12/20/2014

Tiempo de Mujeres programa de genero desde CFRU la radio Universitaria de Guelph sabado 20 diciembre 2014

Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph
en Ontario, Canadá
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MUJERES POR LA DEMOCRACIA

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Noticias de Género en la Red



Género en la mira con

 Daniela Villegas
Alaide Foppa 
hoy eGénero En lMira el espacio de nuestra amiga y compañera la mexicana maestra en estudios de género Daniela Villegas desde Sydney Australia, nos habla sobre la poeta, crítica de arte, académica y pionera del feminismo en Latinoamérica, Alaíde Foppa, y la serie de eventos realizados tanto en Guatemala como en México para recordarla

Alimentarse con conciencia evitando comida chatarra
Las grandes empresas hacen dinero a costa de nuestra salud, casi nunca nos enteramos que beneficios nos trae el cunsumo de los alimento que compramos, si la mayoría de las personas comprendieramos la importancia de la alimentación en el objetivo de alcanzar una vida saludable, estamos seguros que las ventas de comida chatarra de esas grandes empresas disminuirían notablemente, pero bueno eso aún no sucede, ya sea por el tipo de vida o simple indiferencia, la gente se obliga mucho más a saciar el hambre que a consumir alimentos que beneficien el organismo con sus verdaderos nutrientes, hoy tenemos una entrevista con nuestra amiga la mexicana quimica farmaco-bióloga especialista en nutrición Angeles Carpinteiro para hablar sobre como alimentarnos con conciencia

y es precisamente que estas grandes empresas en la carrera de la inversión y las ganancias despojan las tierras de la comida natural, por adelantos tecnológicos pagamos duras consecuencias y directamente quienes son poseedoras de la tierra, las campesinas sufren una enorme serie de violaciones a sus derechos humanos, sería importante analizar que tantos son los beneficios y cuales las consecuencias de estas inversiones, México es hoy un ejemplo de la violación a la soberanía con mega proyectos que no han sido consultados por quienes son los dierectamente involucrados, hablaremos sobre -

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Alaíde Foppa, heroína latinoamericana




El pasado 3 de diciembre se celebró el centenario del natalicio de la poeta, crítica de arte, académica y pionera del feminismo en Latinoamérica, Alaíde Foppa, con una serie de eventos tanto en Guatemala como en México, -naciones en que desarrolló su producción artística y académica-, en que se homenajeó su legado literario, de activismo y solidaridad con las minorías.


Dentro de las celebraciones se proyectó el documental Alaíde Foppa: la sin ventura (2014) de Maricarmen de Lara y Leopoldo Best en el que se explora la vida de la poeta quien fuera desaparecida el 19 de diciembre de 1980 en Guatemala, por agentes del servicio secreto, bajo el gobierno del dictador Romeo Lucas García.

Para comprender la obra poética, académica y feminista de Alaíde Foppa, es necesario comprender su vida, de la cual poco se ha divulgado, y la cual estuvo marcada por distintas migraciones voluntarias y forzadas, la búsqueda de la experiencia democrática y distintas memorias una íntima, privada vinculada a lo familiar, otra colectiva relacionada con sus experiencias de vejaciones en Guatemala durante las dictaduras y otra universal al evidenciar el atropello a los derechos humanos en el mundo

Alaíde Foppa nació en 1914 en Barcelona, España, su madre Julia Falla, era una mujer guatemalteca de clase alta y su padre Tito Livio Foppa, un argentino-italiano periodista y liberal. Su infancia y juventud la pasó en Argentina e Italia, siendo en éste último país donde realizó estudios de arte y literatura. Ya en la década de los cuarenta llega a Guatemala y adquiere la nacionalidad guatemalteca, dando inicio a su participación en las movilizaciones de la revolución guatemalteca de 1944 donde conoce al presidente Juan José Arévalo con quien tiene a su primer hijo, Julio.

Tras la imposición de una nueva dictadura en 1954 en Guatemala, Alaíde Foppa sale al exilio en México, -debido a la persecución política por parte del dictador Romero Lucas García.- donde se casa con el intelectual guatemalteco Alfonso Solórzano con quien tuvo cuatro hijos: Mario, Laura, Silvia y Juan Pablo. En México impartió cátedras, como la de Sociología de la Mujer en la Universidad Autónoma de México (UNAM) donde creó en 1972 el programa de radio Foro de la Mujer, así como la revista FEM, primer semanario feminista en México, producido en 1975.

Exceptuando los primeros libros, Poesías (Madrid) y La Sin Ventura (Guatemala), el resto de su obra poética se realizó en el exilio en México: Los dedos de mi mano, Aunque es de noche, Guirnalda de primavera, Elogio de mi cuerpo, y Las Palabras y el Tiempo (1979).


Durante la década de los setenta en pleno conflicto armado en Guatemala, tres de sus hijos, Silvia, Mario y Juan Pablo formaron parte de movimientos guerrilleros, el Ejército Guerrillero de los Pobres en Guatemala, siendo Juan Pablo y Mario asesinados por las fuerzas castrenses, en 1980 y 1981 respectivamente.

En 1980 Alaíde Foppa visita a su madre en Guatemala tras la muerte de su esposo Antonio quien fue atropellado en la ciudad de México ese mismo año. El 19 de diciembre de 1980 fue secuestrada y desaparecida junto con el chofer Leocadio Axtún por su pasaporte para no volver más, por presuntos miembros de la inteligencia militar guatemalteca.
 



“Si hay una heroína romántica de América Latina en el siglo XX es Alaíde Foppa”, señalaba en 2012, la escritora Elena Poniatowska, al recordar la desaparición forzada de la pionera del feminismo en Latinoamérica. Alaide Foppa fue una mujer excepcional, una inspiración y guía para todas las mujeres latinoamericanas que trabajan por mejores condiciones de vida y contra las desapariciones.

A 100 años de su nacimiento y 34 de su desaparición forzada en un contexto en el que México y Latinoamérica vive una violencia desbordada en que mujeres y hombres son desaparecidos de manera forzada es importante rescatar la memoria de tan importante figura para el pensamiento latinoamericano y feminista, como sucede con el documental de Alaíde Foppa: la sin ventura que continúa en exhibición en la Cineteca Nacional.

