11/17/2025

Columnas y opinión del periódico La Jornada lunes 17 noviembre 2025

Fox y Claudio X desvirtuaron la marcha // Suben los precios y Trump mete reversa // La nueva Línea 1 del Metro
Decenas de millares de jóvenes marcharon por avenida Insurgentes Sur, de Ciudad Universitaria al cruce con la avenida Félix Cuevas. A la cabeza iba el gran rector de la UNAM, Javier Barros Sierra. Era el 1 de agosto de 1968 y el motivo de la protesta fue la violación de la autonomía universitaria y la represión estudiantil por el gobierno diazordacista. La columna regresó a CU porque había soldados y granaderos dispuestos a no dejarlos pasar. No hubo un cristal roto, un comercio pintarrajeado o un transeúnte agredido. El movimiento tenía en contra a la televisión, a la clase política y empresarial, inclusive al Congreso. El sistema priísta y sus paleros panistas se estremecieron ante la demostración de fuerza de la juventud. Fue el preludio del 2 de octubre de 1968.

Desvirtuaron la marcha

¿Por qué lo recuerdo? Han transcurrido desde entonces 57 años. ¿Dónde están los jóvenes de hoy dispuestos a marchar por sus ideales? ¿Dónde los pumas y los politécnicos? ¿Y los jóvenes del TEC y la Iberoamericana? ¿Qué sucede con los trabajadores jóvenes de los bancos, el comercio, las fábricas y el campo? Forman el núcleo de la Generación Z, pero estuvieron ausentes en la manifestación del sábado, no obstante la intensa campaña de promoción de la televisión, TV Azteca en particular, y las redes sociales. Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), al primer trimestre de este año había en México 30.4 millones de personas de 15 a 29 años; 51 por ciento eran mujeres, y 49 por ciento, hombres. Sin embargo, escasamente habrán concurrido 20 mil a la marcha. Hubo más bots en redes que participantes. Las causas de su ausencia pueden ser muchas, pero una de ellas es la falta de claridad de objetivos y el perfil de los convocantes. No tienen credibilidad el “ideólogo” Vicente Fox ni el “estratega” Claudio X González; desvirtuaron la marcha. No es que falten banderas por las cuales luchar, las hay, y muchas. La inseguridad, la corrupción de personajes de la clase política, la impunidad, etcétera. Pero la oposición necesita otro tipo de líderes.

Mete reversa Trump

Fue advertido a tiempo de que el tarifazo iba a generar un aumento de precios porque los comerciantes estadunidenses se negarían a disminuir sus ganancias y trasladarían el costo a los consumidores. El presidente Trump ha tenido que meter reversa y eliminó o aligeró el arancel a productos como café, frutas y verduras. Uno de los países beneficiados es Colombia, a cuyo presidente, Gustavo Petro, insultó llamándolo “capo de las drogas”. Se toma café colombiano en millares de hogares y Starbucks.

México en el G-7

El canciller Juan Ramón de la Fuente asistió en representación de la presidenta Sheinbaum a la reunión ministerial del G-7 que se desarrolló en Niagara Falls, Canadá, la semana pasada. Componen este grupo Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. Realizó una activa promoción del Plan México.

Díselo a ClaudiaAsunto: la vendedora de mazapanes

Desde hace semanas he observado a una señora muy humilde que vende mazapanes, amable y sonriente a pesar de sus circunstancias, y al cuidado de un bebé que aún gatea. Ella realiza esta actividad en el área del estacionamiento del Soriana ubicado sobre av. Revolución, a unos pasos de la estación del metro Mixcoac. Esta persona y su bebé se miran en una situación absolutamente vulnerable en todos sentidos, por lo que me permito pedirle para ella y su bebé una asistencia respetuosa y urgente de parte del gobierno que en conciencia elegimos.

Jesús Canales García

Twitteratti

Hoy inauguraron la nueva Línea 1 del Metro, obra que inició cuando fui jefa de Gobierno de la Ciudad de México y dieron continuidad Martí Batres y Clara Brugada. Muchas felicidades a quienes la hicieron posible en beneficio de millones de capitalinos y visitantes.

Claudia Sheinbaum Pardo @Claudiashein

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Sábado de violencia convocada // Utilización de disfraz GenZ // Bloque rosa, de negro // Al diablo, política e instituciones

F

ue violencia convocada. Así lo cantaron (con anticipación) y lo contaron (con posterioridad) factores y actores como la retórica de la falsa generación Z en redes sociales, las arengas de políticos en decadencia (Vicente Fox, de manera patética), los “noticieros” de Televisión Azteca y de otros medios de comportamiento abiertamente faccioso, el despecho de origen fiscal de Ricardo Salinas Pliego y el oportunismo de algunos personajes sin verdadera base social (Belaunzarán, Acosta Naranjo y Álvarez Icaza, entre otros).

Una marcha montada sobre ciertos rieles discutibles pero, a fin de cuentas, enmarcables en el derecho ciudadano a la expresión, a la protesta: el enojo social por problemas desatendidos e insatisfechos (de manera marcada el predominio del crimen organizado), la oposición a las políticas de la 4T y la búsqueda de que un sector social, supuestamente representado por esos caminantes, sea escuchado y sus demandas sean consideradas.

Pero la carga puesta sobre esos rieles tenía como antecedentes el odio y la búsqueda de la violencia. Así se manifestó en las consignas, en los insultos personales a la Presidenta y su antecesor y, finalmente, en la explosión física violenta contra vallas y controles afuera de Palacio Nacional.

La propaganda previa invocó las imágenes y los sucesos de Nepal, con edificios públicos en llamas y acciones directas contra altos servidores públicos y sus familias. En la versión mexicana, adaptada, hubo llamados específicos a “tomar” Palacio Nacional y a “ir” contra la presidenta Sheinbaum y el ex presidente López Obrador.

No sucedió, sin embargo, lo largamente anunciado: no hubo un desbordamiento juvenil que hiciera tambalear al gobierno claudista, sino un reciclamiento de marchas anteriores cuyo referente sería la llamada marea rosa, en términos numéricos de asistencia incluso menores. La falsa franquicia de la generación Z (GenZ) sólo logró demostrar que fue usada como plataforma instrumental para maniobras de políticos de edades e historiales avanzados.

No hubo plan o propuesta políticamente viables. A última hora, la tal GenZ emitió una lista de demandas que en esencia podrían reducirse a la exigencia de que todo el orden constitucional, en lo político y lo jurídico, se haga a un lado para que ellos –a saber quiénes son “ellos”– se conviertan en los nuevos gobernantes. Notable, porque desnuda las intenciones golpistas y las alínea, como a este “movimiento” en general, con las directrices trumpianas de acción desestabilizadora preparatoria de acometidas mayores contra gobiernos “progresistas”.

El desenlace largamente requerido confirmó que este segmento de “nueva” oposición, que desea subsumir a la tradicional, está renunciando al ejercicio de la política y prefiere el camino que cree más corto y susceptible de apoyo internacional, la violencia. Los atacantes de las vallas de Palacio Nacional (el bloque rosa, aunque vayan de negro) llegaron con equipamiento muy por encima de lo usual y decididos a lograr saldo rojo gráficamente explotable.

Ayer mismo, sin un deslinde de la violencia convocada, sino un agravamiento del insulto y el enardecimiento, la tal Generación Z México convocó a nueva marcha, el 20 de noviembre, con misma ruta en Ciudad de México hacia Palacio Nacional. La derecha y la ultraderecha insistirán cuanto sea necesario hasta conseguir las escenas rojas que potencien las reiteradas intenciones intervencionistas de Estados Unidos.

La apuesta abierta de esta oposición es la violencia. Buscan alterar los procesos que con legitimidad constitucional, en el marco de las reglas del sistema vigente, ha logrado la llamada 4T, entre contradicciones y distorsiones diversas. Están mandando al diablo las instituciones.

Y, mientras Morena, sus aliados y Palacio Nacional revisan las causas profundas de insatisfacción social que subsisten, más allá de las manipulaciones “Z”, ¡hasta mañana!

X : @julioastillero,Facebook: Julio Astillero,juliohdz@jornada.com.mx

Ricardo Anaya y el simulacro de votación en el PAN // Cuestionable, que funcionarios envíen a sus hijos a estudiar y formarse en el extranjero
Me dice un lectoescribidor: “Sí, eso que relatas es cierto, Ricardo Anaya inhibió y canceló al panismo militante una de las razones fundacionales de la existencia de su organización política: la implantación de la convivencia democrática, no sólo en el gobierno, sino en la vida diaria de la comunidad, tal como lo han venido pregonando desde 1939”. (La columneta, indebidamente, interrumpe al escribano y le sopla al senador Anaya: esa fecha, en el inicial Frontón México, nació tu partido). Y sigue el remitente: “Cambiar el voto individual, secreto y libre por constancias colectivas con membretes firmados por algunos representantes que se arrogan el derecho a decidir por ciudadanos que jamás expresaron su parecer, deja claro que el organizador de este simulacro de votación no tiene el menor respeto por el derecho de cada persona a decidir con libertad”.

Una preocupación resulta inevitable: si la ambición por obtener la presidencia de un partido político dio motivo a este lamentable comportamiento, ¿qué podemos esperar de una elección presidencial? La columneta comparte el muy explicable “susirio” que embarga al amigo lector, pero se consolará cuando le comente algunas otras cuestiones de mayor envergadura y recordará un viejo adagio: resultó peor la medicina que la enfermedad. (La Academia dice que es “sucirio”, pero la columneta, cuando hay una ambivalencia, suele formarse en contra de ésta).

Esta es otra pregunta que le formula a la columneta, La muñeca, quien comienza con la siguiente aclaración: “la verdad no me llamo así, pero tengo una hermana casi de mi edad, a quien desde pequeña le comenzaron a decir de esta manera, entonces decidí que yo también podía ser La muñeca y desde ese momento en la escuela y en todos lados nos decían Las Muñecas. Ahora es mi seudónimo o nombre de batalla”. Pues bajo ese apelativo la columneta, respetuosa del derecho de cada persona a cambiar de nombre, responde: Coincido con tu opinión, mi apreciable muñeca, de que enviar a los hijos a estudiar (y formarse) en el extranjero, cuando aún son pubertos es una decisión paterna y materna tan exclusiva (como cuestionable) de quienes ejercen, con derecho, su patria potestad.

Si fue cierta la versión de que ésta fue la decisión tomada por el senador Anaya, con la conformidad, supongo, de la señora de Anaya (“de” preposición que significa posesión o pertenencia), únicamente podemos solidariamente prevenirlos. Los hijos de Xóchitl Monroe y Claudio Hoover, cuyas familias no lograron encontrar en los diversos sectores de las Lomas (Inter o Bosques), colegios que cubrieran sus pretensiones de enseñanza de alto nivel, internaron en instituciones estadunidenses de first class (y desgarrándose el alma, por supuesto) a sus retoños, no sólo para dominar el lenguaje del poder (con su sonsonete y modismos), sino a formarse anímicamente en las metas vitales que para ellos son razón de la existencia: la propiedad ilimitada, la explotación de naciones y seres humanos, así como la infamia de escribir la historia como mandatarios de una voluntad superior. Claro que estos logros tienen algunos pequeños inconvenientes, por ejemplo: la enseña patria a la que rendimos honores, no es la llamada Stars and Stripes, ni nuestro himno nacional es The Star-Spangled Banner.

