4/25/2020

Conferencia COVID-19



Resumen conferencia vespertina del 25 abril:

-Datos internacionales: 2.720 millones confirmados; 41% activos; casos en América: más de 511 mil; tasa letalidad: 6.9%.
-Datos nacionales: 13,842 confirmados (4,798 activos); 1,305 lamentables defunciones.

-Defunciones sospechosas: 72

-Entidad con más casos activos (en orden): CDMX, Tabasco, Quintana Roo.
-Tasa de incidencia nacional de casos activos: 3.75 por cada 100 mil habitantes.
-Casos confirmados nuevos: 970 (7.5% más que ayer)ç

-Se presenta un video de la

pidiendo a la ciudadanía que se una a respetar al cuerpo médico. #CuerpoMédicoHeróico

-Se reafirma que la Secretaría de Salud sabe la dificultad que significa cumplir con las medidas de la Jornada Nacional de Sana Distancia, pero +

desgraciadamente no existe un tratamiento para esta enfermedad y la única forma de evitar que haya más muertes es quedándonos en casa

-Se reconoce a las pequeñas empresas porque han seguido las reglas, se pide a las empresas grandes que aún no paran que lo hagan inmediatamente

Red IRAG:

-Hospitales Covid: 610 hospitales, expectativa: 733 hospitales
-La semana pasada se hizo obligatorio que TODOS los estados notifiquen diariamente en la plataforma de la Secretaría de Salud
-La información diaria es recopilada por la SSA pero producida por los estados

-Camas Covid: 11,634 (no todas terapia intensiva), camas ocupadas: 3,350 (22%).

-Presentación del balance de camas ocupadas y vacías de todos los estados (53% camas CDMX están disponibles)
-Presentación de camas de terapia intensiva por estado (73% disponibles en CDMX).

-Un empleado de la SSA que estuvo en la conferencia del lunes tiene Covid. Se está haciendo un seguimiento de todos los posibles contactos.

-Se presentan datos de contactos del empleado con Covid: Posibles contactos: 28 (casos no sospechosos: 10, casos sospechosos: 1).

-Los días donde el virus se contagia más fácilmente el entre el día 4 y 6.

-Después del día 14 desde el primer día de presentar síntomas, es prácticamente imposible que siga contagiando.

Preguntas prensa:

-Las unidades que registran las cifras de las secretarías de salud locales es en tiempo real. Cada responsable de registrar cifras tiene un usuario y contraseña para ingresar los datos
-Las pruebas que se hacen antes de tener síntomas suelen salir negativas
Fin

Las sufragistas



María Teresa Priego



(Diagnosticada como histérica por el célebre profesor Jean-Martin Charcot, especialista, en el hospital de La Salpêtrière, del tan misterioso padecimiento femenino). 
(Noveletta por entregas)

