De
acuerdo con las garantías que como mexicano me otorga la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo sexto –libertad
de expresión– me permito hacer del conocimiento público algunas
impresiones que me surgieron al enterarme del alto y lamentable
incremento en el precio de las gasolinas, el “megagasolinazo”, con el
que México inició 2017.
Tristeza
La noticia
me causó tristeza, porque durante los 49 años que estuve en activo en
el Ejército mexicano recorrí varias veces nuestro país –debido a razones
de estudio o trabajo– por vía terrestre, aérea y marítima. Así, tuve la
oportunidad de conocer los grandes recursos naturales que existen en
nuestro territorio nacional. Pero debido a la mala administración, la
corrupción, ineptitud e irresponsabilidad en las que han incurrido
muchos de los funcionarios federales, estatales y municipales, nuestro
petróleo, gas, recursos forestales, minerales y marítimos no han sido
debidamente aprovechados en beneficio de la sociedad mexicana, sino que
gran parte de éstos han servido para que algunos políticos y empresarios
nacionales y extranjeros se enriquezcan mediante fraudes, robos,
engaños y sobornos.
Siento tristeza porque los beneficios que se
obtienen del petróleo –en varias ocasiones– han sido desaprovechados o
derrochados por funcionarios irresponsables, corruptos y traidores a
México. También el petróleo ha servido como garantía para que nuestro
país se endeude. Así pasó en los años 70 y 80, cuando banqueros de
instituciones internacionales vinieron a ofrecer préstamos de largo
plazo, a pagarse en dólares y con intereses bajos, pero no fijos, lo que
dio libertad a los banqueros para subir esos intereses. Dicho fenómeno
convirtió la deuda en un grave problema para nuestro país. Así sigue
siendo en la actualidad: según los economistas, dicha deuda equivale a
51% del Producto Interno Bruto (PIB), y yo nunca me enteré dónde
quedaron esos enormes recursos.
Tristeza, porque han pasado muchos
años y la corrupción en Pemex sigue prevaleciendo a través de
concesiones y contratos indebidos e ilegales, como lo acaba de
documentar un periodista del diario Milenio. Menciono otro caso –de los
innumerables que existen– que nos ilustra la enorme corrupción que ha
existido: el de los hermanos Bribiesca, hijos de la señora Marta
Sahagún, que ya son millonarios, dueños de grandes negocios, edificios y
hasta de un avión, pero antes eran vendedores de legumbres en Irapuato y
utilizaban una camioneta de modelo no reciente para transportar sus
productos. Su entrada a los negocios con Pemex, ayudados por su madre,
los hizo millonarios.
Tristeza, por el uso de recursos financieros
para propósitos ajenos a Pemex, principalmente de tipo político.
También por los robos de combustibles que –considero– son distractores,
propiciados en muchas ocasiones por gente de alto nivel de esta empresa,
que sabe los lugares, horas y clase de combustible que va a pasar por
determinado sitio… y filtra esa información para que sea sustraído
ilegalmente por bandas de delincuentes. Paralelamente existe el
sindicato de Pemex, que ha sido nefasto por la corrupción y
enriquecimiento en el que han incurrido líderes como Joaquín Hernández
Galicia La Quina, Salvador Barragán Camacho, y, en el presente, los
actuales dirigentes, que han estado en el gremio muchos años y son
millonarios.
Tristeza, porque el gasolinazo –junto con el aumento
del gas, la luz y, en algunos estados, también del agua y el impuesto
predial– afectará el bolsillo de los mexicanos pobres, porque para los
ricos y millonarios será una distracción y no una pesadilla. El problema
se notará claramente cuando empiecen a subir los precios de los
artículos de primera necesidad, porque los dueños de los autotransportes
pagarán más por los combustibles, ese aumento se le cargará al
comerciante, y ese comerciante venderá más caro su producto al
consumidor, que es el pueblo.
El ciudadano que no es millonario, o
cuando menos rico, se resentirá cuando tenga que pagar más por un
boleto de avión o autobús, viajar en taxi, comer en un restaurante o ir
al cine. Por lo tanto, el gasolinazo sí será causa de inflación alta, al
contrario de lo que afirma el secretario de Hacienda, José Antonio
Meade, para quien el alza no dañará –o dañará poco– a las clases bajas.
