CRISTAL DE ROCA
Por: Cecilia Lavalle*
Las
elecciones más singulares de la historia reciente están por poner punto
final. Las campañas han terminado. Los conteos han terminado. Y, aunque
el camino de los juicios y de los tribunales no ha terminado, ya
podemos ver el panorama. ¡Y claramente se ve la paridad!
Fueron unas elecciones con muchas novedades. Por primera vez en la
historia de nuestro país, las mujeres contendieron en paridad en todas
las candidaturas a la Cámara de Diputados y a los congresos estatales
con elecciones concurrentes.
Y también, por primera vez, en algunos estados las mujeres contendieron
en paridad “vertical” y “horizontal” para los ayuntamientos.
¡Nunca había sucedido! Nunca habíamos pasado de participar, en el mejor
de los casos, en 30, máximo 40 por ciento de las candidaturas al
Congreso. Y nunca de los nuncas se había contendido en paridad para
algún ayuntamiento de nuestro país.
No en balde, de los más de 2 mil 400 ayuntamientos que hay en México
las mujeres apenas han presidido 7 por ciento. Y esa es la buena
noticia, porque por años presidieron 4 o 5 por ciento.
Que las mujeres contendieran en paridad fue, sin duda, el cambio más notable en este proceso.
Y, sin embargo, en los análisis noticiosos de todos los canales de
televisión fue el cambio menos nombrado. Incluso en muchos fue
simplemente ignorado.
La reflexión se centró en los avances y retrocesos de los partidos
mayoritarios. O en el peso que tuvo o no el voto nulo, promovido por
respetables intelectuales de nuestro país. O las candidaturas
independientes que entraban a escena por primera vez.
Y, de hecho, los triunfos de candidatos independientes siguen teniendo
protagonismo en las noticias. No sin razón, claro. Por un lado, porque
la ley estaba diseñada para que fuera misión imposible contender de
manera independiente; ya no se diga ganar.
Y por otro, por la personalidad de alguno o por la estrategia de otro. En fin, novedad sí es. Y no menor.
Pero, con todo, lo que de verdad cambia el panorama de nuestra
democracia y tendrá profundas implicaciones es el hecho de que más
mujeres que nunca llegarán a la Cámara de Diputados; y, sobre todo, que
en muchas entidades del país por primera vez se gobernará en paridad.
Ahí están Yucatán, Tabasco, Baja California Sur, Querétaro y Jalisco.
En Querétaro, por ejemplo, la presencia de mujeres en el Congreso
pasará de 8 a 50 por ciento. Y en Jalisco casi duplicaron su presencia:
de nueve pasaron a 16, lo que representa 41 por ciento.
En la Cámara de Diputados, 42 por ciento de las curules será para las
mujeres. ¡Es uno de los porcentajes más altos del mundo! Además, una
entidad, Sonora, será gobernada por una mujer.
Los resultados para ayuntamientos se conocerán en los próximos días;
pero seguramente traerán buenas noticias también. Así que estamos ante
un nuevo escenario. El aumento de las mujeres en cargos de elección
popular no tiene precedente. ¡La paridad se hizo! Y eso cambia todo el
panorama.
Lo cambia para bien y, confío, lo cambia para siempre. Porque, pese a
las resistencias, los obstáculos y las violencias, la paridad llegó
para quedarse. Y de eso nos estamos encargando mujeres y hombres
demócratas.
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.
*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.
Cimacnoticias | México, DF.-
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