Lo que queda del Partido de la Revolución Democrática está en quiebra. Y no sólo por las revelaciones contables hechas en el reciente consejo nacional del sol azteca, con un oportunísimo sentido de intencional depreciación electoral y un tufo inocultable de amago escandaloso hacia Andrés Manuel López Obrador, sino por el desfonde ético, ideológico, político y electoral de esa opción administrada deficitariamente por Jesús Ortega.
El perredismo chucho está hoy más cercano al calderonismo que a la izquierda social. Ayer mismo, entrevistado por Notimex, Ortega anunció que el PRD colaborará para lograr un acuerdo entre el gobierno federal y otras fuerzas políticas a fin de sacar adelante al país ante la crisis económica. Civilizado, moderno y comprensivo, es decir, responsable y nada egoísta ni sectario, el amigo Jesús hace saber que antepondrá los intereses del país a los partidistas y que buscará la instalación de una mesa de diálogo seria y formal. La agencia del gobierno, perdón, del Estado mexicano, indagó sobre un posible encuentro con el presidente Felipe Calderón, a lo que el colaboracionista Ortega (sí, es pleonasmo político) dijo, sincerote, franquísimo (autodelator): No veo necesidad de una reunión cuando estamos en vías de comunicación con representantes del gobierno del más alto nivel, aunque los legisladores valorarán por qué otras vías se puede continuar con el diálogo.
Pero no se están asfixiando en solitario los chuchos devaluados, sino también las opciones más o menos sensatas de rescate y mantenimiento de ideas de izquierda. En un forcejeo que ha sembrado confusión, López Obrador promueve en el país candidaturas contrarias al PRD, bajo los escudos de los partidos del Trabajo y Convergencia, mientras en las plazas que considera de gran influencia personal suya, como Tabasco y la ciudad de México, ha accedido a sobrellevar un matrimonio de conveniencia con el chuchismo bajo la tesis lombardista de no abrirle camino a la derecha (aunque muchos de los presuntos izquierdistas que emerjan victoriosos de las venideras contiendas internas a despensa limpia acaben siendo una vergüenza pública, como ha sucedido con muchos delegados y diputados locales del trienio en vías de fenecer). En el fondo, el gran problema es que por razones logísticas se sigue posponiendo la gran definición que sería el rompimiento con el cascarón chucho y la convocatoria a la creación de un nuevo partido, aunque a 2009 y 2012 se llegue con PT y Convergencia.
Sólo para agregar un botón de muestra a la mercería chuchista: ayer renunciaron a Convergencia quien desde 2006 era secretario nacional de organización, Jesús Paredes Flores, y su esposa, la diputada federal Patricia Castillo Romero (él es de Nayarit y ella está avecindada en esa entidad). La familia Paredes Castillo se retira porque se siente desplazada por la corriente de López Obrador, pues en primer lugar de la lista de candidatos de Convergencia por la primera circunscripción plurinominal va Bertha Luján, funcionaria del gobierno capitalino encabezado por AMLO y del legítimo actual, y el esposo Jesús había pedido que en ese sitio fuera él, para así heredar la curul de su cónyuge Patricia. Jesús había sido presidente de Convergencia en Nayarit (sus cuentas electorales fueron desastrosas) y dejó en su lugar a su hermano Édgar Saúl, mientras su esposa Patricia ha sido, además de diputada, delegada del comité nacional de Convergencia en el mismo Nayarit. Todo en familia. Pero ahora, muy dignos, renuncian a su partido y se pasan... al chuchismo perredista.
Astillas
Cuatro de seis consejeros electorales integrantes del consejo local del IFE en Veracruz expresaron el pasado 26 de febrero críticas, en los mismos términos que había sucedido en Querétaro, a los consejeros nacionales que se doblegaron ante las televisoras al evitar sancionarlas. Además reprobaron el aumento salarial que se dieron, y luego suspendieron, los funcionarios nacionales. Esa pretensión resultó una afrenta a los millones de mexicanos que viven en la pobreza y, aunque tuviese base legal, dijeron, carecería de toda ética. Además, y aun cuando reconocen los veracruzanos la decisión de los consejeros generales de rechazar por el momento el aumento, también tenemos claro que la posibilidad de que suceda queda abierta. El pronunciamiento fue suscrito por María Laura Berruecos, Daniela G. Griego, Luis Octavio Hernández Lara y Yaotzin Domínguez Escobedo... El fantasma de la BMW negra se le volvió a aparecer al gobernador de Yunquétaro, Francisco Garrido Patrón, durante cuya administración los mecanismos policiacos y judiciales permitieron que no fuera castigado el responsable del asesinato de un joven en la capital de esa entidad, incidente en el que participó una oscura camioneta de lujo de la marca alemana y en el que habría sido protagonista criminal el hijo de uno de los principales empresarios del estado. El tema se materializó durante la pomposa ceremonia de lectura del quinto informe de actividades de Garrido Patrón en la persona del escritor Julio Figueroa (él se define como palabrero ambulante), quien a gritos exigió resolución del caso, por lo que de inmediato fue sacado del lugar por guaruras que lo golpearon... Y, mientras Norberto Rivera se siente extrañamente necesitado de que su abogado lea al final de la misa de catedral, casi un año y medio después de que fue emitido, un comunicado del Tribunal Superior de Justicia de Los Ángeles que declara improcedente la demanda en su contra por encubrimiento del sacerdote pederasta Nicolás Aguilar, ¡hasta mañana, con el secretario de la defensa (de Estados Unidos) expresando gran preocupación (gulp) por lo que pasa en la frontera sur, anunciando su disposición de dar más ayuda a México (recontragulp) y metiéndose en política mexicana al considerar que quizá por primera vez en México se está dando la batalla contra el narcotráfico (ultragulp a cargo de los anteriores ocupantes de Los Pinos)!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
El perredismo chucho está hoy más cercano al calderonismo que a la izquierda social. Ayer mismo, entrevistado por Notimex, Ortega anunció que el PRD colaborará para lograr un acuerdo entre el gobierno federal y otras fuerzas políticas a fin de sacar adelante al país ante la crisis económica. Civilizado, moderno y comprensivo, es decir, responsable y nada egoísta ni sectario, el amigo Jesús hace saber que antepondrá los intereses del país a los partidistas y que buscará la instalación de una mesa de diálogo seria y formal. La agencia del gobierno, perdón, del Estado mexicano, indagó sobre un posible encuentro con el presidente Felipe Calderón, a lo que el colaboracionista Ortega (sí, es pleonasmo político) dijo, sincerote, franquísimo (autodelator): No veo necesidad de una reunión cuando estamos en vías de comunicación con representantes del gobierno del más alto nivel, aunque los legisladores valorarán por qué otras vías se puede continuar con el diálogo.
Pero no se están asfixiando en solitario los chuchos devaluados, sino también las opciones más o menos sensatas de rescate y mantenimiento de ideas de izquierda. En un forcejeo que ha sembrado confusión, López Obrador promueve en el país candidaturas contrarias al PRD, bajo los escudos de los partidos del Trabajo y Convergencia, mientras en las plazas que considera de gran influencia personal suya, como Tabasco y la ciudad de México, ha accedido a sobrellevar un matrimonio de conveniencia con el chuchismo bajo la tesis lombardista de no abrirle camino a la derecha (aunque muchos de los presuntos izquierdistas que emerjan victoriosos de las venideras contiendas internas a despensa limpia acaben siendo una vergüenza pública, como ha sucedido con muchos delegados y diputados locales del trienio en vías de fenecer). En el fondo, el gran problema es que por razones logísticas se sigue posponiendo la gran definición que sería el rompimiento con el cascarón chucho y la convocatoria a la creación de un nuevo partido, aunque a 2009 y 2012 se llegue con PT y Convergencia.
Sólo para agregar un botón de muestra a la mercería chuchista: ayer renunciaron a Convergencia quien desde 2006 era secretario nacional de organización, Jesús Paredes Flores, y su esposa, la diputada federal Patricia Castillo Romero (él es de Nayarit y ella está avecindada en esa entidad). La familia Paredes Castillo se retira porque se siente desplazada por la corriente de López Obrador, pues en primer lugar de la lista de candidatos de Convergencia por la primera circunscripción plurinominal va Bertha Luján, funcionaria del gobierno capitalino encabezado por AMLO y del legítimo actual, y el esposo Jesús había pedido que en ese sitio fuera él, para así heredar la curul de su cónyuge Patricia. Jesús había sido presidente de Convergencia en Nayarit (sus cuentas electorales fueron desastrosas) y dejó en su lugar a su hermano Édgar Saúl, mientras su esposa Patricia ha sido, además de diputada, delegada del comité nacional de Convergencia en el mismo Nayarit. Todo en familia. Pero ahora, muy dignos, renuncian a su partido y se pasan... al chuchismo perredista.
Astillas
Cuatro de seis consejeros electorales integrantes del consejo local del IFE en Veracruz expresaron el pasado 26 de febrero críticas, en los mismos términos que había sucedido en Querétaro, a los consejeros nacionales que se doblegaron ante las televisoras al evitar sancionarlas. Además reprobaron el aumento salarial que se dieron, y luego suspendieron, los funcionarios nacionales. Esa pretensión resultó una afrenta a los millones de mexicanos que viven en la pobreza y, aunque tuviese base legal, dijeron, carecería de toda ética. Además, y aun cuando reconocen los veracruzanos la decisión de los consejeros generales de rechazar por el momento el aumento, también tenemos claro que la posibilidad de que suceda queda abierta. El pronunciamiento fue suscrito por María Laura Berruecos, Daniela G. Griego, Luis Octavio Hernández Lara y Yaotzin Domínguez Escobedo... El fantasma de la BMW negra se le volvió a aparecer al gobernador de Yunquétaro, Francisco Garrido Patrón, durante cuya administración los mecanismos policiacos y judiciales permitieron que no fuera castigado el responsable del asesinato de un joven en la capital de esa entidad, incidente en el que participó una oscura camioneta de lujo de la marca alemana y en el que habría sido protagonista criminal el hijo de uno de los principales empresarios del estado. El tema se materializó durante la pomposa ceremonia de lectura del quinto informe de actividades de Garrido Patrón en la persona del escritor Julio Figueroa (él se define como palabrero ambulante), quien a gritos exigió resolución del caso, por lo que de inmediato fue sacado del lugar por guaruras que lo golpearon... Y, mientras Norberto Rivera se siente extrañamente necesitado de que su abogado lea al final de la misa de catedral, casi un año y medio después de que fue emitido, un comunicado del Tribunal Superior de Justicia de Los Ángeles que declara improcedente la demanda en su contra por encubrimiento del sacerdote pederasta Nicolás Aguilar, ¡hasta mañana, con el secretario de la defensa (de Estados Unidos) expresando gran preocupación (gulp) por lo que pasa en la frontera sur, anunciando su disposición de dar más ayuda a México (recontragulp) y metiéndose en política mexicana al considerar que quizá por primera vez en México se está dando la batalla contra el narcotráfico (ultragulp a cargo de los anteriores ocupantes de Los Pinos)!
