11/17/2018

El éxodo centroamericano: una población en busca de refugio


Por: Carmen R. Ponce Meléndez*


El pasado 19 de octubre ingresó al país un numeroso grupo de personas. Se les llamó “caravana de migrantes” cuando en realidad es un éxodo, una diáspora de centroamericanos, fundamentalmente hondureños, en busca de refugio. Expulsados por la violencia, acompañada de una pobreza recrudecida por las pésimos políticas neoliberales de sus gobiernos, todos represores.
La población en éxodo también se compone de mujeres de todas las edades con sus hijos, algunas en el vientre, no se sabe el número exacto pero fácilmente conforman 40 por ciento de las personas migrantes.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en el éxodo que se desplaza por territorio mexicano hay alrededor de 2 mil 300 niñas y niños a quienes su edad los hace muy vulnerables de ser víctimas de violencia, trata de personas y abuso sexual. Por ello, el llamado de Unicef México es brindarles ayuda humanitaria y no discriminarlos.
La cifra subió a 2 mil 301  porque el pasado 2 de noviembre nació una niña, se llama Alison Guadalupe. Es mexicana y ciudadana del mundo, su mamá ha caminado desde Guatemala con nueve meses de embarazo, huyendo de la pobreza y para buscarle una mejor vida. Son mujeres guerreras.
México es un país firmante de la Convención sobre los Derechos del Niño. Como tal, esta Convención lo hace responsable de proteger los derechos de la niñez en territorio nacional. Así que la protección de esa niñez migrante es responsabilidad del Estado en su conjunto. Uno de cada tres migrantes es niña o niño.
Son aproximadamente siete mil trecientas personas que transitan por México en dirección a la frontera norte, aunque no descartan la posibilidad de quedarse aquí. México ya no sólo es un país expulsor y de tránsito, sino que también es un país de destino.

CAUSAS DEL ÉXODO

En el último año la energía eléctrica aumentó 40 por ciento; el transporte  urbano 100 por ciento; 35 por ciento del territorio está concesionado para minería o megaproyectos; y la violencia es seis veces más muertes que el promedio mundial; no hay empleo y los sueldos son miserables. San Pedro Sula y Tegucigalpa son un infierno.
El Presidente Juan Orlando Hernández ganó en unas elecciones fraudulentas donde la oposición fue reprimida en forma muy  agresiva. Además se ha reelegido, pese a que la Constitución del país lo prohíbe. En 2009 hubo un golpe de Estado contra el Presidente Zelaya con la intervención y bendición de Hillary Clinton, entonces Secretaria de Estado de Estados Unidos.
Sin temor a equivocarse, bien podría decirse que estas condiciones también existen en Guatemala y el Salvador.

Cuando el éxodo ingresó al país, las redes sociales se inundaron de posiciones xenofóbicas, discriminatorias y racistas, podríamos decir clasistas, porque buena parte de ese rechazo es porque son personas muy pobres, pasando por alto que se estaban viendo en un espejo ya que así son las personas migrantes de nuestro país que viajan a Estados Unidos, también expulsados por la pobreza y el desempleo.
Se habla de una crisis humanitaria y con razón. Para empezar enfrentan una campaña mediática que enfatiza, con paranoia, que son siete mil “invasores”, como si fueran una enorme multitud.
Dimensionando, en realidad equivale más o menos al 46 por ciento  del total de quienes presenciaron el desfile del día de muertos el pasado 27 de octubre en la Ciudad de México; o apenas 8 por ciento de la capacidad total del Estadio Azteca. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, menos del 1 por ciento de la población total del país, son extranjeros. (Datos de Imumi).
En su recorrido también han enfrentado la discriminación porque cuando llegan a una población cierran los comercios y las escuelas, y han recibido agresiones verbales de algunas personas; aunque en muchos lugares se les ha brindado apoyo con atención médica, alimentos y alguna protección. Los acompaña “Médicos sin Fronteras” y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pero sus condiciones son muy precarias, ya vienen enfermos y desfallecidos y todavía falta mucho camino.

EL GOBIERNO FRENTE A ESTA CRISIS HUMANITARIA

El informe de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) detalla que México fue el país que más centroamericanos expulsó: 51.2 por ciento del total, seguido de Estados Unidos con 48.4 por ciento. En una palabra, en los últimos años aquí se expulsa más migrantes que en los Estados Unidos; en eso consiste la política migratoria del gobierno de México, se le hace el trabajo sucio a Estados Unidos.
Este gobierno (el mexicano) está sometido a las órdenes y voluntad de Donald Trump y tal parece que su intención es poner un muro en la frontera sur de México. Lo peor es que no sólo se les expulsa, tambi que hacer una verdadera limpieza ncia de los mo s da a los y las migrantes es terrible, m el narco, pero no los entregan gratisén se les criminaliza, extorsiona, roba y secuestra.
El Instituto Nacional de Migración (INM) es partícipe de todo esto, es sabido que ellos entregan a las y los migrantes con el crimen organizado y el narco, pero no los entregan gratis, en realidad los venden, les dicen “pollos”, porque utilizan los servicios de los “polleros”.
Los centros del INM están en condiciones deplorables y el trato que se les da a quienes migran es terrible, más que centros de atención a migrantes son centros de detención, cárceles.
El nombramiento del Doctor Tonatiuh Guillén como director del INM para el próximo gobierno es una luz en el túnel. No sólo es experto en el tema, también es una persona honesta (a diferencia de los últimos directores); sin embargo su tarea no será fácil pues tendrá que hacer una verdadera limpieza de esta institución y lograr que las y los migrantes confíen en el nuevo INM, creando verdaderos centros de atención a sus necesidades ingentes.

La propuesta de EPN para que quienes forman parte del éxodo acudan al INM y pidan ingresar al país legalmente para ver si son considerados con una visa temporal con la condición de que se queden en Oaxaca o Chiapas, fue rechazada por las personas migrantes y con justa razón: es una propuesta mezquina y absurda. Es una trampa para deportarlos
Por una parte saben que no pueden ni deben confiar en el INM y eso de quedarse en dos estados de la república, los más pobres por cierto, es muy negativa.
La policía Federal y los militares no los protegen, los asechan; en su paso por Oaxaca el Comisionado de los Derechos Humanos, Arturo Peimbert,  denunció cosas muy importantes. Para él y para muchos más hay una omisión del Estado ante la crisis migrante.
“Fue en Juchitán donde la caravana permaneció dos días reorganizando su ruta. Con la intervención de diversos actores, entre ellos universidades e iglesias de Oaxaca, se había apalabrado el uso de 70 autobuses. Según un censo que levantó la DDHPO en Arriaga, una estación antes, había poco más de 7 mil 300 personas.”

“Pero funcionarios del gobierno federal, y esto me consta, hicieron insistentes llamadas telefónicas a los dueños de las empresas de transportistas oaxaqueños. Los presionaron amenazándolos con quitarles las concesiones si cedían sus unidades. Les advirtieron que incluso corrían peligro, ya que entre los centroamericanos supuestamente vienen pandilleros, cosa que hasta ahora no se ha demostrado. Y al final, anoche los transportistas cedieron y se negaron a facilitar los autobuses incluso los amenazaron con acusarlos de tráfico de personas”. (La Jornada, 3/11/18).

Algo muy similar debió suceder en Veracruz. El gobernador de la entidad Miguel Ángel Yunes Linares había ofrecido 70 camiones para transportarlos a la CDMX, pero a última hora canceló los camiones con el “argumento “de que aqu.LaJornada, 3/11/18)la diciones tambita caravana causar y as migrantes, pero a arerechos Humanos denuncio no los entregan gratisí había un corte de agua y la llegada de esta caravana causaría más problemas en CDMX”. Sacar a esta población migrante de Veracruz es muy importante, es de los estados donde corren más peligros.
Es muy probable que los gobernadores de los estados por donde transitan estos migrantes reciban instrucciones de la Secretaría de Gobernación, es decir de EPN, que muestra una política anti-migrantes igual o peor que la del actual presidente de Estados Unidos. Constituye una flagrante violación al derecho humanitario que el Estado mexicano está obligado a observar.

En contraste, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, ofrece visas de trabajo para las y los migrantes. Ojalá esto sea una realidad.
En la frontera norte las cosas no están mejor, si eligen la ruta mas corta (por el Golfo) atraviesan estados dominados por el crimen organizado (incluye trata de personas), o bien el narco-estado y llegar a Texas es arribar a territorio republicano anti-migrante y del dominio total de Donald Trump quien ha dicho falsamente que en esta caravana son todos criminales que se proponen invadir a su país y dedicarse a la delincuencia.
Declaró que mandará quince mil soldados a la frontera de California, aunque ya matizó que no dispararán, únicamente detendrán a los y las migrantes, La ruta larga es por Tijuana, donde probablemente en San Diego se encontrarán con los militares.
*Economista especializada en temas de género
twitter @ramonaponce

CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

¿Pueden los hombres ser feministas?


