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Personal de salud conoce a sus familias; no hay confidencialidad
Por: Aída Suárez Chávez e Itzel Fernández García, corresponsales
Cimacnoticias | Pachuca.- Por pena o por temor, las jóvenes de las zonas indígenas del estado de Hidalgo siguen sin acudir a los Centros de Salud. Adquieren anticonceptivos en las farmacias, acompañadas por su pareja. Saben que un embarazo es lo mínimo que les puede pasar.
Así lo comentó Liliana Hernández Paulino, originaria de Ixmiquilpan y quien a sus 22 años terminó la preparatoria. Hasta ahora no ha continuado con su educación universitaria, pero colabora con Griselda Arroyo como promotora de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddeser), en el Valle del Mezquital.
Liliana expuso que durante los talleres que ofrecen en las escuelas de educación secundaria se han percatado de que no sólo es educar a las y los jóvenes, sino también a madres, padres y docentes para detener los embarazos a temprana edad, ya que es un problema de salud que pone en riesgo la vida de las jóvenes y al producto.
Comentó que cerca de 30 por ciento de las adolescentes de 14 a 17 años presentan embarazos; la mayoría vive en unión libre o cada quien en su casa; no terminan sus estudios y muy pocas llegan a la preparatoria, aunque no logran acceder a la universidad.
Cuando la maternidad llega a temprana edad, dijo Hernández Paulino, las jóvenes no tienen ni idea a qué se enfrentan debido a que desde un principio no recibieron educación sexual.
En las escuelas el personal docente sólo informa en términos biológicos y no en materia de derechos. Es ahí donde entra Ddeser, con talleres para intentar disminuir el porcentaje de embarazos prematuros.
La activista destacó que escuelas y estudiantes aceptan la información, y que algunas instituciones han solicitado que se den más talleres sobre derechos sexuales y reproductivos.
Liliana detalló que cuando las jóvenes acuden a los Centros de Salud temen pedir anticonceptivos, ya que –puso como ejemplo– la enfermera “conoce a la mamá o a la tía”. Incluso –advirtió– hay adolescentes que desconocen que ahí les pueden dar de manera gratuita los métodos de control natal.
Igualmente prevalecen creencias “machistas” en las zonas rurales del estado, donde los varones se rehúsan a usar condón con el argumento de que reduce la sensibilidad en las relaciones sexuales.
La activista de Ddeser en el Valle del Mezquital comentó que en las comunidades se ve a la maternidad como algo “natural”, y que no importa si las mujeres tienen hijas o hijos a temprana edad.
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