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Las grandes empresas del país, la mayoría de las cuales saludó esperanzadamente a Felipe Calderón cuando se instaló en Los Pinos, dos años después califican de ineficaz a su gobierno y lo reprueban con 41 puntos (en la escala de 0 al 100), de acuerdo con la octava edición del Barómetro de Empresas, que trimestralmente realiza la consultora Deloitte, la cual sondeó la opinión de ejecutivos de 274 de las compañías más importantes localizadas en México, entre el 24 de noviembre y el 15 de diciembre de 2008. Cinco temas fueron focalizados: seguridad, disponibilidad de crédito, empleo, clima de inversiones y situación económica. El optimismo inicial se ha convertido en pesimismo y la frustración mancha de gris las expectativas que tenían para este sexenio.
www.deloitte.com/dtt/leadership/0,1045,sid%3D138447,00.html
Futuro incierto
Los principales problemas que advierten para este nuevo año son la recesión de la economía de Estados Unidos y la devaluación de la moneda. A contracorriente de lo que anticipan algunos análisis, el Barómetro de Empresas dice: En las tres encuestas anteriores los directivos de las empresas habían ajustado sus expectativas a la baja en relación con el precio del dólar en pesos. Pero en diciembre de 2008 la revisión fue al alza y 41.3% de los ejecutivos consideró que el precio del dólar dentro de un año será superior a los $13 pesos. Ese sería el escenario optimista, dentro del pesimismo. Todo el fin de semana la cotización se mantuvo arriba de los 15 pesos por dólar. ¿Cómo hacer que baje del peldaño de los 15 al de los 13?
Producción, empleo, precios
En diciembre de 2008 el optimismo acerca de la situación general de las empresas llegó a su nivel más bajo desde que se elabora el Barómetro de Empresas (55 puntos en la escala 0-100). La opinión de los ejecutivos mostró que sólo 24.2% de las empresas esperaba elevar su producción en los 12 meses siguientes y apenas 13.9% contrataría más personal; estos porcentajes son menores que los obtenidos tres meses antes. Las expectativas en relación con los incrementos de los precios de sus bienes y servicios también cambiaron (en septiembre de 2008 50.2% de las empresas los subiría; ahora, únicamente lo haría el 46.2%.) Sólo 22.3 % de los ejecutivos consideraron que en un año la rentabilidad en sus empresas será mayor; tres meses antes, un número mucho mayor (42.7%) así lo consideraba.
La cúpula
Algunas de las empresas encuestadas por Deloitte, que aceptaron se dieran a conocer sus nombres, son: Accel, Actinver, Alfa Corporativo, Alimentos del Fuerte, Grupo Financiero Interacciones, Asociación Nacional de Concesionarios Volkswagen, Axtel, Banca Afirme, Banco del Bajío, Banco Invex, Banco Regional de Monterrey, Grupo Financiero Santander Serfin, Grupo Financiero Barclays México, Becton Dickinson, BMW, Casa de Cambio Tiber, Cervezas Cuauhtémoc Moctezuma, Cyvsa, Desarrolladora Homex, Desc Automotriz, Evenflo, Fomento Económico Mexicano, Alpura, Gas Natural México, Gigante, Grupo Bimbo, Grupo Cementos de Chihuahua, Grupo Jumex, Grupo México, Grupo Nacional Provincial, Grupo PI Mabe, Grupo Simec, Hershey, Hidrosina Plus, Hipotecaria Su Casita, Grupo Financiero HSBC, Jugos del Valle, MVS Televisión, No Sabe Fallar, Novartis Farmacéutica, Ópticas Devlyn, Panasonic, Grupo Financiero BBVA Bancomer, Productora de Papel, Seguros Atlas, Semillas y Agroproductos Monsanto, Skandia, Smurfit Cartón y Papel, Toshiba, Toyota Motor Sales de México.
e@Vox Populi
Asunto: se quiere declarar en quiebra
Van dos quincenas que Bancomer no me deja ni para comer, lo cual no me ha permitido hacer mis otros pagos, como tenencia, verificación, etcétera. Siento como si una bola de nieve me persiguiera y quiero saber si hay alguna forma de declararme en quiebra o insolvencia. Yo había manejado muy bien mis créditos hasta que me bajaron mi sueldo; antes de eso tenía muy buen historial. No me niego a pagar, pero ya he cubierto tres veces más de lo que debo y no baja el capital. No se a dónde dirigirme para declararme en quiebra y luego llegar a un acuerdo. Además, las llamadas telefónicas amenazantes desgastan y angustian y no quiero que mi salud se vaya en esto. Si tú sabes a dónde me puedo dirigir agradecería tu ayuda.
Adriana Madrid/Distrito Federal
R: Ni el Ejecutivo ni las cámaras de Diputados y de Senadores han querido plantear una iniciativa de ley que permita a un individuo declararse en quiebra cuando sus deudas son imposibles de pagar, a fin de que un juez proteja su patrimonio mientras sale del agujero, como sucede en otros países. Sólo está prevista en la ley la quiebra de las empresas.
Asunto: niños chiquitos
Escuché en las noticias que uno de los vicegobernadores del Banco de Mexico decía que el fraude de Stanford era problema de cada persona que invirtió, que no eran unos niños y que debieron saber lo que hacían, que no los van a ayudar. Es muy cierto: las personas que invirtieron o invierten en fondos saben o deben saber los riesgos a los que se exponen, sin embargo, lo que no es posible es que a empresas o empresarios –como los de la Cómer y otras tantas más– sí las apoyen, las ayuden, las salven o lo que sea necesario, aun cuando su ambición las haya llevado al borde de la quiebra.
Mario Treviño García/Distrito Federal
R: También los banqueros que quebraron en los 80 ya estaban creciditos y sabían lo que hacían, sin embargo, un fideicomiso del Banco de México, tristemente conocido como Fobaproa, los puso a flote. Y nos dejó endeudados para la eternidad.
Regístrate para participar en la encuesta semanal:
www.elforomexico.com/index.php
galvanochoa@yahoo.com • Foro: http://dinero.tv/
Carlos Fernández-Vega: México SA
www.deloitte.com/dtt/leadership/0,1045,sid%3D138447,00.html
Futuro incierto
Los principales problemas que advierten para este nuevo año son la recesión de la economía de Estados Unidos y la devaluación de la moneda. A contracorriente de lo que anticipan algunos análisis, el Barómetro de Empresas dice: En las tres encuestas anteriores los directivos de las empresas habían ajustado sus expectativas a la baja en relación con el precio del dólar en pesos. Pero en diciembre de 2008 la revisión fue al alza y 41.3% de los ejecutivos consideró que el precio del dólar dentro de un año será superior a los $13 pesos. Ese sería el escenario optimista, dentro del pesimismo. Todo el fin de semana la cotización se mantuvo arriba de los 15 pesos por dólar. ¿Cómo hacer que baje del peldaño de los 15 al de los 13?
Producción, empleo, precios
En diciembre de 2008 el optimismo acerca de la situación general de las empresas llegó a su nivel más bajo desde que se elabora el Barómetro de Empresas (55 puntos en la escala 0-100). La opinión de los ejecutivos mostró que sólo 24.2% de las empresas esperaba elevar su producción en los 12 meses siguientes y apenas 13.9% contrataría más personal; estos porcentajes son menores que los obtenidos tres meses antes. Las expectativas en relación con los incrementos de los precios de sus bienes y servicios también cambiaron (en septiembre de 2008 50.2% de las empresas los subiría; ahora, únicamente lo haría el 46.2%.) Sólo 22.3 % de los ejecutivos consideraron que en un año la rentabilidad en sus empresas será mayor; tres meses antes, un número mucho mayor (42.7%) así lo consideraba.
La cúpula
Algunas de las empresas encuestadas por Deloitte, que aceptaron se dieran a conocer sus nombres, son: Accel, Actinver, Alfa Corporativo, Alimentos del Fuerte, Grupo Financiero Interacciones, Asociación Nacional de Concesionarios Volkswagen, Axtel, Banca Afirme, Banco del Bajío, Banco Invex, Banco Regional de Monterrey, Grupo Financiero Santander Serfin, Grupo Financiero Barclays México, Becton Dickinson, BMW, Casa de Cambio Tiber, Cervezas Cuauhtémoc Moctezuma, Cyvsa, Desarrolladora Homex, Desc Automotriz, Evenflo, Fomento Económico Mexicano, Alpura, Gas Natural México, Gigante, Grupo Bimbo, Grupo Cementos de Chihuahua, Grupo Jumex, Grupo México, Grupo Nacional Provincial, Grupo PI Mabe, Grupo Simec, Hershey, Hidrosina Plus, Hipotecaria Su Casita, Grupo Financiero HSBC, Jugos del Valle, MVS Televisión, No Sabe Fallar, Novartis Farmacéutica, Ópticas Devlyn, Panasonic, Grupo Financiero BBVA Bancomer, Productora de Papel, Seguros Atlas, Semillas y Agroproductos Monsanto, Skandia, Smurfit Cartón y Papel, Toshiba, Toyota Motor Sales de México.
e@Vox Populi
Asunto: se quiere declarar en quiebra
Van dos quincenas que Bancomer no me deja ni para comer, lo cual no me ha permitido hacer mis otros pagos, como tenencia, verificación, etcétera. Siento como si una bola de nieve me persiguiera y quiero saber si hay alguna forma de declararme en quiebra o insolvencia. Yo había manejado muy bien mis créditos hasta que me bajaron mi sueldo; antes de eso tenía muy buen historial. No me niego a pagar, pero ya he cubierto tres veces más de lo que debo y no baja el capital. No se a dónde dirigirme para declararme en quiebra y luego llegar a un acuerdo. Además, las llamadas telefónicas amenazantes desgastan y angustian y no quiero que mi salud se vaya en esto. Si tú sabes a dónde me puedo dirigir agradecería tu ayuda.
Adriana Madrid/Distrito Federal
R: Ni el Ejecutivo ni las cámaras de Diputados y de Senadores han querido plantear una iniciativa de ley que permita a un individuo declararse en quiebra cuando sus deudas son imposibles de pagar, a fin de que un juez proteja su patrimonio mientras sale del agujero, como sucede en otros países. Sólo está prevista en la ley la quiebra de las empresas.
Asunto: niños chiquitos
Escuché en las noticias que uno de los vicegobernadores del Banco de Mexico decía que el fraude de Stanford era problema de cada persona que invirtió, que no eran unos niños y que debieron saber lo que hacían, que no los van a ayudar. Es muy cierto: las personas que invirtieron o invierten en fondos saben o deben saber los riesgos a los que se exponen, sin embargo, lo que no es posible es que a empresas o empresarios –como los de la Cómer y otras tantas más– sí las apoyen, las ayuden, las salven o lo que sea necesario, aun cuando su ambición las haya llevado al borde de la quiebra.
Mario Treviño García/Distrito Federal
R: También los banqueros que quebraron en los 80 ya estaban creciditos y sabían lo que hacían, sin embargo, un fideicomiso del Banco de México, tristemente conocido como Fobaproa, los puso a flote. Y nos dejó endeudados para la eternidad.
Regístrate para participar en la encuesta semanal:
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galvanochoa@yahoo.com • Foro: http://dinero.tv/
Carlos Fernández-Vega: México SA
Quién sabe por qué, pero cada que un banco sacude al país, a sus leyes, al gobierno y/o a las autoridades financieras (no se menciona a los mexicanos, puesto que además de pagar los platos rotos del capital financiero, permanentemente son sacudidos por los bancos), viene a la memoria la comparecencia, ante diputados, de un secretario de Hacienda (enero de 1995), que antes fue pieza fundamental en la reprivatización del sector financiero mexicano y, después, gobernador del Banco de México.
