La teoría del conflicto
desaconseja lo que ahora está decidiendo el rector de la UAM: después
de casi cuatro meses de confinamiento, bajo amenaza de peligrosa
enfermedad, con desencuentros domésticos, clases a distancia que nunca
lo fueron realmente, someter a 50 mil jóvenes a un examen virtual donde
sólo poco más de uno de cada 10 será admitido, donde tendrán un minuto y
medio para contestar cada pregunta (120), tres tensas horas, máquinas
que se traban, conexión inestable, software desconocido, cámara vigilando, espacios pequeños o ruidosos cibercafés, padres ansiosos, perros ladrando, hermanos menores. Y con preguntas-acertijo:
Epígrafe es a libro como: A) carburador es a motor; B) sonido es a radio; C) belleza es a estética; D) portafolio es a oficina; E) gato es a felino.( Guía de estudio examen de selección. División Ingeniería UAM, p. 17, ver respuesta al final). Por esta razón, hace años un grupo de académicos pudo acercarse al rector general y le informó lo que ya se sabía: que ese examen no sirve para identificar a los jóvenes que mejor pueden leer y escribir, capaces de hacer preguntas, plantear problemas, organizarse en grupo, investigar. Una prueba que prioritariamente admite a hombres, con buenos promedios, de escuelas privadas, padres profesionistas y buenos ingresos. En lugar de sólo negarse, el rector ofreció que el resultado del examen se combinaría con el promedio.
Hace poco, apenas tres días después del anuncio de que el examen
sería en línea, más de 150 académicos, estudiantes y administrativos por
escrito le pidieron al rector que, en lugar de aplicar el examen de
selección en línea, considerara otras opciones, incluso no hacer la
prueba. No estaban despistados, porque días después la Universidad
Michoacana y la de Guadalajara anunciaron que no aplicarían examen de
selección para ciertas carreras, la Autónoma de Sonora decidió usar el
promedio, y ya antes Harvard y otras anunciaron que para aliviar
tensiones no exigirían la prueba. La UNAM, desde la década de los 60
(Barros Sierra), no aplica examen a sus egresados del bachillerato,
tampoco algunas universidades interculturales, ni la Universidad
Nacional a Distancia, las decenas del Bienestar Benito Juárez, las prepas
y la Autónoma de la Ciudad. Pero, además, la UNAM ha decidido posponer
el examen y lo mismo las instituciones de media superior de la Comipems
(IPN, UNAM, Colbach, UAEM). La pandemia ha sensibilizado a las
autoridades y las ha impulsado a pensar e ir más allá de una solución
–la virtual– que, como decía Larry Kuehn, es
un sueño para los tecnócratas y una pesadilla para los estudiantes. A lo mejor no es mucho ni duradero, pero se han movido, y con eso envían el mensaje a la ciudad y a sus jóvenes, de que entienden, hacen algo y en la teoría del conflicto eso no lo es todo, pero es mucho. En la UAM, sin embargo, los más de un centenar de estudiantes, administrativos y académicos ya han recibido la respuesta del rector, quien ha decidido no moverse un ápice. No suprimir ni cambiar criterios de admisión, ni fecha, ni requisitos. Cero.
Arguye que nada puede hacerse, la convocatoria ya se publicó, los
aspirantes se registraron y, por reglamento, habrá examen. Sin embargo,
el rector ya ha demostrado que, si quiere, puede cambiar las cosas. Así,
la convocatoria (primero de marzo), como ha sido en los pasados 45
años, no menciona que el examen será en línea, pero cambia más tarde (6
de julio). Se alegará la emergencia, pero igual la mencionan quienes
solicitan que no se aplique. Por otra parte, lo del examen tampoco es
problema, pues ya otro rector decidió que
ser aceptado mediante examen de selección( Reglamento Estudios Superiores, Art. 5, II), a pesar de como suena, no es decisivo per se, el examen puede usarse como complemento. De hecho, en dos ocasiones –como se reveló en Colegio Académico– el rector cambió el uso del resultado del examen, y ahora es que, para ser aceptado, 70 por ciento es la prueba y 30 por ciento el promedio de bachillerato del aspirante. Y en 12 años, ninguna autoridad o abogado ha cuestionado este cambio, es válida. Pero igual puede serlo otra interpretación o uso al que pueda llegarse con la finalidad de no crear a los aspirantes obstáculos adicionales a su derecho a la educación. Hay que recordar que, con la modificación constitucional 2019 hemos entrado en una nueva época, de pleno derecho a la educación, y que éste debe ser fomentado y ampliado y, obviamente, no puede ser obstaculizado con requisitos menores y ahora obsoletos que desde tiempo atrás ni siquiera han sido vistos por las autoridades como inmodificables por importantes. La teoría del conflicto indica que hablar es parte de la solución, pero el rector aún no responde a la solicitud de reunión. Ése es el mejor camino para tratar situaciones, no por conflictivas, sino porque son injustas para quienes están en situación de vulnerabilidad.
PD: La respuesta oficial es la E.
* UAM-Xochimilco
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