8/19/2023

La creadora de la película “The Tale”, Jennifer Fox, habla de su experiencia como sobreviviente de abuso sexual infantil y la importancia de haber podido nombrar a su abusador

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Hablamos con la escritora y cineasta Jennifer Fox, cuya película de “The Tale”, de 2018, aborda el tema del abuso sexual infantil. Se trata de una memoria narrativa basada en parte en la propia experiencia de vida de Fox como sobreviviente de abuso por parte de un entrenador cuando era adolescente. Si bien en la película el personaje principal lleva su propio nombre, Fox, el entrenador abusador lleva un nombre ficticio. Recientemente, en una serie de entrevistas con el periódico The New York Times, Fox se animó a nombrar públicamente a su abusador, identificándolo como Ted Nash, un conocido remero y entrenador olímpico que murió en 2021. A lo largo de su carrera, Nash participó en 11 equipos olímpicos como remero o entrenador y ahora USRowing, el organismo rector de este deporte en Estados Unidos, está investigando las acusaciones. En esta entrevista con Democracy Now! —la primera con un medio audiovisual desde la publicación de la nota del New York Times— Fox cuenta que Nash comenzó a abusar de ella cuando tenía 13 años. Y afirma que una voz dentro de ella le decía que no podría descansar hasta que dijera públicamente el nombre de su agresor. “Es muy importante contarle al mundo esta historia y mostrar esta otra cara del hombre a quien la gente puso en un pedestal y convirtió en un dios”, señala Fox, quien cree que aún puede haber otras mujeres que se animen a denunciar a Nash. “Es muy significativo el hecho de confrontar al poder de esta manera, tanto para mí como para otras personas”.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Nermeen Shaikh.

En los últimos años el movimiento #MeToo ha inspirado a mujeres en todo el mundo a denunciar sus casos de acoso, abuso y violencia sexual. En 2018, la cineasta Jennifer Fox dirigió una película notable titulada “The Tale” (El cuento), sobre su experiencia personal al confrontar el abuso sexual del que fue víctima cuando era niña. La película era una memoria narrativa basada en parte en la propia experiencia de Fox al ser abusada por un entrenador cuando tenía 13 años. Si bien el personaje principal se llamaba Jennifer Fox, el nombre del entrenador abusador era ficticio.

Ahora, cinco años después, Jennifer Fox ha revelado que el hombre que abusó de ella fue Ted Nash, conocido remero y entrenador olímpico que murió a la edad de 88 años en 2021. Nash hizo parte de 11 equipos olímpicos como remero o entrenador. Fox dijo que Nash comenzó a abusar de ella cuando tenía 13 años. Su reciente revelación fue portada de The New York Times. Ahora USRowing, la federación de remo estadounidense, ha iniciado una investigación sobre las denuncias de Jennifer Fox.

Ella nos acompañará en un minuto, en su primera entrevista de radio y televisión desde que hizo la revelación a The New York Times. Pero primero veamos el tráiler de The Tale.

JENNIFER: [interpretada por Laura Dern] La historia que están a punto de ver es verdadera… hasta donde yo sé. Cuando yo era una niña, estaba obsesionada con cambiarme a mí misma. Y ni siquiera recuerdo quién solía ser.

NETTIE: [interpretada por Ellen Burstyn] Jennifer, cariño, encontré una historia que escribiste en la clase de inglés.

JENNIFER: ¿Dónde la encontraste?

NETTIE: Lo que importa es lo que dice.

JENNY: [interpretada por Isabelle Nélisse] He conocido a dos personas muy especiales.

SRA. G: [interpretada por Elizabeth Debicki] Bill es un excelente entrenador.

BILL: [interpretado por Jason Ritter] Jenny, ¿confías en mí?

JENNY: La Sra. G fue la mujer más bella que había conocido.

SRA. G: No hay caballos malos, solo malos jinetes.

JENNIFER: Necesito hablar de eso con alguien que estaba allí.

Hola, Sra. G.

SRA. G, MAYOR: [interpretada por Frances Conroy] Vamos a subirte a la silla de montar, para ver qué puedes hacer.

JENNIFER: Solo los recuerdo a ellos. ¿Por qué no me acuerdo de mí?

NETTIE: Eras una niña inusual.

BILL: Cuerpo fuerte, mente fuerte.

JENNY: Cuerpo fuerte, mente fuerte.

JENNIFER: Encontré algunas fotos de ese verano.

SRA. G: Eres tan especial.

SRA. G, MAYOR: Sabes que me arrepiento de muchas cosas.

MARTIN: [interpretado por Common] Hablabas sobre la relación, pero este era un hombre adulto.

JENNIFER: Esto era importante para mí.

¿Por qué estás tan enojada?

NETTIE: ¿Por qué tú no lo estás?

BILL: Deben esforzarse más allá de todos sus límites.

SRA. G: No se lo digas a nadie. Es nuestro secreto.

JENNIFER: Solo necesito saber qué pasó. Yo estoy intentando comprender por qué.

BILL, MAYOR: [interpretado por John Heard] Te engañaste a ti misma.

JENNIFER: ¿Por qué cuentas esta historia, Jenny?

JENNY: ¡Es mi vida! ¡Mía!

JENNIFER: No sabes lo que está a punto de suceder.

AMY GOODMAN: Ese era el tráiler de The Tale, protagonizada por Laura Dern y Common, una película de 2018 de la cineasta Jennifer Fox, quien hoy nos acompaña aquí en Nueva York en su primera entrevista para radio y televisión desde la publicación de sus revelaciones en la portada de The New York Times. Jennifer es escritora y directora. Entre otras películas, ha dirigido The Tale, que fue nominada al Emmy, la cual narra sus memorias al confrontar su propia experiencia con el abuso sexual infantil. Fox acaba de revelar la identidad de su abusador, Ted Nash, el dos veces medallista olímpico en remo, nueve veces entrenador olímpico.

Jennifer, esto es extremadamente valiente de su parte. Ahora Ted Nash está muerto. Murió en 2021 a la edad de 88 años. ¿Puede llevarnos por el camino que recorrió desde que era una niña de 13 años hasta cuando hizo esta película narrativa de la cual usted es protagonista? El personaje principal se llama Jennifer Fox, aunque no nombró a su abusador. Hable sobre cómo tomó la decisión, años después de la película, de identificar a sus abusadores.

JENNIFER FOX: Muchas gracias. Estoy muy feliz de estar aquí con usted, Amy.

La verdad es que, para quien sepa sobre cinematografía, yo sabía que si quería rodar una película sobre lo que me pasó nunca podría nombrar a Ted Nash, porque inmediatamente él podría haber presentado una demanda en mi contra. Entonces, para proteger la película y sacar a la luz la historia, que yo pensé que era algo más importante que nombrarlo en ese momento, decidí no revelar quién era él en la película.

Sin embargo, después de hacer la película, comencé de inmediato el proceso de tratar de nombrarlo y acudí a muchos abogados para ver si podíamos procesarlo. El problema era que Ted Nash, aunque era muy famoso, no valía nada de dinero, así que no logré que ningún abogado iniciara el caso en su contra, porque la forma en que estos abogados se ganan la vida es demandando a la institución de la que forman parte los entrenadores en estas demandas por abuso sexual. Entonces, eso me disuadió de demandar y nombrar a Ted después de hacer la película.

La siguiente idea fue tal vez contratar a un investigador privado para averiguar si había otras mujeres. Pero los investigadores privados eran tan caros que no podía pagarles mes a mes.

Así que en ese momento dije: “bueno, ya hice la película, lo más importante salió a la luz, que es la naturaleza del abuso sexual infantil y la memoria, y voy a tener que seguir adelante con mi vida”.

Lo que sucedió, sin embargo, cuando él murió, fue que lo homenajearon en todo Estados Unidos, y particularmente en Filadelfia en el entorno de la Universidad de Pensilvania, donde fue entrenador. Nombraron más cosas en su honor, más regatas. Y eso me enfureció. En realidad no sabía qué hacer, hasta que una joven que estaba conmigo en 1975, Pamela Burdett, me llamó por teléfono y me dijo: “Jennifer, quiero hacer algo. Quiero revelar lo que hizo. ¿Está bien?”. Yo le dije “sí”. Así que llamó a la organización SafeSport, o les escribió, y muy pronto recibió una carta que decía que no podían tocarlo porque había muerto.

