10/18/2025

Las sufragistas mexicanas. 72 años del voto para las mujeres

 

.- Ciudad de México.- Fue en 1953 cuando desde el artículo 34° constitucional autorizó la participación de las mujeres como votantes y candidatas de todos los niveles electorales; sin embargo, esto no habría sido posible sin la lucha de las sufragistas quienes exigieron la consolidación de los derechos políticos de las mujeres, por lo que es necesario recordarlas y nombrarlas a 72 años de este hecho histórico.

Pese a su aprobación, la primera vez que las mujeres votaron fue en las elecciones presidenciales de 1958. De acuerdo con el libro «La revolución de las Mujeres en México», el principal argumento por el que se retrasó el voto femenino en México después de la Revolución Mexicana fue gracias al prejuicio de la política conservadora.

Bajo este contexto, las sufragistas mexicanas emprendieron acciones para romper las barreras y los ideales que no les permitían ejercer el voto. En 1920 existió un intenso activismo en favor de los derechos de las mujeres, por ejemplo, se creó el Primer Congreso Feminista donde se demandó la igualdad civil para las mujeres y su elección en cargos administrativos, lo que motivó a los periódicos de la época a debatir el tema entre sus páginas impresas.

Pero ¿quiénes son las sufragistas mexicanas? De acuerdo con Del voto de las mujeres a la paridad en acción. 70 años de ruta feminista, publicado por el Gobierno de México, las mujeres pioneras del movimiento sufragista nacional transformaron el país al romper las reglas establecidas que eran dictadas exclusivamente por los hombres, así que este grupo de defensoras comenzaron una causa por los derechos civiles y políticos que marcarían el destino del país.

A continuación te presentamos a algunas sufragistas mexicanas.

Hermila Galindo Acosta

La mayor impulsora del voto de las mujeres después de la Revolución fue Hermila Galindo Acosta, proveniente de Lerdo, Durango. Desde joven, militó en grupos anti porfiristas y desarrolló ideas avanzadas para la época sobre la emancipación de las mujeres y sobre las estructuras sociales, ya que cuestionaba esquemas simbólicos sobre las representaciones de las mujeres y hombres.

En 1915, fundó el seminario Mujer Moderna donde escribía sobre el sufragio femenino e ideas feministas sobre la igualdad de capacidades en ambos sexos. Hermila traspasó sus pensamientos del papel a la realidad convirtiéndose en candidata a una diputación federal en 1917. Aunque tuvo apoyo de la Juventud Femenil Revolucionaria, no ganó las elecciones y solo consiguió algunos votos.

Fotografía de Tomás Montero Torres retomada de Secretaría de Gobernación

Elvira Carrillo Puerto

Desde Mérida, Yucatán, Elvira Carrillo Puerto se enfrentó a lo que más tarde se conocería como violencia política de género. Nació en una familia de clase media, siendo la sexta hija de 14 hermanas y hermanos. Desde niña fue educada para dedicarse a las labores de la casa, aunque también fue influenciada por pensamientos feministas como el de Mary Wollstonecraft o su maestra Rita Cetina Gutiérrez, fundadora de la primera escuela secundaria para mujeres en Yucatán y creadora de la organización «Siempre Viva».

En 1915 conoció al general Salvador Alvarado, gobernador de Yucatán nombrado por Venustiano Carranza. Un año más tarde, participó en los dos primeros congresos feministas en el estado. Para 1919, viajó junto con las Ligas de Resistencias Feministas para hablar sobre el voto femenino y los derechos de las mujeres. Fue hasta 1922 que su hermano, Felipe Carrillo Puerto se convirtió en gobernador del estado mientras que ella organizó la Liga Feminista Rita Cetina para fomentar el debate del sufragio femenino.

Un año más tarde, Elvira Carrillo junto con Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cicero se convirtieron en las primeras mexicanas electas como diputadas al Congreso del Estado de Yucatán. No obstante, tras el asesinato de su hermano en enero de 1924, las elecciones fueron anuladas y la obligaron a abandonar su cargo. Aun así, desde la Ciudad de México siguió defendiendo los derechos políticos de las mujeres.

Fotografía retomada de Mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)

Amalia González Caballero de Castillo Ledón

Amalia González Caballero de Castillo Ledón, proveniente de Santander Jiménez en Tamaulipas, fue la primera mujer en tener un puesto político a nivel gabinete presidencial. Debido al movimiento de la Revolución se mudó a la Ciudad de México donde estudió en el Conservatorio Nacional de Música y más tarde en la escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional. Gracias a su matrimonio con el historiador Luis Castillo Ledón, entró al mundo intelectual y político de la capital.

Durante su vida fundó diversas organizaciones en favor de los derechos de las mujeres hasta que el 2 de diciembre de 1952, el presidente Adolfo Ruiz Cortines envió a la Cámara de Diputados una iniciativa para reformar los artículos 34° y 115° de la Constitución Mexicana para que las mujeres pudieran asumir derechos políticos. Ese mismo año, por petición del presidente, Amalia González Caballero reunió firmas por todo el país de mujeres interesadas en pelear por sus derechos hasta que la ley reconoció a las mujeres como ciudadanas cuando se publicó el 17 de octubre de 1953. Cinco años más tarde, fue nombrada como subsecretaria de Asuntos Culturales.

Fotografía retomada de Secretaría de Cultura

María Guadalupe Urzúa Flores

Para 1955, María Guadalupe Urzúa Flores introdujo al debate las condiciones de desigualdad que las mujeres de la época enfrentaban en el proceso electoral mientras se encontraba siendo candidata a una diputación federal y líder de la Confederación Nacional Campesina. Pese a que las mujeres ya podían votar y ser votadas, ejercer este derecho conllevó a varios enfrentamientos y negociaciones políticas siendo que persistía la desigualdad de género y la ausencia de justicia electoral.

Creció dentro de una familia liberal, rural y de clase media. Fue hija de la maestra Rosario Flores Monroy y del músico José Urzúa Gutiérrez. Estudió en la Academia Comercial «Vizcarra» formándose en leyes comerciales y mecanografía para desempeñarse como secretaría, pero fue su profesión lo que la acercó a su comunidad y reconocer los actores sociales al escribir cartas con solicitudes y demandas de la comunidad hasta que en 1930 se integró a diferentes organizaciones agrarias, culturales y deportivas.

En 1950 fue secretaría de Acción Femenil en la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Jalisco, después dirigió la Secretaría de Salubridad y Asuntos Sociales del Comisariado Ejidal de San Martín Hidalgo, más tarde, fungió como Secretaría de Acción Femenil de la Confederación Nacional Campesina. En 1955 ganó la diputación federal del X Distrito Electoral de Jalisco convirtiéndose en la primera diputada de la entidad. En total trabajo en el cargo cuatro veces y en dos ocasiones fue presidenta municipal de Jocotepec y San Martín Hidalgo.

Archivo Gráfico. El Nacional

Cristina Salmorán de Tamayo

Cristina Salmorán de Tamayo fue la primera mujer investida ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Creció y aprendió alrededor de las mujeres que rodearon su infancia, pero su abuela, quien fue una médica, y su madre, maestra normalista, fueron figuras determinantes en su vida. Desde niña se mudó de Oaxaca a la Ciudad de México, por lo que en 1934 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México y más tarde estudió la carrera de Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y Ciencias Sociales.

En 1935 laboró en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje como mecanógrafa. A través de sus acercamientos con trabajadores, sobre todo mujeres y menores, decidió dedicarse a proteger causas de sectores desprotegidos. Su trabajo la llevó hasta convertirse en la primera ministra de la Corte en 1961, no obstante, cuando asumió el cargo fue objeto de bromas sexistas y rechazo.