“Un ser que aún no acaba de ser.
No la remota rosa
angelical,
que los poetas cantaron.
No la maldita bruja que
los inquisidores quemaron.
No la temida y deseada
prostituta.
No la madre bendita.
No la marchita y burlada
solterona.
No la obligada a ser buena.
No la obligada a ser mala.
No la que vive
porque la dejan vivir.
No la que debe siempre
decir que sí.
Un ser que trata
de saber quién es
y que empieza
a existir.”

Mujer de Alaíde Foppa

México: Con engaño, un megaproyecto renta las tierras de mujeres indígenas



La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) presenta informe por la defensa de los recursos naturales

Los proyectos aprobados no han respetado el derecho a la consulta libre e informada, y han sido impuestos a las comunidades indígenas

Anaiz Zamora Márquez
México, DF., 03 dic. 14. AmecoPress/Cimacnoticias.- Las grandes empresas internacionales de extracción, eólicas o hidroeléctricas –cuya instalación fue aprobada sin consultar y sin dar información suficiente a quienes se verían afectados– destruyen los recursos naturales que son la fuente de ingresos económicos y alimentarios de mujeres indígenas y sus familias.
Todo ello ante un contexto de creciente criminalización en contra de quienes deciden defender el derecho a la tierra y al territorio. De acuerdo con la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), “como nunca” las y los defensores de la tierra son víctimas de agresiones, que si bien en su mayoría son orquestadas por los grandes corporativos son avaladas por elementos del Estado.
Hoy, en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro ProDH) se presentó el informe “No tenemos miedo. Defensores del derecho a la tierra atacados por enfrentarse al desarrollo desenfrenado”, realizado por el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos (OBS), integrante de la FIDH.
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Durante la presentación del informe, Andrea Cerami, integrante del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CMDA), aseguró que en gran parte de los proyectos que han sido aprobados por el Estado mexicano no se ha respetado el derecho a la consulta libre e informada, y que los proyectos son impuestos a las comunidades indígenas, lo que genera un conflicto socio ambiental, con repercusiones que pocas veces son visualizadas.
Ese es el caso de los proyectos de energía eólica construidos en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca –zona más angosta entre los dos océanos que rodean el territorio mexicano–, que según relatos de mujeres indígenas se edificaron sin informar a la población sobre las consecuencias que la generación de energía tendría sobre los recursos naturales.
Voces desde “La Ventosa”
En entrevistas realizadas previamente por Cimacnoticias, doña Emilia, indígena de la región y quien al hablar mezcla el zapoteco con el español, contó que vive rodeada de montañas en “la cinturita de México”, es decir, en Juchitán de Zaragoza, en la zona conocida como “La Ventosa”, que toma su nombre de los grandes vientos que azotan la región.
Cabe mencionar que la región del Istmo de Oaxaca es considerado por el gobierno federal como un sitio estratégico para el desarrollo del país, mediante la generación de energía eólica.
Hace algunos años ella y su hija caminaban todos los días hasta “sus tierras” para recoger lo que cosechaba su esposo –ahora migrante – y después bajar a venderlo a la “plaza” (mercado ambulante).
“Era bonito caminar porque te encontrabas a los animales, había unas aves grandes y de muchos colores y muchos conejos que según me han dicho sólo crecían aquí, pero ahora ni se ven”, contó.
Según el estudio de impacto ambiental realizado para la construcción del proyecto eólico, el Istmo de Tehuantepec forma parte de la ruta de aves migratorias.
Cada temporada pasan por la zona millones de aves de 130 especies; entre las especies en peligro (por la construcción) se encuentran la aguililla de alas anchas, la aguililla migratoria mayor y el halcón peregrino, protegidas por las leyes de México, Estados Unidos y Canadá.
La mujer aseguró que después de la instalación del “Parque Eólico La Venta II” las tierras ya no producen como antes, pues ahora “las cosas se dan más chicas y luego saben raro”, por eso extraña los tiempos en los que todo se daba sin remedios.
Otra de las mujeres de la región contó a Cimacnoticias que cuando se iban a instalar las plantas eólicas “nos dijeron todo lo bueno que nos iba a dejar, que les rentáramos nuestra tierra, pero no nos dijeron lo malo, no nos dijeron que la tierra se iba a podrir, de ahí vivimos y de ahí comemos; yo de ahí le daba de comer a toda la familia, igual que todos los que habitamos en la zona”.
A “tía Licha”, quien también contó su historia a Cimacnoticias, le alquilaron sus tierras; mensualmente recibe 600 pesos por el uso de cada hectárea; según dijo, no le advirtieron que no se podía acercar a la construcción, además lo que le pagan “no le alcanza para nada y es menos” de lo que ella ganaba por el comercio de sus productos, que también utilizaba para el autoconsumo y “ahora tiene que bajar a comprar”.
Las tres mujeres, además de las manos desgastadas por el trabajo de campo, también comparten el temor de decirse defensoras de la tierra.
Si bien participan en las movilizaciones y en los bloqueos carreteros que se realizan para oponerse a una nueva construcción, no forman parte de los representantes, pues “con los sustos que nos han metido ya nos da miedo que nos vayan a agarrar”.
De acuerdo con el informe presentado hoy, las y los defensores de la tierra son la voz de miles de personas que se ven afectadas por las ocupaciones de los corporativos, pese a ello son constantemente agredidos.
Entre 2011 y 2014 se documentaron 43 casos de asesinatos de defensores del derecho a la tierra y 123 de hostigamiento judicial, en ocasiones acompañado por detenciones arbitrarias a nivel mundial.
El OBS, que elaboró el informe, constató que muy frecuentemente los agresores son agentes de la policía, militares, de seguridad privada, o incluso “mercenarios”, cuyo objetivo es acallar las voces opositoras que podrían frenar un proyecto de inversión.
Foto: Archivo AmecoPress. Lideresa Comunidad Indígena Maya.