La columneta reconoce sus pendientes: no escatimar algunos otros datos sobre el sempiterno candidato, el señor senador Ricardo Anaya. No cometer la grosería de ignorar al señor presidente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, y compartir una panorámica del avant premier facistoide en el magno escenario del Zócalo nacional.

Conservadurismos varios
Se tiende a creer que los conservadores, ricos y pobres, sólo están en la derecha en lo que quieren mantener establecido, ya por privilegios, ya por miedo. Sin embargo, el conservadurismo o afán de rechazar cambios, abarca a todas las ideologías, incluidas izquierdas variopintas.

Con relación a la columna “Laicos arcaicos”, del 3 de noviembre pasado, fue muy interesante la reacción de varios lectores, ins-talados más en la confusión que en la madura revisión de actitudes y desempeños de la izquierda, concretamente ante la condición mortal de los seres humanos y su descuidado derecho a la muerte digna en el mundo, no solo en México.

Tras aludir a la valiente y sustentada postura de Samara Martínez, con una enfermedad incurable hace 10 años y su propósito de que se reforme el artículo 166 bis 21 de la farragosa Ley General de Salud que prohíbe la eutanasia, señalaba: “Urge pues más congruencia de la 4T, ¿o con quiénes seguimos topando?”

Un lector aclaró: “Con quiénes cree que se topa todo propósito serio de renovación, con la derecha y sus aliados, como iglesias, colegios particulares, medios de comunicación incorregibles, fieles creyentes, clase política y otros aliados del oscurantismo iluminado por la luz de un sistema sin consciencia y corrupto”. Eso ya se sabe, pero el que calla otorga, por lo menos poder.

Otro más cuestionó: “Bastante incómodo su espacio para decir loopuesto a lo que ‘supuestamente’ que-ría decir. En estos momentos no está el horno para bollos, señor... O sea, demasiado calientes por lo que sus bollos salieron quemados o en cenizas. Mejor ni hablar de eutanasia cuando todo el mundo está tratando de sobrevivir. ¿A poco no se había percatado de ello con los criminales sueltos haciendo lo que hacen siendo aplaudidos vigorosamente por la prensa derechista en pleno?” Hay que tener cuidado: sobrevivir no es agonizar contra mi voluntad.

“¿Cómo se le ocurre comparar a otros partidos con la 4T? Tiene usted una visión fresa de la muerte”, escribe alguien que firma Marilyn, y añade: “Ya se puso en marcha el sistema de Salud Casa por Casa para prevención de enfermedades en adultos mayores, y se ha visitado a más de 6 millones de personas”. Felicidades. ¿A cuántos de esos adultos mayores se les ha preguntado si quieren seguir o terminar?

En cualquier caso, sin el derecho a una muerte digna no se puede hablar de un Estado de derecho.

Golpistas disfrazados de jóvenes // Fracasan intentonas, pero insisten // Salinas Pliego se fue a jugar golf
Dale que dale, la ultraderecha autóctona repite la estrategia desestabilizadora que fracasó rotundamente a lo largo del gobierno de López Obrador y que tendrá el mismo resultado en el de Claudia Sheinbaum. Sus organizadores y financistas tras bambalinas (barones evasores, juniors sesentones, piltrafas de la política, “intelectuales” sin apapachos, indecentes medios de comunicación golpistas, manos extranjeras con el logotipo de las barras y las estrellas, miles de bots, porros y conexos, todos ahora disfrazados de “jóvenes”) de nueva cuenta lo intentan y, para sorpresa de nadie, obtienen el mismo resultado.

Siete años ya (sin considerar desafueros, fraudes electorales, campañas sucias y demás) y sin dar una, los aprendices de golpistas se aferran a pesar de su derrota absoluta. Para ellos, lo de menos es el membrete del “movimiento” (“marea rosa”, “el INE no se toca”, “sí por México”, “en defensa del Poder Judicial”, “Frente Nacional Anti-AMLO” con sus carpas voladoras, “poder ciudadano”, etcétera, etcétera) ni el pretexto para la “movilización”.

Ahora, los viejitos de la ultraderecha inventaron y financiaron el artificial “movimiento del sombrero y de la generación Z México”, y lograron concentrar en el Zócalo de la Ciudad de México (en España no se pudo, porque nadie hizo caso de la convocatoria) a unos pocos miles de “entusiastas” participantes igual de longevos que los organizadores y a unos cuantos jóvenes derechosos que no tenían mínima idea del porqué estaban ahí, y sus declaraciones públicas dieron cuenta de ello.

Esa fue la “cara bonita” que quiso mostrar la ultraderecha (acarreados “demócratas”, cipayos con máscara de “patriotas”, “mexicanos indignados”, “ciudadanos de a pie”, caricaturescas señoras que rezaban y repartían “agua bendita” a discreción, a la par de mentadas de madre, nazis con bandera “libertaria”, un “jovenazo” de 80 años lanzando un SOS e implorando a Donald Trump y Marco Rubio, porque “deben ayudar a los ciudadanos de México”, y demás mercancía barata al igual que las consignas de siempre), aunque todos sabían que más temprano que tarde llegaría el momento estelar y entraría en acción el encapuchado grupo de choque financiado y movilizado por los abuelos golpistas, organizadores del “movimiento juvenil”, que además de los destrozos y el vandalismo causaron 120 heridos (entre ellos nuestro compañero fotógrafo Víctor Manuel Camacho, víctima de hampones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana) y 40 detenidos (20 de ellos presentados ante el Ministerio Público por robo y agresiones; el resto, fueron consignados por faltas cívicas).

Ese grupo de choque fascista tiene el sello de la casa golpista: en toda movilización de la ultraderecha, “de la nada” aparece en escena y todo destroza a su paso, con o sin sombrero. Sus integrantes se acoplan a las necesidades de quien les paga: pueden ser “feministas”, “demócratas”, “a favor de elecciones limpias”, “contra el gobierno usurpador”, para “reivindicar al alcalde asesinado” y un largo etcétera, según lo amerite la ocasión y, desde luego, la orden recibida. En esto, cabe la pregunta: después de tanto vandalismo, ¿el jefe Tauro no los tiene identificados; no sabe quiénes son? Y si la respuesta es positiva, ¿por qué no actúa en consecuencia, y no sólo en contra de los autores materiales, sino de quienes los financian y ordenan?

El circo sabatino fue aderezado por la “democrática transmisión en vivo” de Tv Azteca, armada por el evasor Ricardo Salinas Pliego (quien obviamente no asomó la cara en el Zócalo, pero desde su comodidad estuvo muy activo en redes festejando “este día histórico”, lanzando consignas y mentando madres contra “los zurdos de mierda”; eso sí, muy preocupado se fue a jugar golf, “porque mañana hay que trabajar por un México grande”) con sus histéricos títeres.

Fracaso tras fracaso, pero los abuelitos ultraderechosos ahora disfrazados de “jóvenes” insistirán. El pretexto es lo de menos.

Las rebanadas del pastel

Lo único que realmente le preocupa al impresentable Donald Trump es que rápidamente puede caer por su complicidad con Jeffrey Epstein. Nada le importa si ha cometido todo tipo de delitos, como empresario y/ o mandatario. Le tiene sin cuidado la cacería de inmigrantes, el despliegue de la armada estadunidense en el Caribe y los asesinatos en esa zona. Menos, la permanente violación de los derechos humanos, su coautoría en el genocidio en Gaza o la amenaza de invadir a terceros países. Pero la cercana posibilidad de que se difundan los correos del depredador sexual lo mantiene histérico.

Twitter: @cafevega ,cfvmexico_sa@hotmail.com

No al T-MEC... o sí, pero acotado
Gobierno de México. Secretaría de Economía: Atendiendo a su convocatoria a opinar sobre la renegociación del T-MEC, nos permitimos expresar:

1) El T-MEC actual (y antes el TLCAN de 1994) han sido en balance profundamente lesivos para México. Ambos representan la forma más acabada de neocolonialismo, al hacer parecer como “trato entre iguales” un mecanismo de intercambio desigual e invasión económica.

2) Un indicador contundente del efecto aperturista del TLCAN/T-MEC en la economía mexicana es su pérdida de dinamismo. Nuestra economía (PIB) creció durante seis sexenios (1947-1982) (gráfico 1) a una tasa promedio de 6.5% anual bajo la política de crecimiento endógeno (de generación interna) (EU a 3.6), frente a los siete sexenios siguientes (1983-2024), que sólo promedian un crecimiento de 1.8% (EU, 2.7) con la política de crecimiento exógeno (de generación externa) (gráfico 2).

3) Pero con los tratados México no sólo perdió la capacidad de crecer; también perdió la capacidad de orientar su desarrollo, su autodeterminación económica, y con ello prácticamente toda su industria penosamente creada (con todos sus defectos) en las décadas de crecimiento endógeno; también perdió el control del campo y los alimentos, de los medicamentos y del sistema financiero, eje de la inversión y el crecimiento; también perdió partes esenciales del sector servicios que funcionaban bien. Hoy, a cuatro décadas de neoliberalismo, corporativos y países aún nos “succionan” valor agregado, empleo y crecimiento.

4) Hoy México no tiene prácticamente industrias terminales importantes; somos un país maquilador sin capacidad de arraigar el valor agregado que enriquece a los corporativos foráneos y deja mínimos en el país. Sin límites cualitativos y cuantitativos a la inversión extranjera directa, México no podrá industrializarse.

5) La estratégica autosuficiencia alimentaria es una entelequia en tanto el campo se rija por las directrices del T-MEC. En 1985 México era casi autosuficiente en granos básicos y ahora es gravemente deficiente (gráfico 3). En 1985 sólo importamos del consumo de los cuatro básicos 16.3% y en 2024 53.3%. Es, pues, ineludible recuperar la soberanía alimentaria absoluta.

En síntesis, consideramos que una renegociación satisfactoria del T-MEC es virtualmente imposible, dado que la administración proteccionista de Trump no aceptaría perder sus ventajas y buscará imponer otras nuevas a México, y por nuestra parte requerimos grandes cambios en el tratado si realmente queremos salir de la trampa neoliberal, recobrar el crecimiento, recuperar la soberanía económica (Plan México), e impulsar el desarrollos social.

Un nuevo tratado de libre comercio podría ser aceptable para México si:

a) Se circunscribe exclusivamente a un libre comercio de bienes industriales que convenga a ambas economías y sin afectar nuestra integración en industria y servicios.

b) Los bienes agropecuarios y en particular los alimentos básicos y semi básicos deben quedar fuera del nuevo tratado. Requerimos soberanía plena para reconfigurar la producción agrícola, pecuaria y avícola para hacer realidad la autosuficiencia primero, y después ser exportadores de excedentes.

c) Por ningún motivo puede aceptarse en el nuevo tratado el libertinaje desigual que permite el ingreso indiscriminado de inversión extranjera, ni la libertad irrestricta a las inversiones y flujos financieros (especulativos o no); tampoco subordinación alguna en materia monetaria, tasas de interés, o estabilidad del tipo de cambio.

d) Un proteccionismo racional es también aplicable al comercio y las inversiones en servicios, sector en el que México puede y debe ser autosuficiente (o casi), y el nuevo tratado no debe ser obstáculo.

