privada suministraría las bases materiales para traspasar a la sociedad todas las responsabilidades sociales que hoy recaen sobre la familia individual, como el cuidado de los niños, de los ancianos, de los enfermos; la alimentación, el vestuario y la educación. De este modo, las mujeres romperían con la servidumbre doméstica y cultivarían colmadamente sus potencialidades como integrantes creativos y productivos de la sociedad, y no sólo destinados a la reproducción humana. Las relaciones humanas, en consecuencia, se transformarían en relaciones libres de personas libres, en estado de igualdad. Esto comenzó a ser posible en la Unión Soviética, establecida en 1917, la cual legisló a favor de la mujer en relación al salario (equiparado al del hombre), al divorcio, a los hijos naturales y a la pensión alimenticia, también fueron suprimidos todos las prerrogativas ligadas a la propiedad que se mantenían en provecho del hombre en el derecho familiar.Ahora que se habla de socialismo, especialmente en nuestra América, es importante acotar que aún se requiere de una crítica al sistema de explotación económica y ambiental que supone el capitalismo, incluyendo las expresiones del feminismo indígena, afrolatinoamericano, lésbico y analítico. Hoy los derechos de la mujer se extienden a su derecho a no sufrir violencia doméstica (de cualquier nivel) ni a ser objeto de juicios morales y religiosos excluyentes por exigir la legalización del aborto, el reconocimiento de las disidencias sexuales y el prevención de métodos anticonceptivos. Sin embargo, no se limitan a éstos nada más, sino que abarcan, incluso, una propuesta política de la autonomía femenina que comienza a generarse en medio de la lucha multitudinaria de nuestros pueblos.
Homar Garcés
Argenpress
La inserción de la mujer en los diferentes campos de la vida social contemporánea a escala planetaria ya no sorprende, prácticamente, a nadie, aunque -producto de esa visión etnocéntrica inculcada durante siglos por la llamada civilización cristiana y occidental- todavía se vea relegada y discriminada en muchos de los países asiáticos y africanos, sin excluir algunos pertenecientes a nuestra América.
Sin embargo, los avances en este sentido no han sido producto del azar ni menos de la indulgencia o comprensión de los hombres, sino el resultado de una larga lucha emprendida por las mujeres; unas, en el ámbito laboral; otras, en lo político y en lo social. Todas enlazadas en la lucha común contra lo que podríamos denominar machismo de Estado, respaldado por las jerarquizaciones establecidas, la supremacía económica, el miedo religioso, el autoritarismo, el sexismo, el racismo y la simple negación de la libertad que han padecido -de una u otra forma- las mujeres a través del tiempo.
De la preponderancia femenina absoluta (ginecocracia), expresada en las múltiples imágenes de diosas (Venus) se llegó a una de carácter masculino (patriarcado) generalizado, llegándose al colmo de negarle cualquier derecho a la mujer, incluso el de ser portadora de conocimientos, acusándosele de bruja y sometiéndosele a la hoguera, cuestión que cumplió diligentemente la Iglesia católica. Aún así hubo valiosos intentos por revertir esta situación, como cuando ocurrió la Revolución Francesa, siendo Olympe de Gouge quien escribiera la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791. El alemán August Bebel, un destacado propagandista y teórico del marxismo, fijaría a finales del siglo XIX la consigna básica del feminismo socialista: "no puede haber ninguna liberación de la humanidad sin la independencia social y equiparación de los sexos". Para Marx y Engels, la igualdad política entre la mujer y el hombre era una condición necesaria para la plena emancipación de la sociedad. Además, los fundadores del socialismo científico entendían que la base fundamental de la emancipación femenina era su independencia económica frente al hombre. No obstante, muchos socialistas hombres no compartían en la práctica lo sustentado en la teoría, de ahí que mujeres como Louise Michel, Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo se vieran obligadas a rebatir y a combatir las posiciones machistas de sus camaradas. Todo esto ayudó a darle fisonomía propia al feminismo y a las luchas de las mujeres en procura de sus derechos plenos.
