11/17/2018

“Vale la pena ser loca”

30 lideresas políticas y sociales reivindican su derecho a la participación política y a espacios de poder en América y España

En un encuentro con la prensa, cinco mujeres de países americanos implicadas en luchas sociales por los derechos humanos y ambientales comparten las resistencias que encuentran a su participación política

 

Madrid, 13 nov. 18. AmecoPress.- El acoso político trata de impedir la presencia de las mujeres en los espacios de poder. Pero no es fácil vencerlas. Aunque traten de desacreditarlas y bloqueen sus propuestas sistemáticamente, como testimonia Verónica Gálvez, alcaldesa de Puno –Perú-, o las criminalicen, tal y como explica Ana Rutilia –defensora de derechos medioambientales en Guatemala-, las mujeres están protagonizando procesos de resistencia e impulsando cambios en la agenda política y social.
Hemos tenido la oportunidad de hablar con algunas de las líderes políticas y sociales de Latinoamérica que participan en estos días en encuentros en varias ciudades españolas organizados por Alianza por la Solidaridad para hablar de violencia machista en los espacios políticos.
En América Latina, la violencia de género en la política ha sido identificada como un problema preocupante, violencia que se da tanto sobre mujeres en la política formal como sobre lideresas comunitarias, defensoras de derechos humanos y ambientales. Esta situación empeora cuando las mujeres son de alguna etnia no mayoritaria, tienen orientación sexual no binaria o proceden de zonas rurales.
En respuesta a esta problemática en el año 2007, treinta y cuatro países firmaron el Consenso de Quito a partir del cual se comprometían a tomar medidas legislativas para revertir la situación. Por el momento, tan sólo Bolivia ha aprobado una ley específica contra la violencia de acoso político (Ley 273).

Son numerosos los obstáculos que las mujeres tienen que enfrentar por el hecho de ser mujeres en el ámbito político, un espacio tradicionalmente masculino. “Como regidora, mi función es legislar y fiscalizar”, explica Verónica Gálvez, “pero he presentado ordenanzas que son sistemáticamente bloqueadas. Miran a ver en qué te equivocas. Siempre nos están cuestionando. Y les molesta que una mujer cuestione”.
Ana Rutilia certifica que para muchas compañeras la defensa del territorio les ha costado la vida. “Cuando denunciamos nos cuestionan, dicen que somos locas, alborotadoras, que atentamos contra el Estado y las empresas, nos criminalizan y nos persiguen con la más absoluta impunidad”, asegura para señalar que, a pesar de todo, “detrás de nuestras denuncias hay millones de personas que necesitan agua, aire, naturaleza para vivir y que tienen derecho. Por todo ello vale la pena ser loca”.

Con los encuentros “Mujeres y poder: liderazgo político, conectando luchas y territorios” la idea es flexibilizar la violencia de género en el espacio político, tejer alianzas y compartir experiencias y estrategias para superar los obstáculos que limitan su participación. “Lo que nos pasa en Perú pasa aquí en Europa”, analizaba Verónica Gálvez en un desayuno con periodistas. Ante este diagnóstico, “seamos europeas o latinoamericanas tenemos que construir una agenda común, pelear para que el mundo de la política sea un espacio libre de todo tipo de violencia”.
La participación de las mujeres en la política ha producido cambios en la agenda, introduciendo el derecho a una vida libre de violencia, los derechos sexuales y reproductivos o las problemáticas sociales de sus comunidades en materia de salud y educación.

Pero son avances y retrocesos. Así lo explica Isolda Dantas, Diputada nacional por el Partido de los Trabajadores de Brasil: “en nuestro país habido mucho retroceso en los derechos de las mujeres pero también hay una mayor resistencia por parte de ellas. En las que han sido las elecciones más violentas desde la dictadura militar, las mujeres protagonizaron la campaña “Él no”, contra Bolsonaro, y con ello lanzaron un mensaje al mundo: las mujeres están atentas al surgimiento del fascismo y se organizan para construir otra agenda”.

Jornadas ‘Mujeres y Poder’


A pesar de que América Latina cuenta con una legislación más avanzada que España en cuanto la paridad y violencia de género en la política, existen muchas barreras culturales para el reconocimiento efectivo de las mujeres en los puestos de poder. De hecho, aunque 15 países han legislado sobre cuotas en las elecciones, persiste una bajísima representación de mujeres en cargos de alcaldesas o concejalas a nivel local o sub-nacional. Desde 1980 solamente se ha elegido democráticamente a seis mujeres como presidentas en América (tres de ellas, reelegidas: Cristina Fernández, Dilma Rousseff y Michelle Bachelet). En países como Bolivia el porcentaje de electas incluso ha bajado del 22 por ciento al 8 por ciento en las últimas elecciones municipales. El acoso y la violencia es un tema transversal el ejercicio de su trabajo, dado que cuando ocupan un puesto o cargo de decisión son sistemáticamente víctimas del amedrentamiento, violencia y acoso, hechos que a veces provocan la deserción -incluso la muerte- de mujeres políticas y públicas.
En la actualidad sólo cuatro países en Latinoamérica se encuentran en proceso de debatir leyes que combatan el acoso y la violencia política: Costa Rica, Ecuador, México y Perú, mientras que el Estado Plurinacional de Bolivia es el único país de América Latina y el Caribe que ha aprobado una ley, la ley número 243 de 2012, contra el acoso y la violencia política hacia las mujeres.


Las jornadas “Mujeres y poder” se desarrollan en diferentes ciudades españolas a lo largo de siete días. En Madrid, el día 15 de noviembre, tendrá lugar una jornada internacional de clausura en la Secretaría General Iberoamericana (Recoletos, 8) con la presencia de todas las participantes, en la que se ha confirmado la presencia de la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo.
En diferentes sesiones a lo largo de las jornadas, se abordan temas relevantes como las estrategias y alianzas entre las mujeres ante situaciones de acoso y violencia de género en la política, el liderazgo político de las jóvenes, las dificultades y retos en la defensa del territorio a nivel local y su impacto en las mujeres, los retos de las crisis migratorias, los diferentes tipos de violencia que sufren las mujeres en el ejercicio de su activismo político, las legislaciones sobre cuotas, el feminismo en contextos post coloniales y el papel de los medios de comunicación.

Foto: AmecoPress y cedidas por Alianza por la Solidaridad

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