En ese momento quedó en mis manos decidir qué hacer. Y de alguna forma me aconsejé a mí misma, porque una parte de mí, sinceramente, solo quería seguir con mi vida. Pero la niña dentro de mí, y esto es realmente cierto, me dijo: “Tienes que hacer algo. No voy a descansar hasta que lo hagas”. Y entonces llamé a SafeSport. Me dijeron que llamara a USRowing. De USRowing me pidieron que escribiera una carta. Inmediatamente, una mujer maravillosa, la directora de USRowing, Amanda Kraus, me llamó y me pidió que le contara más. En ese proceso decidí acudir a The New York Times para sacarlo a la luz pública. En USRowing, Amanda Kraus y la junta directiva decidieron iniciar una investigación, que sigue en curso. Y así es como llegamos a la actualidad.

NERMEEN SHAIKH: Jennifer Fox, usted ha mencionado la naturaleza del abuso sexual infantil y que eso es algo de lo que quería hablar en la película, y, de hecho, lo hace de una manera magnífica en The Tale. Usted ha presentado una analogía entre los efectos del abuso sexual infantil y los efectos de recibir el disparo de una bala que se fragmenta en su interior…

JENNIFER FOX: Sí.

NERMEEN SHAIKH: … y ha dicho que toma décadas sacarse esos pequeños fragmentos. Y que eso, hasta cierto punto, explica por qué las personas que fueron abusadas sexualmente cuando era menores a menudo tardan décadas en entender lo que les pasó y más aún en lograr expresarlo en palabras. ¿Puede hablar de eso y de cómo se transmite ese sentido en su película, The Tale?

JENNIFER FOX: Es una gran pregunta, porque creo que las personas que no han sido abusadas no entienden por qué hablar de esto ahora. Este año se cumplen 50 años desde que fui abusada por Ted Nash. Eso es increíble, incluso para mí. Pero, en la película, de lo que hablo es del increíble poder que tiene la mente para protegerte contra lo que te pasó cambiando los hechos por otras cosas.

Y lo que me gustaría decir, y no quiero comparar las dos cosas porque son igualmente horribles, pero hay una diferencia real entre la violación y el abuso sexual, porque la violación es una violencia clara en la que se ve al atacante como alguien malo, pero el abuso sexual es algo insidioso que un adulto le hace a un niño para entrar lentamente en su mundo y hacer que piense que ese adulto es amable, cariñoso y que se preocupa por el bienestar del niño, y así, cuando empieza la invasión de sus límites físicos, se genera una gran confusión. Y esa confusión permanece en las células, en el ADN, odio decirlo, de nosotras, las víctimas de abuso sexual infantil. Son hechos muy confusos que tardamos décadas en descifrar en nuestro interior y que a menudo la mente bloquea todo lo relacionado con ello.

En cuanto a la analogía, es como una bala que explota en tu interior en un millón de pedazos. Y realmente no puedes descifrar todas las piezas. A menudo toma décadas, como sucedió conmigo. Solo llegué a usar la palabra “abuso” al hablar de mí misma y de lo que me pasó con Ted Nash pasados mis 40 años, mientras dirigía una película sobre mujeres, y tuve esa revelación: “¡Dios mío! Soy como todas esas otras mujeres que han sido abusadas”. Y luego, después de haber hecho The Tale, supe que se trataba de las historias que yo misma me contaba para sobrevivir. Me convertí en una heroína. Yo era la heroína de mi historia. Es más, creo que después de hacer The Tale fue la primera vez que sentí que mi voz decía: “Está bien, estoy lista para nombrarlo”, pero no pude. Y ahora, al nombrarlo 50 años después, me sorprende tener siquiera algo de poder, porque dentro de mí estaba esta niña que se sentía impotente contra Ted Nash y que solo ahora ha sido capaz de hablar de ello.

NERMEEN SHAIKH: Una de las características más poderosas de su película es el hecho de que, tanto en su arte, como en su forma y en el diálogo mismo, hay muchas cosas que se transmiten sobre la imposibilidad de una niña, a medida que crece, de reconocer completamente lo que le ha pasado, el hecho de la experiencia traumática, que conlleva exactamente a lo que usted decía antes: una separación, un silenciamiento, o lo que llaman disociación. Ahora, lo que es increíble sobre la historia que ha contado es el papel que jugó la producción misma de la película en traerle a la memoria algunos de esos, digamos, millones de fragmentos de bala que se unieron en la realización del filme. ¿Puede hablar sobre la relación entre esos aspectos?

JENNIFER FOX: Sí.

NERMEEN SHAIKH: Existen tipos de terapia que a menudo ayudan a las víctimas de abuso sexual infantil, pero también está el acto de la creación, de la creación artística, y lo que eso puede hacer posible. ¿Puede también hablar sobre su propia experiencia con eso?

JENNIFER FOX: Sí. Siempre he usado el cine para tratar de entender el mundo, ya sea una historia personal o una historia ajena, pero The Tale fue mi batalla con el hecho de que básicamente me había contado una historia de fantasía a mí misma, que yo era la heroína de mi abuso. No me imaginé que, después de hacer The Tale, estaba a punto de descubrir toda una historia distinta, que era sobre el daño que el abuso me había causado. Y The Tale no muestra eso en realidad. The Tale termina con el personaje, Laura Dern, enfrentando el hecho de que había sido abusada. Y en la vida real, después de hacer la película –que fue un gran éxito, tuvo mucho impacto y se mostró en todo el mundo, etc.– me quedé con esta otra revelación de que una parte de mí se había quedado en esa niña de 13 años y que esa parte de mí era la parte dañada que yo nunca había visto ni aceptado. Y de repente, tuve que reconocer ese fragmento de mi vida, esa parte que estaba calcinada y maltrecha en mi propia imaginación. Y muchas otras cosas han salido a relucir en los últimos cuatro años en mi mente. De hecho, irónicamente, espero algún día producir otra obra que será una especie de segunda parte sobre esta historia.

Pero al hacer eso, creo que esa parte de mí básicamente dijo: “Tienes que hacer algo al respecto. Tienes que ponerte en pie y decir su nombre”. La razón es que cuando Ted murió, él fue muy aclamado y deificado en los medios de comunicación. Y no dudo de que Ted hizo cosas buenas en su deporte, pero la realidad es que esta otra historia del horror que me infligió a mí, y posiblemente a muchas otras personas, nunca se había contado. Y creo que es muy importante que el mundo escuche esta otra historia ahora y mostrar esta otra parte del hombre a quien la gente puso en un pedestal y lo convirtió en un dios. Es un acto muy importante hacerle frente al poder de esta manera, por mí y por otras personas.

AMY GOODMAN: Jennifer, quiero volver a hablar de The Tale, su película, y reproducir un clip. Para nuestra audiencia, esta escena es cuando Jennifer Fox, interpretada por Laura Dern, como adulta, tiene una discusión con su prometido, que le muestra su apoyo, y que es interpretado por Common.

JENNIFER: [interpretada por Laura Dern] Eso fue importante para mí, y estoy intentando comprender por qué. Estas personas eran importantes para mí.

MARTIN: [interpretado por Common] Personas, ¿quiénes son estas personas? Vi una carta de una mujer. ¿Quién era?

JENNIFER: Esa era mi profesora de equitación. Ella me lo presentó, ¿sabes? Y ella estaba allí ese verano. Por eso fui a verla.

MARTIN: Pero tú…

JENNIFER: Estoy tratando de averiguarlo.

MARTIN: ¿Por qué quieres encontrarlos, si tú eres la víctima? Mira, no estoy diciendo que…

JENNIFER: No soy una víctima. No necesito que ni tú ni nadie me llame víctima, ¿de acuerdo? Porque no tienes ni * idea de mi vida. Así que tenemos que parar esto ahora.