Respeto y reglas para la migración deberían ser incluidas en el T-MEC.

Integrarnos económicamente con los países afines en América Latina para la autosuficiencia regional básica y estratégica es prioritario, así como diversificar mercados. Estados Unidos ya no es socio confiable.

UNIDAD TÉCNICA DE ECONOMÍA SA de CV. CDMX Tel./fax 55 5135 6765 unite@i.com.mx

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Oro, sexo y la venganza del Nobel
Recomendaciones para una visita a la Casa Blanca: llegar con regalos como barras de oro, relojes, un avión, asegurar que durante la visita las estancias deben ser en hoteles con el nombre del anfitrión y/o invertir en criptomonedas de la primera familia y, por supuesto, no mencionar cosas como sus relaciones con un famoso pederasta.

Todo eso es parte de los costos de hacer negocio con el régimen en Washington. Y funciona. A principios de noviembre, los suizos enviaron una delegación de empresarios con varios regalos, incluida una barra de oro de un kilo personalizada con los números 45 y 47, en referencia a las dos presidencias de Trump, con un valor de 130 mil dólares y un reloj de escritorio especial Rolex. Los obsequios fueron aceptados por Trump a nombre de su biblioteca presidencial, con lo cual son aparentemente legales (por ley, él y todo funcionario federal no pueden aceptar presentes con valor mayor a 480 dólares). Poco después de la visita, el mandatario redujo los aranceles que había impuesto sobre Suiza.

No fue un caso especial ni nuevo para el ocupante de la Casa Blanca, informó Axios, ya que Trump y su familia no reportaron por lo menos 117 regalos de extranjeros con valor aproximado de 291 mil dólares durante su primer periodo, según una investigación del Congreso.

Pero a su regreso a la Casa Blanca, lo único que cambió es que ahora los regalos son cada vez más lujosos. Entre los más generosos está el de mayo de la familia real de Qatar de un avión presidencial con valor de 400 millones de dólares.

Y no son sólo extranjeros. El ejecutivo en jefe de Apple, Tim Cook, le regaló un emblema de su empresa en vidrio sobre una base de puro oro y su compañía y varias otras (incluidas Meta, Amazon, Microsoft y 33 firmas e individuos más) patrocinan con más de 300 millones de dólares al gran salón de baile que Trump construye en la Casa Blanca.

También se aceptan inversiones en las criptomonedas que maneja la familia del presidente estadunidense, donde especuladores extranjeros han invertido en un negocio que ha multiplicado los ingresos de la compañía de la familia, Trump Organization, a 864 millones de dólares para mediados de este año, refirió Reuters. Algunos calculan que la familia Trump ha agregado 5 mil millones de dólares a sus fortunas personales en sólo los primeros siete meses de su presidencia, en lo que Public Citizen declaró como “la mayor corrupción en la historia presidencial” (https://www.jornada.com.mx/2025/10/13/mundo/035n1mun).

La vanidad acompaña el negocio, como siempre ha sido el caso con esta primera familia, donde toda propiedad, hotel, club de golf, lleva su nombre. Pero ahora, desde la presidencia hay propuestas para nombrar sedes y productos oficiales desde el salón de baile en construcción al viejo Centro Kennedy con el nombre presidencial. Una moneda oficial propuesta para conmemorar el 250 aniversario lleva la imagen de Trump en ambos lados, o sea, ya tendrá otro significado eso de “las dos caras de la moneda” y también será imposible usarla para determinar algo con “águila o sol”.

Sin embargo, todo este negocio podría ser puesto en jaque si continúa estallando la crisis del difunto Jeffrey Epstein en torno a la relación del presidente con el famoso pederasta y amigo de los ricos y famosos (el ex príncipe Andrés ya tuvo que pagar su parte de la cuenta), ahora con nuevos mensajes difundidos donde el acusado afirma que Trump “sabía de las chicas”. Hasta ahora, no ha logrado escaparse de este problema, algo que incluso está provocando fisuras entre sus bases y aliados.

En parte por eso se especula abiertamente que el casi Premio Nobel tal vez necesitará a la nueva Premio Nobel de la Paz para provocar una guerra en el Caribe, donde la sangre de otros podría distraer de un problema personal del comandante en jefe.

Necesita distracciones: Trump permanece en su punto más bajo en los sondeos con sólo 41 por ciento de aprobación y 55 por ciento de desaprobación. En una encuesta de NBC, 30 por ciento afirma que apoya su movimiento MAGA, mientras 43 por ciento ahora respaldan a la campaña de oposición bajo el lema de No Reyes.

The Who. Won’t get fooled again. https://www.youtube.com/watch?v=UDfAdHBtK_Q

Enésimo fracaso de la derecha
Una vez más fracasó la derecha. Esta vez, como advertimos en una entrega anterior, escalaron en la violencia porque no tienen ninguna otra propuesta. Pusieron a prueba al gobierno, necesitaban un muerto, un herido grave que les permitiera seguir en la campaña contra la 4T, y no lo consiguieron.

Poco más de un millar de jovenes perfectamente bien entrenados derribaron vallas, lanzaron cohetones, cortaron cadenas con instrumentos especiales, utilizaron garrochas y golpearon a los agentes policiacos, es decir, devengaron el salario prometido luego de dejar heridos y lastimados a un centenar de uniformados.

¿De dónde vienen estos provocadores? Tal vez del mismo lugar de donde salió el joven sicario que disparó en contra del presidente municipal de Uruapan, porque esto parece una estrategia de violencia que no para.

Pero esta vez se requiere una reflexión más detenida porque hay algo más que el uso legítimo de la fuerza pública en contra de quienes atentan en contra del gobierno: está en juego la tranquilidad, la paz social. La derecha ha ido tejiendo una estrategia de odio que pueda justificar la represión tan esperada.

No hay casualidades, pero en lo sucedido el sábado pasado hay de esas que están muy bien entrenadas. Por ejemplo, el único video que muestra la brutalidad de los del llamado bloque negro –video que después desapareció del sitio– pertenece a otra de las novedades que corrieron por las calles de la ciudad, un nuevo medio cuyo nombre no deja dudas: La Derecha diario, cuyo historial da idea de la violencia que abrigan y que siempre ha sido un distintivo de esa forma de pensar.

La Derecha, aunque al parecer está en México desde febrero de este año, en el rastreo de sus publicaciones nos indica que se fundó en Argentina hace un lustro y uno de sus fundadores, Fernando Cerimedo, que se lanzó en apoyo a Milei abiertamente cuando el personaje político era muy poco conocido, se convirtió en su portavoz principal. Habría que recordar que en ese entonces, 2023, La Derecha fue denunciado por publicar fake news y campañas de odio en las que se buscaba beneficiar a Milei.

Cerimedo también se encargó, bajo los mismos métodos, de apoyar en Brasil a Jair Bolsonaro, y fue acusado de ser parte de lo que se calificó de intento de golpe de Estado para prolongar el mandato de Bolsonaro. Pero no sólo fue Cerimedo. El año pasado, un periodista español, Javier Negre, hoy casi dueño de La Derecha ha sido blanco de una buena cantidad de acusaciones y condenas judiciales.

Se dice que falseó información y difundió entrevistas que nunca hizo. El caso que lo marcó se publicó en el periódico español El Mundo. Fue una entrevista con una víctima de maltrato que nunca existió. En Argentina fue denunciado por la vicepresidenta Victoria Villarruel, a quien acusó de traidora.

Algunas informaciones aseguran que Negre fue invitado en diciembre del año pasado por Ricardo Salinas a formar en México el diario digital La Derecha; el sábado se hizo presente en algunos lugares claves de esa furia que se vivió en el corazón de nuestro país.

Por eso es que decimos, otra vez, que la derecha que está actuando en México es una de las más peligrosas del mundo. Libertad de expresión, sí, totalmente, pero provocar violencia es otro cantar que está fuera de tono.

De pasadita

Aunque hubo disculpas oficiales de por medio, no hay explicación para la agresión de algunos policías en contra de nuestro compañero y fotógrafo Víctor Manuel Camacho, que también fue víctima de robo por parte de los uniformados. Este tipo de acciones confunden y descalifican el trabajo que el cuerpo de seguridad efectuó el sábado en el Zócalo. Aguas con eso.

Aguirre se encomienda a un milagro de Fidalgo
Álvaro Fidalgo se llama el santo al que Javier Vasco Aguirre se aferra, del que espera todo, un milagro. Es la pieza que –considera– le dará forma de último minuto a su rompecabezas, un Tri que hoy por hoy no tiene pies ni cabeza y que por ello, tras un infumable 0-0 ante Uruguay, recibió ensordecedora silbatina en el estadio TSM de Torreón, donde lo único que la gente pedía era ver al portero de los Guerreros, Carlos Acevedo, y no a esa selección de Televisa que no juega a nada y suma cinco partidos sin ganar, con apenas tres goles… Primero la emprendió con abucheos e insultos contra Raúl Tala Rangel (de aceptable actuación) y al final estalló con el “¡Fueee-ra Vas-co, fueee-ra Vas-co…!” porque no los complació.

Los organizadores temían que la falta de triunfos del Tri ante Japón, Sudcorea, Colombia y Ecuador derivara en un estadio semivacío, sin embargo, el respetable acudió, en gran medida por la inclusión de Acevedo en la nómina, pero no le gustó lo que vio… En la selección no hay táctica, todos deben correr desbocados, como caballos de tres años, es lo que les pide el técnico. Antes del intermedio, salió fundido y casi echando espuma por la boca el Chucky Lozano, quien estaba ansioso de agradar al timonel, incluso bajo riesgo de lesionarse… No hay táctica porque el Vasco Aguirre dice que “los esquemas son números telefónicos”. Sus cambios siempre son hombre por hombre. Cero variantes. Pero entonces ¿para qué tiene a los asistentes Toni Amor y Rafa Márquez?… ¿para que le aplaudan todo?

La triste exhibición del sábado por la noche incluyó otro ingrediente que agrada sobremanera al técnico, uno que le insufla el pecho de orgullo: la rijosidad. César Montes, uno de sus favoritos y seguro elemento para ir al Mundial, cometió falta, era un penal que el árbitro le perdonó, y no conforme, el apodado Cachorrro decidió encarar a su rival con agresividad, y empezaron los empujones… Patético. ¿Y quién le dice algo o le pide cuentas a Aguirre…? ¡Nadie! El Vasco clama cada que puede que tiene casi 50 años en el futbol, y Mikel Arriola, Ivar Sisniega y Duilio Davino se apantallan, se cuadran, lo miran como a un dios… Es su selección, su momento estelar y de nadie más.

