11/23/2025

Si tumbaran a Maduro ¿quién seguiría?

 sinembargo.mx

Juan Carlos Monedero

El subjefe de Gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, ha echado un par de bidones más de gasolina al Gobierno de México al afirmar que la frontera entera con Estados Unidos está bajo el control de “organizaciones narco-terroristas”. Sus declaraciones han sido contundentes: “Todo el límite físico de nuestra frontera sureña del lado mexicano está controlada por estas organizaciones narco-terroristas […] Todo lo que ocurre ahí, ellos deciden, ellos controlan. No hay tema más esencial de seguridad nacional que el desmantelamiento de estas organizaciones”.

Por supuesto, esas declaraciones coinciden con las manifestaciones violentas de la derecha mexicana contra la Presidenta Claudia Sheimbaum. Dejemos aquí como nota que los manifestantes se colocaron fraudulentamente la etiqueta de Generación Z, un intento de repetir las “revoluciones de colores” con las que los EU tumbó gobiernos que no le eran afines en muchos lugares del mundo. Lo que no quita que el tema de la seguridad es la espada de Damocles del gobierno y por donde los enemigos de la 4T van a intentar hacer daño.

En esas mismas declaraciones a periodistas, el subjefe de Gabinete dijo, sin prueba alguna, que Venezuela administra “cárteles de la droga” y que “Estados Unidos considera el narcoterrorismo en Colombia como un tema muy serio”.

Si le sumamos que Trump ha dicho que Panamá debe ser de EU y que Brasil debe pagar altísimos aranceles por procesar al golpista Bolsonaro, puede afirmarse sin riesgo a mucho error que Trump está amenazando con prender fuego a toda la región, algo a lo que contribuye su injerencia en las elecciones en Argentina o en Ecuador para apoyar a candidatos de extrema derecha.

Un rasgo de la época es que la verdad ya no es relevante. Una “Edad media con wifi” ha dicho Carl Sagan. Por eso la ciencia no sirve para establecer lo que es cierto, y los millonarios gastan enormes cantidades de dinero en decir mentiras. Como, por ejemplo, que la comida ultraprocesada es saludable, que no hay calentamiento global, que quemar combustibles fósiles le viene bien al planeta o que los gobiernos que no se plieguen a EU son terroristas o amigos de terroristas.

El exeurodiputado español Manu Pineda ha hecho una lista reciente de mentiras: “Te mintieron sobre Yugoslavia. Dijeron que era una intervención por la paz, y destruyeron un país entero para expandir su poder económico y militar. Te mintieron sobre Iraq. Hablaron de armas de destrucción masiva que nunca existieron, y arrasaron una nación para quedarse con su petróleo. Te mintieron sobre Libia. Prometieron “democracia” y convirtieron al país más próspero de África en un campo de esclavos. Te mintieron sobre Siria. Armaron y financiaron a grupos terroristas, y lo llamaron “revolución”. Te mintieron sobre Afganistán. Ocuparon durante veinte años uno de los países más pobres del planeta en nombre de la “libertad”. Te mintieron sobre Sudán y Somalia. Desangraron pueblos enteros para controlar sus recursos. Te mintieron sobre el Líbano. Lo castigaron por no someterse. Te mintieron sobre Ucrania. Organizaron y ejecutaron un golpe de Estado y luego hablaron de “defender la democracia”. Te mintieron sobre Palestina. Justifican un genocidio en nombre de la “seguridad” del verdugo. Te mintieron sobre Irán".

"Acusan a la República Islámica de fabricar armas nucleares, pese a que los organismos internacionales han demostrado lo contrario. Mientras tanto, quienes sí poseen y utilizan ese arsenal son los propios Estados Unidos y el régimen genocida israelí. Y ahora, después de tantas intervenciones, golpes de estado y guerras disfrazadas de humanitarismo, de tantas invasiones presentadas como misiones de paz, de tantas mentiras repetidas hasta el cansancio… ¿Vas a creerles sobre Venezuela?”

El enorme problema es que crece el descontento de los votantes del Make America Great Again y ese escenario suele desencadenar guerras de distracción. Trump prometió que iba a controlar la inflación, que iba a dar a conocer la lista Epstein con los nombres de los asistentes a las bacanales con menores, que iba a terminar el ciclo de guerras…No cumple porque los precios suben, la lista, pese a que le han obligado, no se sabe cuándo se verá, y parece que el recurso a las guerras es una de sus principales armas.