Deben ser conscientes y mantener siempre una cierta 
   Por: Andrés Montero*


En una ocasión fui negro. Aunque en EEUU me clasifican de latino en el control de fronteras, podría decirse que también me sería aplicable el concepto de caucásico. O que he nacido con la piel blanca, como suele entenderse en el etiquetado étnico global. Y sin embargo, una vez fui negro.
Porque ser negro, como bien saben íntimamente todos quienes han sido y son objeto de abusos y violencia, de discriminación, de devaluación, de cosificación a lo largo de la historia, tiene nada que ver con la piel y bastante más con la diferencia, con ser diferente ante una mayoría (o minoría: véase Sudáfrica) con poder e intención de someter y denigrar desde una construcción ideológica de supremacía. Por tanto, ser negro es un sentimiento existencial impuesto, a la fuerza, por una construcción política.
Estaba de viaje en Trinidad y Tobago, un país en las Indias Occidentales de las Antillas. Aunque su capital es Puerto España, tomó la independencia del Reino Unido y está adscrita políticamente a la Commonwealth. Hablando el inglés como lengua oficial, la población es fundamentalmente negra en un 70%, entre indígenas y afroamericanos.
Allí andaba con un grupo de europeos blancos en un viaje profesional. Cuando llegó el día de marcharse, los horarios de vuelos quisieron que todo el grupo me adelantara en la salida, dejándome casi medio día en solitario para explorar Puerto España. A eso me dediqué, adentrándome en la caribeña ciudad, pajareando aquí y allá. Llegando la hora del almuerzo hice entrada en un restaurante y me acomodé en una mesa, donde fui atendido amable y convenientemente. Había solicitado ya mi elección de menú y mientras estaba en ese momento de espera, cuando tienes la bebida en la mano pero aguardas todavía a que llegue el primer plato, levanté instintivamente la vista a mí alrededor. Era un restaurante bullicioso en el centro de la capital y, por la época, todavía no era común abstraerse en las esperas con el smartphone: no existían. De modo que tenía toda mi atención orientada hacia quienes me rodeaban. Eran todos negros.
En un ecosistema donde la normalidad era la piel oscura, el negro era quien la tuviera blanca. Es decir, de algún modo, en esa situación de prevalencia racial (aunque sabemos que no se trata de razas), tuve la oportunidad de acercarme, de aproximarme ligeramente a percibir qué se siente al ser negro. Aunque era una sensación falsa, impostada, puesto que nadie me estaba discriminando u oprimiendo, sino que me trataban correctamente, como a cualquier otro del lugar. En realidad lo que me embargaba no era un sentimiento genuino ante ningún abuso, sino una transferencia, la proyección de mis prejuicios, de unos sentimientos raciales inoculados culturalmente como una verdadera arma política de destrucción masiva. Estaba siendo invadido por mis propios sesgos de discriminación por razón de piel, que rebotaban en un acto reflejo sobre mi sensación de sentirme diferente. Tras abandonar aquel país volví a ser blanco, pero siempre he recordado aquel episodio como una evidencia viva de los efectos torcidos que en cualquiera puede ejercer una determinada socialización en un contexto cultural concreto.
En la sociedad patriarcal, todos los hombres somos machistas por definición. Algunos se declaran feministas. Cuando me preguntan si me considero un hombre feminista, enseguida me acuerdo de Trinidad y Tobago, y aquella enseñanza me hace responder con cautela.
La respuesta corta a la pregunta es que no, que un hombre no puede ser feminista. Que un hombre llegara a ser feminista implicaría por propia ontología que el feminismo habría ejercido sobre la sociedad toda su capacidad transformadora y, por tanto y una vez lograda, establecida y mantenida la igualdad, el feminismo ya no tendría objeto, y serlo tampoco ni para hombres ni para mujeres.
Por tanto, mi impresión es que los hombres pueden “estar feministas”, pero no “ser feministas”. Nos falta el componente existencial. De manera que, igual que fui negro por un rato para volver a constituirme en blanco, puedo ser feminista hasta que el patriarcado y su socialización interiorizada en mí en multitud de hábitos y scripts de conducta inherentemente inconscientes, en modos pautados y recurrentes de pensar sentir y actuar, toman de nuevo posesión de mi identidad existencial y me recargan la construcción política y social del hombre que llevo dentro.
De esto todos los hombres que se declaran feministas deberían ser conscientes y mantener siempre una cierta prudencia autocrítica vigilante. Porque la pregunta del título sería equivalente a plantearse ¿puede un hombre ser mujer? La respuesta corta es que no.
Si un hombre, probablemente en contacto con el feminismo, hubiera tomado la consciencia suficiente del modelo social en que ha sido educado y de su rol en el sistema patriarcal; si tras la consciencia hubiera profundizado en la teoría feminista; si tras la profundización hubiera efectuado un ejercicio introspectivo y correctivo constante de desarraigo de esos modos pautados y recurrentes de pensar, sentir y actuar sobre las mujeres; y si además aplicara en su comportamiento habitual rutinas activas de acción igualitaria… si todo estos condicionales se dieran, tal vez tendríamos a un hombre que se aproxima a “estar” en el feminismo. No obstante, estar del todo en el feminismo requiere todavía algo más.
Ese algo más que requiere, para el hombre, es adherirse, sumarse al liderazgo ejercido por las mujeres feministas. Entonces “estará” en el feminismo, militará en el feminismo, pero a mi modo de ver no llegará a “ser” feminista. Y debería aspirar a serlo únicamente en sentido finalista, es decir, en la certeza de que llegar a serlo conllevaría que la sociedad patriarcal habría sido desnaturalizada y que ser feminista sería una cualidad del propio sistema social y no de sus individuos.
Igual que autosospechaba de ese blanco que pretendía ser un negro porque estaba en minoría, también sospecho con sana prevención de todos los hombres que se autodeclaran feministas. Tal como ocurre con todos los sistemas de abuso -y el patriarcado ha venido siendo socialmente el más omnicomprensivo- quienes ostentan los privilegios de la clase dominante pueden tomar consciencia de dejar atrás esos privilegios, pero desarraigarlos de los automatismos de la conducta no es tan sencillo ni se muestra tan evidente. Expresándolo en términos generales y sin hacer justicia a las excepciones (que las habrá como en toda estadística), el hombre que “está” en el feminismo continúa programado en el patriarcado y más temprano que tarde mostrará tics de conducta, hábitos parásitos, que pondrán de manifiesto que lejos de “ser” todavía “está”: le costará adscribirse al liderazgo de mujeres y mantener un perfil subordinado o secundario; se le hará cuesta arriba no pensar que el conocimiento no es suyo sino de ellas; tendrá que esforzarse mucho para dejar a las mujeres expresar sus opiniones, escuchándolas y no intentando sentar cátedra sobre ellas; le asaltarán constantemente impulsos egocéntricos de protagonismo; pensará muy rápidamente que ya sabe lo suficiente de feminismo; y, en definitiva, acabará pretendiendo ser ejemplo y prototipo de algo.
Por tanto, conscientes y convencidas de que el feminismo es una fuerza transformadora de lo social, parece ser un requisito de éxito la entrada activa del hombre en esa militancia de subversión de los códigos dominantes. No obstante, al igual que en el resto de las políticas de igualdad, también aquí, sobre todo aquí estructuralmente, hay que aplicar los principios de discriminación positiva: el papel del hombre debe de ser el de un militante aliado que está inscrito en el liderazgo feminista de la mujer hasta que el sistema esté en condiciones de igualdad. Y en ese camino, el hombre hacerse con la suficiente lucidez como para saber que intuir ocasionalmente lo que se siente al ser mujer no le convierte a uno en mujer… ni en feminista.
*Este artículo fue retomado del portal de noticias Tribuna Feminista.
Imagen retomada del portal Tribuna Feminista
Cimacnoticias | Madrid, Esp.- 

La in(deseable) eterna infancia de ciudadanía

Por: Argentina Casanova

Por años el sueño y trabajo de la sociedad civil organizada fue y es la participación ciudadana como un ejercicio de la democracia participativa necesaria en toda sociedad. No es casual ni debiera considerarse mera retórica que democracia sea el gobierno del pueblo para el pueblo. Aún así, para la mayoría desinformada o que intencionalmente propaga que se deje a uno solo la decisión del destino de un pueblo prefiere la eterna infancia ciudadana.
Apenas recientemente tuvimos una aproximación al esfuerzo del ejercicio de participación ciudadana a través de una consulta, debilitado por los contextos y la polarización de las realidades en el país (ricos y pobres) evidentemente más gente pobre pretendiendo pertenecer a los segundos defendiendo intereses de los grandes capitales que los explotan.
Y el resultado fue una andanada de críticas a la consulta, no a los resultados que podían no gustarles sino a la consulta. Cuestionaban que se dejara la oportunidad de decidir algo “tan importante” a la ciudadanía. Hubo “memes” que ironizaban con el hecho de que los ciudadanos habían contratado mediante el voto al próximo presidente para tomar las decisiones.

Lo sorprendente es el ánimo de seguir alentando la eterna infancia de la ciudadanía y que no sepan que elegir a un gobernante no debería significar entregarle un cheque en blanco y que él decida todo en solitario, grave error que en los últimos 100 años hemos vivido en México y que ha dado por resultado que la sociedad no alentara nunca la participación, la organización y afrontarla para ella misma la tarea de las decisiones, es decir transitar del estado de la tutela absoluta como si se tratara de menores de edad que para protegerse a sí mismos no pueden decidir.
Peor aún, hubo un expresidente que dijo que no debían votar algunas personas de la sociedad, se refirió a personas que desde su lógica no utilizan ni utilizarán nunca en sus vidas el aeropuerto y que por esa razón no tienen derecho a opinar, algo que fue secundado por una sociedad clasista que estimó que esto era verdad. El hecho invisibiliza que todo ciudadano o ciudadana tiene derecho a opinar sobre en qué y cómo se gasta el recurso público pues es cierto, su condición de pobreza -si tuviéramos una sociedad educada y con conciencia de clase- les haría privilegiar la inversión en programas sociales para dejar que sea la iniciativa privada la que invierta en la infraestructura de la que obtendrán grandes ganancias.