AMY GOODMAN: Esa era una escena de The Tale, en la que Laura Dern, interpretándole a usted, dice: “No soy una víctima”. Y también se están refiriendo a otra mujer en esta historia, en su vida. En la película usted la llama “Sra. G”. Usted la ha identificado como Susie Buchanan, que murió hace 10 años. La gente no se dio cuenta de qué trataba eso, porque usted corría con ella. ¿Puede contar esa historia sobre cómo llegó a conocerla a los 13 años, y cómo ella facilitó el acoso de Ted, que, aunque era una leyenda del remo, estaba involucrado en este equipo de corredores.

JENNIFER FOX: Sí. La Sra. Buchanan era mi entrenadora de hípica, y era una entrenadora de hípica británica muy estimada en nuestra comunidad. Yo fui invitada junto con otros jóvenes –dos mujeres y un hombre– a pasar el verano en su casa para mejorar nuestra práctica de equitación. Tuvimos un verano maravilloso. Pero, de hecho, la primera mañana nos presentó a Ted Nash como su entrenador de atletismo. Ella también era una muy buena corredora. Y todas las mañanas antes de montar, corríamos con Ted. Y pasaba por la granja, porque sus casas estaban separadas por un campo. Pasaba por la granja a diario para vernos montar. Salíamos a comer helado por la noche, etc.

Al final de ese verano, mi padre, por casualidad, no pudo recogerme de inmediato, y me quedé una noche más cuando el resto de jóvenes se fueron. Susie me invitó a salir a cenar con ella y Ted a un restaurante local. Y me dijeron que estaban teniendo una aventura. Me introdujeron en su mundo. Susie estaba casada con un veterinario encantador y tenían dos hijos, pero estaba teniendo una aventura. Y me invitaron a unirme a su equipo de corredores del centro de la ciudad, los Padukies, en el otoño, y me dijeron que debía traer mi caballo de vuelta en el otoño para que se quedara en casa de Susie, y así podríamos seguir corriendo y estar juntos. Me sentí muy halagada. Yo los adoraba y los admiraba terriblemente. Entonces, en el otoño, llevé a mi caballo, y yo iba todos los fines de semana, porque estaba bastante lejos de mi casa, y me quedaba en la casa de Susie. Y seguimos corriendo juntos.

Y luego, al poco tiempo, una vez que Susie me estaba recogiendo en casa de mis padres para llevarme a su casa, ella me dijo: “¿Te gustaría quedarte en casa de Ted los fines de semana? Está celoso de nuestra amistad. Quiere pasar más tiempo contigo”. Yo estaba totalmente enamorada de Susie Buchanan. Ella era como nuestra diosa. Todas las estudiantes querían ser como ella. Y así, tratando de complacerla, y sin pensar en ello, acepté.

Y esa noche, después de montar a caballo en su casa, ella me acompañó a través del campo con mi pequeña maleta hasta la casa de Ted Nash y me dijo: “Bueno, ya sabes que no podemos decirles a tus padres que te vas a quedar en la casa de Ted”. Y yo era una joven muy rebelde en ese momento. Estábamos al inicio de los años 70. Y yo pensé: “Por supuesto que no puedo decírselo a mis padres. No entienden nada”. Y tampoco le diremos nada al Dr. Buchanan, su marido, ya que no lo va a entender. Yo respondí: “Por supuesto que no”. Pero no tenía ni idea de lo que estaba haciendo.

Y para mi sorpresa, Ted estaba allí en la puerta. Nos estaba esperando. Y ella literalmente me dejó en la puerta. Así que me quedé a solas con Ted Nash, con quien nunca había estado a solas, y yo estaba hecha un manojo de nervios. Me llevó a su casa y me mostró dónde iba a dormir, en la habitación de sus hijos. Él estaba divorciado y sus hijos iban los fines de semana, así que no estaban allí. Después me mostró sus medallas olímpicas, nunca había estado en su casa, y me mostró un libro de poesía que quería que leyésemos. Y las cosas siguieron a partir de ahí.

Es algo típico, en cada momento yo pensaba: “Este es un hombre en el que confío. Es un dios. Es mi maestro”. No tenía nada que ver con una historia de amor, de ninguna manera. Él tenía todo tan planeado que había escondido un condón, algo que yo nunca había visto, debajo de su almohada. La sala de estar estaba muy fría. Yo estaba leyendo. Y él me dijo: “Vamos a leer al dormitorio. Allí hace más calor. Olvidé hacer fuego”. Yo pensé: “Está bien, es alguien en quien confío”. Recuerden que yo tenía 13 años, pero parecía que tenía 9. No estaba para nada desarrollada, aún no había tenido mi primer periodo. Fue bastante horrible, francamente. Y todo el tiempo, al ser una niña, yo pensaba: “Pero confío en él. Es un adulto de confianza. La Sra. Buchanan confía en él”. Y así es como el abuso sexual ocurre.

NERMEEN SHAIKH: Y, de hecho, Jennifer, algo que también ha señalado en el pasado, que no creo que la mayoría de la gente conozca, es que, en más del 90% de los casos de abuso sexual infantil, el perpetrador es alguien conocido por el niño o la niña, y muy a menudo alguien en quien el niño o la niña confía. Y hay esta otra dinámica que su película también muestra muy bien, que también es muy común, que es que el niño o niña siente, incluso en medio de esta relación, que está siendo escogido, que de alguna manera es amado de forma especial por esta persona, en quien confía. ¿Podría hablar de eso y profundizar en esas dinámicas, que son extremadamente insidiosas y dejan efectos duraderos, como muestra su película?

JENNIFER FOX: Lo que señala es muy importante. Ahí estaba yo, un poco fea, como dije, era una niña de 13 años que parecía un niño de 9 años, con aparatos ortopédicos y dientes terriblemente torcidos, y también estaban ellos, esta leyenda, Ted Nash, y esta profesora de equitación a quien yo adoraba absolutamente. Por encima de todo, yo, como niña, estaba enamorada de Susie Buchanan. Nunca había conocido a una mujer así.

De todos modos, la cosa es que me escogieron. Me hicieron sentir especial. Era invisible. Era invisible en mi casa. Era parte de una gran familia, muy caótica, y yo era muy callada. Era invisible en la escuela. No era particularmente… Era muy inteligente, y obviamente no era guapa. Los chicos ciertamente no se fijaban en mí. Era tímida. Y aquí, estos dos increíbles adultos me escogieron y dijeron: “Eres especial”. Escribía poesía, y solían pedirme que se la leyera. Y me decían: “Eres una buena corredora. Entiendes las cosas”. Solían decir que era una persona profunda. Ya sabe, cosas así. Y fueron los primeros adultos en mi vida… Recuerden, eran los años 70, pero yo estaba viviendo en un mundo donde los adultos eran de los años 50 y te trataban de una manera muy jerárquica. Te hablaban de forma condescendiente. Pero ellos dos me hablaban como a una persona. Y yo pensaba: “¡Oh, Dios mío! ¡Esto es increíble!”.

AMY GOODMAN: Jennifer, quiero volver a The Tale. Y esta es una escena entre ustedes, con Laura Dern interpretándola a usted, y su madre, interpretada por Ellen Burstyn.

JENNIFER: [interpretada por Laura Dern] Oh, oh. Hola.

NETTIE: [interpretada por Ellen Burstyn] Buenos días.

JENNIFER: Gracias, mamá. Dios mío, me quedé dormida.

NETTIE: Bueno, tienes buen aspecto.

JENNIFER: Estoy horrible. Oh, Dios mío, estoy bloqueada. No puedo dejar de pensar en ello. ¿Crees que Bill y la Sra. G me prestaron más atención porque papá era un gran constructor en ese entonces?

NETTIE: No. No tuvo nada que ver con eso. Fue porque eras una niña diferente, y sabías cómo hablar con adultos.

JENNIFER: Estaba pensando en la primera vez que lo conociste, ya sabes, cuando vino aquí a recogerme.

NETTIE: ¡Oh!, nunca olvidaré ese día. ¿Bromeas?, todas mis antenas se encendieron.

AMY GOODMAN: Esa era Ellen Burstyn interpretando a la madre de Jennifer Fox. Jennifer, solo nos queda un minuto, después grabaremos una segunda parte de la entrevista, y la publicaremos en democracynow.org. ¿Puede hablar sobre la respuesta de su madre? Usted escribió un ensayo sobre esto cuando tenía 15 años, y su profesora corrigió su gramática, algo bastante sorprendente, y le respondió: “Si esto es cierto, pero supongo que no lo es”. Espera usted que gracias a todo esto otras personas hablen públicamente sobre el caso de Ted Nash, y que su nombre desaparezca, por ejemplo, del ala de remo del centro deportivo de la Universidad de Pensilvania, que lleva el nombre de Ted Nash?