Mujeres rurales latinoamericanas demandan acciones urgentes para enfrentar el cambio climático




Adital
Sólo 17 millones de 58 millones de mujeres campesinas están consideradas parte de la población económicamente activa. Apenas 30% de mujeres rurales poseen tierras. El cambio climático magnifica desigualdades entre hombres y mujeres. Ante este escenario preocupante y en el marco de la COP20 [Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas], que se concluyó en este domingo, 14 de diciembre, en Lima, Perú, las mujeres rurales de distintos países de Latinoamérica presentaron su agenda frente al cambio climático y demandaron a los Estados Miembros alcanzar acuerdos vinculantes, tomar acciones urgentes para enfrentar este fenómeno y contemplar estrategias diferenciadas entre hombres y mujeres rurales.
inforegion.pe
Las mujeres, que forman parte de organizaciones provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador, Colombia, Perú, Bolivia y Paraguay, urgieron a los gobiernos de la región a demostrar voluntad política y tomar decisiones en beneficio del sector rural. "Las mujeres rurales somos las más afectadas por el cambio climático y las primeras en vivir sus efectos negativos”, señaló Elvira Sánchez, del Foro Centroamérica Vulnerable Unida por la Vida.
Por su parte, Beatriz Olivera, coordinadora regional de la Campaña CRECE de Oxfam [organización de derechos humano], agregó: "El cambio climático afecta a las mujeres de Latinoamérica aquí y ahora, y está impactando en el futuro alimentario en la región. Los gobiernos deben pasar a la acción”.
Entre las demandas se incluyen el reconocimiento por medio de políticas públicas del Estado del papel de las mujeres como productoras; un llamado a poner fin a todo tipo de violencia contra las mujeres; asignar presupuesto para programas de apoyo a mujeres rurales, indígenas y campesinas que incluyan medidas de mitigación y adaptación al cambio climático; reevaluar el impacto de los TLC firmados por distintos países; impulsar la agricultura familiar y garantizar el acceso y control sobre recursos naturales; y fortalecer los planes de prevención, gestión integral y reducción de riesgos frente al cambio climático, entre otras.
viaorganica.org
María Raquel Vázquez, coordinadora de la Red Centroamericana de Mujeres Rurales Indígenas y Campesinas, y Ángela Yibi Ramírez, de la Asociación de Usuarios Campesinos de Colombia, demandaron un alto a la violencia contra mujeres y hombres rurales que defienden su tierra. En tanto, María Edith Villanueva, coordinadora de Mujeres Campesinas de Honduras, puntualizó: "Ante los efectos del cambio climático, las mujeres que trabajamos la tierra exigimos acceso y control de recursos naturales de calidad”.
Exigieron también que se garantice el derecho a la alimentación; instrumentar incentivos para evitar que mujeres y jóvenes de comunidades rurales se vean obligados a migrar; regular los megaproyectos de las industrias extractivas, adoptar estrategias y políticas públicas transparentes de adaptación y resiliencia frente al cambio climático; e implementar presupuestos para el campo de calidad, transparentes y participativos.
"El monocultivo, la industria extractiva y el acaparamiento del territorio forman parte de un modelo que está destruyendo la Tierra y generando el cambio climático. Esto debe detenerse ahora”, concluyó Esperanza Cardona, coordinadora de la Comisión Política articulada en la Vía Campesina de Honduras.

“Dentro y fuera de mí, una revolución”: colectivos de varones antipatriarcales discuten las masculinidades en su tercer encuentro nacional


 

Los pasados 22, 23 y 24 de noviembre tuvo lugar en la ciudad de La Plata, el Tercer Encuentro Nacional de Colectivos de Varones Antipatriarcales. Al grito de “Bomba al Patriarcado”, 120 integrantes de colectivos de varones procedentes de Buenos Aires, Rosario, Mendoza, La Pampa, Córdoba, Venezuela, Bolivia y Uruguay, fueron convocados a “compartir diversas experiencias de varones organizados contra el machismo y el Patriarcado”. El último día marcharon hasta la Catedral platense, en un escrache al polémico obispo de La Plata Héctor Rubén Aguer.
Por Sarah Babiker
COMUNICAR IGUALDAD- Si bien el colectivo tiene cinco años, pudimos concretar nuestro primer encuentro hace tres, en Haedo, en un espacio recuperado que es El Transformador; el segundo encuentro fue en Mendoza y el próximo será en Rosario” nos cuenta el integrante del Colectivo de Varones Antipatriarcales de la Ciudad de Buenos Aires, Alejandro Aymú, quien estuvo presente en la Plata. “Sin ninguna duda nos inspiramos en el movimiento de mujeres, nos inspiramos en el feminismo y en el recorrido que las compañeras vienen sosteniendo y valoramos eso y tomamos como ejemplo los Encuentros Nacionales de Mujeres, pero hacemos nuestro propio recorrido” prosigue.
Encuentros que, como señala Aymú, tienen la impronta de los grupos locales anfitriones, en esta ocasión, el de La Plata, ciudad en la que surgió el primer colectivo.  Durante los tres días de la convocatoria “se realizaron talleres, asambleas plenarias para compartir actividades, lineamientos de acción y modos de organización y actividades artísticas y lúdicas con el fin de transitar este compromiso de cambio por todos los caminos posibles que es la deconstrucción de nuestras masculinidades para darle lucha al Patriarcado” comunicaba el colectivo local en una gacetilla posterior al encuentro.  Las distintas expresiones de violencia de género, el trabajo/explotación sexual, las relaciones entre eurocentrismo y masculinidades, el cuidado, las sexualidades, la heternormatividad o la familia patriarcal, fueron los principales ejes de discusión. El programa incluyó asimismo acciones hacia fuera, con el fin de enfrentar el desafío de abrirse.
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Si bien en el primer encuentro tuvimos un espacio de apertura – logramos sumar un colectivo de mujeres y pintamos juntas un mural en Haedo- , el año pasado, como lo hicimos en un camping alejado del centro de Mendoza, estábamos medio aislados. Esta vez pudimos compartir también con otras colectivas una actividad pública donde hubo un panel que se habló sobre el recorrido del feminismo y las cuestiones que tienen que ver con el derecho al aborto. Un espacio que se abrió (y se llenó)  para no reproducir esa endogamia en la que a veces nos encerramos. Pudimos también ofrecer una varieté siempre atravesando por las cuestiones de género” nos narra Aymú.
Dentro y fuera de mí, una revolución” se podía escuchar la noche del sábado. Así, como nos relata Aymú, los encuentros movilizan en lo personal y en lo común. “Le pusimos el nombre de Encuentro Nacional de Colectivos de Varones porque apoyamos que los varones nos organicemos en forma colectiva para poder deconstruir la masculinidad. Los encuentros nos permiten fortalecer esta construcción colectiva, compartir las experiencias de cada uno. Este año fue bastante interesante en cuanto a algunas definiciones que tienen que ver la separación de la Iglesia y del Estado.Así la cita concluyó con “una marcha a la Catedral que vivimos con gran emoción porque fue la primera vez que salimos a la calle en estos encuentros con un escrache al obispo Aguer, ese personaje tan nefasto”.

