Se estima que hay más de 5 mil personas injustamente presas en México. Hacinadas y encerradas entre cuatro paredes, sin libertad de movimiento, sin poder ir y venir a su antojo ni ver a sus seres queridos. El sacrificio de aislamiento en que nos encontramos tantos, para protegernos de la pandemia Covid-19, no nos acerca, ni remotamente, a la experiencia de vivir en encierro dentro de un reclusorio.
Por eso hay que celebrar ¡con todo! la aprobación de la Ley de Amnistía, que fuera aprobada por el Senado el lunes pasado. La conyuntura que favoreció su aprobación es porque su correcta aplicación ayudará a despresurizar los penales federales que están sobrepoblados, a reducir el riesgo de transmisión del virus al facilitar la sana distancia, así como respetar el derecho a la salud de las personas privadas de la libertad.
Más allá del coronavirus, se trata de una iniciativa que el presidente Andrés Manuel López Obrador anticipó desde tiempos de campaña, como un acto de justicia social. El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, señaló que esta amnistía debe enmarcarse en la discusión sobre la transformación del sistema de justicia, toda vez que permitirá la libertad anticipada de población vulnerable que no esté recluida por delitos graves. Las Oficinas en México de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC) y del Alto Comisionado para los Derechos Humanos valoran la nueva ley, no sólo por contribuir con la prevención ante el Covid-19, sino por terminar con los abusos a la pena de prisión y para evitar la criminalización de la pobreza, es un gran paso hacia la transformación del sistema de impartición de justicia del país. Por su parte, la organización civil EQUIS Justicia para las Mujeres celebró la aprobación como un primer paso para comenzar a identificar los perfiles de quienes puedan ser candidatos a la amnistía.
La amnistía es una medida excepcional que no supone un perdón por parte del gobierno o de la sociedad, sino un proceso de olvido (amnistía viene de amnesia) que busca beneficiar a las personas que han sido criminalizadas, no por el delito que cometieron, sino por las condiciones que les orillaron a cometerlo, quienes por pobreza o por falta de acceso a recursos legales adecuados, fueron acusadas o encarceladas. En consistencia con su posición ideológica, no sorprende que los diputados de oposición se abstuvieran o votaron en contra, representantes de PRI, PAN, MC y lo que queda del PRD no han mostrado interés por mejorar las condiciones de desigualdad ni de injusticia sociales. Hay que comprender el sentido de la amnistía, no se trata de liberar a delincuentes ni a narcotraficantes, no se excarcelará a quienes cometieron delitos graves: aquéllos contra la vida o la integridad corporal, ni a sentenciados por secuestro, violación, feminicidio, huachicoleo, trata de personas o robo a casa habitación.
Por el contrario, se liberará a personas en condición de pobreza y vulnerabilidad, permitirá la liberación de personas adultas mayores o enfermas, y que no estén presas por delitos graves, sino por robo simple o por consumo de drogas, o son presos políticos por protestar contra autoridades.
Me interesa destacar especialmente que con esta ley de amnistía quedarán libres mujeres y hombres indígenas que no contaron con intérpretes en lengua indígena para defenderse y acceder a un debido proceso. Incluye también a mujeres que están en prisión por aborto, mujeres que nunca debieron pisar la cárcel por haber ejercido el derecho a decidir sobre su cuerpo, porque en la mayoría de los casos ellas deciden interrumpir su embarazo por no estar en condiciones para criar y solventar el desarrollo de un hijo o hija, muchas son indígenas y viven en hogares con pobrezas, hay también quienes tuvieron un aborto espontáneo, pero no hubo quien lo demostrara. El artículo primero es muy claro: se decreta la amnistía por el delito de aborto, en cualquiera de sus modalidades previstas en el Código Penal Federal, cuando se impute a la madre del producto, a los médicos, cirujanos, comadronas o parteras, que hayan auxiliado en la interrupción del embarazo, sin violencia y con el consentimiento de la madre del producto del embarazo, así como a familiares que la hayan auxiliado. La amnistía incluye el delito de homicidio por razón de parentesco, porque de esa manera infame se ha llegado a tipificar a la mujer que ejerce el derecho a la maternidad voluntaria.
La Ley de Amnsitía tiene un gran peso simbólico que va a impactar los marcos estatales. La secretaria de Gobernación, Olga Sanchez Cordero, señaló la importancia de beneficiar a personas que ni siquiera hablan español, que fueron engañadas para llevar una mochila o alguna maleta con droga, o consumidores que portaban narcóticos en cantidades superiores a las permitidas. Ella pidió a los gobiernos estatales hacer
leyes espejoporque la mayor parte de las personas que pudieran ser liberadas están sentenciadas por delitos de jurisdicción local, no federal. Tal es el caso de las mayoría de mujeres presas por aborto.
*Secretaria general del Conapo
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