TERCERA PARTE
Querido diario:
Hace apenas un mes el feminismo tomaba la ciudad. Hubertine Auclert, la más temeraria de las sufragistas francesas guiaba la marcha junto a un puñado de mujeres valientes, rebeldes, pancartas en mano. El feminismo reivindica lo que es justo y lo que es verdadero. Es el futuro. La nueva palabra corre de boca en boca pronunciada con un gesto de disgusto, en la mayoría de los casos. Las acompañé desde la acera, a su ritmo, sin sumarme. Mi neurosis social me impide aún pertenecer, comprometerme a las reuniones constantes en espacios reducidos. Debatir me causa sonrojos indeseables. Las admiro tanto. Desde el encierro las recuerdo con nostalgia: la libertad de las mujeres es vivida como una afrenta, la violencia que se nos inflige como "ciudadanas" infantilizadas no está en cuestión para la mayoría de las personas. Los socialistas combaten el orden del mundo masculino que los somete, se pelean entre ellos, hacia adentro de sus mundos. ¿Y nosotras?
Querido diario:
La melancolía me sumerge. Esta nostalgia hecha de sueños contrariados. Una se traiciona. A veces lo sabe y a veces no. En esta cuarentena reconocerlo se impone como un decreto interior. En toda su crueldad. Las niñas buenas abonamos a la perpetuación de nuestra situación injusta. Queremos rebelarnos sonriendo, agitando el abanico, hablando quedo por temor al sonido de nuestra propia voz. Las sufragistas caminan de su paso firme, quizá ellas también tiemblan por dentro. Eligen vivir más allá de sus temblores, esa es la diferencia. Pocas mujeres se atrevieron a aplaudir a su paso. Sería inadecuado. Algunos hombres reunidos en la acera, las abuchean. Virilmente. Hubertine es una líder de una gran inteligencia y estatura moral, pero sus reivindicaciones y su visión de otros mundos nos rebasan por mucho. Ella y su esposo viven ahora en Argelia. Investiga la vida cotidiana de las mujeres árabes, para escribir un libro.
Visita París y su llama enciende los corazones femeninos. Era muy joven cuando me escurrí a una reunión en las oficinas de su asociación Derecho de las Mujeres, aceptó mi inscripción aún cuando mi edad estaba lejos de la edad reglamentaria para votar, si votaramos. El voto femenino es el centro de la lucha de Hubertine, no hemos avanzado demasiado desde el Primer Congreso internacional por los derechos de las mujeres de 1878. Algunos hombres y mujeres feministas se concentran en las demandas por los derechos civiles, ella difiere: las mujeres tenemos que obtener el acceso a la igualdad también en los derechos políticos. Este debate separa a los militantes.
Querido diario:
A pesar de las simpatías que despiertan las causas de la señora Auclert (Hubertine no usa el apellido de su esposo), el miedo al rechazo social, a ser tachada de "loca" mantiene a cantidades de mujeres lejos de sus esfuerzos. Las  solteras temeríamos no casarnos nunca si se sabe que la frecuentamos. Las casadas arruinarían su reputación y en consecuencia, arrastrarían por el fango el apellido de un marido que no sabe controlarlas. El miedo a ser excluidas nos paraliza. Es tan absurdo: ¿Por qué una teme ser excluida de lugares a los que no le interesa pertenecer? A los que no le conviene en lo más mínimo pertenecer, es más.
Querido diario:
Los hombres se sienten tan amenazados por las sufragistas que pareciera que no solicitamos compartir con ellos el derecho al voto, sino arrebatarles su derecho a votar. Curiosa manera de relacionarse, como si ser detentadores de un bien no fuera suficiente, es necesario para disfrutarlo, que otras no lo tengan. ¿Por qué la doble ganancia sería necesaria? ¿Por qué los desposeería la igualdad? Nuestra educación sexual no es distinta. Los señores se pasean del brazo de las cocottes y pagan sus favores, en toda naturalidad. Cierto que grandes historias de amor han surgido de esos vínculos, también, tan desiguales. Ellas dependen social y económicamente de ellos y debo confesar que cuando corre la noticia del último aristócrata o burgués despótico, arruinado por los caprichos de la bella en turno, siento una oleada de vengativa satisfacción. ¿Acaso no es triste que lo más creativo a lo que tengamos derecho las mujeres sea esquilmar a un tirano hasta la bancarrota? 
Querido diario:
La sexualidad femenina es un conflicto personal, sólo porque es un gran conflicto social. "Se adelanta a su tiempo, señorita Hildegarde", me responde el célebre profesor Jean-Martin Charcot, con las pupilas dilatadas por una suerte de espanto. Teme por mí. Me quiere a su manera, como un padre obligado a poner orden en las emociones que se desbordan en su criatura. Se lo agradezco y me irrita. "Quizá usted vive con retraso el suyo, profesor", le respondí.
Me ha hipnotizado en más de una ocasión. Sí me hace viajar, pero hay un problema que los dos reconocemos: nada cambia cuando regreso. La hipnosis me revela, pero no me sana. Las migrañas continúan. Pierdo la voz. Sufro parálisis momentáneas en partes de mi cuerpo. No hay en mí ningún daño orgánico, él me lo asegura y yo lo sé. 
Jura que si insistimos, la hipnósis me aportará la solución, quizá lo revelado hasta ahora no es lo más importante. Quizá cualquier tarde mi "trauma" oculto dejará de agitarse en sus corrientes subterráneas y surgirá hacia la luz. 
Querido diario: 
Un día quizá tenga que explicarle algunas consideraciones acerca de mis males, al profesor Charcot, podrían serle útiles con otras pacientes, pero no es el momento. Un animal salvaje se esconde adentro mío. Lo quiere todo. Vive en estado de alerta ante su hambre infinita. Simula, finge. Soy una simuladora que pierde el tiempo en elegir trajes, zapatillas, pañuelos. ¿Los guantes de seda o de cabritilla? Nada de eso me importa, nada. 
Quisiera viajar a Oriente, a las Américas. Quisiera tomar un barco, tener un amante, que nada me detenga. Convertirme en una egiptóloga, como el señor de Champollion. ¿Cuál escenario sería más complejo: señora de bien que pasea sus encajes por el gran mundo, o la descocada de quien casi todos reniegan? 
En el primer escenario no eres digna de amor y en el segundo languideces, como un caracol que sólo espera en su vidriera para ser freído en mantequilla (a fuego lento) y devorado. Esas mujeres "mimadas por el destino", escribe Hubertine Auclert. Mimadas, sin duda, si una piensa en las obreras, en las campesinas, en sus jornadas laborales y las circunstancias insalubres en las que viven, pero vivirse "mimadas" es una trampa. Millones de veces preferible a la precariedad, al hambre, al lodo, sí. La trampa del conformismo en el que vivimos las señoritas y las señoras de mundo: mejor someternos que perder nuestros beneficios. 
Como los caballos detenidos, lamemos nuestro freno.
Querido diario:
Mi madre me explica que tendría que trabajar esa docilidad que se considera uno de los mayores atributos femeninos. Lo pienso y mi corazón se llena de una rabia que me provoca temblores en todo el cuerpo, casi podría destruir mi libro de oraciones a dentelladas. Me lo dice ella, mientras pasa los días recostada en su chaise longue, con paños fríos en la frente, ahogada en sollozos y en desgracias imaginarias, producto del ocio y la abundancia. Nunca ha sido feliz desde que dejó la casa de su padre, suponiendo que alguna vez lo haya sido y sus recuerdos no sean sino idealizaciones de lo malo, ante lo que le parece bastante peor. Su padre me hacía pensar en un augusto general prusiano. 
Marie, la mucama, coloca las telas en el alféizer de la ventana, durante tres estaciones al año se las entrega congeladas. Apenas así, disminuyen sus males. Su temperamento es distante y helado, quizá sea responsabilidad del exceso de paños en invierno. Supongo que nos ha amado a su manera. 
Decir "a su manera" es un intento de mediar entre sus arranques pasionales por los conflictos que le generan nuestras vidas y el abismo de su presencia a la vez tan excesiva y tan ausente. 
Querido diario: 
Las visiones de otro siglo me toman, en este aislamiento, más que nunca. Vivo la vida de mujeres que no existen. Mujeres tal vez por venir. ¿Nos recordarán en el futuro? ¿alguien en el siglo XXI conocerá el nombre de Hubertine Auclert? ¿alguien le estará agradecida? ¿quién en los siglos por venir, buscará nuestros diarios ocultos en los fondos de los baúles y los armarios? Nuestras escrituras secretas. 
¿Escribirán de nosotras? ¿entenderán que fuimos más, mucho más que las recetas de cocina y el tejido y los potajes y las jornadas de pañales por lavar? 
Cuántas reflexiones acompañan a una mujer mientras se afana alrededor de sus tarros de conservas. Cuántas mientras borda sueños prohibidos en una colcha de Damasco. Cuánto sabe de sí misma en ese lecho conyugal donde se le ignora, hasta que en la penumbra de su habitación cada una termina por convencerse: más vale ignorarse a sí misma, para evitar la debacle. Quisiera tanto estudiar en una universidad y no con tutores a domicilio, o sola en mi casa. Quisiera tanto volver a pasear con mis amigas. Estrecharlas. En estos días casi todo me hace llorar.