PERO EL PENSAMIENTO CRÍTICO NO EXISTE

No hay forma de que nos logremos poner de acuerdo, por un lado el absoluto rechazo desde el desconocimiento que la democracia supone la participación de todos hasta los modelos de participación ciudadana, y entender que la democracia tiene o tendría que ser participativa para realmente serlo.

Y se vuelve más difícil, más complejo que la sociedad en su conjunto comprenda las nociones de horizontalidad, de construcción y participación bajo mecanismos de organización ciudadana. Solo así podemos entender porqué el Estado “oscureció” tanto la administración pública, la falta de transparencia y rendición de cuentas, cerrar el gobierno y prácticamente desaparecer las figuras como los comités vecinales que -sorpresa- tenían la función de organizarse y decirle a las autoridades municipales y estatales qué obras debían realizarse y por qué razón.
Poco a poco nos alejamos de la toma de decisiones, le convenía a un sistema que así tomó las decisiones por nosotros. Es como dejarle al administrador que contratas que decida todo, maneje las chequeras, contrate gente, invierta el capital de que se dispone y jamás rindiera cuenta, además de que nos dijera “no, tú no puedes opinar, no sabes”, mejor déjame a mí hacerlo y tenemos un país en grave crisis política, social y de derechos humanos.

Aprender a ejercer ciudadanía ha sido uno de los ejes transversales desde el feminismo para entender cómo las mujeres podemos participar y apropiarnos del espacio público, cómo podemos dar el salto y ser ciudadanas en ejercicio pleno de nuestros derechos, estamos conscientes desde el feminismo que necesitamos otras formas de gobierno, toma de decisiones en sistemas horizontales y romper con los modelos patriarcales y verticables.
No quiero decir que el próximo presidente esté construyendo gobierno desde una perspectiva feminista, apenas se abrió una mínima posibilidad de que la ciudadanía participe y tengamos una sociedad democrática. Lejísimos estamos aún del sueño anarquista del autogobernarnos.
Lo cierto es que, tanto para unos como para otros, los que apoyaron y los que cuestionaron, necesitamos que se fomente educación popular para la participación ciudadana y el gobierno abierto, pero de verdad.

* Integrante de la Red Nacional de Periodistas y Fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género en Campeche

CIMACFoto: Sonia Gerth
Cimacnoticias | Campeche, Cam.- 

Parar la legalización de la prostitución #EsPorTodas


Contra la trata y venta de mujeres y niñas en España


De pequeña mi madre siempre me decía que no me peleara con los otros niños. Nunca entendí por qué tanta insistencia ya que jamás tuve altercado alguno, al menos no físico, con mis compañeras de colegio. Excepto una vez que un niño me quitó mi pelota…pero eso os lo cuento otro día. El caso es que me acuerdo de ese consejo maternal en este preciso momento en el que estamos a escasas horas de una brutal Pelea, y de las gordas.
La pelea en cuestión es la que nos vamos a tener que echar desde dos organizaciones feministas (Plataforma 8 de Marzo de Sevilla y L’Escola AC) que, con escasos medios, pero con mucha determinación, salimos al paso del Ministerio de Trabajo, y de una organización que dice aglutinar a “trabajadoras sexuales”, para evitar el intento de legalizar que el Proxenetismo en España como actividad económica lícita y legal. Es decir, sacar a los proxenetas del Código Penal para pasarlos al Código de Comercio.

COMERCIANTES DE MUJERES, LEGALES Y LEGÍTIMOS

Cómo hemos llegado hasta aquí es una cuestión que todas y todos los que estamos metidos a la fuerza en esta pelea nos preguntamos con más frecuencia cada vez que se va acercando el momento de entrar en el juicio en el que intentaremos parar esta surrealista e insoportable situación. La respuesta, al menos para mí, es muy clara: Por la incompetencia demostrada por el Ministerio de Trabajo en este asunto desde el minuto 1.
Desde el Ministerio y desde el gobierno en su totalidad, puesto que le faltó tiempo al presidente para sumarse a la tesis futbolística del “gol por la escuadra” acuñada por la ministra de trabajo. Porque los grupos de gente con ciertos intereses, por abominables que sean, pueden intentar “legalizar” su situación y limpiar su imagen hasta donde quien debe controlar que eso no sea posible les deje. Sobre todo si nadie controla nada.
Incompetencia previa, por dejar que una organización cuyo reconocimiento legalizaría de facto como patronal de esas “trabajadoras sexuales” a los tratantes de mujeres para su consumo, se registrara como sindicato, nada menos.
Nosotras, desde L’Escola AC preferimos pensar que no se leyeron ni los papeles, y por eso hemos demandado al Ministerio de trabajo. Preferimos pensar eso antes que caer en pensamientos oscuros de intereses creados. Así de buena gente somos.
Y luego, incompetencia continuada por permitir que el próximo día 14 de noviembre a las 11:30 horas en la Audiencia Nacional, el abogado del Estado, quien representa al Gobierno, se siente al lado de los representantes de esa extraña organización, para defender lo mismo que ellos, en contra de las feministas, esto es, la validez de la inscripción de OTRAS como sindicato y la legalidad del mismo. Es decir, justo lo contrario que vienen diciendo en todas las declaraciones públicas que han hecho hasta ahora al respecto. Pelearse está feo, pero mentir también.

Pero no hay que perder de vista lo fundamental en este asunto. A quién realmente nos enfrentamos es al proxenetismo legal. A las mafias de traficantes de mujeres y niñas que camparán a sus anchas por nuestro país si se reconoce la legalidad de la prostitución como trabajo por cuenta ajena, ya que los proxenetas se convertirían inevitablemente en la patronal del sexo. ¿Se acuerdan de ANELA? ¿Esa organización de propietarios de clubs presidida por un destacado miembro de la fascista España 2000? Pues ese tipo de personas son las que se verían beneficiadas si OTRAS se legitima como organización sindical. Vía libre para tratantes que pasan de delincuentes a emprendedores de éxito seguro, puesto que la prostitución no es un trabajo, pero es un negocio millonario.

Nos importa bien poco lo que piensen todos los implicados en este juicio. A nosotras y nosotros, desde L’Escola, sólo nos importan las mujeres, incluidas nosotras mismas. Yo misma, egoístamente si queréis. Yo porque no quiero ser comprada ni vendida, yo porque no quiero ser penetrada por decenas de hombres diferentes al día para enriquecer a un tercero. Yo porque no quiero que trafiquen conmigo por mi situación de necesidad y me lleven a Europa donde formaré parte de una oferta de “barra libre” en sexo a todos los clientes del local. Yo porque no quiero que se me rebaje tanto que piense que mi única salida sea drogarme o emborracharme para acabar cortándome las venas en el baño del burdel donde me tengan encerrada.
Yo porque no quiero que nada de eso sea legal ni que nadie pueda hacer nada por ayudarme. Es para que no me pase a mí. Es para que no le pase a nadie. Es por todas.
*Este artículo fue retomado del portal de noticias Tribuna Feminista

Imagen retomada del portal Indymedia.org
Por: Nuria González*
Cimacnoticias | Madrid, Esp.- 

Órdenes de restricción, medida para salvar la vida


Prevenir un feminicidio  


Desde hace una década la violencia contra las mujeres en la capital del país obligó al Estado a tomar acciones para salvaguardar sus vidas y evitar que las agresiones terminaran en feminicidio, por lo que se crearon las órdenes de protección, política que debe ser fortalecida.
El movimiento feminista advertía que la primera estrategia para prevenir el asesinato de las mujeres a manos de sus parejas era brindarles protección, por lo que en 2008 plasmaron esta premisa en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
En la ley se establecieron las órdenes de protección, medidas diseñadas a fin de prevenir, interrumpir o impedir que se cometiera un crimen en el ámbito familiar. Las órdenes son acciones que van desde prohibir que el agresor se acerque a la víctima hasta otorgar protección policial a las mujeres.
También existen las órdenes de carácter civil para salvaguardar el patrimonio de las víctimas como suspender temporalmente al agresor del régimen de visitas con sus hijos; prohibirle enajenar o hipotecar bienes que se tengan en concubinato, y obligarlo a dar alimentos a la familia.
Estas medidas se solicitan y las emiten juzgados a la Procuraduría General de Justicia capitalina a través del Centro de Apoyo a la Violencia Intrafamiliar (Cavi); sin embargo lo que debería ser una acción rápida para salvaguardar la vida de las mujeres, es una medida que muchas veces arriesga su seguridad.
Datos de la Dirección de Estadística del Tribunal, recopilada con base en información de los juzgados penales, indica que en 2015 ingresaron al Tribunal Superior de Justicia 2 mil 454 solicitudes de medidas de protección, de las cuales el 85.6 por ciento fueron concedidas.

