Balances y saldos de las movilizaciones de los jornaleros de San Quintín
No
logramos el cien por ciento [de nuestras demandas], pero por primera
vez en los últimos treinta años conquistamos el respeto a los derechos
laborales por los que tanto hemos luchado. Fermín Salazar, La Jornada, 5 de Junio 2015
Este es un acuerdo histórico, que significa el inicio de la
continuación de una lucha que concluirá con la creación del sindicato
nacional independiente de trabajadores del campo. Fidel Sánchez, La Jornada, 5 de Junio 2015
Y ya que pregunta sobre cómo es la vida por acá en el Valle, pues es
injusta, muy injusta, mire no más como la riqueza de los patrones, que
son apenas unos pocos, está levantada sobre la miseria y la explotación
de muchos, de miles de nosotros, de los jornaleros que no tenemos casi
nada y dejamos todo atrás y salimos de nuestras tierra pa buscar un
mejor futuro. Artemio Pérez, marzo, 2015
San Quintín, arena de disputa político-laboral y conflicto intereses
Los acontecimientos de San Quintín, tanto el opresivo sistema de
trabajo en los complejos de producción agroindustrial -que remite a las
condiciones de explotación laboral en esa zona de Baja California Norte
sostenidas por décadas [1]- como las movilizaciones de los jornaleros
por sus derechos laborales en los últimos meses, muestran los diversos
sujetos sociales e instituciones que, en relaciones de tensión y de
poder desiguales, caracterizan gran parte de la agricultura comercial
del país –los ranchos y campos agrícolas mercantiles presentes en cerca
de dieciocho estados de México- [2].
(A) Por un lado, los
jornaleros que, con un pasado de precariedad económica y necesidades
irresueltas en sus localidades campesinas e indígenas de procedencia,
salieron en busca de mejores condiciones de existencia; que no sólo
alude al abuso y agravio actual, sino también refiere a la historia
previa de marginación estructural de estos campesinos migrantes, los
cuales experimentaron de manera directa carencias materiales derivadas
de la ausencia de los derechos sociales en sus localidades de origen.
Estos sectores sociales, una vez que migran y en tanto no poseen
capital económico ni infraestructura productiva propia para generar
recursos monetarios y se encuentran fuera de sus lugares de
procedencia, se ven en la urgencia de vender su fuerza de trabajo a
casi cualquier costo –y, en no pocas ocasiones, al peor de los
empleadores- [3]. No obstante, los jornaleros, en tanto actores
sociales con capacidad de organización social y acción, se aglutinaron
en torno a una serie de demandas laborales concretas y, mediante
actividades y protestas de diverso tipo, construyeron las condiciones
para generar-forzar un proceso de negociación con diversas
instituciones del Estado y el sector patronal, negociación que está
desembocando en el cambio parcial de sus situaciones de trabajo y vida.
(B) Por otra parte, están los dueños de los campos y ranchos
agrícolas, muchos de los cuales, en su afán de incrementar a toda costa
sus ganancias, se aprovechan, tanto de la inactividad del Estado para
el cabal cumplimiento de los derechos laborales, como de las
condiciones de vulnerabilidad de los jornaleros. Esto permite a estos
grupos locales de poder económico imponer a los trabajadores agrícolas
situaciones laborales peligrosas e ilegales, además de pagarles
injustos salarios que no alcanzan a solventar el mínimo de las
necesidades básicas de un individuo y/o su familia [4].
(C)
En esta arena política laboral, también está el Estado –en sus
múltiples escalas: municipal, estatal y federal-, que se ha
distinguido, no sólo por carecer de una voluntad efectiva para defender
a los jornaleros y por su incapacidad política para ejercer la ley
federal del trabajo, sino también por promover de facto situaciones de
impunidad y negligencia –en tanto en los hechos permitió condiciones de
trabajo que rayaban en la explotación laboral- [5] [6]. Lejos de velar
por el cumplimiento de los derechos de los trabajadores, el Estado se
volvió un legitimador del status quo sobre el que se asentaba este
sistema de explotación y, de facto y transgrediendo el precepto
constitucional de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley,
otorgó un trato diferenciado y preferente al sector patronal, en
perjuicio de los jornaleros.