Jornada virtual contra explotación y violencia hacia las mujeres


Ciudad de México. Organizaciones feministas de todo el mundo llamaron a la jornada 24 horas de solidaridad para detener la explotación y la violencia contra las mujeres en el planeta que se realizará este 24 de abril a través de una marcha virtual.
Convocadas por la “Marcha Mundial de Mujeres”, las organizaciones y redes feministas del mundo se organizan bajo el lema “24 horas de Solidaridad Feminista contra las Corporaciones Transnacionales”, el cual busca hacer una jornada de resistencia contra el abuso de éstas, señalaron en un comunicado de prensa.
“Reafirmamos nuestra resistencia y enfrentamiento a las transnacionales, que son protagonistas del capitalismo racista y patriarcal; reafirmamos nuestra lucha por una vida sin violencia contra las mujeres en todas sus dimensiones, patriarcal, racista y colonialista”, y repudiaron la agresión y explotación a los territorios, cuerpos y comunidades, la trata de personas, la explotación sexual y el feminicidio.
La acción virtual busca hacer visible las alternativas que se están construyendo en los barrios, escuelas, campos y en las redes, este año se realizaría la quinta marcha mundial de las mujeres, que ante la pandemia mundial ha creado esta acción virtual.
En su comunicado rechazaron el endeudamiento, las fronteras y muros que atacan y condenan grandes contingentes de personas, las expulsa de sus territorios y les niega los derechos básicos de vivienda, alimentación y manifestación, mientras fomenta todo tipo de guerra, igualmente rechazaron las sanciones y bloqueos económicos, la militarización y los ejércitos transnacionales, los cuales calificaron como herramientas de terror, de violación y de asesinatos sistemáticos de luchadoras y luchadores sociales.
La “Marcha Mundial de Mujeres” nació en el año 2000 como una acción global feminista que busca la justicia social, la autonomía de las mujeres y rechaza toda forma de opresión de las mujeres y de las sociedades.
20/LLH/LGL

¿La vida en el centro? Algunas evidencias y contradicciones

(Parte 1)

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Foto: Wharton School

Vida, cuidados, solidaridad, son las nociones más evocadas en estos días, en un tiempo inédito en todos los sentidos. En una realidad en que todo se ha puesto al límite, los hechos otorgan validez plena a las interpretaciones y propuestas económicas de corrientes críticas como la economía feminista, que precisamente han evidenciado la escalada del conflicto capital – vida y la urgencia de transformar el sistema, ubicando la reproducción ampliada de la vida como eje de todos los procesos económicos.

La evidencia de estas semanas muestra de modo sintético y hasta pedagógico los alcances de la insostenibilidad y de los desequilibrios generados por el capitalismo, así como las pautas de salida. Las escenas de desamparo y muerte conviven, en los extremos, con las de limpieza del aire y de la sorprendente restauración de la naturaleza. Vemos de modo condensado realidades, capacidades (o incapacidades) de respuesta, conflictos, urgencias de transformación, visiones de futuro.

El virus opera como detonante inmediato y visible de una crisis múltiple, con la novedad del alcance global y generalizado de sus impactos, ya inescapables. Un efecto también inmediato ha sido el alineamiento de sentidos comunes latentes, que han discurrido hasta hoy de modo fragmentario o localizado. No se tardó en reconocer, por ejemplo, que el planeta necesitaba un respiro, que era necesario parar, o que los cuidados son centrales tanto para la vida como para la economía[1].

En el último episodio de crisis global (2008) se avanzó en la percepción de sus alcances sistémicos, más allá de su expresión financiera –incluso se perfiló una suerte de consenso, luego diluido, al respecto-. Fue evidente y admitido que la crisis del capitalismo había traspasado el umbral de la sostenibilidad, que no se trataba ya solo de la burbuja financiero especulativa sino de los límites de reproducción material, de la ruptura de los mínimos equilibrios de flujos materiales indispensables para la producción y la vida misma.

Anotábamos entonces la necesidad de diferenciar dos dimensiones: las crisis periódicas del patrón de acumulación capitalista, y la crisis permanente que este sistema provoca en las condiciones de vida de la mayoría de la población[2].

Hoy esos dos ámbitos de crisis se intersectan de modo más ostensible. Por un lado, la forzosa paralización por la cuarentena rebasa cualquier expresión sectorial o regional, es el sistema en su totalidad el que experimenta un fallo general; por otro lado, el contagio o riesgo alcanza a toda la población, la vida cotidiana de todas las personas se altera, no sólo de las empobrecidas de los países empobrecidos. Así esta crisis interna ya no puede ser disociada de la crisis permanente a la que el capitalismo ha sometido a buena parte de la humanidad.

En este umbral, surge una agenda mínima, se esboza un consenso que recoge tanto las experiencias próximas como las expectativas de siempre. Se aprecia que hemos llegado demasiado lejos para reconocer cuestiones obvias y básicas: que cuidar la vida es prioritario, que la salud es un derecho y no una mercancía, como lo son la alimentación, la ciencia, la tecnología y los conocimientos, que fortalecer lo público es urgente, que diversas formas económicas afines con la vida aportan en medio de desventajas, que la comunidad internacional tiene sentido para velar por el bien común, para cooperar no para competir. Es decir cuestiones planteadas o en parte aplicadas ya desde una perspectiva progresista, post neoliberal, de transición hacia los cambios más estructurales y civilizatorios que se han vuelto urgencia.

Pero buena parte de las reacciones en ciernes –especialmente las de entidades que han diseñado la globalización que padecemos– están marcadas por una inercia sistémica, si bien matizadas en lo inmediato por la fuerza de los hechos. En medio de interrogantes e intereses en disputa, una buena parte de la sociedad está neutralizada por el aislamiento, expuesta al control vertical de la vida, incluso con represión, reducidas al mínimo sus posibilidades de toma de decisiones, en términos individuales y colectivos.

La complejidad económica y social de los cuidados

Como ha analizado ya a profundidad la economía feminista, la reproducción y el cuidado de la vida en todas sus expresiones es un proceso complejo, en el que se combinan trabajos, actividades, relaciones, recursos diversos. Esa complejidad resultó especialmente visible en estas semanas y es uno de los nudos de lo que vendrá.

La pausa obligada, de la que nadie escapa, se vive con la intensidad de todas las desigualdades y privilegios que configuran el presente. Entre quienes tienen resueltos abastecimientos y otros asuntos básicos el confinamiento se encara con matices más existenciales y trascendentales, con un acompañamiento mediático centrado en ofertas de entretenimiento o aprendizaje. Entre quienes viven con el imperativo de resolverlo todo en el plazo perentorio del día a día, se afronta con incertidumbre y angustia, más aún cuando hay casos de contagio y muerte.

De modo contradictorio, el reconocimiento de la importancia y complejidad de los cuidados ha ocurrido al mismo tiempo que su reconcentración en los hogares.  La práctica de alejamiento social interrumpe los esquemas que, con todas las deficiencias marcadas por la ausencia de verdaderos sistemas de cuidados en la mayoría de nuestros países, funcionan sumando trabajo en los hogares, redes familiares, vecinales y sociales, bienes y servicios públicos y algunos privados.