Son tan ilustrativas las palabras de Guillermo Ortiz, el funcionario descrito, que ante la coyuntura financiera que vive el país (como en las esferas del poder califican a la crisis permanente que, con altibajos, vive el país desde hace más de tres décadas), que ganan las ganas de volver a leerlas, en especial cuando se recuerda el más reciente brete (Banamex) en el que ese capital financiero ha metido al gobierno mexicano. Leamos, pues, lo expuesto por este personaje el 23 de enero 1995:
“Yo quisiera mencionar muy enfáticamente, que en estas iniciativas (de ley para reformar el sistema financiero) no se está proponiendo, desde luego, entregar el sistema de pagos o la banca nacional a los extranjeros. Hoy en día la participación del conjunto de la banca extranjera en el mercado financiero nacional es de alrededor del 8 por ciento, con las autorizaciones que se les dieron recientemente a los bancos extranjeros para operar en nuestro país.
“En otros países de América Latina –como Chile, Argentina, Brasil–, en Canadá y en muchos de los países europeos, la participación de la banca extranjera en el mercado crediticio total es muy superior, es del orden del 20 al 30 por ciento. Nosotros pensamos que aún con esta facilidad que se le estaría dando a la banca extranjera para participar en la capitalización de los bancos mexicanos, estaríamos muy lejos de llegar a los porcentajes de participación y de penetración que hay en otros países; repito, creo que es fundamental y es, digamos, en el interés nacional de tener un sistema bancario sólido.
“¿Cómo evitar que el sistema financiero (mexicano) quede en manos de extranjeros? Creo que ésta es una pregunta importante y yo la respondería de dos maneras. La primera es que habría un compromiso específico (del gobierno) de que el sistema de pagos desde luego quede en manos de mexicanos. ¿Qué es el sistema de pagos? Un sistema de pagos es el conjunto, abarca el conjunto de transacciones más importantes que pasan por el sistema financiero del país. En el caso de México, pues obviamente son los bancos más grandes (Banamex y Bancomer) los que realizan la mayor parte de los pagos y de las compensaciones por las transacciones financieras, comerciales, productivas del país. Desde luego el sistema de pagos, éste es un compromiso, quedaría en manos de mexicanos.
“En segundo lugar lo que se pretende con esta iniciativa es que los extranjeros vengan a apoyar sobre todo a algunas instituciones pequeñas que están teniendo problemas y que justamente por esos problemas de capitalización no pueden atender a sus clientes, no pueden atender a la pequeña y mediana empresas y no pueden atender a los usuarios del crédito, tanto en la parte hipotecaria, como de tarjetas, como los bancos más grandes pueden atenderlos. Se trata de evitar que pudiera darse el caso que el sistema de pagos, que está constituido por los bancos más importantes del país, pudiera caer en manos de extranjeros… No se puede dar el caso de que indirectamente los extranjeros pudieran controlar un banco mexicano”.
Eso dijo Ortiz en nombre del gobierno mexicano y de ese tamaño el compromiso: 14 años después, 90 por ciento de la banca que opera en el país pertenece al capital financiero trasnacional; el sistema de pagos es controlado por capital extranjero y, por primera vez desde aquel discurso de 1995, un gobierno extranjero, el de Estados Unidos, es el accionista mayoritario de uno de los dos mayores bancos del país, Banamex.
Sirva lo anterior para poner en contexto no sólo la solidez de nuestros funcionarios, sino el más reciente brete en el que la banca extranjera, que ya domina 90 por ciento del sistema financiero que opera en el país, ha metido al gobierno (siempre afanoso en la defensa de los intereses del capital trasnacional, y para violar la ley en pos de ese objetivo). Sirva, pues, para contextualizar el caso Banamex (ahora conocido como Obamamex), cuyo dueño mayoritario, a estas alturas, no es otro que el gobierno de Estados Unidos, o lo que es lo mismo una acción que viola la ley mexicana.
Ahora salen con que no hay tal violación, porque el Tratado de Libre Comercio del América del Norte permite lo que la ley prohíbe. Esa es la salida que quieren encontrarle, pero hay que recordar que el TLCAN estipulaba que ningún banco extranjero podría tener una posición mayoritaria en ningún banco mexicano, ni una participación en el mercado superior al 1.5 por ciento. Violaron su propia norma.
El problema se agudiza cuando se sabe que aparte de un banco, Banamex, Citigroup también es propietario de cuando menos una Afore, una arrendadora, una casa de bolsa y un fondo de inversión. Y tuvo la telefónica Avantel, de la que obtuvo su buena rebanada de ganancias, hasta que en 2006 Citigroup vendió su participación a Axtel por la módica suma de 245 millones de dólares. Además de una sonora mentada de madre de parte de su exprimida clientela, ¿qué se ha llevado Citigroup, por medio de Banamex en los últimos ocho años?: entre otras cosas, alrededor de 90 mil millones de pesos en utilidades netas, los apoyos públicos del rescate bancario, los jugosos pagarés del Fobaproa, suculentas devoluciones de impuestos y, ahora, un gobierno entre las patas.
Sin duda, el más reciente affaire de Citigroup-Banamex puede ser una oportunidad para que este banco regrese a manos mexicanas (si el gobierno recuerda cuál es su obligación), pero si esas manos son las mismas o parecidas a las que se quedaron con esta institución a raíz de la reprivatización salinista (Roberto Hernández y pandilla), nada se habrá ganado.
Las rebanadas del pastel
Mi profundo agradecimiento a los integrantes de la Asamblea dominical de la Resistencia Creativa, no sólo por la invitación de ayer en el Hemiciclo a Juárez, sino por su generosidad y gran ambiente. Un beso a las Adelitas, tan entronas y apapachadoras.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Son tan ilustrativas las palabras de Guillermo Ortiz, el funcionario descrito, que ante la coyuntura financiera que vive el país (como en las esferas del poder califican a la crisis permanente que, con altibajos, vive el país desde hace más de tres décadas), que ganan las ganas de volver a leerlas, en especial cuando se recuerda el más reciente brete (Banamex) en el que ese capital financiero ha metido al gobierno mexicano. Leamos, pues, lo expuesto por este personaje el 23 de enero 1995:
“Yo quisiera mencionar muy enfáticamente, que en estas iniciativas (de ley para reformar el sistema financiero) no se está proponiendo, desde luego, entregar el sistema de pagos o la banca nacional a los extranjeros. Hoy en día la participación del conjunto de la banca extranjera en el mercado financiero nacional es de alrededor del 8 por ciento, con las autorizaciones que se les dieron recientemente a los bancos extranjeros para operar en nuestro país.
“En otros países de América Latina –como Chile, Argentina, Brasil–, en Canadá y en muchos de los países europeos, la participación de la banca extranjera en el mercado crediticio total es muy superior, es del orden del 20 al 30 por ciento. Nosotros pensamos que aún con esta facilidad que se le estaría dando a la banca extranjera para participar en la capitalización de los bancos mexicanos, estaríamos muy lejos de llegar a los porcentajes de participación y de penetración que hay en otros países; repito, creo que es fundamental y es, digamos, en el interés nacional de tener un sistema bancario sólido.
“¿Cómo evitar que el sistema financiero (mexicano) quede en manos de extranjeros? Creo que ésta es una pregunta importante y yo la respondería de dos maneras. La primera es que habría un compromiso específico (del gobierno) de que el sistema de pagos desde luego quede en manos de mexicanos. ¿Qué es el sistema de pagos? Un sistema de pagos es el conjunto, abarca el conjunto de transacciones más importantes que pasan por el sistema financiero del país. En el caso de México, pues obviamente son los bancos más grandes (Banamex y Bancomer) los que realizan la mayor parte de los pagos y de las compensaciones por las transacciones financieras, comerciales, productivas del país. Desde luego el sistema de pagos, éste es un compromiso, quedaría en manos de mexicanos.
“En segundo lugar lo que se pretende con esta iniciativa es que los extranjeros vengan a apoyar sobre todo a algunas instituciones pequeñas que están teniendo problemas y que justamente por esos problemas de capitalización no pueden atender a sus clientes, no pueden atender a la pequeña y mediana empresas y no pueden atender a los usuarios del crédito, tanto en la parte hipotecaria, como de tarjetas, como los bancos más grandes pueden atenderlos. Se trata de evitar que pudiera darse el caso que el sistema de pagos, que está constituido por los bancos más importantes del país, pudiera caer en manos de extranjeros… No se puede dar el caso de que indirectamente los extranjeros pudieran controlar un banco mexicano”.
Eso dijo Ortiz en nombre del gobierno mexicano y de ese tamaño el compromiso: 14 años después, 90 por ciento de la banca que opera en el país pertenece al capital financiero trasnacional; el sistema de pagos es controlado por capital extranjero y, por primera vez desde aquel discurso de 1995, un gobierno extranjero, el de Estados Unidos, es el accionista mayoritario de uno de los dos mayores bancos del país, Banamex.
Sirva lo anterior para poner en contexto no sólo la solidez de nuestros funcionarios, sino el más reciente brete en el que la banca extranjera, que ya domina 90 por ciento del sistema financiero que opera en el país, ha metido al gobierno (siempre afanoso en la defensa de los intereses del capital trasnacional, y para violar la ley en pos de ese objetivo). Sirva, pues, para contextualizar el caso Banamex (ahora conocido como Obamamex), cuyo dueño mayoritario, a estas alturas, no es otro que el gobierno de Estados Unidos, o lo que es lo mismo una acción que viola la ley mexicana.
Ahora salen con que no hay tal violación, porque el Tratado de Libre Comercio del América del Norte permite lo que la ley prohíbe. Esa es la salida que quieren encontrarle, pero hay que recordar que el TLCAN estipulaba que ningún banco extranjero podría tener una posición mayoritaria en ningún banco mexicano, ni una participación en el mercado superior al 1.5 por ciento. Violaron su propia norma.
El problema se agudiza cuando se sabe que aparte de un banco, Banamex, Citigroup también es propietario de cuando menos una Afore, una arrendadora, una casa de bolsa y un fondo de inversión. Y tuvo la telefónica Avantel, de la que obtuvo su buena rebanada de ganancias, hasta que en 2006 Citigroup vendió su participación a Axtel por la módica suma de 245 millones de dólares. Además de una sonora mentada de madre de parte de su exprimida clientela, ¿qué se ha llevado Citigroup, por medio de Banamex en los últimos ocho años?: entre otras cosas, alrededor de 90 mil millones de pesos en utilidades netas, los apoyos públicos del rescate bancario, los jugosos pagarés del Fobaproa, suculentas devoluciones de impuestos y, ahora, un gobierno entre las patas.
Sin duda, el más reciente affaire de Citigroup-Banamex puede ser una oportunidad para que este banco regrese a manos mexicanas (si el gobierno recuerda cuál es su obligación), pero si esas manos son las mismas o parecidas a las que se quedaron con esta institución a raíz de la reprivatización salinista (Roberto Hernández y pandilla), nada se habrá ganado.