PREVENIR LA VIOLENCIA DE GÉNERO

En principio las mujeres desconocen que tienen derecho a exigir protección, una vez que lo saben, desconocen a qué instancias ir y si ya están en el Ministerio Público por una denuncia de violencia familiar, allí comienzan los obstáculos, afirmó en entrevista la coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), María de la Luz Estrada.
Ejemplo de ello es Gloria. Hace 5 años fue amenazada por su pareja. El padre de sus hijos le apuntó con un arma de fuego. No denunció porque tenía mucho miedo, así que optó por divorciarse pero él siguió violentándola.
El último incidente- contó en entrevista- fue en octubre pasado. Su expareja intentó atropellarla cuando recogió a su hija de 8 años de la escuela. Él le lanzó un ultimátum: “Vas a valer madres el fin de semana”. Gloria oprimió uno de los botones de pánico que se encuentran en los postes de las calles. No recibió respuesta.
Esa vez sintió que era hora de buscar protección y acudió al Ministerio Público (MP) de la alcaldía de Cuauhtémoc para denunciar violencia familiar y pedir una orden de restricción.
Acorde a la ley las órdenes de protección de emergencia son emitidas de forma inmediata, mientras las civiles las deben dictar los jueces dentro de las 6 horas siguientes a partir de que son solicitadas.
Ambos tipos de órdenes  tienen una temporalidad de 72 horas con la posibilidad de prorrogarse por otros 30 días y de no cesar la violencia pueden mantenerse con una revisión trimestral para sustentarlas pero las autoridades no siempre actúan a tiempo para atender la  urgencia.
En el caso de Gloria, cuando llegó al MP en cinco ocasiones le hicieron repetir datos como domicilio y nombre del agresor. Cuando intentó explicarles que tenía 13 años de vivir violencia, la  MP le dijo que los otros actos no eran importantes y “no todos cabían en la hoja de denuncia”.
Pese a su temor de perder la vida, le dijeron que regresara en una semana pues no había personal para emitir la orden de restricción de emergencia porque “estaban de vacaciones”. Tampoco le quisieron dar el Código Águila (patrullajes y rondines en su domicilio) porque consideraron que no estaba en riesgo suficiente.
Así le pasó aun cuando desde noviembre de 2011 la PGJDF firmó un acuerdo para regular el otorgamiento inmediato de las órdenes de protección.
Gloria regresó una semana después al MP como le ordenaron, al llegar le revelaron que no había carpeta de investigación de su caso, por lo que tuvo que contar otra vez todo para tener una denuncia y le dieran la protección que pidió y que no le dieron.

ANTE EMERGENCIA LARGOS PROCESOS

Casos como el de Gloria son comunes, señaló María de la Luz Estrada, quien explicó que cuando las mujeres solicitan estas medidas de protección las autoridades desestiman sus testimonios y no toman en cuenta su contexto o si éstas ya han denunciado previamente.
Cuando muestran agresiones recientes en su cuerpo o tienen evidencia como videos, audios u otros elementos, no son consideradas como víctimas, sino como “exageradas”, dijo Estrada.
Agregó que las mujeres que sí acceden a estas medidas de protección se enfrentan a procesos largos y engorrosos donde constantemente son violentadas y responsabilizadas de la violencia. A las mujeres se les acusa de “no salirse de sus casas o separarse de sus parejas”.
En este lapso la notificación de la orden puede tardar un mes o dos en llegar al agresor, lo que las deja a ellas y a sus hijos en un riesgo mayor de ser atacados.
El grupo de trabajo que estudia la solicitud de Alerta de Violencia de Género para la capital del país, detectó que las autoridades les piden a las propias víctimas entregar las órdenes al agresor tras argumentar que no cuentan con suficiente personal de apoyo para notificarlas y que los policías ministeriales no les dan seguimiento; o se condiciona el otorgamiento de éstas a la presentación de una denuncia.
El grupo de trabajo consideró necesario elaborar un protocolo para la emisión, implementación y seguimiento de las órdenes, el cual especifique que éstas deberán ser emitidas aunque no exista una denuncia previa.
Según registros de la PGJDF en promedio al día reciben alrededor de 50.3 casos de violencia familiar, de éstos se desconoce a cuántas mujeres se facilita una medida de protección, afirmó el Grupo de Trabajo.
En contraste la organización Fundar, Centro de Análisis e Investigación, indica que entre 2016 y 2018, 785 mujeres solicitaron medidas de protección, 702 de ellas fueron otorgadas, cifra muy baja si se compara con la tasa de feminicidio, opinó la investigadora Cecilia Toledo Escobar.

Por: Hazel Zamora Mendieta, Anayeli García Martínez, Aline Espinosa Gutiérrez y Sonia Gerth
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

Alerta Cepal por altas tasas de feminicidios en América Central



En números absolutos, por lo menos 2 mil 795 mujeres fueron víctimas de homicidio por razones de género, lo que representa la expresión más extrema de la violencia contra este sector poblacional, aseveró el organismo.
Brasil concentró la mayoría de los casos, con mil 133 mil feminicidios, es decir, 40.5 por ciento del total, pero la tasa fue de un asesinato por cada 100 mil habitantes.
En cambio, en segundo lugar se ubicó El Salvador, con 345 feminicidios, que equivalen a 12.3 por ciento del total regional. Honduras tuvo 264 (9.4 por ciento), Guatemala con 221 (7.9) y República Dominicana con 119 (4.2 por ciento del total). En el otro extremo, solamente Venezuela, Panamá y Perú registran tasas inferiores a uno por ciento en la región, indicó.
Con los datos que obtuvo de los países analizados, la Cepal destacó además que 57.6 por ciento de las víctimas (casi seis de cada 10) fueron asesinadas por su pareja o ex pareja, por lo que estos crímenes son catalogados de feminicidios íntimos. La tasa de éstos varía de un mínimo de 0.47 por cada 100 mil habitantes en Chile al máximo de 1.98 en República Dominicana, en tanto que en la mayor parte de los países europeos que sí llegan a registrar estos crímenes se ubican por debajo de 0.5 casos por cada 100 mil.
Además, los feminicidios representan 59 por ciento del total de homicidios intencionales de mujeres que se cometen en la región.
El reporte de la OIG no proporciona cifras sobre México y sólo indica que por la gravedad del fenómeno es uno de los 18 países que modificó sus leyes para sancionar el delito. Lo hizo en 2012, después de que Costa Rica, Guatemala, Chile y El Salvador se le adelantaron entre 2007 y 2010.
La Cepal recordó que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible marcada por la Organización de las Naciones Unidas incluye la medición de los feminicidios para responder a la meta 5.2, referida a la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, así como la meta 16.1, que plantea reducir todas las expresiones de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo.

Periódico La Jornada

Formar grupos de mujeres migrantes para protegerse


 Éxodo migrante arriba a la frontera de México y Estados Unidos 


Las mujeres que forman parte del éxodo migrante y que viajan sin compañía de familiares se organizaron en grupos como mecanismo de seguridad frente a los posibles riesgos que les esperan en su tránsito por México hacia Estados Unidos.
Entrevistadas por Cimacnoticias en el albergue habilitado en Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, las mujeres explicaron que luego de escuchar que los estados que van a cruzar registran altos índices de violencia y mayor presencia de grupos criminales, en particular Baja California, decidieron reunirse en grupos o formar parejas junto con otras familias para así protegerse.

El propósito de crear grupos es evitar ser  víctimas de secuestros, asaltos, desaparición o extorsión, como aseguran, ya les pasó a unos, así lo dijo Maribel, migrante hondureña de 40 años de edad.
La tarde del viernes 9 de noviembre Kelly, quien dejo a su hija en  El Salvador, y Merci Guadalupe, ambas salvadoreñas de 24 años de edad, se conocieron, se presentaron con sus nombres y casi en automático se escogieron como acompañantes. A pesar de llevar más de un mes caminando con un grupo de 20 personas salvadoreñas que interceptaron al éxodo migrante en El Amatillo, frontera de El Salvador con Honduras, su conversación se había limitado a un “Hola”.

Ambas se unieron al éxodo por falta de trabajo y oportunidades, salieron de sus casas con sólo dos cambios de ropas, dos pares de zapatos y 80 lempiras (66 pesos mexicanos). Ahora no recuerdan “bien” quién les dio la ropa que ahora visten, las cobijas con las que se tapan y el único par de tenis que llevan consigo y que cuidan por ser “el mejor transporte”.
Hubo días que de tanto caminar, sus pies se llenaron de ampollas o llagas que les causaron tanto dolor que las hizo detenerse.
Por esas dificultades externas y por los riesgos futuros, Kelly y Merci junto con Juana, una mujer hondureña de 18 años de edad y María, salvadoreña de 33 años, decidieron conformar un grupo. Las cuatro mujeres juntaron sus mochilas y colchonetas para pasar la noche y estar juntas a la hora de levantarse, pedir jalón o caminar por los casi 900 kilómetros que les faltan para llegar a Estados Unidos.

No obstante, antes de entrar a su carpa, una de las 7 que el gobierno de la Ciudad de México instaló para su refugio al interior del estadio, optaron por disfrutar de la película infantil que se proyectó en uno de las paredes de la carpa destinada para las familias con niñas y niños.
La ruta final para llegar a los Estados Unidos fue elegida por los dirigentes del éxodo, entre ellos una mujer. La directora de la Comisión de Derechos Humanos local, Nasheli Ramírez, les informó cuáles eran los estados con mayores condiciones de seguridad. En su última asamblea en el Estadio, el viernes pasado, uno de los líderes, Walter Cuello, subió a una tarima y explicó: “Nos vamos levantar ¡4 de la mañana! para salir a las 5 y abordar el metro ¡Sólo tenemos una hora, una hora para nosotros! De ahí a Querétaro en jalones”, repitió más de 5 veces.