La obvia consecuencia inmediata ha sido una mayor intensidad de trabajo y responsabilidades para las mujeres, ya previamente sobrecargadas de tales tareas. La precariedad y el riesgo se agudizan para los hogares que funcionan en espacios reducidos, que normalmente compensan el hacinamiento y límites de sus espacios con el uso y funcionalización de espacios públicos adyacentes a las viviendas para extender mínimamente el hábitat, posibilidad hoy reducida o eliminada.

La feminización estructural de los cuidados está presente en servicios como salud y educación básica, donde los segmentos más numerosos, de la base de la pirámide ocupacional, son mujeres. En las condiciones de servicios públicos de salud débiles o debilitados por el neoliberalismo, la atención de la pandemia ha significado condiciones extremas de trabajo e incluso el contagio y la muerte.

El re centramiento de los cuidados en los hogares hace parte ya de los cambios que llegan para quedarse, al menos por un tiempo, pues tras esta cuarentena el esquema de alejamiento social supone mantener cerradas escuelas, guarderías y otros servicios similares. La naturaleza del trabajo de cuidados hace que no pueda convertirse en teletrabajo, no son posibles los telecuidados.

Pero dado que la importancia y la complejidad de los cuidados han sido valoradas y reconocidas en esta crisis ¿cabe esperar cambios sustantivos? ¿Se dará un salto cualitativo adoptando, al fin, una lógica de cuidados como base de la organización económica y social?

Todo está sujeto a interrogantes. Se ha dicho que empezó la caída del neoliberalismo y del capitalismo, que el modo de vida depredador llega ya a su fin. Se observa también el riesgo de una mayor concentración de la propiedad y el poder por parte de las corporaciones y élites empresariales, facilitado por las restricciones que impone a la población el manejo de la pandemia, especialmente el alejamiento social, sea este total o parcial.

En estos días se está reconfigurando el mundo, tras la cuarentena la vida no será la misma para nadie, pero no hay certezas sobre el sentido y alcance de esos cambios.

- Magdalena León T. es integrante de la REMTE y del Grupo de Trabajo 'Feminismos, resistencias y emancipación' de CLACSO.

[1] Este sentido común ha fluido desde principios de la cuarentena. Uno de tantos memes anónimos planteaba, por ejemplo, toda una agenda: “Qué tal si aprovechamos una situación tan compleja y extraordinaria a la vez para sacar algunas cosas en claro? 1) Parar un poco, ralentizarnos, pensar e imaginar. 2) Ver lo sencillo y rápido que es reducir las emisiones y limpiar el aire de nuestras ciudades. 3) Fin del turismo depredador. 4) Valorar los servicios públicos como algo esencial. 5) Comprobar que el teletrabajo es viable. 6) Una gran oportunidad para compartir tareas y cuidados. 7) Lo comunitario frente a lo masivo. 8) Tomar conciencia de nuestro potencial empático y colectivo para preservar la vida. 9) Experimentar cómo podría ser una sociedad en decrecimiento, aunque sea momentáneo.”
[2] Ver León T., Magdalena, “Reactivación económica para el Buen Vivir: un acercamiento”, en Sumak Kawsay: recuperar el sentido de la vida, América Latina en Movimiento No. 452, ALAI, Quito, 2010.
https://www.alainet.org/es/articulo/205828  

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¿La vida en el centro? Algunas evidencias y contradicciones (Parte 2)

Uno de los hechos que se evidenció desde los inicios de la pandemia, y así se ha venido enunciado desde varios puntos del globo, es que el neoliberalismo mata. Esta vez no es una metáfora o una conclusión tras alambicados análisis, es una dolorosa constatación, una de las síntesis de realidad que saltan a la vista en los acontecimientos de estas semanas.

La señal más aparente tiene que ver con el lugar que ocupa la salud en la inversión y la política pública de cada país, con el grado de mercantilización de los bienes y servicios asociados a este campo, con la existencia o no de sistemas sanitarios y la capacidad de activarlos ante la crisis, incluso con la vigencia de una legítima autoridad pública en función del bien común. La señal pone también en la superficie la crítica realidad y funcionamiento de sistemas de cuidados –sobre todo cuando la población de tercera edad es más vulnerable–, y el acceso a servicios básicos y alimentación.  A menor alcance de servicios públicos, más muerte, a mayor mercantilización de los bienes y servicios básicos, más precariedad y muerte.

En los extremos, están las realidades de países ‘ricos’ que no priorizan y mercantilizan la salud, como Estados Unidos con el más alto número de víctimas –y acciones de mezquindad hacia el mundo como sus decisiones sobre la OMS, entre otras–, y la de países como Cuba, que reluce por su acervo en cuidado de la salud y la vida, remontando las duras condiciones del bloqueo y el asedio, y que se ofrece generosamente al mundo en estos momentos. No se trata, por tanto, sólo de recursos financieros, sino de prioridades de economía y sociedad, de valoraciones de la vida y los derechos como estructurantes de los respectivos sistemas.

Los sistemas económicos basados en la explotación y concentración de la riqueza siempre costaron vidas, significaron directamente la muerte o la precarización de las condiciones de vida, implicaron desequilibrios en todos los órdenes de la sociedad y la naturaleza. La diferencia hoy es que la extensión y profundidad de tales fenómenos muestran de manera directa su dimensión sistémica de interrelación, interdependencia, condicionamiento mutuo.

Esta crisis ya no opera sobre sectores del capital y agudiza sus impactos en la vida, en las ‘externalidades’, sino que toca al mismo capital. Los ‘costos’ de no atender la salud ya no pasan factura sólo a los otros, sino al mismo capital. La ‘máquina’ ha tenido que parar y los costos ya no podrán recaer sólo en los otros[1].

La pandemia, se ha dicho ya, es el síntoma, por eso las fórmulas de prioridad temporal y hasta cosmética de la salud y los cuidados no aseguran resultados, más aún si al mismo tiempo se aprovecha de la crisis para impulsar más neoliberalismo, a nivel global y de varios países. La enfermedad y la muerte ya no son el daño colateral, se atraviesan en el funcionamiento mismo del sistema, no como parálisis temporal sino como amenaza y perturbación de más largo plazo. De ahí que la preocupación instrumental que emana desde las instancias de poder no basta. Las cosas han llegado demasiado lejos como para salir de la emergencia, quitar el obstáculo del camino y proseguir por la misma vía.