Varios veteranos andan con saldo negativo. Orbelín Pineda se adueña del balón, se engolosina y cuando lo envuelven los rivales lo suelta muy comprometido, lo regala… En realidad, este equipo, por increíble que parezca, cayó en una Moradependencia; Gilberto Mora, el chaval de 17 años, es el cerebro, con buena visión y gran lectura en la cancha, le pone pausa y reparte juego con sentido. Tiene muchos recursos, cual si cargara vasta experiencia… Pero en la mente de Aguirre está fijo el español Fidalgo, mediocampista del América. Le quiere regalar un Mundial como lo hizo con Gabriel Caballero o Guillermo Franco, aunque sólo tendrá dos meses para ponerlo a punto, no obstante, se va a jugar el todo por el todo a esa carta ¡y al diablo los procesos!

Mientras los dueños están “apanicados”, en caos por la grave situación de Ricardo Salinas Pliego, que tiene con un signo de interrogación a sus tres equipos (Mazatlán, Puebla y parcialmente el Atlas), Miguel Ángel Gil, dueño del Atlético San Luis se puso vivillo y ya sacó tajada de su incursión en la Liga Mx, donde supo del interés del holding Apollo Global Management por invertir en el futbol mexicano –operación a la que se opuso–, pero luego, mañosamente, lo jaló para venderle 55 por ciento del Atlético de Madrid en 2 mil 500 millones de euros. Si Gil tenía un poco más de 50 por ciento del equipo colchonero ¡vaya que se capitalizó!, y nada que invierte en el triste equipo potosino, al cabo que acá no hay descenso.

La buena: Inspirados en el equipo femenil, según confesó el estratega Carlos Cariño, la Sub-17 regaló una alegría al eliminar a Argentina en el Mundial de Qatar y avanzó a octavos de final, donde el martes choca con la favorita Portugal… Cuando las notas buenas caen a cuentagotas sólo queda festejarlas. La mala: Luis Fernando Tena no logró el cometido de llevar a la selección de Guatemala a su primera Copa del Mundo, tras perder ante Panamá; en tanto, Miguel Herrera está al filo de la guillotina, enfrentará el martes a Honduras, Costa Rica debe ganar y esperar una combinación de resultados… Lo de Cruz Azul y el caso de Adalberto Carrasquilla, quien lesionó al portero celeste Kevin Mier, quedó en mero berrinche de los cementeros.

EDITORIAL 
De acuerdo con los resultados de la primera vuelta de la elección presidencial realizada ayer en Chile, la candidata oficialista de izquierda, Jeannette Jara, logró el mayor caudal de votos (26.71 por ciento), seguida muy de cerca por el ultraderechista José Antonio Kast (24.12) y, a mayor distancia, por el populista de derecha Franco Parisi (19.42), el trumpista Johannes Kaiser (13.93) y la representante de la derecha tradicional, Evelyn Matthei (12.7).

Aunque a primera vista el primer sitio logrado por Jara podría parecer tranquilizador, el panorama de la segunda vuelta, a realizarse el próximo 14 de diciembre, le augura una posible derrota, si se considera que tanto Kaiser como Matthei ofrecieron su respaldo a Kast y que, suponiendo un trasvase mecánico de votos, éste tendría al alcance de la mano la mayoría absoluta, aun sin considerar lo que hagan los partidarios de Parisi, un hombre sin ideología definida, pero que, en su afán por cosechar adhesiones de la forma que sea, se ha acercado en sus propuestas a la ultraderecha.

Esta circunstancia sombría puede explicarse, en primer lugar, por el desencanto con el proyecto progresista del actual gobierno, proyecto que se desmoronó en el camino; el presidente Gabriel Boric –en el que Jara fue ministra del Trabajo– no pudo dejar atrás una institucionalidad heredada de la dictadura pinochetista y acabó por acomodarse a ella de manera pragmática o, cuando menos, resignada.

Boric llegó al Palacio de la Moneda con la propuesta de una nueva Constitución –proceso que se frustró– y con un programa basado en mejoras a la educación, la salud, la ampliación de derechos y el bienestar social. Cuatro años más tarde, el debate público ha dejado atrás esos temas y aparece dominado por la inseguridad, la xenofobia en contra de los inmigrantes (sobre todo, los de origen latinoamericano), el adelgazamiento del Estado y el punitivismo. Debe reconocerse que la sociedad chilena ha dado un giro al conservadurismo, instigado en buena medida por una derecha de nueva generación, radicalizada y próxima a los postulados de Jair Bolsonaro, Donald Trump, Javier Milei y el partido español Vox, entre otros.

En suma, en los comicios de ayer el voto predominante no fue el de la esperanza, sino el del miedo: miedo a la delincuencia, a los extranjeros y hasta a los países vecinos. Si en un mes la izquierda abanderada por Jara no consigue cambiar ese estado de ánimo, el arribo de la ultraderecha al poder será inevitable, y con él, los ataques desde la presidencia a esa institucionalidad democrática que según el presidente Boric debía “salir fortalecida” de la elección de ayer.

En Chile, tensión política por elección presidencial

En las elecciones de Chile que se celebraron ayer para el relevo en el Ejecutivo, de 179 diputados y de senadores en siete regiones del país tuvieron dos presidenciables que pasaron al boletaje o segunda vuelta por no alcanzar más de 50 por ciento de votos.

Éstos fueron la candidata de la izquierda que se alió con el Partido Demócrata Cristiano, Jeanne-tte Jara, al obtener 27 por ciento de los sufragios; mientras el derechista Republicano, José Antonio Kast, alcanzó 25 por ciento.

En la nación sudamericana la situación política continuará tensa y polarizada hasta el 14 de diciembre, cuando se verifique en la segunda vuelta a la ganadora o el ganador, y saberse en esta semana cómo quedará conformado el Congreso y el Senado.

Mientras, Jara tendrá que organizar y fortalecer más su coalición para derrotar a las derechas chilenas que sin duda respaldarán a Kast para que finalmente conquiste la presidencia.

Los primeros análisis de los comicios advierten que a la candidata de la izquierda no le sirvió de mucho que el saliente presidente Gabriel Boric no tuviese una buena gestión durante su mandato; sin embargo, cabe decir que la aspirante presidencial tuvo gran apoyo de la juventud, de los ciudadanos que radican en Europa y Australia, y de los migrantes latinoamericanos que radican en Chile y que tuvieron en esta ocasión el derecho de votar.

En tanto Kast, para alcanzar el poder no sólo acentuará en los próximos días su campaña con propaganda millonaria a través de bots y trolls, sino a su vez buscará el aval de todos los sectores derechistas de Chile, asimismo de la ayuda externa de una internacional derecha americana que ya se extiende con el abierto apoyo de los presidentes de Estados Unidos, El Salvador, Ecuador, Bolivia y Argentina, además de la derecha brasileña.

Mario Trujillo Bolio

Considera excelente la crónica de Hermann Bellinghausen

Hermann Bellinghausen captó muy bien, en su excelente crónica publicada ayer, la verdadera actitud que se encubría en las dos marchas del sábado pasado, la de generación Z y la del Movimiento del Sombrero, en su comportamiento calmado y terso mientras caminaban hacia el Zócalo.

La idea era deslindar su postura de la que exhibieron los violentos encapuchados durante varias horas, pero su verdadera actitud traicionó a los marchistas y los aplausos, las risas, los gritos jubilosos, así como los sucios insultos a la Presidenta, mostraron lo que había tras la modosidad de sus marchas. La vinculación estaba clara.

La negación de parte de los opositores de que se cancelan derechos, también la demostró Hermann con la joven de ojos llorosos que declaraba que no hay libertad de expresión en México, mientras daba rienda suelta a su denuncia “ante las cámaras de un canal de televisión comercial”.

Tere Gil

Extrañeza

Me extrañó ver de sombrero a quien siempre vivió de gorra.

Benjamín Cortés V.

Mexicanos tenemos memoria histórica sobre las marchas

La marcha del pasado sábado de la supuesta generación Z en contra de la violencia me obligó a refrescar la memoria mediante la consulta de cifras de los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, ya que la cantidad de alcaldes asesinados en esas administraciones sumó 79, 37 y 42, respectivamente, más el homicidio de Rodolfo Torre Cantú, candidato en campaña por el PRI a la gubernatura de Tamaulipas en 2010.

No recuerdo en esos 12 años 80 manifestaciones exigiendo justicia para ellos. Con excepción de aquella marcha blanca en agosto de 2008, que exigía no más violencia y en la que Felipe Calderón declaró unirse a dicha protesta, olvidando su carácter de presidente y la obligación de resolver el asunto, no de protestar.

También recuerdo el pacto de silencio en 2011 entre el propio Calderón y muchos medios de comunicación para no divulgar noticias de violencia.

Muchos mexicanos tenemos memoria.

Juan Manuel Hernández Castillo

Cobro de impuestos a los más acaudalados, legado de AMLO

La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República marcó un hito en la historia de nuestra nación, más que todo, por sus políticas económicas y tributarias; el ex presidente acabó con muchos mitos; por ejemplo, que el aumento de los salarios nos llevaría a la crisis económica, que no había dinero para la entrega de programas sociales o que se debía proteger a toda costa a los empresarios; a estos últimos, el ex mandatario sí les cobró impuestos a los más acaudalados del país, mismos que se hicieron ricos bajo la protección de los gobiernos del PRI y del PAN.

El ex presidente López Obrador aseguró que la recaudación a los más ricos no sólo es un acto de justicia: también es una política socioeconómica de gran trascendencia con la que se pretende disminuir la desigualdad entre la sociedad, apostando por la consolidación de un Estado de bienestar y, con ello, la implementación de una política redistributiva de la riqueza, un plan que ha continuado la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, aunque todavía se requieren de más ajustes.

Así, el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación respecto a los adeudos de Ricardo Salinas Pliego es histórico, porque doblegó a uno de los empresarios más poderosos de México, quien ha abusado del sistema de justicia, ha salido impune de todas sus tropelías y ha empleado toda clase de estrategias jurídicas para no pagar; como aseguraron los economistas ganadores del Premio Nobel de Economía 2024, Daron Acemoglu y James A. Robinson: “la falta de estado de derecho hecha ley”.

Axel Abraham Pensamiento Mendoza

Invitación

Conferencia Las caras de la conquista de México Tenochtitlan

El Colectivo Morena Chilangos (COMOCHI) invita a la conferencia titulada "Las caras de la conquista de MéxicoTenochtitlan", que ofrecerá el doctor. Cuauhtémoc Domínguez Nava y el licenciado Abel Nicolás Fernández Herrera. La cita es en el Albergue del Arte, ubicado en Alberto Zamora núm 32, casi esquina con Felipe Carrillo Puerto, paralela a Miguel Angel de Quevedo, colonia Villa Coyoacán, CDMX el martes 18 de noviembre de 2025, a las 18:00 horas, en modalidad presencial y se transmitirá vía Facebook en vivo https://www.facebook.com/share/17TgoUyfwe/?mibextid=wwXIfr

El gobierno de Estados Unidos permaneció parcialmente cerrado debido al diferendo entre legisladores republicanos y demócratas con motivo de la aprobación del gasto público. Por fin, después de más de 40 días, superaron esta peculiar forma de resolver una disputa, y llegaron a un acuerdo que permitió la reanudación de las funciones normales de gobierno.