El socialismo revolucionario, sustentado en las tesis teóricas de Marx y Engels, puso al descubierto las raíces del avasallamiento de la mujer, así como su relación con un sistema de producción basado en la propiedad privada y con una sociedad dividida entre una clase rica, poseedora de riquezas, y otra pobre, productora de riquezas.. Más que eso: explicó igualmente cómo la abolición de la propiedad privada suministraría las bases materiales para traspasar a la sociedad todas las responsabilidades sociales que hoy recaen sobre la familia individual, como el cuidado de los niños, de los ancianos, de los enfermos; la alimentación, el vestuario y la educación. De este modo, las mujeres romperían con la servidumbre doméstica y cultivarían colmadamente sus potencialidades como integrantes creativos y productivos de la sociedad, y no sólo destinados a la reproducción humana. Las relaciones humanas, en consecuencia, se transformarían en relaciones libres de personas libres, en estado de igualdad. Esto comenzó a ser posible en la Unión Soviética, establecida en 1917, la cual legisló a favor de la mujer en relación al salario (equiparado al del hombre), al divorcio, a los hijos naturales y a la pensión alimenticia, también fueron suprimidos todos las prerrogativas ligadas a la propiedad que se mantenían en provecho del hombre en el derecho familiar.Ahora que se habla de socialismo, especialmente en nuestra América, es importante acotar que aún se requiere de una crítica al sistema de explotación económica y ambiental que supone el capitalismo, incluyendo las expresiones del feminismo indígena, afrolatinoamericano, lésbico y analítico. Hoy los derechos de la mujer se extienden a su derecho a no sufrir violencia doméstica (de cualquier nivel) ni a ser objeto de juicios morales y religiosos excluyentes por exigir la legalización del aborto, el reconocimiento de las disidencias sexuales y el prevención de métodos anticonceptivos. Sin embargo, no se limitan a éstos nada más, sino que abarcan, incluso, una propuesta política de la autonomía femenina que comienza a generarse en medio de la lucha multitudinaria de nuestros pueblos.
Raúl Cremoux
¿Viva la crisis?
Vivimos una etapa a la que insistentemente hemos calificado como crítica. La palabra viene de kratos, que conlleva catástrofe y circunstancia; de hecho, se la hemos arrebatado al lenguaje médico para tratar de describir el momento que vivimos. Cuando un doctor emplea esa palabra, señala que la situación del paciente es de tal naturaleza que bien puede superarla o por el contrario perecer.
En nuestro momento, esa crisis financiera, económica, monetaria, es planetaria al igual que la del cambio climático. La conjunción de ambas no puede dejar las cosas iguales. Del mismo modo que se dio un lapso de aproximadamente 80 años entre la alta Edad Media y el Renacimiento, nosotros vivimos ya ese paréntesis de alteración y cambio para entrar a otra era. Con la diferencia de que no ocupará ocho decenios sino que será considerablemente más rápido el advenimiento a la otra etapa.
Los primeros destellos ya están a la vista y se perfilan sobre todo entre la juventud. Un muchacho de 22 años publicó recientemente en cuatro diarios europeos un ensayo titulado “¡Viva la crisis!”. En su texto advierte que la bancarrota de las grandes armadoras de autos como Ford, Chrysler y General Motors debiera ser bien vista y celebrada. Los autos son el segundo gran contaminante en el planeta y, como tales, debieran erradicarse y sustituirse por lo que debieran ser los “empleos verdes”. Con ello se daría trabajo a quienes lo han perdido y el aire ganaría en limpieza.
Con igual visión, investigadores médicos ya están creando diferentes medicinas que eliminan los efectos secundarios en tres ramas fundamentales de la salud, resultan mucho más baratas y generan empleos bien pagados y de gran creatividad. No es gratuito que tanto en EU como en Europa se destinen importantes recursos a las nuevas formas de energía, lo mismo solar que eólica, maremotriz o nuclear. Con todo esto se nos dice que el regreso de la crisis no volverá a ser igual que lo era antes.
