12/10/2015

Las 10 mentiras y realidades de la ‘verdad histórica’ de la PGR


El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a lo largo de 14 meses han coadyuvado en la investigación sobre el ataque y la desaparición de los 43 normalistas


CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- La llamada “verdad histórica” de la Procuraduría General de la República (PGR) ha sido puesta en duda por diversas investigaciones, cada afirmación de la autoridad recibió un fuerte cuestionamiento.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a lo largo de 14 meses han coadyuvado en la investigación sobre el ataque y la desaparición de los 43 normalistas la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, coincidiendo con la PGR en algunos aspectos de la “verdad histórica”, pero también llegaron a peritajes y conclusiones opuestas a las de las autoridades.
La Silla Rota encontró que en la investigación existen realidades apoyadas por documentos y evidencias, y mentiras únicamente sostenidas por dichos de los inculpados.
Traslado al basurero de Cocula
En la conferencia de prensa del 27 de enero de 2015, el entonces procurador Jesús Murillo Karam dijo que “una vez en ‘Loma del Coyote’ le fueron entregados, por parte de policías municipales de Iguala y Cocula, un grupo numeroso de estudiantes que bajaron de las patrullas y subieron a dos camionetas, mismas que fueron conducidas hasta el basurero, donde se les interrogó, ejecutó e incineró”.
Otro grupo de indiciados señalaron otros dos lugares a los que presuntamente llevaron a los normalistas de Ayotzinapa: “colonia Pueblo Viejo” y “Cerro la Parota”. Estos dos lugares, de acuerdo a la CNDH “hasta ahora no investigados suficientemente”.
Hay más de un lugar al que pudieron ser llevados los estudiantes y no sólo uno como ha investigado la PGR.
Única línea de investigación
La PGR llevó la indagatoria bajo la premisa del asesinato e incineración de los 43 normalistas de Ayotzinapa en el municipio de Cocula. Jesús Murillo Karam dijo el 7 de noviembre de 2014 que “los testimonios que hemos recabado, aunados al resto de las investigaciones realizadas, apuntan muy lamentablemente al homicidio de un amplio número de personas en la zona de Cocula”.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos pidió abrir más líneas de investigación para dar con el paradero de los normalistas: a) la que afirma que algunos estudiantes se encuentran en municipios de la Sierra del Estado de Guerrero, b) la que afirma que en Apango “ya apareció uno con vida” y c) otra que afirma que “están autosecuestrados”.
La PGR sólo indagó y profundizó en la línea de investigación de la incineración en el basurero de Cocula, ha hecho a un lado al menos otras tres.
Ruta de la desaparición
Las autoridades “…los detenidos señalan que tomaron la carretera con dirección a Cocula, para posteriormente dirigirse al basurero de ese municipio. Declaran también que los subieron a un vehículo con capacidad de carga de 3.5 toneladas y a otra camioneta de carga menor. En esos vehículos los condujeron al basurero señalado, que es un barranco oculto a la vista, y que para entrar a él se tiene que abrir una reja que limita el acceso al predio”, agregó el entonces procurador.
Las declaraciones de los detenidos no coinciden entre sí, algunos dicen que llevaron a los normalistas al basurero de Cocula, pero otros refieren que los condujeron “Pueblo Viejo” y “Cerro la Parota”.
La CNDH apuntó que “en el expediente existen referencias de un individuo perfectamente identificado quien podría aportar información relativa a la vinculación o no de los hechos de la desaparición de los estudiantes con los hechos perpetrados en colonia Pueblo Viejo y Cerro la Parota”.
Mientras que el GIEI coincide con la CNDH y agregó un quinto lugar a dónde pudieron ser llevados los estudiantes: una casa de seguridad ubicada en Las Lomas.
La PGR mantiene la versión de que fueron llevados al basurero de Cocula, cuando dentro de la investigación existen al menos otros tres sitios.
Quinto y sexto autobús
La PGR sólo tenía consignados cuatro autobuses en los que viajaron los normalistas la noche en que fueron atacados y en que 43 de ellos fueron desaparecidos, llegaron en dos a Iguala y tomaron otros dos en la central camionera.
El GIEI reveló que un quinto autobús fue utilizado por los normalistas y que la PGR no lo consignó en la averiguación. Los expertos internacionales pidieron a la dependencia federal que se le presentara la unidad faltante, y de acuerdo a un peritaje, las autoridades presentaron un autobús diferente al que captaron las cámaras de seguridad. Se solicitó a la PGR abrir una línea de investigación sobre el trasiego de droga en autobuses, el cual podría ser un móvil de ataque a los estudiantes la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre en Iguala Guerrero.
Por su parte la CNDH, en su investigación reveló que seis autobuses fueron utilizados por los jóvenes.