JENNIFER FOX: ¡Dios mío! Lo que espero es que su nombre desaparezca de todos los sitios. Es asqueroso que alguien que ha abusado de una niña tenga su nombre en todos los sitios como si fuera un dios. Espero que la verdad fuerce a la Universidad de Pensilvania y a todos esos sitios a eliminar su nombre. Ese es mi objetivo.

AMY GOODMAN: Y que más personas hablen públicamente sobre ello. Usted terminó todo eso diciendo que no los volvería a ver, cuando querían que usted participara en una relación sexual de cuatro personas. Así que había otra chica que iba a estar involucrada.

JENNIFER FOX: Sí.

AMY GOODMAN: Y cancelaron eso porque usted dijo que no, siendo una niña.

JENNIFER FOX: Correcto. El plan en ese momento era que cuando Ted se acostaba conmigo, estaba acostándose con la Sra. Buchanan. Y esto es muy triste, ya que también estaban involucrando a una estudiante universitaria de 18 o 19 años, llamada Robin Stryker, quien es citada en el Times, una joven encantadora.

AMY GOODMAN: Nos quedan 15 segundos.

JENNIFER FOX: Sí. Entonces, estábamos haciendo un trío. Y querían hacer un cuarteto, y a mí eso me hizo sentir mal y lo cancelé. Mi punto es que Ted Nash, probablemente, estaba acostándose con muchas otras mujeres jóvenes. No sé si tenían mi edad, pero están ahí fuera, y espero que ahora salgan en público y lo acusen.

AMY GOODMAN: Tenemos que dejarlo aquí, pero vamos a continuar la segunda parte de la entrevista. Soy Amy Goodman, con Nermeen Shaikh. [Nota del editor: Jennifer Fox ha alentado a cualquier persona con información sobre Ted Nash a que envíe un correo electrónico a USRowingSafeSport@usrowing.org]


Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.

La condena a muerte de las viudas en India: morir junto a su esposo o sobrevivir en el olvido

Si tu esposo muere, deberás morir con él: ese ha sido el destino de las viudas en la India por décadas. Las mujeres únicamente tenían dos opciones: ser asesinadas junto al cadáver de su esposo o permanecer muertas en vida, ignoradas y sin derechos. Actualmente, ellas luchan para dignificar sus vidas ante una sociedad que las ha olvidado. 

El suti, sati o suttee es una práctica hindú que consiste en la muerte de una mujer junto a su esposo difunto. “La forma más común del suti fue cremar a la esposa aún viva en o sobre la pira funeraria que consumía el cuerpo del esposo”, detalla la feminista Marcela Lagarde y de Los Ríos en su libro Feminicidio. La política del asesinato de las mujeres. En los casos en los que la cremación no seguía al deceso “se enterraba al esposo y junto con él se sepultaba viva a la viuda”. 

Para la sociedad, esta acción colocaba a la mujer en una posición heroica, pues el sacrificio ayudaba a “mantener el bienestar del alma de su esposo”. Sin embargo, cuando las mujeres se rehusaban a ser asesinadas junto a sus maridos, eran expulsadas de la comunidad, eliminando así su posibilidad a una vida digna.

Las viudas que rechazaban el suti eran obligadas a desaparecer: solo tenían acceso a una comida al día, nunca podían dormir en una cama, dejaban de usar joyería, tenían permitido salir de su hogar únicamente para visitar el templo y eran expulsadas de los festivales tradicionales que se realizan en el país.

La viuda solo tenía dos opciones: una muerte dolorosa, heroica y relativamente rápida o una vida miserable, oscura y de humillación como pecadora penitente, no resulta difícil ver por qué era preferible la muerte a la viudez.

MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS

Todo ello se debía a la creencia de que las mujeres “eran incapaces de llevar una vida casta sin un esposo que las controlara”, asevera Marcela Lagarde.

Además de esto, las viudas no eran exclusivamente mujeres adultas, sino también adolescentes y niñas desde los cuatro años, quienes a su corta edad ya eran invisibilizadas por una sociedad patriarcal que las consideraba propiedad de los hombres. 

Video: «Viudas de la India, la pira o el olvido», ONU Panamá

Vrindavan, la ciudad de las viudas exiliadas

Aunque en 1987 se promulgó la Ley Sati, que prohíbe la quema voluntaria/forzada o el entierro vivo de una viuda, aún hay regiones de la India donde se veneran templos dedicados a consumar dicha práctica, lo cual representa una constante vulneración a los derechos humanos de las mujeres. 

Debido a que las viudas continúan siendo expulsadas de sus comunidades –incluso por sus propias familias–, muchas de ellas recurren a Vrindavan, una pequeña ciudad a 150 kilómetros de Nueva Delhi. 

De acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres, en Vrindavan hay más de 20 mil viudas, quienes buscan asilo tras haber sido desterradas. En este lugar, las mujeres continúan viviendo condiciones de vida deplorables, ya que muchas de ellas apenas logran subsistir cantando o pidiendo limosna a las afueras de los templos. En 2012, trascendió a nivel internacional que al morir, sus cuerpos eran destrozados y puestos en bolsas para posteriormente ser arrojados al río Yamuna. 

Para buscar dignificar la vida de las viudas, desde 2013 se han intensificado las acciones para garantizar el respeto a sus derechos humanos. El primer paso fue lograr que pudieran participar en el Festival Holi –popular durante la época de primavera– y en el Festival Diwali, celebrado en el mes Kartika del calendario hindú. Para ellas, festejar les permite sentirse parte de la sociedad e integradas de nuevo ante el olvido que vivieron tras ser condenadas. 

Fotografía: Organización Sulabh International

Refugios para ser y existir

En 2012, la Corte Suprema de India hizo un llamado para que se garantizaran los derechos de las mujeres viudas que han sido relegadas. Es así como diversas organizaciones han creado espacios donde ellas puedan vivir acompañadas hasta sus últimos días. 

Maitri es una de las organizaciones que ha trabajado por la dignidad y el respeto de las viudas: han construido varios ashram –lugares de meditación y enseñanza hinduista– para que las mujeres vivan dignamente. 

Como parte de esta decisión de la Corte, también se decidió que el gobierno debía garantizarles condiciones seguras y sanas para vivir, por lo que fueron creados espacios para cuidar, alimentar y enseñar diversas labores a las mujeres viudas. 

Uno de estos espacios es el ashram Krishna Kutir, un recinto administrado federalmente que brinda a las mujeres un espacio para dormir, además de comida y atención médica. También se les brindan capacitaciones que les permiten trabajar y la posibilidad de acceder a una pensión.

Sumado a esto, el 23 de junio de 2011 la ONU instauró el Día Mundial de las Viudas con el objetivo de visibilizar las problemáticas que enfrentan y promover sus derechos. Sin embargo –y pese a los pequeños pasos en el camino adecuado–, para muchas mujeres hindúes, ser viuda aún significa una condena a muerte.

Aborto y educación sexual en Argentina por avance de conservadurismo en el poder

Javier Milei. Fotografía: Wikimedia Commons

Javier Milei se está candidateando para ocupar la presidencia en Argentina con el partido La Libertad Avanza (LLA), una coalición entre el Partido Demócrata, la Unión Celeste y Blanco, el Partido Fe y el Partido Renovador Federal. Su líder, precisamente, es Milei, quien en 2021 se convirtió en diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires.

Analistas de la política de medios locales han calificado el triunfo de Milei como algo sorpresivo que, sin embargo, puede explicarse por el hecho de que el candidato de LLA ha ejercido una fuerte crítica al gobierno actual y al Estado por su manejo de la crisis económica en la nación. De hecho, el candidato se define como anarcocapitalista, una corriente política que proclama la abolición del Estado al verlo como un obstáculo para el desarrollo libre mercado.