Fotografía retomada de Mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)

Griselda Álvarez Ponce de Léon

Además de destacar en la escritura, enseñanza y el periodismo, Griselda Álvarez Ponce de Léon incursionó en la política y fue la primera gobernadora de Colima en un México durante 1979–1985, donde la participación de las mujeres en cargos públicos solo estaba escrita en un papel. Nació en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Sus padres fueron Dolores Ponce de León y Manuel Álvarez García, gobernador de Colima, durante 1919 a 1923.

En su vida se preparó como maestra normalista en la Escuela Normal de Maestros y se graduó en 1938. Entre 1949 y 1951 realizó la Especialización en “Débiles mentales y menores infractores”. También se graduó de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en 1976. Sin embargo, a finales de la década de los cuarenta, Griselda se había convertido en una mujer destacada en la política, pues se había afiliado al Partido Revolucionario Institucional (PRI). 

Su trabajo público estuvo marcado hacia la búsqueda de los derechos de las mujeres. En su obra Cuesta arriba. Memorias de la primera gobernadora, expresó que pudo “observar los avances de un ejército de mujeres deseosas de incorporarse a la vida productiva del país mediante su capacitación”, por lo que retomó la participación de las mujeres en la sociedad en medio de su campaña política.

Griselda Álvarez Ponce de León, la primera mujer en ser gobernadora en México. Su historia – cimacnoticias.com.mx

Crédito: Archivo Gráfico de El Nacional – Repositorio INEHRM

En la guerra, las mujeres son la voz necesaria

 

.-En la militarización y las guerras las mujeres llevamos la peor parte. Justo ahora están sucediendo dos hechos que requieren la atención mediática, social y política.

Recientemente, la Guardia Nacional ha presentado una suma de casualidades. Su presencia custodiando las oficinas del Instituto Nacional Electoral (INE) durante la jornada para elegir al nuevo poder judicial en junio pasado; su reciente ingreso a Ciudad Universitaria por una supuesta amenaza de bomba y en el Senado de la República para supuestamente “atajarse del agua”, por mencionar solo tres hechos. Los últimos dos hechos sucedieron la semana pasada y en los tres, violado los principios de autonomía.

Desde su creación en 2019, hemos visto la creciente militarización del país. En 2024, la GN pasó de la Secretaría de Seguridad Pública a manos de la Secretaría de Defensa Nacional y a formar parte de la Fuerza Armada, es decir, el ejército.

México tiene una no grata experiencia con la presencia del ejército en las calles. Basta mencionar la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero en septiembre de 2014 o la tortura sexual vivida por 31 mujeres en San Salvador Atenco, estado de México en mayo de 2006. Casos en impunidad.

¿En dónde está la atención? ¿Dónde están las mujeres?

Por otro lado, el 7 de octubre se cumplieron dos años del comienzo del último tramo del genocidio contra Palestina y dos días después despertamos con el fin de la guerra y el inicio de un “alto al fuego permanente”. Un acuerdo de paz entre Israel y Hamas que pareciera beneficiar a Israel y Estados Unidos.

La abogada Edith López Hernández es clara en afirmar que “la devastación ha sido tan profunda que la reconstrucción y la sobrevivencia estarán sometidas al control de Israel y Estados Unidos… Que Donald Trump aparezca como mediador de este acuerdo es otra afrenta porque no representa paz ni justicia sino intereses geopolíticos y electorales”.

Aunque apenas en septiembre de 2025, 140 países reconocieron a Palestina como un Estado, este reconocimiento llegó tarde.

En dos años, los medios internacionales documentaron cómo el conflicto trasformó las vidas de 2,1 millones de palestinas y palestinos que viven en el territorio y ha diezmado los 365 kilómetros cuadrados del territorio.

Los Angeles Times informó que “de cada 10 personas, una ha perdido la vida o ha sido herida en un ataque israelí. Nueve están desplazadas. Al menos tres no han comido durante días. De cada 100 niñas y niños, cuatro han perdido a uno o ambos padres. De cada 10 edificios que existían en Gaza antes de la guerra, ocho están dañados o destruidos. De cada 10 hogares, nueve están destrozados. De cada 10 acres de tierras de cultivo, ocho están arrasados).”

Hoy urge la entrada inmediata de ayuda humanitaria a Gaza. Pero también urge ampliar la mirada: en África, por ejemplo, el Congo y en Sudán están viviendo exterminios, donde la ayuda internacional no llega o llega poco y los medios poco informan frente al gran bloqueo de información.

En un silencio mundial, medios como BBC han denunciado la situación genocida. “El este de la República Democrática del Congo, rico en minerales, ha estado asolado por el conflicto durante más de 30 años, desde el genocidio de Ruanda de 1994. Por otro lado, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado ha documentado la guerra civil en Sudán que cumple dos años del inicio de la guerra civil en Sudán.

¿En dónde está la atención? ¿Dónde están las mujeres?

Se estima que 20 mil niñas y niños fueron asesinados en Gaza. Con el ataque en Khan Younis el 25 de agosto de 2025, sumaron 280 periodistas asesinados en medio del genocidio, al menos 21 son mujeres. https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1095924836051520&set=pb.100069020410455.-2207520000&type=3

También se reconoció tarde que se trataba de un genocidio y fue a través de las mujeres. “Es evidente que existe la intención de destruir a los palestinos de Gaza mediante actos que cumplen los criterios establecidos en la Convención sobre el Genocidio”, declaró la presidenta de la Comisión de Investigación de la ONU, Navi Pillay.

Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado desde 1967, señaló el silencio y la complicidad internacional, incluso de empresas multinacionales de «beneficiarse del genocidio» en la Franja de Gaza.

En las guerras, la violencia sexual ha sido un arma de guerra, particularmente contra mujeres y niñas. Las mujeres y niñas representan el 70 por ciento de las víctimas, la esperanza de vida se ha reducido al menos 30 años. A ello se debe sumar las tareas de cuidado de heridos, de infancias en medio de ataques que buscan acabar con su vida; y las tareas asignadas por género como la preparación de alimentos o encargarse del agua en sitios con bloqueo de ayuda humanitaria. Y condiciones de vida por ser mujeres como el impacto en la menstruación, parto y toda atención y suministros sanitarios

Mientras figuras como Trump o Netanyahu encabezan las voces sobre la guerra. Las mujeres son las mayores víctimas pero también las que sostienen la esperanza.

Acusan desplazamiento laboral ante creación de Tilly, actriz creada con Inteligencia Artificial

 

.- Ciudad de México- La llegada de Tilly Norwood, una “actriz” generada por inteligencia artificial, ha sido presentada como un hito tecnológico en la industria audiovisual, pues ya está siendo considerada por agentes de Hollywood para representarla, pero detrás de esta narrativa de innovación está una problemática más profunda: la creación de mujeres digitales diseñadas al gusto de empresas tecnológicas que perpetúan estereotipos estéticos inalcanzables, el refuerzo de cosificación y abre nuevas brechas de desigualdad con respecto a grupos discriminados es por ello que ha sido rechazada por mujeres de la industria y de derechos humanos.

Como Emily Blunt -conocida por uno de sus papeles en la película “El diablo viste a la moda”- ha solicitado a las agencias que están considerando contratarla, parar y no quitarles ni a ellas como actriz, ni al público, la conexión humana y la creatividad. También se sumó a la reprobación de estos actos el sindicato de actores y actrices de Hollywood SAG-AFTRA la cual condenó a la actriz de inteligencia artificial “Tilly Norwood no es una actriz, es un programa informático que se basó en el trabajo de innumerables intérpretes profesionales, sin permiso ni compensación”.