El periódico norteamericano Latin Times decía este 4 de noviembre pasado que los intentos de derrocamiento de Nicolás Maduro por parte de Donald Trump vienen, como pasó con la guerra de Irak y más recientemente con la destrucción de Gaza, con una jugosa oferta de negocios de grandes capitales norteamericanos, como el Barclays Bank y fondos de inversión (a los que conviene de manera más explícita llamar fondos buitres), junto con el Banco Mundial y con el Fondo Monetario Internacional, para sacar una enorme tajada de esa quiebra del derecho internacional que es buscar el derrocamiento de Nicolás Maduro en Venezuela con lo que EU puede prender fuego a toda América Latina.

En el caso de Venezuela, detrás de esa oferta de entregar regalada Venezuela a las grandes empresas norteamericanas está María Corina Machado, quien habría asegurado a esos financieros que, en cuanto caiga Nicolás Maduro, las riquezas de Venezuela serán suyas porque ella, como Presidenta del país, se las entregaría.

La verdad es que, nada nuevo. Detrás de la invasión y destrucción de Irak, con la mentira de que existían armas de destrucción masiva, estuvieron empresas articuladas por el entonces vicepresidente Dick Cheney y, por supuesto, le tocó su generosa parte a quien entonces era el Presidente de EU, George Bush jr. “Es el mercado, amigos”. Y ya hemos empezado a ver los planes de Trump para la reconstrucción de Gaza, donde al menos la mitad del país seguramente se parecerá a ese balneario para ricos como le sugirió Curtis Yarvin, uno de los ideólogos de la tecnomonarquía norteamericana.

El digital económico Semafor, fundado por antiguos socios de Bloomberg y BuzzFeed News, no dudaba en decir con claridad lo que Trump quiere esconder con una falsa lucha contra el tráfico de drogas de la que las propias agencias antidroga han dicho que Venezuela no tiene nada que ver: los inversionistas ven grandes oportunidades si se hacen con el país que tiene las mayores reservas de petróleo del planeta.

Como recuerda Trevor Hayes, del portal progresista norteamericano More Perfect Union, hay un acuerdo entre Marco Rubio y Trump para empujar en esta tarea. Marco Rubio, si bien es verdad que no le hace ascos al dinero, impulsa esta acción por su odio al socialismo, propio de un descendiente de los que eran dueños de Cuba antes de la revolución y sueñan con tener de nuevo neo-plantaciones de esclavos en el siglo XXI, quizá en forma de almacenes de Amazon. Por su parte, Donald Trump sólo tiene interés en el dinero, esto es, en el petróleo, el oro, el coltán y todas las enormes riquezas del país. La búsqueda de venganza, recuperar el dominio de Cuba y enriquecerse como emperadores les junta en esta insania mental de gente que está a los mandos de EU sólo porque ese país ha perdido toda la sensatez, como demuestra su consumo de drogas, la violencia o las enormes desigualdades que padece.

En los nuevos correos que han salido a la luz entre el pedófilo Epstein, Trump y los que organizaban el tráfico de mujeres en la isla del magnate, hay uno del propio Epstein dirigido al entonces Secretario del Tesoro, Lawrence Summer, que resume todo lo que cualquier persona decente debiera saber sobre los actuales EU y los intentos de invasión de Venezuela:

"He conocido alguna gente muy mala. Pero ninguna tan mala como Trump. No tiene ni una célula decente en su cuerpo". Y remató Epstein afirmando que Trump es un psicópata “al filo de la demencia”. Información del New York Times, no del Gabinete ministerial de Nicolás Maduro. Epstein, ingenuo, dijo que él era la persona que podía tumbar a Trump. Apareció suicidado en su celda.

Trump quiere disfrazar el ataque a Venezuela con una tarea de policía internacional en la lucha contra la droga. Si fuera así, debiera llevar el portaaviones Gerald Ford a la sede de Wall Street y al entramado bancario de blanqueamiento de dinero de la droga. Trump busca en Venezuela lo que ha hecho toda su vida: robar, mentir y distraer de sus mentiras y sus robos.

Como siempre ha pasado en la política latinoamericana, no hay intentos de invasión ni de debilitamiento de los gobiernos de izquierda sin los Judas de dentro que colaboren. En esa reunión con Barclays, el FMI y el Banco Mundial también estuvo Edmundo González y Rafael de la Cruz, que es el director de la oficina en EU de estos dos personajes que están negociando en Washington y Nueva York la invasión de Venezuela a cambio de regalar los bienes del país. Muy patriotas no parecen. De la misma manera que el PRI se ha interesado por los violentos que fueron detenidos en las falsas manifestaciones de la generación Z donde se protestaba contra la violencia. Mucha coherencia no parecen mostrar.