Las rebanadas del pastel
Mi profundo agradecimiento a los integrantes de la Asamblea dominical de la Resistencia Creativa, no sólo por la invitación de ayer en el Hemiciclo a Juárez, sino por su generosidad y gran ambiente. Un beso a las Adelitas, tan entronas y apapachadoras.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
EDITORIAL LA JORNADA
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), Agustín Rodríguez, advirtió ayer que unos 40 mil alumnos que se encontraban matriculados en instituciones educativas privadas han buscado continuar su educación en la máxima casa de estudios, y atribuyó tal cambio a la crisis económica presente.
El dato desmiente las opiniones que el subsecretario de Educación Media Superior, Miguel Székely Pardo, formuló hace un par de semanas, pues da cuenta del efecto devastador de esa crisis en las clases medias y medias altas, lo que es indicativo del desempleo que afecta o que afectará en el futuro inmediato a docentes y administrativos de las escuelas privadas –y no sólo en los niveles medio superior y superior–, y plantea, para las universidades públicas, empezando por la UNAM, un riesgo que no debe ser soslayado: el incremento súbito y masivo de la demanda de plazas, el consiguiente aumento en el número de rechazados (pues estas instituciones no pueden extender de la noche a la mañana sus cupos) y la gestación de brotes de descontento de jóvenes y padres de familia que, sin una comprensión cabal e integral de la circunstancia por la que atraviesa el país, podrían derivar en la exigencia de una ampliación de la matrícula.
De ocurrir, esas previsibles presiones sociales sobre el sistema público de educación superior se presentarán en un entorno particularmente adverso para ellas, habida cuenta de que, ante la inflación y la devaluación, los recursos que les fueron otorgados para el presente año resultarán por demás insuficientes para cubrir sus gastos operativos en los actuales niveles de cobertura. A los obstáculos de la presente coyuntura ha de agregarse el rezago provocado en la educación superior del país por décadas de una política económica neoliberal y privatizadora aún vigente, que ha relegado a las universidades públicas y propiciado la proliferación de empresas o de organismos privados que instauran planteles carentes, en muchos casos, de calidad académica, que aportan muy poco o nada a la investigación –uno de los motores del desarrollo y, por extensión, de la recuperación económica– y que, en la presente circunstancia, ante la imposibilidad de muchas familias de pagar las cuotas correspondientes, expulsarán a una porción aún indeterminada de su población escolar hacia las instituciones del Estado.
Tales consideraciones deben llevar al gobierno federal a cobrar conciencia de la importancia de las instituciones públicas de enseñanza media superior y superior como factores irrenunciables de la economía y del desarrollo, pero también como mecanismos de amortiguamiento social. En este sentido, sería pertinente, así fuera como medida de contención de la crisis, emprender el establecimiento de nuevas universidades públicas –en la capital de la República se ha fundado sólo una en casi cuatro décadas– que amplíen la cobertura, ofrezcan alternativas a los estudiantes de familias depauperadas, contribuyan a elevar el nivel educativo general del país y absorban una demanda que, de otro modo, puede convertirse en un acoso social indeseable para las instituciones existentes.
En suma, al igual que en el conjunto del quehacer gubernamental, en materia de educación superior es también necesario un viraje de rumbo: ante las preocupantes perspectivas que enfrentarán la UNAM y el resto de las universidades públicas, los funcionarios del sector educativo tendrían que acusar recibo de las dimensiones del problema y abstenerse, en lo sucesivo, de minimizar o negar la realidad.
El dato desmiente las opiniones que el subsecretario de Educación Media Superior, Miguel Székely Pardo, formuló hace un par de semanas, pues da cuenta del efecto devastador de esa crisis en las clases medias y medias altas, lo que es indicativo del desempleo que afecta o que afectará en el futuro inmediato a docentes y administrativos de las escuelas privadas –y no sólo en los niveles medio superior y superior–, y plantea, para las universidades públicas, empezando por la UNAM, un riesgo que no debe ser soslayado: el incremento súbito y masivo de la demanda de plazas, el consiguiente aumento en el número de rechazados (pues estas instituciones no pueden extender de la noche a la mañana sus cupos) y la gestación de brotes de descontento de jóvenes y padres de familia que, sin una comprensión cabal e integral de la circunstancia por la que atraviesa el país, podrían derivar en la exigencia de una ampliación de la matrícula.
De ocurrir, esas previsibles presiones sociales sobre el sistema público de educación superior se presentarán en un entorno particularmente adverso para ellas, habida cuenta de que, ante la inflación y la devaluación, los recursos que les fueron otorgados para el presente año resultarán por demás insuficientes para cubrir sus gastos operativos en los actuales niveles de cobertura. A los obstáculos de la presente coyuntura ha de agregarse el rezago provocado en la educación superior del país por décadas de una política económica neoliberal y privatizadora aún vigente, que ha relegado a las universidades públicas y propiciado la proliferación de empresas o de organismos privados que instauran planteles carentes, en muchos casos, de calidad académica, que aportan muy poco o nada a la investigación –uno de los motores del desarrollo y, por extensión, de la recuperación económica– y que, en la presente circunstancia, ante la imposibilidad de muchas familias de pagar las cuotas correspondientes, expulsarán a una porción aún indeterminada de su población escolar hacia las instituciones del Estado.
Tales consideraciones deben llevar al gobierno federal a cobrar conciencia de la importancia de las instituciones públicas de enseñanza media superior y superior como factores irrenunciables de la economía y del desarrollo, pero también como mecanismos de amortiguamiento social. En este sentido, sería pertinente, así fuera como medida de contención de la crisis, emprender el establecimiento de nuevas universidades públicas –en la capital de la República se ha fundado sólo una en casi cuatro décadas– que amplíen la cobertura, ofrezcan alternativas a los estudiantes de familias depauperadas, contribuyan a elevar el nivel educativo general del país y absorban una demanda que, de otro modo, puede convertirse en un acoso social indeseable para las instituciones existentes.
En suma, al igual que en el conjunto del quehacer gubernamental, en materia de educación superior es también necesario un viraje de rumbo: ante las preocupantes perspectivas que enfrentarán la UNAM y el resto de las universidades públicas, los funcionarios del sector educativo tendrían que acusar recibo de las dimensiones del problema y abstenerse, en lo sucesivo, de minimizar o negar la realidad.
Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas, dos mixtecos defensores de derechos humanos, dirigentes de la Organización para el Futuro de los Pueblos Mixtecos, en el estado de Guerrero, fatalmente ya no están entre nosotros. Los dos fueron secuestrados por personas desconocidas que se identificaron como policías en un acto público que se realizó el 13 de febrero pasado en la ciudad de Ayutla de los Libres. Lucas y Ponce habían sido invitados por la esposa de Raúl, Guadalupe Castro Morales, quien se desempeña como regidora de Asuntos Indígenas en ese municipio.
Siete días después, el viernes 20 de febrero, sus cuerpos sin vida y con evidentes huellas de tortura, aparecieron en Las Cazuelas, municipio de Tecoanapa, en la Costa Chica. El cuerpo de Raúl Lucas mostraba lo que parecía un tiro de gracia y el de Manuel Ponce huellas de haber muerto a golpes.
Para ir ubicando la naturaleza del crimen es importante tener presente que fueron secuestrados en un lugar y en un acto público, donde se encontraba, junto con otros funcionarios, el director de Seguridad Pública del ayuntamiento, además de una comisión de regidores y alrededor de 35 invitados.
Importa también no olvidar que al principio del acto el lugar estuvo resguardado por cerca de 25 elementos de la policía municipal, y que a las 13:35 de la tarde el director de Seguridad Pública recibió una llamada telefónica y que en cuanto finalizó ordenó a los policías que se retiraran y él hizo lo mismo, quedando el escenario despejado para que los secuestradores entraran en acción libremente y se llevaran a sus víctimas por la fuerza. Media hora después, tiempo suficiente para alejarse, Guadalupe Castro Morales recibió la amenaza fatídica: No empieces a chingar, quédate calladita o jodemos a tu esposo, esto les pasa por defender indios.
Guadalupe no atendió la amenaza. Cualquier persona que incluya dentro de sus actividades la defensoría de los derechos humanos sabe que ante situaciones de este tipo el silencio de la víctima la coloca en estado de vulnerabilidad y aumenta la impunidad de los agresores; que la mejor defensa, tal vez la única con algún grado de efectividad, es la denuncia pública, y el cumplimiento del trámite ante las instancias de procuración de justicia, para dejar evidencia del delito que se está cometiendo. Guadalupe lo sabía por experiencia propia, porque en la organización defensora de los derechos humanos que su esposo dirigía habían sufrido amenazas y emboscadas a causa de su trabajo. Por eso, esa misma tarde denunció públicamente los hechos y acudió a la oficina del Ministerio Público de Ayutla a denunciar la desaparición forzada de su esposo, igual que la de su compañero de lucha. Es probable que ya lo esperara, sin embargo le sorprendió que el personal de la institución se negara a abrir una investigación por los actos delictivos y que sólo accediera a levantar un acta ministerial, para que quedara un antecedente legal de los hechos. También interpuso un amparo por incomunicación, con la petición de que su esposo y su compañero secuestrados fueran buscados en las instalaciones de las corporaciones policiacas y de las fuerzas armadas.
Nada de esto dio resultado. Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas pagaron con su vida su osadía de defender indios en una tierra de caciques, donde decir estado de derecho resulta una ironía porque todos saben que la única ley que rifa es la de los más fuertes, quienes no se detienen ante nada cuando ven afectados sus intereses.
Sus compañeros y muchas organizaciones solidarias no han dudado de calificar el asesinato de crimen de Estado y el gobernador de Guerrero ha salido a mostrar su cara de inexperto aprendiz de gobernante, afirmando que el Estado nada tuvo que ver en el homicidio, ignorando que las instituciones estatales están obligadas a brindar protección a sus ciudadanos y que no hacerlo contribuye a crear condiciones para el crimen, aunque en este caso parece que su responsabilidad no queda en eso: ¿por qué retiraron a la policía antes de que terminara el acto en que fueron secuestrados? ¿Quién llamó y qué le dijo al director de Seguridad Pública? ¿Guarda relación esa llamada con el retiro de la seguridad? ¿Por qué las autoridades ministeriales se negaron a levantar una averiguación previa y a iniciar una investigación seria? Son preguntas de las que muchos ciudadanos esperamos respuestas convincentes. Y para tenerlas hay que exigir que el crimen se aclare, que no se pierda en las estadísticas de los luchadores sociales asesinados por defender sus derechos. Por defender indios.
Siete días después, el viernes 20 de febrero, sus cuerpos sin vida y con evidentes huellas de tortura, aparecieron en Las Cazuelas, municipio de Tecoanapa, en la Costa Chica. El cuerpo de Raúl Lucas mostraba lo que parecía un tiro de gracia y el de Manuel Ponce huellas de haber muerto a golpes.
Para ir ubicando la naturaleza del crimen es importante tener presente que fueron secuestrados en un lugar y en un acto público, donde se encontraba, junto con otros funcionarios, el director de Seguridad Pública del ayuntamiento, además de una comisión de regidores y alrededor de 35 invitados.
Importa también no olvidar que al principio del acto el lugar estuvo resguardado por cerca de 25 elementos de la policía municipal, y que a las 13:35 de la tarde el director de Seguridad Pública recibió una llamada telefónica y que en cuanto finalizó ordenó a los policías que se retiraran y él hizo lo mismo, quedando el escenario despejado para que los secuestradores entraran en acción libremente y se llevaran a sus víctimas por la fuerza. Media hora después, tiempo suficiente para alejarse, Guadalupe Castro Morales recibió la amenaza fatídica: No empieces a chingar, quédate calladita o jodemos a tu esposo, esto les pasa por defender indios.
