Escrito por Jenaro Villamil
El senador Javier Corral en tribuna durante la discusión del día de hoy en el Senado. Foto: Senado de la República
La propuesta del PAN para modificar el
formato del evento sobre federalismo en el que estará presente el
primer mandatario Enrique Peña Nieto en el Senado, el próximo 30 de
septiembre, detonó una confrontación entre las bancadas de Acción
Nacional, apoyadas por el PT, y la del PRD ante las acusaciones de que
el perredismo se volvió “la izquierda presidencialista” y el panismo
tiene una doble moral.
A nombre de su bancada, el senador
Javier Corral, presentó la propuesta. Argumentó que fue la Mesa
Directiva, encabezada por el perredista Miguel Barbosa, la que propuso
ese formato sin que hubiera acuerdo de la Junta de Coordinación
Política.
Es “un programa que anuncia un
seminario-foro, pero hace de la presencia del presidente de la
República la central, primera y última…Es el homenaje que la izquierda
quiere rendir a Peña Nieto tras las reformas estructurales. Lo quieren
hacer vocero del federalismo y la unidad nacional, que por ningún
motivo representa Peña Nieto”, reprochó Corral.
“No nos oponemos a que Peña venga. A lo
que nos oponemos es que desde aquí se diseñe para el restablecimiento,
para la restauración de esa cultura presidencialista que tanto daño ha
hecho al parlamento, esta vanagloria del país de un solo hombre”,
abundó Corral, en medio de los aplausos de las bancadas panista y del
PT, encabezadas por Manuel Bartlett y Layda Sansores que, por primera
vez, se sumaron a una posición del PAN.
La posición de Corral, respaldada por
Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano, encendió los ánimos en la bancada
perredista. La senadora Dolores Padierna le reprochó al PAN que se
opusiera al formato del evento, pero no a las 11 reformas estructurales
que “aprobaron en lo oscurito, se vieron en Los Pinos, en la
presidencia, acudieron a la embajada de Estados Unidos, aprobaron las
reformas sin chistar”.
Padierna les recordó que ocurrió un
evento similar, con la presencia de Peña Nieto, cuando se le rindió
homenaje en el Senado a las fuerzas armadas y la presidencia de la Mesa
Directiva corrió a cargo del panista Ernesto Cordero.
“El acto que va a ocurrir el 30 de
septiembre es un acuerdo que tomó la Mesa Directiva donde están
representados todos los partidos, incluido el PAN, y será un foro que
dura tres días. (Peña Nieto) no viene a hablar, viene a inaugurar el
foro y a develar una placa, a eso viene. No es un acto protocolario”,
argumentó Padierna.
Esta misma posición defendieron,
paradójicamente, los priistas René Juárez, Omar Fayad, Gerardo Sánchez
y Enrique Burgos, quienes subieron a tribuna tratando de aplacar los
ánimos que se encendieron entre panistas y perredistas a lo largo de la
sesión. Hasta el senador “verde” Gerardo Flores Ramírez subió para
decir que su bancada “sí fue informada” del acuerdo de la Mesa
Directiva.
Sin embargo, el primer sorprendido con
el evento fue el senador Martín Orozco Sandoval, presidente de la
raquítica comisión del Federalismo (él es el único integrante) que no
fue avisado antes. “Aparezco en el programa, le agradezco, pero me
entero por los medios”, afirmó en tribuna.
Salieron a relucir todas las viejas
rencillas entre ambos partidos, mientras los priistas observaban
divertidos el pleito de la izquierda y la derecha. Incluso, el senador
perredista Fidel Demédicis tuvo el desatino de calificar como “gorilas”
a los integrantes del Estado Mayor Presidencial, en su fallida defensa
de la presencia de Peña Nieto, y eso provocó la airada reacción de
panistas y priistas que le pidieron se desdijera.
Corral y Padierna se declararon mutuo y
“enorme respeto”, pero en la polémica se dieron con todo. Corral
ironizó: “O sea, el PAN aprueba las reformas del gobierno ¿y el PRD
hace el homenaje en el Senado?…Van a recibir, en serio, con bombo y
platillo que plantea el programa al ‘traidor a la patria’. ¡Qué difícil
situación en la que se encuentra la bancada de la izquierda!”.
Manuel Bartlett, coordinador del PT,
subió para argumentar que el acuerdo de la Mesa Directiva no es del
Senado y subrayó que el Ejecutivo sólo debe acudir a la cámara alta en
las fechas que está señalada en la Constitución. Consideró que la
presencia de Peña Nieto “es una violación a la división de poderes”.
René Juárez Cisneros, del PRI, insistió
que se trata sólo de un “acto republicano” donde estarán los
gobernadores, los congresos locales, los ministros de la Suprema Corte
en “esta nueva y necesaria relación de colaboración con los poderes”.
Más duro, el panista Roberto Gil Zuarth
indicó que, según el PRI, no fue el presidente de la República quien
solicitó acudir al Senado, sino fue invitado por la Mesa Directiva
presidida por un perredista. “Nosotros no le decimos al presidente:
¡Traidor a la patria! Un día, y al día siguiente le hacemos homenajes
en el Senado. Esa esquizofrenia es propia de otros”, reviró el
presidente de la Comisión de Justicia.
Layda Sansores recibió, por primera vez
en esta legislatura, los aplausos de la bancada panista. La senadora
campechana, simpatizante lopezobradorista, afirmó que el evento del 30
de septiembre es “al más puro estilo monárquico para que los senadores
nos pongamos de tapete”.
“El Senado no es un set televisivo. Y
si ya nos tomó de oficina de trámite, no queremos que nos tome de
agencia publicitaria”, reprochó Sansores. “No tiene nada qué venir a
hacer, no tiene que venir aquí a hablar de federalismo, porque él no
solamente no lo honra, lo pisotea”, abundó. Los panistas se pararon a
apaludirla.
En una posición más mesurada, los
perredistas Alejandro Encinas y Zoé Robledo intentaron salvar del
naufragio a su bancada por defender un acuerdo que tomó Miguel Barbosa.
Encinas afirmó que en el debate salió a
relucir “mucho de la frivolidad en la derivan nuestras discusiones en
el Senado”. Defendió el formato y propuso, a cambio, que se restablezca
la figura de la rendición de cuentas del Ejecutivo ante el Congreso y
se modifique el formato para que “se venga a debatir en realidad”.
“Intuyo que el senador Encinas no está
de acuerdo en las condiciones, el formato y la convocatoria del evento,
que estamos discutiendo aquí”, afirmó Gil Zuarth en tribuna. “Lo que
está en el centro de esta discusión es qué tipo de relación queremos
con el Congreso de la Unión y el Ejecutivo: la opción de la pompa
halagadora, del culto banal a la personalidad o los ejercicios
constitucionales de rendición de cuentas”, abundó.
Zóe Robledo, del PRD, hizo una defensa
reglamentaria del acuerdo. Afirmó que en el evento no se viola el
reglamento porque estará en el patio y no en el pleno y tampoco se
tratará de un “homenaje”.
“Coincido con el senador Corral cuando
dijo que nunca más un país de un solo hombre. Pero tampoco nunca más,
un país de una sola oposición”, reviró Robledo.
Tras casi tres horas de debate, donde
los fantasmas de los antiguos aliados de la oposición salieron a
relucir, la propuesta de modificar el formato se desechó por 56 votos
en contra del PRI y PRD, 33 a favor del PAN y del PT y 5 abstenciones.
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