La vida antes que la deuda

Otros episodios de crisis han permitido ver vínculos y matrices de causalidad entre fenómenos no siempre asociados a primera vista. La deuda, en su configuración neoliberal que condensa aspectos financieros, geopolíticos, comerciales y otros, se convirtió en una herramienta de extracción de recursos, coacción y control hacia las economías nacionales y también hacia las personas. La disyuntiva entre pagar deuda y cuidar la vida no ha sido excepcional.

Por eso vuelve a oírse la consigna ‘la vida antes que la deuda’, válida a nivel global aunque haya surgido desde experiencias locales concretas. Así, en el Ecuador de fines de los 90 del siglo pasado, asolado por un crash shock financiero especulativo, colectivos de personas que perdieron a sus familiares a causa del saqueo de sus recursos por la banca elevaron ese reclamo, cobijados en la movilización más amplia de Jubileo 2000 y otras organizaciones contra la deuda.

Con la escala ampliada de la realidad de hoy, la disyuntiva se repite con similar saldo de muerte. En medio de la cuarentena, y cuando ya hasta los organismos multilaterales hicieron el inédito anuncio de ir hacia una renegociación general de deudas, el gobierno de Ecuador decidió hacer un pago de deuda por unos US$ 325 millones. Pocos días después el mundo pudo ver la catástrofe convertida en tragedia en Guayaquil, donde los cadáveres en las calles daban cuenta de los extremos de negligencia y desamparo. El pago en cuestión correspondía a unos bonos, es decir al tramo de la deuda de manejo más flexible, susceptible de renegociación con los tenedores. Lejos de eso, se trató de un pago al parecer pactado y en condiciones beneficiosas para tales tenedores que serían parte de las propias élites locales.

Este episodio, con toda su carga de dramatismo humano y torpeza gubernamental, ilustra la necesidad  insoslayable y el sentido de la campaña "La hora de la condonación de la deuda para América Latina"[2], que plantea la condonación de la deuda externa soberana de los países de América Latina por parte del FMI y de otros organismos multilaterales (BID, BM, CAF), y un proceso inmediato de reestructuración de la deuda que contemple una mora absoluta de dos años sin intereses.

Pero hay otra faceta de la deuda que podría decirse ha llegado a ‘contaminar’ la esfera de los cuidados. Se trata del fenómeno de alto endeudamiento de las mujeres empobrecidas y de sectores medios en función de la subsistencia de los hogares. El acceso a bienes y servicios básicos tiene un componente cada vez más alto de deuda, y está en plena expansión el ciclo de deuda para pagar deuda de los hogares. Así, no puede perderse de vista esta dimensión de ‘cuidados endeudados’ y la necesidad de fórmulas de alivio inmediato para este segmento de la deuda y soluciones a largo plazo.

En un contexto de distorsiones marcadas por la financiarización, recurrir al crédito como tabla de salvación o herramienta clave, en los términos convencionales, puede resultar fatal. La creación de fondos para líneas de crédito está ya anunciado, a nivel global y nacional, como primer recurso ante la emergencia y la eventual reactivación, con economías y poblaciones ya sobre expuestas al crédito, sobre endeudadas. Como siempre, se trata de asegurar negocios para la banca usando como escudos el empleo, los pobres y las pequeñas unidades económicas, para trasladar riqueza pública y social hacia los grandes.

Frente a este enfoque fijo e inercial, conviene volver la mirada al acervo de experiencias alternativas en el campo de finanzas populares y solidarias, monedas sociales y virtuales, comercio justo, diversas formas de intercambio y de transacción, en los niveles local, nacional y regional. Se trata de movilizar recursos para generar producción y cuidados, para eso la banca y las finanzas convencionales no son la vía.

Trabajo y producción: el cambio de matriz productiva es ahora

Ya están relanzadas agendas que se asocian con momentos de emergencia y crisis para, se dice, proteger el empleo y la producción, para estabilizar ‘los mercados’. Como en anteriores salvatajes, se impulsa el rol de Estado como rescatista de empresas fallidas, como redistribuidor regresivo de riqueza social. Haciendo parte de la misma agenda, se avizoran regresiones en derechos laborales, con la lógica de ceder derechos para preservar el empleo[3].

Esto muestra hasta qué punto está en disputa la post cuarentena, la fragilidad de los aparentes consensos discursivos en torno a la salud como derecho humano y bien social, a los cuidados como columna vertebral de la vida, al rol público para garantizar derechos y condiciones de vida, al imperativo de salir del modelo económico depredador e injusto que predomina.

Esta vez, los recursos para la emergencia y el salvataje deberán reorientarse. No cabe ya el empeño en blindar el modelo financiarizado, es hora de transitar hacia otra matriz productiva, hacia otra economía.

¿Es posible organizar toda la economía con una lógica de cuidado de la vida? La evidencia inmediata confirma lo que experiencias y propuestas previas han planteado, es decir que la separación entre vida y economía no es imperativo, no es una disyuntiva. Es posible una economía para la vida, no a expensas de la vida. Este es el sustrato de las economías campesinas, social y solidaria, del cuidado y otras que, en medio de desventajas e injusticas, han ofrecido la pauta y la posibilidad de otra economía.

En estas semanas se han precipitado algunas condiciones para un cambio de matriz productiva.  Ha sucedido la más grande variación en el uso del tiempo y el espacio, en la movilidad y el transporte, en el funcionamiento mismo de la producción, comercio y servicios. Son pautas que en buena medida se mantendrán en el mediano plazo bajo el régimen sanitario de ‘distanciamiento social’. Así también, se han visualizado diferencias entre lo necesario y lo prescindible, los extremos e impactos del modelo de consumo dominante. Se ha podido apreciar la capacidad de respuesta de la economía social y solidaria y la economía campesina, que han sabido activar formas de abastecimiento en las localidades y hacia las grandes ciudades.

Así, los elementos para la agenda inmediata de transición están a la vista. Como señala la Vía Campesina “Es momento de plantear cambios estructurales en los Sistemas Agroalimentarios y no solo programas asistencialistas. Se avecina hambruna en muchos países por la cuarentena, y la falta de inversión en la Agricultura Campesina puede traer graves consecuencias”[4].

Esto remite a las cuestiones y decisiones básicas de qué y cómo producir, pregunta que es indispensable tanto para lo inmediato, para la emergencia, como para la transición y el futuro. Se trata de complejizar el ejercicio crítico – constructivo propuesto por la economía ecuménica de, en todo momento, ‘…evaluar qué es compatible con la vida y con lo bueno para todos’[5].