El origen del diferendo se debió a la aprobación de la partida para la protección de la salud, conocida como Obamacare, que no es otra cosa que los fondos que se destinan a los servicios de salud para la población de menores recursos. Para los demócratas la lucha por los servicios sociales, uno de ellos la salud, está inscrita en su código político, más aún en un momento en que la precariedad económica aprieta cada vez con más fuerza. La supresión del programa de Obama ha sido una obsesión de los republicanos desde el mismo momento en que fue creado en 2010. En esta ocasión lo intentaron mediante el recorte de los fondos en el presupuesto destinado para ese fin. La única arma que los demócratas encontraron para evitarlo fue oponerse a la aprobación del presupuesto. El resultado fue la suspensión de las funciones del gobierno por la falta de fondos para llevarlas a cabo.

Para que el presupuesto fuera aprobado, era necesario que en el Senado obtuviera al menos 60 por ciento de los votos a favor, y en la Cámara de Representantes, 50 por ciento más uno. Hasta el martes pasado, los legisladores demócratas en ambas cámaras se habían mantenido unidos en su oposición, por lo que el presupuesto permanecía en el limbo. Sin embargo, siete senadores demócratas más un independiente y 16 representantes capitularon e hicieron causa común con los republicanos.

Fue un duro golpe para la causa demócrata y, por extensión, para su integridad y cohesión en ambas cámaras. Los argumentos de los disidentes fue la urgencia de reabrir el gobierno para que los trabajadores del Estado recibieran su salario, ya que su supervivencia se hacía cada día más difícil. Otro argumento fue la crisis en la aviación por la carencia de controladores aéreos y el personal de seguridad. Los disidentes no tuvieron que esperar mucho para recibir una andanada de críticas, acusándolos de esquiroles y traidores por su decisión. Más aún, porque después del aplastante triunfo demócrata en las recientes elecciones, se consideraba que ellos tenían la mano para negociar con Trump y los republicanos la aprobación del presupuesto en sus términos.

La controvertida decisión de los legis-ladores demócratas que se sumaron a la causa republicana ha generado convulsión en el Partido Demócrata y con sus seguidores. La división entre ellos es un síntoma que va más allá de esta coyuntura. Tiene que ver con la búsqueda de una identidad que desde hace tiempo parece perdida y hoy aparece difusa para sus votantes.

Una cuestión parece quedar clara después de los zipizapes de las semanas recientes: los votantes independientes, cuyo voto oscila entre uno y otro partido, son los que decidirán futuras elecciones; una de ellas, la de noviembre de 2026. En este sentido, habría que esperar que las tarascadas de Trump a la democracia, a la justicia y al sentido común, también contribuyan a la erosión del voto republicano. Será interesante la evaluación de los costos políticos y económicos que la sociedad haga del traumático episodio ocasionado por el cierre del gobierno. Por lo pronto, se dice que los demócratas perdieron una batalla, pero los republicanos perderán la guerra. ( Washington Post, 11/2025). Son buenos deseos, pero por ahora, nada más que eso.

Hay por lo menos tres temas que se dirimirán en el futuro inmediato: el retorno a las primeras planas de las investigaciones sobre el depredador sexual Epstein y sus relaciones con una amplia gama de políticos y empresarios; la posibilidad de un ataque directo de Estados Unidos contra Venezuela, y la rectificación, una vez más, de Trump sobre su absurda política arancelaria.

Cabe preguntar si serán una distracción más urdida por Trump para desviar la atención sobre temas que son cruciales para las mayorías, como el costo de la vida, el incremento en el precio de la salud y lo errático y cruel de su política migratoria. Cada uno de ellos merece un análisis en su contexto específico para evitar caer en explicaciones simplistas.

El debate fundamental que definía el siglo XX era la libertad de expresión. En la era de los medios masivos –radio, televisión, prensa–, la información era un recurso escaso y poderosamente concentrado. Quien controlaba estos canales, no sólo moldeaba el discurso público, sino que, en gran medida, definía la realidad misma. El periodismo profesional actuaba como el portero, la autoridad final que discernía lo cierto de lo falso para una audiencia cautiva. Incidir en los medios era, efectivamente, incidir en la realidad política y social. Las luchas por la apertura democrática y contra los regímenes totalitarios se libraron, en esencia, por el derecho a que las voces disidentes se abrieran paso a través de ese monopolio informativo.

El panorama noticioso del siglo XXI ha sufrido una implosión, un cambio sísmico que ha redefinido los términos del debate. Hoy, la discusión ya no se centra primordialmente en la libertad de expresión –casi ilimitada en el vasto espacio digital–, sino en la capacidad de discernir la verdad.

Las plataformas digitales y las redes sociales han pulverizado el monopolio informativo tradicional. La inmensa mayoría de la población global se entera de los acontecimientos no por una primera plana curada por un editor, sino por lo que un algoritmo determina que es “relevante” en su feed. Este mecanismo de personalización, diseñado para maximizar la interacción (y por ende, la rentabilidad), opera como un espejo de nuestros intereses y afinidades previas.

El resultado económico de esta arquitectura digital es una polarización rampante. Las personas predeterminamos, de manera inconsciente, la información que consumimos, creando “cámaras de eco” o “burbujas de filtro”. Este ecosistema refuerza nuestros prejuicios (sesgo de confirmación), al tiempo que dificulta el contraste, el equilibrio y la exposición a ideas genuinamente opuestas. El debate público se fractura en monólogos paralelos, minando la base de una deliberación democrática informada.

La arquitectura de la polarización que las redes sociales han moldeado durante los últimos 15 años está a punto de ser arrasada por un verdadero tsunami tecnológico: la inteligencia artificial (IA) generativa.

Si las redes sociales nos enseñaron a desconfiar del emisor, la IA nos obligará a desconfiar de nuestros propios ojos y oídos. En los próximos cinco o 10 años, la IA llevará la crisis de la verdad a un nivel exponencial. La capacidad de generar deepfakes ultrarrealistas –videos, audios e imágenes– que simulan a personas reales diciendo o haciendo cosas que jamás ocurrieron, se democratizará.

Nos costará diferenciar la verdad de la verdad puesta en nuestros teléfonos; la realidad objetiva, siempre elusiva, se transformará en una mercancía personalizada y predeterminada por nuestras aficiones o consumo previo en Internet. El algoritmo dejará de sólo mostrarnos noticias que nos gustan; comenzará a crear, a la carta, “hechos” que confirmen nuestros sesgos más profundos, haciendo casi imposible distinguir la manipulación de la autenticidad.

Esta crisis de la verdad trasciende con creces las fronteras del periodismo y la información, teniendo un efecto político directo y sistémico. La IA se convertirá en la herramienta definitiva para la segmentación y el microtargeting político, permitiendo a las campañas generar mensajes hiperpersonalizados que apelan directamente a las emociones y prejuicios de grupos de votantes específicos con una precisión nunca antes vista.

En este nuevo panorama, las campañas no se ganarán con ideas sólidas o políticas públicas coherentes, sino con narrativas emocionalmente potentes e incontrastables, diseñadas para evitar el escrutinio racional. La IA tiene el potencial de moldear liderazgos que son, en esencia, simulacros digitales optimizados para el consumo de masas polarizadas.

Nuestros marcos regulatorios, nuestros sistemas educativos y nuestras instituciones democráticas se basan en la premisa de una esfera pública compartida y un mínimo consenso sobre los hechos. Si la IA destruye la capacidad de encontrar esa base de realidad común, la deliberación racional colapsará. Es urgente que los gobiernos de todos los niveles inviertan seriamente en alfabetización digital avanzada, herramientas de verificación de contenido impulsadas por IA (la misma tecnología que crea los deepfakes debe ser usada para detectarlos) y, fundamentalmente, en un marco ético y regulatorio internacional que limite el uso de la IA generativa en la política electoral y la esfera pública, antes de que la verdad se convierta en una reliquia del pasado.

Hace 20 años la política cambió con la irrupción de las redes sociales en las campañas. Desde las “granjas de bots” hasta la necesidad de presencia digital. Ese cambio no es nada frente a la revolución que implica la inteligencia artificial y el impacto cultural y político que, nadie lo dude, habrá de tener en esta generación y las que le sigan.

Hoy en día, Donald Trump es presidente de su propia Murder Incorporated (Asesinato, SA), menos un gobierno que un escuadrón de la muerte.

Muchos descartaron la proclamación, al principio de su segundo periodo presidencial, de que el Golfo de México se llamaría en adelante Golfo de América (es decir, de Estados Unidos), como un tonto despliegue de dominio: tonto, pero inofensivo. Ahora, sin embargo, ha creado un baño de sangre en el adyacente mar Caribe. Hasta el momento, el Pentágono ha destruido 18 lanchas rápidas ahí y en el océano Pacífico. No se ha presentado prueba o acusación alguna que sugiera que esas naves transportaban drogas, como se afirma. Sencillamente, la Casa Blanca ha continuado difundiendo videos de vigilancia a ojo de pájaro (una película snuff, en realidad) de una lancha atacada. Luego viene una ráfaga de luz y allí acaba todo, junto con los humanos que iban a bordo, hayan sido éstos narcotraficantes, pescadores o inmigrantes. Hasta donde sabemos, al menos 64 personas han sido asesinadas en esos ataques.

La tasa de mortandad se acelera. A principios de septiembre, Estados Unidos atacaba una embarcación cada siete a 10 días. A principios de octubre, una cada dos días. Por un tiempo, desde mediados de octubre, fue una al día, incluidos cuatro ataques tan sólo el 27 de ese mes. La sangre, al parecer, quiere más sangre. Y la zona de caza se ha expandido desde las aguas del Caribe, frente a Venezuela, a las costas de Colombia y Perú, en el océano Pacífico.

Muchos motivos podrían explicar la compulsión de asesinar que tiene Trump. Quizá disfruta la emoción y sensación de poder que le da girar órdenes de ejecución, o él (y su secretario de Estado, Marco Rubio) esperan provocar una guerra con Venezuela. Tal vez considera que los ataques son distracciones útiles de la criminalidad y corrupción que definen su presidencia. El asesinato a sangre fría de latinoamericanos es también carne fresca para los vengativos seguidores trumpistas que han sido creados por guerreros de la cultura como el vicepresidente JD Vance para culpar de la crisis de los opioides, que de manera desproporcionada infesta a la base rural del Partido Republicano, a la “traición” de las élites.

Los asesinatos, que Trump insiste en que son parte de una guerra contra los cárteles y narcotraficantes, son horrorosos. Ponen de relieve la absoluta crueldad de Vance. El vicepresidente ha bromeado con el homicidio de pescadores y afirma que “le importa un carajo” si las matanzas son ilegales. En cuanto a Trump, ha desdeñado la necesidad depedir autorización al Congreso para destruir lanchas rápidas o atacar a Venezuela, diciendo: “Creo que vamos a matar personas. ¿Okey? Las mataremos. Van a estar, bueno, muertas”.

Pero, como con tantas cosas referentes a Trump, es importante recordar que no sería capaz de hacer lo que hace si no fuera por políticas e instituciones creadas por muchos de sus predecesores. Sus horrores tienen un largo historial de fondo. De hecho, Trump no está intensificando la guerra a las drogas, sino intensificando su intensificación.