En el sexenio pasado, otro secretario de Hacienda y Crédito Público,
Ernesto Cordero, declaró que una familia podía vivir bien con 6 mil
pesos al mes: tener su casa, automóvil y hasta pagar la colegiatura de
sus hijos en escuelas particulares. ¡Estos políticos viven en otro
mundo! Nada más como ejemplo: en enero del presente año la Escuela
Bancaria Comercial de Querétaro aumentó 500 pesos la colegiatura.
Malestar
El
gasolinazo me causó malestar porque fue aplicado en un momento en que
la sociedad ha sido afectada negativamente en su moral, economía y
bienestar, al estar recientes los siguientes eventos desagradables:
No
se hizo nada para llevar a prisión y expropiar los bienes de
exgobernadores corruptos que con muchos meses de anticipación fueron
denunciados. Entre éstos se encuentran Javier Duarte, de Veracruz,
acusado de uso indebido de recursos públicos por 35 mil millones de
pesos y desvío de recursos públicos por 14 mil millones de pesos.
Además, dejó una deuda pública de 182 mil 895 millones de pesos.
También
está César Duarte, de Chihuahua, acusado de desfalco público por 7 mil
207 millones de pesos, desvío de recursos públicos por 80 mil millones
de pesos, pagar una deuda con recursos públicos por 4 mil millones de
pesos y dejar una deuda pública por 55 mil millones de pesos.
Otro
es Roberto Borge, de Quintana Roo, quien está acusado de rematar 10% de
la reserva territorial del estado a familiares y personas cercanas,
además de irregularidades en la cuenta pública por 25 mil 300 millones
de pesos.
Uno más es Guillermo Padrés, de Sonora, acusado de un
desfalco público por 2 mil millones de pesos, lavado de dinero y
defraudación fiscal por 8 mil millones de pesos. Él construyó una presa
en un rancho de su propiedad y dejó una deuda pública de 32 mil 538
millones de pesos. Es el único que está en la cárcel.
También hay
gobernadores y presidentes municipales que han recibido muchos millones
de pesos para realizar obra pública en sus demarcaciones, pero que los
han desviado para uso personal (campañas políticas, pagos para
comunicación social, compra de residencias, terrenos y ranchos en
territorio nacional o en el extranjero, así como cuentas bancarias en
varios países).
Existen también diputados y senadores que
disfrutan de prestaciones muy elevadas. Se otorgan bonos y aguinaldos
que en conjunto sumaron, en diciembre de 2016, alrededor de 550 mil
pesos por legislador.
Paralelamente, hay diputados estatales que
aprueban las cuentas públicas sin revisar, para ganarse favores de los
gobernadores. Esos diputados también se aumentan sus sueldos y
prestaciones a complacencia.
De igual manera, consejeros del
Instituto Nacional Electoral –con altos salarios y prestaciones– se
otorgan aguinaldos y bonos que, sólo en diciembre pasado– sumaron 650
mil pesos.
A eso se suman los magistrados de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación y de la Judicatura, que disfrutan de altísimos
salarios, prestaciones, bonos y aguinaldos.
La mayoría de los
miembros de estos tres poderes también gozan de vales de gasolina,
comedores y algunos hasta de gimnasio. Los consejeros del INE hasta se
dan el lujo de otorgarse teléfonos de última generación.
Posiblemente
a estas personas se refirió el secretario Meade cuando afirmó que los
mexicanos no iban a resentir la inflación por el gasolinazo. En cambio,
el aumento al salario mínimo fue de aproximadamente siete pesos y quedó
en 80.20 pesos. Esto debe servir para pagar los aumentos en transporte,
luz, agua, gas, renta de casa, alimentación, vestuario, calzado, gastos
de escuela… y dudo que quede algo para la diversión de la familia.
Buenos deseos y sueños
Deseo
equivocarme en mis estimaciones sobre los efectos negativos que tendrá
el aumento de las gasolinas, gas y agua. Deseo que la inflación no se
desate.