No sería de extrañar que 2008 fuese considerado como el momento detonante que abrió paso a nuevas realidades. Se dirá, y con razón, que mientras tanto pasaremos por ver legiones de seres humanos que al perder sus trabajos caerán en pobreza y desesperación. Ello contribuirá a una franja de delitos y violencia, así como al achicamiento del progreso material y a una buena dosis de desesperanza. Al así ocurrir, justamente estamos en la parte crítica en la que algo nuestro va a entrar en catástrofe y finalmente perecer para dar lugar a una nueva circunstancia, a algo nuevo y desconocido.
En el umbral de esa puerta están las predicciones de investigadores como Michio Kaku con su libro Visions, en el que describe cómo la ciencia va a revolucionar este siglo. No menos importantes son las publicaciones de Jacques Attali en las que perfila el nuevo orden político y social que puede desarrollarse. Está también la participación de Taichi Sakaiya, quien avisora el reinado del conocimiento y los estilos de vida futuros. Y a todo esto, ya se había adelantado Vivianne Forrestier con su legado, El horror económico, y hasta las predicciones del banquero George Soros cuando señala la transformación que tendrá el capitalismo.
Estamos, pues, en pleno crujir de dientes y rechinar de vísceras tal y como lo describe Alexandre Adler en su Odisea americana, recientemente publicada por Grasset. Por supuesto, a nadie le gusta lo desconocido, incluso provoca incertidumbre y temor. No obstante, debemos abrir bien los ojos y el entendimiento pues la nueva era ya comenzó.
cremouxra@hotmail.com
Escritor y periodista
En nuestro momento, esa crisis financiera, económica, monetaria, es planetaria al igual que la del cambio climático. La conjunción de ambas no puede dejar las cosas iguales. Del mismo modo que se dio un lapso de aproximadamente 80 años entre la alta Edad Media y el Renacimiento, nosotros vivimos ya ese paréntesis de alteración y cambio para entrar a otra era. Con la diferencia de que no ocupará ocho decenios sino que será considerablemente más rápido el advenimiento a la otra etapa.
Los primeros destellos ya están a la vista y se perfilan sobre todo entre la juventud. Un muchacho de 22 años publicó recientemente en cuatro diarios europeos un ensayo titulado “¡Viva la crisis!”. En su texto advierte que la bancarrota de las grandes armadoras de autos como Ford, Chrysler y General Motors debiera ser bien vista y celebrada. Los autos son el segundo gran contaminante en el planeta y, como tales, debieran erradicarse y sustituirse por lo que debieran ser los “empleos verdes”. Con ello se daría trabajo a quienes lo han perdido y el aire ganaría en limpieza.
Con igual visión, investigadores médicos ya están creando diferentes medicinas que eliminan los efectos secundarios en tres ramas fundamentales de la salud, resultan mucho más baratas y generan empleos bien pagados y de gran creatividad. No es gratuito que tanto en EU como en Europa se destinen importantes recursos a las nuevas formas de energía, lo mismo solar que eólica, maremotriz o nuclear. Con todo esto se nos dice que el regreso de la crisis no volverá a ser igual que lo era antes.
No sería de extrañar que 2008 fuese considerado como el momento detonante que abrió paso a nuevas realidades. Se dirá, y con razón, que mientras tanto pasaremos por ver legiones de seres humanos que al perder sus trabajos caerán en pobreza y desesperación. Ello contribuirá a una franja de delitos y violencia, así como al achicamiento del progreso material y a una buena dosis de desesperanza. Al así ocurrir, justamente estamos en la parte crítica en la que algo nuestro va a entrar en catástrofe y finalmente perecer para dar lugar a una nueva circunstancia, a algo nuevo y desconocido.
En el umbral de esa puerta están las predicciones de investigadores como Michio Kaku con su libro Visions, en el que describe cómo la ciencia va a revolucionar este siglo. No menos importantes son las publicaciones de Jacques Attali en las que perfila el nuevo orden político y social que puede desarrollarse. Está también la participación de Taichi Sakaiya, quien avisora el reinado del conocimiento y los estilos de vida futuros. Y a todo esto, ya se había adelantado Vivianne Forrestier con su legado, El horror económico, y hasta las predicciones del banquero George Soros cuando señala la transformación que tendrá el capitalismo.