Su postura en este tema —aseguran— es liberal, a diferencia de su posición frente a otros temas como el aborto y la educación sexual. Su ideología al respecto, más bien, parece apegada a la de otros políticos como Donald Trump, con quien además comparte una postura negacionista alrededor del cambio climático. Milei, por otro lado, es cercano al partido español de ultraderecha VOX, el cual también tiene una oposición marcada en cuanto al aborto y los derechos de las mujeres.

Las propuestas de Javier Milei contra los derechos de las mujeres

En diversas entrevistas previas a las elecciones primarias de este 13 de agosto, Javier Milei declaró que, en caso de llegar a la presidencia de Argentina, una de sus acciones sería llamar a un plebiscito para derogar el derecho al aborto aprobado en el país desde 2020. El plebiscito consiste, básicamente, en una consulta popular, por lo que tal derecho sería sometido a la consulta de la ciudadanía.

Los argumentos de Milei al respecto se centran en que la supuesta protección a la vida y en la idea de que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo, pero que el producto de un embarazo es otro cuerpo con autonomía propia. Esto, pese a que la Corte Internacional de Derechos Humanos (Corte IDH) ha explicado que un embrión no tiene forma de sobrevivir y desarrollarse por sí mismo –es decir, de convertirse en un ser humano–, sino hasta que se implante en el cuerpo de la mujer.

Por otro lado, el artículo 4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a que se respete su vida desde la concepción. Sin embargo, tal como ha declarado la Corte IDH, se tomará en cuenta la cláusula “desde la concepción” únicamente cuando se hable de casos excepcionales en los que los derechos de otra persona se vean comprometidos.

La Corte, además, establece que no se puede alegar una protección absoluta a un embrión o feto si eso implica anular otros derechos, como los derechos reproductivos de las mujeres. No obstante, Javier Milei no considera que la interrupción del embarazo sea un derecho, ni siquiera en los casos donde el embarazo sea consecuencia de una violación. De hecho, se ha declarado abiertamente perteneciente al ala provida, desde la que pretende que se derogue el derecho ganado en 2020.

Pero hay algo sobre el derecho a decidir en lo que el candidato de LLA sí está de acuerdo: en lo relacionado con la venta de órganos. Una de las propuestas de Milei que ha generado más polémica es legalizar la venta de órganos en Argentina y generar mecanismos para regularla; todo, bajo el argumento de evitar las largas esperas de trasplantes de órganos que desembocan en la muerte de miles de personas al año.

CIMACFoto: Camelia Muñoz

Otra de las propuestas de Javier Milei consiste en desaparecer la Educación Sexual Integral (ESI) de las escuelas públicas. De acuerdo con Andrea Iris D’Atri, candidata a legisladora del Frente de Izquierda, la ESI contribuyó a que entre el 70 y 80 por ciento de niñas, niños y adolescentes de entre 12 y 14 años víctimas de violencia sexual en Buenos Aires reconocieran los abusos a los que fueron sometidos y fueran capaces de denunciarlos.

A pesar de esto, Milei afirma que de llegar a la presidencia eliminaría la ESI porque —asevera— la educación sexual deforma la mente de las infancias y de las y los adolescentes. El candidato también incluye en esta categoría al feminismo, al cual (junto con los pueblos originarios) califica como un “mal” que destruye los valores de la sociedad.

Una reforma institucional contra las argentinas a favor del capital

Al ver al Estado como el gran problema para el desarrollo económico de Argentina, Javier Milei propone eliminar diversas instituciones que él considera parte de este problema. Entre ellas se encuentran once ministerios como los de Trabajo, Empleo, Seguridad Social, Ciencia, Tecnología e Innovación… y el Ministerio de la Mujer.

Milei ha hablado al respecto aludiendo a su oposición al feminismo. Incluso, en mayo de 2022, durante la presentación de un libro escrito por él, aseguró que la única igualdad es la que se produce ante la ley y declaró ante la prensa: “no voy a pedir perdón por tener pene”. También en ese evento anunció su intención de desaparecer a dicho Ministerio.

Pese a estas opiniones radicales, Javier Milei se quedó con el 30 por ciento de los votos de las elecciones primarias. Esto representa cerca de 7 millones de personas que mostraron su preferencia por el LLA. Sin embargo, aún hay esperanzas de que estos resultados no se repitan en octubre. Esto, debido a la baja participación ciudadana que hubo el pasado 13 de agosto. 

Se calcula que ese día, solo el 69.5 del total de las y los votantes participó. De acuerdo con la empresa financiera J.P. Morgan, entre las elecciones primarias y las elecciones definitivas de octubre suele haber un aumento de cuatro puntos porcentuales en el número de votantes, por lo que aún es posible que el resultado del pasado domingo se revierta y, con ello, se evite una regresión en los derechos humanos de las mujeres en Argentina

Mujeres, quienes sostienen a migrantes sobrevivientes del incendio en Ciudad Juárez

Históricamente a las mujeres se nos ha designado el papel de cuidadoras, quienes sostenemos la dinámica familiar. En las familias migrantes somos parte de las cadenas de cuidados, a la migración de la pareja no solo cumplimos el rol de cuidadoras, sino que nos encargamos de buscar los medios para completar el gasto familiar, porque una remesa no basta. En número simples, la remesa representa solo 2 pesos de los 10 que necesita una familia para su gasto mensual, y si están destinados a bienes inmuebles no se pueden contar con ese dinero.

Cuando es la mujer quien migra son otras mujeres -hijas, hermanas mayores, madres, suegras o tías, las que se encargan del cuidado de las y los más pequeños. Pocas veces ellas tienen la posibilidad de elegir si aceptan cuidar o no a esa niñez y adolescencia, se convierten en el eslabón más débil de las cadenas globales de cuidados. Pero las migrantes no escapan a ese rol, a su vez, ellas se convierten en cuidadoras de otras personas (niñez, adolescencia o personas enfermas o de la tercera edad) ayudando a sostener el desarrollo de las familias en los países de destino.

En el caso de las parejas y madres de los sobrevivientes del incendio en la estancia migratoria de Ciudad Juárez, la fotografía se repite, pero ahora con sus hijas e hijos y sus parejas, quienes tras el incendio tienen secuelas de por vida y dependerán para siempre de alguien más. Ahora no solo cuidarán de ellos, también sostendrán los gastos familiares. 

La noche del 27 de marzo, la vida les cambió a 67 familias migrantes. Un incendio en la estancia migratoria de Ciudad Juárez cobró la vida de 40 migrantes y dejó a 27 con estragos físicos y neurológicos de por vida. Agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) decidieron no abrir la celda de los hombres. Sus familias se romperían para siempre, en lo literal y lo metafórico. 

Estos 67 hombres formaban parte de las más de 60 mil detenciones migratorias de hombres que se hicieron en el primer trimestre del año en todo el país, y las 2 mil 675 en Ciudad Juárez, así como de las detenciones arbitrarias que realizan lo mismo policías locales que Guardia Nacional y agentes migratorios. 

Aunque las afectaciones las vivieron los jóvenes migrantes, sus familias han sostenido el proceso de rehabilitación de los sobrevivientes, el duelo de quienes murieron y la reconstrucción de los proyectos de vida de las familias sin el padre o el hijo.

Mario salió de Honduras porque se quedó sin trabajo y la situación económica en su país es compleja, buscaba darle mejores oportunidades a su hija. Aunque sobrevivió, poco recuerda de esa noche. Estuvo más de un mes en el hospital, y debido a que dejó de recibir oxígeno por un periodo largo durante el incendio, tiene daños neurológicos, además de los físicos. Daniela, su pareja, e Irma, su mamá, se enteraron de lo ocurrido por la televisión, incluso el nombre de Mario apareció como parte de los fallecidos. Ellas comenzaron a buscar información, pero fue inútil. Ninguna autoridad les llamó. Luego de semanas se comunicaron con ellas de un hospital pues necesitaban su autorización para intervenir quirúrgicamente a Mario. Respiraron al saberlo con vida.