Guadalupe no atendió la amenaza. Cualquier persona que incluya dentro de sus actividades la defensoría de los derechos humanos sabe que ante situaciones de este tipo el silencio de la víctima la coloca en estado de vulnerabilidad y aumenta la impunidad de los agresores; que la mejor defensa, tal vez la única con algún grado de efectividad, es la denuncia pública, y el cumplimiento del trámite ante las instancias de procuración de justicia, para dejar evidencia del delito que se está cometiendo. Guadalupe lo sabía por experiencia propia, porque en la organización defensora de los derechos humanos que su esposo dirigía habían sufrido amenazas y emboscadas a causa de su trabajo. Por eso, esa misma tarde denunció públicamente los hechos y acudió a la oficina del Ministerio Público de Ayutla a denunciar la desaparición forzada de su esposo, igual que la de su compañero de lucha. Es probable que ya lo esperara, sin embargo le sorprendió que el personal de la institución se negara a abrir una investigación por los actos delictivos y que sólo accediera a levantar un acta ministerial, para que quedara un antecedente legal de los hechos. También interpuso un amparo por incomunicación, con la petición de que su esposo y su compañero secuestrados fueran buscados en las instalaciones de las corporaciones policiacas y de las fuerzas armadas.
Nada de esto dio resultado. Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas pagaron con su vida su osadía de defender indios en una tierra de caciques, donde decir estado de derecho resulta una ironía porque todos saben que la única ley que rifa es la de los más fuertes, quienes no se detienen ante nada cuando ven afectados sus intereses.
Sus compañeros y muchas organizaciones solidarias no han dudado de calificar el asesinato de crimen de Estado y el gobernador de Guerrero ha salido a mostrar su cara de inexperto aprendiz de gobernante, afirmando que el Estado nada tuvo que ver en el homicidio, ignorando que las instituciones estatales están obligadas a brindar protección a sus ciudadanos y que no hacerlo contribuye a crear condiciones para el crimen, aunque en este caso parece que su responsabilidad no queda en eso: ¿por qué retiraron a la policía antes de que terminara el acto en que fueron secuestrados? ¿Quién llamó y qué le dijo al director de Seguridad Pública? ¿Guarda relación esa llamada con el retiro de la seguridad? ¿Por qué las autoridades ministeriales se negaron a levantar una averiguación previa y a iniciar una investigación seria? Son preguntas de las que muchos ciudadanos esperamos respuestas convincentes. Y para tenerlas hay que exigir que el crimen se aclare, que no se pierda en las estadísticas de los luchadores sociales asesinados por defender sus derechos. Por defender indios.
La doctora Tania Hernández Vicencio, del seminario México Contemporáneo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, escribió un libro que publica Editorial Itaca, titulado: Tras las huellas de la derecha (El Partido Acción Nacional, 1939-2000), mediante el cual rastrea, a lo largo de 61 años de la vida política de México y desde un poco antes, los incidentes, los avances, los debates de las organizaciones políticas denominadas de derecha y su papel en la historia reciente de México, hasta la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) al poder.
El libro es sugerente por varias razones: primero, porque es una investigación objetiva que no toma partido, bien documentada, y que ciertamente sigue las huellas del PAN por medio de este largo lapso, incursiona constantemente en otras expresiones de la derecha, como el sinarquismo, los grupos empresariales y aun los grupos clandestinos que actúan encubiertos en política.
La bibliografía es amplia, aunque no excesiva, y la autora, quien viene de Baja California, había ya seguido allá las pistas de Acción Nacional en otras obras en las que exploró el arribo de ese partido al gobierno local y su experiencia de gobierno; no es, por tanto, una recién llegada al tema.
Por mi parte, cuando tuve la oportunidad de presentarlo en la Feria del Libro, en el hermoso Palacio de Minería, destaqué lo importante que es hacer historia y dejar testimonios para los investigadores que vengan después de nuestra época, aun cuando los acontecimientos estén todavía tan cerca y se refieran a personas que continuamos presentes y actuando en la vida social.
La lectura de la obra me hizo recordar otros tiempos de mi vida política y otras batallas en las que tomé parte; fui testigo y actor de muchos de los hechos que la investigación de la doctora Hernández Vicencio refiere y analiza con las herramientas que le proporcionan sus estudios históricos en su vida universitaria, enriquecidos con las experiencias directas en su natal Baja California.
Me fue muy ilustrativo leer un texto distinto a los que he conocido relacionados con el tema de la derecha y de mi antiguo partido y pude aclarar algunos de los puntos expuestos, sin la distorsión que la participación directa en los hechos pone en otros que hemos escrito sobre los mismos acontecimientos.
Reviví los recuerdos de Los bárbaros del Norte, del intento fallido de la elección de candidato a la presidencia en 1976, del año crucial de 1972, cuando arribó José Angel Conchello al partido, entre otros momentos de la política mexicana de oposición, en los que tomé parte, pero también tomé partido.
Una reflexión más para quienes se interesen en la lectura de la investigación a que me refiero. Distingue la doctora, mediante las vicisitudes por las que pasan los grupos políticos de inspiración católica durante el inquietante siglo XX, que hay dos formas de catolicismo político: una conservadora, que identifica con algunos grupos dentro y fuera del PAN, y otra de catolicismo liberal, que, en su opinión, son los que finalmente prevalecen y llegan al poder.
No dudo que exista esta dualidad de corrientes políticas: no sólo dentro de quienes profesamos el catolicismo, sino también, por supuesto, en otros ámbitos del pensamiento y de la acción social, podemos encontrar liberales y conservadores. Sin embargo, creo que podríamos identificar también un catolicismo social, que no es ni liberal ni conservador, que tiene raíces muy hondas en las encíclicas sociales de los siglos XIX y XX y en pensadores como Emmanuel Mounier, impulsor de la corriente política denominada personalismo y crítico, desde una visión católica del mundo, del sistema liberal capitalista, pero sin viso alguno de conservadurismo.
Recordé la afirmación medieval de San Buenaventura sobre el anatocismo, al que define como el robo so pretexto del contrato, y pensé en los estudios del ya olvidado Código Social de Malinas y otras manifestaciones de un catolicismo para nada conservador y mucho menos capitalista.
No podemos catalogar de católicos conservadores o liberales a personajes del alto clero mexicano, como don Sergio Méndez Arceo, o a obispos actualmente en ejercicio de su pastoral, como don Samuel Ruiz o el encargado de la diócesis de Saltillo, Fray Raúl Vera.
El interesante y provocador libro que da motivo a estas reflexiones nos pone en la oportunidad de pensar más sobre la actitud que puede tener un pueblo como el mexicano, aun mayoritariamente católico, en los censos, frente a las disyuntivas políticas entre las que tendrá que elegir muy pronto.
El texto también toca a quienes fuimos militantes del PAN y nos separamos de él porque consideramos, como dijo muy bien el periodista Álvaro Delgado en la misma presentación del libro, que había y hay en el partido una abulia por los principios.
El libro es sugerente por varias razones: primero, porque es una investigación objetiva que no toma partido, bien documentada, y que ciertamente sigue las huellas del PAN por medio de este largo lapso, incursiona constantemente en otras expresiones de la derecha, como el sinarquismo, los grupos empresariales y aun los grupos clandestinos que actúan encubiertos en política.
La bibliografía es amplia, aunque no excesiva, y la autora, quien viene de Baja California, había ya seguido allá las pistas de Acción Nacional en otras obras en las que exploró el arribo de ese partido al gobierno local y su experiencia de gobierno; no es, por tanto, una recién llegada al tema.
Por mi parte, cuando tuve la oportunidad de presentarlo en la Feria del Libro, en el hermoso Palacio de Minería, destaqué lo importante que es hacer historia y dejar testimonios para los investigadores que vengan después de nuestra época, aun cuando los acontecimientos estén todavía tan cerca y se refieran a personas que continuamos presentes y actuando en la vida social.
La lectura de la obra me hizo recordar otros tiempos de mi vida política y otras batallas en las que tomé parte; fui testigo y actor de muchos de los hechos que la investigación de la doctora Hernández Vicencio refiere y analiza con las herramientas que le proporcionan sus estudios históricos en su vida universitaria, enriquecidos con las experiencias directas en su natal Baja California.
Me fue muy ilustrativo leer un texto distinto a los que he conocido relacionados con el tema de la derecha y de mi antiguo partido y pude aclarar algunos de los puntos expuestos, sin la distorsión que la participación directa en los hechos pone en otros que hemos escrito sobre los mismos acontecimientos.
Reviví los recuerdos de Los bárbaros del Norte, del intento fallido de la elección de candidato a la presidencia en 1976, del año crucial de 1972, cuando arribó José Angel Conchello al partido, entre otros momentos de la política mexicana de oposición, en los que tomé parte, pero también tomé partido.
Una reflexión más para quienes se interesen en la lectura de la investigación a que me refiero. Distingue la doctora, mediante las vicisitudes por las que pasan los grupos políticos de inspiración católica durante el inquietante siglo XX, que hay dos formas de catolicismo político: una conservadora, que identifica con algunos grupos dentro y fuera del PAN, y otra de catolicismo liberal, que, en su opinión, son los que finalmente prevalecen y llegan al poder.
No dudo que exista esta dualidad de corrientes políticas: no sólo dentro de quienes profesamos el catolicismo, sino también, por supuesto, en otros ámbitos del pensamiento y de la acción social, podemos encontrar liberales y conservadores. Sin embargo, creo que podríamos identificar también un catolicismo social, que no es ni liberal ni conservador, que tiene raíces muy hondas en las encíclicas sociales de los siglos XIX y XX y en pensadores como Emmanuel Mounier, impulsor de la corriente política denominada personalismo y crítico, desde una visión católica del mundo, del sistema liberal capitalista, pero sin viso alguno de conservadurismo.
Recordé la afirmación medieval de San Buenaventura sobre el anatocismo, al que define como el robo so pretexto del contrato, y pensé en los estudios del ya olvidado Código Social de Malinas y otras manifestaciones de un catolicismo para nada conservador y mucho menos capitalista.
No podemos catalogar de católicos conservadores o liberales a personajes del alto clero mexicano, como don Sergio Méndez Arceo, o a obispos actualmente en ejercicio de su pastoral, como don Samuel Ruiz o el encargado de la diócesis de Saltillo, Fray Raúl Vera.
El interesante y provocador libro que da motivo a estas reflexiones nos pone en la oportunidad de pensar más sobre la actitud que puede tener un pueblo como el mexicano, aun mayoritariamente católico, en los censos, frente a las disyuntivas políticas entre las que tendrá que elegir muy pronto.
El texto también toca a quienes fuimos militantes del PAN y nos separamos de él porque consideramos, como dijo muy bien el periodista Álvaro Delgado en la misma presentación del libro, que había y hay en el partido una abulia por los principios.
Hace apenas un par de años, Alan Greenspan, el ex presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, era considerado un verdadero gurú de las finanzas internacionales. Literalmente un gurú: se le llamaba el Maestro y aparecía casi como un guía espiritual del cada vez más nutrido grupo de hombres y mujeres exitosos y confiados, una nueva aristocracia económica de los bancos y casas de inversión que se dedicaba a las transacciones con dinero, acciones, bonos, coberturas y, sobre todo, instrumentos derivados de deuda.