Lo que viene a continuación es una breve historia de cómo llegamos a un momento en el que un presidente puede ordenar el asesinato en serie de civiles, compartir en público videos de los crímenes, y descubrir que la respuesta de demasiados reporteros, políticos (con alguna excepción, como Rand Paul) y abogados ha sido poco más que un encogimiento de hombros, cuando no, en algunos casos, un respaldo.

Breve historia de la guerra más larga

Aunque la convergencia de la política de derecha y la referente a las drogas comenzó al final de la Segunda Guerra Mundial, Richard Nixon (1969-1974) fue nuestro primer presidente de la guerra a las drogas. Gerald Ford continuó la guerra e incrementó las operaciones de la DEA en América Latina.

La DEA continuó expandiendo sus operaciones en el gobierno de Jimmy Carter, y Ronald Reagan comenzó a intensificar la guerra a las drogas de la misma manera en que lo hizo con la guerra fría. George H W Bush, Bill Clinton y George W Bush invirtieron en la guerra a las drogas. Barack Obama no intentó reducir la escala de la guerra y luego vino el primer periodo presidencial de Donald Trump. Joe Biden continuó financiando las operaciones de la DEA y militares en América Latina.

Donald Trump (2025-?) ha abierto un nuevo frente en la guerra contra los cárteles mexicanos de la droga en Nueva Inglaterra. La DEA, en colaboración con el ICE y la FBI, afirma que en agosto realizó 171 “arrestos de alto nivel” de “miembros del cártel de Sinaloa” en los estados de Massachusetts y Nueva Hampshire. Sin embargo, el equipo de investigación Spotlight del Boston Globe informó que la mayoría de los arrestados participaban en “ventas de drogas por pocos dólares” o eran simples adictos, sin ningún vínculo con el cártel de Sinaloa.

Trump insiste en que la “guerra a las drogas” no es una metáfora, sino una guerra de verdad, y que como tal le concede poderes extraordinarios de tiempos de guerra, entre ellos la autoridad de bombardear a México y atacar a Venezuela.

Considerando esta historia, ¿quién va a oponerse? ¿O a pensar que una tal guerra no podría sino terminar mal… o, para el caso, no terminar nunca?

La versión completa del artículo se puede leer en el siguiente link: https://bit.ly/4o3bT6i

*Greg Grandin es autor de Empire’s Workshop: Latin America, the United States, and the Rise of the New Imperialism, publicado por Metropolitan Books en la serie American Empire Project; de  The End of the Myth: From the Frontier to the Border Wall, ganador del Premio Pulitzer y, en fecha más reciente, America, América: A New History of the New World. Este artículo fue publicado originalmente en TomDispatch.com | Enlace al artículo original en: https://bit.ly/4pfGApJ

Traducción: Jorge Anaya

Estos días se está celebrando en la capital de la Amazonia, Belém (Brasil), la COP30 –Conferencia de las Partes, por sus siglas en inglés–, la reunión de los países firmantes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Una conferencia clave para, supuestamente, tomar decisiones políticas a nivel internacional de cara a combatir el cambio climático o disminuir sus efectos. Una COP que adquiere un peso simbólico especial al celebrarse en la Amazonia, en un contexto caracterizado tanto por la agudización de los efectos de la crisis ecológica como por el creciente negacionismo climático abanderado desde la Casa Blanca por Donald Trump.

De hecho, Brasil está utilizando el macroevento climático para intentar posicionarse como el campeón del capitalismo verde. Un movimiento que tiene mucho de disputa política interna, como antagonismo al negacionismo de la extrema derecha bolsonarista a un año de las elecciones presidenciales, al tiempo que posiciona a Brasil como actor regional e internacional de la agenda verde, aún más después de que la Unión Europea (UE) esté abandonando el maquillaje del Pacto Verde para abrazar en su lugar una cara más caqui, militar, de Rearm Europe.

Un evento que muestra también los límites y contradicciones del discurso verde brasileño para liderar la agenda ambiental global mientras incrementa la producción de petróleo, expande la frontera de los combustibles fósiles e incrementa el agronegocio, que exacerba la crisis climática y sus fenómenos meteorológicos extremos. De hecho, un mes antes de la cumbre climática, Petrobras, la empresa petrolera pública brasileña, obtuvo la licencia para perforar la cuenca de la desembocadura del Amazonas. Una explotación que convertirá a Brasil en el cuarto productor de petróleo más grande del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos, Arabia Saudita y Rusia.

En este sentido, Brasil ha evitado reiteradamente reconocer el papel del agronegocio en la deforestación, principal contribución del país a las emisiones de gases de efecto invernadero. Una realidad que, una vez más, choca con el barniz de capitalismo verde que quiere vender el país en esta cumbre, con su medida estrella del Fondo para los Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés). Una iniciativa público-privada que pretende crear un fondo de 125 mil millones de dólares (25 mil como aporte de los Estados y 100 mil de multinacionales), administrado por el Banco Mundial para invertir en los mercados financieros, repartiendo su rentabilidad anual –se estima en unos 4 mil millones– entre los países que preserven sus bosques. El propio ministro de Finanzas, Fernando Haddad, afirmó que el fondo es “la principal iniciativa de Brasil” en la COP.

Impulsar un Fondo para los Bosques Tropicales mientras, unas semanas después, se tiene previsto firmar el acuerdo comercial UE-Mercosur –conocido popularmente como un acuerdo de “vacas por coches”–. Un acuerdo en donde la UE pretende mejorar el acceso al mercado Mercosur para sus multinacionales de automóviles, accesorios para la automoción, empresas energéticas, bebidas y servicios financieros, mientras que los países del Mercosur obtendrán más acceso al mercado europeo para sus materias primas, carne de vacuno y pollo, soja, azúcar y etanol para biocombustibles, entre otros. Un acuerdo comercial que no sólo institucionalizará una relación comercial asimétrica y neocolonial, sino que, como alertan diversos informes, favorecerá la deforestación en los países del Mercosur. De hecho, la ganadería es uno de los mayores riesgos para los bosques amazónicos; 63 por ciento de las áreas deforestadas son ocupadas por pastizales.

A pesar de ello, el Acuerdo UE-Mercosur es presentado como un ejemplo de relación comercial respetuosa con el medio ambiente y los derechos humanos, todo gracias al maquillaje discursivo del soft power europeo, recogido en las famosas cláusulas de salvaguarda. Unos mecanismos que aparecen con formulaciones voluntarias (“deberían”, “se esforzarán”) y sin mecanismos vinculantes efectivos, que en la práctica someten las buenas palabras sobre el clima o los derechos laborales a las obligaciones comerciales vinculantes que recoge el acuerdo.

Pero, ante el brutalismo trumpista, propio de un matón inmobiliario neoyorquino, tratando a América Latina como el patio trasero de su “Make America Great Again”, en una reactualización de la política imperialista del Gran Garrote de Roosevelt, el Acuerdo UE-Mercosur y su retórica verde pueden aparecer hasta presentables, como la opción menos mala en un contexto internacional cada vez más incierto.

De hecho, la COP de Belém será la primera desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca. En una declaración de intenciones inequívoca, Estados Unidos no sólo no ha participado en la cumbre de líderes, sino que tampoco ha enviado representantes de alto nivel a las negociaciones técnicas de Belém. Así, muestra su desprecio más absoluto por los espacios multilaterales, reafirmando también la bandera del negacionismo climático como un rasgo definitorio de la ola reaccionaria global. De hecho, el presidente argentino, Javier Milei, la figura más prominente de la internacional reaccionaria en el continente latinoamericano, ha seguido el ejemplo de Trump y tampoco ha acudido a la COP de Belém.

Un brutalismo y negacionismo ultraderechista que resulta funcional al malmenorismo del capitalismo verde. Un espejo cóncavo en el que poder agrandar la imagen del fondo especulativo para los bosques tropicales, no ser muy críticos con las prospecciones petrolíferas en el Amazonas o incluso defender el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur como la opción menos mala. Una forma de achicar el espacio de lo posible para las políticas de mitigación climática, la justicia social o las alternativas comerciales a los acuerdos neocoloniales con “rostro humano”. Una forma de hacer más presentable el imposible “capitalismo verde”.

*Autor del libro Trumpismos. Neoliberales y autoritarios. Radiografía de la derecha radical

La Cuarta Transformación no pierde el rumbo; ha demostrado que tiene con qué afrontar obstáculos y continuar sin detenerse ante inesperados problemas nacionales, cambios en la economía o sacudidas políticas y sociales; no titubea tan siquiera ante un acto tan violento e impactante como el asesinato del alcalde de Uruapan y afronta con rapidez y sensibilidad la situación. A quienes con el voto, con opiniones, con otras formas de apoyo hemos contribuido a este avance indiscutible y a su consolidación, nos anima y alienta; hay principios, hay valores.

El mensaje de la titular del Ejecutivo Claudia Sheinbaum, del 5 de este mes, fue un balance de su primer año de gestión, así lo corrobora y explica; sin demagogia, con sencillez y claridad dio un repaso a los más importantes logros y avances, con cifras claras y explicando decisiones políticas tomadas.

Se ocupó de los obstáculos en proceso de remover y demostró que conoce la situación de país; es que, como lo dice, se trata de una verdadera rendición de cuentas. Tanto para los críticos desesperados, que cada semana inventan algo nuevo para sus juicios negativos y su afán de enturbiar el debate, como para el resto de la población, que se encuentra más informada que en otras épocas y ha demostrado que si llena el Zócalo, no es porque como sucedía bajo gobiernos priístas, les den algo a cambio o prometan soluciones mágicas a sus necesidades, sino porque ahora hay un pueblo atento a lo que pasa y consciente de que es él el titular de la soberanía nacional.

De lo dicho, creo que debemos recordar que afirmó que en el combate al delito, se debe atender a las causas. Quien administra recursos y finanzas públicas, ordena y supervisa obras materiales, procesos políticos y sociales, está obligado a hacerlo dando la cara y tomando en cuenta las opiniones diferentes y los debates.

De lo dicho por la Presidenta, me interesa rescatar un par de puntos finos que no puedo sino recalcar para contribuir a su difusión y destacarlos con objeto de animar a los ciudadanos a confiar y a continuar los cambios, de tal modo que no haya retrocesos y que se siga avanzando; sé que el riesgo mayor en este momento es que “la cultura priísta” pueda contagiar a Morena y a los gobiernos apoyados por este partido.

La Presidenta fue firme en reiterar que es el fin de los privilegios injustos y que continuará el combate a la pobreza y el impulso a la justicia social. Para este último propósito, es necesaria la continuidad con decisiones firmes, como el aumento al salario mínimo y la atención prioritaria a la educación, la salud y una mejor distribución de la riqueza.

Pero hay un punto que tengo intención especial en destacar y llamar la atención sobre él, porque implica una estrategia que si bien ya se probó en el gobierno de la Ciudad de México, está ahora y desde ya algunos años aplicándose a nivel federal. Se trata de gobernar atendiendo a las causas y no sólo tratando de corregir los efectos.

