En su conferencia de prensa matutina, el mandatario explicó que,
conforme a la Ley de Austeridad, la reducción corresponderá a los
presupuestado el año pasado, equivalente aproximadamente a una cuarta
parte de lo que se ejerció.
De acuerdo a los datos abiertos en la plataforma ComSoc, de la
Secretaría de la Función Pública, el gobierno de Enrique Peña Nieto
gastó más de 50 mil millones de pesos en sus seis años de gobierno,
cuando sólo tenía autorización para ejercer 23 mil 410 millones de
pesos.
En 2018, el presupuesto autorizado por el congreso para gasto
publicitario fue de alrededor de tres mil 278 millones de pesos, por lo
que con base en esa cifra y lo expuesto por López Obrador, en 2019 se
ejercerán unos mil 600 millones de pesos.
En una entrevista realizada durante el período de transición con el
vocero Jesús Ramírez, publicada en la edición 2184 del semanario Proceso,
el plan original era reducir a la mitad el presupuesto ejercido para
publicidad, e inclusive, el hoy vocero presidencial advertía que hacerlo
sólo por presupuesto autorizado implicaría profundizar la crisis
económica y los despidos en medios que dependen principalmente de la
publicidad gubernamental.
Antigua herramienta de control y subordinación, la política de
asignación de publicidad oficial fue abordada hoy por el presidente
López Obrador, sin planteamiento de por medio, al referir que las
asignaciones por concepto de publicidad son una función del Estado, y
añadió:
“Malo sería que se utilizara los recursos del Estado para comprar lealtades. Comprar conciencias. Eso nunca lo vamos a hacer. Pero sí va a haber un plan de contratación de publicidad para que los medios puedan salir adelante por la función social que realizan. Desde luego no las cantidades que se destinaban anteriormente”.
Fue entonces cuando identificó como una mala práctica la forma en que
se asignaba la publicidad en el presupuesto, pero se gastaba mucho más.
“Esto se va a entregar con toda la transparencia y con un criterio que estamos por definir, que tiene que tomar en cuenta la influencia, la cobertura del medio su vinculación social, si se trata de una empresa”, expuso.
La publicidad oficial es un tema espinoso pues hasta ahora, ninguna
administración ha aceptado una regulación que establezca criterios
claros de asignación, ha sido el instrumento histórico de control de
medios, así como de castigo a los medios que resultan incómodos al
poder.
Hasta ahora los compromisos han sido incumplidos (Enrique Peña Nieto
planteó en su período de transición en 2012 que sería una de sus
primeras tres iniciativas, pero incumplió) y los intentos han sido
infructuosos (el año pasado se aprobó una ley que terminó controvertida
en la Suprema Corte).
El arranque de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha sido poco
claro al respecto y hasta ahora no se tiene información de asignación de
contratos por publicidad, pues de acuerdo con fuentes gubernamentales
consultadas por Apro, estos podrían iniciar una vez que se presente el Plan Nacional de Desarrollo.
Dicho Plan incluiría también la política de comunicación social que
desde hace meses trabaja el equipo de Jesús Ramírez con diferentes
expertos en la materia, entre otros el colectivo “medios libres”,
especializado en libertad de expresión y derecho a la información.
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