Se le reconocía prácticamente como un jefe espiritual en sus recurrentes comparecencias ante el Congreso en Washington o en el santuario del Foro económico de Davos. Estuvo en el cargo 18 años (de agosto de 1987 a enero de 2006) y bajo las órdenes de cuatro presidentes de aquel país.
Las declaraciones públicas de Greenspan tenían una resonancia enorme, lo mismo pasaba con las resoluciones que de modo periódico emite el Comité de Mercado Abierto de la Fed que decide sobre los niveles de referencia de las tasas de interés. Pero incluso algún mero comentario informal tenía un efecto extraordinario en los movimientos de los mercados en todo el mundo. Era el jefe de la globalización financiera.
Como responsable de la política monetaria estadunidense contribuyó a definir el carácter de los ciclos económicos mediante la determinación de los precios y las cantidades del crédito. En los años 90 forjó una era de expansión que acabó en 2001 y junto con decisiones muy controvertidas de pública del gobierno contribuyó a crear la enorme burbuja de especulación en el mercado hipotecario que empezó a reventar en 2006 y es una de las fuentes de la actual crisis.
Fue, por supuesto, un defensor a ultranza de la menor regulación de los mercados financieros, bajo la premisa de que ellos mismos tenderían a autorregularse en función de los riesgos del crédito. Hace poco tuvo que reconocer que había subestimado grandemente la capacidad de control que tienen los mercados en épocas de expansión desaforada como la que generó su política de baja tasas de interés. Demasiado tarde para un mea culpa.
Ahora, ante la profunda crisis bancaria, el mismo Greenspan ha dicho que puede ser necesario nacionalizar temporalmente algunos bancos para facilitar una rápida y ordenada restructuración. Entiendo que una vez en cien años esto es lo que se debe hacer. Cuando menos no pierde la arrogancia.
La papa caliente pasó a manos de Ben Bernanke, su sucesor, y desde entonces se ha puesto al descubierto la enorme fragilidad que puede crear una política monetaria sustentada en visiones erróneas del funcionamiento de la economía, sobre todo en dos cuestiones esenciales; primero, los procesos productivos y las corrientes de inversión asociadas y, segundo, los mercados de trabajo. Para decirlo de otra forma, si los flujos financieros se disocian de la creación de riqueza se tiende a la crisis. Ahora la política monetaria se ha hecho irrelevante y los banqueros centrales han perdido su estrella de gestores de la economía. Sólo queda la política fiscal como forma decisiva de intervención gubernamental en la economía.
Y no sólo estamos ante una crisis en curso, con caídas en picada de la producción y el empleo, con aumentos bárbaros en los niveles de endeudamiento y congelamiento de los créditos. Estamos frente a casos cada vez más sonados de ineficacia y negligencia de las agencias estatales responsables de regular y supervisar los mercados, y de enorme fraudes como los de Madoff y Stanford, y sabrá cuáles más. Ante abusos de los banqueros acostumbrados a la ausencia de límites y de responsabilidades y de rendición de cuentas.
Ahora hay puristas que siguen cuestionando si el gobierno debe intervenir en los mercados y en las instituciones financieras, si tiene que apoyar a la gente para conservar sus casas y sus empleos. Si es que Obama debe administrar un presupuesto enorme para tratar de echar a andar de nuevo la economía. Ésas son pamplinas para crear excesos, de una u otra forma, y para arreglarlos el capitalismo necesita irremediablemente del gobierno.
El departamento de Comercio señaló hace un par de días que la tasa anual de crecimiento del PIB en Estados Unidos en el cuarto trimestre de 2008 fue menos 6.2 por ciento y se estima que en el primer trimestre de este año sea menos 3.8 por ciento. Así el presupuesto de Obama para el año fiscal 2010 es del orden de 3.6 billones de dólares, con un déficit no registrado en seis décadas, lo que aumenta enormemente la deuda pública y que deberá ser compensado con menores gastos bélicos y más impuestos a los estratos de mayores ingresos. Por supuesto que el desenvolvimiento de la deuda dependerá del comportamiento de la actividad económica y sobre el cual hay una gran incertidumbre.
Ahora, el problema es de un sobrendeudamiento exagerado y una necesidad de desapalancar las posiciones de los deudores y de los bancos, lo que sigue deprimiendo los precios y aumentando los costos y las cargas fiscales de todos los gobiernos. No es posible aferrarse mediante la fe y como muchos proponen a San John Keynes y sus teorías sobre la promoción de la demanda y los efectos multiplicadores del gasto. Es cierto que es más sensato que muchos economistas que han estado de moda demasiado tiempo. En este caso la intervención pública es de distinta naturaleza y más decisiva y, además, indispensable.
Churchill dijo que los estadunidenses siempre hacen lo correcto, pero sólo después de haber agotado todas las otras alternativas. Quién sabe si seguirá siendo cierto, pero ahora se requiere una gran restructuración de la economía y la sociedad en Estados Unidos para enfrentar esta fuerte recesión que aún está a medio camino.
Antonio Minzoni
Se le reconocía prácticamente como un jefe espiritual en sus recurrentes comparecencias ante el Congreso en Washington o en el santuario del Foro económico de Davos. Estuvo en el cargo 18 años (de agosto de 1987 a enero de 2006) y bajo las órdenes de cuatro presidentes de aquel país.
Las declaraciones públicas de Greenspan tenían una resonancia enorme, lo mismo pasaba con las resoluciones que de modo periódico emite el Comité de Mercado Abierto de la Fed que decide sobre los niveles de referencia de las tasas de interés. Pero incluso algún mero comentario informal tenía un efecto extraordinario en los movimientos de los mercados en todo el mundo. Era el jefe de la globalización financiera.
Como responsable de la política monetaria estadunidense contribuyó a definir el carácter de los ciclos económicos mediante la determinación de los precios y las cantidades del crédito. En los años 90 forjó una era de expansión que acabó en 2001 y junto con decisiones muy controvertidas de pública del gobierno contribuyó a crear la enorme burbuja de especulación en el mercado hipotecario que empezó a reventar en 2006 y es una de las fuentes de la actual crisis.
Fue, por supuesto, un defensor a ultranza de la menor regulación de los mercados financieros, bajo la premisa de que ellos mismos tenderían a autorregularse en función de los riesgos del crédito. Hace poco tuvo que reconocer que había subestimado grandemente la capacidad de control que tienen los mercados en épocas de expansión desaforada como la que generó su política de baja tasas de interés. Demasiado tarde para un mea culpa.
Ahora, ante la profunda crisis bancaria, el mismo Greenspan ha dicho que puede ser necesario nacionalizar temporalmente algunos bancos para facilitar una rápida y ordenada restructuración. Entiendo que una vez en cien años esto es lo que se debe hacer. Cuando menos no pierde la arrogancia.
La papa caliente pasó a manos de Ben Bernanke, su sucesor, y desde entonces se ha puesto al descubierto la enorme fragilidad que puede crear una política monetaria sustentada en visiones erróneas del funcionamiento de la economía, sobre todo en dos cuestiones esenciales; primero, los procesos productivos y las corrientes de inversión asociadas y, segundo, los mercados de trabajo. Para decirlo de otra forma, si los flujos financieros se disocian de la creación de riqueza se tiende a la crisis. Ahora la política monetaria se ha hecho irrelevante y los banqueros centrales han perdido su estrella de gestores de la economía. Sólo queda la política fiscal como forma decisiva de intervención gubernamental en la economía.
Y no sólo estamos ante una crisis en curso, con caídas en picada de la producción y el empleo, con aumentos bárbaros en los niveles de endeudamiento y congelamiento de los créditos. Estamos frente a casos cada vez más sonados de ineficacia y negligencia de las agencias estatales responsables de regular y supervisar los mercados, y de enorme fraudes como los de Madoff y Stanford, y sabrá cuáles más. Ante abusos de los banqueros acostumbrados a la ausencia de límites y de responsabilidades y de rendición de cuentas.
Ahora hay puristas que siguen cuestionando si el gobierno debe intervenir en los mercados y en las instituciones financieras, si tiene que apoyar a la gente para conservar sus casas y sus empleos. Si es que Obama debe administrar un presupuesto enorme para tratar de echar a andar de nuevo la economía. Ésas son pamplinas para crear excesos, de una u otra forma, y para arreglarlos el capitalismo necesita irremediablemente del gobierno.
El departamento de Comercio señaló hace un par de días que la tasa anual de crecimiento del PIB en Estados Unidos en el cuarto trimestre de 2008 fue menos 6.2 por ciento y se estima que en el primer trimestre de este año sea menos 3.8 por ciento. Así el presupuesto de Obama para el año fiscal 2010 es del orden de 3.6 billones de dólares, con un déficit no registrado en seis décadas, lo que aumenta enormemente la deuda pública y que deberá ser compensado con menores gastos bélicos y más impuestos a los estratos de mayores ingresos. Por supuesto que el desenvolvimiento de la deuda dependerá del comportamiento de la actividad económica y sobre el cual hay una gran incertidumbre.
Ahora, el problema es de un sobrendeudamiento exagerado y una necesidad de desapalancar las posiciones de los deudores y de los bancos, lo que sigue deprimiendo los precios y aumentando los costos y las cargas fiscales de todos los gobiernos. No es posible aferrarse mediante la fe y como muchos proponen a San John Keynes y sus teorías sobre la promoción de la demanda y los efectos multiplicadores del gasto. Es cierto que es más sensato que muchos economistas que han estado de moda demasiado tiempo. En este caso la intervención pública es de distinta naturaleza y más decisiva y, además, indispensable.
Churchill dijo que los estadunidenses siempre hacen lo correcto, pero sólo después de haber agotado todas las otras alternativas. Quién sabe si seguirá siendo cierto, pero ahora se requiere una gran restructuración de la economía y la sociedad en Estados Unidos para enfrentar esta fuerte recesión que aún está a medio camino.
Antonio Minzoni
Cooperación y desarrollo económico
Mencionaré el World Economic Forum que, —cada año, se celebra en Davos-Suiza la Conferencia Económica Asia-Pacífico, también anual— que engloba a 21 países de la Cuenca del Pacífico —la APEC— y que este año cumplirá sus primeras cuatro décadas; alguna otra de menor importancia.
En esta ocasión quisiera referirme a otra gran organización y que abarca los dos aspectos económicos antes mencionados, que ya pasó a la categoría de los adultos mayores desde el año pasado: la “Organización for Economic Cooperation ad Development” —la OECD por su sigla en inglés— organización que ha demostrado una gran vitalidad en el último año a hoy en cuanto a información y previsiones de carácter económico con relación a los países que la integran en calidad de miembros. Por lo que vamos a comentar con usted algunas situaciones en que se están encontrando esos países miembros en virtud de que la actual crisis, la actual crisis los está afectando de una manera u otra.
LA ORGANIZACIÓN
Es una de las establecidas en Europa, el 17 de abril de 1948, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, que la destruyó en gran parte, inicialmente la integraron 17 países europeos incluyendo a la República Alemana del Oeste, pero empezó a operar hasta el año de 1960.