La PGR escondió el cuarto autobús a pesar de que en la investigación que le remitió la Fiscalía de Guerrero aparecía en las declaraciones de los testigos. El GIEI reveló la existencia del quinto autobús y la PGR tuvo que reconocer su error, pero le sumaría otro yerro, le presentó otra unidad.
Participación del ejército
La PGR negó durante meses la presencia del Ejército Mexicano en las calles de Iguala, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, pero documentos oficiales revelan que el Batallón 27 de Infantería presenció los ataques a los normalistas de Ayotzinapa y la desaparición forzada de 43 de ellos.
Murillo Karam defendió ante cualquier cuestionamiento que no existían elementos en la investigación para presumir la participación o la omisión de elementos del Batallón 27 de Infantería en la desaparición de los 43 normalistas. Aseguró que esa noche los soldados no salieron del cuartel.
“El Ejército, como todos los ejércitos del mundo se mueve sólo con órdenes, y que bueno, nada más le quiero hacer una pregunta –le dijo a una reportera-: ¿qué hubiera pasado si el Ejército hubiera salido en ese momento?, ¿a quién hubiera apoyado? Obviamente a la autoridad constituida, hubiera sido un problema mucho mayor, que bueno que no salieron, y la Policía Federal tenía un pequeño destacamento que estaba fundamentalmente donde está la caseta (de la autopista)”, afirmó el 7 de noviembre de 2014.
Sin embargo, existen testimonios y documentos oficiales que señalan que el Ejército impuso marcaje personal a los normalistas de Ayotzinapa, lo hizo a través del C-4 y con un agente de inteligencia militar vestido de civil y en una motoneta. Además estuvo en al menos cuatro escenarios donde estuvieron los normalistas: Palacio de Justicia, Clínica Cristina, Calle Juan N. Álvarez y Cruce Santa Teresa.
Incluso un coronel de infantería del Batallón 27 ordenó organizar con el personal de turno de descanso “una fuerza de reacción” para salir en caso de que el teniente de infantería requiriera apoyo. Y salió el convoy de militares en los primeros minutos del 27 de septiembre de 2014, con rumbo al Palacio de Justicia.
“23:50h. El C.TT.INF. **** (borrado) con ** (borrado) perts. Esta unidad, con la finalidad de efectuar patrullamientos a inmediaciones de esta ciudad, reincorporándose 03.10h, sin novedad”.
La PGR escondió durante meses que miembros del Batallón 27 estuvieron en las calles de Iguala la noche de la desaparición, meses después tuvo que aceptar que sí estuvieron y les tomó declaración a algunos integrantes del agrupamiento militar.
Incineración de los estudiantes
Murillo Karam expuso que “los detenidos señalan que en ese lugar privaron de la vida a los (normalistas) sobrevivientes y posteriormente los arrojaron a la parte baja del basurero, donde quemaron los cuerpos. Hicieron guardias y relevos para asegurar que el fuego durase horas, arrojándoles diésel, gasolina, llantas, leña, plástico, entre otros elementos que se encontraron en el paraje”
El entonces procurador presentó un video durante una entrevista psicológica de Agustín García “El Chereje”, presunto sicario de Guerreros Unidos:
“Un círculo de piedra, ahí se los dejamos y entonces chequé, y este del Paja los comenzaron a acomodar así, así como si fuera leña, y ya entonces trajo el este del...
-¿Ya muertos?
-Ya muertos, trajo el este de Terco el diésel, no sé si sea diésel o gasolina, y ya se las comenzó a echar alrededor y nosotros le pusimos la leña antes y ya se los echó y prendió, y entonces a mí me dijeron ponte a arrejuntar botellas o plástico para que no se apague el fuego y me, me, ahí mismo en el basurero anduve buscando botellas y llantas y ya yo las dejé, y le hace, entonces súbete allá arriba a cuidar y me mandaron a cuidar...”.
Por su parte el GIEI señaló de acuerdo a un peritaje, no existe ninguna evidencia que apoye la hipótesis generada en base a testimonios, de que 43 cuerpos fueron cremados en el basurero municipal de Cocula el 27 de septiembre de 2014. Toda la evidencia recolectada muestra que en el basurero municipal de Cocula sólo se han dado fuegos de pequeñas dimensiones cuya temporalidad no puede ser debidamente definida.
Un estudio mostró que para quemar 43 cuerpos se requieren 30 mil 100 kilos de madera, 13 mil 330 kilos de neumático y esto lleva 60 horas. Por lo que se concluyó que “los 43 estudiantes no fueron incinerados en el basurero municipal de Cocula”.
Un peritaje demostró que es científicamente imposible quemar a 43 personas en las condiciones que refirieron los inculpados como sostiene la PGR.
Sí llovió en Cocula
De acuerdo con la PGR, la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 se registraron lluvias en la zona donde los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa habrían sido levantados y posteriormente quemados.