Construir una economía desde los pueblos y las mujeres



Marcha Mundial de las Mujeres
Adital

Como parte de la programación de la Cumbre de los Pueblos, en Lima, la Marcha Mundial de las Mujeres promovió con un conjunto de organizaciones una debate sobre la construcción de otras economías em contexto del cambio climático.


Con el título "Economia solidária y otras economias en escenarios de cambio climático", los ponentes abrieron la actividad señalando las contradicciones del sistema capitalista patriarcal, plantearon los cambios climáticos como un fenónemo mundial que afecta a los pueblos, y sobretodo las mujeres, de todo el mundo.

El mensaje es que, cada vez más, se vuelve necesario romper la lógica de acumulación que destruye territorios, contamina el água, extingue la biodiversidad y mercantiliza los cuerpos de las mujeres. En ese escenario, debatir otra economía es fundamental. Es necesario poner en xeque la lógica de la ganancia y fortalecer la construcción una economía basada en la solidaridad y en la igualdad entre hombres y mujeres. Hay que valorar y aprender como los pueblos construyen sus prácticas económicas en sus territorios y comunidades, una vez que esas prácticas son formas de resisténcia al neoliberalismo y a las diversas crisis que hacen parte de su história. Y eso supone reconocer el trabajo doméstico y de cuidados, realizado por las mujeres, como parte de la economía. Eso significa valorar esse trabajo como fundamental para la producción de la vida y, por lo tanto, como algo que debe ser asumido por el Estado y por toda la sociedad.

La actuación de los gobiernos progresistas en América Latina proporciona un contexto de conquistas para las mujeres, incluso en lo que se refiere a la legitimación de las prácticas económicas de los pueblos. En el caso de Bolivia, el movimiento feminista ha conquistado 40 articulos para la equidad de género, en la nueva constitución. O sea, hay un esfuerzo de reconocer el trabajo no pagado de las mujeres como algo que está en la esfera de la economía.

Mientras tanto, en el actual momento hay muchos desafíos presentes. Aún hay mucho por conquistar, por ejemplo en el campo de la violéncia contra las mujeres y la garantía de sus derechos reproductivos. Apesar de algunos avances, se reconoce que el Estado es patriarcal y por lo tanto, utiliza las estructuras de poder como forma de intensificar la subordinación de las mujeres, lo que se expresa también en las políticas económicas.

Toda Latinoamérica precisa unirse alrededor de un proyecto alternativo de economía para sostener la vida, que tenga como punto de partida los pueblos y las mujeres, como forma de construir fuerzas contra el capitalismo neoliberal, patriarcal, racista y colonialista. Y entre los princípios de ese proyecto deben estar la economía plural, la proteción a la Madre Tierra y, sobretodo, la equidad de derechos entre mujeres y hombres.

En la Cumbre de los Pueblos, en Lima, la Marcha Mundial de las Mujeres afirma, una vez más: "Economía Verde es una falsa solución! Economía feminista es la nuestra solución!”


¿Monotemáticas? No. ¿Reivindicativas? Sí

DESDE LA LUNA DE VALENCIA
Por: Teresa Mollá Castells*


El pasado viernes en una reunión de amigas feministas en Madrid mientras charlábamos animadamente sobre los feminismos, los retos que estos tienen y cómo lo veíamos cada una de nosotras, surgió la pregunta sobre si nuestros discursos son monotemáticos y por tanto pueden ser pesados y perder fuerza para quienes nos escuchan. 

Las respuestas fueron más o menos las mismas por parte de todas las presentes. No, no somos monotemáticas porque las soluciones a las desigualdades que sufrimos las mujeres no se han resuelto, ni mucho menos.

El machismo se camufla cada vez más y utiliza nuevas formas convirtiéndose en demasiados casos en neomachismo. Y éste, el neomachismo parte de posiciones próximas al feminismo en cuestiones sólo aparentes para renovar sus formas de mantener privilegios que son la base de las desigualdades.

Cuando escuchamos de un hombre la manida frase “No, yo no soy machista, pero...” estamos ante un neomachista, puesto que suelen continuar la frase con un “porque ayudo a mi mujer con las tareas de la casa, saco de paseo a los niños para que no la mareen mientras limpia la casa, o prepara la comida, etcétera”.

Y cuando le explicas que no se trata de “ayudar”, sino de COMPARTIR, es cuando saltan y te dicen aquello de “es que sois unas pesadas con esos temas, siempre estáis igual. Si ya tenéis más poder que los hombres. Ya estáis en todas partes. No entiendo qué queréis ahora. Vuestro discurso de feministas radicales es aburrido”.

Y así una larga retahíla de frases que podrían acabar con la paciencia de cualquiera. Pero no con la nuestra, con la de quienes tenemos compromiso feminista.

Cuando no se viven en propia piel las desigualdades y sólo se goza de privilegios, se tiende a culpar explícitamente a quien supone un peligro para el mantenimiento de esos privilegios.

Y por supuesto el feminismo en sí mismo cuestiona el orden establecido, ya que el mismo establece desigualdades claras y evidentes entre mujeres y hombres, por tanto atenta contra el mantenimiento de ese esquema de valores que mantiene privilegios para hombres y sometimiento para las mujeres. Y esto obviamente no gusta al patriarcado.

El permanente discurso criminalizador del feminismo por parte del patriarcado no es nuevo. Las formas cambian pero la esencia permanece. El patriarcado no va a renunciar al poder heredado gracias a los privilegios que la historia les ha otorgado y va a intentar eliminar cualquier peligro que suponga la renuncia a ese poder. Y el feminismo lo es.

La parte simbólica que se transmite a través de los potentes y eficaces (para el patriarcado, claro) agentes socializadores está repleta de mensajes segregadores y sexistas que a veces parecen incuestionables. Pero no lo son. Y de nuevo al ser cuestionados por el feminismo aparecen los discursos de antes sobre si somos cansinas o monotemáticas, etcétera.

Se intenta desprestigiar al feminismo no sólo desde las filas masculinas sino también por parte de muchas mujeres. No es raro escuchar de parte de algunas aquello de “es que yo no me siento ni creo estar discriminada como vosotras afirmáis”.

Esta alianza de mujeres con el patriarcado es una de las mejores bazas del machismo, puesto que no en vano históricamente se nos ha asignado, junto con los cuidados la tarea de la transmisión de los conocimientos y de los valores aprendidos y por eso a veces también hemos de escuchar aquello tan manido de “sois las mujeres quienes educáis en el machismo a los hombres; las que son machistas sois vosotras”.