En Honduras buscaron quién les prestara dinero para viajar a México y apoyo para tramitar sus visas. Nunca imaginaron el escenario que encontraron. Mario no se acuerda de su hija, le cuesta trabajo sostener una conversación y a momentos parece perdido en los recuerdos de esa noche. Aunque Irma da gracias que su hijo está vivo, sabe que no volverá a ser como antes, “doy gracias a Dios que mi hijo esté vivo, pero ¿qué vida le espera?, mi hijo era trabajador, platicador y ahora me duele verlo así”. “Es difícil ver a mi esposo así, es como un niño, yo tengo que hacerle casi todo. También duele saber que no recuerda a su hija, y pienso que también a él le dolerá no recordar”.

Para Elizabeth la situación no es diferente, su esposo también tiene afectaciones de por vida en órganos internos y neurológicas. En Guatemala se quedaron sus dos hijos al cuidado de su abuela, ella está aquí desde hace meses sosteniendo a Ricardo, ayudándolo con su seguimiento médico y tratando de entender en qué momento la búsqueda de mejores oportunidades para su familia, de brindarles estudios a su hija e hijo terminó con su esposo encerrado en una celda, con quemaduras internas y externas y complicaciones neurológicas. “Estoy dividida, aquí está mi esposo, pero allá están mis hijos”. 

Dalia vino a cuidar a su hijo, en su país quedaron sus otros hijos y su esposo. Tuvo que renunciar a su trabajo. Mariana, hipotecó su casa para el viaje de su hijo, ahora todo lo que construyó por años está en riesgo de perderlo, porque este gobierno criminalizó la migración y los agentes migratorios encerraron a las personas -aún si contaban con documentos de estancia migratoria regular- en condiciones deplorables y decidieron no abrirles la celda en medio del incendio. 

Las mujeres de las familias de los migrantes fallecidos, no solo tienen que sostener el proceso de duelo con sus hijas e hijos, sino reinventarse para sostener a sus familias, en contextos de pocas oportunidades y violencias reiteradas, las mismas causas que empujaron a sus parejas, hermanos e hijos a salir de sus países en busca de mejores oportunidades, de vidas dignas. 

En la mayoría de los casos son las mujeres quienes están sostenido las luchas: por atención médica, por recuperación psicológica, por sus hijas e hijos, por justicia, por reparación del daño, y por recuperar sus proyectos de vida en familia.

Si hacemos un recuento personal, familiar o histórico de las grandes luchas y acontecimientos trágicos de nuestras vidas y países, serán las mujeres quienes estarán sosteniendo las luchas. Es urgente reconocer que el cuidado es trabajo, reconocerlo es reconocernos, es buscar mejorar sus situaciones y resignificarlas en la historia. 

Los feminismos ancestrales de mujeres en Xochimilco que van a la defensa del agua y la vida

CIMACFoto: Diana Hernández Gómez

Las defensoras de la tierra hicieron esta denuncia durante una conferencia de prensa celebrada tras la clausura de la Tercera Asamblea Nacional por el Agua y la Vida. En esta conferencia, aseguraron que se está arrasando con los territorios de los pueblos gracias a complejos megaurbanizadores, habitacionales y comerciales, tal como el proyecto Mítikah construido en el corazón del pueblo originario de Xoco en Coyoacán o la construcción de la Línea 12 en Tláhuac.

Una de las consecuencias de estos proyectos es la escasez de agua, la cual —afirman las defensoras de este recurso— quintuplica las jornadas de trabajo para las mujeres, quienes se hacen cargo de las labores de cuidado en mayor medida que los hombres. Esta situación puede desembocar en casos de violencia familiar y también en violencia económica.

Por otro lado, el despojo territorial también atenta contra los saberes y la autonomía de las mujeres originarias, quienes además se enfrentan al aumento en los índices de violencia sexual y feminicidios en los lugares que habitan. De hecho, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Xochimilco está en la lista de los 100 municipios con más casos de feminicidio en lo que va de 2023.

Durante la conferencia de prensa, Hortensia Telésforo Jiménez (originaria del pueblo San Gregorio Atlapulco, Xochimilco) aseguró que, anteriormente, la Ciudad de México era un territorio donde no existía tanta violencia en contra de los pueblos originarios. No obstante, afirma que esto ha cambiado en los últimos años.

Con micrófono en mano, Hortensia Telésforo Jiménez. CIMACFoto: Diana Hernández Gómez

“La Ciudad de México se tenía como una de las ciudades donde no se generan este tipo de violencia”, afirmó la defensora y agregó que esto ha cambiado, pues últimamente, organizaciones como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) han observado una violencia creciente en contra de los pueblos originarios del Valle que se han opuesto a diversos megaproyectos y saqueos de recursos en sus territorios.

A pesar de esto, la defensa de la tierra y el agua —aseguraron este 15 de agosto— es posible gracias a las mujeres que luchan y resisten y a los feminismos ancestrales que se movilizan en diferentes partes de México. Las mujeres integrantes de estos movimientos no desisten en sus exigencias a favor de la vida y reiteran el llamado a las autoridades de cesar el despojo en su contra y las manifestaciones de violencia contra quienes se defienden ante él.

Situación de violencia contra mujeres en Xochimilco

Junto con Hortensia Telésforo, mujeres de diversos pueblos originarios de México denunciaron públicamente que varias defensoras de sus territorios están enfrentando situaciones de hostigamiento y persecución política, específicamente en la alcaldía de Xochimilco en la Ciudad de México. Asimismo, aseguraron que los índices de violencia contra las mujeres han aumentado de manera alarmante en aquellos pueblos despojados de sus recursos naturales por el Estado y otros agentes como la Guardia Nacional.

En la conferencia celebrada este 15 de agosto, a través de un comunicado conjunto, defensoras y defensores del agua aseguraron que su compañera Patricia González Guzmán (originaria de San Gregorio Atlapulco) está enfrentando diversos procesos penales y situaciones de violencia institucional por su trabajo en la protección del territorio.

González Guzmán es presidenta del comité Pro-panteón de San Gregorio Atlapulco. Tanto ella como otras y otros habitantes han denunciado las intenciones del gobierno de Xochimilco de apoderarse del panteón comunitario y la falta de ejecución adecuada del presupuesto participativo que se ganó desde 2022 para este cementerio. A raíz de su oposición al respecto, las autoridades de Xochimilco interpusieron una denuncia penal en contra de Patricia González.

De izquierda a derecha, Xochiquetzal Mendoza y Anselma Margarito, defensoras del agua y la vida durante la conferencia de este 15 de agosto de 2023. CIMACFoto: Diana Hernández Gómez

Además de esta denuncia, la defensora también ha sido blanco de agresiones físicas, acoso y hostigamiento por parte de las autoridades. De igual forma, sus compañeras aseveran que Patricia ha recibido amenazas de muerte. Según se afirmó durante la conferencia de este 15 de agosto, la misma situación de hostigamiento y violencia se repite con las mujeres que forman parte de las autoridades tradicionales de San Gregorio Atlapulco y con las integrantes del Concejo Autónomo de Gobierno en Xochimilco, a quienes —señalan— se ha difamado a través de redes sociales y se les ha agredido física y psicológicamente. Incluso, aseguran que se ha incitado al linchamiento público en su contra.

Días antes de estas declaraciones, el pasado 9 de agosto, Laura Montes y Mariana Cruz Marín (también originarias de Xochimilco) denunciaron la falta de atención a sus demandas por la construcción de dos cuarteles de la Guardia Nacional en sus territorios. Al respecto, Hortensia Telésforo Jiménez aseguró que la presencia de dicha institución con esencia militar también forma parte de los problemas que están afectando a su comunidad actualmente.

Telésforo Jiménez aseveró que, de hecho, la violencia militar se está enfocando específicamente en quienes defienden el territorio. “No somos criminales, no somos gente con intenciones delictivas, somos vecinos que lo único que hacemos es cuidar lo que nos han dejado nuestros ancestros”, agregó, y lamentó que se pierda la dimensión de este objetivo y en su lugar se reprima a las personas defensoras del territorio hasta llegar incluso a asesinarlas.

Alarmas siguen encendidas por situación de la mujer en Afganistán

 

Niñas en una escuela de la ciudad de Mazar-i-Sharif, en Afganistán. El derecho a la educación, sin embargo, está sumamente restringido para las jóvenes y las mujeres por orden de la milicia talibán, junto con restricciones de vestuario, tránsito, acceso al trabajo y participación en la vida pública. Imagen: Mark Naftalin / Unicef

NACIONES UNIDAS – Dos años después de que los talibanes tomaron el poder en Afganistán, el 15 de agosto de 2021, continúan las alarmas encendidas en el sistema de las Naciones Unidas por la situación de los derechos humanos y en particular por la masiva opresión sobre las mujeres en ese país.