Es urgente e inaplazable la generación de condiciones básicas de infraestructura y servicios para la población que carece de ellos. La emergencia sanitaria pone a la vista y agudiza la precariedad de condiciones de trabajo y de vida, que ahora en buena medida se concentran en el espacio de los hogares, que pasan a juntar los cuidados y la dimensión laboral.

Una enorme movilización de empleo y recursos supone la construcción de infraestructura básica de agua potable, alcantarillado, manejo de desechos, vivienda, internet, etc. Esto viene también con el desafío de mantener e innovar formas colectivas en la concepción de infraestructura y servicios de cuidados, que van desde guarderías hasta cocinas, comedores, lavanderías. Se trata de romper el formato o modelo individualizado que tiende a imponer la cuarentena y el aislamiento social.

Salvar y crear empleos debe disociarse de salvar grandes negocios. Esa inyección de recursos tiene sentido y futuro para fortalecer y ampliar fórmulas asociativas diversas que combinen lo público con lo cooperativo, comunitario, social y solidario, etc. Empleo digno y dinamización de la economía en nuevos términos son dimensiones de la agenda urgente a ser afrontada desde consensos y planificación para la vida: generación de condiciones sanitarias, sistemas de cuidados y alimentación, servicios públicos universales y de calidad, reconversión productiva, relocalización selectiva, desglobalización de las cadenas de suministro, protección y restauración de la naturaleza.

- Magdalena León T. es integrante de la REMTE y del Grupo de Trabajo 'Feminismos, resistencias y emancipación' de CLACSO.
 
[1] Esto no excluye que, como siempre, haya grandes ganadores de la crisis. Esta vez ha destacado el caso de Amazon, que incrementó ganancias gracias a la cuarentena.
[3] En las actuales circunstancias con esa lógica se puede extenderse a ceder derechos para salvar la vida!
[5] Duchrow, Ulrich y Hinkelammert, Franz J.m La vida o el capital. Alternativas a la dictadura global de la propiedad, DEI, San José, Costa Rica, 2003, p. 183.
https://www.alainet.org/es/articulo/206013

En esta crisis las mujeres son piedra angular, un gran pilar


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CIMACFoto: César Martínez López
El viernes 17 de abril el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, hizo una declaración contundente: “la crisis económica provocada por la pandemia del nuevo coronavirus es de tamaño mayúsculo”. Y expresó preocupación por la rebaja en la nota soberana por parte de calificadoras (La Jornada).
La pandemia de salud aunque es mundial recepercute en las actividades económicas a nivel macro, pero en forma muy desigual para ls Mujeres
Qué está implicando para las mujeres
“Trabajo en un mercado. Mucha gente vive al día. He observado a las mujeres que me rodean, no han tirado la toalla. Conozco a tres que son empleadas de un negocio de comida y son madres solteras. Otras son abuelas y sostén primordial de la familia. Otras son apoyadas por sus parejas y pueden bajar la cortina de su local hasta que pase la contingencia, pero estas últimas son contadas” (testimonio del Estado de México).
  • Pobreza
  • Mayor desempleo
  • Las mujeres en los reclusorios, en hacinamiento y con sus hijos
  • Crecimiento de la violencia doméstica, el lugar menos seguro son los hogares
  • Crecieron los riesgos de violencia comunitaria
  • Mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados de: enfermos, ancianos, personas discapacitadas y de la niñez. La economía y el trabajo de cuidado son pilares
  • Altos riesgos de salud, donde están de por medio su vida y la de su familia
  • En una primera línea trabajadoras del hogar y de salud
  • Siete de cada diez trabajadoras de salud son mujeres (médicas, enfermeras, auxiliares, afanadoras). Sus costos no sólo son físicos, también emocionales y riesgos de contagio
  • Incremento terrible de la violencia contra las mujeres, en parte como efecto de la cuarentena. Como dice Laura Castellanos: “quédate en casa. Sí, pero ¿con quién?”.
“Del 28 de febrero al 13 de abril murieron cien mujeres por coronavirus y 367 por violencia de género (en buena medida ocasionada por el encierro). En ese periodo hubo 40,910 llamadas de emergencia al número 911, la mayor cantidad desde 2016, y se abrieron 33 mil 645 carpetas de investigación, lo cual equivale a 23.3 denuncias por hora”.
Y la atención a esta problemática es a todas luces insuficiente, en condiciones “normales” lo era, por falta de recursos o infraestructura y muchos otros etcétera; ahora frente a una crisis de una dimensión desconocida e incalculable (hasta ahorita), menos.
Lo que queda son acciones emergentes -tanto públicas como privadas- presionar para fortalecer las redes de apoyo, ya sea del Estado o de la sociedad. Partir de un principio de realidad: la familia, los hogares, lo que comúnmente se conoce como “la casa”, son el centro donde se dirimen y aprenden las relaciones de poder.
Esto fluctúa a favor o en contra de las mujeres en función de factores como el nivel de misoginia y machismo, su autonomía económica, el nivel de educación y, las redes familiares y/o sociales con que puede contar. Que el Estado mantenga una postura vigilante y de apoyo es insuficiente, pero es lo mínimo.
Proteger a las trabajadoras de salud también es lo mínimo, no sólo en sus condiciones de trabajo, también de la sociedad mal informada, alentada por una guerra sucia -es decir poco- , las agreden física y socialmente, a ellas y a sus familias.
¿Y qué está sucediendo con la economia del país?
Si la imagen sigue diciendo más que mil palabras esta provoca enmudecimiento, y con justa razón. Una caída del PIB de -6.6 o como dice Banck Of America -8.0, supera a todo lo que se había visto desde 1929. A nivel mundial el pronóstico es de -3.0, equivalente a que perdieran su ingreso anual 400 millones de personas.
En serio, es una gran recesión y hay que ocuparse, y muy real. Nada de andar queriendo mater rinocerontes con una resortera, como escribió Luis Miguel González (periódico El Economista).
El desempleo, esa hiedra de mil cabezas. Seis de cada diez empresas reducirán personal, lo están reduciendo. La gran mayoría de estas acciones son ilegales, conforme a la LFT, pero posibles dada la enorme informalidad laboral (personal sin derechos laborales y sin Sindicato) que existe en el país. Por primera vez ponen atención en esto y en la Subcontratación. Ojo, no sólo son vendedoras ambulantes.
Ahí están incluidas las empleadas del hogar, contratos por  honorarios y terciarización (subcontratación) y, vendedoras ambulantes. Todas esas personas necesitan un ingreso regular y protección para su salud. No hacen cuarentena, la gran mayoría, y dicen que el gobierno miente, no existe ese dichoso virus.
Se aferran a esa mentira -ahora reforzada por los medios- para justificar que no hay de otra: tienen que salir a buscar la chuleta, para ellas y para sus familias. Dice el Epidemiológo en Jefe que el norte del País será el más afectado por el COVID-19, porque las empresas (maquiladoras) se han negado a suspender labores, si las obreras no asisten, tampoco cobran, aunque en ello se les puede ir la vida.
Según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del 13 de marzo al 6 de abril 346 mil 878 personas perdieron sus empleos y formales, todos los que se crearon en 2019. Y algo muy importante, no provienen de las micro y poequeñas empresas (las más débiles), sino de las grandes empresas, esas son las que están generado el mayor desempleo. Las que usan subcontratación para evadir derechos laborales y las que no pagan impuestos.
Está abierto un debate sobre seguro de desempleo y acerca de una renta universal.
Para las pequeñas empresas hay créditos y plazos para el pago de las cuotas al IMSS de hasta 3 meses. Eso implica un sacrificio para la salud, ahorita que tanto se necesita. Se busca el menor número de quiebras en las micro y pequeñas.
Por supuesto el desempleo es mundial y Estados Unidos va a la cabeza, implica menos remesas para los hogares pobres, jefaturados por mujeres. También se reducen los ingresos por remesas provenientes del Turismo, nicho laboral femenino, ahora con muy altos niveles de desempleo, obvio.
En las manufacturas (otra fuente de divisas), la actividad se contrajo en un inicio por los insumos que provenian de China y ahora por la cuarentena mundial. Ahí priva el desempleo, era la principal fuente de divisas. México es una economía muy abierta que depende de las exportaciones, eso está parado, de ahí la magnitud de la recesión.
El gobierno propone posponer pagos de obligaciones fiscales y obrero-patronales, diseñar acciones de protección al salario y la ocupación, que obligadamente pasan por la protección y el apoyo a las empresas, sobre todo medianas y pequeñas.
Como bien dice Gerardo Esquivel: la esencia del programa gubernamental es lograr que la caída de la economía sea menos estrepitosa, pero ésta es inevitable. El otro objetivo igual de importante es que sea lo menos costosa, en términos de bienestar familiar e individual. “Pandemia, confinamiento y crisis: ¿Qué hacer para reducir los costos ecdonómicos y sociales? Gerado Esquivel. Nexos https://www.nexos.com.mx/?p=47731%23.XpvBwlYMyVo.facebook
En otras palabras, salvar el mayor número de vidas, pero también la sustentabiidad de la economía, particularmente la de los grupos de menores ingresos. Ahí están las mujeres.

