1/19/2017

Gasolinazo: síntomas mórbidos



John Saxe-Fernández/ II
La Jornada 
¿Aqué ominosos designios obedece que, en medio de la protesta e indignación popular que se observa en todo México por el gasolinazo, los encargados de la seguridad interna del país politicen y criminalicen a una oposición que, caso de AMLO y Morena, se guía por la resistencia civil pacífica? ¿Por qué cerrar salidas no-violentas al desastre humanitario y antinacional en curso? ¿Provocación vía gasolinazo para reprimir y frenar el colapso político-electoral de la cúpula prianista y chucha del pacto que nos recetó el gasolinazo vía la reforma energética parte de las metas atadas a los créditos del programa de ajuste estructural (PAE) impuesto por el Banco Mundial (BM) y el BID, con aval del FMI y del Tesoro de Estados Unidos, acentuando más desarticulación, al lucrar con activos, fuerza de trabajo y recursos naturales de México?
¿Por qué activar ahora la explosividad social que trajo consigo el neoliberalismo, principal problema de seguridad del país, que en realidad es una brutal ofensiva de clase del alto capital ante una crisis estructural que se intensifica? Con una campaña difamatoria los aprendices de brujo tratan de mantener vivo o incrementar el incendio como el medio ambiente para gestar consenso en torno a una inconstitucional Ley de Seguridad Interior, tan impresentable como la Homeland Security Act de Estados Unidos, de la que es calca. Pero lejos de detener, se acentuaría todavía más el abismal desplome político electoral del PRIAN, reflejado ya en 9 por ciento de aprobación que registra la gestión de EPN. Tal parece que los country managers del FMI-BM-BID, que actúan desde los altos cargos se someten gustosos al PAE, cuya intención real fue develada en toda su colonialidad por Joseph Stiglitz, ex economista en jefe del Banco Mundial.
Stiglitz, reveló, en valiosa entrevista con Greg Palast, premiado periodista de The Observer y la BBC, que los PAE son empréstitos de sobornización de la cúpula local e inicio de cuatro pasos al infierno en el que el economista ironiza sobre la narrativa usada por líderes ¿nacionales? para “en lugar de oponerse a la venta de industrias estatales… liquidar alegremente sus empresas”. En nuestro caso un proceso de décadas para llevar al sector energético a un punto de venta. Ese es el botín mayor, con gran proyección territorial, valorado en billones de dólares. Sobre la codicia en estos manejos Stiglitz dijo a Palast: podías ver cómo se les abrían los ojos ante la posibilidad de una comisión de 10 por ciento, pagada en cuentas suizas, por rebajar unos cuantos miles de millones del precio de venta de los bienes nacionales (Ibid), ferrocarriles, petróleo, gas, agua.
En La compraventa de México (disponible en jsaxef.blogspot.com y en ceiich.unam.mx/) reseñé la venta de Ferrocarriles Nacionales y la privatización en curso desde 1982 de Pemex y CFE en medio de miles de bienes y funciones públicas privatizadas. ¿Resultado?, además del desastre fiscal por la entrega de la renta petrolera a monopolios privados y el golpe a la seguridad nacional por la vulnerabilidad reflejada en actos tipo gasolinazo, un escándalo mundial: el 10 por ciento más rico del país concentra 64.4 por ciento del total de la riqueza nacional. Ver Gerardo Esquivel (oxfam.org) Desigualdad extrema en México.
El segundo paso es la liberalización del mercado de capitales cuyos impactos están a vista en la prensa actual. Ya sufrimos los capitales golondrinos. Nos quedamos sin banca nacional. Las cosas pueden llegar a saqueos buitre y corralitos. Los sacadólares no cesan. Recuerda Stiglitz: “en Indonesia y Brasil, el dinero salió y salió. Es el ciclo del dinero caliente, dinero en efectivo entra especulando con bienes raíces y moneda local y se escapa ante los primeros problemas… Las reservas de una nación pueden ser vaciadas en cuestión de días u horas. Y cuando esto pasa el FMI insiste que estas naciones suban sus tasas de interés… para seducir a especuladores”. Sobre Asia y América Latina: el resultado era predecible. Las altas tasas de interés destruyeron el valor de la propiedad, despedazaron la producción industrial y vaciaron las arcas del tesoro nacional (Ibid).
Esto importa: un magnate inmobiliario asumirá mañana la presidencia de Estados Unidos. Hasta ahora Donald Trump rechaza prácticas de sus antecesores para deslindar de manera efectiva su rol como presidente de sus negocios desparramados por el orbe. Es pública su saña con México. Por un mal negocio en Baja California tuiteó: no hagan negocios con México” (Forbes-México 24/2/). En relación con México se comporta como matón de barrio y no como vecino.
Presidirá una nación, recuerdo con Carlos Fuentes, de hondo nacionalismo y proteccionismo que condena en otros países. Parte de este imperialismo es la expansión territorial y la especulación con tierras ajenas que en nuestro caso se consumó y formalizó en 1848 bajo el lema de a los mexicanos como a los apaches. (Continuará)
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