Han sido “dos años que han cambiado la vida de las mujeres y niñas afganas, sus derechos y su futuro. Debemos amplificar sus voces en la lucha por sus derechos a la educación y el trabajo”, dijo la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, en una publicación en su cuenta en X (anteriormente Twitter).

De su lado, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, llamó a la comunidad internacional a “no olvidar al pueblo afgano que, además de enfrentar serias restricciones a sus derechos humanos, vive una situación humanitaria y económica desastrosa”.

“Ningún afgano se salva de una forma u otra de la violencia y el conflicto de las últimas cuatro décadas”, dijo Türk en un comunicado, y señaló que las víctimas y sus familias continúan buscando la paz, la justicia y exigiendo responsabilidades.

El movimiento islamista talibán, en guerra contra las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados en Afganistán, se hicieron con el poder hace dos años e implantaron un régimen que, entre otras medidas, implantó rígidas normas de vestuario y vida de las mujeres y cercenó sus derechos a la educación, trabajo y libre tránsito.

Las agencias de la ONU reivindican que continúan trabajando sobre el terreno en Afganistán, supervisando, documentando y defendiendo cuestiones de derechos humanos, además de brindar asistencia humanitaria en áreas como la educación –hasta donde se permite-, la salud y la alimentación.

La jefa de la agencia ONU Mujeres, Sima Bahous, acusó a los talibanes de “haber impuesto el ataque más completo, sistemático y sin precedentes contra los derechos de las mujeres y las niñas” desde que asumieron el poder.

“A través de más de 50 edictos, ordenanzas y restricciones, los talibanes no dejaron intacto ningún aspecto de la vida de las mujeres, ni escatimaron en libertad”, dijo en un comunicado Bahous.

Para las responsable, las autoridades de facto en Kabul “han creado un sistema basado en la opresión masiva de las mujeres que es justa y ampliamente considerado apartheid de género”, es decir, semejante al régimen de segregación racial (apartheid) implantado en Sudáfrica a lo largo del siglo pasado.

También el Fondo Mundial de la ONU para la Educación en situaciones de emergencias y crisis prolongadas lanzó una campaña para amplificar las voces de las niñas y las jóvenes afganas, en defensa de su derecho a la educación.

La campaña “Voces de jóvenes afganas” presenta testimonios de personas cuyas vidas se han visto bruscamente trastocadas por la prohibición que les impide perseguir su educación y sus sueños.

Sus palabras se transmiten junto con ilustraciones que describen tanto la desesperación experimentada como su fortaleza frente a la prohibición de su educación, indicó el Fondo, que sumó a la antigua capitana del equipo de robótica de las niñas afganas, Somaya Faruqi.

La situación en Afganistán “está afectando enormemente a la salud mental de las niñas, y los índices de suicidio entre ellas han aumentado en los dos últimos años. Es más urgente que nunca actuar ahora, y espero que el año que viene celebremos su libertad en lugar de señalar su opresión”, declaró Faruqi.

Bahous elogió que “ante las circunstancias más hostiles, las mujeres afganas se pronuncian en contra de las violaciones, brindan servicios que salvan vidas, poseen y operan negocios, dirigen organizaciones, y su valentía debe inspirarnos a una mayor acción”.

A-E/HM

Lideresas sociales demandan prioridad real para las mujeres chilenas

 

Aida Moreno, fundadora de la Casa de la Mujer Huamachuco, en el municipio de Renca de la zona norte de Santiago de Chile, frente a una arpillera bordada para representar una de la ollas comunes organizadas durante la dictadura militar para dar alimento básico a niños y adultos en esa popular barriada. Imagen: Orlando Milesi / IPS

SANTIAGO – Lideresas sociales reconocen que la igualdad de género gana terreno en Chile, pero sostienen que aún queda mucho camino por recorrer para convertir en realidad los discursos que prometen “emparejar la cancha” entre mujeres y hombres y resaltan la importancia de atender el tema de los cuidados.

“Nosotras hacemos feminismo popular, porque estamos mirando todo, no solamente la mujer sino la familia, desde la mirada de género”, dijo a IPS la lideresa social Aída Moreno, una histórica bordadora en tejido de arpillera, quien fundó en 1989 la Casa de la Mujer Huamachuco, en el municipio de Renca, en el noreste de Santiago.

Sostiene que la desigualdad de género es aún «una herida abierta en Chile».

“Está sobre el tapete el tema de los cuidados, por ejemplo, pero aún no se resuelve nada. Son puras esperanzas las que tenemos”, afirma esta dirigente de 77 años en las instalaciones de su organización.

“Muchas las brechas que tenemos en cuanto al varón que sale a trabajar y vuelve a descansar. El jamás se desvela pensando qué va a cocinar al día siguiente lo que, además, es doble trabajo cuando no hay plata”: Aida Moreno.

Carolina Cartagena, de 42 años, es secretaria nacional de la Asociación Yo Cuido, con sede en el municipio de Villa Alemana, en la región de Valparaíso, a 131 kilómetros al norte de la capital chilena.

En una entrevista con IPS en la sede de la Asociación, afirma que “hay muchas mujeres cuidadoras cuya salud mental ya está sobrepasada. Tenemos casos extremos”. “¿Y cómo queda la persona objeto de cuidados si su cuidadora no está bien mental, económica y emocionalmente?”, se pregunta.

Los derechos de las personas cuidadoras de otras emergieron con fuerza luego que el presidente de izquierda Gabriel Boric los incluyó entre las prioridades de su política social e instruyó a los respectivos ministerios de la integración transversal del tema.

Celebración de instructores y participantes en la jornada de bienvenida del lanzamiento
 del Ciclo de Talleres destinado a cuidadoras organizado por la Asociación Yo Cuido, 
en su sede central en el municipio de Villa Alemana, en la región chilena de Valparaíso. 
Los talleres incluyen danzaterapia, huertos caseros, musicoterapia y yoga, 
entre otras disciplinas. Imagen: Orlando Milesi / IPS

El primer paso fue abrir un registro de personas cuidadoras dentro del Registro Social de Hogares. Desde 2022 el Estado entrega a las personas que han acreditado que son cuidadoras una credencial que por ahora les brinda facilidades para acelerar los trámites en los servicios públicos.

El Ministerio de Desarrollo Social y Familia calcula que en una primera etapa se inscribirán en el registro nacional de cuidadores unas 25 800 personas. Su estimación es que hay 470 000 cuidadores internos informales, como definen a las personas que viven en el mismo hogar y asisten a familiares de manera no remunerada.

También hay 1, 12 millones de chilenos que requieren un cuidador y una encuesta de ese ministerio reveló que 85 % de las personas cuidadoras son mujeres.

Para Cartagena el registro es un avance pero “queda mucho por hacer” para las personas cuidadoras.

La dirigente cree que “lo más urgente es un sistema de cuidados que sea constante y permanente. En muchos casos hay programas estatales, pero duran tres meses y ¿qué haces el resto del año?”.

Cartagena se refiere a un proyecto, por ahora piloto y solo en algunos municipios como Villa Alemana, que dura tres meses y facilita asistencia médica, terapias y rehabilitación. La demanda es que sea permanente y de nivel nacional.

Yo Cuido reúne a 800 familias de cinco regiones de este alargado país que discurre en el estrecho territorio entre la cordillera de Los Andes y el océano Pacífico: la Metropolitana de Santiago, en el centro; O’Higgins y Valdivia, en el sur; y Valparaíso y Coquimbo, en el norte.

La asociación sostiene que la labor de cuidado es una corresponsabilidad estatal y no solamente familiar y de pareja pues el Estado ahorra recursos con el trabajo de las personas cuidadoras.