El avance tecnológico, ha traído consigo fuertes debates y la IA muchos más con respecto a sus lagunas que suelen tener un mal uso, con respecto a esta situación desde el 2021.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se ha posicionado con exigencias claras a empresas privadas que se desenvuelven en este ámbito, a través de su directora general Audrey Azoulay, quien mencionó :

“Nuestra organización pide a los gobiernos que desarrollen y apliquen marcos regulatorios claros y a las empresas privadas que lleven a cabo un seguimiento y una evaluación continua para detectar riesgos sistémicos” refiriéndose a una recomendación que firmaron varios estados miembros, sobre la ética de la IA. 

La IA hoy en día ha sido una herramienta que ha representado riesgos para los derechos humanos de las mujeres, pues no solo perpetúa los estereotipos, sino que ha sido utilizada para violentarlas. Ante ello el sindicato de actrices de Hollywood también agregó :

“No resuelven ningún problema, al contrario “crean el problema de usar actuaciones robadas para dejar a las y los actores sin trabajo, poniendo en peligro su sustento y devaluando el arte humano” considerando que la vida laboral de las actrices suele ser más corta debido a la violencia estética, esta “Innovación” las vulnera más.

Basados en esta idea, crearon a la actriz Tilly Norwood, quien no solo es blanca y delgada sino también muestra en sus redes sociales llevar una vida aspiracional y privilegiada. Fue lanzada el 27 de septiembre por Xicoia en la división Particle 6; un estudio y productora de Inteligencia Artificial para la industria cinematográfica y de televisión, fundada por la actriz y productora Eline Van der Velden.

Fue durante el festival de cine de Zurich “Zurich Summit 2025” que la creadora mencionó que varias agencias de Hollywood ya estaban interesadas en representar a la primera actriz creada por IA, quien podría asistir a casting y obtener papeles protagónicos en la pantalla grande. 

No es la primera vez que surge disgusto entre productoras y las y los actrices, además de las y los guionistas, pues recordemos que durante la huelga de guionistas de Hollywood en 2023 la industria se paralizó por casi cinco meses, debido a que el uso de la IA comenzaba a representar una amenaza a los derechos de autor.

Existe un acuerdo firmado tras esa protesta, por el Sindicato de Actores de Cine de EE UU (Screen Actors Guild o SAG) y la Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (American Federation of Televisión and Radio Artists o AFTRA) con la Alianza de Productores de Cine y Televisión de EE UU (Alliance of Motion Picture and Televisión Producers o AMPTP), donde se regulaba el uso de la IA, sin embargo nuevamente Aftra expresó su posición frente al uso de material de actores reales para crear a la actriz digital. 

El problema en sí mismo no es la IA, sino la misoginia, violencia, la discriminación, vulnerar los derechos laborales que no han sido abordados con seriedad, tal como lo menciona el texto académico “Violencia contra las mujeres en la era digital: la amenaza de los deepfakes”.  Esta tendencia utilizada en la industria cinematográfica y televisiva, podría poner en retroceso la lucha de las mujeres actrices quienes han vivido en carne propia diversos tipos de violencia, sumando una nueva que no solo reproduce estereotipos sexuales y de género, sino que refuerza una idea peligrosa: que las mujeres pueden ser creadas, manipuladas y eliminadas según los deseos del mercado o del usuario, sin consecuencias éticas ni sociales.

Tilly

La actriz creada con IA cuenta con perfiles en redes sociales como Instagram donde tiene hasta el momento 59 mil 600 seguidores, se describe como aspirante a actriz, nacida en Londres y como una joven con grandes ilusiones. Al igual que las nuevas generaciones que habitan las redes sociales se documenta a ella misma y sube historias o post de sus rutinas y cotidianidad; la ropa que usa, las compras que está tentada a hacer o el café que toma, replicando las tendencias actuales. 

Foto tomada de Instagram: Tilly Norwood

Fue en su perfil de Instagram donde se publicó su debut, en donde demostró su habilidad de realizar diversos castings en tiempo récord “En 20 segundos luché contra monstruos, huí de explosiones, te vendí un coche, y casi gané un Oscar” lo que para las capacidades humanas tomaría todo o más de un día, por eso ella envía el mensaje “búscate una actriz que pueda hacerlo todo”. 

Al igual que otras innovaciones, como las que se vivieron durante las revoluciones industriales en la historia, se busca la eficiencia de tareas que humanamente no son posibles. Así es como Eline Van der Velden, expresó su orgullo asegurando que la IA llevará la transformación a la industria fílmica: “hará más eficiente, accesible y creativa la producción fílmica”.

El uso de inteligencia artificial para crear imágenes y cuerpos femeninos no se limita al cine o la televisión: también ha encontrado terreno fértil en la industria pornográfica, donde la generación de mujeres digitales responde a los mismos parámetros machistas de cosificación y control total sobre el cuerpo de mujeres. Desde actrices hiperrealistas en producciones para adultos hasta la creación de deepfakes no consentidos, la tecnología se pone al servicio de una fantasía de una industria machista que elimina la autonomía, la diversidad y el consentimiento. 

El Observatorio de Igualdad de Género de Radio y Televisión Española (RTVE) explica que, en la industria cinematográfica, las mujeres ya enfrentan una presión constante por responder a ideales de belleza irreales. Ahora, la creación de actrices digitales con rasgos hegemónicos y eternamente jóvenes -características de Tilly Norwood- refuerza esos estándares opresivos; las actrices reales compiten también contra versiones artificiales de lo que el mercado define como “femenino”. Esta situación agrava la exclusión de mujeres que ya sufren discriminación por edad, raza, corporalidad o identidad de género.

Para las actrices, el edadismo suele ser el principal factor para que vivan discriminación. En el Informe “Mujeres profesionales en el cine y la televisión”, la integrante de la Junta de Gobierno de la Asociación de Actores y Actrices, Anahí Beholi,  menciona que a partir de los 35 años, los papeles protagónicos para las mujeres disminuyen drásticamente y a partir de ese momento son relegadas a papeles donde cuidan a los hombres en los filmes.

También las oportunidades disminuyen a partir de los 45 años, pues pudieron documentar que solo el 28 por ciento de papeles protagónicos son de mujeres, es decir que la vida laboral de una actriz es de los 18 a los 35 años, en comparación a actores como Adam Sandler que aun con 65 años, continúa realizando papeles protagónicos. 

 “Si le sumas esto a que encima eres actriz, pasas de los 35 años y eres racializada y no blanca, el problema es brutal. Y no digamos si tienes un canon de belleza que no encaje con lo que se quiere ver en televisión… el problema es enorme” 
-Anahí Beholi

Ante la pérdida de oportunidades laborales, se ven presionadas a someterse a exhaustivos procedimientos estéticos. No hay cifras específicas que desagreguen las cirugías en las actrices, pero es posible observar la problemática conociendo datos generales, donde según el departamento de investigación estadística, durante el 2024 el tamaño del sector de medicina y cirugía estética a nivel mundial superó los 37 mil millones de dólares estadounidenses y continúa en aumento. Además, se identificó que son las cirugías de implantes mamarios y la liposucción las más solicitadas, junto con las inyecciones de Botox y ácido hialurónico, procedimiento que evita o quita las arrugas. 

Un ejemplo magistral de este fenómeno en la industria del cine y televisión se refleja en el último papel protagónico de Demi Moore, en la película “La sustancia” que explica cómo las mujeres que llevan su vida bajo el escrutinio público no son juzgadas por su valía, sino por su apariencia. Esto se conoce como violencia estética, recordamos que este tipo de violencia se caracteriza por la imposición de ciertos estándares estilísticos para que una mujer sea considerada bella y son parte de un sistema de prácticas y creencias que esperan que las mujeres se comporten de cierta manera y posean un cuerpo hegemónico.  

Cómo se cuidan los vínculos a la distancia? Cuidados transnacionales

 

A estas prácticas se les conoce como cuidados transnacionales: gestos, rutinas y estrategias mediante las cuales las personas en movilidad acompañan y sostienen a sus seres queridos desde otros países.