Este criterio de atender las causas tiene especial importancia en el grave asunto de la delincuencia, la violencia social y los ataques a los derechos humanos. No se trata sólo de perseguir a quienes cometen un acto que la ley define como un delito y poner al o a los que lo ejecutaron ante un juez para que éste, mediante un proceso respetuoso del derecho de defensa, dicte la sentencia correspondiente.

No se trata sólo de perseguir a quienes cometen actos antisociales y delitos, se trata de buscar y combatir las causas, los ambientes, las carencias o vicios que propician rencores, violencia, irresponsabilidad social y, por tanto, son propicios para que los conflictos y la violación a la ley tengan lugar.

La delincuencia no surge por generación espontánea; por lo general, quien comete un delito no es sólo por una maldad intrínseca; las inclinaciones antisociales surgen por causas externas y si bien la voluntad personal, el ambiente familiar, pueden disminuir las estadísticas delincuenciales, la autoridad debe combatir ambientes y circunstancias que a veces solamente facilitan la comisión de ilícitos, pero en otros casos extremos los provocan.

Durante el gobierno de la Ciudad de México encabezado por el licenciado López Obrador, de 2000 a 2005, y el año que le tocó a Alejandro Encinas, siendo yo procurador de justicia, seguimos esa política preventiva, combatir las causas, crear ambientes de solidaridad social, promover la lectura, atacar problemas antes de que estallen.

Recuerdo que muy al inicio de esa gestión, fui invitado por la Fundación Konrad Adenauer a una participación en un seminario sobre delincuencia, y en congruencia con la política que seguía nuestro gobierno, insistir en la atención a las causas, por eso me alegro de que el actual gobierno mantenga el principio.

Hice entonces un símil simplista; si queremos que no nos piquen los mosquitos, no basta con tener a la mano un matamoscas, hay que secar el charco del cual provienen.

Tres días antes de que comenzara en la ciudad de Belém la COP30, el presidente brasileño Luis Inácio Lula alertó sobre la necesidad de terminar con la dependencia que el mundo tiene de los combustibles fósiles desde hace dos siglos. Y agregó que sería una forma efectiva de luchar contra el calentamiento global, pues tres cuartas partes de las emisiones se deben a la quema de ellos.

Es necesario recordar que hace dos años, como fruto de la COP28, 197 estados se comprometieron a abandonar dichos combustibles. Sin embargo, el mandatario brasileño también dijo que los ingresos derivados de la producción de hidrocarburos eran una vía importante para los países en desarrollo en su lucha contra la pobreza y la desigualdad.

Esto último, severamente criticado por la comunidad científica y los defensores del medio ambiente, fue en realidad una forma de justificar la autorización que su gobierno dio a la estatal Petrobras para explorar la posibilidad de extraer petróleo en la parte marina donde desemboca el río Amazonas. Precisamente la ciudad más importante de esa región es la sede de la COP30.

Pero el mandatario brasileño atajó las críticas al señalar que para lograr un “proceso justo, ordenado y equitativo” que lleve a la sustitución del carbón y los hidrocarburos, es urgente que los países en desarrollo puedan tener acceso a las tecnologías y el financiamiento requerido para ello. Y que una vía posible es “destinar una parte de las ganancias de la exploración petrolera a la transición energética”. En respaldo a esa estrategia, anunció la creación de un nuevo fondo que tendrá como objetivo “financiar los esfuerzos para combatir el cambio climático y promover la justicia climática”.

El financiamiento que el mundo industrializado debe aportar al mundo pobre para lograr las metas de Lula fue muy discutido en la anterior COP, celebrada hace un año en Bakú, Azerbaiyán, país petrolero por excelencia. El objetivo anterior, aprobado en 2009, era de 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020. No se ha cumplido. En Bakú se concluyó que debía ser mayor: 1.3 billones aportados por fuentes públicas y privadas. Y como parte de esa cifra, la promesa de los países desarrollados de suministrar directamente 300 mil millones de dólares durante 10 años. De nuevo, no cumplieron. Esas aportaciones son insuficientes. Deben ser, por lo menos, cuatro veces más y destinarse estrictamente para combatir el calentamiento global.

Mientras tanto, es una realidad que las energías renovables avanzan en el mundo. La última década se triplicó su capacidad y se redujeron los costos de instalación y funcionamiento. Pero ello es poco, pues lo que sigue imperando es el modelo energético basado en el carbón y los hidrocarburos.

Estados Unidos, al que Donald Trump nuevamente retiró del Acuerdo de París, es el mejor ejemplo: las inversiones en dichos sectores aumentaron durante su mandato. Sólo lo supera el gasto en su industria de armamentos. Cabe señalar que en septiembre pasado, en la Asamblea General de Naciones Unidas, sostuvo que el cambio climático es “el mayor engaño jamás perpetrado contra el mundo”. Y además, restó apoyos a las fuentes alternas de energía, a las que califica de “engañosas”, costosas, innecesarias.

Otro elemento clave que se analiza en esta COP30 son los planes climáticos de los 198 países asistentes. Sólo la mitad de ellos lo han publicado. Y en la mayoría de los casos, sus planes nacionales no se cumplen, como en México. Tampoco se ha avanzado lo suficiente en darle voz prioritaria a los pueblos indígenas y a los países que más están sufriendo los desastres naturales fruto del calentamiento global, como África. Y los insulares, afectados gravemente por el aumento del nivel del mar. Es el caso de Maldivas, Kiribati y Tuvalu.

Y mientras siguen las reuniones en Belém, una pésima noticia: las emisiones mundiales de CO2 procedente de los combustibles fósiles marcan este 2025 un máximo histórico: serán 1.1% superiores al año pasado. Enorme es entonces la importancia de la cumbre que termina el viernes. A Belém asisten también más de 50 mil personas de organizaciones sociales, indígenas, científicas e internacionales y mil 650 “negociadores” de las industrias petrolera y carbonífera. Sería lamentable que, como en las cumbres anteriores, los logros para detener el calentamiento global fueran insuficientes.

Ayer domingo, arribó a Washington DC una delegación mexicana compuesta por personas luchadoras sociales y miembros de organizaciones sociales y civiles para, en alianzas trinacionales, exponer ante el Congreso y la opinión pública lo que se requiere de la próxima revisión del T-MEC. Bienvenida una visión más allá de la mirada reduccionista, productivista, unidimensional, propia del neoliberalismo y tristemente latente en el posicionamiento del gobierno mexicano, que insiste en que “el tratado (T-MEC) ayuda a las tres economías” (https://tinyurl.com/5aennd4c).

Más allá de la manía por exportar “nuestras” mercancías y fortalecer “nuestras cadenas productivas” (dice Ebrard), la visita de la delegación mexicana a Washington, me comenta Tania del Moral, coordinadora de la gira por la organización Global Exchange, “es parte de la lucha histórica contra las políticas comerciales que han empeorado la migración forzada, aumentado la desigualdad de la riqueza, facilitado el extractivismo corporativo y violado los derechos humanos y territorios de los pueblos indígenas”.

Durante décadas, OSC de los tres países han trabajado por superar el dogma de mantener las “cadenas de valor” (¿quién se queda al final con el valor?, sería la pregunta), de defender “nuestras exportaciones” (concentradas por empresas trasnacionales), y de atraer inversión extranjera sin requisitos de desempeño (que están prohibidos en los TLC). Es más urgente que nunca entender y atender la amenaza que representan los grandes intereses del capital trasnacional desde la entrada del TLCAN en 1994. Ahora con el T-MEC, que si bien tiene otro nombre y algunas modificaciones, aún representa una amenaza a nuestra soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos.

Las consultas a sectores productivos sobre las supuestas oportunidades de exportación que representa el T-MEC resultan parciales, ya que no se trata sólo de un tratado de libre comercio de mercancías y servicios, sino de una amplia variedad de acuerdos que socavan la capacidad regulatoria del Estado en favor de los intereses de las grandes corporaciones extractivas, agroindustriales, financieras, de automóviles, del big-tech y de demás manufacturas y servicios.

No debe pasar desapercibido, como me parece que ocurre, que un grupo de CEO de poderosas empresas estadunidenses, incluyendo General Motors, United Airlines, JP Morgan Chase, Apple, FedEx y Walmart, piden a Trump que se restablezca por completo el sistema de solución de controversias inversionista-Estado (ISDS, por sus siglas en inglés) tal y como existía en el capítulo 11 del TLCAN. Hay que recordar que con el T-MEC, el ISDS –que permite a empresas demandar a Estados directamente en tribunales supranacionales, como el CIADI del Banco Mundial– se ha eliminado entre Estados Unidos y Canadá, y limitado entre México y Estados Unidos, a empresas con contratos gubernamentales en el sector hidrocarburos.

El llamado de los CEO a restablecer el neocolonial sistema de “seguridad” a sus inversiones se da en el marco de la carta de la Business Roundtable –que es una organización de más de 200 corporaciones más grandes de Estados Unidos– al representante gubernamental de comercio (USTR), en la que se incluye la queja de que “México ha adoptado una serie de medidas en los últimos años, especialmente en sectores estratégicos como la energía, las telecomunicaciones y la aviación, que benefician a sus empresas estatales o nacionales”. El USTR, continúa la carta, “debería insistir en que México ponga fin a la discriminación de las empresas estadunidenses en favor de sus empresas estatales o nacionales” (trad. propia). La lista de demandas para abrir más al país a sus intereses es extensa (ver https://tinyurl.com/2nysvk6x).

Es inaceptable para México que los CEO de las empresas citadas se entrometan en contra de las recientes reformas judiciales de México. Argumentan que “enfriarán el clima de inversión en México y que disputas entre inversionistas y gobierno estén sujetas a consideraciones políticas en lugar de ‘al imperio de la ley’”. Se queja la Mesa de Negocios de que “en los últimos cinco años, México ha tomado varias medidas preocupantes que han afectado negativamente a las inversiones estadunidenses en el país, como la expropiación de una cantera propiedad de una empresa estadunidense (trad, propia)”. Se trata precisamente de la minera Legacy Vulcan LLC, propietaria de Calica, la contaminante mina en las inmediaciones de Playa del Carmen (ver La Jornada 25/11/03).

¡Estemos alerta! No me cabe duda de que las intenciones de Estados Unidos serán ir mucho más allá de mantener el statu quo, y no de deshacer el T-MEC como amenaza Trump, sino de intensificarlo y profundizarlo para satisfacer la rapacidad y mendacidad de la plutocracia estadunidense en colusión con la estrecha élite empresarial mexicana dispuesta, bajo los rezagos del neoliberalismo salinista, a vender todos los activos posibles y entregar los recursos naturales del país al mejor postor.

Bienvenida a Washington la delegación mexicana de personas luchadoras por los derechos humanos y del pueblo mexicano, a la cual la 4T debe acompañar y recibir de regreso al país como muestra de su apego a un ¡comercio justo con democracia! Vienen desde Quintana Roo hasta Chihuahua personas en defensa del maíz, miembros del Movimiento de los Pueblos por la Paz y la Justicia y otras personas defensoras de derechos humanos. Traen consigo la Declaratoria Conjunta del Encuentro Nacional. Asamblea de Incidencia frente al T-MEC (https://tinyurl.com/3utkart2).

