3/05/2009

De “cuates y de cuotas”


Teodoro Rentería Arróyave

(especial para ARGENPRESS.info)

La reorganización o movimientos en el Gabinete Presidencial, el quinto a nivel de secretarios de despacho que no de Estado; en esta ocasión fueron despidos muy anunciados, que no renuncias, como se quisieron hacer aparecer.Ningún Presidente de la República, jefe de Estado o de Gobierno puede mantener en su administración a sujetos que se han exhibido, uno con grabaciones que dio a conocer un amorío despachado y una subalterna que se sintió amedrentada y desplazado y otro que fue acusado mil veces de viajar al extranjero a todo lujo en lugar de atender las responsabilidades de su alto cargo.

De ahí, precisamente, que el presidente Felipe Calderón Hinojosa aceptará las respectivas “renuncias” de Luis Téllez Kuenzler como secretario de Comunicaciones y Transportes, SCT y de Sergio Vela como director del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, CONACULTA.

En reemplazo nombró como nuevo secretario de la SCT a Juan Molinar Horcasitas, quien venía fungiendo como Director del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, y a Consuelo Sáizar Guerrero como flamante directora de CONACULTA, que a su vez ocupaba el la titularidad del Fondo de Cultura Económica, la principal editorial del Estado Mexicano.Como consecuencia, el presidente Calderón Hinojosa tuvo que realizar otros movimientos y nombramientos: Daniel Karam, quien estaba al frente del Programa del Seguro Popular es el nuevo titular del IMSS.

El Ejecutivo federal confirmó también la llegada de Gerónimo Gutiérrez a la subsecretaría de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, en sustitución de Abraham González, quien se postula a una diputación federal.Enseguida vinieron los despropósitos o comentarios desproporcionados: “Era necesario” cambiar a Téllez Kuenzler, reconoció el dirigente del Partido Acción Nacional, Germán Martínez Cázares, “porque ahora sí, un verdadero panista llega a la titularidad de la SCT.Y el presidente del Senado de la República, el también panista, Gustavo Madero Muñoz aseguró, sin el menor asomo de rubor que “el gobierno del presidente Calderón es de cuates –pero eso sí-, muy capaces".

No fueron lejos por la respuesta: una verdadera catarata de opiniones refutaron con argumentos la declaracionitis blanquiazul que se puede resumir en el certero dardo del legislador priista y presidente de la Junta de Gobierno del Senado de la República, la cual fue determinante:

Los gobiernos no deben ser de "cuates o de cuotas", es desde luego un revire del priísta Beltrones, al criticar los cambios en el Gabinete y, obvio, a las expresiones de desproporcionado júbilo de los panistas. Seguramente el presidente Calderón llamara a sus correligionarios para espetarles aquel dicho de la filosofía popular, ahora en plural: “No me defiendan compadres”.

“Culpables los periodistas”

Ahora resulta, según la visión estrecha del procurador general de la República, Eduardo Medina Mora Icaza, que los periodistas, por divulgar la verdad de los hechos, son generadores de la violencia que ha desatado en forma por demás incontenible el crimen organizado.

La posición del titular de la Procuraduría General de la República no es nueva y mucho menos original; de cuando en cuando es utilizada por gobernantes y funcionarios anhelantes de regímenes dictatoriales, como el recién fenecido George W. Bush, quien en su paranoica lucha contra el “terrorismo”, violó todo genero de derechos y conculcó libertades, fundamentalmente las de prensa y expresión.La delincuencia organizada utiliza a los medios de comunicación para difundir sus supuestos triunfos, amedrentar a la población y fortalecerse, acusó, sin el menor rubor, el titular de la Procuraduría General de la República, Eduardo Medina Mora Icaza, quien llamó a los medios a no trivializar la lucha contra el narcotráfico.

Así se expresó el funcionario al participar en el foro “La Responsabilidad de los Medios de Comunicación Ante la Lucha Contra la Delincuencia Organizada”, convocado por el Instituto Nacional de Ciencias Penales, Inacipe, quien además exhortó a los comunicadores a valorar el fenómeno de la violencia en el país como indicador de la lucha contra la delincuencia organizada y no como una debilidad de las autoridades. Es decir, una especie de ley mordaza.Medina Mora, que en algún tiempo se dijo amigo de los periodistas, ignora, seguramente por las deficiencias tanto de su Subprocuraduría de Derechos Humanos y su dependiente seudo Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Contra Periodistas y Medios de Comunicación, que los informadores son blanco preferido del caos existente.

Para su conocimiento, o simplemente para recordarle, en los ocho años tres meses que sirve a los gobiernos panistas de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, han sido asesinados 55 periodistas y nueve se mantienen desparecidos -en sólo un mes, febrero, fueron muertos tres informadores-, y todos estos crímenes, exacto, por la negligencia de la procuración de justicia, yacen en la más absoluta y vergonzante impunidad.

Medina Mora no tuvo que esperar mucho tiempo para recibir las respuestas correspondientes ante su desproporcionada crítica y absurdo exhorto de cubrir con telas de humo la realidad del país; participantes en el mismo foro, la legisladora y periodista, Beatriz Pagés Rebollar, afirmó que el gobierno tiene perdida la guerra mediática, y tal vez la militar, frente al poderío que representa el crimen organizado, si no cambia de estrategia.

Por su parte, el también colega José Fonseca, destacó que no es una decisión radical de los medios de comunicación ni de los periodistas difundir actos de violencia de la criminalidad, pues son una realidad irrefutable, además de que son hechos que la sociedad mexicana en general reclama conocer, porque forman parte de su contexto social.

Los periodistas y sus medios, señor procurador, no son culpables de la al parecer incontenible violencia; los periodistas y sus medios no hacen las noticias, sólo las divulgan por duras y crueles que sean; negarle al pueblo la verdad de los hechos sería traicionarlo; entonces sí, el informador sería culpable y cómplice de la violencia, del desorden y de los errores de gobierno.Los abusos del poder y todo acto criminal, provenga de donde provenga, terminan precisamente porque el periodista los difunde.

Usted encárguese de hacer eficiente la procuración de justicia, que ese es su cometido y compromiso y deje a los periodista la difícil y peligrosa tarea de cumplirle a la sociedad con su derecho a estar informada. Las libertades de expresión y prensa son, procurador, derechos inalienables.

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