¡¡¡Hay que fastidiarse con el mensaje misógino y patriarcal que resume esta frase!!!

Las estructuras patriarcales han funcionado históricamente porque han sido capaces de heteronormativizar las vidas de las personas en función de su sexo de nacimiento. A los niños se les han inculcado una serie de valores y a las niñas otros.

Y por supuesto con la complicidad total de los agentes socializadores (familia, escuela, religiones, medios de comunicación, etcétera), que no sólo no cuestionan esta heteronormatividad impuesta, sino que además la refuerzan incluso con algunos cambios para hacer “cambiar algo para que nada cambie”, y así mantener las cosas como están y al varón como centro universal, como destinatario de todo, incluso del lenguaje y también como protagonista casi absoluto en los libros de historia y también en los de texto de nuestra gente estudiante en todos los niveles.

En este estado de cosas, desde casi siempre ha habido gentes, sobre todo mujeres, que nos hemos cuestionado ese modelo que se nos impone.

Y, por supuesto, lo vamos combatiendo en la medida de lo posible de cada una e incuso de cada uno, puesto que aunque mayoritariamente somos las mujeres quienes alzamos la voz, cada día son más los compañeros de complicidades y afinidades que se unen a los diferentes feminismos, puesto que entienden que en un sistema segregador, perdemos todas las personas, mientras que en un sistema más igualitario también somos todas las personas las que salimos ganando.

Desde esa perspectiva combativa, alzamos la voz cada vez que una mujer es asesinada por ser mujer y denunciamos públicamente el terrorismo machista. Y se hace una y mil veces, las que hagan falta para hacer visibles los asesinatos del machismo.

Denunciamos campañas de publicidad sexistas en las que las mujeres son cosificadas con el objetivo de aumentar ventas de productos que mantienen el sexismo.

Iniciamos cuantas campañas sean necesarias para que nuestra voz llegue a parlamentos, ayuntamientos, etcétera, en la misma situación y proporción que la de los hombres.

Denunciamos presupuestos que no tienen en cuenta las necesidades de mujeres en demasiados sentidos. Incidimos cada vez que podemos sobre las desigualdades en el mundo laboral, tanto en el acceso como en los salarios, como en las condiciones o en la tipología de contratos que se realizan.

O también analizamos los datos que se facilitan del desempleo y vemos la situación de las mujeres. O nos movilizamos cuando quieren devolvernos a las cavernas en materia de derecho a decidir sobre nuestras maternidades y sobre nuestros propios cuerpos. Y así en un sinfín de situaciones de desigualdad que parten incluso antes del nacimiento de una niña o un niño.

Esa denuncia combativa permanente es por la que nos llaman cansinas y monotemáticas. Pues muy bien, para quien así piense, recordarle que sin las reivindicaciones de nuestras antepasadas y referentes, por ejemplo las sufragistas, las mujeres seguiríamos posiblemente sin derecho al voto, y que sólo desde las reivindicaciones cotidianas y continuas es posible cambiar las cosas.

Somos reivindicativas porque el patriarcado y todos sus aliados imponen desigualdades y hay que denunciarlo. Somos combativas porque nos siguen asesinando por ser mujeres, y el patriarcado y sus estructuras de poder miran hacia otro lado como se acaba de demostrar con los heridos y el muerto por temas futboleros, siendo ya 70 las mujeres asesinadas por el terrorismo machista.

Alzamos la voz porque en las escuelas, el modelo impuesto es el de mantener las cosas como están y por tanto que las niñas no puedan ocupar el patio de forma igualitaria, ya que el centro de éste es ocupado por los niños que juegan al futbol.

Somos críticas con las organizaciones de todo tipo porque cuando hablan de intereses generales, en realidad lo que están afirmando es que esos intereses son los masculinos y no los del conjunto de la sociedad, pese a que las mujeres somos más de la mitad de la población.

Seguimos denunciando desigualdades porque siguen existiendo en todo el mundo, y las mujeres y las niñas nos llevamos la peor parte siempre. Y mientras todo esto siga ocurriendo seguiremos reivindicativas y combativas.

Antes se secará la boca de quienes nos llaman cansinas o monotemáticas a que nosotras las feministas, solas o en grupos, las de antes, las predecesoras, las de ahora o las que vienen detrás, cejemos en nuestro empeño y alcemos nuestras voces en contra del patriarcado y de las profundas desigualdades que todavía siguen existiendo y que seguimos viviendo cada día.

Porque mientras los derechos de una sola mujer o niña sean vulnerados, seguiremos denunciándolo. Porque ser feminista es precisamente eso: luchar por una igualdad real entre mujeres y hombres.

Porque ser feminista es, aparte de un orgullo, un compromiso para que la sociedad y las estructuras, todas, cambien en aras de un presente y un futuro mejor para mujeres y hombres. Porque con la igualdad ganamos todas y todos.

Soy y seré feminista y quienes son realmente monotemáticos y pesados son quienes defienden la desigualdad. Yo me tengo por comprometida con un cambio para igualar derechos y oportunidades de forma real entre mujeres y hombres. Y en ello ando. ¿Te apuntas?

tmolla@telefonica.net

* Corresponsal en España. Periodista de Ontiyent.


CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | España.-

“El gran desafío es poner en crisis nuestra masculinidad”


 

Integrante del Colectivo de Varones Antipatriarcales de la Ciudad de Buenos Aires desde sus inicios, Alejandro Aymú se desempeña en el Área de Trabajo y Diversidad Sexual del Ministerio de Trabajo de la Nación y en el Centro Cultural de la Cooperación donde es asistente de comunicación, y forma parte de un espacio centrado en comunicación y géneros. Con él dialogamos sobre los inicios del colectivo, el viaje personal que lleva a cuestionarse la masculinidad hegemónica, y el recorrido común en la construcción de nuevas masculinidades posibles.