Ante la poca probabilidad de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en México proporcionara 170 autobuses que demandaron las personas migrantes demandaron durante una marcha, el 7 de noviembre, el éxodo decidió cambiar el orden de la camina: por seguridad adelante van los hombres, luego las personas jóvenes y al final las mujeres, personas discapacitadas y familias.
“Es la ruta más larga, pero probablemente la más segura. Ojalá y Dios quiera que los camiones sí lleguen”, expresó Brenda Murillo, madre soltera de 18 años, quien dejó a su hija de 5 años en Honduras, con su madre. “Los riesgos que hemos enfrentado y vamos a enfrentar uno los aguanta, pero ellos no”, dijo la joven hondureña, quien se unió al grupo conformado por 4 mujeres y sus esposos.

Brenda contó que huyó de la violencia que vivía con Mario, su pareja. Eligió irse después de que él la amenazó de muerte. Vio en las noticias que un éxodo de personas iba a partir hacia Estados Unidos, sin pensar dos veces, empacó sus cosas en bolsas de plástico y las escondió debajo de la cama. En la noche del 13 de octubre, esperó a que Mario saliera de casa para poder salir. Dejó  su hija con su madre y se dirigió a la terminal de transportes de San Pedro Sula, en Honduras.
Después de un mes y medio de estar sin su hija, Brenda comentó que los más difícil para las mujeres que van sin sus hijos es hablar con ellos y que les digan palabras como “te extraño” o “regresa”. Con ella coincidió Kelly, quien aseguró que por las noches prefiere dormir sin pensar. “Recuerdo que a esta hora estaba con mi hija, le llamó y me dice –cuídate-“, y eso lo pone uno mal. “Hay ocasiones que uno, con sus propias fuerzas, no puede”, dijo.

A todas ellas la idea de migrar les llegó por las dinámicas y riesgos a los que se enfrentan como personas y como mujeres, consecuencias que son resultado de la pobreza, el no acceso a la justicia y a servicios médicos, el alto precio de los alimentos, los malos salarios y las graves violaciones a Derechos Humanos en sus países de origen.
Por ello, dijeron, a pesar de los futuros obstáculos decidieron continuar porque “cualquier opción es mejor” que las que tienen en sus países. Para las 8 de las noche del pasado viernes, María, Kelly, Juana, Brenda, y las más de 3 mil 3300 mujeres que integran el éxodo se destinaban a empacar sus pertenencias, darse un último baño, comer, amarrar las colchonetas que el gobierno de la capital les regaló a su llegada al albergue, el 5 de noviembre, y descansar.

“ARRIBA, COMPATRIOTAS”

El ruido dentro del albergue nunca paró, a media noche las personas migrantes continuaron jugando cartas, bailando y escuchando canciones de Espinoza Paz, fumaban o comían el caldo de pollo que llegó a regalarles un señor y su esposa. Nadie pudo negarse al regalo, pues el frío picaba la piel y entumecía el cuerpo.
De pronto un barullo comenzó al interior de una carpa, donde las personas dormían, ¡Agárrenlo!, gritó alguien, y el personal de policía salió del toldo de carpa donde se refugiaban. Por segunda vez, un hombre (sin identificar) había entrado en las carpas para molestar a las mujeres. Las y los policías hablaron con él y lo mandaron a otra carpa a descansar.

Otro ruido se escuchó, esta vez no fue por un disturbio, era el anunció de un segundo grupo de casi 20 personas que salía del Estadio para retornar a su país: Honduras. “Cobardes, Cobardes”, gritaron algunas personas migrantes. “Si llegamos juntos, nos vamos juntos hasta el final”, lanzaron con enojo.
Entre tanto, Meche, hondureña de 34 años de edad, quien cargaba su celular sentada en una caseta de vigilancia dijo: “Debo tener carga sino respondo mi familia piensa que ya me morí”, añadió entre risas.

Meche tiene pelo rubio, ojos aceitunados y es delgada, de todo lo que vestía sólo su gorro de lana era de ella. Contó que el gorro era un regalo de su madre, quien se lo dio la navidad pasada, “así siento que me acompaña y con este frío me viene re bien”, añadió. La joven se unió al éxodo luego de oír rumores en las calles de que una caravana antes que ésta ya había llegado a EU. “Si ellos entraron, nosotros también, ¿qué no?”, dijo.
Un hombre robusto con bigote y calvo llegó a la caseta, le pidió a Meche que ya se fuera a dormir, que mañana el día iba a ser pesado y le aseguró que él le prestaría su batería para cargar su celular. Meche accedió, se despidió y se fue a acostar a las gradas del estadio, donde había construido con cobijas y bolsas una casa de acampar.

A las 4 de la mañana otro grito se escuchó: “Arriba compatriotas, nos vamos”, “arriba compatriotas, nos vamos” y enseguida de a poquitos las personas migrantes comenzaron a estirar sus cuerpos, cepillar sus dientes, desmontar sus casas y comenzaron a salir hacia la puerta 6 del estadio Jesús Martínez “Palillo”, en dirección a la entrada de la estación del metro “Ciudad Deportiva”.
En camino hacia el metro algunas personas migrantes tomaban los desayunos, galletas o dulces que otras les regalaban. Con carriolas, colchonetas, cajas llenas de comida o ropa, bolsas con fruta, peluches, mochilas, animales, padres y madres cargando a su hijas, las personas del éxodo empezaron a subir las escaleras del metro, pasar los torniquetes y subirse a los vagones rumbo a la estación del metro Chabacano para ir de ahí a la terminal Cuatro Caminos.
Al llegar a la terminal las y los niños del éxodo se detuvieron para tomarse la foto con un árbol de navidad, otras personas se dedicaban a conseguir el “jalón” y otras eligieron caminar “más adelante seguro alguien nos suben, gracias México”, gritaban agitando sus manos en forma de despedida. 

POR 900 KILOMETROS

Desagregados por los largos trayectos, el éxodo de migrantes se ha fragmento, pero aceleró su velocidad, en 5 días han cruzado los estados de Querétaro, Jalisco y Sinaloa a pie y en “aventones”. Sólo una noche se quedaron en los albergues de Querétaro y Jalisco. En los demás estados sólo hicieron paradas para comprar comida, pasar al baño y seguir su camino.
La mañana de este jueves medios de comunicación aseguraron que pequeños grupos de 200 personas ya llegaron a Tijuana, algunas descansan en un albergue, otras en las playas. Mientras tanto, otras personas del éxodo aun están en la Cuidad de Navojoa, Sonora donde policías los están escoltando en autobuses rumbo a las ciudades de Obregón y Caborca o Mexicali, en Baja California norte y Tijuana, en Baja California sur.

CIMACFoto: Aline Espinosa Gutierrez
Por: Aline Espinosa Gutierrez
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

Las mujeres hacen escuchar la voz indígena en Argentina

Mujeres que integran la comisión que gestiona la radio La Voz Indígena, en la ciudad de Tartagal, en el norte argentino, junto a uno de los operadores y a Leda Kantor (2da a dcha), antropóloga que impulsó el proyecto hace unos 20 años. En Tartagal, a solo 50 kilómetros de la frontera con Bolivia, viven comunidades indígenas de siete pueblos diferentes. Crédito: Daniel Gutman/IPS
TARTAGAL, Argentina, 13 nov 2018 (IPS) - La semilla la puso hace más de 20 años un grupo de mujeres indígenas que empezó a reunirse para intentar recuperar memorias de sus pueblos. Hoy también son las mujeres las grandes protagonistas de La Voz Indígena, una radio única, en el norte de Argentina, que transmite todos los días en siete lenguas.
“Al principio los dirigentes nos preguntaban por qué no nos quedábamos en casa, cuidando los hijos y a los nietos. Hoy esos hombres vienen a refugiarse bajo el techo de estas mujeres”, contó a IPS la guaraní Felisa Mendoza, en una de los amplios y coloridos salones de la emisora, decorados con murales pintados por artistas indígenas.
El edificio de dos plantas está a unos pocos metros de la terminal de buses de Tartagal, una ciudad de unos 80.000 habitantes de la provincia de Salta, a solo 50 kilómetros de la frontera boliviana.
“La mujer indígena es fuerte. Es la que trae a la casa el agua o la leña. Y tradicionalmente, los hombres que se casaban iban a vivir a las comunidades de sus esposas. Han sido los desalojos de los territorios los que han hecho que la mujer quede un poco a expensas del hombre”: Leda Kantor.