Estamos, pues, en pleno crujir de dientes y rechinar de vísceras tal y como lo describe Alexandre Adler en su Odisea americana, recientemente publicada por Grasset. Por supuesto, a nadie le gusta lo desconocido, incluso provoca incertidumbre y temor. No obstante, debemos abrir bien los ojos y el entendimiento pues la nueva era ya comenzó.
cremouxra@hotmail.com
Escritor y periodista
Juan Francisco Escobedo
Órganos colegiados vulnerables
El modelo de integración colegiada de los organismos públicos que toman decisiones precedidas de deliberaciones surgió como alternativa a la propensión despótica del poder concentrado en una sola persona.
El carácter omnipresente y potencialmente excesivo de quienes ejercen funciones sin tener que realizar consultas previas ni librar debates, que históricamente ha caracterizado a los órganos ejecutivos, teóricamente quedó conjurado con el diseño de los organismos colegiados de viejo y nuevo tipo, como la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral y el IFE.
Pero después de un tiempo en el que afloraron sus virtudes, éstas han empezado a quedar eclipsadas por sus deficiencias. Dos son los problemas más relevantes que la sociología contemporánea encuentra en el funcionamiento de los órganos colegiados.
El primer problema tiene que ver con el desarrollo del llamado “espíritu de cuerpo”, y el segundo, con la vulnerabilidad ante la tendencia oligárquica que inevitablemente se desarrolla en el interior de todo organismo público de ese tipo.
Pongamos por caso el IFE. El espíritu que justificó la transformación del IFE en un órgano colegiado autónomo y ciudadanizado se encuentra en riesgo.
Porque la autonomía de la voluntad y la prestancia personal y profesional que permitió a los consejeros colocarse en el punto adecuado, por ser elegidos como tales, en no pocas ocasiones han terminado por sucumbir ante la lógica de funcionamiento del organismo como cuerpo colegiado, que impone el imperativo de persistir a cualquier costo.
En ese contexto, los consejeros suelen dejar de buscar la preservación de la autonomía relativa respecto de los intereses parciales de los actores políticos, para convertirse, incluso a su pesar, en simples operadores de los intereses de los partidos políticos y de los poderes fácticos.
La búsqueda previa de los votos y las alianzas, aun antes de valorar los argumentos que motivan las resoluciones, así como la protección de los incentivos extraordinarios que se reciben en esa institución del Estado mexicano constituyen los resortes más importantes del trabajo de los consejeros electorales. Nadie aprende en cabeza ajena.
No es un problema exclusivo de los nuevos o de los viejos consejeros. Es un problema que se alimenta de múltiples factores, entre los que destacan el diseño institucional y la enorme cauda de funciones que se le han echado encima, sin que estructural y funcionalmente se encuentre preparado para ello.
El trasiego de los días hace olvidar las convicciones y debilita los valores. La prisa y las presiones le otorgan preeminencia al cuerpo por encima de las razones, de los problemas y de los efectos no deseados de las decisiones que toma como órgano colegiado.
¿Quién limita el extravío de un órgano colegiado? ¿Quién puede garantizar la recuperación del compromiso democrático? Más allá de las diatribas y de las respuestas insulsas, ¿dónde está la ética, la de la convicción y de la responsabilidad, para decirlo en los términos de Max Weber?
Los poderes públicos encuentran sus límites en el control legislativo, en el control de la legalidad, en la transparencia y la rendición de cuentas. Pero, ¿quién limita y le da perspectiva democrática a las decisiones del IFE?
Apenas empezaba a quedar atrás el primer escándalo, cuando la tendencia oligárquica se coló entre los nuevos consejeros que, ajenos al mundo de la vida, decidieron actuar como corporación y no como organismo público al servicio de la democracia.
Es preciso recuperar el espíritu autónomo, arbitral y garantista de los derechos de los ciudadanos, que justificó la creación y desarrollo del IFE y que lo caracterizó durante alguna época.
El país necesita un árbitro electoral. No hay tiempo para crear uno nuevo ni para darle ese papel a otro ente público. Nadie gana con el descrédito. Pero un poco de prudencia y de altura de miras les vendría bien para recuperar la senda extraviada. Eso es lo que exigimos los ciudadanos. Ni más ni menos.