Un reporte meteorológico en poder del GIEI estableció la noche del 26 de y la madrugada del 27 septiembre hubo una lluvia de 21.8mm en Iguala, aunque no hay datos sobre Cocula específicamente, se cree que es similar.
Ambos coinciden en que la madrugada del 27 de septiembre llovió en Cocula, sin embargo, no hay un acuerdo sobre la intensidad de la precipitación.
Restos en el basurero de Cocula
La PGR y el EAAF recogieron restos óseos en el basurero de Cocula, sin embargo, no son de los normalistas.
El EAAF expuso que dentro de la cuadricula general de trabajo M8 del basurero de Cocula, se encontró una prótesis parcial superior y otra prótesis parcial inferior (ambas realizadas con el mismo material y con coincidencia en la oclusión o mordida), así como una raíz de diente en alveolo de hueso de mandíbula que se inserta en la prótesis inferior, confirmando la relación entre todas las piezas mencionadas.
El equipo argentino “entrevistó a cada una de las familias de los 43 normalistas desaparecidos, solicitándoles información física, médica y dental de cada uno de ellos. Según la información proporcionada por los familiares de los normalistas, ninguno de los jóvenes desaparecidos utilizaba prótesis dentaria.
Ambos equipos encontraron restos óseos, sin embargo, el EAAF demostró que no pertenecen a los normalistas.
Río San Juan
La PGR dijo el 7 de noviembre de 2014 en las declaraciones de algunos acusados, las cenizas y los restos de la combustión habrían sido recogidos, colocados en bolsas negras de plásticos  y tirados al río San Juan, en las inmediaciones de Cocula, como a 40 minutos del basurero.
Un grupo de buzos de la Secretaría de Marina habrían encontrado una bolsa negra con restos de los normalistas de Ayotzinapa, que presuntamente contenía restos óseos que derivaron en la identificación del normalista Alexander Mora Venancio, y la coincidencia genética con la mamá de Jhosivani Guerrero de la Cruz.
El Equipo Argentino de Antropología Forense expuso que hubo errores en la cadena de custodia de la bolsa encontrada por buzos de la Marina en el río San Juan.
“El EAAF fue convocado por la PGR a la vera del Río San Juan cuando dicha bolsa ya se encontraba abierta y siendo analizada por peritos de la PGR. Un número importante de fragmentos aparentemente provenientes de esa bolsa, se encontraban ya expuestos sobre una lona. Entre ellos, se distinguía la muestra que culminó con la identificación del joven Alexander Mora Venancio por ser una pieza menos quemada y de mayor tamaño que las demás. El EAAF se incorporó a la limpieza de fragmentos óseos provenientes de dicha bolsa a partir de ese momento y no antes.
“El EAAF ha solicitado en diversas oportunidades a la PGR la cadena de custodia de esta bolsa de restos que según indica la PGR les fue entregado por buzos de la Marina, sin que por el momento se nos entregara copia”, explicaron en un comunicado.
Identificación de restos
La PGR y el EAAF enviaron perfiles genéticos a la Universidad de Innsbruck de los familiares de los 43 normalistas.
“Al comparar los perfiles genéticos de los familiares de Ayotzinapa enviados por la PGR al laboratorio de Innsbruck y aquellos enviados por el EAAF al mismo laboratorio, el EAAF notó diferencias en 20 de los 134 perfiles genéticos que la PGR tenía en común con el EAAF. Estos 20 perfiles genéticos afectaban a 16 familias de los 43 estudiantes”, señalo el equipo argentino.
La Coordinación de Servicios Periciales de la PGR reconoció que estas diferencias entre los perfiles de la PGR y los del EAAF enviados al laboratorio de Innsbruck eran todos errores del laboratorio de la PGR. No hubo una explicación clara al respecto.
De la identificación de Alexander Mora Venancio, el EAAF dijo que firmaron la cadena de custodia correspondiente a la entrega de la bolsa de evidencia con restos óseos por parte de los buzos de la Marina a la PGR.
Del segundo normalistas apuntaron que la coincidencia genética mitocondrial –método experimental- entre la muestra ósea y la madre del normalista Jhosivani Guerrero de la Cruz, normalista desaparecido de Ayotzinapa, no es un resultado identificatorio definitivo, sino una probabilidad.
“La coincidencia es 73 entre 1 más probable si se trata de Jhosivani Guerrero de la Cruz que de otro individuo de la población en general”.
Además de las 9 muestras analizadas en Innsbruck, siete corresponden a ADN mitocondrial que no es humano.
La PGR reconoció la identificación de dos normalistas, mientras que el EAAF lo hizo de manera parcial por las dudas en la cadena de custodia y en los métodos experimentales de identificación utilizados.
maaz

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