Por Sarah Babiker
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COMUNICAR IGUALDAD: Nos gustaría que nos contases brevemente los inicios del Colectivo de Varones Antipatriarcales en la Ciudad de Buenos Aires. 
Alejandro Aymú: Varones antipatriarcales surge en la ciudad de La Plata a partir de una experiencia de dos compañeros que venían de distintos  recorridos de militancia y al año vienen a hacer un taller a partir del cual se crea el espacio acá en Buenos Aires. De ese grupo inicial el único que quedó fui yo, el resto de compañeros que después formaron parte del Colectivo de Varones se fueron sumando. Es un recorrido que venimos haciendo, sosteniendo un espacio, a veces es difícil poder interpelar a los varones para emprender un camino que cuestione sus privilegios por el solo hecho de ser varón, que pongan en crisis el modelo de masculinidad en el que fueron, fuimos formados como varones y cómo nos constituimos como sujetos sociales.
¿Desde dónde interpelan a los varones? ¿cómo se va ampliando el colectivo?
A.A: La dinámica que nosotros venimos sosteniendo es a través de talleres  con una perspectiva de educación popular donde hay una parte que es de ejercicios físicos. Se trata de poner el cuerpo, de problematizar nuestra masculinidad a partir de ejercicios físicos que también tienen que ver con, básicamente, poner en juego el patriarcado que los hombres tenemos sobre nuestro propio cuerpo, cómo nos relacionamos con otros cuerpos de otros varones y poder romper con ese aislamiento que hay entre unos y otros, tratando de interpelarnos desde lo corporal para poder generar nuevos vínculos, nuevos modos de relacionarnos. Y por otro lado hay una parte de reflexión en torno a ejes determinados, nosotros venimos iniciando todos los años con un taller que es sobre masculinidad, qué es ser varón, problematizar ese sujeto masculino varón y después vamos abordando distintos ejes que tiene que ver con las militancias que tenemos hacia afuera del colectivo. Lo que es ser varón, aborto, prostitución o explotación sexual, heteronormatividad y micromachismos, son los que venimos trabajando todos los años y a partir de los cuales muchos compañeros se han ido acercando.
La segunda parte de este año hemos iniciado por primera vez un ciclo de formación teórica que la llamamos jornadas de lectura y debate donde abordamos los siguientes ejes, masculinidad, organizaciones de varones y feminismos – a ver si los varones podemos ser feministas – aborto, prostitución, identidades trans, el cuerpo como un territorio político. Lo hicimos con un grupo de compañeros y compañeras de militancia que forman parte de distintos espacios, no es un espacio académico, si bien estos compañeros y compañeras sí están insertos en la academia, pero nosotros queríamos abrir y hacer una experiencia no académica porque creíamos que, así como apostamos a un método de educación popular a través de talleres, también nuestra formación tiene que ver con no reproducir el mecanismo que con la academia se reproduce sino con abrir un espacio de reflexión de lectura y de debate.
¿En este sentido sienten que tienen una llegada amplia? ¿Consiguen trascender algunas barreras de formación,  socioeconómicas, generacionales?
A.A:  Nosotros intentamos trascender primero nuestras propias barreras que tienen que ver con aquellas normatividades que el patriarcado nos ha constituido y nos ha determinado a los varones. Este año hemos iniciado aquí en el colectivo de la Ciudad de Buenos Aires un abordaje a la cuestión trans, por un lado por la emergencia en la agenda mediática pero por otro lado porque todavía sentimos que sigue siendo una deuda de los colectivos de varones el poder abordar  estas cuestiones que nos interpelan también en cómo nos constituimos nosotros como sujetos sexuales y cómo también nos relacionamos sexo afectivamente con otras personas. Por otro lado, este colectivo está atravesado por compañeros que vienen de distintos recorridos, hemos tenido compañeros que laburan en el puerto, que laburan en sectores más obreros y fabriles,  que no están en la academia, pero es verdad que en la composición social hay una fuerte impronta de clase media, académica o que ha atravesado eso, es el gran desafío de ir por los sectores más populares, al menos nosotros lo intentamos a partir de cómo interpelamos con esta metodología de educación popular, por ejemplo. Por último no hay un factor generacional, sí hay obviamente una mayoría de personas que está por debajo de los 40 años, pero también participan en distintas instancias personas que superan esa edad, hemos tenido compañeros ya jubilados inclusive, docentes que han participado de alguno de los talleres.
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¿Qué se moviliza en los varones cuando por primera vez participan de vuestros talleres y se habla de ser un varón antipatriarcal?
A.A: Se moviliza en primer lugar una cuestión personal e íntima que tiene que ver con cómo nos constituimos como varones, revisando nuestras prácticas cotidianas pero también aquellas que nos llevaron a ser lo que somos hoy, ponerlas en crisis, criticar ese modelo de masculinidad hegemónica en el cual nos hemos formado y nos han formado y en el relacionamiento con el cuerpo, cómo habitamos el cuerpo que tenemos, siempre poniendo en crisis ese cuerpo masculino y hegemónico que tenemos, y en ese sentido el abordaje de la cuestión trans es fundamental para poder poner en crisis este cuerpo hegemónico, “sisexual” que habitamos. En ese sentido, nosotros desde el ámbito militante nos paramos críticamente sobre todo cuando nos sentimos y pensamos cómo nos relacionamos con las sexualidades disidentes, cómo nos relacionamos con las agrupaciones de mujeres. Y también cómo nos relacionamos con otros varones. Ahí hay una cosa fundamental que tiene que ver con el patriarcado sobre nuestro propio cuerpo, el no poder conectarnos con otro varón de un modo más amoroso.
Porque,  ¿cómo repercute el patriarcado en los varones?
A.A:  Nos educan para ser un macho hegemónico, para ser un varón fuerte, para ser heterosexual.  La heterosexualidad es un régimen político, nadie lo elige, sin embargo nos constituimos, nos constituye el patriarcado a partir de un objeto heterosexual que después podemos revertirlo o no, pero el gran desafío es poner en crisis este régimen político que tiene que ver con la heterosexualidad obligatoria.  El patriarcado nos determina en el modo de relacionarnos nosotros como varones, en el modo en que los varones tenemos homofobias propias que se viven  en nuestros propios cuerpos, por ejemplo, es muy notable que en los ejercicios físicos que hacemos en los talleres hay uno que tiene que ver con armar una ronda y uno le hace un masaje al compañero de adelante y recibe masaje del compañero de atrás, por ahí los compañeros que empiezan a hacer este recorrido no bajan de los hombros, se concentran en un lugar por temor a pensar que si nos estamos tocando de más o no, algo que las mujeres no sé si tienen, porque vemos que las compañeras no tienen ningún drama en darse un beso, en tener expresiones sexoafectivas mucho más cálidas desde el amor, y que los varones tenemos una gran dificultad para poder abordarnos desde ese lugar.