Calculan 3 millones de abortos inseguros por contingencia


Ciudad de México. La pandemia por el COVID-19 reducirá el acceso a abortos seguros, razón por la que el Instituto Guttmacher que promueve la salud sexual y reproductiva, calcula que en los países de ingresos bajos y medios se producirán al menos tres millones de abortos en condiciones de riesgo este 2020.
El Instituto presentó el estudio “Crisis en el horizonte: Pérdidas devastadoras para la salud reproductiva mundial debido al COVID-19”, donde hacen estimaciones del impacto que tendrá la pandemia luego de calcular una disminución al 10 por ciento en servicios de salud reproductiva y sexual en 132 países de ingresos bajos y medios.
Se calcula que si los países tratan como no esenciales los abortos frente al COVID-19, eso conduciría a una reducción en los procedimientos de aborto seguro y se verían tres millones de abortos inseguros y mil muertes maternas adicionales por la misma causa.
Asimismo, alertan que si disminuye al 10 por ciento la provisión de atención médica relacionada con el embarazo, habría consecuencias para la vida de las mujeres y sus recién nacidos. Según el estudio 1.7 millones de mujeres que dan a luz y 2.6 millones de recién nacidos experimentarían complicaciones mayores y no recibirían la atención que necesitan. Esto resultaría en 28 mil muertes maternas y 168 mil muertes de recién nacidos.
Como referencia, el Instituto tomó los datos sobre la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva de 132 países de ingresos bajos y medios, que abarcan a mil 600 millones de adolescentes y mujeres en edad reproductiva, entre los 15 a 49 años de edad.
Entre los desafíos que podrían enfrentar las mujeres están la falta de suministros, equipos y personal que se desvían a otros tipos de atención; interrupciones de la cadena de suministro; mujeres que evitan la atención preventiva o eligen dar a luz fuera de las instalaciones; y cierres de clínicas.
“Cada año 700 millones de mujeres acceden a métodos anticonceptivos modernos, 90 millones tienen partos en centros de salud y decenas de millones acceden a servicios de aborto seguro. Los embarazos, la anticoncepción y los abortos no se ponen en pausa. Sin embargo, por la pandemia, muchas personas pierden el acceso a estos servicios esenciales”, informó el Instituto Guttmacher.
Como conclusión, el Instituto recomendó a los Estados que declaren los servicios de salud sexual y reproductiva como esenciales, tengan a disposición anticonceptivos sin receta, atención por medio de la telemedicina y cuenten con el personal necesario. Llamado que también ha realizado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta crisis de servicios de salud reproductiva se puede ver reflejada en distintos países. Por ejemplo, en Estados Unidos los estados de Texas y Ohio ordenaron cerrar todas las clínicas que bridan servicio de aborto legal, declarándolas no esenciales durante la contingencia, por lo que la Federación Nacional del Aborto de aquel país, pidió de manera urgente a las autoridades que reconozcan a las clínicas como esenciales.
En otros casos se han declarado estos servicios como esenciales, como en Argentina, donde los centros de salud tienen la entrega de métodos anticonceptivos y el acceso a la interrupción legal del embarazo. Al igual que México, que declaró a los servicios de salud sexual y reproductiva como esenciales y deben garantizarlos las secretarías de salud locales.
20/AGS/LGL