Doctor en Ciencia Política y Sociología
El carácter omnipresente y potencialmente excesivo de quienes ejercen funciones sin tener que realizar consultas previas ni librar debates, que históricamente ha caracterizado a los órganos ejecutivos, teóricamente quedó conjurado con el diseño de los organismos colegiados de viejo y nuevo tipo, como la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral y el IFE.
Pero después de un tiempo en el que afloraron sus virtudes, éstas han empezado a quedar eclipsadas por sus deficiencias. Dos son los problemas más relevantes que la sociología contemporánea encuentra en el funcionamiento de los órganos colegiados.
El primer problema tiene que ver con el desarrollo del llamado “espíritu de cuerpo”, y el segundo, con la vulnerabilidad ante la tendencia oligárquica que inevitablemente se desarrolla en el interior de todo organismo público de ese tipo.
Pongamos por caso el IFE. El espíritu que justificó la transformación del IFE en un órgano colegiado autónomo y ciudadanizado se encuentra en riesgo.
Porque la autonomía de la voluntad y la prestancia personal y profesional que permitió a los consejeros colocarse en el punto adecuado, por ser elegidos como tales, en no pocas ocasiones han terminado por sucumbir ante la lógica de funcionamiento del organismo como cuerpo colegiado, que impone el imperativo de persistir a cualquier costo.
En ese contexto, los consejeros suelen dejar de buscar la preservación de la autonomía relativa respecto de los intereses parciales de los actores políticos, para convertirse, incluso a su pesar, en simples operadores de los intereses de los partidos políticos y de los poderes fácticos.
La búsqueda previa de los votos y las alianzas, aun antes de valorar los argumentos que motivan las resoluciones, así como la protección de los incentivos extraordinarios que se reciben en esa institución del Estado mexicano constituyen los resortes más importantes del trabajo de los consejeros electorales. Nadie aprende en cabeza ajena.
No es un problema exclusivo de los nuevos o de los viejos consejeros. Es un problema que se alimenta de múltiples factores, entre los que destacan el diseño institucional y la enorme cauda de funciones que se le han echado encima, sin que estructural y funcionalmente se encuentre preparado para ello.
El trasiego de los días hace olvidar las convicciones y debilita los valores. La prisa y las presiones le otorgan preeminencia al cuerpo por encima de las razones, de los problemas y de los efectos no deseados de las decisiones que toma como órgano colegiado.
¿Quién limita el extravío de un órgano colegiado? ¿Quién puede garantizar la recuperación del compromiso democrático? Más allá de las diatribas y de las respuestas insulsas, ¿dónde está la ética, la de la convicción y de la responsabilidad, para decirlo en los términos de Max Weber?
Los poderes públicos encuentran sus límites en el control legislativo, en el control de la legalidad, en la transparencia y la rendición de cuentas. Pero, ¿quién limita y le da perspectiva democrática a las decisiones del IFE?
Apenas empezaba a quedar atrás el primer escándalo, cuando la tendencia oligárquica se coló entre los nuevos consejeros que, ajenos al mundo de la vida, decidieron actuar como corporación y no como organismo público al servicio de la democracia.
Es preciso recuperar el espíritu autónomo, arbitral y garantista de los derechos de los ciudadanos, que justificó la creación y desarrollo del IFE y que lo caracterizó durante alguna época.
El país necesita un árbitro electoral. No hay tiempo para crear uno nuevo ni para darle ese papel a otro ente público. Nadie gana con el descrédito. Pero un poco de prudencia y de altura de miras les vendría bien para recuperar la senda extraviada. Eso es lo que exigimos los ciudadanos. Ni más ni menos.
Doctor en Ciencia Política y Sociología
Jesús González Schmal
El tren sin pasajeros
A raíz de la privatización de los Ferrocarriles Nacionales de México en el zedillismo (1994-2000), el transporte ferroviario suprimió el servicio de pasajeros en primera y segunda clase. Este que fue el medio más popular —por económico— en las enormes distancias del norte de la República ya no existe, la gente se queda encerrada en sus pueblos y rancherías con las mercaderías y productos que cultivaba para ir a venderlos a otros lugares y traer lo que de allá le ofrecían.