Desde los medios occidentales se intenta jugar la baza de la división interna dentro del chavismo. Saben que eso es mentira, no solamente porque las relaciones entre los dirigentes del gobierno de Nicolás Maduro son firmes y leales, sino que no pueden sino estar alineados porque el cuerpo popular del chavismo es uno y no se fragmenta en grupos. El pueblo está con un proyecto, no con familias ni facciones. Y todos tienen un dirigente, que es el Presidente constitucional de Venezuela. Como tantas veces, los que suministran la información de inteligencia a EU no son muy inteligentes. Aunque les den premios Nobel.

Es cierto que en los ámbitos militares norteamericanos se valoran diferentes estrategias y que nadie tiene certeza de qué será lo que finalmente hará Trump. Como vendedor de pisos, ha llevado a la política el juego psicológico de intentar debilitar a quien tiene enfrente para vender más caro y comprar más barato.

Una intervención como en Irak, que costó cientos de miles de víctimas, está prácticamente descartada, porque enfrente hay un ejército bien armado y disciplinado, una milicia popular de millones de personas, una orografía que convertiría Venezuela en un nuevo Vietnam para EU y, lo que no es menor, ningún apoyo regional ni de México, ni de Colombia ni de Brasil. Muy al contrario, Venezuela tiene el apoyo de China y Rusia. ¿Empezará Trump la III Guerra Mundial?

Otra posibilidad sería hacer daño a Venezuela: bombardear para seguir golpeando la economía, lo que colocaría a EU como un Estado terrorista al que la comunidad internacional, empezando por América Latina, debiera dar una respuesta contundente. En Irán, EU pudo bombardear las centrales nucleares porque la región está devastada. Hacerlo en Venezuela sería comenzar la devastación y países poderosos como México y Brasil no lo van a permitir. Porque lo que hagan en Venezuela, luego lo querrán en hacer en otros países hasta que, finalmente, lo harán también dentro de EU.

También se habla de otras opciones de comando, que pertenecen más a las películas de Hollywood que a la realidad e, insistimos, les resultaría más sencillo entrar que salir.

Cada vez parece más claro que una persona caprichosa y malvada como Trump puede hacer cualquier cosa, especialmente cuando quienes le asesoran le mienten. Trump tiene enormes problemas internos que pueden derivar en alguna suerte de guerra civil que, de alguna manera, ya existe cuando se observa la enorme violencia que está registrando el país. ¿Tolerará Trump y su entorno el triunfo de opciones socialistas como ha pasado en Seattle y en Nueva York? La violencia está a la orden del día, en un paisaje desolador donde el fentanilo y los opiáceos han hecho estragos, donde millones no tienen techo, donde apenas acaban de salir de una crisis de gobierno donde los funcionarios del Estado han tenido que conseguir comida en las colas del hambre. EU no es lo que sale en las películas. Estos días hemos visto un asalto en pleno Nueva York a una tiende de Apple, a lo que se suman los muertos diarios por la policía o la enorme violencia contra los migrantes.

Es muy probable que María Corina Machado, junto con Marco Rubio, hayan engañado a Trump diciéndole que bastaba acercar el portaaviones Gerald Ford para que el pueblo se levantara, el ejército interviniera y Maduro cayera. Insisto: no conocen el país y no evalúan correctamente el estado de la región.

¿Significa eso que Trump no puede hacer daño? Claro que puede hacer daño. Entró rompiendo todo en Afganistán, Irák, Libia, Siria y salió de todos esos países con el rabo entre las piernas. Pero dejó esos países devastados. En América Latina lo saben y por eso desde la CELAC se decidió un contundente comunicado esta semana diciendo que la región no es una región de guerra y que esas intervenciones no sólo no tienen apoyo regional, sino que tienen una firme oposición. Por eso el subjefe de Gabinete, para disparar contra Maduro dispara contra Claudia Sheinbaum y contra Gustavo Petro.

Ese viejo mundo que no termina de marcharse sigue queriendo despedirse dando zarpazos. Y le corresponde a la gente de paz que quiere otro mundo impedirlo. No es tiempo de mirar para otro lado porque EU está cavando una trinchera y las trincheras sólo tienen dos lados. En uno de ellos está Trump y su promesa de muerte.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario