José Antonio Rojas Nieto
Recordemos. El Banco
de México (BdeM) publica datos mensuales sobre la balanza de pagos.
Entre ellos, el de remesas, componentes de la cuenta de ingresos
primarios. Con las cuentas de bienes y servicios y la de ingresos
secundarios, esa cuenta forma parte de la cuenta corriente de esa
balanza. El Banco Mundial (BM)publica datos históricos y estimaciones
prospectivas sobre los flujos de remesas, ingresos y egresos, en cerca
de 220 países. Hay series históricas. Permiten ver tendencias.
Informes de Naciones Unidas indican la existencia de poco más de 270
millones de migrantes (3.5 por ciento de la población mundial) y remesas
totales de 700 mil millones de dólares. (https://www.worldbank.org/en/topic/ migrationremittancesdiasporaissues/ brief/migration-remittances-data).
Primeros datos de 2019 muestran que a México llegaron 38 mil 550
millones de dólares. El BdeM indica 36 mil. Con uno u otro número, ocupa
el tercer lugar en el mundo. Datos históricos muestran que lo tiene
casi desde 2000. Pero, ¿quiénes ocupan el primero y segundo puestos?
Sorprendentemente, India y China.
Por mucho y desde 2006, año en que India se empezó a separar
drásticamente de México, que en algún momento registró el primer lugar.
Asimismo, año en el que China alcanzó a India y empezó a superar a
México. Con ello, desde 2007, nuestro país ha tenido que conformarse con
la medalla de bronce en remesas. Desde 2008, India recibe la medalla de
oro. En 2019 la ganó con poco más de 82 mil millones de dólares. Y
China, la de plata con más de 70 mil millones.
Según datos del BM, esas remesas representan, respectivamente, 2.8,
0.5 y 3.1 por ciento del producto interno bruto de India, China y
México. Pero hay países en los que con montos menores a los tres
participantes del podio, las remesas tienen un peso mucho mayor en su
PIB. Por ejemplo –y dentro de los 15 primeros lugares en cuanto a monto
de dólares ingresados en 2019–, con 16 mil millones de dólares en
Filipinas representan 12 por ciento de su PIB. Y con 11 mil millones, en
Guatemala representa 13 por ciento. Y con casi 9 mil millones en Nepal
tienen un peso de 30 por ciento en el PIB. Otros países con montos
cercanos a 5 mil millones anuales tienen gran significación relativa.
Líbano 13, por ciento; El Salvador, 20 por ciento, y en Honduras, 21 por
ciento.
Estos números dan idea de la gran complejidad del movimiento de
migrantes centroamericanos que, sin duda, cuentan con un apoyo al menos
implícito de sus gobiernos, por el gran peso relativo de esos recursos
en su economía. Un caso similarmente dramático es el de Haití, donde los
poco más de 3 mil millones de dólares de remesas representan un tercio
de su PIB. Un dato final. Las remesas son por medio de órdenes
monetarias, cheques personales, transferencias electrónicas y dinero en
efectivo. Para el caso de México, en 1995 apenas la mitad de remesas era
por transferencias electrónicas.
Desde hace casi 15 años más de 95 por ciento es por ese mecanismo. Nos falta ver de qué países
salenesas remesas. Hoy, sólo digamos que los montos principales provienen de Estados Unidos, Arabia Saudita, Suiza y Federación Rusa. Pero de esto comentaremos pronto. De veras.
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