Ayotzinaco, feminazi, morenaco, populista, chairo, son los signos de una polarización que emerge como reacción a la movilización popular desde mucho antes que Obrador fuera electo. Esas palabras reflejan el miedo y rechazo de quienes tienen poder y privilegios.
La polarización en MX es solo un síntoma más de contradicciones estructurales.Una reacción ante la crisis e inestabilidad del sistema-mundo que se procesa como xenofobia,racismo, misoginia y clasismo para defender un modo de vida y privilegio que se niega a ser cuestionado.
Ante la crisis, el desempleo, la migración masiva y la violencia, elites de ultraderecha encuentran a los culpables del colapso: feministas, gays, migrantes, pobres, gente de izquierda. La movilización y organización popular y social los asusta pero también los agrupa
La acción de rebeldía provoca la reacción conservadora. Se defiende la paz de la dominación porque es la estabilidad de quien tiene privilegios.Pero el peligro es que para defender el estatus se niega a quien se rebela:son solo masas, acarreados,extremistas,ideologías sin sentido
La negación de la otredad que cuestiona, es la semilla de la opresión llevada a sus extremos. Se moviliza el odio para derrotar a la gran amenaza de esos seres que incomprensiblemente desestabilizan el mundo. Esa oleada reaccionaria invade Europa, EUA, Brasil, y ahora MX.
La polarización no se resolverá llamando a la cordura y civilidad democrática ya que esa división emana de relaciones de desigualdad, poderes asimétricos y de lucha, combate y resistencia reales. Esa lucha está muy lejos de resolverse y de ella depende hoy el futuro del mundo.
César Enrique Pineda
Dr Ciencias políticas y sociales
Maestro en Estudios latinoamericanos
@cesarpinedar
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