Lo que menos se necesita son cínicos


plantonjuzgados
CIMACFoto: César Martínez López
Como si no fuera poco la pandemia sanitaria y la crisis económica, que nos está sacudiendo, resulta que el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, aprovechando esta situación, sorpresivamente restauró el 15 de abril a los jueces que permitieron el feminicidio de Abril Cecilia Pérez Sagaón.
Abril Sagaón, no debió ser asesinada como ninguna de las mujeres que han sido víctimas de feminicidio. El crimen ocurrió después que los jueces Federico Mosco González y Luis Alejandro Díaz Antonio, desestimaran la violencia vivida por Abril y dejaron en libertad a Juan Carlos García, su ex pareja, quien había sido denunciado por violencia.
Recordaremos la enorme indignación que generó este feminicidio, sobre todo por la negligencia y posible complicidad de los jueces, quienes desestimaron la denuncia de Abril Sagaón por violencia e intento de feminicidio para reclasificar el delito y dejar a Juan Carlos en libertad.
La reinstalación de los jueces manda un pésimo mensaje a la ciudadanía y en especial a las mujeres, quienes han estado exigiendo justicia para ellas y castigo a sus agresores, uno de los ejes nodales de la gran manifestación del 8 de marzo.
En estos momentos de tremenda crisis lo menos que se necesitan son cínicos que simulen hacer cumplir la ley y procurar justicia.
La decisión del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, responsable de vigilar la actuación de los jueces, manda la señal que la mala actuación de los juzgadores es perdonada cuando se trata de la vida de las mujeres, y esto no puede ser posible cuando la impunidad es el gran lastre de México.
No hay que olvidar que el Juez de control Federico Mosco González, consideró que Juan Carlos no intentó matar a Abril, pese a golpearla con un bat, mientras ella dormía, hasta fracturarle el cráneo, por lo que reclasifico a lesiones y violencia familiar, por eso liberó al ex marido.
De acuerdo con organizaciones feministas este mismo juez en septiembre pasado liberó a un violador serial que operaba en la Ciudad de México y que estaba relacionado con al menos cuatro ataques sexuales. 
Sin embargo, con los pésimos antecedentes, resulta que el 15 de abril fueron restituidos estos jueces bajo el argumento de la necesidad de equilibrar la carga de trabajo.
Traer nuevamente a dos jueces misóginos en plena pandemia cuando se han incrementado las denuncias de violencia contra las mujeres por parte de sus parejas hasta en un 60 por ciento, resulta una violencia más contra las mujeres pero desde la institución.
No hay pretexto que valgan ni pandemia que tolere la falta de criterio de la autoridad para poner en manos de los cómplices a las víctimas, de maridos o parejas potencialmente feminicidas.
Las organizaciones feministas ya han llamado a la Judicatura a rectificar esta vergonzosa acción. El llamado se le hace al Magistrado Rafael Guerra Álvarez, presidente del Consejo de la Judicatura y quien en noviembre suspendiera a estos jueces para que fueran investigados.
Lo menos que se puede esperar es congruencia del presidente y enmendar el error del tribunal, retirando nuevamente a los jueces Federico Mosco González y Luis Alejandro Díaz Antonio, hasta que no concluya la investigación que se les sigue para determinar lo que corresponda, como él mismo se comprometió.
Lo que se necesitas son jueces que protejan los derechos de las víctimas y sancionen a sus agresores.
20/LLGH/LGL

24 Horas de Solidaridad Feminista Contra las Empresas Transnacionales


rmr.fm                  

Con Leticia Paranhos, coordinadora de Justicia Económica - Amigos de la Tierra Internacional, recordamos el crimen en Rana Plaza.

 
  Leticia Paranhos. Foto: E. Mattioli/RMR.                
El 24 de abril de 2013, el edificio en Savar (Bangladesh) de la fábrica textil “Rana Plaza” colapsó y se derrumbó. Murieron 1127 personas que trabajaban allí -en su mayoría eran mujeres-, otras 2437 resultaron heridas y con secuelas físicas y psicológicas.
Entre los escombros quedaban al descubierto las condiciones inhumanas en que estas trabajadoras realizaban sus tareas a cambio de un salario miserable, lo que generó un movimiento internacional para exigir la reparación de la víctimas por los daños ocasionados.
El debate se actualiza cada año con trabajos precarios o en la informalidad, como las maquilas en Ciudad Juárez, las actividades mineras en Minas Gerais, la cadena del agronegocio explotando a jornaleras en Huelva e incluso explotándolas sexualmente, los atropellos -literales y en sus derechos laborales- que sufren quienes hacen rodar bicicletas en cualquier capital del mundo cargando una mochila y comida caliente para llevar.
Desde 2015, la Marcha Mundial de Mujeres recuerda el crimen cometido en Rana Plaza y llama a la acción cada 24 de Abril como Día de Solidaridad Feminista Contra las Empresas Transnacionales. Este año serán 24 Horas de Solidaridad a través de diversas actividades y conversatorios virtuales, para reflexionar sobre el trabajo de las mujeres en las dinámicas de la economía mundial, en especial sobre el papel de las transnacionales en la precarización laboral y en los abusos a la clase trabajadora.
La federación ecologista Amigos de la Tierra Internacional (ATI) se suma a estas horas de solidaridad, como parte de su lucha contra la impunidad con la que actúan las empresas transnacionales en todo el mundo, y para acompañar la agenda de la Quinta Acción Internacional de la Marcha Mundial de Mujeres.
Con Leticia Paranhos, coordinadora del programa de Justicia Económica y Resistencia al Neoliberalismo de ATI, hablamos sobre cómo se suma la federación a este día de lucha, desde las bases hasta a nivel internacional con una perspectiva antipatriarcal.
«Para Amigos de la Tierra Internacional es muy importante movilizarnos a nivel global y denunciar la perversidad de las transnacionales que causan muertes en su afán de no ‘parar’ la economía”, dijo Paranhos recordando “cuando representantes de este sector, o incluso a jefes de Estado capturados por este sector, dicen que algunas vidas son ‘desechables’, que lo que importa es la economía capitalista, que la acción del capital no puede parar… eso demuestra mucho la perversidad de este sistema y de sus actores centrales”.
Paranhos también recordó la participación de ATI en las negociaciones para garantizar un tratado jurídicamente vinculante sobre empresas transnacionales y derechos humanos en el marco de las Naciones Unidas: “Las empresas tienen mecanismos para juzgar a los Estados [si entienden que perjudican sus proyectos]. Por eso necesitamos un cambio radical del sistema, que regule a las empresas transnacionales y blindar los derechos de personas afectadas por los proyectos y acciones de las ETN en diversos países del mundo. Hoy las empresas no se responsabilizan por nada de lo que hacen y actúan con impunidad”.
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