En el noreste de la República, el afortunado concesionario de las vías, estaciones, equipos, derechos e infraestructura en general lo es la empresa estadounidense Kansas City Southern que, de suyo, es la extensión al sur de su extensa red en Estados Unidos.
A nadie consultaron si se podía dejar sin transportación humana a millones de mexicanos radicados en la cuarta parte del territorio nacional; simple y llanamente cancelaron el servicio porque los miles y miles de kilómetros de rieles se necesitaban para arrastrar los containers de las zonas maquiladoras de la región y cobrar los fletes correspondientes.
Eso no lo podía haber hecho Ferrocarriles Nacionales para hacer rentable el negocio, porque tenía una responsabilidad social que cumplir con el traslado humano, pero por la vía de la privatización quedó resuelto y millones de campesinos, cada día más pobres y en silencio, están resignados a que la red ferroviaria que tantos sacrificios costó hacer a los mexicanos ya no volverá a proporcionarles servicio alguno.
Pero junto con este despojo, Kansas City Southern quiere ahora demoler las estaciones que cumplieron esa misión y que son testimonios invaluables de acontecimientos históricos casi todos relacionados con la Revolución de 1910 y que, evidentemente, los habitantes de los sitios donde acontecieron los consideran parte de su identidad.
Es el caso nada menos que de la estación de Ramos Arizpe, Coahuila, que Kansas City Southern se aprestaba a demoler si no es porque los vecinos de este “Valle de las Labores” —donde nació el padre del federalismo y donde Venustiano Carranza firmó el Plan de Guadalupe y organizó al ejército constituyente— se opusieron y encontraron que el Instituto Nacional de Bellas Artes lo tiene registrado en el patrimonio histórico del país, con lo que puede impedir la consumación del latrocinio.
Así, los títulos de concesión ferroviaria a particulares, que debían ser supervisados en su cumplimiento por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, resultaron igual que las concesiones aeroportuarias a los españoles en el Pacífico de la República, verdaderas patentes de corzo que les permiten disponer, sin dar cuenta a nadie, de una infraestructura costosísima de servicios de transportación que pagó el pueblo y que hoy sólo sirve para generar ganancias a grupos privilegiados.
Profesor en la Facultad de Derecho de la UNAM
En el noreste de la República, el afortunado concesionario de las vías, estaciones, equipos, derechos e infraestructura en general lo es la empresa estadounidense Kansas City Southern que, de suyo, es la extensión al sur de su extensa red en Estados Unidos.
A nadie consultaron si se podía dejar sin transportación humana a millones de mexicanos radicados en la cuarta parte del territorio nacional; simple y llanamente cancelaron el servicio porque los miles y miles de kilómetros de rieles se necesitaban para arrastrar los containers de las zonas maquiladoras de la región y cobrar los fletes correspondientes.
Eso no lo podía haber hecho Ferrocarriles Nacionales para hacer rentable el negocio, porque tenía una responsabilidad social que cumplir con el traslado humano, pero por la vía de la privatización quedó resuelto y millones de campesinos, cada día más pobres y en silencio, están resignados a que la red ferroviaria que tantos sacrificios costó hacer a los mexicanos ya no volverá a proporcionarles servicio alguno.
Pero junto con este despojo, Kansas City Southern quiere ahora demoler las estaciones que cumplieron esa misión y que son testimonios invaluables de acontecimientos históricos casi todos relacionados con la Revolución de 1910 y que, evidentemente, los habitantes de los sitios donde acontecieron los consideran parte de su identidad.
Es el caso nada menos que de la estación de Ramos Arizpe, Coahuila, que Kansas City Southern se aprestaba a demoler si no es porque los vecinos de este “Valle de las Labores” —donde nació el padre del federalismo y donde Venustiano Carranza firmó el Plan de Guadalupe y organizó al ejército constituyente— se opusieron y encontraron que el Instituto Nacional de Bellas Artes lo tiene registrado en el patrimonio histórico del país, con lo que puede impedir la consumación del latrocinio.