¿Cuáles son los avances? ¿Y las principales resistencias que enfrentan?

A.A: Sin ninguna duda estamos ganando muchos espacios, por ejemplo en aquellas tensiones que pueden surgir con el Estado, pero también con las tensiones que pueden surgir en los medios hegemónicos. Por lo general hemos tenido un mayor acompañamiento en los medios alternativos, han sido los que se han sensibilizado, porque nosotros formamos parte del campo popular del cual ellos también forman parte, así que son medios compañeros por decirlo de alguna manera. A veces los medios hegemónicos hacen las lecturas que les quedan cómodas respecto a esta situación de surgimiento de colectivos de varones que nos organizamos para problematizar y deconstruir nuestra masculinidad hegemónica. Las reacciones negativas son evidentes en la medida en la que uno, como espacio colectivo, aparece para socavar las piedras fundamentales del patriarcado, pero también cuando logramos instalar en agenda distintos temas que tienen que ver con nuestras militancias y por supuesto, están todas aquellas resistencias que tiene una sociedad donde el machismo está muy arraigado tanto en varones como en mujeres y también en muchas personas que forman parte de la disidencia sexual.  En realidad el gran desafío es la conquista de poner en crisis nuestra masculinidad, la masculinidad que cada uno lleva encima en su cuerpo, en su pensamiento, en su concepción como sujeto. Es un proceso individual pero que lo hacemos en forma colectiva, esto lo que nos permite es estar contenidos en el espacio. La producción colectiva puede ser mucho más lenta de lo que uno espera pero es una construcción que nos contiene en el camino porque el recorrido individual es absolutamente personal, íntimo en función de la propia historia de cada uno. No puede ir uno sin el otro.

“Los recursos pueden considerarse la medida del compromiso de los gobiernos”


comunicarigualdad,com.ar

Días atrás, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a conocer el Informe regional sobre el examen y la evaluación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, en el que analiza el cumplimiento, en nuestra región durante los últimos 20 años, de la Plataforma de Acción de Beijing, que el próximo año será revisada por la Organización de las Naciones Unidas. Allí se señala cómo muchos logros formales -en el plano normativo- se enfrenten a la dificultad de implementación de políticas públicas debido a la falta de voluntad política o los escasos recursos. “Mientras las normas aprobadas promueven el empoderamiento de las mujeres, las políticas se caracterizan por una asociación entre mujer y pobreza, mujer y pequeños emprendimientos, mujer y pequeño crédito lo que las ubica sobre todo en la esfera de las políticas sociales” señala el informe. Reproducimos a continuación la primera parte del apartado “Desafíos estratégicos en la región” del mismo y la posibilidad de descargar el informe completo.

COMUNICAR IGUALDAD- Como se ha visto, las reformas institucionales y jurídicas con enfoque de derechos favorables a las mujeres conviven con políticas económicas neutras desde el punto de vista de género orientadas principalmente a la exportación de materias primas donde las mujeres se encuentran de manera predominantemente en empleos precarios, mal remunerados y como beneficiarias de bonos, transferencias o pequeños programas de promoción a la pequeña empresa (CEPAL, 2013a). La aplicación de los compromisos derivados de la adopción de la Plataforma de Acción transcurre en el marco de políticas sociales focalizadas siendo que la Plataforma de Acción postula políticas universales.

Los informes muestran que en muchos casos las políticas aplicadas durante estos 20 años se rindieron al paradigma dominante y coexistieron avances jurídicos tributarios de derechos universales con políticas económicas extractivistas, desregulación laboral, políticas sociales focalizadas y una tolerancia social todavía demasiado alta a la cultura de la discriminación. Mientras que, por un lado, se muestran importantes avances legislativos y de participación en las políticas predominan los programas antipobreza o el fomento a la pequeña empresa siendo difícil imaginar cómo estas pueden contribuir al desarrollo nacional, a la superación de las barreras de productividad, al acceso a la innovación si, en definitiva, la fuerza laboral, potencial que se puede incorporar al desarrollo productivo está dentro de programas de factura asistencial y de baja productividad. En el anexo se puede observar que del total de programas reportados para reducir la pobreza y para mejorar la posición de las mujeres en la economía y los mercados una inmensa mayoría se refiere a programas de transferencias, capacitación a empresarias de pequeños y micro emprendimientos, programas de microcrédito y de manera muy excepcional se mencionan políticas que fortalezcan la competitividad de las mujeres emprendedoras, el acceso al crédito formal y la capacitación en áreas innovadoras, algunas de las cuales se pueden encontrar en el documento Mujeres en la economía digital: superar el umbral de la desigualdad (CEPAL, 2013b). El dilema radica en que mientras las normas aprobadas promueven el empoderamiento de las mujeres, las políticas que se destacan se caracterizan por una asociación entre mujer y pobreza, mujer y pequeños emprendimientos, mujer y pequeño crédito lo que las ubica sobre todo en la esfera de las políticas sociales y la asistencia social sin que se reporten experiencias significativas de salida al mercado laboral y al emprendimiento productivo.


Al concluir la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, la coordinadora regional del Movimiento Amplio de Mujeres sintetizó el mensaje de las participantes en la Conferencia

“Recursos No palabras”. Las palabras habían tenido su lugar y aunque continuaron siendo la forma de expresión de las voces de las mujeres, en ese momento había que poner luz sobre el desafío de dotar de recursos a la implementación de la Plataforma. Las palabras han sido los medios de visibilización de las desigualdades, de construcción de nuevos derechos, de transformación de las leyes. Sin embargo, para que estas palabras cobren sentido en la vida cotidiana de todas las mujeres había que poner a disposición recursos financieros, técnicos e institucionales. En última instancia, los recursos pueden considerarse la medida del compromiso de los gobiernos, aunque ciertamente para obtener resultados deben formar parte de voluntades, procesos, alianzas y circunstancias que cuando se relacionan de una manera virtuosa permiten cambios sustantivos.