Finalidad de la Organización: “creación de un plan estratégico para la recuperación y desarrollo económico europeo en forma de cooperativa”,
La Organización se amplió a países extracontinentales como Canadá, Estados Unidos de N.A. Japón llegando a integrarse un grupo de 21 miembros —México entró como miembro en el año de 1994— y, en lo que va del milenio se integraron la República Checa y Eslovaquia en total 30 países hoy denominados el “Club de los Ricos”.
Se trata de un poderoso bloque en cuanto a recursos económicos pero no en población que frisa los mil millones de personas considerando que también la población —quiéranlo o no— tiene un peso específico en la vida de los países.
Menciono los países: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Eslovaquia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Korea del Sur, Luxemburgo, México; Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suecia, Turquía, Estados Unidos de N.A y República Checa.
La sede de la Organización se encuentra ubicada en París, Francia, que ha visitado varias veces por razones profesionales; en la ciudad de México se encuentra un Centro para México y América Latina; el actual secretario general es el mexicano Dr. José Angel Gurría.
ECONOMÍA QUE REPRESENTA
Estimado entre 48-50 mil billones de dólares el PIB de los 187 países que integran al planeta tierra, la Organización representa entre 85-87% de ese total, con una población de 935 millones de personas apenas un 15% del total y mismo porcentaje entre países miembros y total.
Estos porcentajes enseñan, una vez más, una exagerada concentración de la riqueza mundial en muy pocas manos pero observando los nombres de los países miembros y estudiando sus economías, el nombre “Club de los Ricos” es un tanto ampuloso; lo dejo a la consideración de usted.
Es cierto que en la Organización hay proyectos para ampliar su membresía y, y mientras esto se concluye, países de Asia Oriental, de América Latina, y de Europa Oriental (como Rusia), no pueden estar presentes en esa forma de “cooperación” pregonada por los principios de la OECD y piensan a actuar “motu propio”.
Un claro ejemplo lo ha dado China, actualmente la tercera potencia económica mundial después de USA y Japón (se estima que en un par de años será la segunda) y “algo” podría aportar; América Latina con la integración de las naciones Sudamericanas es otro ejemplo y el Mercosur otro más.
Concluyendo, diré lo que se observa todos los días: el mundo, hoy, corre a la velocidad de la luz y cualquier tipo de organización que no logre adaptarse a los tiempos, está expuesta a correr el riesgo de no ser ya significativa —su actuación— en un futuro.
Catedrático de la UNAM
Ricardo Raphael
Sirvienta
A Marcelina Bautista
…mucama, chacha, gata y otros nombres tanto o más denigrantes reciben en México las empleadas del hogar. Son alrededor de 2 millones de personas y, sin embargo, sobreviven en la casi total invisibilidad.
Narra Octavio Paz, en Máscaras mexicanas, un episodio personal a propósito de la relación que en nuestro país sostenemos con este sector de la población. Trabajando solo en casa, el poeta escuchó ruido fuera de su despacho. Inquieto preguntó quién andaba por ahí. La respuesta fue aún menos tranquilizadora: “Nadie, señor”.
Y en efecto, el empleo doméstico lo realiza en nuestro país una persona que es asumida, y se asume a sí misma, como nadie. No merece respeto. No es valorada en forma alguna. En la empleada doméstica recaen casi todos los modos discriminatorios de que los mexicanos somos capaces:
Nueve de cada 10 personas que desempeñan esta actividad son mujeres. Nueve de cada 10 son indígenas. Igual número no cuenta con protección en materia de salud. Ocho de cada 10 no tienen aguinaldo ni vacaciones pagadas, y tampoco cuentan con una pensión para cuando se jubilen. Ocho de cada 10 son emigrantes a las grandes urbes procedentes de los estados de Guerrero, Veracruz, Hidalgo, Puebla o Oaxaca.
Aunque sus edades varían entre los ocho y los 70 años, la gran mayoría oscilan entre los 12 y los 17 de edad. Su ingreso difícilmente alcanza, en promedio, una cifra superior a los ocho pesos por hora. Una de cada cuatro son madres de familia y los hijos de casi ninguna tienen acceso a guarderías. Con suerte obtienen un día a la semana de descanso y lo más común es que ese día —generalmente el domingo— deban regresar para darle de cenar al patrón.
Su reposo y tiempos de descanso suelen depender de las necesidades personales de todos sus patrones —niños, adultos, parientes y amigos de la casa para la cual trabajan—. El desayuno lo sirven al alba y el último bocadillo suele ser exigido casi antes de la media noche. Aunque las cifras al respecto sean oscuras, se reporta que alrededor de seis de cada 10 sufren violencia física, verbal, sicológica o sexual.
¿Cómo ocurre que alguien tan indispensable para la familia sea, al mismo tiempo, colocada en ese escalón tan de sótano de la sociedad mexicana?
Cuando, jovencísimas, llegan a trabajar, se les ofrece un conmovedor discurso: “Serás parte de la familia, como una hija más”. Con el paso de los días la empleada del hogar descubre que la bodega acondicionada como dormitorio para ella dista mucho de parecerse al resto de las habitaciones. Lo mismo que los alimentos que se le ofrecen y que el lugar donde se le permite ingerirlos.
Más tarde, ella toma conciencia de que es objeto de bromas y comentarios denigrantes. Gracias a ella, la familia que la emplea despliega todo un repertorio pedagógico que, por una parte, justifica los modos más lacerantes de la discriminación y, por el otro, confirma la supuesta superioridad “moral” de ciertas clases económicamente pudientes. Debido a esta pedagogía, son muchos los niños mexicanos que, desde temprana edad, normalizan, reproducen y perpetúan actitudes vejatorias.
El empleo doméstico de hoy tiene su cercano origen en la esclavitud. Por momentos no es siquiera posible distinguir entre uno y otro fenómeno. Trátese de empleadas de planta o de quienes realizan este oficio de entrada por salida, la denigración padecida por ellas habría de ser calificada como insostenible en pleno siglo XXI.
Ocurre porque sus patrones las consideran como mal agradecidas si no saben apreciar las grandes bondades que, en su religiosa buena conciencia, les ofrecen. Y también porque ellas, las empleadas del hogar, no tienen ni la más pálida idea de lo que por derecho y ciudadanía debería corresponderles.
Analista político
…mucama, chacha, gata y otros nombres tanto o más denigrantes reciben en México las empleadas del hogar. Son alrededor de 2 millones de personas y, sin embargo, sobreviven en la casi total invisibilidad.
Narra Octavio Paz, en Máscaras mexicanas, un episodio personal a propósito de la relación que en nuestro país sostenemos con este sector de la población. Trabajando solo en casa, el poeta escuchó ruido fuera de su despacho. Inquieto preguntó quién andaba por ahí. La respuesta fue aún menos tranquilizadora: “Nadie, señor”.
Y en efecto, el empleo doméstico lo realiza en nuestro país una persona que es asumida, y se asume a sí misma, como nadie. No merece respeto. No es valorada en forma alguna. En la empleada doméstica recaen casi todos los modos discriminatorios de que los mexicanos somos capaces:
Nueve de cada 10 personas que desempeñan esta actividad son mujeres. Nueve de cada 10 son indígenas. Igual número no cuenta con protección en materia de salud. Ocho de cada 10 no tienen aguinaldo ni vacaciones pagadas, y tampoco cuentan con una pensión para cuando se jubilen. Ocho de cada 10 son emigrantes a las grandes urbes procedentes de los estados de Guerrero, Veracruz, Hidalgo, Puebla o Oaxaca.
Aunque sus edades varían entre los ocho y los 70 años, la gran mayoría oscilan entre los 12 y los 17 de edad. Su ingreso difícilmente alcanza, en promedio, una cifra superior a los ocho pesos por hora. Una de cada cuatro son madres de familia y los hijos de casi ninguna tienen acceso a guarderías. Con suerte obtienen un día a la semana de descanso y lo más común es que ese día —generalmente el domingo— deban regresar para darle de cenar al patrón.
Su reposo y tiempos de descanso suelen depender de las necesidades personales de todos sus patrones —niños, adultos, parientes y amigos de la casa para la cual trabajan—. El desayuno lo sirven al alba y el último bocadillo suele ser exigido casi antes de la media noche. Aunque las cifras al respecto sean oscuras, se reporta que alrededor de seis de cada 10 sufren violencia física, verbal, sicológica o sexual.
¿Cómo ocurre que alguien tan indispensable para la familia sea, al mismo tiempo, colocada en ese escalón tan de sótano de la sociedad mexicana?
Cuando, jovencísimas, llegan a trabajar, se les ofrece un conmovedor discurso: “Serás parte de la familia, como una hija más”. Con el paso de los días la empleada del hogar descubre que la bodega acondicionada como dormitorio para ella dista mucho de parecerse al resto de las habitaciones. Lo mismo que los alimentos que se le ofrecen y que el lugar donde se le permite ingerirlos.
Más tarde, ella toma conciencia de que es objeto de bromas y comentarios denigrantes. Gracias a ella, la familia que la emplea despliega todo un repertorio pedagógico que, por una parte, justifica los modos más lacerantes de la discriminación y, por el otro, confirma la supuesta superioridad “moral” de ciertas clases económicamente pudientes. Debido a esta pedagogía, son muchos los niños mexicanos que, desde temprana edad, normalizan, reproducen y perpetúan actitudes vejatorias.
El empleo doméstico de hoy tiene su cercano origen en la esclavitud. Por momentos no es siquiera posible distinguir entre uno y otro fenómeno. Trátese de empleadas de planta o de quienes realizan este oficio de entrada por salida, la denigración padecida por ellas habría de ser calificada como insostenible en pleno siglo XXI.
Ocurre porque sus patrones las consideran como mal agradecidas si no saben apreciar las grandes bondades que, en su religiosa buena conciencia, les ofrecen. Y también porque ellas, las empleadas del hogar, no tienen ni la más pálida idea de lo que por derecho y ciudadanía debería corresponderles.
Analista político
Roberto Rock
¿Dónde está la salida?
Estados Unidos exhibe a un México doblegado por el narco y la corrupción. Aquí fracasan los órganos de inteligencia y se deteriora el papel del Ejército. El tiempo para una reacción se agota.
Durante meses, la administración Calderón ha sopesado la decisión de presentar la guerra contra el narcotráfico como una batalla que libran los mexicanos en beneficio de Estados Unidos, pues es allá donde está el imán de los estupefacientes, de ahí vienen el dinero y las armas de los que dependen las mafias. La mayor parte del lavado ocurre en la Unión Americana. Lo que nuestro país aporta —en número creciente—, son los muertos y un Estado cada vez más vulnerable ante el poder de los cárteles.
Más de un funcionario en el gobierno debe haber reflexionado sobre esto cuando la semana pasada el Departamento de Estado difundió su reporte anual sobre la estrategia internacional de control de narcóticos, en el que figuran duros juicios contra el país.
De manera simultánea, otras agencias norteamericanas, como la DEA y la CIA, han filtrado documentos alarmantes sobre lo que ocurre aquí con el crimen organizado. El diario Los Ángeles Times informó a sus lectores que la CIA ha advertido al Consejo Nacional de Seguridad que México se acerca a ser un “Estado fallido”. El informe lo ilustraría de esta manera: “Es como tener en nuestra frontera sur al Congo o a Uganda”, naciones en virtual guerra civil por pugnas tribales.
