John M. Ackerman
El
régimen autoritario aprovechó el pasado Día de la Bandera y 194
aniversario de la emisión del Plan de Iguala para pisotear los
principios fundamentales de paz, unidad y soberanía que inspiraron la
creación de la nación mexicana. El martes 24 de febrero, Enrique Peña
Nieto reprimió con lujo de violencia a maestros en Acapulco que exigían
el pago de sus salarios, inauguró un nuevo cuartel militar en Michoacán
cofinanciado por oligarcas y presentó una iniciativa de ley para
legalizar la portación de armas por agentes extranjeros.
Apenas tres días después, el Presidente ratificaría su compromiso
con el virreinato proponiendo a Arely Gómez, hermana del vicepresidente
de noticiarios de Grupo Televisa, para la PGR. El PRI también
anunciaría que su lista de diputados plurinominales incluía a la madre
de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, la hija de Manlio Fabio Beltrones,
dos generales, un directivo de Televisión Azteca y una actriz de
Televisa. La semana anterior, Peña Nieto ya había propuesto a su amigo
y cómplice Eduardo Medina Mora, alguien también cercano a Televisa y
responsable por la fallida
guerrade Felipe Calderón, para ministro de la Suprema Corte.
Queda claro de cuál lado de la historia se coloca el actual
mandatario. Para Peña Nieto la represión y la televisión son más
importantes que la educación, las fuerzas armadas deben servir al poder
económico en lugar del pueblo y los extranjeros pueden imponer su
voluntad impunemente en todo el territorio nacional. Con razón el papa
Francisco teme la mexicanización de su tierra natal y
Alejandro González Iñárritu añora la llegada de un gobierno merecedor
de la confianza y el apoyo del pueblo mexicano.
En el desalojo de Acapulco, la Policía Federal abatió al gran
dirigente Claudio Castillo, egresado de la Escuela Normal Rural Raúl
Isidro Burgos de Ayotzinapa y fundador de la Coordinadora Estatal de
los Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg). A pesar de sus 65
años y sus dificultades para caminar, con gran valentía siempre
acompañaba a sus colegas en las acciones de protesta. De acuerdo con
Robespierre Moreno, también dirigente de la Ceteg,
su aportación siempre fue el llamado a la unidad, a la no violencia; ese fue siempre su principio más importante; siempre nos decía que dijéramos que sí a la lucha, pero a la lucha pacífica.
Pero para el gobierno de Peña Nieto la vida de un maestro y líder
social como Claudio no vale absolutamente nada. Al encargado de
despacho de Los Pinos lo único que le importa es generar las
condiciones necesarias para seguir haciendo negocios al amparo del
poder público.
La buena noticia es que la total falta de imaginación y capacidad
autogenerativa del régimen empieza a abrir espacios para el
resurgimiento de la oposición democrática. La explosión social del año
pasado generó grietas en el poder autoritario que hoy rinden frutos. La
rebelión de siete de los 10 partidos con representación en el INE es
claro ejemplo. Se ha frenado, aunque sea sólo parcial y temporalmente,
el cinismo y parcialidad del consejero presidente, Lorenzo Córdova, y
sus compañeros en el Consejo General.
En
Guerrero también se abre una importante oportunidad para la
regeneración nacional. Gracias a la movilización popular, no solamente
se logró encarcelar al narcoalcalde de Iguala y deshacerse de
uno de los peores gobernadores que ha conocido la entidad, sino que las
tres fuerzas políticas principales en el estado han tenido que dar de
baja a sus candidatos originales para las elecciones de 2015. El PRI ya
no apoyará a Manuel Añorve o a Claudia Ruiz Massieu, sino que ha
lanzado de nuevo al desechable Héctor Astudillo, quien ya fue candidato
en 2005 cuando el partido primero perdió la gubernatura del estado.
Tanto el PRD como el partido Movimiento Regeneración Nacional
(Morena) también tuvieron que desplazar a sus candidatos originales por
ser impresentables en la coyuntura actual. Los íntimos vínculos de
Armando Ríos Piter tanto con Ángel Aguirre como con Luis Videgaray han
hundido sus aspiraciones políticas en el estado. Lázaro Mazón también
fue desechado rápidamente por sus vínculos con José Luis Abarca.
Los remplazos elegidos por PRD y Morena los pintan de cuerpo entero.
Siguiendo el ejemplo de Peña Nieto con los movimientos en su gabinete,
el PRD ha optado por un simple reacomodo de fichas y postulará a
Beatriz Mojica, una chucha absolutamente fiel a Aguirre y al
régimen. En contraste, Morena ha dado un giro de 180 grados para
abrirse a un candidato ciudadano joven, Pablo Amílcar Sandoval, quien
es también hijo y nieto de grandes luchadores sociales del estado y con
un destacado currículum propio.
Debo ser transparente y aclarar que Pablo Amílcar es también mi
cuñado. Precisamente por ello me consta personalmente su gran
honestidad e intachable compromiso social. En Guerrero, Morena sin duda
cumple con las expectativas ciudadanas al postular a alguien a la
altura del momento histórico. Como era de esperarse, Pablo ya ha
expresado su apoyo irrestricto a los padres de familia y a los
estudiantes de Ayotzinapa, así como hecho suya la propuesta de crear un
nuevo constituyente ciudadano. Se abre una enorme oportunidad para unir
las fuerzas sociales y políticas en Guerrero y construir por la primera
vez en la época moderna del país un verdadero gobierno popular.
Twitter: @JohnMAckerman
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