Destaco, de entre las mesas de la asamblea (que incluyen derechos laborales, agricultura, seguridad humana y paz), una propuesta de la mesa ambiental, pues corresponde a este artículo: promover “la eliminación completa del mecanismo de resolución de disputas inversionista-Estado, como Estados Unidos y Canadá ya lo han hecho entre sí en el mismo T-MEC”. Ni un paso atrás, basta de ceder privilegios a la inversión extranjera.

*Institute for Policy Studies (www.ips-dc.org)

Un aspecto notable del desenvolvimiento de la industria de la inteligencia artificial (IA), que está en pleno curso, es el entorno económico y financiero en que se desarrolla.

La posibilidad de un efecto adverso, en la forma de una crisis del mercado de valores, se discute de modo constante en la prensa y entre los especialistas. La revista The Economist lo ha planteado así: “Si el mercado accionario colapsa, será una de las implosiones financieras más predichas de la historia”.

La cuestión se centra en las desmesuradas valuaciones a las que han llegado las acciones de las empresas tecnológicas en Estados Unidos. Esto remite a las pautas de la gran actividad especulativa que definió la crisis financiera de 2007-2008. El procedimiento consistió en la apuesta a que los precios de los títulos de la deuda hipotecaria bajarían, y con esto se obtendría una fuerte ganancia, tal y como realmente ocurrió. Se trata de una transacción financiera denominada “corto”, que consiste en vender títulos en el mercado con la expectativa de recomprarlos después a un precio más bajo; la diferencia es la ganancia.

En la amplia discusión alrededor de la industria de la IA hay que distinguir la parte tecnológica de la parte de los negocios. En buena medida, el cauce actual se centra en los avances tecnológicos, como son los microcomponentes y los diversos programas que se desarrollan. Pero la parte económica es clave para sostener el fuerte flujo de las inversiones, fundadas sobre todo en las expectativas de ganancias que, así, soportan el valor de las acciones de las empresas tecnológicas.

Una de las situaciones que ejemplifican esta dimensión se refiere a la demanda de energía eléctrica. La Agencia Internacional de Energía señala que la IA requiere de los centros de datos, que son las instalaciones en las que se ubican los servidores, los sistemas de almacenamiento, los equipamientos de red y otros componentes asociados, como los sistemas de enfriamiento, las baterías, los generadores de respaldo y otras infraestructuras.

La compañía de noticias financieras Bloomberg estima que en 10 años los centros de datos de IA concentrarán 8.6 por ciento de la demanda de electricidad en Estados Unidos, más del doble del 3.5 por ciento actual. Esto proviene de la gran demanda de poder computacional de la industria. Cuatro empresas, Amazon, Google, Meta y Microsoft, controlan hoy más de 40 por ciento de la capacidad de los centros de datos de ese país.

Los modelos de IA demandan una fuerte inversión en capacidad energética. El desarrollo de la industria no depende sólo de microcomponentes y algoritmos, sino de la electricidad. Según señala el analista Jeffrey Wu, de la empresa MindWorks Capital, basada en Hong Kong, el modelo que se sigue en Estados Unidos se centra en instalaciones intensivas en capital que demandan enormes cantidades de capacidad de cómputo.

Se trata de un esquema de propiedad controlado por individuos o empresas específicas y que es parte de un esquema que permite un mayor control de las condiciones del mercado, un más extenso poder de monopolio. En cambio, destaca Wu, en China se usan las fuentes abiertas de IA más eficientes que tienen un impacto financiero más favorable. Una forma de ver el asunto es la distinción entre tratar la tecnología de la IA como un factor de propiedad tecnológica, frente a un modelo de infraestructura pública que reduce los costos, del mismo tipo que ha aplicado China en su creciente desarrollo industrial.

Otro analista, Tom Standage, editor de la misma revista inglesa citada antes, apunta que en la industria se invierten billones de dólares para construir los centros de datos usados para entrenar y operar los modelos de la IA. El problema esencial consiste en cómo esperan las compañías tecnológicas y quienes invierten en ellas obtener el retorno estimado de sus inversiones con esa estructura de costos.

Este asunto remite a la experiencia de la burbuja de las empresas de telecomunicaciones ocurrida en 2001. Los inversionistas (y los especuladores) financiaron a las compañías que construían las redes de fibra óptica de alta velocidad que sustentarían el uso de Internet. El episodio llevó a un exceso de empresas y redes que provocó la quiebra de muchas de ellas.

Una cuestión que debe señalarse en la discusión sobre la economía de la IA tiene que ver con los excesos apreciables en la valuación de las empresas tecnológicas. Hoy la euforia está basada en el financiamiento por la vía de las acciones, mientras en la crisis de 2007-2008 se basó en la enorme expansión de la deuda en las hipotecas chatarra. En ese caso se trató de la imposibilidad a la que se llegó de pagar los préstamos y los intereses. En el actual se trata de una posible caída repentina del precio de las acciones asociada con el estado de confianza de los inversionistas.

I La seriedad es atributo de los débiles.

La discreción, sabiduría de los sensatos.

Los locuaces temen su propio silencio.

Lo que oyen se hacen los sordos para no comprometerse. Tarde o temprano los delata su propio engaño.

La vanidad es la bendición del diablo. Se siente tan bien. Mientras sea posible cultivarla sin tenerla herida. Entonces humilla.

Los pesimistas son optimistas bien informados, o al menos eso llevan años creyendo. Ignoran que un optimista nada a contracorriente, y para colmo, sonríe sin esfuerzo.

La envidia reina en la alfombra roja en el Festival del Infierno tomada de la mano con el celoso. Los paparazzi enloquecen: vaya pareja, hasta parecen gemelos. Por protocolo, ella de verde perico, él de un gris que parece negro.

La gula no es pecado, por cierto. Lo que sí es pecado, y grave, es el hambre de los otros.

Si robar está mal, la usura es mucho peor. Como robar dos veces a la misma víctima.

Robar y matar son mala onda de por sí. Los matizan la miseria material y la defensa propia. Gyorgÿ Konrad dice que matar siempre es asesinar.

La lujuria es un lujo si se desata gozosa y consensuada entre quienes participan. Tantito que falte lo mencionado, se vuelve violencia. Una violencia bien fea.

II

Lo que no va, no avanza.
Lo que no acaba, se acaba.
Lo que no sabes, se sabe.
Lo que no tienes, no lo pierdes.
Lo que no dices, existe.
Lo que callas te mata.
Lo que no eres te sepulta.
Lo que eres también te sepulta.

III

Todos renuncian sin quererse marchar.
Todos viven porque se van a morir.
Todos recuerdan que serán olvidados, como
en su oportunidad se acordaron de olvidar.
Todos amaron y se sorprenden de haberlo
hecho.
Todos enferman de tanta salud.
Todos quieren vivir para siempre, pero no
por demasiado tiempo.
Todos desearon mucho y se contentaron
con poco.
Todos creyeron en Dios pero nunca nadie
lo conoció personalmente, ni siquiera los
más esforzados, que llamamos santos.
Oyeron a Dios como otros oyen voces en su
mente.
Todos dicen saber pero prefieren ocultarlo
porque piensan que saben, pero no saben, y
eso tampoco lo saben.
Todos van sin tener a dónde.
Todos regresan al lugar del que nunca se
fueron.
Todos terminan igual aunque se crean
distintos.
Todos son nada, tan tan.

Lectura apasionante la de Le jeune Victor Serge, de Claudio Albertani. Ensayo y biografía novelados y novelescos, el autor nos regala un panorama vivo de finales del siglo XIX y buena parte de siglo XX entre Bruselas, Moscú y México, principales puntos del itinerario internacional vivido por Victor Serge, el progenitor de Vlady.

Traducido del español al francés por Christian Dubucq, la editorial Libertaria publica el primer tomo de Le jeune Victor Serge subtitulado Rebelión y anarquía: 1890-1919”.

“Conocí a Vlady, escribe Albertani, uno de los grandes pintores de la segunda mitad del siglo XX en México, por un extraño concurso de circunstancias. Hacia enero de 1991, leía una biografía de la fotógrafa Tina Modotti, la controvertida militante comunista de origen italiano que vivió y murió en México. Heroína frágil y enigmática, me interesaba apenas, no más que su relación con Vittorio Vidali, alias Comandante Carlos, personaje funesto, ejecutor de los crímenes de Stalin en España. Sin embargo, el autor, mi amigo Pino Cacucci, tiene, como yo, una formación libertaria, y su libro me proporcionó una reconstitución interesante de los años 1920, 1930 y 1940 en México, en Alemania, en España y en la Unión Soviética.”

“Una tarde de enero, en Tepoztlán, en el estado de Morelos, me hallaba en la tienda de artesanía de Patricia Barreto, madre de mis hijos. Sumido en la lectura de esta biografía y a punto de terminarla, noté, entre las fotos del libro, dos fotografías de Vlady. Vestía la camisa característica rusa con el cuello corto y una gorra a la Lenin, traía anteojos en carey, llevaba los cabellos canosos bastante largos. Estaba ensimismado en mis pensamientos cuando de pronto un hombre de cierta edad, de estatura mediana, cabellos largos, ojos claros penetrantes y bigote, entró en la tienda. Vestido como en las fotos que acababa de ver en el libro: camisa rusa, gorra un cinturón del que colgaban lápices y pinceles. Sorprendido, aunque no tenía la menor duda, lancé:

“–¿Usted es Vlady?

“–Sí, respondió con indiferencia.

“–Es un gran honor para mí encontrar al hijo de Victor Serge –balbuceé.

“Vlady ni se esperaba tal respuesta, sobre todo en un lugar tan improbable. Alzó las cejas y me escrutó con una de esas miradas que sondean el alma de su interlocutor.

“–¿Qué sabe usted de Victor Serge?”

La respuesta a esta pregunta son las 424 páginas de Le jeune Victor Serge, escritas por Claudio Albertani, nacido en Milán en 1952, militante libertario y periodista, profesor de historia contemporánea en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, país donde reside desde 1979.

Su lectura es apasionante, sin duda, porque fue un libro escrito con pasión. Al ir leyendo sus páginas y ver evolucionar al joven Victor Serge, me vinieron a la memoria otras lecturas de biografías y, sobre todo, de algunas autobiografías: las de los jóvenes James Joyce y su Retrato de un artista adolescente; la del alumno Kundera; los primeros juegos del narrador de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, en los Champs-Elysées. Libros, todos éstos, sobre la vocación de escritor, y, como señala el mismo Proust, personajes que pueden parecer verse a través de un microscopio, tanta es la minucia descriptiva, en realidad personajes que sólo son visibles a través de las lentes del telescopio.

Le jeune Victor Serge es el relato de la vocación del futuro revolucionario. Biografía política apasionante que se lee como novela: “El porvenir me aparece con más posibilidades que las entrevistas en el pasado. Con una condición, imperativo categórico: nunca renunciar a defender a los hombres contra los sistemas que planifican la aniquilación del individuo”.

Estudio de un joven anarquista, cómplice de la Bande à Bonnot, coanimador del periódico L’Anarchie con su compañera Rirette Maitrejean. Descripción de las márgenes políticas de Bruselas y París, así como de los sótanos de las prisiones francesas. Biografía realista que se lee como una novela.

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