Aida Moreno junto a otras tres participantes en la Casa de la Mujer Huamachuco 
posan frente a una serie de arpilleras que serán exhibidas en el Centro Cultural 
del palacio presidencial de La Moneda con motivo de los 50 años del golpe 
militar que encabezó el general Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973. 
Imagen: Orlando Milesi / IPS

Una realidad modificada

Las condiciones generales de vida de las mujeres en este país sudamericano de 19,5 millones de habitantes han cambiado en las últimas dos o tres generaciones con avances en participación económica y niveles educativos.

A la extensión de los periodos pre y post natal y el incremento de guarderías, siguió una ley más dura para condenar los feminicidios y la despenalización del aborto en tres causales terapéuticas: malformación del feto, peligro de la vida de la madre o violación.

Pero, este último logro está hoy amenazado por el partido Republicano, de extrema derecha, que es mayoría en el Consejo que tiene el objetivo de proponer el texto de una nueva Constitución, que será sujeto a un plebiscito en diciembre.

“En muchos casos la persona nace con  algún tipo de discapacidad  o dependencia. Hay una precarización, una vulnerabilidad. Y el Estado y la sociedad te castigan por estar al cuidado. Quedas sin previsión de salud, cesante, muchas veces sin apoyo ni corresponsabilidad familiar”. Carolina Cartagena.

La socióloga Teresa Valdés, del Observatorio de Género y Equidad, indicó a IPS que “se mantienen las brechas de género y también las condiciones de discriminación, principalmente lo que tiene que ver con el machismo, el acoso y  la dificultad para desarrollarse en los espacios laborales”.

Añadió que la experiencia de la desigualdad es muy heterogénea, dependiendo de donde estén las mujeres.

En Chile 47,7 % de los hogares están encabezados por mujeres, de acuerdo a la gubernamental Encuesta de Caracterización Socioecómica Nacional de 2022 y 58,7 % de ellos corresponden a hogares pobres.

La última Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, de 2015, evidenció que las horas dedicadas al trabajo no remunerado en un día tipo alcanzan a 2,74 en los hombres y a 5,89 en las mujeres chilenas.

La socióloga Valdes alertó también sobre los elevados índices de violencia contra la mujer en el país, que van contracorriente de las políticas de promoción de la paridad de género.

“La última encuesta de prevalencia dice que dos de cada cinco mujeres han vivido situaciones de violencia en parejas  y son números mas altos que antes. No sabemos si es porque hay más que antes o porque hay más sensibilidad y reconocimiento de esa violencia”, afirmó.

Y lamenta que no haya capacidad en los programas públicos para atender a estas víctimas  en salud o en el sistema judicial.

“Esa es una deuda enorme y seguimos con un número importante de feminicidios al año”, indicó. En 2022 hubo en el país 43 asesinatos de mujeres por razón de su género, según el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género.

Carolina Cartagena, secretaria nacional de la chilena Asociación Yo Cuido, 
con una casaca de color morado que caracteriza a las integrantes de este movimiento 
de mujeres cuidadoras. La sede central, del mismo color, es el espacio para reuniones,
 talleres y jornadas de formación, capacitación y convivencia de las cuidadoras. 
Imagen: Orlando Milesi / IPS

Huamachuco, pilar de capacitación y servicios comunitarios

La Casa de la Mujer Huamachuco es un centro de capacitación y de lucha contra la pobreza y la discriminación de las mujeres.

Comenzó como un lugar donde se instalaron, en 1989, ollas comunes para garantizar la alimentación de niños y familias. Luego derivó en un centro de formación y desarrollo de bordados, en especial de arpillera, el tejido elaborado con yute o cáñamo, cuyas obras artesanales están por exponerse en el presidencial palacio de la Moneda. Más tarde un lugar para aprender oficios como peluquería o costura.

Actualmente ofrece una amplia gama de talleres y cursos que incluyen repostería, joyería, masaje terapéutico y un curso de habilidades digitales impartido por Mujeres Emplea, del Sistema de las Naciones Unidas, liderado por ONU Mujeres.

Pero, sobre todo es un lugar de apoyo a mujeres que sufren diversos tipos de violencia y que en la Casa se sienten protegidas por sus iguales.

Moreno afirma que antes las mujeres trabajaban igual o más que hoy y no se les reconocía. Indica que ahora se valora más su quehacer, pero de manera todavía «muy insuficiente».

“Son muchas las brechas que tenemos en cuanto al varón que sale a trabajar y vuelve a descansar. El jamás se desvela pensando qué va a cocinar al día siguiente lo que, además, es doble trabajo cuando no hay plata”, dice.

“Hoy estamos poniéndole valor al trabajo de la mujer. No digo precio, a pesar que podría decirlo porque si un hombre solo tuviera que pagar los servicios de lavado, comida, etcétera, no alcanzaría con lo que gana”, asevera.

Moreno está preocupada también por los niños y subraya que “es un trabajo que no tiene precio el prevenir la violencia en ellos”.

La Casa de la Mujer Huamachuco impulsa ahora un proyecto muy relevante: la recuperación de estudios, con seguimiento, a los niños desertores de la educación básica.

“Se trabaja con niños y familias y se apunta a reinsertarlos a otro colegio. Se buscan los colegios y se hace acompañamiento. Por lo general son casos críticos,  de padres que están presos o similares”, relata.

Dos jóvenes educadoras de párvulos en una sala de la guardería que recibe diariamente a 30 niños del popular 
sector de Huamachuco. La guardería es una iniciativa de las propias pobladoras y fue premiada por ONU Mujeres, 
que regaló todos los implementos para ser instalados en otra iniciativa similar en el mismo municipio de Renca, 
parte de la Región Metropolitana de Santiago de Chile. Imagen: Orlando Milesi / IPS

Cuidadoras imploran por tiempo libre

“El reconocimiento de los cuidados es urgente porque las mujeres nos empobrecemos más estando en la casa sin poder salir a trabajar para mejorar la calidad de vida”, reflexiona  Moreno.

Es también una petición central de la Asociación Yo Cuido.

“Mi hija, de cinco años, tiene parálisis cerebral. Hay muchas mamás con niños de espectro autista. Hay cuidadores que cuidan dos a tres personas. El problema es transversal e incluye el Alzheimer. Hay mujeres que cuidan a mamás de 90 años”, describe Cartagena.

Y lamenta que no haya una legislación que proteja a las personas cuidadoras.

“Estamos luchando por un sistema de apoyo y cuidado que se está impulsando con diálogos participativos en distintos municipios para conocer las necesidades de las cuidadoras”, cuenta.

“Nunca más solas”, es el lema de esta Asociación, creada el 2018 y autodefinida como nacional, sin fines de lucro, de acción social y no asistencialista.

“En muchos casos la persona nace con  algún tipo de discapacidad  o dependencia. Hay una precarización,  una vulnerabilidad. Y el Estado y la sociedad te castigan por estar al cuidado. Quedas sin previsión de salud, cesante, muchas veces sin apoyo ni corresponsabilidad familiar”, relata Cartagena.

Una bailarina e instructora muestra su danza a las cuidadoras de la chilena Asociación Yo Cuido durante el lanzamiento de los talleres organizados para capacitar a las alumnas y entusiasmarlas con los efectos positivos del baile para mantener e incrementar su salud mental. Imagen: Orlando Milesi / IPS

Añade que muchas cuidadoras sufren deterioro sicológico, emocional y, además, pobreza.

“Un objetivo principal de nuestra Asociación es velar por el derecho de salud mental de las cuidadoras”, destaca.

Indica que el trabajo de cuidado está feminizado, ya que 90 % de las asociadas son mujeres.

“Queremos que haya centros donde puedan llevar a la persona a sus cuidados y así las cuidadoras puedan trabajar aunque sea unas horas diarias”, reseña.

Ese rol cumple la guardería en Huamachuco que atiende a mujeres que sufren violencia física, sicológica o económica.

“La mayoría de las madres en estos proyectos son mujeres solas que no tienen redes. Y tienen que salir a trabajar encargando los niños a otras personas”, advierte Moreno.

ONU Mujeres recompensó la labor de esta guardería donando otra similar totalmente implementada que se instalará en otro lugar de Renca.

Esta lideresa casi octogenaria cuenta, con orgullo, que “los frutos los tenemos a la vista porque hay jóvenes que hoy día son profesionales  y que dicen bueno…si no hubiese sido por esta guardería no sé que habría sido de nosotras”.

ED: EG