Los vínculos a la distancia se expresan de diferentes formas: apoyo económico a través del envío de remesas, acompañamiento emocional mediante llamadas y videollamadas, participación en la crianza de hijas e hijos, o incluso en la toma de decisiones familiares importantes. Estos cuidados pueden provenir tanto de quienes migran como de quienes permanecen en el lugar de origen, lo que evidencia que el cuidado es un proceso bidireccional y compartido.

En la práctica, los cuidados transnacionales se ejercen de manera cotidiana, aun cuando los cuerpos no estén en el mismo territorio. Desde un mensaje de ánimo en medio de la jornada laboral, hasta participar en la educación de una hija o hijo a través de plataformas digitales, estos gestos mantienen vivos los lazos afectivos y familiares. Así, el cuidado a la distancia se convierte en una forma de resistencia y de amor que sostiene a las familias en contextos marcados por la separación física.

No obstante, muchas veces en esas llamadas no se habla de lo que realmente se está viviendo. Se omiten las experiencias de discriminación, las duras condiciones laborales o los percances sufridos durante los trayectos migratorios. Se silencian los propios sentires “para cuidar” a quienes se quedaron, en un intento de no preocuparles. Aunque este silencio nace del afecto, con el tiempo puede generar frustración, aislamiento emocional y una sensación de desconexión que debilita el vínculo familiar.

Sabemos que los cuidados son fundamentales para la sostenibilidad de la vida. Como plantea Silvia Federici, el sistema capitalista se sostiene a través de la fragmentación: nos aísla, rompe redes de apoyo y privatiza el cuidado, manteniéndonos dependientes del salario y del mercado.

Llevando esta lectura al caso de las familias transnacionales, vemos cómo esa lógica se profundiza. Una mujer que migra para sostener económicamente a su familia vive la fragmentación del cuidado de forma encarnada: su cuerpo y su tiempo de vida se desplazan para mantener otras vidas, reproduciendo el trabajo de cuidado, pero a la distancia.

En este contexto, Federici propone repolitizar el cuidado, reconstruirlo como una práctica colectiva y comunitaria, incluso más allá de las fronteras. Frente al despojo y la separación que impone el capitalismo global, la apuesta feminista es reconectar los vínculos de cuidado entre quienes migran y quienes se quedan, imaginando formas de sostener la vida desde la red, no desde la soledad.

Frente a las distancias impuestas por el sistema, es urgente construir estrategias que fortalezcan los vínculos afectivos transnacionales. Hablar de forma abierta y asertiva, compartir tanto las alegrías como las dificultades, puede convertirse en un acto político y reparador. Reconocer la vulnerabilidad como parte del cuidado nos permite romper con el silencio que fragmenta y aísla.

Apostar por redes de apoyo familiares, comunitarias o virtuales, que escuchen sin juicio y acompañen sin estigma, es una forma de reconstituir los lazos que el sistema intenta deshacer. Cuidar(se) en la distancia no solo implica enviar dinero o brindar apoyo material. También es mantener viva la palabra y la escucha como formas de resistencia colectiva.

Cuidar a la distancia es una práctica profundamente humana que desafía las fronteras impuestas. En cada gesto, en cada llamada, en cada silencio cargado de amor, las familias transnacionales reinventan el cuidado como una forma de resistencia cotidiana. Reconocer estas prácticas, visibilizarlas y fortalecerlas es un paso necesario para imaginar un mundo donde la vida, incluso entre distancias, pueda sostenerse con dignidad, acompañamiento y ternura.

Lo que no se nombra no existe. Solo 1.8% de noticias abordan violencia contra mujeres

 

El estudio es parte del Proyecto Global de Monitoreo de Medios (GMMP), el cual fue impulsado para evidenciar la representación de las mujeres en las noticias en comparación de los hombres. La iniciativa aconteció como antesala de Beijing, cuando activistas feministas acordaron que en 1995 realizarían un monitoreo en todos los medios de comunicación, desde entonces, cada cinco años el GMMP se encarga de dimensionar la realidad de las mujeres en 160 países.

Las mujeres siguen sin ser protagonistas de titulares periodísticos y las coberturas no dan cuenta de la realidad y dificultades que atraviesan por su género. Actualmente, la violencia de género persiste, datos de ONU Mujeres indican que, una de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja causando que en 2023 se documentaran cerca de 51 mil feminicidios en 161 países.

Otros datos relevantes son: 6% de las mujeres sufrieron violencia sexual; 230 millones fueron sometidas a mutilación genital femenina; 1 de cada 10 ha vivido ciberacoso; en cinco regiones, 80% de las parlamentarias experimentó algún tipo de violencia; el 73% de las periodistas fue atacada en línea; solo 27 países cuentan con sistemas integrales para dar seguimiento a las asignaciones presupuestarias; y solo 14% de las niñas y mujeres viven en países con una sólida protección jurídica.

El monitoreo de noticias señala que las notas sobre violencia de género suelen aparecer con mayor frecuencia en plataformas en línea que en medios impresos, radio o televisión juntas. Esto se debe a que la mayoría de las coberturas periodísticas se enfocan en política y gobierno (26%), social y legal (19%), economía (17%), crimen y violencia (16%), ciencia y salud (8%) y deportes (6%).

En relación con esto, los hombres predominan como reporteros y de las pocas mujeres que alcanzan este puesto, solo el 3% de ellas informan sobre violencia de género frente al 2% de sus compañeros. Además, ONU Mujeres señala que, cuando una mujer da cobertura a estos temas existe mayor probabilidad de visibilizarlo y esto se debe al tipo de cobertura.

Por ejemplo, más del 50% de las periodistas que informan sobre violencia de género hablan de acoso sexual, violencia sexual, agresión sexual y violencia en pareja; mientras que los hombres se enfocan en feminicidio y trata de personas. Además, cinco de cada diez historias sobre violencia de género facilitada por la tecnología son reportadas por las mujeres periodistas.

El panorama sobre la cobertura de la violencia contra las mujeres en los medios de comunicación tiene que ver con que la voz de las mujeres en las noticias y esto se estancó desde el 2010, es una tendencia que permanece hasta la fecha. Datos de ONU Mujeres apuntan que seis de cada cien personas vistas, escuchadas o mencionadas en las noticias tradicionales y digitales pertenecen a grupos raciales, étnicos, religiosos o minorías, de ellos, el 38% son mujeres.

La presencia de mujeres en temas como política y economía aumentó el 2% entre 2020 y 2025, mientras que en temas como ciencia y salud incrementó a 6%. Esto para la organización significa que ellas están retomando protagonismo, luego de que la pandemia de COVID-19 se los quitara. Aunque, en noticias sociales y jurídicas, ellas han perdido el 4% de representación.

Por otro lado, su participación como fuentes sigue siendo en roles ordinarios como proveedoras de opinión popular o testimonios presenciales. Pese a los avances de su inclusión como profesionistas, existe un aumento del 9% en cuando al uso de su voz como opinión popular. Sin embargo, existen padrones que indican que las reporteras sueles escoger a otras mujeres como protagonistas de las noticias.

Además, se encontró que los estereotipos de género estuvieron más arraigados en 2025 que en los últimos 30 años y estos se caracterizan por ejercer discriminación estructural. De acuerdo con el monitoreo de la ONU Mujeres, se ha encontrado que el periodismo que desafía los estereotipos está disminuyendo a nivel mundial y que los medios de comunicación siguen siendo una barrera para la igualdad.