(D) A esto se suman los
sindicatos oficiales –como la CROM y la CTM- que, lejos de defender los
derechos y prerrogativas de los trabajadores, en los hechos se unen a
este entramado de abuso laboral permitiendo relaciones laborales
injustas e ilegales, contribuyendo a mantener la inercia de estos
procesos de exclusión social y económica [7].
Alcances de los acuerdos
En el contexto de las condiciones laborales de los trabajadores de los
ranchos agrícolas y según lo han expresado varios de los líderes y
representantes de los jornaleros, a través de la lucha organizada de
los trabajadores agrícolas y mediante la presión política y mediática
de las movilizaciones y las mesas de negociación se consiguieron varios
logros de carácter histórico. Entre otras conquistas laborales, se
acordó la supervisión y vigilancia de las condiciones de trabajo –por
las autoridades competentes-, el respecto a los derechos humanos de los
trabajadores, la afiliación al IMSS de los jornaleros, un bono anual
con un monto de dos quincenas de trabajo, la entrada y puesta en
operación de Programas de Atención Social dirigidos a los jornaleros y
el establecimiento de un sueldo base –de 150, 165 y 180 pesos diarios,
según el tamaño de las empresas, las cuales serán categorizadas de
acuerdo a su actividad productiva, su capacidad económica, la
agro-tecnología con que cuentan, el tamaño del área cultivada y el
volumen de empleados [8]-.
Los límites de los logros y el camino por recorrer
Sin embargo, dentro de los pendientes aún por resolverse, hay tres que
son de gran importancia: (a) la conformación y consolidación del
Sindicato de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal
por la Justicia Social; (b) el cumplimiento efectivo y total de los
acuerdos de la mesa de diálogo y negoción de mayo pasado; (c) y la
continuación de la lucha por la mejora de las condiciones laborales y
de vida de los jornaleros. En este contexto, si bien se consiguió
elevar en cierta medida la remuneración económica por jornal a los
trabajadores agrícolas, muy lejos quedó la iniciativa inicial de los
jornaleros de recibir trescientos pesos por día trabajado y, debido a
la prácticamente nula voluntad del sector patronal, ni siquiera se
llegó a la magra y limitada propuesta de doscientos pesos por jornal
[9].
No obstante lo avanzado y considerando que no es un
problema que radica en la falta de recursos económicos del sector
patronal –dado que buena parte de la producción de los ranchos se
destina a la venta en EU y las ganancias son en dólares y de acuerdo a
los estándares del costo de vida norteamericano-, los actuales salarios
pactados aún distan mucho de ser justos y proveer los recursos
monetarios suficientes para solventar el precio de la canasta básica y
el resto de las necesidades de los jornaleros –más si consideramos el
elevado costo de vida en la región del Valle de San Quintín y que
muchos de estos trabajadores agrícolas son padres de familia-.
Notas
[1] Un jornalero agrícola trabaja 15 horas al día [ ], en promedio la
jornada media laboral de los jornaleros agrícolas es de 57 horas [por
semana] para los hombres y 65 para las mujeres. Red de Jornaleros
Internos de México, La Jornada, 27 de marzo.
[2] Jornaleros de San Quintín: entre la explotación moderna y la resistencia social, Revista Contralínea, 12 de abril 2015.
[3] Los Jornaleros del Valle de San Quintín, reflejo de la ignominia y los reclamos de justicia, Revista Bilaterals, 12 de junio 2015.
[4] El valle de San Quintín: entre el abuso laboral y la movilización de los jornaleros, Revista Alterinfos América Latina, 22 de mayo 2015.
[5] En semi esclavitud, más de 2 millones de jornaleros, La Jornada, 6 de abril 2015.
[6] Esclavitud aún en 2015: México tiene el índice más alto en América Latina, Animal Político, 30 de marzo del 2015.
[7] Defiende la CROM a los patrones de San Quintín, La Jornada , 17 de mayo 2015.
[8] Jornaleros de San Quintín, BC, logran acuerdo salarial, La Jornada, 5 de junio 2015.
[9] “Patrones rechazan pagar $200 al día a jornaleros de BC”, La Jornada, 16 de mayo 2015.
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