En el borde occidental de la llanura del Gran Chaco americano, donde comienzan las sierras que anuncian que no está lejos la cordillera de los Andes, Tartagal fue fundada hace menos de 100 años en una tierra caliente, tanto en cuanto al clima como a la realidad social.
El descubrimiento de yacimientos de petróleo y gas marcó el auge y el ocaso de esta ciudad y su vecina General Mosconi, cuyos nombres remiten en Argentina al violento conflicto social de los años 90, disparado por los despidos masivos en la petrolera nacional YPF, en el contexto de las políticas neoliberales del presidente Carlos Menem (1989-1999).
Siete pueblos indígenas habitan en esta zona: guaraní, wichí, chané, toba, chulupi, tapiete y chorote. Si durante décadas los indígenas eran desplazados de sus territorios por la actividad petrolera, forestal, ganadera o la expansión urbana, en los últimos 20 años el disparador ha sido la ampliación de la frontera agrícola.
La lucha cotidiana por las tierras está reflejada en la camiseta que viste Aída Valdez, integrante de la comisión de mujeres que gestiona la emisora, donde se lee: “No a los desalojos de las comunidades indígenas”.
Valdez trae, para vender en la puerta de la emisora, algunas verduras de la huerta que tiene a pocos metros de su casa: vive en Yariguarenda, una comunidad guaraní ubicada a 13 kilómetros de Tartagal, que actualmente enfrenta un juicio de desalojo de una porción de sus tierras.
“Hace muchos años que estamos allí. Ya en 1904 se puso la cruz del cementerio de Yariguarenda, porque hasta ese momento los guaraníes enterraban a sus muertos en las casas. Y necesitamos espacio para sembrar”, contó a IPS más tarde durante una visita a su vivienda.
El proceso de ocupación militar de las tierras indígenas cerca de Tartagal, en los Siglos XIX y XX, y los sufrimientos de los indígenas fueron contados en un radioteatro de 13 capítulos, que se grabó en wichí y español y se llamó “Ocasos del pasado (Woko tenek)”.
Varias mujeres en el estudio de La Voz Indígena, que emite en las lenguas de los siete pueblos originarios de la provincia de Salta que entre otros programas. La radio difunde en vivo la mayoría de sus programas, como por ejemplo un radioteatro de 13 capítulos, en español y en lengua wichi, que relata cómo los indígenas fueron despojados de sus tierras en el norte de la Argentina. Crédito: Daniel Gutman/IPS
“Las comunidades periurbanas, en su mayor parte, han sido desplazadas de sus lugares de origen en el bosque por ocupantes que buscaban lugar para el pastoreo de sus animales, y últimamente por los intereses del agro”, explicó a IPS el antropólogo inglés John Palmer, quien llegó hace 35 años para estudiar las comunidades indígenas de la zona, se casó con una wichí y hoy vive en Tartagal con ella y sus cinco hijos.
El último censo argentino, de 2010, arrojó que hay 955.032 indígenas, 2,38 por ciento de la población total, divididos en 31 pueblos originarios, según cifras que especialistas consideran un subregistro. En la provincia de Salta, esa proporción se triplica, con 6,5 por ciento de la población que se autoreconoce como indígena.
Si bien desde 1994 la Constitución argentina reconoce a los pueblos indígenas la propiedad comunitaria de las tierras que ocupan ancestralmente, ese derecho en contadas ocasiones ha sido llevado hasta ahora a la realidad.
La problemática de las tierras, por supuesto, ocupa un lugar fundamental en la programación de La Voz Indígena, que solía transmitir durante 12 horas, de 8:00 a 20:00, pero que ahora solo lo hace de 7:30 a 15:00, debido a las restricciones presupuestarias que sufren la mayoría de los argentinos, por los aumentos de las tarifas de los servicios públicos y la inflación.
Pero la radio también se ocupa de otras cuestiones que tienen que ver con la defensa de las culturas y las lenguas indígenas, la historia de sus pueblos y la vida y derechos de las mujeres, en programas que generalmente se emiten en vivo y que en las primeras horas de la mañana se dedican a la actualidad.
María Miranda, de la comunidad guaraní 9 de Julio, dijo a IPS que la radio cumple una tarea fundamental, porque “hoy hay muchos indígenas que niegan su etnia, porque han sufrido discriminación. Los chicos ya no saben de la historia de los abuelos y nosotras tratamos que no se pierda”.
Ella reveló que su abuelo llegó en la década de los años 30 a la zona de Tartagal, caminando desde Bolivia: “Era sobreviviente de la Guerra del Chaco”, contó, en referencia al cruento conflicto que enfrentó a Bolivia y Paraguay entre 1932 y 1935.
Aida Valdez muestra el horno a leña en el que cocina, en el exterior de su casa en la comunidad guaraní de Yariguarenda, en las afueras de la ciudad de Tartagal, en el norte de Argentina. Actualmente, esa comunidad enfrenta un juicio de un particular que reclama una parte de las tierras que ocupan. Crédito: Daniel Gutman/IPS
La emisora tiene actualmente tres directoras que pertenecen a pueblos distintos: Lidia Maraz (toba), Nancy López (wichí) y  Felisa Mendoza (guaraní). No es un emprendimiento comercial y se sostiene con fondos de programas de cooperación y, a veces, con dinero del bolsillo de sus oyentes.
Para las y los indígenas que realizan los programas, a veces resulta un enorme esfuerzo llegar hasta la radio por el costo del pasaje en el transporte público, que sale el doble que en Buenos Aires, a 1.746 kilómetros al sureste de Tartagal.
La radio surgió a partir de encuentros iniciales sostenidos por mujeres indígenas a fines de la década de los 90 en la casa de Leda Kantor, una antropóloga llegada de Buenos Aires para trabajar en programas oficiales de apoyo a la agricultura familiar.

“Se trataba de hacer una actividad de recuperación de la memoria colectiva. Pensamos en grabar o en registrar en papel lo que surgiera, pero nos dimos cuenta que era un grupo muy motivado y que no había ningún medio de comunicación que los registrara”, contó a IPS.
Como Kantor era docente de Antropología en la carrera de Comunicación Social en la sede Tartagal de la Universidad Nacional de Salta, luego de un tiempo de trasladaron allí sus encuentros y distintos docentes se involucraron en el proyecto.
“En realidad comenzamos a juntarnos en la universidad porque mi casa quedó chica. Y empezamos hacer talleres y capacitaciones sobre cuestiones básicas de comunicación popular”, dijo Kantor.
En 2000, las mujeres indígenas comenzaron a hacer un programa en Radio Nacional Tartagal, la filial local de la emisora estatal argentina. Pero fue en 2006 cuando pudieron, gracias a programas de financiamiento estatales, comprar un terreno, construir el edificio y lanzar La Voz Indígena, que desde entonces está en el aire.
“La mujer indígena es fuerte. Es la que trae a la casa el agua o la leña. Y tradicionalmente, los hombres que se casaban iban a vivir a las comunidades de sus esposas. Han sido los desalojos de los territorios los que han hecho que la mujer quede un poco a expensas del hombre”, afirmó Kantor.
Hoy, dice la antropóloga, “la radio sigue siendo un espacio de resistencia al avasallamiento cultural, en una ciudad en la que los indígenas nunca tuvieron un espacio para hacerse escuchar”.
Edición: Estrella Gutiérrez
      

Claman grupos sociales a la SG que vincule una investigación de red de trata de personas en la entidad

Piden segunda alerta de género a estado de México

▲ Grupos civiles y ONG ven en el gobierno de Alfredo del Mazo poca capacidad de atención.

Jóvenes, estudiantes y solteras es el perfil de la mayoría de desaparecidas en el estado de México, problemática que este año subió 34.1 por ciento respecto al año anterior, acorde con datos de la fiscalía estatal, difundidos por la Secretaría de Gobernación (SG).

Distintas organizaciones y colectivos civiles solicitaron a la dependencia nacional para atender la violencia contra las mujeres, coordinada por la SG, declare otra alerta de género en esta entidad por la gravedad del problema de desapariciones y su posible relación con redes de trata de personas.
De prosperar este asunto sería la segunda alerta para esta entidad luego de la emitida en julio de 2015.
Tras una amplia investigación, el grupo resolvió que ante un cúmulo de 2 mil 363 féminas reportadas como no localizadas en 7 municipios mexiquenses, de 2012 a 2018, persisten además formas de violencia institucional", insuficiencia de personal en la fiscalía especializada, pero sobre todo "falta de sensibilizaciónde los funcionarios.
Además, hay "negativa al reconocimiento del problema de la desaparición en la entidad mexiquense", en el contexto de un discurso en el que la autoridad local culpa a las féminas y sus familias por su desaparición con argumentos como: no educó, no cuidó, su hija se fue con un conocido.
Por tanto, los grupos interesados proponen al gobierno mexiquense el diseño de políticas públicas con apego a los derechos humanos, además de acciones programadas para el corto y largo plazos, con sustento presupuestal adecuado.
El gobernador del estado de México, Alfredo del Mazo, admitió a través de un oficio entregado a SG el pasado 16 de octubre, las conclusiones del informe.
Los grupos civiles denunciantes son: IDHEAS, Litigio Estratégico en Derechos Humanos AC, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia así como los colectivos de familias de personas desaparecidas Deudos y Defensores por la Dignidad de Nuestros Desaparecidos, Uniendo Esperanzas y la Asamblea Vecinal Nos Queremos Vivas Neza .
Los municipios incluidos en esta investigación son: Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Ixtapaluca, Nezahualcóyotl, Toluca y Valle de Chalco.
Además de la violencia generalizada, con altos niveles de lesiones dolosas, violencia familiar y ataques sexuales, en estos ayuntamientos se registra un fenómeno que, subrayan los grupos civiles, podría estar relacionados con trata de personas porque la mayoría de las desaparecidas tienen entre 15 y 17 años y, un segundo bloque, de 21 a 29 años de edad.
En 2012 se reportaron en estas zonas 176 mujeres desaparecidas, para 2016 la cifra ya se había incrementado a 450. Para 2017 se registraron 478 y para los primeros ocho meses del año en curso, 641.
Pese al cúmulo de carpetas de investigación abiertas, sólo hay 115 servidores públicos en el tema.
Foto Yazmin Ortega
Fabiola Martínez
Periódico La Jornada
Domingo 11 de noviembre de 2018, p. 13