«El mensaje del GMMP en 2025, treinta años después de Pekín, es una industria de noticias global cuyo progreso hacia la igualdad de género ha llegado a una encrucijada. Los objetivos estratégicos J.1 (aumentar la participación y el acceso de las mujeres a la expresión y la toma de decisiones en y a través de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de la comunicación) y J.2 (promover una representación equilibrada y no estereotipada de las mujeres en los medios de comunicación) siguen siendo asuntos pendientes.» -Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres

Corriente gerofeminista, lideresas activas por los derechos de las adultas mayores

 

Ellas, la corriente llamada gerofeminista busca visibilizar las problemáticas y realidades de las mujeres mayores fomentando la creación de políticas públicas gerontológicas desde una perspectiva de derechos en pro de una sociedad más equitativa.

Por eso, Agnieszka Bozanic Leal, presidenta de la Fundación GeroActivismo, sostuvo que este feminismo nace como contraposición de las ideologias “viejistas machistas” que excluyen y discriminan a las mujeres no solo por su género sino también por su edad, excluyéndolas de diversos ámbitos: políticos, económicos, sociales, etc.

Bozanic Leal, explica que esta ideología se sustenta en la pérdida de funciones reproductivas que tradicionalmente sostienen la identidad femenina y tras la llegada de la menopausia, socialmente se percibe que las mujeres pierden su valor, consolidando una visión patriarcal que las invisibiliza.

Incluso, indica que este «viejismo machista» se ha internalizado entre las propias mujeres, quienes, a través de normas sociales patriarcales, han incorporado ideales inconscientes que buscan perpetuar prácticas que normalizan el rechazo hacia el envejecimiento femenino.

Sin embargo, estas problemáticas permanecen invisibilizadas, incluso dentro de los mismos movimientos feministas. La especialista señala que los feminismos actuales se “centran en el cuerpo fértil”, generando una ausencia de las demandas de las mujeres mayores dentro del movimiento.

 “Las mujeres feministas han envejecido. Este silencio de la vejez dentro de los feminismos es una violencia simbólica. Es un síntoma de nuestra sociedad patriarcal”, afirma Bozanic.

Ante ello, Bozarnik propone 5 claves gerofeministas, que busca poner nombre, voz y cuerpo a una resistencia que lleva siglos existiendo, pero que ha sido invisibilizado, excluido y no se le ha dado el valor esencial que poseen

Clave 1: Memoria y resistencia

Nombrar es reconocer. Y reconocer es existir

Las mujeres mayores han sostenido históricamente los movimientos sociales sin recibir reconocimiento alguno, desempeñan un papel ancestral en las luchas por la justicia y la igualdad, pero su contribución ha sido sistemáticamente invisibilizada, no solo las mujeres han sido borradas de los relatos históricos, sino que las mujeres adultas mayores han sido aún más excluidas, condenadas al silencio dentro de la memoria colectiva.

En distintos rincones del mundo, son muchos los ejemplos que evidencian su papel protagónico. Desde las lideresas de Villaverde, en España, hasta las Matriarcas Australes de Punta Arenas, Chile, o la Revolución de las Viejas en Argentina, estas mujeres demuestran que el activismo y la resistencia no tienen edad.

Clave 2: Saberes de la vejez

“El gerofeminismo se encarna en los saberes cotidianos. Los saberes cotidianos sostienen la vida”.

Reconocer la inteligencia y el conocimiento acumulados por las mujeres mayores es esencial, pues ellas son teoría viva, portadoras de saberes de resistencia, cuidado y supervivencia construidos a partir de la experiencia. En sus prácticas cotidianas encarnan una ciudadanía activa desde la memoria, abriendo caminos para repensar otras epistemologías del cuidado, del tiempo y de la participación.

No obstante, estos conocimientos populares suelen ser desestimados o incluso eliminados bajo el argumento de supuestos sustentos científicos que les intentan restar valor. Por ello, urge impulsar la creación de conocimiento feminista no solo sobre la vejez, sino desde la vejez. 

Incluir sus voces permite fortalecer el movimiento feminista en su conjunto, integrando perspectivas diversas que emergen de trayectorias vitales marcadas por distintos contextos sociales, culturales y políticos.

Clave 3: Participación social y liderazgo

“Participar es resistir. Resistir es transformar”.

Las mujeres mayores no solo son memoria viva, sino también lideresas activas que ejercen un rol fundamental como agentes de cambio en sus comunidades. Desde sus propios espacios, defienden territorios, saberes y vínculos sociales, practicando una política cotidiana basada en la resistencia y en la protección de lo común.

Esta forma de hacer política, más cercana y comunitaria, no solo fortalece su autoestima y sentido de pertenencia, sino que además desafía los estigmas que asocian la vejez femenina con la pasividad. Frente a una sociedad que insiste en excluirlas del ámbito público, las mujeres mayores demuestran que la participación política no tiene límite de edad.

Clave 4: Comunicación y representación sin vejismos

“Ser vistas y pensadas en narrativas alternativas.”

Los medios de comunicación continúan representando a la vejez femenina como un símbolo de fragilidad o dependencia, reforzando discursos que determinan quién puede aparecer y bajo qué condiciones. Estas narrativas no solo distorsionan la realidad, sino que también perpetúan la exclusión simbólica de las mujeres mayores.

Por ello desde el gerefemnismo se insta aconstruir representaciones distintas, que dignifiquen su imagen, pues los medios construyen  al crear realidades, puede ser una herramienta de liberación o de violencia: cuando la vejez se narra desde el patriarcado, se jerarquiza y se invisibiliza; cuando se hace desde el feminismo, se reconoce y se emancipa. 

Sin embargo, se advierte que visibilizar a las mujeres mayores no implica idealizarlas, sino mostrar su realidad con dignidad y reconociendo las problemáticas que enfrentan día con día ante el abandono institucional. 

Clave 5: Políticas públicas gerofeministas

Hoy en día prevalecen políticas asistenciales y biomédicas dirigidas a las personas mayores, muchas veces bajo una visión caritativa que las concibe como sujetos pasivos. Desde el gerofeminismo, se propone un cambio de paradigma: adoptar un enfoque que reconozca a las mujeres mayores como sujetas de derechos, con autonomía y plena capacidad de participación.

“La vejez debe ser entendida como una categoría política. Reconocerla en las agendas públicas implica ampliar la ciudadanía y redefinir la justicia social.

Las políticas gerofeministas deben reconocer las intersecciones entre género, edad, clase, ruralidad, diversidad funcional y otros ejes de desigualdad. Asimismo, deben incorporar la voz de las mujeres mayores en todas las etapas, desde el diseño hasta la evaluación de los programas, y garantizar su participación vinculante en la toma de decisiones, ya que solo así será posible construir políticas verdaderamente transformadoras, que restituyan su lugar en la sociedad.

Violencia en pareja aumenta 30% durante partidos de fútbol: BID

 

Este dato es revelador porque México será uno de los países sede en el próximo Mundial de Fútbol que se llevará a cabo en el 2026 y ante la crisis de violencia contra mujeres, esta situación en el país se podría agudizar, porque este deporte es de los más seguidos y de mayor impacto en el país y forma parte de la identidad mexicana.

No olvidemos que actualmente, México enfrenta altos índices de violencia contra las mujeres. La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del 2021, señala que el 70.1% de las mujeres de 15 años y más han experimentado alguna vez en su vida violencia de género. Entre ellas se encuentran: 51.6% violencia psicológica, 27.4% violencia patrimonial, 49.7% violencia sexual y 34.7% violencia física.

Mundial de fútbol 2026 en México, catalizador para el turismo sexual infantil – cimacnoticias.com.mx

Algunos ejemplos concretos que dan en el texto del BID, señalan a Brasil y Colombia que apuntan que durante la Competencia Brasileña de Fútbol de 2025 a 2018, hubo un incremento de 23.7% en denuncias sobre amenazas contra mujeres en días de partidos. En el segundo país, se documentó un aumento de 25% en casos de violencia en el ámbito doméstico cuando la selección colombiana tuvo partidos en el mundial de 2018.