Pueden mover a risa los documentos de los órganos de inteligencia estadounidense, pero eso no resuelve nuestra tragedia en materia de seguridad. Y aun más, habría que decir que la crisis de nuestras propias oficinas de inteligencia es tan aguda que los altos mandos del gobierno dieron por muerto desde hace mucho al Cisen, y se apoyan cada vez más en las investigaciones provenientes del ámbito militar.
Ya desde la gestión de Vicente Fox hubo voces preocupadas sobre el riesgo de que el Ejército fuera ojos y oídos del gobierno. En aquella época había testimonios de cómo Vicente Fox y su equipo desdeñaban los informes del Cisen, entonces al mando de Eduardo Medina Mora —actual titular de la PGR—, a quien identificaban con los intereses políticos del otrora secretario de Gobernación, Santiago Creel, hoy senador.
En las semanas siguientes veremos nuevos episodios de este drama, incluido el reclamo abierto en estados como Chihuahua, a favor de un cambio de estrategia, que quite al Ejército el papel central que tiene hoy.
Lo que cada vez se percibe más estrecho es el margen de maniobra del gobierno. Nadie parece saber dónde está la salida.
APUNTES
II UNA SACUDIDA en el gabinete parece inminente. Y ya no se trata de la voluntad de una sola persona. El delicado papel del secretario de Comunicaciones y Transportes, interlocutor obligado de los intereses más poderosos del país, ya no cabe en las manos del secretario Luis Téllez, quien ofreció renunciar pero recibió instrucciones de esperar. La secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota, tendrá la salida de una diputación plurinominal, pero se halla en una tormenta, lo que incluye acusaciones de aliarse con Manuel Espino, cabeza visible del movimiento de resistencia contra el presidente Calderón dentro del PAN. Los titulares de otra media docena de posiciones claves son ya un fardo para la administración. La pregunta ya no es si habrá salidas, sino cuántas y cuándo. II ANTONIO SOLÁ, el consultor español sobre temas de campaña electoral, autor de la estrategia contra Andrés Manuel López Obrador —“Un peligro para México”—, retoma tareas en Acción Nacional para las elecciones de julio. Estuvo en El Salvador ayudando al FMLN y también operará Campeche, como lo ofreció a Juan Camilo Mouriño, de quien se hizo amigo cercano luego de que fueron presentados por Felipe Calderón. II EL CONGRESO presencia un jaloneo por el control de la Comisión Bicamaral sobre Seguridad Nacional, que ya debía haber cedido el perredista Javier González Garza, líder de su fracción en la Cámara de Diputados, para que la ocupara el senador priísta Jorge Mendoza, lo que no ha ocurrido.
Macario Schettino
Puestos inútiles
De acuerdo con la prensa, miles de militares se moverán a Ciudad Juárez para enfrentar al crimen organizado. Algo similar se viene haciendo desde hace dos años. No quedaba ya más que hacer que encargar al Ejército la solución de una crisis de seguridad producto del deterioro de la sociedad y el gobierno que, por décadas, dejaron crecer a ese crimen organizado que hoy se los está comiendo.
No acostumbramos a hablar de ello, pero los criminales vivieron por décadas al interior de una sociedad que no sólo no los rechazó, sino que incluso buscó su cercanía. Ellos pagaban en efectivo las mansiones que compraban, los coches, la ropa, las joyas. Fueron bien recibidos en muchas ciudades de este país por todo el mundo, desde los más ricos hasta los que apenas libran el día, porque para todo nivel los criminales eran atractivos. Pero ahora están extorsionando, matando, amenazando, y es ahora cuando esa sociedad que los dejó entrar no puede deshacerse de ellos.
No puede, entre otras razones, porque el gobierno con que cuenta esa sociedad no sirve para ello. Los gobiernos locales en México no sirven de mucho, porque nunca se esperó que sirvieran, no se hicieron para eso. Aunque no queramos reconocerlo, este país casi nunca ha sido una República federal, como lo proclama. No lo fue en la República Restaurada o el porfiriato, no lo fue durante el régimen de la Revolución. Los gobiernos estatales y municipales en México no tienen capacidad de proveer bienes públicos, como es claro en el caso de la seguridad, lo mismo que en muchos otros casos. Tampoco pueden recaudar impuestos, por cierto. Si no pueden hacer estas acciones elementales de un gobierno, ¿para qué existen?
En este momento, sólo sirven para que los fondos del gobierno se pierdan. Si bien podemos saber cuánto gasta el gobierno federal, en qué, cómo y cuándo, no podemos saberlo para los gobiernos estatales. Mientras que al Presidente el Congreso lo tiene permanentemente en jaque, en los estados los congresos están subordinados al gobernador. Y algo parecido ocurre con los medios de comunicación locales, y en menor medida con los órganos autónomos. Replicamos la antigua impunidad del Presidente en 32 pequeños virreyes, con recursos suficientes para poder ganar elecciones, por ejemplo, no sólo en su estado sino en otros, pero no tienen capacidad para enfrentar al crimen organizado. No sólo son inútiles, sino cínicos.
Me imagino que nadie quiere discutir esto. Prefieren seguir viendo cómo se acaba todo. Yo no.
www.macario.com.mx
Profesor de Humanidades del ITESM-CCM
Manuel Camacho Solís
Entrevista Calderón-Zepeda
La entrevista de Jorge Zepeda Patterson a Felipe Calderón revela que, para él, la violencia del narcotráfico es el problema más grave del país, al punto de empezar a rebasar el umbral de seguridad del régimen.
Calderón empieza a cobrar conciencia de que su fórmula para los dos primeros años tendrá que ser modificada. Argumenta por qué no serviría regresar a los enfoques de las últimas décadas, pero no esclarece cuáles son los ajustes necesarios a su política ni parece haber terminado de decidir con quiénes los realizaría.
La falta de contundencia en su propuesta, más allá de su voluntad de enfrentar el problema, proviene de las contradicciones conceptuales que la entrevista revela.
La primera contradicción está entre sus conceptos de seguridad y derechos humanos. El crimen puede ser una amenaza a la vida, la tranquilidad, la libertad, la propiedad y en general a la ley, pero no es “la mayor amenaza a los derechos humanos”. Éstos existen, o no, en relación a la autoridad.
Una confusión al respecto es la que dio lugar a graves violaciones de derechos en América Latina. Es la que llevó a graves errores del gobierno de Bush para enfrentar el terrorismo (que ahora el gobierno de Obama corrige). Se puede ser firme y eficaz en el combate al crimen y a la vez respetuoso de los derechos humanos. En eso radica la fortaleza de la democracia constitucional.
La segunda contradicción está entre eficacia estatal y conveniencia electoral. Ahora que la inseguridad le ha empezado a costar electoralmente al gobierno, ha buscado desviar el golpe hacia los gobernadores, el antiguo régimen y la oposición. Le han respondido en los mismos términos. Es tan costosa la utilización política del tema que incluso empezó a hacer estragos dentro de las propias filas del PAN.
Después de estos jaloneos, se habrá aprendido que este tema no se puede manejar con oportunismo político, porque regresa como un bumerán. Sin una efectiva coordinación y el respaldo de todas las fuerzas políticas, es imposible reequilibrar el poder a favor del Estado.
La tercera contradicción está entre complicidad y autoridad moral. A la pregunta de “Entre la necesidad de gobernabilidad y atacar la corrupción, y que lo primero se comió a lo segundo”, Felipe Calderón prácticamente no responde; cuando que la corrupción y la impunidad están arruinando la gobernabilidad.
Cada acto de impunidad que se registra, cada hachazo al tronco de la legitimidad que se da desde el propio terreno de las instituciones, no hace sino debilitar al gobierno y dar argumentos a quienes actúan fuera de la ley.
En la coyuntura, la entrevista explica, pero no posiciona ni convoca. Al futuro, será una referencia importante: si el gobierno resuelve sus contradicciones conceptuales y políticas, la entrevista será el anticipo de un golpe de timón que mejorará los resultados; si no lo hace, los ajustes en la política de seguridad que prefigura, en vez de resolver, podrían agravar la crisis.
Miembro de la Dirección Política del Frente Amplio Progresista
Lydia Cacho
Plan B
Juguemos a odiar II
Estoy en Tokio. En el barrio Ginza compré un par de revistas de manga hentai. Hen significa extraño y tai se refiere a actitud o apariencia. Una de las acepciones es “degeneración”. Manga se traduciría como animé, dibujos animados, y está considerado una forma de arte. Existe toda una cultura animé de extraordinaria hechura, de la que han surgido subculturas de pornografía, la pedofilia y otras formas de caricaturas que enaltecen la violencia sexual. Cuando es sólo video se le llama eroge pero las ilustraciones de este tipo son hentai y les hacen videojuego.
Los académicos Aminat Chokomaeva y Keiko Katsukata aseguran que el hentai se ha convertido en pornografía caricaturizada. Hentai Seiyoku significa en slang “degenerado o pervertido sexual”. Según Machiko Kaida, coordinadora de C-Rights (organización de prevención de abuso infantil en Tokio), muchos intelectuales han defendido estos trabajos como arte. En 1914 un siquiatra austriaco analizó la obra de Yoshitoshi para definir las sicopatologías sexuales, porque mostraba violaciones tumultuarias y abortos sangrientos. De ello han abrevado los dibujantes de la pornografía y diseñadores de videojuegos en que se viola a las niñas, asegura Kaida. La carga cultural de estos dibujos animados en juegos de computadora logra normalizar la pornografía y el abuso infantil, así como la violencia sexual contra mujeres, niñas y niños. Expertos admiten que se utiliza la terminología Hentai Seiyoku Shinri para referirse al manga pornográfico con altas cargas de violencia.
Las contradicciones entre la ley japonesa y la realidad son tan grandes como las de México cuando de la industria del sexo se trata, particularmente la pornografía. Según algunos defensores del hentai, en occidente se han interpretado a estos personajes como niñas y niños, cuando son dibujos animados sin edad. Usted puede entrar a internet y escribir hentai, y páginas de sexo explícito se despliegan sin restricciones. Ciertamente, la industria del sexo ha aprovechado para producir videos pornográficos de este género gracias al vacío legal sobre caricaturas pornográficas. Son idénticas a las caricaturas infantiles, compruébelo usted.
Los defensores del hentai aseguran que es material para adultos. Justo el tema a debatir es cómo cada vez más niñ@s y adolescentes en formación juegan a violar. Y cómo se vinculan los grupos de pedófilos con estas corrientes culturales. Investigadores de la Universidad de Tokio estudian vínculos entre el hentai y los pedófilos que utilizan esta cultura para atraer menores a esa corriente.
Contrario a lo que algunos lectores me escriben, la mayoría de historias sí son sexuales, van desde lo erótico hasta lo más violento. Como las violaciones tumultuarias. Los videojuegos eroge, en sus formatos más sofisticados, permiten interactuar, y según el vendedor, “vivirlo como en la vida real” por cinco dólares.
Camino por la zona roja de los barrios Shinyuko, Shibuya y Uguisudani. Encuentro adolescentes que parecen salidas de las ilustraciones. Tienen 13 y 14 años. Los videojuegos que algunos lectores dicen que no son para niños, en manos de prepúberes. Les pregunto si juegan, se ríen, por supuesto que les encanta. Esa es la historia. El juego se hace realidad. Primero es el look, después el lenguaje, por último la violencia. Las fronteras desaparecen entre realidad y ficción. No es que la pornografía caiga en manos adolescentes, es que está fabricada para cooptarles. Ese es el tema.
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