La in(deseable) eterna infancia de ciudadanía

Por: Argentina Casanova

Por años el sueño y trabajo de la sociedad civil organizada fue y es la participación ciudadana como un ejercicio de la democracia participativa necesaria en toda sociedad. No es casual ni debiera considerarse mera retórica que democracia sea el gobierno del pueblo para el pueblo. Aún así, para la mayoría desinformada o que intencionalmente propaga que se deje a uno solo la decisión del destino de un pueblo prefiere la eterna infancia ciudadana.
Apenas recientemente tuvimos una aproximación al esfuerzo del ejercicio de participación ciudadana a través de una consulta, debilitado por los contextos y la polarización de las realidades en el país (ricos y pobres) evidentemente más gente pobre pretendiendo pertenecer a los segundos defendiendo intereses de los grandes capitales que los explotan.
Y el resultado fue una andanada de críticas a la consulta, no a los resultados que podían no gustarles sino a la consulta. Cuestionaban que se dejara la oportunidad de decidir algo “tan importante” a la ciudadanía. Hubo “memes” que ironizaban con el hecho de que los ciudadanos habían contratado mediante el voto al próximo presidente para tomar las decisiones.

Lo sorprendente es el ánimo de seguir alentando la eterna infancia de la ciudadanía y que no sepan que elegir a un gobernante no debería significar entregarle un cheque en blanco y que él decida todo en solitario, grave error que en los últimos 100 años hemos vivido en México y que ha dado por resultado que la sociedad no alentara nunca la participación, la organización y afrontarla para ella misma la tarea de las decisiones, es decir transitar del estado de la tutela absoluta como si se tratara de menores de edad que para protegerse a sí mismos no pueden decidir.
Peor aún, hubo un expresidente que dijo que no debían votar algunas personas de la sociedad, se refirió a personas que desde su lógica no utilizan ni utilizarán nunca en sus vidas el aeropuerto y que por esa razón no tienen derecho a opinar, algo que fue secundado por una sociedad clasista que estimó que esto era verdad. El hecho invisibiliza que todo ciudadano o ciudadana tiene derecho a opinar sobre en qué y cómo se gasta el recurso público pues es cierto, su condición de pobreza -si tuviéramos una sociedad educada y con conciencia de clase- les haría privilegiar la inversión en programas sociales para dejar que sea la iniciativa privada la que invierta en la infraestructura de la que obtendrán grandes ganancias.

PERO EL PENSAMIENTO CRÍTICO NO EXISTE

No hay forma de que nos logremos poner de acuerdo, por un lado el absoluto rechazo desde el desconocimiento que la democracia supone la participación de todos hasta los modelos de participación ciudadana, y entender que la democracia tiene o tendría que ser participativa para realmente serlo.
Y se vuelve más difícil, más complejo que la sociedad en su conjunto comprenda las nociones de horizontalidad, de construcción y participación bajo mecanismos de organización ciudadana. Solo así podemos entender porqué el Estado “oscureció” tanto la administración pública, la falta de transparencia y rendición de cuentas, cerrar el gobierno y prácticamente desaparecer las figuras como los comités vecinales que -sorpresa- tenían la función de organizarse y decirle a las autoridades municipales y estatales qué obras debían realizarse y por qué razón.
Poco a poco nos alejamos de la toma de decisiones, le convenía a un sistema que así tomó las decisiones por nosotros. Es como dejarle al administrador que contratas que decida todo, maneje las chequeras, contrate gente, invierta el capital de que se dispone y jamás rindiera cuenta, además de que nos dijera “no, tú no puedes opinar, no sabes”, mejor déjame a mí hacerlo y tenemos un país en grave crisis política, social y de derechos humanos.

Aprender a ejercer ciudadanía ha sido uno de los ejes transversales desde el feminismo para entender cómo las mujeres podemos participar y apropiarnos del espacio público, cómo podemos dar el salto y ser ciudadanas en ejercicio pleno de nuestros derechos, estamos conscientes desde el feminismo que necesitamos otras formas de gobierno, toma de decisiones en sistemas horizontales y romper con los modelos patriarcales y verticables.
No quiero decir que el próximo presidente esté construyendo gobierno desde una perspectiva feminista, apenas se abrió una mínima posibilidad de que la ciudadanía participe y tengamos una sociedad democrática. Lejísimos estamos aún del sueño anarquista del autogobernarnos.
Lo cierto es que, tanto para unos como para otros, los que apoyaron y los que cuestionaron, necesitamos que se fomente educación popular para la participación ciudadana y el gobierno abierto, pero de verdad.
* Integrante de la Red Nacional de Periodistas y Fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género en Campeche

CIMACFoto: Sonia Gerth
Cimacnoticias | Campeche, Cam.- 

El duelo y los laberintos de espejos


María Teresa Priego.
Hay quien convierte su duelo en un laberinto de espejos y no entiende cómo su duelo se eterniza.

"La sublimación no es posible para quien desestime la muerte".
"No hay temporalidad, mientras el sujeto esté atrapado en la pérdida".
Octavio Chamizo.
Pareciera que nuestro inconsciente cree que somos inmortales y nos crea entonces un problema mayor: ¿cómo apreciar la vida si somos incapaces de aprehender ese dato duro de la muerte? No la de otros (con todo el dolor que signifique), sino la nuestra. ¿Cómo transitar ese pánico a desaparecer? Allí nos quedamos sin palabras. Ese indecible de nuestra propia muerte. Entre tantos otros indecibles. Así va la condición humana. Entre las promesas que llaman a la vida y el aprendizaje continuo de la pérdida. ¿Cómo vivimos la pérdida? ¿cómo transitamos los duelos? ¿somos cada vez capaces de transitarlos? ¿nos quedamos atrapados en ellos? Eros y Tánatos. La luz y la oscuridad. La esperanza y el abismo.
La pérdida nos regresa al "desamparo originario". A nuestros límites. A la finitud. Una parte, nuestra parte con el objeto perdido. Ese dolor en el pecho. La intensidad de ese dolor. Hay alguien que ya no está vivo. O hay alguien que no nos quiso. Es más, quizá colocó el odio en el exacto lugar de la promesa del amor. Hay alguien a quien dirigimos esas preguntas insoportables: ¿cómo pudiste? ¿cómo? ¿de qué estás hecha/o? Algo sucede, como si el dolor nos expulsara del mundo conocido. Como si de golpe, fuéramos ajenos, mucho más ajenos a nosotros mismos. Somos de entrada sujetos divididos por dentro. Sí. Pero esa "extrañeza" se ahonda en el proceso de duelo. ¿En dónde y cómo reconocernos si esa persona que una es/fue junto a otra ya no existe?
Nos sumergimos en un tiempo otro. Un tiempo memorioso, un tiempo fantasmático. Nos vivimos deshabitados. El dolor es –también– una vivencia física. Nos acuerpamos con él. Podría hacernos ciegos y sordos. En el intento de rescatarnos sucede que olvidemos a los otros. Como si dejáramos los vínculos en suspenso. No podemos con la cotidianidad. Nos tropezamos con la vida. Tomamos el metrobús en la dirección contraria. Nos perdemos en el súper. Nos perdemos. Perdemos el tiempo. Hay algo parecido al miedo que se instala. En el duelo, sólo el amor nos salva. Justo en esos tiempos en donde resulta tan complejo acercarnos y escuchar, es, cuando más necesitamos acercarnos y escuchar. Salir de una/o misma/o y escuchar. Mirar alrededor nuestro. Mirar.
Hay quien convierte su duelo en un laberinto de espejos y no entiende cómo su duelo se eterniza. Eso que perdió, los otros se lo deben. Los otros tienen que estar allí para "salvarlo", escucharlo, para convertirse en instrumentos de su recuperación. Sus contenedores, sus espejos. No hay, ni jamás ha habido dolor más grande que el suyo. Así anula la calidad de los vínculos. Instrumentalizar a los demás es la rotunda renuncia a una cercanía verdadera. No hay intimidad posible en los laberintos de espejos. Si un egoísmo excesivo se instala como forma de supervivencia, está ganando la fantasía de inmortalidad.
La fabulación es una herramienta de los duelos mal vividos. Como si disfrazar la realidad bastara para negar que los límites existen. Una especie de: "basta que enumere lo magnífica/o que soy, para que el dolor ante la realidad se disipe, o por lo menos, se atarante lo suficiente". "Ante lo que me es insoportable, basta con que invente. Y todos me van a creer lo que digo, puesto que yo lo digo". Esa omnipotencia podría ofrecer la fantasía –¿consciente? ¿inconsciente?– De estar protegido ante lo que se vive como un abismo. El abismo de "ya no ser". Oponer a la amenaza de "ya no ser", un Yo que estaríamos obligados a inflar todos los días, podría ser una trampa. No sólo para quienes nos aman, sino para una/o misma/o.
Inflar un Yo es una operación continua, desgastante y complicada. Se gasta cantidad de energía. Las palabras se distancian de la necesidad de transmitir contenidos, porque de lo que se trata, sobre todo, es de recrear –en el exceso– el narcisismo perdido. A como de lugar. A esa pérdida cuya intensidad se quiere evitar, se van sumando otras. ¿Por qué hay personas que se alejan? ¿por qué esa zozobra de nunca sentirse lo suficientemente apreciada/o, admirada/o a priori y de manera incondicional? ¿por qué los otros no le pagan lo que no le deben? ¿por qué continúa ese vértigo, esa sensación de caos, ese inmenso vacío? Quizá porque si el duelo nos devora extraviamos nuestra capacidad de amar. El claustro cierra sus puertas. Somos esclavos de una demanda desmedida dirigida a los otros.
El duelo que sí se transita sucede en el vínculo con los seres a quienes amamos. En la oferta de esa caricia, esa escucha, esa empatía que el dolor transforma: la hace más humilde, más cercana, más honda. Tiene que ver con estallar los espejos y buscar una manera bien distinta de amar. Sí, somos incompletos, fallados, mortales, incapaces de decir nuestros indecibles. Y sin embargo... estamos dispuestos a aprender. No sabemos, no, nunca terminaremos de saber, pero con el dolor a cuestas, cuando así sucede, estamos dispuestos a correr los riesgos que nos amenazan, los riesgos que nos salvan. El laberinto de espejos es lo que es: la repetición. La atemporalidad. La interminable chamba del galeote.