Para Etcheverry y Tosi el incremento de la violencia contra mujeres en partidos de fútbol se puede deber al «exceso de ingesta de bebidas alcohólicas», así como «viejos patrones de masculinidades».

En muchas ocasiones, los perpetuadores se encuentran bajo la influencia del alcohol cuando ocurre la violencia. Esta sustancia intensifica las emociones y sus efectos comienzan a crecer seis horas después de ver un partido hasta alcanzar su punto máximo a las diez horas posteriores. Además, los aficionados suelen beber cantidades excesivas de alcohol y cuando les piden que se calmen, pueden desencadenar respuestas agresivas en ese estado.

Ahora, también se ha detectado otra tendencia durante partidos de fútbol. El estudio «Fútbol, alcohol y violencia doméstica» señala que existe una disminución del 5% de violencia doméstica durante el partido en comparación a dos horas previas y posteriores. La investigación indica que esto se debe a que los perpetuadores enfocan su atención en el juego y que esto se convierte en un factor temprano para desencadenar la violencia.

Otro factor determinante es la aversión a la pérdida, la cual puede incitar una respuesta emocional agresiva ante una derrota. De acuerdo con el informe «El problema de la violencia en el fútbol mexicano» entre 1996 y 2024, los medios de comunicación documentaron 103 incidentes de violencia en el fútbol mexicano y el 79% perteneció a agresiones entre aficionados de ambos equipos. Otras formas de violencia documentadas fueron accidentes, agresión a árbitros, destrozos, invasión de campo y peleas.

También se suman a estos actos de violencia que involucra a aficionados, crimen organizado, grupos de animación, jugadores y elementos de la policía. Una situación adversa a tratar serán las «barras bravas», que son un grupo de fanáticos que alientan a sus equipos de forma desbordada y los reglamentos vigentes para regular la seguridad en estos espacios no han sido suficientes para erradicar actos de violencia.

Este mismo estudio sobre la violencia doméstica y el fútbol mexicano vincula la violencia en la cultura futbolística con la violencia contra mujeres, ya que la exposición previa a la violencia aumenta el riesgo de perpetración junto con el consumo de sustancias y conductas asociadas al fútbol. De esta manera, determina que la combinación de estos factores puede provocar que los aficionados cometan actos agresivos en espacios públicos y privados contra sus parejas.

A este panorama se suma, los modelos a seguir en la cultura futbolística donde sin importar el equipo y el país, existen jugadores acusados de violencia de género, entre la que más destaca es la sexual. Recientemente se dio a conocer que Omar N., exjugador de las Chivas de Guadalajara y candidato para ser embajador del Mundial 2026 se encuentra bajo prisión preventiva por este delito, aunque no es el único jugador en México señalado por este cargo.

Acusan de violencia sexual a candidato embajador del Mundial 2026. México registra más casos – cimacnoticias.com.mx

El que la violencia reproducida por jugadores en la cancha y la violencia contra las mujeres fuera de ella permanezcan impunes; influye en la mentalidad de los aficionados sobre el modo de gestionar las violencias contra las mujeres dentro y fuera de estos espacios.

«La lógica androcéntrica hace que la presencia de mujeres en estos entornos se haya entendido tradicionalmente como una concesión y no como un derecho; una percepción que tiene consecuencias directas tanto en las dificultades de acceso y reconocimiento como en la legitimación de las violencias» -Informe Violencia sexual en el deporte: relatos mediáticos

Sin las mujeres rurales no hay sostenibilidad ni justicia climática: ONU Mujeres

 

ONU Mujeres, indicó que existen cuatro ejes para impulsar a que las mujeres rurales sean sujetas políticas del cambio sistémico y sostengan la vida y el planeta. La primera apuesta por promover reformas legales que aseguren la tierra, acceso al agua, energía, recursos naturales y el crédito. Posteriormente, atender la economía del cuidado con iniciativas que brinden servicios de cuidado para reducir la sobrecarga de trabajo no remunerado que recaen en ellas.

A esto se suma el fortalecimiento de la participación sustantiva en espacios de gobernanza local, regional y global con ayuda de redes y marcos nacionales que promuevan su participación en la toma de decisiones. Finalmente, se necesita modernizar sistemas estadísticos para dar cuenta de la realidad de las mujeres rurales, por ejemplo, actualmente solo el 32% de las leyes de estadísticas nacionales desagregan la información por sexo o género.

Cifras

En el mundo, del 80% de las personas en pobreza extrema que viven en el ámbito rural la mitad son mujeres, de acuerdo con datos del informe de Antonio Guterres, Secretario General de la ONU. No obstante, la crisis climática, alimentaria, económica, migratoria y de cuidados amenazan los avances en igualdad de las mujeres rurales como su autonomía económica.

Este 2025, el tema es “Mujeres rurales en ascenso” que se traduce a un llamado a la acción, ya que el avance de las mujeres rurales en medios de vida, liderazgo, derechos y residencia es el seguimiento de la Agenda de Acción Beijing+30 con la cual se han creado iniciativas como Año Internacional de las Mujeres Agricultoras en 2026, la Década Interamericana por los Derechos de Todas las Mujeres, Adolescentes y Niñas en Entornos Rurales (2024–2034) o Mujeres hacia el Kilimanjaro, generando oportunidades para el avance de sus derechos.

No obstante, siguiendo los datos del informe, las mujeres rurales solo ganan 82 centavos por cada dólar que reciben los hombres en la agricultura, pese a que, en diversos países, el 29% de leyes apuntan a garantizar la igualdad de derechos sobre la tierra. Además, ellas tienen menos acceso a varios recursos como la tierra, concesión de créditos, educación y tecnología.

Por el contrario, ONU Mujeres señala que de tener el acceso a los mismos recursos que los hombres, el rendimiento agrícola podría aumentar entre 20% a 30% logrando alimentar 150 millones de personas más.

Crédito: Pixabay

Este panorama evidencia que aún existe trabajo por hacer en cuanto a su reconocimiento como líderes del cambio sistémico y protagonistas de la transformación social. Retrocediendo a los años 90, las mujeres rurales en América Latina y el Caribe ya fungían como protagonistas de diversas luchas como la propiedad de la tierra, acceso al financiamiento, crédito rural y justicia ambiental.

Parte de su lucha fue combatir la discriminación para poder acceder a derechos, desde los más básicos como agua potable, producción y distribución de alimentos, así como garantizar seguridad alimentaria a la población para erradicar la pobreza y el hambre en conjunto con la justicia climática, fiscal y los movimientos de mujeres y feminismos.

Fue en 1995 que, durante la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer y más tarde la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, diversas voces se unieron para incluir las demandas de las mujeres rurales. Su lucha se ha expandido en encuentros como el Decenio Interamericano por los Derechos de Todas las Mujeres, Adolescentes y Niñas en Entornos Rurales (2024-2034).

Políticas públicas en América Latina para mujeres rurales

Desde Chile, la Estrategia para la Autonomía Económica de las Mujeres (2022-2026) apostó por programas para mujeres rurales, migrantes e indígenas; mientras que el Programa de Mujeres Rurales incluye perspectiva de género y desarrollo de emprendimientos beneficiando así a 3 mil campesinas y pequeñas agricultoras siendo que 40% de ellas aumentaron sus ingresos y su producción creció de 33.4% al 89.6%.

A su lado, en Colombia más de mil 300 mujeres rurales y campesinas del Caribe están impulsado la Reforma Agraria con enfoque de género ocasionando que alrededor de 45 mujeres recibieran títulos de propiedad de más de 330 hectáreas de tierra. De esta forma, han garantizado su autonomía económica, seguridad alimentaria y dignidad.