Así, los títulos de concesión ferroviaria a particulares, que debían ser supervisados en su cumplimiento por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, resultaron igual que las concesiones aeroportuarias a los españoles en el Pacífico de la República, verdaderas patentes de corzo que les permiten disponer, sin dar cuenta a nadie, de una infraestructura costosísima de servicios de transportación que pagó el pueblo y que hoy sólo sirve para generar ganancias a grupos privilegiados.
Profesor en la Facultad de Derecho de la UNAM
Gerardo Unzueta
Cuates y cuotas
De repente encontré una anormalidad: con mi experiencia como diputado federal y subsecretario de Coordinación Legislativa del PRD: tropecé con una iniciativa de la Presidencia de la República que se manejó de manera furtiva, subrepticia, durante nueve meses, contra el acostumbrado servilismo, la prisa, la justificación propagandística y, desde luego, la aprobación ya sin dilaciones.
Aunque durante 17 años nadie se preocupó en México de las consecuencias de la convención de la ONU sobre armas químicas (1991), a principios del año pasado en Los Pinos “se les prendió el foco”: emitir una norma para otorgar permisos a particulares “para el uso y transportación de las sustancias químicas susceptibles de desvío para la fabricación de armas químicas”. En los pasillos de ambas cámaras, la iniciativa circuló subrepticiamente, ocultándola a la Secretaría de la Defensa, que ya realiza esas tareas. Las comisiones de Defensa en el Senado y la cámara nada supieron.
Dada la peligrosidad de las armas químicas, la circulación de tales sustancias exige extremados cuidados; hay que recordar el escándalo cuando se supuso que tales armas podrían usarse como respuesta de los pueblos agredidos a la demencial política de Bush, tras lo cual una convención determinó su prohibición.
Hay preguntas: la ley aprobada por el Senado en diciembre, a la que los diputados “dieron su aval sin dilación, pero marcado por reclamos” (EL UNIVERSAL 25/02/08), ¿establece las garantías indispensables o es sólo la apertura de un gran, corrupto, negocio? ¿Es el reparto por cuotas entre cuates? El secreto está en el cabildeo durante los oscuros meses de marzo a diciembre, que debió asegurar los votos del PRI y de su adlátere verde para arrebatar a Sedena el uso y transportación de las sustancias químicas y pasarlo a la jurisdicción de un aparato civil, el Cisen, dependiente de Gobernación, quizá para entregarlos a la familia Mouriño, experta en esos usos y transportes.
Mas para ello sería preciso que en ese aparato hubiera una dependencia sujeta sólo al gran poder, y se inventó una Dirección Nacional dentro del Cisen que ejerciera tal control. Hacía falta, entonces, un operador capaz de actuar bajo la disciplina de “coopelas o cuello” (opus del secretario del Trabajo). Apareció entre los “facilitadores” de la importación de seudoefedrina a cargo de Zhenli Ye Gon y de los hijastros de Vicente Fox. Fue, es, el señor Jesús Mao Cervantes, ejecutivo de la Administración General de Aduanas hasta julio de 2007, y poco después titular de aquella dirección situada fuera de la ley. Ese señor se prestaría a cualquier enjuague, pues necesita protección: lo buscan autoridades venezolanas y la Interpol (con oficinas en Gobernación), acusado de un fraude a 14 mil personas por 67 mil millones de bolívares.
Un proyecto tan bien urdido y consensuado no podía fallar: se abría una veta de negocios multimillonarios. Pero he aquí que en la Cámara de Diputados no sólo hay panistas, priístas y verdes, sino también diputados dispuestos a impedir esos corruptos procederes: PRD, PT y Convergencia. Esos diputados hicieron la denuncia y la sostuvieron con energía. Se destacó en ello el diputado perredista Alfonso Suárez del Real.
Eso sucedió y aunque la ley fue finalmente aprobada por las mayorías del PAN y del PRI, ante la opinión pública quedó grabado un cartel que los diputados opositores desplegaron durante la sesión del día 24: “¡No al negocio del Cisen con sustancias químicas!”.
Analista político, miembro del PRD
No hay comentarios.:
Publicar un comentario