Por: Edgar Rosas
(19 de junio, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- En México la
imposición de megaproyectos por parte del gobierno y la iniciativa
privada, lejos de impulsar el desarrollo, han causado conflictos en
diversas regiones del país, en donde las comunidades originarias se
resisten a la construcción de esta clase de obras, que propician el
despojo de tierras y un daño significativo a la naturaleza.
Al respecto, el senador Alejandro Encinas señaló que contrario al
discurso oficial, en donde se asegura que los conflictos originados por
megaproyectos están focalizados en algunos estados, esta situación se
presenta en gran parte del territorio nacional, a pesar de que no se
quiere reconocer.
“Tenemos una inconformidad social y un nivel de organización social
en todo el país en el ámbito de las organizaciones rurales, la
protección de los derechos humanos, la defensa de los recursos
naturales y la lucha en contra de las mega obras que se presentan en
casi todo el territorio nacional, y aun así se niega la existencia de
un conflicto social de estas magnitudes”, dijo.
Encinas manifestó que tan sólo en 2014 se registraron cerca de 445
asuntos vinculados a problemáticas del sector rural, en donde se
sucitaron problemas de límites entre comunidades, pero además demandas
por la defensa de los recursos y la lucha contra el despojo, estos
últimos asociados con “los nuevos problemas que se derivan de los
proyectos gubernamentales de las llamadas reformas estructurales”.
“Prueba de ello son los megaproyectos hídricos que desplazarán a 170
mil personas de sus comunidades en prácticamente todas las entidades
del país (…) la mayor parte de los proyectos van a afectar a
comunidades con la pérdida de sus territorios y sus recursos naturales,
los bosques, los ríos, la vida silvestre”, indicó.
Al respecto, el legislador enfatizó que con la implementación de la
reforma energética-la cual pone como actividad estratégica a la
explotación de los hidrocarburos por sobre cualquier otra- se
incrementaran esta clase de problemas, en donde el riego de la
comunidades a sufrir violaciones, violencias y despojo, aumentará.
En lo referente, Encinas citó el caso específico de problemáticas
relacionadas con las actividades mineras al norte del país. Detalló que
una de las cuestiones se centra en problemas laborales por las
condiciones en las que se desempeñan los trabajadores. Además recordó
los casos de desastres ecológicos causados por empresas mineras y el
abuso que cometen contra las comunidades.
“Podríamos destacar los casos de Sonora, San Luis Potosí, Coahuila,
Oaxaca, Chiapas, donde existe mayor tensión social, no solamente por
daños ecológicos como los que se han presentado en Sonora, con el Rio
Sonora, o el caso de Pasta de Conchos, sino por el sistemático abuso de
las empresas mineras sobre las comunidades en donde se encuentran”,
dijo.
…
De acuerdo con Martín Velásquez, activista defensor del ambiente,
para el capitalismo la naturaleza es infinita, por lo que aunque se
explote y se realizan obras, nunca habrá daño alguno, según las
autoridades. Manifestó que los costos de extracción o por implementar
un proyecto, no se consideran en términos de afectaciones al ambiente,
puesto que la lógica neoliberal obedece al nivel de producción.
“Estos costos de extracción de la naturaleza tienen como idea básica
el crecimiento económico. Bajo esta lógica es que los neoliberales nos
plantean: ‘podemos extraer de la naturaleza lo que queramos porque todo
va a estar en función de la producción, la población, y el consumo’”,
manifestó.
Velásquez aseguró que en el caso de México, los últimos 30 años los
costos de extracción han sido agudos y devastadores. Manifestó que
desde los 90 se canceló toda lógica del respeto al ambiente y se
originaron todos los aportes legales para que el neoliberalismo del
despojo se asentara.
“La visión de los proyectos a partir de la lógica de la producción,
la población y el consumo, es la justificación de muchas teorías
económicas, mismas que hoy nos llevan a procesos de desigualdad
infinitos”, dijo.
Velásquez manifestó que desde hace años el neoliberalismo ha fingido
un compromiso con el medio ambiente al crearse tratados internaciones
como el acuerdo de Tokio, en donde los que lo suscriben intentan
demostrar respeto a la naturaleza.
“Lo que busca el neoliberalismo, al hacer todos estos acuerdos
multilaterales, son huidas hacia adelante en falso. Y qué es una huida
hacia adelante en términos neoliberales: es taparle el ojo al macho, el
tapar el pozo con el niño ahogado. Podrán reconocer que hay una
destrucción de la biosfera, que hay una destrucción de hectáreas de
naturaleza, pero ellos (los neoliberales) no ven los límites de la
naturaleza si no es en función del mercado”, manifestó.
El activista señaló que esta lógica donde el neoliberalismo concibe
todo en función del mercado sin importar el daño, ha obligado a las
poblaciones a salir a defender las tierras, incluso en momentos, a
tener que hacer frente y sacar la maquinaria que llega para iniciar su
trabajo.
“Debemos checar la posibilidad de generar alianzas con todas las
luchas en defensa de la naturaleza y la biodiversidad, los territorios.
Ahorita estamos desde hace 15 años en varios frentes en defensa, y
muchas han generado que conocidos nuestros pierdan la vida en defensa
de su territorio (…) Cuando todavía no se hablaba de mega proyectos,
que nadie decía que venían las minas canadienses, nosotros ya veíamos
que estaban ahí las eólicas en Juchitán y sabíamos que la concreción
del TLC ya era una realidad y que el capital neoliberal tenía muy claro
que tenía que hacer que ganara el PAN, que ganara el PRI para que esto
se concretara más. Para que esto avanzara; para los neoliberales
mexicanos estamos retrasados casi 15 años en reformas neoliberales de
segunda y tercera generación que es vender lo que queda: servicios y
recursos energéticos.”, sentenció.
Velázquez manifestó que a principios del siglo XXI el Plan
Puebla-Panamá, impulsado por el gobierno de Fox, se configuró como el
más claro ejemplo de la avanzada neoliberal en el país, pues incluía
una serie de obras, como hidroeléctricas, supercarreteras, proyectos
ferroviarios en beneficio del capital privado.
“Urgen redes de defensa. Nos organizamos para defender la tierra
contra proyectos en específico pero no unificamos la lucha. La
articulación de las luchas han costado mucho trabajo porque cada quien
es parte de su lote y rebaño”, apuntó.
Asimismo, el activista manifestó que la devastación provocada por
los megaproyectos ha causado tal daño que hoy en día el país está
perdiendo biodiversidad. Señaló que México estaba posicionado en el
tercer sitio entre los países con mayor diversidad, sin embargo, luego
de los proyectos que han causado daño al ambiente, el país descendió al
quinto o sexto lugar.
Velásquez enfatizó que la defensa de la tierra y los recursos
naturales debe incluir la participación de todo el pueblo de México,
pues no es una cuestión exclusiva de las comunidades. Agregó que a lo
largo de los años las comunidades originarias son las que mejor han
cuidado el patrimonio natural y las que han resistido a los proyectos.
Por otro lado, el activista habló sobre la participación del crimen
organizado en los megaproyectos. Manifestó que hoy en día se ve con
preocupación que las bandas delincuenciales defiendan los
megaproyectos, pues en éstos tienen intereses económicos.
“El crimen organizado garantiza que pueda ver la explotación de los
megaproyectos. Esto es parte de lo que pasó en Tierra Caliente de
Michoacán, cuando el crimen se alió con empresas chinas e incursionaron
en el negocio de los metales”, dijo.
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