Sueño que para el próximo año fiscal el presupuesto que
envíe el Poder Ejecutivo sea más austero y que los diputados lo aprueben
pensando que el gasto de las cámaras de Senadores y Diputados no debe
ser oneroso. Con igual criterio debería procederse con los poderes
Ejecutivo y Judicial, Instituto Nacional Electoral, partidos políticos y
gobiernos estatales y municipales, que es donde mayor control se
necesita.
Sueño que la gestión de Pemex se realice con honradez,
eficiencia y transparencia, que se evite la corrupción y no se derrochen
los recursos necesarios para el desarrollo nacional.
Sueño con
que todas las dependencias federales, estatales y municipales realicen
sus funciones y trabajos con honestidad, responsabilidad y eficiencia.
Asimismo, sueño con que se disminuya la corrupción que tanto ha
perjudicado a México por la desconfianza y falta de inversión
extranjera. Deseo que ya no estemos considerados entre los países más
corruptos del mundo.
Sueño con que las autoridades fiscalicen de
manera rigurosa, eficiente y honesta los recursos públicos, sobre todo
las cuentas de los gobernadores y presidentes municipales, para que el
dinero se dedique a los fines programados y no al beneficio de alguna o
algunas autoridades.
Sueño con que los exgobernadores de Veracruz,
Chihuahua y Quintana Roo sean capturados y estén en la cárcel
cumpliendo condenas por muchísimos años debido a sus actos de
corrupción, así como al uso indebido de recursos públicos, desvío y
desfalco de recursos públicos, rematar 10% de la reserva territorial de
Quintana Roo, sus irregularidades en las cuentas públicas… Además, sueño
con que estos malos funcionarios, traidores al pueblo de México, ya no
tengan padrinos que los protegen. Ese encarcelamiento serviría de
advertencia a otros funcionarios corruptos.
Un deseo especial que
tengo es que la Cámara de Diputados realice sus actividades legislativas
únicamente con 400 integrantes y no con 500. Asimismo sueño con que los
diputados y senadores legislen a favor del pueblo de México, que fue el
que los eligió, y no para un determinado partido político o asociación.
Que destaquen por su buena actuación los diputados que fueron
guerrilleros y luchadores sociales.
Un sueño hermoso es que cuando
los funcionarios le pidan al pueblo “apretarse el cinturón” decidan
renunciar voluntariamente a sus altos sueldos, prestaciones, dietas,
compensaciones, bonos, aguinaldos y reparticiones “en lo oscurito”, y
durante dos años acepten recibir únicamente cinco salarios mínimos para
vivir, todo en solidaridad con los trabajadores del país.
Uno de
mis sueños especiales se refiere a que los funcionarios de diversos
niveles –especialmente los gobernadores y algunos de sus subordinados–
se turnen para visitar las comunidades rurales de nuestro país para
darse cuenta personalmente de la carencia de fuentes de trabajo que
existe, de la falta de vías de comunicación apropiadas, de que
únicamente existen escuelas primarias, de que faltan centros de salud,
medicinas y personal médico, de los servicios deficientes que hay de
agua, luz, gas. Todo lo anterior para que cada dependencia brinde el
apoyo que se requiere.
Sueño con que el señor presidente de los
Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, el
secretario de Hacienda y Crédito Público, así como la Cámara de
Diputados consideren los bajos salarios que tiene el personal militar,
principalmente la oficialidad y la tropa, y se les otorgue un aumento a
sus haberes y raciones, ya que muchas policías tienen mejores salarios
pese a que es el personal militar el que lleva el mayor peso en las
actividades contra el narcotráfico y la delincuencia organizada. En esta
lucha el armamento, las municiones, los vehículos, el equipo y material
diverso sufren notorio desgaste.
Sueño que gracias al aumento que
se les dé los soldados no tengan angustias, al saber que sus familias
ya no pasarán hambre ni tendrán que pedir prestado para alimentar a sus
hijos.
Termino el presente escrito con un poema del ilustre literato mexicano Amado Nervo, el cual es apropiado para la ocasión:
Mi México
Nací de una raza triste,
de un país sin unidad
ni ideal de patriotismo.
Mi optimismo es tan sólo voluntad,
obstinación en querer,
con todos mis anhelares,
un México que ha de ser
a pesar de los pesares,
Y que yo ya no he de ver.
* General de División D. E. M. retirado, excomandante de la II Región Militar y expresidente del Tribunal Militar.
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