Sonora podría tener su primera fiscal de justicia

Claudia Indira Contreras podría ser la primera mujer en ocupar el puesto 

Claudia Indira Contreras Córdova podría convertirse en la primera Fiscal General de Justicia del estado de Sonora, posición que siempre ha sido ocupada por hombres.
La actual vice fiscal de feminicidios y delitos por razones de género forma parte de la terna de la que emanará el próximo o próxima fiscal general.
De un total de 34 aspirantes inscritos que atendieron la convocatoria abierta, el Congreso del estado revisó los perfiles y envió la lista a la gobernadora Claudia Pavlovich para que se integrara una terna al Congreso.
Es así que Claudia Indira Contreras es la única mujer con posibilidades de ser nombrada primera mujer fiscal general de Sonora pues se encuentra en la terna junto con Rafael Ramírez Leyva y Gabino Cabanillas Herrera.
Contreras Córdova ha laborado por más de veinte años en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sonora, ahora Fiscalía General.
En entrevista para Cimacnoticias, la finalista para ocupar el puesto opinó que significa que en caso de llegar habría una visión diferente pues sería la primera vez que no solo una mujer, sino una mujer de esfuerzo llegara a dirigir esa importante instancia de justicia.
Ella inició como secretaria de acuerdos, después se desempeñó como agente del Ministerio Público especializada en delitos sexuales y violencia intrafamiliar, fue directora de área, directora general de Atención a víctimas, delegada regional en el sur del estado, y actualmente vice fiscal de Feminicidios y delitos por razones de género.
Consideró que en todos ellos ha obtenido resultados por lo que su nombramiento sería un incentivo para las jóvenes profesionistas al enviarles un mensaje de que sí se puede a través del esfuerzo aspirar a puestos de decisión.
Explicó que el nombrar mujeres en cargos de decisión en materia de seguridad, es parte de las recomendaciones que hizo el Comité de Expertas de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en ingles).
Contreras Córdova  opinó que es hora de que llegue una mujer con una visión distinta e incluyente. Las capacidades y el talento se deben aprovechar, agregó.
El hecho de aspirar al cargo deviene de un proceso de maduración personal y profesional y considera que puede hacer los cambios hacia un nuevo modelo de justicia.
Recordó que cuando se desempeñó como delegada en el sur del estado probó lo que ahora plantea como plan de trabajo. La coordinación interinstitucional así como con la ciudadanía es primordial, precisó.
Una de las formas que se utiliza para intentar impedir que las mujeres aspiren a llegar a los puestos más altos de decisión, es tacharlas de protagónicas. Sin embargo, “las mujeres ya somos protagonistas de cambios, para incidir en hacer las cosas de distinta manera”, comentó.
Quien también fuera la primera coordinadora del protocolo Alerta Amber, recordó que uno de los logros fue que 123 niñas y niños pudieran ser recuperados, algunos de ellos con más de dos años con reporte de desaparición.
Este cargo lo ve como una oportunidad para incidir en todas las áreas, y cambiar una cultura para transversalizar al interior la perspectiva de género y la rendición de cuentas.
Indicó que su tarea como jefa no solo es dar instrucciones, sino orientar al equipo de trabajo y que se considera una profesionista que no tolera los actos de corrupción.
Afirmó que sería una fiscal de mano dura para abatir la situación de violencia que aqueja al estado de Sonora, para esclarecer los delitos, sobre todo los de alto impacto como el homicidio, feminicidio, secuestro, etcétera.
Pero aclara que siempre respetando los derechos humanos y rescatando las bondades del nuevo sistema de justicia oral.
En caso de ser nombrada el próximo jueves, iniciaría haciendo un diagnóstico de cada una de las áreas de la fiscalía, y consciente del poco presupuesto de la instancia pediría la asignación de más recursos, al menos a la par con los de la Secretaría de Seguridad pública.
Reconoció que una de las áreas de mayor carencia es la de los Ministerios Públicos pues mientras Sonora cuenta con 2.5 agentes por cada mil habitantes, hay otros estados que tienen hasta 28 por cada mil, lo cual lo coloca en el último lugar en el contexto nacional.
Los recursos deben irse a las áreas torales como periciales, ministerios públicos, y eso obligaría a reorganizarse de acuerdo a los recursos.
En el proceso de selección de fiscal Claudia Indira Contreras no estuvo exenta de las campañas negras, lo cual considera hasta cierto punto normal porque consideró que la sociedad se encuentra inmersa en una cultura patriarcal que todavía no se supera, y siempre se intentará impedir o desestimular que las mujeres lleguen a puestos de alto nivel.
Aplaudió que siete mujeres levantaran la mano en el proceso de selección de fiscal general.

CIMACFoto: Silvia Núñez Esquer
Por: Silvia Núñez Esquer
Cimacnoticias | Hermosillo, Son.- 

Vivir bajo amenazas: Christine Blasey Ford


 Denunció por acoso al ahora juez de la Suprema Corte de Justicia de EU


Christine Blasey Ford, la profesora de psicología que acusó al entonces candidato a la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, Brett Kavanaugh, de haber intentado de violarla, sigue viviendo bajo amenazas.
Mientras que Kavanaugh negó las acusaciones y finalmente fue elegido como juez por parte del Senado con la mayoría de los votos republicanos, la profesora sigue viviendo bajo amenazas. Eso lo confirmaron sus abogadas y abogados, Debra Katz, Lisa Banks and Michael Bromwich, en entrevista con la radio estadounidense NPR.
Dijeron que ella todavía está luchando para volver a su vida normal. Pero, bajo amenazas hasta de muerte, como Ford misma contó en la audiencia pública del comité judicial del Senado, el 27 de septiembre 2018, fue obligada a cambiar su casa cuatro veces.
El alojamiento y la contratación de servicios privados de seguridad que protegen a Ford, su esposo y sus dos hijos, han llevado a costos tan elevados que amigas y amigos lanzaron una campaña para recaudar fondos en internet. Hasta ahora, las donaciones suman 800 mil dólares, en dos campañas, según NPR.
En un mensaje para la campaña, Ford escribió “todavía creo que fue mi obligación cívica dar mi testimonio, pero esto es la cosa más dura que he tenido que hacer en mi vida, hasta peor de lo que pensaba. No solamente para mí, sino también para mi familia.”
Relató que los movimientos de los integrantes de su familia son “limitados”, aún con escoltas, y que siguen recibiendo amenazas. Pero gracias a las donaciones, sus hijos podrían seguir yendo a la escuela.
El testimonio de Ford generó muchas polémicas entre corrientes liberales y conservadoras en Estados Unidos, especialmente por la cercanía a las elecciones del pasado 6 de noviembre.
Kavanaugh, el conservador y antiaborto, era el candidato de los republicanos para la Corte Suprema de Justicia. Un puesto que se otorga por vida y puede influir las políticas públicas del país a través de décadas con sus fallos.
Ford relató que Kavanaugh intentó violarla, ebrio, y en presencia de un amigo, en una fiesta estudiantil, cuando ella tenía 15 años, a inicios de los años 80. La joven logró escaparse y encerrarse en el baño hasta que se fueron. Kavanaugh negó la acusación y dijo que no se acordaba.
Dos otras mujeres también dieron su testimonio de manera pública y dijeron que el juez las había acosado en la preparatoria y la universidad, pero no fueron escuchadas ante el comité judicial. Algunos hombres principalmente, criticaron que las mujeres no hubieran dado a conocer las agresiones durante décadas, por lo que consideraron que ellas seguían una agenda política al hacer las acusaciones contra Kavanaugh.
El y las abogadas de Ford, dijeron en entrevista con NPR que ella no quería lucrar con la situación y que no planeaba publicar un libro. Únicamente se concentraría en volver a la normalidad sin embargo hasta ahora, no le ha sido posible retomar su trabajo como profesora de psicología en la Universidad de Palo Alto, California.

Imagen retomada del portal Gofundme.com
Por: Sonia Gerth
Cimacnoticias | Ciudad de México.-