En México, durante abril de este 2025, La Secretaría de las Mujeres y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) instalaron la mesa “Mujeres Agricultura y Tierra”, para firmar el Convenio de Colaboración de las Mujeres del Campo, su Derecho al Acceso a las Tierras y Territorios y el Reconocimiento de la Calidad Agraria.

Los trabajos de la mesa, realizados en el marco del compromiso 53 de la Presidenta Claudia Sheinbaum, buscaron que 150 mil mujeres fueran reconocidas como propietarias de la tierra, ejidatarias, comuneras, posesionarias o avecindadas.

La secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández Mora, refirió que más del 70% de los dueños de la tierra son hombres. “Es fundamental que las mujeres sean propietarias de la tierra y, a raíz de eso, generar su autonomía económica”, apuntó.  

El Plan de Acción de Género y Cambio Climático (2024) de Guatemala nació como una propuesta de diversos grupos que plantearon la perspectiva de género e interseccionalidad en políticas ambientales. En Jamaica, el foro juvenil “Rural Girls Rock” empujó a muchas mujeres a seguir con su educación y asumir roles de liderazgo comunitarios para afianzar su confianza en la capacidad para impulsar el desarrollo rural y seguridad alimentaria.

En Uruguay, existe una iniciativa para que las mujeres rurales impulsen soluciones de adaptación climática para sus comunidades, la cual se denomina «Guardianes de la Tierra». Es de esta manera que fortalecen su liderazgo, capacidades técnicas y participación en la gestión sostenible del territorio con formación en prácticas agroecológicas, conservación de suelos, uso eficiente del agua y diversificación productiva.

«Estas experiencias, articuladas con políticas públicas y el acompañamiento de instituciones como el MGAP y el PNUD, han permitido visibilizar el papel de las mujeres rurales como agentes de cambio, promover redes de intercambio de saberes y fomentar políticas basadas en evidencia. Su impacto real se refleja en comunidades más sostenibles, con mayor autonomía económica, cohesión social y capacidad de incidencia en las decisiones que afectan sus territorios.» -ONU Mujeres

Crédito: Pixabay

México: a mujeres, el doble del trabajo doméstico y de cuidados

Gabriela Rodríguez *       

Ciertamente el tiempo dedicado al trabajo no remunerado de cuidados apenas en los últimos años se está reconociendo. El Inegi presentó los resultados de la Encuesta Nacional sobre el uso del Tiempo (ENUT, 2024), un trabajo realizado en una muestra de 32 mil 48 viviendas del país.

Se define “tiempo total de trabajo” el que comprende tanto el trabajo que genera ingresos como el que no. El “trabajo remunerado o para el mercado” comprende el trabajo de producción de bienes y la prestación de servicios para terceros a cambio de un pago o beneficio. Abarca trabajo formal (con contrato y seguridad social) y el informal, el tiempo de búsqueda de trabajo, la creación de negocios y los traslados para realizar el trabajo. El “trabajo no remunerado” comprende el trabajo de producción de bienes de autoconsumo, el trabajo doméstico (preparación de alimentos, limpieza, lavado, compras, etcétera) y el de cuidados para el propio hogar y de familiares (bebés, niñas, niños y adolescentes, personas mayores dependientes, enfermas o con alguna discapacidad), así como el trabajo comunitario y el voluntario.

En México, es mucho el tiempo que mujeres y hombres se dedican a trabajar, el promedio nacional es de 59.1 horas semanales: ellas trabajan 61.1 por semana y ellos 58. Al trabajo no remunerado (doméstico, de cuidados, comunitario y voluntario) las mujeres dedican 39.7 horas semanales en promedio, el doble que los hombres, quienes a estos trabajos dedican 18.2 horas, por lo que la brecha es de 21.5 horas.

Tan sólo al trabajo doméstico ellas dedican en promedio 28.2 horas semanales y ellos 11.5; al trabajo de cuidados, ellas dedican 13.6 horas y ellos 8.7, en tanto que al trabajo voluntario ellas dedican 8 horas semanales y ellos 5.5; al trabajo comunitario ellos dedican 3.7 horas semanales y ellas 2.6 horas. Al trabajo para el mercado o remunerado, las mujeres dedican 9 horas menos, 42.2 horas semanales, en tanto que los hombres dedican 51.3 horas semanales.

La población que habla lengua indígena (HLI) trabaja muchas más horas que la no hablante y las brechas de género son mayores: ellas dedican 44 horas semanales al trabajo no remunerado (doméstico, de cuidados, comunitario y voluntario), al que ellos dedican 16.7 horas, una diferencia de 28 horas; en tanto que al trabajo remunerado, ellas dedican 36 horas, 11 horas menos que las 47.3 horas semanales que le dedican ellos.

En la población HLI es de destacar la brecha entre los sexos en trabajo doméstico: ellas dedican 23 horas más, 32.7 horas semanales, en tanto que ellos sólo 9.5 horas a la semana. Las mujeres HLI trabajan en total 80 horas a la semana y sus contrapartes masculinas, 64.

Entre personas con discapacidad, también son relevantes las diferencias: ellas dedican 24.9 horas semanales al trabajo doméstico, más del doble que los hombres con alguna discapacidad, quienes dedican 11.7 a estas labores.

Las brechas de género en el trabajo presentan grandes diferencias en las entidades federativas. En Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Zacatecas, Nayarit, Durango y Sinaloa las mujeres dedican en promedio 24 horas semanales más que los hombres al trabajo no remunerado (doméstico, de cuidados, comunitario y voluntario); en la Ciudad de México y Baja California la brecha de género es la menor con 15 horas en promedio, la segunda posición la tienen Chihuahua, Yucatán y Quintana Roo, lugares donde las mujeres dedican 18 horas más al trabajo no remunerado que sus contrapartes masculinas.

Focalizando en el trabajo de cuidados, las mayores brechas de género las registran Veracruz, Nuevo León, Campeche e Hidalgo, donde las mujeres dedican 6 horas más a diferencia de los hombres, en tanto que en Baja California, Jalisco, Durango y la Ciudad de México, las mujeres muestran menores brechas, con diferencias de 3 a 4 horas más que los hombres al trabajo de cuidados.

Entre la población económicamente activa (PEA), quienes dedican 40 horas semanales al trabajo remunerado o de mercado, ellas dedican 23.8 horas (12.7 horas más) al trabajo doméstico, en tanto que ellos sólo 11.1 horas semanales; al trabajo de cuidados, las mujeres de la PEA que cubren 40 horas laborales dedican 8.3 horas y los hombres 5.3 horas.

El 15.2 por ciento de las mujeres quisieran dedicar menos tiempo al trabajo doméstico, un deseo de 6.4 por ciento de los hombres. Las horas semanales dedicadas a utilizar medios de comunicación masiva es de 15.1 horas para las mujeres y 15. 7 horas, los hombres. A deportes ellas dedican 4.7 horas y ellos 5.4, en tanto que a juegos y aficiones ellas dedican 4.1 horas y ellos 6.1 horas semanales. Los hombres dedican 6.9 por ciento menos tiempo a rezar, meditar y descansar, y 2.5 menos horas a los cuidados de salud.

Las estadísticas confirman una distribución desigual e injusta del tiempo dedicado al trabajo, un tema de interés público, toda vez que las brechas laborales de género son un freno estructural para la economía del país, para la movilidad social y para la autonomía y crecimiento de las mujeres, y en menor medida para la movilidad social de los hombres. Los mexicanos se resisten a colaborar más en las tareas domésticas y de cuidados, a lo que contribuyen jefes y patrones al no flexibilizar ni reducir los horarios laborales ni mejorar los salarios de las trabajadoras y de los trabajadores.

