Por: Edgar Rosas /
17 junio, 2015
(17 de junio, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- En México, uno de los problemas que ha estado presente en los últimos años y ha permanecido sin la atención debida en lo referente al fenómeno de la desertificación de las tierras. De acuerdo a diversas organizaciones, esta situación ha estado relegada por las autoridades y fuera del panorama de atención de la población en el país.
La desertificación, de acuerdo con la ONU, es la degradación en la calidad de las tierras, entre otras cosas, identificada por la pérdida de productividad y fertilidad de los suelos, causadas por diversos factores como el manejo inadecuado de la tierra.
En este sentido, Gonzalo Chapela, de la Red Mexicana contra la Desertificación (RIOD-MEX), dio a conocer que hoy en día en el país, 120 millones de hectáreas en terrenos de cultivo, pastizales y bosques, han sido afectadas por este fenómeno. De este total, el 18% de la superficie se ha visto mermado por la pérdida de fertilidad.
El especialista comentó que el origen de esta problemática ha sido identificado por el mal manejo de las tierras-en el caso de las utilizadas para la agricultura- tanto de los pequeños productores como de las grandes compañías.
Chapela detalló que las afectaciones producidas por este fenómeno se dan tanto en el plano ecológico-ambiental como el económico-social.
“Las consecuencias de la pérdida de productividad de la tierra son muy amplias y profundas. Desde el punto de vista ecológico tiene que ver con la regulación de las cuencas, con la base misma de todo lo que es el proceso de la vida, pues todos los procesos de biodiversidad están ligados con la productividad que empiezan de las plantas, y después de ahí a los animales que se alimentan. Pero como no se ve el problema, es poco reconocida la importancia de la calidad de las tierras, de su condición, pero sabemos que tiene un papel muy importante en la captura de carbono y como parte de una de las pocas formas con las que se puede capturar gases de efecto invernadero”, señaló.
En cuestión al rubro de las afectaciones en el ámbito económico-social, Chapela detalló que esta situación aporta para el debilitamiento en el tejido social de las zonas rurales, pues al perder la tierra su capacidad de producción, provoca migración o pobreza, cuestión que a veces orilla a la población a unirse al crimen por falta de oportunidades y la necesidad de generar recursos para su manutención.
“Como consecuencia de todos estos procesos (de desertificación), tenemos mala calidad de los territorios y del tejido social de las regiones rurales. La pérdida de la productividad de la tierra tiene mucho que ver como base de los problemas que tenemos hoy en día, como migración y pobreza, y desgraciadamente es uno de los ingredientes de la violencia y del crimen organizado. Entonces no podemos soslayar el hacer caso a este problema tan severo que tenemos y también señalar la poca atención que tiene en la visibilidad de la sociedad y en las acciones del gobierno”, apuntó.
El integrante de la RIOD-MEX manifestó que a pesar de que se han desarrollado mecanismos para frenar la desertificación de las tierras, el gobierno de México no los ha tomado en cuenta. Al respecto señaló que la solución a este fenómeno no está en las grandes inversiones, sino en la educación para aplicar buenas prácticas en cuanto al manejo de las tierras.
De manera específica explicó que en el país se ha desarrollado la Estrategia Nacional para el Manejo Sustentable de las Tierras, mismo que fue encaminado para detener este fenómeno, pero que el gobierno no ha puesto dentro de sus acciones.
“Esta estrategia fue aprobada por el Sistema Nacional de Lucha Contra la Desertificación, el cual es reconocido por la Convención de Lucha Contra la Desertificación de la ONU, como el órgano que coordina y armoniza las acciones para hacer frente a esta situación en el país. La Estrategia Nacional para el Manejo de Tierras no fue considerada para el Plan Nacional de Desarrollo ni para los programas del actual régimen, y en lo que va del régimen no ha habido ni una sola reunión de este órgano de coordinación nacional para hablar sobre el tema”, comentó.
Chapela mencionó que hoy en día existe en el senado la iniciativa de la Ley General para el Manejo sustentable de las Tierras, sin embargo, detalló que ésta ha permanecido en espera desde hace 6 años.
“El otro referente que tenemos importante, es la iniciativa de la Ley General para el Manejo Sustentable de Tierras, que fue presentada en el Senado y que fue turnada a comisiones desde 2009 y es fecha en que no ha merecido el trabajo del Senado. Eso nos da la idea de cómo hay una ausencia o una debilidad muy grande en cuanto a la atención a este tema”, sentenció.
“Existe el conocimiento pero no los recursos”
De acuerdo con el doctor Fernando de León, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, en México existe el conocimiento y la tecnología para revertir la desertificación en el país, sin embargo, apuntó, “lo que no hay es recursos”. También señaló que el gobierno, en conjunto con las organizaciones que trabajan la tierra, son los responsables por no “cuidar la tierra”.
Agregó que en este panorama de descomposición social es necesario generar una política de apoyo al sector rural, en donde los jóvenes sean la base para rescatar la actividad y diseñar una agencia de conservación de tierras y suelos, lo cual sería “una inversión social bastante útil”.
“Sagarpa y Semarnat tienen una alta responsabilidad en el problema, porque se han contabilizado programas que de alguna manera deberían impactar positivamente en la mejora de las condiciones de la tierra y el suelo, y sin embargo su actuación es muy dispersa. Coincidimos en que requerimos una ley general de conservación de los suelos en México, sin embargo esto se ha detenido (…) convocamos a la sociedad a poner atención en uno de los recursos sobre los cuales, desde que somos nación, ha existido una tradición por el conocimiento: la tierra”, dijo.
Por su parte, Jubenal Rodríguez, integrante de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales, reiteró que el Estado mexicano debe atender esta situación debido a la gravedad del hecho.
Dijo que este fenómeno no debe quedarse como cátedra, sólo en el discurso, sino que las acciones para frenar la desertificación deben trasladarse a la práctica. Además manifestó que la lucha debe encaminarse a establecer un manejo sustentable de la tierra, con acciones menos agresivas.
Asimismo detalló que en este problema no se puede dejar de lado a las grandes corporaciones que manejan la tierra, pues advirtió que mientras se señala a los campesinos como responsables de la degradación, a esta clase de industrias no se les dice nada.
“Hay producciones que utilizan materiales que atentan contra la tierra, como los pesticidas, el uso de agroquímicos (…) Tenemos dos mundos: el desarrollado, al que no se le toca ni se le dice nada, pero eso sí le decimos a los campesinos que manejen de manera correcta sus tierras”, finalizó.
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