La Plataforma de Acción se adoptó en un momento en que la gran mayoría de los países salía de la crisis de la deuda, iniciaba programas de ajuste estructural y en lo social adoptaba políticas focalizadas de reducción de la pobreza que consideraban a las mujeres como un colectivo vulnerable distinto al enfoque de derechos y de reconocimiento de ellas como ciudadanas y sujetos sociales que postulaba la Plataforma de Acción. Los informes muestran, que los países han adoptado durante los últimos cinco años, políticas marcadas por un nuevo rol del Estado, caracterizado de manera creciente por nuevas formas de planificación de las políticas, incluida la descentralización y reformas a los modelos de gestión

presupuestaria (son los casos de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, República Dominicana) pero que todavía persisten enfoques que privilegian un abordaje desde la mirada de la vulnerabilidad. Integrar en los sistemas nacionales de planificación nacional la perspectiva de género es un desafío expresado en varios informes que permitirá vincular el corto plazo con el largo plazo.


cepalEn general, los desafíos identificados en los informes nacionales son el resultado de procesos de aprendizaje, en unos casos basados en la experiencia nacional y en otros apoyados por la evidencia internacional comparada. El proceso de revisión es una oportunidad para reflexionar sobre los logros de los países y para identificar todo lo que falta por hacer para que el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres y las niñas sea una realidad. En general, los países reiteran su compromiso con el proceso de fortalecimiento de la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres en concordancia con los acuerdos internacionales de los últimos años sobre los Objetivos de desarrollo sostenible y la agenda para el desarrollo después de 2015. Acelerar su cumplimiento es un desafío fundamental. La magnitud de los desafíos identificados puede leerse como muestra de rezagos y limitaciones reconocidas por los gobiernos pero también debe interpretarse como el fruto de una acumulación de experiencia, conocimiento y fuerza política que a 20 años de Beijing muestra la creciente visibilidad, reconocimiento y aporte de las políticas de igualdad de género para el desarrollo y la autonomía de las mujeres.


Recursos sigue siendo una palabra clave porque si bien varios países informan sobre el origen y en algunos casos el incremento de los recursos estos están principalmente destinados a lainstitucionalización de los Mecanismos para la igualdad de género, para las políticas de violencia y para la implementación de políticas de género a niveles sectoriales. Son pocos los países en la región que muestran asignaciones significativas en la ley de presupuesto. Un elemento positivo, es que en los últimos 20 años, a pesar de las claras limitaciones de recursos para la igualdad de género en la región, existe la posibilidad y voluntad de algunos países de incorporar una metodología específica para reportear de manera sistemática el gasto público en género así como para asegurar su eficacia, como se señala en los informes de Costa Rica, Brasil, México, Paraguay y Puerto Rico.



Los informes de los países destacaron también la importancia de revisar el papel de la cooperación internacional en materia de igualdad de género y de instar a los países desarrollados a cumplir con los compromisos asumidos en asistencia para el desarrollo en particular en materia de igualdad de género. La Plataforma de Acción es una agenda basada en el enfoque de derechos por lo que varios países (como Argentina, Colombia o Ecuador) consideran que la región enfrenta desafíos importantes para asegurar el sostenimiento activo de la promoción de estos. El progreso en el reconocimiento de los derechos ha dado lugar a una reflexión colectiva que propone impulsar políticas para eliminar el racismo, el machismo, el sexismo o lograr la despatriarcalización (esto se señala particularmente en los informes de Bolivia, Brasil, Guyana, República Dominicana). En este sentido, en el informe de Costa Rica se señala que un cambio en la cultura política de las elites será particularmente relevante. No son pocos los casos en que los partidos políticos dominados por hombres tienden a buscar desde resquicios legales hasta la práctica del acoso y amenazas para mantener la mayoría en las listas electorales. En el informe de Bolivia se señala que el posicionamiento social y cultural de una concepción amplia de paridad, que abarque todas las esferas de la vida y apunte hacia el ejercicio pleno de la ciudadanía de las mujeres forma parte de este reto. El entramado de creencias sociales, y religiosas que alimenta el machismo forma parte de las barreras socioculturales de discriminación contra las mujeres que se encuentran presentes en mayor o menor medida en todos los países. Algunos países —como Bolivia, Costa Rica, Guyana, República Dominicana— mencionan la influencia de fuerzas conservadoras,

religiosas y políticas que limitan el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, en particular los derechos sexuales y reproductivos.


Siendo el logro de la igualdad de género sobre todo un cambio cultural, los informes de los países han destacado el tema de los obstáculos y las barreras culturales como freno para el avance efectivo de los derechos de las mujeres y la igualdad entre los géneros. Este complejo entramado de creencias sociales, naturales y religiosas que otorgan el papel predeterminado de madres a las mujeres en la sociedad ha hecho que la discriminación contra las mujeres se encuentre presente en mayor o menor medida. Al respecto, el informe de Costa Rica señala la importancia de implementar estrategias para contrarrestar la influencia de fuerzas sociales conservadoras que obstaculizan el avance de los derechos humanos de las mujeres. El informe de Guyana destaca esta problemática en una sección llamada “Negative Socio-Cultural Norms”; el informe de Bolivia introduce el concepto de “despatriarcalización” del Estado y la sociedad; y países como Antigua y Barbuda, Brasil, Chile, Cuba, Dominica, Ecuador, Granada, Guatemala, Islas Caimán, Paraguay, Republica Dominicana, Suriname, Uruguay enfatizan en la necesidad de superar la primacía cultural del varón sobre la mujer y la implementación tradicional de las políticas públicas con el enfoque “jefe de familia” donde el varón es concebido como el jefe de familia y cambiar los patrones culturales misóginos que perjudican a las mujeres y permiten la aceptación cultural de la violencia contra las mujeres.

El dilema radica en la disyuntiva entre asegurar el cumplimiento de la ley o tolerar prácticas nocivas a nombre de la tradición. Varios países informan sobre dificultades en la interpretación y aplicación de las leyes. Esto ha ocurrido en casos relativos al mandato de los mecanismos para el adelanto de la mujer, las leyes de cuotas, la educación sexual y otros donde a pesar de tener un marco legislativo alineado con las convenciones internacionales de derechos humanos e inclusive constituciones abiertamente favorables a la igualdad de género, no se logran aprobar políticas, programas o recursos para el cumplimiento de los objetivos: “Una de las grandes manifestaciones de resistencias en la adopción de compromisos a favor de la igualdad se ha mostrado en la invisibilización de las diferentes problemáticas que afectan a las mujeres en sus diferentes ciclos de vida. La invisibilización se exterioriza al asumir que no se requiere de la incorporación e integración de un enfoque transversal de género a las políticas y programas del Estado, considerándose que estos puedan beneficiar (de forma neutral) a toda la población. En esta lógica, como se señala en el informe de El salvador, muchos de estos servicios han generado discriminación directa o indirecta para las mujeres”.
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