* Secretaria técnica del Conapo

X: Gabrielarodr108

Convocan a Segundo Encuentro Estatal de Mujeres Agraristas en Guerrero

 

Este encuentro será encabezado por la Red Estatal de Mujeres Agraristas (REMA Guerrero), una colectiva integrada por 80 mujeres campesinas que ha impulsado la defensa y fortalecimiento de los derechos humanos de las mujeres rurales ante las persistentes desigualdades que enfrentan en sus comunidades y entornos agrarios.

De acuerdo con el Registro Agrario Nacional (RAN), las mujeres en ejidos y comunidades representan en promedio solo el 27% de las personas con derechos agrarios vigentes, mientras que el 73% corresponde a hombres. Del total de mujeres con participación agraria, 25% son ejidatarias, 29% posesionarias, 29% comuneras y 32% avecindadas, lo que refleja su limitada presencia en la toma de decisiones y gestión de la tierra.

Esta presencia nacional tiene impactos diferenciados por entidad federativa. Así, encontramos que el mayor porcentaje se localiza en Tabasco (35%), Ciudad de México (34%), Baja California y Guerrero (33%). En contraste, en Yucatán sólo representan el 13% del total. 

Ante este panorama de desigualdad, se desarrollará este segundo encuentro. Durante la jornada se llevarán a cabo mesas de análisis con la participación de integrantes de la Red Estatal de Mujeres Agraristas, en las que se abordarán temas como derechos agrarios; agricultura y economía familiar-comunitaria; conservación del medio ambiente y cambio climático; y políticas públicas con perspectiva de género y territorio.

Asimismo, se impartirán conferencias especializadas sobre la Ley Agraria y su impacto en las mujeres rurales, además de un balance sobre los avances y logros de la REMA. También se desarrollarán mesas de propuestas y soluciones encabezadas por instituciones agrarias para impulsar acciones que garanticen la participación de las mujeres en la vida ejidal y comunitaria.

¿Por qué visibilizar la lucha de las mujeres agrarias?

De acuerdo con el informe del Secretario General de la ONU sobre la situación de las mujeres y las niñas, la desigualdad persiste para quienes viven en contextos rurales: el 80% de las personas en situación de pobreza extrema viviendo en el ámbito rural, la mitad son mujeres

Es por ello que contar con tierra y recursos económicos permite a las mujeres incrementar su participación en la economía. Por ello, es fundamental impulsar hábitos de ahorro y asegurar el acceso a créditos y servicios financieros, lo cual fortalece su autonomía, les permite tomar decisiones sobre educación, salud y alimentación y mejora su capacidad para enfrentar riesgos económicos y sociales.

Es por ello que la participación de colectivos como La REMA es indispensable, pues han construido las mujeres campesinas y agraristas para avanzar en el reconocimiento de sus derechos y libertades, aunque cada resaltar que estos esfuerzos no son recientes ni aislados pues se inserta en una larga historia de lucha rural en América Latina y el mundo.

Según ONU Mujeres, desde la década de 1990 las mujeres rurales han encabezado luchas por la propiedad conjunta de la tierra, acceso a financiamiento, crédito rural y justicia ambiental. También han exigido el fin de la discriminación estructural y el acceso a recursos básicos como agua potable, producción y distribución de alimentos.

Es fundamental que las mujeres rurales cuenten con más herramientas laborales, participen activamente en el ejido y la comunidad, y ejerzan sus derechos sobre la tierra. Reconocer y apoyar sus iniciativas fortalece su papel en la economía, el desarrollo y la toma de decisiones en los espacios públicos.

Fenómeno Incel responde a misoginia estructural, no a trastornos mentales: especialistas

 

Esta situación fue abordada por la UNAM, luego de último acontecimiento violento ocurrido en uno de sus campus, el pasado 22 de septiembre, cuando un estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Sur (CCH Sur), atacó con un arma blanca a dos estudiantes y un trabajador de la institución. El agresor fue relacionado con grupos incels, donde compartía su resentimiento contra las mujeres y expresó intención de lastimarlas.

En este debate que era necesario desde la UNAM, la psiquiatra Beatriz Martínez Romero explicó que las acciones violentas de los grupos incel no necesariamente provienen de un trastorno psiquiátrico, sino que son consecuencia de una cultura misógina; por ello, no pueden erradicarse con tratamientos farmacológicos, como se ha hecho creer, sino a través de una transformación social, esto lo comentó durante la conferencia “Fenómeno incel: La UNAM ante nuevos retos de salud psicosocial”.

“La misoginia no es una enfermedad mental, no es una condición que se genere por una falla en el funcionamiento de la mente, sino que es una construcción social”, afirmó.

Ante ello, la especialista subrayó que la problemática de los grupos incel no debe de ser estudiada como un asunto individual, sino el resultado de un fenómeno social que cobra fuerza en una sociedad patriarcal. Explicó que desde niños a los hombres se les niega la posibilidad de llorar o expresar tristeza debido a ideologías machistas, por lo que crecen sin aprender a gestionar sus emociones, lo que posteriormente se transforma en violencia.

Al exponer lo anterior, Martínez Romero apuntó que se ha intentado responder a esta problemática con propuestas como el aumento del número de psicólogos y psiquiatras en instituciones educativas. No obstante, si bien ello puede ser positivo, advirtió que no basta con analizar individualmente a las y los jóvenes que reproducen conductas violentas como fenómenos aislados; es necesario examinar a toda la sociedad que los respalda y fomenta esas actitudes.

“No se trata solo de llevar a 20 psiquiatras y 20 psicólogos a todas las prepas, CCH y universidades. No se trata de eso porque no es un problema de salud neurológica o cerebral. Se trata de la sociedad”, enfatizó.

En consecuencia, afirmó que es necesario que el personal de salud se eduque en enfoques sociales que le permitan ampliar su perspectiva y comprender que existen conductas que van más allá de lo neurológico, pues responden a los entornos en los que viven las y los pacientes.

Áreas digitales: espacios de odio

Estas manifestaciones de odio se multiplican cada vez más en las redes sociales. René López, integrante de GENDES, señaló que grupos de derecha con agendas antifeministas están cooptando a jóvenes a través de plataformas digitales, fomentando con mayor intensidad discursos de odio.

Esta afirmación coincide con el artículo “Jóvenes en la manosfera. Influencia de la misoginia digital en la percepción que tienen los hombres jóvenes de la violencia sexual”, el cual expone que el desarrollo y potencialización de culturas misóginas en la manosfera son una respuesta reaccionaria a la cuarta ola del feminismo, caracterizada por denunciar la violencia de género, especialmente la violencia sexual, desde el entorno digital.

No obstante, de forma paralela al avance del movimiento feminista, han surgido respuestas antifeministas promovidas desde la extrema derecha, que impulsan discursos que niegan la violencia de género y la presentan como un mecanismo para criminalizar a los hombres. Este negacionismo ha penetrado en la esfera pública, especialmente entre hombres jóvenes.

La manosfera funciona como un espacio de construcción de identidad masculina. Dentro de este entorno, los hombres encuentran respuestas y validación frente a la confusión que les generan los cambios en los roles de género y el avance del feminismo. Comparten experiencias, frustraciones y consejos alineados a una visión hegemónica y tradicional de la masculinidad.

Frente a esta problemática, se subrayó que es indispensable aprender a detectar en niños y jóvenes los discursos radicalizados hacia las mujeres a los que están expuestos, además de comenzar a desmantelar las ideologías que enaltecen las masculinidades hegemónicas.

Finalmente, los especialistas apuntaron que la solución para erradicar esta ola de violencia va más allá de censurar dichos grupos digitales, pues el problema es más complejo para ello, por lo que debe de existir una responsabilidad colectiva que permita construir entornos donde las y los jóvenes aprendan a manejar emociones como la frustración y la soledad sin convertirlas en violencia y expresiones misóginas.